“Aurora” En sus 25 años de existencia (Ayer, Hoy y Siempre) Mujer de luminosa estirpe De albo velo y sutiles manos Cuyo rostro de marfil refleja Ora las huellas de un pasado augusto Ora la tersura de un presente venturoso, Adulta y juvenil experiencia. En la nitidez de tus páginas Se han escrito historias nobles Del deporte, el arte y la cultura. Tu seno es crisol y fragua En que se forjan mentes libres Y cuerpos sanos, vigorosos. Eres tú luz, color, esencia. Luz de alba, orto y alborada; Color de vegetal aroma Y rosada esencia de tu esencia. Setenta y cinco perlas y un rubí Engalanan tu frente mirífica. Con la voz de mi poesía te canto. Con el verso franco que de mi pecho nace Le canto a tu mantón de oro y plata Que con cintilantes estrellas, nacaradas, Iluminan el nocturnal espectro. Con la voz de mi poesía, Aurora, te canto. En el vértice de un verso Jóvenes imberbes imaginan tu estructura. ¡Idea! ¡Forma! ¡Contenido! ¡Mujer! ¡Bronce! ¡Pasión! ¡Enjudia! Elementos do el crisol del tiempo Cristaliza tu imagen alborada. Del orto caen luces de albada Un pedazo de luna su huella deja. En la rama guirnalda de la tarde Trina un pájaro de rojo pecho. ¡Juan Berzunza! ¡Isauro Herrera! Escriben con arpegios tu nombre: ¡Aurora! La mañana inaugura el día Y con sonrosados dedos Dibuja de policromía El paisaje de tu paisaje. El puente de la noche es afluente De la pátina del tiempo. Llueve de pájaros la tarde. Por el ojo de las lunas muertas Ves cómo el tiempo fluye por su cauce. Cómo cada vida consume una hora Y cómo cada hora consume una vida. ¡Suspiras por las voces yertas! Calkiní do el dosel del tiempo duerme, Es tu cuna, tu sino, tu presente. Y sus hijos que a ti te dieron forma Hoy son ecos de los tiempos idos. Mas en ti se quedaron para siempre Grabadas sus voces, sus cuitas, sus alegrías. Desde el prisma geométrico de tu cúspide La vida de Calkiní desfila Por las claras lunas de tus ojos. Desde la erguida iglesia de una torre sola Hasta el silencio de tu camposanto Calkiní redivive su añosa historia. ¿Oyes acaso la música de los gremios Que veneran al Cristo de la Misericordia? ¿Y el olor acre de la pólvora Que flota en la atmósfera vespertina? Misticismo de fe que nace En el seno de un pueblo creyente. En la Iglesia es Semana Santa. Llora a los pies de la Cruz Magdalena Y en María se clavan las espinas -Dardos crueles, dolorososDe un cuerpo, Jesús moribundo, Que hoy ¡Vivo está en el Sagrario! ¡Un rojo rubí ilumina tu frente azul! El rubí púrpura es crisol y cáliz. Crisol en que se confunden La antaña sangre fundadora Con la sangre hogaña de tus hijos Que portan hoy, con orgullo, tu estandarte, Y el cáliz es la copa en que bebes El vino viejo de los años idos En perenne brindis eufonioso. Porque cada año que por ti pasa Es un año que acrisola nuevas experiencias E inflama el fuego de tu vida. El hombre nace, crece, envejece y muere; Los años son el río inverso de su vida. Mas tú no fluyes por el río inverso de las horas Sino cabalgas en lomos del tiempo Y los años no te hacen vieja: ¡Te dan más vida, nuevos bríos, más fuego!. Redivives cada día en Nueva Aurora; Naces cada día, cada hora, cada instante En la sangre nueva de tus hijos, Porque ellos, átomos de vida No llevan en sus hombros viejos ataúdes Sino nuevos trinos y tú en cada trino. ¡FELICIDADES AURORISTAS! ANIVERSARIOS DE BODAS AÑOS BODAS DE 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 papel Algodón Cuero Seda Madera Hierro Lana Bronce Barro Lata 13 Encaje 15 Cristal 20Porcelana 25Plata 30Perlas 35Coral 40Rubí 45Zafiro 50Oro 55Esmerald a 60Diamante 75Brillante 21 22 Pepito Tierna era su mirada, Mirada de infancia. Su voz de albos tonos Y su risa era franca. Su piel vigor transpiraba. Inagotable energía. ¿A qué jugamos hoy? A la guerra juguemos. Que soy un soldado raso Y que el clarín me llama. Que el enemigo me hiere Y que mi fusil dispara. Así era Pepito. Vigor, energía suma. Incansable en el juego; Torbellino de risas. Mas un día, aciago día, Su voz se hizo débil; Se apagó la luz de su mirada. Calló su risa. Su