enseñanza académica de la teología

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ENSEÑANZA ACADÉMICA DE LA TEOLOGÍA
Siguiendo las orientaciones de diversas instancias como la Sagrada Congregación para la
Educación Católica, cada instituto configura el cuadro de las disciplinas teológicas.
Algunos centros acentúan la teología dogmática, otros la bíblica, otros la teología
sacramental o el derecho canónico. Se funden o se separan disciplinas dependiendo de la
opción del centro académico.
Sin embargo, los grandes núcleos básicos o áreas de estudio de la teología académica son1:
1. Teología fundamental
Pone las bases del conocimiento teológico y reflexiona sobre el hecho constituyente de la
realidad cristiana: Dios se automanifestó, y la plenitud de su proyecto salvífico se cumplió
en Cristo. A la propuesta divina corresponde la respuesta humana por medio de la fe.
La teología fundamental no explicita todos los contenidos del acto de creer (esta función le
corresponde a la dogmática), sino que explicita el acto de creer en sus dimensiones de
racionalidad y misterio, libertad y necesidad, conocimiento y compromiso…
La teología fundamental se empeña en comprender los elementos que forjan la mentalidad
contemporánea, las grandes cuestiones que se le plantean a la fe, para establecer un diálogo
y mostrar, al mismo tiempo, lo específico cristiano. Este tipo de teología supera la
apologética clásica, que se encargaba de desenmascarar y refutar las opiniones falsas y
mostrar al mismo tiempo la razón de la verdad cristiana.
Comprende dos grandes bloques:
1.
2.
Introducción a la teología: muestra básicamente en qué consiste el
conocimiento teológico, su método, sus tareas y recuerda los grandes
pasos de su historia.
Se ocupa del círculo hermenéutico de la existencia cristiana. Parte de la
Revelación, que encuentra su plenitud en Jesucristo. Muestra los
elementos constitutivos de la fe y las condiciones que hacen posible creer
en determinado contexto sociohistórico y cultural y aclara cómo se realiza
el proceso de interpretación del acontecimiento cristiano en la relación
viva entre revelación, fe Escritura, Tradición y signos de los tiempos.
2. Teología bíblica
La Sagrada Escritura es el alma de la Teología (DV 24).
La teología bíblica presenta tres grandes bloques:
1.
1
Introducción general: trata de comprender en una visión panorámica, la
historia del pueblo de Dios en el AT, el proceso del paso de las tradiciones
orales a la tradición escrita y los distintos géneros literarios. Reflexiona
temas generales como la interrelación hecho-interpretación en los textos y
familiariza al alumno con términos técnicos de la ciencia bíblica.
Cfr. Cuadro sinóptico de: J. B. Libanio y Alfonso Murad, Introducción a la Teología, pp. 228-229.
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2.
3.
Antiguo Testamento: normalmente se ve por apartados: Pentateuco,
Libros Históricos, Profetas, Salmos y Sapienciales. Se le da también al
alumno el acceso a una introducción a los principales libros, para que él
mismo pueda leer los textos y saboree su mensaje.
Nuevo Testamento: se estudian los evangelios, los escritos paulinos, los
Hechos de los Apóstoles, las cartas católicas y el Apocalipsis.
También forma parte de los estudios bíblicos el conocimiento de las lenguas
bíblicas, especialmente del griego y el hebreo.
La teología bíblica presupone el uso de la exégesis: término griego que significa
“sacar hacia fuera”, deducir. Intenta captar el significado de la letra de la Escritura.
3. Teología moral
La enseñanza-aprendizaje de la teología moral tiene por objeto reflexionar sobre la
respuesta concreta que el cristiano da a Dios en los diversos ámbitos de su existencia:
personal, interpersonal, comunitaria, social y político. Se configura como un auténtico
saber crítico y específico sobre el compromiso ético de los cristianos, vivido e interpretado
a la luz de la fe.
Se divide en dos grandes bloques:
1. “Teología moral fundamental”, ofrece una reflexión global sobre las bases y los
criterios del actuar del cristiano. Considera la compresión de la realidad humana
marcada por la finitud, por la gracia y por el pecado. Materia prima es el actuar
humano, pero necesita eficaces mediaciones hermenéuticas preteológicas,
procedentes del ámbito de la filosofía, de la medicina, la psicología, etc. Sin este
soporte, puede caerse en un discurso autoritario e ingenuo. Extrae de la Escritura y
de la Tradición sus principios teológicos básicos.
2. El segundo bloque comprende la reflexión ética específica sobre los diversos
sectores de la existencia humana. Moral de la persona, en el que se destaca la
sexualidad; moral social y política, bioética, ética ecológica. La teología moral
constituye la puerta abierta para el dialogo con la sociedad y la comunidad
científica, además de ayudar al alumno a romper parte de la distancia entre reflexión
académica y vida personal, teología y pastoral.
4. Teología sistemática o dogmática
La dogmática comprende una serie de disciplinas, resultantes de la elaboración teórica de la
iglesia durante los casi dos mil años de su existencia. La materia prima de la dogmática es
el dato revelado, profundizado, reinterpretado y enriquecido por la Tradición viva y
regulada por el magisterio en el transcurso de la historia. Cristología, eclesiología,
sacramentos (en general y, específicamente, los siete sacramentos), Trinidad, antropología
teológica, (creación, pecado, gracia y salvación), escatología y la mariología.
