ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES A. C. Matrícula Cámara de Comercio S0-500484 de 2004 Personería jurídica 1294 de 1990. NIT. 800-160659-0 E-mail: [email protected] WEB : www.acegap.org BIBLIOTECA DEL SEXO. FASCÍCULO 13 EL DIVORCIO ¿ Para qué se casan los seres humanos? Esta es una pregunta aparentemente capciosa, sin embargo, el común de la gente responde hipócritamente: “Pues, para ser feliz”. ¿Por qué razón el 99% de los matrimonios no son realmente felices? Otra pregunta que aparentemente tiene muchas respuestas. No obstante, estas dos preguntas tienen directa relación entre sí. Sintetizando la respuesta a la primera pregunta respondemos que los seres humanos se casan para saciar sus apetitos sexuales libidinosos disfrazándolos con “amor infinito”. Las parejas marchitan la hermosa flor del amor en su primera noche de bodas y las subsiguientes, descargando aquel imán que los inclinaba a buscarse y estar siempre juntos cuando eran novios. El sexo es como un imán poderoso que atrae al otro sexo opuesto que también es otro imán; ambos cargados de poderosa energía electrónica, explosiva, volátil y substancializada. Todo va muy bien de novios porque los imanes están cargados de energía o valores substanciales, cuyos canales de expresión son los besos, las caricias, el tacto de la unión de las manos, las miradas amorosas y las sonrisas cariñosas. Si todo continuara en esta tónica, sería un idilio inagotable, una dicha permanente, una eterna luna de miel, con las delicias y las mieles del amor auténtico. Pero qué distante está la pareja de continuar con esa felicidad; en su primera noche de bodas empieza la tragedia, porque los imanes que son los que proporcionan la atracción y la unión amorosa, se descargan y pierden la fuerza de atracción. Pero no sólo en la primera noche de bodas se descargan los dos imanes, sino que éstos continúan descargándose noche a noche, una, dos, tres y más veces. Al descargarse los imanes y perder la fuerza de atracción, es apenas natural que la unión amorosa, el anhelo de estar juntos, los tactos de las manos y las miradas amorosas, van desapareciendo. Comienza a mostrarse el desencanto de parte y parte, todo aquel idilio de antes, aquellos anhelos, aquella dicha… todo va desapareciendo, y se empieza a filtrar la desilusión, el cansancio, el hastío, el fastidio, viene la repugnancia y ambos cónyuges se van tornando insoportables. Vienen después las enfermedades de la mujer en el sexo por el demasiado abuso sexual, ya la mujer comienza a sentir los efectos nocivos de las pastillas anticonceptivas y debe protegerse con otros medios no menos dañinos originando en su organismo horrible consecuencia. Así se inicia el infierno conyugal, el desorden moral de la pareja, porque la mujer ya cansada de utilizar todos los medios anticonceptivos, resuelve más bien a tener los hijos que se vengan; se inicia el embarazo y viene el primer hijo, el segundo, el tercero, etc., hasta que se va convirtiendo en una máquina de producir “humanoides”. Ante esta situación, no queda otro camino que usar cuanto anticonceptivos aparezcan en el mercado, cual más dañino a la salud, a la moral, al pudor y a la dignidad personal; se siente convertida en un instrumento de placer, esclavizada al servicio sexual y material de un “humanoide” llamado marido, esposo o cónyuge. Este incesante ir y venir de los días, las semanas, los meses y los años, hacen la vida insoportable, el hogar se convierte en un verdadero infierno, y la mujer busca escapar de alguna forma de este tormento que está acabando con su propia existencia. Cuando el esposo se siente rechazado, vejado, despreciado o repudiado por su esposa, también toma sus medidas de protección y consigue otras mujeres que reemplazan sexualmente a su mujer. Aquí ya se inicia el pleito definitivo. Comienzan las demandas, la separación de cuerpos, la repartición de bienes si es que los hay, el papeleo para el divorcio, los alegatos de los abogados, los cargos y las recriminaciones. Y todo aquel idilio amoroso de otros tiempos, se desploma y se convierte en odio espantoso. Si analizamos los móviles que originan todos los divorcios y separaciones conyugales, encontramos, por