eterno viaje comenzaba. Ascépticas salas de hospitales Y hombres de bata blanca Fueron entonces su calvario. ¿Por qué incipiente vida toca meta sin retorno cuando el pétalo florece y el jardín es Primavera? Aquel amanecer de Agosto Un rayo de sol travieso Besaba su frente augusta En su lecho moribundo. El calor de una madre Imagen de dolor y angustia Toma su tierna manecita Ansiando dar vida por vida. Y Pepito, inolvidable Pepito, Pidió a su madre el calor de su mirada. Tengo sueño, sus labios musitaron Y se quedó dormido para siempre. Little Joe For: Carlos Manuel Berzunza Arcila His glance was tender, Glance of infancy. His voice of snow-white tones And his laugh was frank. His skin transpire vigor Energy inexhaustible ¿At what we play today? He said. At the war we play. That I’m a simple soldier And that the clarion call me. That the enemy wounds me And that my rifle shoots. So was litle Joe. Vigorous, full of energy. He was indefatigable in playing; Whirlwind of laughes. But one day, a fateful day, His voice weakened; Extinguished his light of his glance. His laugh be came silent. His eternal trip began. Cleanings rooms of hospitals And men of white dressing gown Were then his calvary. Why incipient life Finish line without return When the petal of a flower And the garden is Spring? That dawn of August One ray of Sun light transverses Kissed his august forehead In his near death bed. The warmth of a mother Image of pain and anguish Takes his tender little hand Desiring give life for life. And little Joe, unforgetable little Joe, Asked his mother the heat of her glance. I am sleepy, his lips mumbled And he stayed sleeped for all the eternity. Carlos Manuel Berzunza Arcila ¡ADELANTE MAESTRO! Carlos Manuel Berzunza Arcila El médico salva, el ingeniero construye, el abogado defiende. El maestro salva a la humanidad de la ignorancia, construye la conciencia de los hombres y defiende la razón de la existencia. El maestro es el ave que cruza el infinito en pos de la libertad de la idea y de la ciencia. Es el roquedal en que la tempestad se convierte en mansa brisa. y el crisol en que se forjan los ideales juveniles. Un maestro sembró en Newton, Einstein y Pascal la abstracción del número y ellos, con el número y la idea, construyeron la armonía matemática. ¿Por qué el mercader es grande y el sembrador se olvida? Maestros fueron Cervantes, Shakespeare y Víctor Hugo. Y por ellos la letra está grabada en el dosel del tiempo. ¿No fueron, acaso, maestros quienes hicieron germinar las ideas de libertad en las mentes magníficas de Hidalgo, Washington, Bolívar y San Martín? Y éstos fueron ayer los forjadores de la América de hoy. Ser maestro es ser como la Luna. Como en la Luna, en el maestro s e distinguen dos caras: Una luminosa y otra oscura. En la cara luminosa se dibuja la sonrisa sempiterna de un niño; en la cara oscura, las angustias y las desilusiones. Ved a un profesionista, un artesano, un obrero. ¿Podéis imaginar alguno que no haya pasado por las manos de un maestro? El maestro es el forjador de ideales en las claras mentes de los niños y de los adolescentes. Es el arquitecto que traza, bruñe y purifica las aristas del saber y de la idea. Ser maestro significa despojarse de la materia que viste nuestro Ser. Y así, despojado de carne, piel y huesos, entrar en el alma de un niño. Maestro-alma y niño-alma se fundirán en un solo espíritu para compartir temores, angustias y emociones. Rodó, Sierra, Sarmiento, paladines del idealismo y de la libertad de conciencia, son verdaderos maestros de la juventud. Desde el Chimborazo y el Iguazú hasta el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl América vibra en la sangre de los maestros. Yo fui testigo en épocas pretéritas del dolor reflejado en el rostro de algún maestro. Yo vi padecer el hambre en el hogar de algún maestro a falta de un pedazo de pan con que alimentarse. Pero aquellos maestros anidaban su dolor y sus angustias en lo más recóndito de su alma y cumplían su sagrada misión. Yo fui testigo de un hecho sublime: