Revista de extensión agraria - Ministerio de Agricultura

Anuncio
y
e
CASTILLA HABLA
La obra literaria de Miguel Delibes puede contribuir de forma
significativa al conocimiento de la realidad agraria de la meseta castellana. Los temas de sus libros y el lenguaje que en ellos utiliza
tienen una clara referencia rural y agraria a la vez, que reflejan costumbres y prácticas que son pura esencia de la vida en el campo.
Como ejemplo, recogemos aquí, de su libro «Castilla habla», de
la colección Ancora y Delfín de Ediciones Destino, el capítulo titulado «El dehesón del Encinar», precedido de la propia introducción
que el autor hace del libro.
Para entendernos
Las voces aparentemente elementales
de un pastor, un caracolero, unos
modestos labradores, un molinero, un
capador, un piñero, etc., aparte su
riqueza de expresión, que he procurado
conservar intacta, apuntan con frecuencia sabiamente a los ancestrales problemas de Castilla y León: sequía,
pobreza del suelo, individualismo, despoblación, envejecimiento, contaminación, abandono oficial, desconfianza...
La menesterosidad, en suma, de una
región que en el pasado alumbró mundos y que hoy se nos muestra achacosa, mal comunicada, pagana de un
incipiente desarrollo, siquiera la incomprensión periférica haya venido considerándola en el último medio siglo,
como expresión del centralismo español.
Por supuesto este libro no es una
novela, pero tampoco un estudio científico, apoyado en datos y estadísticas,
sino algo a mi juicio más elocuente: un
libro vivo donde la realidad castellana
nos es expuesta por sus propios protagonistas, los más humildes vecinos de
nuestros pueblos y aldeas. Esto no
quiere decir que la lectura de estas
páginas constituya un simple pasatiempo
sino que de los monólogos de estos
supervivientes de un éxodo aún inconcluso, pueden sacarse provechosas enseñanzas, primer paso para plantearnos
con sinceridad y conocimiento de causa
el futuro de esta región a raíz de la
incorporación de España a Europa.
Miguel
Delibes
Nació en Valladolid en 1920. Cursó
las carreras de Derecho y Comercio
y más tarde ejerció como catedrático de Derecho Mercantil y periodista. Extraordinario novelista, se dio
a conocer con La sombra del ciprés
es alargada. Premio Nadal 1947.
Otros premios en su haber son el
Nacional de Literatura (1955). el
Fastenrath (1957), el de la Crítica
(1962). el Príncipe de Asturias de
las Letras (1982) y el de las Le iras
de Castilla y León (1985). En 1973
fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua.
De la colección Ancora y Delfín,
tomo 598, de Ediciones Destino.
Introducción y páginas 156 a 162.
M. D.
EL DEHESON DEL ENCINAR
Del otro lado de Gredos, trepando
por los puertos de La Menga y El
Pico, deslizándose, luego, por el
tobogán de Villarejo hasta Arenas de
San Pedro, entre Candeleda y Oropesa, casi en la línea que separa las
dos Castillas, se encuentra el Debesón del Encinar. El cronista llevaba
lustros —antes de morir don Miguel
Odriozola en 1974— con la ilusión
de visitar este rincón, vasta y ondulada pradera moteada de encinas y
alcornoques centenarios, donde don
Miguel creó, hace más de cuarenta
años, su centro de cría de cerdo ibérico. El sabio genetista aspiraba a
seleccionar y difundir esta raza, la
mejor adaptada a las condiciones de
las dehesas de encinas y alcornoques
del suroeste de la Península. Para
ello barajó, en principio, cuatro soleras típicas: Ervideira y Caldereira —
portuguesas— y las extremeñas Puebla y Campanario. El profesor Odriozola inició sus experiencias con las
piaras en pastoreo, pero, tras el
brote de peste porcina africana de
1963, optó por la estabulación. Este
es el origen de las edificaciones —
naves de cría, unidades de cubrición,
mataderos— que, con las viviendas
de los veinte empleados, salpican de
blanco el verde apetitoso de la finca
en primavera. Al pie de la Residencia
DE EXTE SION AGRARIA, 511987. S IEMBRE-OCTUBR
—centro del complejo— reciben al
cronista Jaime Rodrigáñez y Luis
Silió, que con María Teresa Dobao
forman el trío de investigadores que
hoy tienen a su cargo esta piara
experimental. Con ellos, un hombre
de mirada franca y ancha sonrisa,
Julián Fernández, que inició de niño
la aventura junto a don Miguel y
hoy es el encargado del centro:
—Esto empezó a funcionar allá
por el año 1944, si no antes, que me
recuerdo que se trajeron las cerdas
de Portugal y, a continuación, vinieron las Pueblas. Unas y otras se llevaron al Quinto de Mengacenal al
cuidado del tío Pedro, el suegro de
lE
S, CONVOCATORIAS, NOMBRES...