lo general, que el punto medular de todos los problemas radica exclusivamente en el mal uso del sexo, a la falta de una auténtica Educación Sexual para comprender que el sexo es la “piedra de escándolo” que figura en el Evangelio Bíblico. Todo el gran misterio de impedir los divorcio y las separaciones conyugales, sólo es posible por amor y mientras haya fornicación, es decir, eyaculación seminal, mientras no exista cumplimiento de la Ley, mientras violemos el Sexto Mandamiento del Decálogo de Moisés, no habrá amor, sólo habrá deseo pasional, lascivia, deseo de fornicación… Todos los problemas conyugales son originados en la fornicación, en el desconocimiento de utilizar el Sexo como Dios manda, en los adulterios y en los instintos sexuales animalescos de las parejas que se casan creyendo que la fornicación o eyaculación seminal lo es todo y confunden el repugnante vicio degenerativo de la fornicación con el esplendor delicioso del amor. En los hogares donde no se tiene el vicio repugnante del orgasmo o del espasmo, jamás llegan a divorciarse o a separarse, por el contrario, nunca se suceden esos casos indeseables, porque al no haber pérdida de las secreciones sexuales entre los esposos, estos cumplen la Ley y el Mandamiento. Aquí los esposos y las esposas concen los sistemas de transmutación sexual, saben controlar la concepción sin necesidad de castración, pastillas, instrumentos criminosos, etc.; saben hacer de sus hogares verdaderos paraísos de dicha y bienaventuranza. En la ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES. A. C., nuestros lectores pueden encontrar la forma precisa y objetiva, las fórmulas maravillosas, para consolidar la unión conyugal para toda una vida sin llegar jamás al cansancio, ni al hastío, por el contrario, se llega a la ancianidad con el mismo amor que el de los novios, porque los matrimonios con esta calidad siempre viven una eterna y auténtica luna de miel. Para toda pareja que cumpla la Ley y el Mandamiento, le será repugnante e indeseable el divorcio, porque jamás querrá romper el idilio delicioso que constituye el amor dentro de las connotaciones del Reino de los Cielos. ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES A. C. Matrícula Cámara de Comercio S0-500484 de 2004 Personería jurídica 1294 de 1990. NIT. 800-160659-0 E-mail: [email protected] WEB : www.acegap.org BIBLIOTECA DEL SEXO. FASCÍCULO 14 EL NOVIAZGO E l noviazgo es la antesala del matrimonio. Lo que da al noviazgo actual su sello peculiar, es que presupone una libre relación, entre un hombre y una mujer, a fin de tratarse y conocerse en forma adecuada, antes de formalizar el compromiso matrimonial. Lleva en si implícita la posibilidad de romper tal relación, por voluntad de una o de ambas partes, si el mutuo trato hace llegar a la conclusión de que la conyugalidad no resulta deseable. Incuestionablemente, si se aprovecha al máximo el objetivo que ofrece el noviazgo, se podrá alcanzar el éxito matrimonial. Infortunadamente, con gran frecuencia la finalidad del noviazgo se desvirtúa convirtiéndose en un simple acuerdo entre dos personas de ambos sexos a fin de tener asegurada una compañía adecuada para los días festivos y ratos de ocio, para poder ir a bailar, al cine, de excursión, etc., llegando después al matrimonio como una meta socialmente obligada, pero no por haber alcanzado la razón objetiva de que existe un reciproco amor y una intensidad de afinidades que así lo aconsejen. Piensan los sexólogos de que el noviazgo debe consistir en una auténtica escuela del matrimonio; y manifiestan que el tiempo de que se dispone durante él, debe aprovecharse, en primer lugar para fomentar un auténtico y verdadero amor no limitado a una mera atracción física; en segundo lugar, para reflexionar seriamente acerca de si existe una cualidad de complementos, de ideales, de compatibilidad de caracteres, de educación, de cultura, etc., que haga posible preveer que aquel amor, base indispensable, sin la cual el matrimonio está llamado al fracaso, se verá acrecentado y robustecido con la intimidad matrimonial. Es menester tener muy en cuenta, si queremos lograr matrimonios felices, que el noviazgo no es un juego ni un pasatiempo de