Un maestro cumplía su labor en el aula en tanto el cadáver de su madre era velado en lecho mortuorio. Yo soy el reflejo de mis maestros. ¡Cómo los admiro! Porque a diario, cada día, cada hora, cada instante, pusieron en mi alma un pedazo de su alma. Ellos allanaron mi camino. ¡Patria! Concepto sublime que anima nuestra existencia. La Patria es el sola r en que nacemos y crecemos. Las generaciones de hoy la heredamos de nuestros abuelos y tenemos el compromiso de legarla a nuestros sucesores. El camino a segui r para que el desarrollo de la Patria sea incólume es la educación. He allí tu responsabilidad Maestro. Cuando el maestro muere, su alma permanece en la conciencia de los niños, su voz la recogen las aves de la tarde y su enseñanza perdura eternamente. ¡ENHORABUENA MAESTRO! EDUCADORA Carlos Mauel Berzunza Arcla Como ave que nace al alba de mi alma Un niño, torbellino de oro puro En tus brazos, cruz de amor, deposita Un beso, un rayo de luz, una sonrisa. Arquitecta eres tú de almas puras Botón de rosa que sus pétalos abren Al beso suave de soles de oro Y al vaivén de las orlas de plata. Eres flor de pluma, ramillete de olas. Dios te ha dado por ojos los astros suaves Para mirar en la mirada de los niños El espejo limpio de la infancia. ¿Ves aquellos niños de ojos de estrellas negras? Son ellos imagen de tu imagen Porque tú, educadora de tibia mano Siembras torbellinos de oro En el surco blanco de la infancia. La idea, alada mariposa Va de tu conciencia a la infantil conciencia Y posa en ella el beso de la ciencia, Una larva, un átomo, una Aurora. Tienes el don, tienes el verbo, Tienes la resolución que arrostra, Tienes la firmeza en el timón navío Do conduces niños de albas voces. Septiembre con sus lunas de plata En el umbral del jardín posa sus días Y en tus manos Ser incipiente deposita: ¡Es un niño! ¡Un ángel ¡Luz de aurora! En tus manos tienes un diamante en bruto. Tú con mano firme, sereno pensamiento Modelas con amor joya preciosa: ¡Cuidado con la frágil piedra! ¡Un golpe en falso fatal sería! Con paciencia las aristas formas; Los vértices en geométrica estructura Se alinean en octoédricas figuras: Lo tallas, lo pules, lo bruñes, lo doras. Inculcas en la infancia los valores, Amor, honestidad, moral, justicia. Los misterios de la ciencia tú les abres A la luz universal de la conciencia. Educadora, educar es tu misión. Forjas en las almas infantiles El amor al saber y a la ciencia Y abres el horizonte a la conciencia. Tú cual moderna Midas Transmutas en oro puro Aquello que tus manos acarician En el mágico estanque de aguas tibias. Hay en ti la breve levedad del lirio Y la mágica estructura del diamante. Irradias del lirio su suave aroma Y del diamante su destello iridiscente. Cuando la pátina del tiempo tus sienes cubra Y tu cuerpo se doble de vertical figura, Tu alma será grande ante el arcano Y blanca, celestial y pura en el alma de la infancia. Mtro. Carlos Manuel Berzunza Arcila Azeneth Quinceñera Undivaga el cortejo entre mallas de tul Sobre la azul espuma de la ilusión. Por la elasticidad del éter impelido Salteriando cánticos, rumbo al ninfeo va. Allí, serena, sosegada, la dulce ninfa Espera la corte de huríes y efebos Para ser con el néctar divino ungida Al cumplirse ¡Oh Cronos! Sus quince primaveras. Azeneth, sonrosada luz de la Aurora, El aura matutina posa en tu faz inmácula Un ósculo tibio cuya huella invoca El tránsito sutil de tus quince abriles. ¡Capullo! Abre y extiende tus pétalos para conformar la perfumada flor Y anda tú, divina flor, flor divina A engalanar los jardines de Salustio. ¡Crisálida! He allí el instante de tu anhelo. Allí está tu metamorfosis. Rompe la túnica protectora Y salta, niña, en ropaje de mil colores. Al construir el andamiaje de mis versos, No robé inspiración a la quietud del mar, Ni al mágico susurro de los ceibos Ni al eco de los ríos subterráneos. La musa que inspiró el canto de mi oda Fuiste tú, nereida, numen que me embriaga. Al mirarme en el tibio cristal de tu mirada, O al aspirar el efluvio de tus quince primaveras.