TRABAJO RECOGIDO Y PRESENTADO POR WILMAR PLATA, PROFESOR DEL

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TRABAJO RECOGIDO Y PRESENTADO POR WILMAR PLATA, PROFESOR DEL
COLEGIO TERESIANO REINA DEL CARMELO DE AGUACHICA.
JESUS ELIGIO Y VIVIO EN COMUNIDAD
Lo primero que hizo Jesús cuando empezó su vida de servicio a la humanidad, fue decir
que “el tiempo del Padre Dios se había cumplido, y que el reino de Dios se había acercado;
que unidos a El pensaran diferente; que revirtieran la decisión inicial y que se dejaran
impregnar por su buen mensaje” (Mc. 1,15). Luego de decir esto, “andando junto al mar de
Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran
pescadores. Y Jesús les dijo que fueran en pos de El, y haría que fueran pescadores de
hombres. Y ellos, dejando luego sus redes, le siguieron. Pasando de allí un poco más
adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que
remendaban las redes. Y luego los llamó; y cortando las ataduras con su padre Zebedeo,
quien se quedó en la barca con los jornaleros, le siguieron” (Mc.1,15-20). Comunidad fue
lo primero que hizo Jesús. Fue desde la comunidad que formó con los doce apóstoles, que
El realizó sus prodigios; fue desde ella que predicó los mensajes de su Padre y desde ella
hizo la voluntad de su Padre. Fue a la comunidad a la que le entregó sus más grandes
revelaciones y fue con ella con la que recorrió todo Israel enseñando y aclarando todas las
verdades de la Antigua Alianza que para ese entonces ya estaban tergiversadas.
Era a su comunidad a la que le explicaba las parábolas, porque “a la demás gente les
hablaba muchas cosas por parábolas” (Mt. 13,2-3), y terminaba la parábola diciéndoles que
“el que tuviera oídos para oír, que oyera” (Mt. 13,9). Alguna razón tenía Jesús para hablar
claramente a su comunidad y no a los demás. Cuando la comunidad de sus discípulos le
preguntó que por qué “les hablaba a los demás por parábolas, él les respondió diciendo que
a ellos les era dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a los otros no les era
dado. Porque a cualquiera que tuviera se le daría, y tendría más; pero al que no tenía, aún lo
que tenía le sería quitado. Que por eso les hablaba en parábolas, porque los demás, viendo
no veían y oyendo no oían ni entendían. Les dijo que en los demás se cumplía la profecía
de Isaías que dijo que de oído oirían y no entenderían; y viendo verían, y no percibirían.
Porque el corazón de este pueblo se había engrosado, y con los oídos oían pesadamente, y
habían cerrado sus ojos para no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni entender con el
corazón, y así cambiar de decisión para él sanarlos. Pero que los ojos de ellos, de su
comunidad, eran bienaventurados porque veían y también sus oídos eran bienaventurados
porque oían, ya que muchos profetas y justos anhelaron apasionadamente ver lo que ellos
veían, y no lo vieron; y oír lo que ellos oían y no lo oyeron” (Mt. 13,10-17). Las demás
personas estaban centradas en su egoísmo y en sus convicciones personales; en sus
opiniones y en una opción central por sí mismos, no querían formar comunidad porque para
formar comunidad se necesita renunciar a sí mismo, a los criterios personales, planes y
tener “un mismo sentir en Cristo Jesús” (Ro. 15,5). Para formar comunidad hay que “sentir
lo mismo, tener el mismo amor, ser unánimes, sentir la misma cosa” (Fil. 2,2). En
comunidad tenemos que estar todos “armados del mismo pensamiento” (1P. 4,1b), porque
si unos piensan una cosa y otros otra, quiere decir que no es el Señor quien está poniendo
su pensamiento en todos, porque si fuera el Señor quien estuviera poniendo su pensamiento
en todos, todos pensarían igual. Y es esta igualdad de pensamiento la que hace que los
proyectos y planes del Señor se lleven a cabo, florezcan y fructifiquen para bien de todos.
En la comunidad todos tenemos que “sentir lo mismo”, porque es el sentir del Padre el que
habita nuestros corazones y nos hace movilizarnos para realizar lo que El quiere. Si alguno
piensa o siente algo diferente a la mayoría de la comunidad, quiere decir que alguna parte
de “su ojo no ve y de su oído no oye”.
El Señor nos dice que “todos seamos uno, con un mismo pensar y un mismo sentir”, y por
supuesto que se refiere a todo lo de El, a todo lo de su Reino, a todos sus valores y
principios. Se refiere a los planes y proyectos que El quiere ejecutar por medio de la
comunidad.
Tomado de la pag web : www.jesuspalabra.cl/c13_cap04.htm
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