adolescencia o de juventud, sino una etapa importante que exige reflexión y responsabilidad. La pareja de novios debe volverse un poco más madura desde el punto de vista psicológico. Muchas parejas de novios se afanan por casarse y más tarde fracasan. Deben saber los enamorados cuál es la pareja que van a elegir pues, esto es básico para el resto de su existencia. Las personas cuando se interesan en otras personas del sexo opuesto, suelen mirarlas de arriba abajo, detenidamente, observando solo meras apariencias físicas; tratan de ver las apariencias de un rostro, de un cuerpo humano, con el propósito de elegirlo más tarde como posible cónyuge o por lo menos pretendiente… Absurdo es todo eso en un ciento por ciento. Y todo esto es extraño porque no se observan los estados psicológicos, la parte anímica o espiritual de la persona que queremos elegir como pretendiente. Muchos enamorados que aspiran a tener su pareja, solo se preocupan por ver su rostro, el tamaño de su cuerpo, qué apariencia tiene, los cabellos, etc., etc. Pero absolutamente nada, les interesa la cuestión psicológica. Nos parece que eso es tan absurdo como ver un mueble… si sirve para la cocina o para la sala… Los novios deben cuidarse de elegir a su pareja por mera apariencia, o por el deseo de casarse, o en el caso de la mujer, para no “quedarse”, porque eso es absurdo. Los enamorados deben comprender que el matrimonio es lo más grande que hay en la vida. Querer un novio hacer de su novia, o querer una novia hacer de su novio, dijéramos su ideal, sin sentirlo de verdad, psicológicamente, es algo absurdo, incongruente. Algunos enamorados se orientan muy especialmente por el artificio, por la forma o por el esplendor económico de su posible pretendiente. Tratan de conversarle en alguna forma, de hacerse simpáticas ante el novio (o novia), de conocer sus diversos aspectos para acomodarse artificiosamente a su forma de ser o de vivir, y tarde o temprano fracasan… Ese no es el camino de la felicidad matrimonial. En el verdadero amor hay espontaneidad absoluta, no existe artificio de ninguna especie. En el verdadero amor no se necesitan palabras superfluas, ni de luchar por acomodarse a la forma de pensar o de sentir del otro. En el verdadero amor, los enamorados saben si se complementan o no; si esa es su pareja o no. Cuando un enamorado aspira a tal o cual persona, cuando le pretende en alguna forma, obviamente sabe si hay algún rasgo que no concuerda con su naturalidad, con su personalidad, con su psiquis, con sus procesos psicológicos particulares… Es claro, que si un enamorado o enamorada, nota en él o en ella, algo que no le pertenece a él o a ella, por ejemplo, algún rasgo característico extraño, que en modo alguno se acomoda a su psiquis, es porque tal persona no es su complemento, esa mujer no es de ese hombre y a la vez, ese hombre no es de esa mujer. Una unión de tal clase va al fracaso… Y lo único que viene a resultar de tales equivocaciones o procederes, fruto de la impaciencia, no es otra cosa sino el dolor. Los enamorados deben comprender que de ninguna manera se puede enfocar el problema del Matrimonio de una manera equivocada, porque el resultado se llama dolor. Cuando los enamorados se olvidan que el matrimonio es un factor importante de sus vidas, cometen errores imperdonables. Así que usted, amable lector (a), debe fijarse mucho en la cuestión de elegir a su pareja: Nunca precipitarse, nunca dejarse llevar por el artificio. Nunca dejarse llevar por las apariencias del cuerpo; siempre saber aguardar. Si en el noviazgo existe el cálculo matemático, en este no hay amor; desgraciadamente los amoríos de la vida moderna huelen a cuenta bancaria, a mercancías y a celuloide. En aquellos noviazgos donde sólo existen sumas y restas, no existe el amor. El matrimonio que se realiza sin amor, únicamente sobre bases de interés económico o social es realmente un “pecado” contra el amor. Esta clase de matrimonio fracasa inevitablemente. Los novios a menudo suelen confundir el deseo con el amor, y lo peor del caso es que se casan creyéndose enamorados. Pero consumado el acto sexual, satisfecha la pasión carnal, viene entonces el desencanto, queda la terrible realidad. Los