Algunos autores identifican dogmática con sistemática, y prefieren el segundo término.
La teología sistémica, como inteligencia actualizada de los datos de la fe, no se ocupa
meramente de repetir los dogmas, sino de hacer comprensible y significativo el inmenso
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patrimonio de la vida y reflexión de los cristianos. Tiene en cuenta la sensibilidad y la
forma de comprender la verdad de nuestros contemporáneos.
Con la dogmática sistemática se entra en la principal área diferenciadora de la teología
católica con respecto a los evangélicos y ortodoxos. Los evangélicos acentúan más la
teología bíblica, aceptando la dogmática elaborada por los primeros concilios ecuménicos.
Los ortodoxos van un poco más lejos que los evangélicos, al aceptar las afirmaciones
dogmáticas incluso de la patrística tardía, así como algunos pronunciamientos del
magisterio católico. Sin embargo, se mueven en otra esfera de reflexión, más tradicional y
mística y menos especulativa.
La teología dogmática sufre una alteración sustancial con el Concilio Vaticano II. Se
abandona el esquema deductivo, centrado en tesis. El estudio de cada tema de la dogmática
debe, según el documento, partir de la escritura. Luego viene la reflexión realizada por la
patrística y por la historia del dogma. Por fin, viene la reflexión especulativa y se actualiza.
La teoría así elaborada tiene una finalidad práctica: ser reconocida en la liturgia y en la vida
de la Iglesia y contribuir a la evangelización en nuevos contextos.
5. Derecho canónico
La Iglesia se institucionaliza al servicio de la evangelización. Como estructura organizada,
elabora una serie de leyes y reglamentos de diferente tenor. El conjunto nuclear de las
normas y prescripciones jurídicas más importantes se condensan y cristalizan en el Código
de Derecho Canónico (CDC).
El primer intento de hacer una colección jurídica de las normas y reglamentaciones
desemboca en las “Constituciones Apostólicas”, complicadas en Siria hacia el año 380.
Otro intento posterior recoge las resoluciones de los cánones de los grandes concilios del
siglo IV. Hasta finales del siglo XI, prevalece una “organización sinodal de la Iglesia”.
El siglo XII marca el comienzo del cambio de rumbo hacia un derecho eclesiástico
centralizado. Siguiendo el modelo del derecho romano, la Iglesia católica de rito latino
elabora y reúne sus reglamentaciones de forma más o menos articulada. Le primer código
sistematizado de derecho canónico se remonta en 1917. Después del Vaticano II, urge una
nueva configuración jurídica. Se promulga el actual código en 1983, estructurado de la
siguiente forma: normas generales, derecho constitucional (“De populo Dei”) magisterio,
ministerio de santificación (en especial, derecho sacramental), derecho sobre los bienes,
derecho penal y derecho procesual.
La teología estudia el derecho canónico con la doble finalidad de comprender su valor y
conocer su contenido, para su aplicación práctica.
El estudio del derecho canónico comprende dos bloques de disciplinas. El primero,
denominado “derecho canónico fundamental”, proporciona al alumno informaciones sobre
la historia del documento, su existencia y finalidad, y le proporciona el instrumental para
comprender su lenguaje y su lógica. El segundo bloque contiene temas específicos,
correspondientes a las partes del documento: derecho canónico sacramental, matrimonial,
de la vida religiosa…
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6. Historia de la Iglesia
Es útil para la teología comprender cómo y por qué la Iglesia realiza opciones pastorales y
asume distintas configuraciones en el correr de los tiempos, así como conocer el contexto
vital en que elabora y reinterpreta sus dogmas.
La relación Iglesia-Mundo sólo puede comprenderse correctamente con la ayuda de las
informaciones provenientes de la historia, entendida no como simple secuencia de hechos,
sino como estudio sistemático.
7. Liturgia y espiritualidad
La liturgia y la espiritualidad, lo mismo que la pastoral, no son solamente áreas de estudio o
disciplinas teológicas, sino dimensiones de la vida cristiana.
La espiritualidad como vivencia, caracteriza el seguimiento de Jesús propio del cristiano,
como entrega del corazón a Dios, que comprende la dimensión místico celebrativa de la fe.
Si la dogmática se ocupa de la comprensión e interpretación de los contenidos de la fe y la
moral revela los fundamentos y criterios normativos del actuar cristiano, la espiritualidad
reflexiona sobre el proceso de la fe, describiendo su estructura y las leyes de su desarrollo.
estudia la resonancia de la relación con Dios en la conciencia, libertad y sentimientos de la
persona.
La teología espiritual se define como “la ciencia teológica que estudia el desarrollo
progresivo de la vida cristiana, es decir, de la vida de la gracia animada por el impulso
dinámico hasta alcanzar la santidad perfecta, bajo la acción vivificadora del Espíritu Santo.
La teología litúrgica encierra elementos espirituales y místicos, históricos, prácticos y
disciplinares. Por la vía histórica, se muestra cómo el pueblo de Dios en la Biblia celebra su
vida y se identifican las formas de comprender y organizar la liturgia en las diversas fases
del caminar de la Iglesia a través del tiempo. Por la vía práctica se analizan las liturgias
actuales en la comunidad eclesial y se estimula su inculturación. Por la vía teológica
especulativa, se reflexiona sobre el sentido de la liturgia en la vida de la Iglesia.
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