novios deben auto analizarse antes de casarse, para saber si realmente están enamorados, porque el amor y la pasión son completamente opuestos. Examínate a ti mismo antes de casarte: “Serías capaz de dar tu vida para que el ser adorable viviese” Reflexiona y analiza. Recuerda que “El Amor comienza con un relámpago de simpatía deliciosa, se substancializa con la ternura infinita, y se sintetiza en la suprema adoración”. La unión de dos seres que se adoran absolutamente forman un Matrimonio Perfecto. En el amor no existen proyectos ni cuentas de banco. Si estáis ilusionado… Cuídate de la ilusión del deseo, porque este consume la vida y nos aleja de la realidad esplendorosa del amor. ASOCIACIÓN DE CENTROS DE ESTUDIOS GNÓSTICOS, ANTROPOLÓGICOS, PSICOLÓGICOS Y CULTURALES A. C. Matrícula Cámara de Comercio S0-500484 de 2004 Personería jurídica 1294 de 1990. NIT. 800-160659-0 E-mail: [email protected] WEB : www.acegap.org BIBLIOTECA DEL SEXO. FASCÍCULO N°.15 SEXOPATÍAS L os científicos han dado ciertas explicaciones de carácter antropológico sobre el origen de las perversiones sexuales, conocidas como “Sexopatías, entre los que se encuentran M. Boss, E. Strauss, Von Gebsttel, H. Kunz; y han llegado a deducir que éstas son una especie de decadencia contra “el orden natural de la realidad erótica”, y que estas desviaciones se deben “a una especie de impulsos erráticos libidinosos”. Aquí impera el desarreglo de la función sexual normal, o sea, su destrucción, y nos hace ver la incapacidad de vivir la sexualidad como medio creador. Los sexólogos clasifican las Sexopatías así: RESPECTO AL SUJETO, RESPECTO AL MODO, RESPECTO A LA EDAD, RESPECTO AL OBJETO Y LAS ESTESIOSEXUALES. En las SEXOPATÍAS RESPECTO AL SUJETO encontramos la homosexualidad, que es una anomalía sexual que consiste en la obtención del orgasmo únicamente a través de la relación sexual con una persona del mismo sexo. En cuanto a la homosexualidad femenina es conocida también con los nombres de Safismo y Lesbianismo. Esta es una perversión muy frecuente en el declive de las más diversas civilizaciones. El narcisismo es otra desviación sexual encerrada dentro de las Sexopatías respecto al sujeto; y consiste esencialmente en que un individuo, niño, adolescente, o adulto experimente una atracción sexual hacia sí mismo, sea por su cuerpo, por la imagen de sí mismo o por su personalidad global. Esta atracción se traduce no sólo al campo de la sexualidad, sino que llega así mismo al nivel emocional, a la ternura y a una apasionada admiración de sí mismo. En cuanto a las SEXOPATÍAS RESPECTO AL MODO, lo constituyen los masturbadores, exhibicionistas, sádicos y masoquistas. La ipsación o masturbación es un tipo de actividad Infrasexual por la cual el sujeto llega al orgasmo mediante la manipulación acompañada de fantasías eróticas casi siempre, de sus órganos genitales. Con este hábito negativo se eliminan hormonas y degenera la glándula pineal. Dentro de la Sexopatía “RESPECTO AL MODO”, también tenemos el exhibicionismo que es definido como una anomalía sexual que busca el orgasmo mediante la exhibición de los órganos genitales. En realidad lo que pretende el exhibicionista es excitar la sexualidad de otros mediante el espectáculo de su propia sexualidad, simbolizada en este acto por sus órganos genitales. Otra Sexopatía respecto al modo es el sadismo y el masoquismo, que son dos formas de una misma anomalía sexual, donde el sadismo constituye la vertiente activa, y la pasiva, la manifestación masoquista; por ello, muchas veces, en vez de hablar de sadismo y de masoquismo, simplemente se habla de “sadomasoquismo”, definido como una anomalía de la conducta sexual, caracterizada por la búsqueda del orgasmo a merced de la asociación del dolor y la violencia no forzosamente efectuado sobre los órganos genitales, y ejercida, bien sobre el objetivo erótico (sadismo), o bien provocada por el propio sujeto sobre sí mismo o por medio de la pareja erótica (masoquismo). En el ámbito de las SEXOPATÍAS RESPECTO A LA EDAD, encontramos la pedofilia y la gerontofilia; estos dos aspectos son conocidos como el Paradojismo sexual. La Pedofilia, llamada a veces también Efebofilia, pero que algunos sexólogos dicen que lo correcto es Pederastismo, busca la obtención del orgasmo única y exclusivamente mediante el uso de niños, de púberes (efebos) o de chicos recién entrados a la pubertad; y utilizan para ello lo mismo niños que niñas. La Gerontofilia, término que significa “amor a los ancianos”, consiste en la obtención de la satisfacción sexual mediante relaciones eróticas con ancianos o ancianas. La Sexopatía RESPECTO AL OBJETO se clasifica en Fetichismo, Travestismo, Matrimonio en grupo, Histeria sexual, Pluralismo, Incesto, Necrofilia y Zoofilia. El fetichista utiliza un objeto inanimado, sólo es un símbolo, puesto que la sexualidad va a una relación personal. En el caso del Travestismo se manifiesta de querer mostrarse empleando las ropas propias del sexo opuesto. La Sexopatía llamada Matrimonio en grupo, se refiere a la tendencia que tienen ciertas personas, varón y mujer, de experimentar las relaciones sexuales prematrimoniales. En la Histeria sexual, la sexualidad es encadenada por normas, y se apoya en que el hombre natural, hablando biológicamente, es antagónico con respecto a la vida del Nous, del Espíritu; y presenta al espíritu como enemigo de la sexualidad. El Pluralismo es otra aberración sexual que consiste en la necesidad de la presencia de más de un “partenaire” para alcanzar el orgasmo. El Incesto consiste en las relaciones sexuales habidas entre personas de una misma familia dentro de la línea del primer grado de consanguinidad o afinidad. La Necrofilia que literalmente significa “amor a los cadáveres”, consiste en la excitación sexual provocada por la contemplación, contacto, mutilación o evocación mental de un cadáver. La Zoofilia o Bestialidad se refiere a la exclusiva obtención del orgasmo mediante el uso de animales. Entre las SEXOPATÍAS ESTESIOSEXUALES tenemos el Voyeurismo, esta Sexopatía consiste en obtener la satisfacción sexual mediante la observación de la desnudez o de los actos sexuales de otros. La Sexopatía acústica es una conducta sexual anómala desencadenada por estímulos acústicos de índole erótico. Los sujetos que satisfacen su sexualidad de esta manera sólo se excitan con los distintos sonidos que acompañan al coito: crujidos, suspiros, exclamaciones, palabras, etc. Aquí el monopolio sensorial lo obtiene el oído. En este mismo renglón tenemos el Renifleurismo, que se refiere a la obtención de la excitación sexual a través de olores. Se trata de esclavos del olfato, que persiguen un determinado olor y por medio de éste llegan al orgasmo. El Picacizmo es otra Sexopatía Estesiosexual, que se ha definido como un canibalismo simbólico. Aquí encontramos expresiones como: “Te quiero comer”, al referirse al coito. Y por último tenemos el Froteurismo. Aquí monopoliza la sexualidad la sensibilidad tactil. Los froteuristas obtienen la satisfacción sexual mediante roces con eventuales y anónimas parejas que se encuentran ocasionalmente en las aglomeraciones (el metro, los tranvías, buses, fiestas). También se incluyen en esta Infrasexualidad los que llegan al orgasmo sólo a través de caricias; el frotteur tiene una fijación al deseo de ser abrazado y acariciado, ésto (el deseo de ser abrazado o acariciado) constituye la llamada “Neurosis de contacto”. Estas aberraciones sexuales son la antípoda de la sexualidad normal, y constituye una faceta patológica de la sexualidad, conocida como Infrasexualismo. Lo planteado aquí es que el Infrasexualismo es una desviación de las tendencias normales, que por lo general comienza a presentarse en la decadencia de la sociedad. Nuestra civilización, en apariencia tan brillante por la penetración en la materia, por ejemplo, está carcomida por la lepra de las Sexopatías. Esta civilización decadente debido a que han avanzado en ella las Sexopatías, se liquidará como ha ocurrido con otras civilizaciones, donde los signos de involución surgieron cuando a la grandeza de una nación austera y moral le sucedieron cambios radicales debido a que se hundió en los vicios más abominables de las Sexopatías. Así pues, las Sexopatías han llevado a nuestra cultura y civilización a hundirse en la más absoluta lepra psicológica que contamina mentalmente a las generaciones de la época actual.