••n
David, hasta que se hicieron adultas
para la cubrición. Entonces no había
naves, ni nada de lo que usted ve, y
se improvisaron ahí unos corrales en
el tejar. Teóricamente la cubrición se
hacía en los papeles, pero cuando
una cerda salía en celo, mi padre llegaba y decía: «Don Teodoro, la
cerda número tal ha salido en celo».
Don Teodoro, entonces, se arrimaba
al papel y decía: «Pertenece al verraco número tal». Y allí íbamos con la
cerda, la echábamos el verraco y
hasta que la cubría, un día, dos días,
tres días, según. Y, luego, la paridera, los 111 días, que me recuerdo
que por aquel entonces, en la Casa
de los Pobres, había unas cochiqueras viejas, donde teníamos que estar
día y noche, hasta el parto, fuera de
la nave, a la intemperie. Como verá,
todo de artesanía. Más tarde vino la
construcción de naves, donde hubo
que meter las otras parideras, pero
todavía sin el piso echado. O sea, se
hicieron primero las naves de cría y,
después, la nave de verracos. Por
aquel entonces vino don Miguel y
adjudicó una nave a cada porquero.
Me recuerdo que entonces teníamos
un sueldo de ocho o nueve pesetas y
había que estar día y noche, las veinticuatro horas, trajinando. Eso sí,
con el jornal nos daban casa, luz y
leña. Cerdo, no señor, no nos dejaban tener, pero sí un burro, dos
cabras y unas gallinas. Pero al montarse el centro, como había que
pesar todos los piensos y tal, por un
por si acaso, se suprimieron los animales y nos daban lo que decían la
excusa, que me parece que eran
veinticinco kilos de tocino a cambio
de las gallinas y doscientos kilos de
magro a cambio del burro y de las
cabras. Entonces las cerdas, en cuanto
llevaban tres días paridas, salían al
campo, dos horas por la mañana y
dos por la tarde, y a los lechones,
atendidos por mujeres, se les sacaba
también a los parques. Las cosas
fueron más o menos bien hasta que
el año 63 se presentó el primer brote
de peste africana. ¡Qué desgracia,
oiga! Las mujeres lloraban por los
rincones y los hombres ni sabíamos
lo que hacer. Los cerdos andaban
cabizbajos, como baldados, diría yo,
sin ganas de comer y fiebre de más
de 40 grados. Cerdas hubo, abocadas
a parir, que tuvimos que matar a
base de almanadas, o sea, golpes
secos en la cabeza, porque era peligroso hacer sangre. Y el resto que
no murió, ahí quedó, se iban haciendo los partos y se marcaban donde
se hacían, pero no se tocaban. Los
apestados, en cambio, se quemaban
con gas-oil, se arrojaban a una zanja
y se cubrían con cal viva. Una tragedia. Y aquí nosotros aislados, o
sea, al que había cogido dentro no
podía salir y al que había cogido
fuera no podía entrar, que me recuerdo que Moisés ni pudo ir al hospital
a ver a su mujer que acababa de dar
a luz. Hasta que unos meses más
tarde se le ocurrió a don Miguel la
operación Arca de Noé, es decir,
trasladar unas piaras a una isla en
las marismas del Guadalquivir para
salvar la semilla de la peste, ¿entiende? Pero, ¿qué paso? Pues pasó, ni
más ni menos, que de las '60 cerdas
y 20 machos que llevamos allí no
salvó ni uno. A los seis meses llegó
la peste por el agua, que había gente
ignorante que echaba al río los guarros muertos. Así que llamé a don
Jaime y me dijo que a los de la
segunda tanda les diera de beber de
una cisterna nueva, con agua de
Lebrija, del pueblo, ¿sabe? Pero algún
verraco había bebido ya en el río y
tampoco hubo remedio. Menos mal
que salvaron los que quedaron aquí
y montamos con ellos otra Arca de
Noé en el Bercial y con ellos salvamos la semilla.
Don Miguel Odriozola, una especie de quijote anglosajón, que se jactaba de haberse sumergido en invierno
en todos los ríos y manantiales de
España, y humanizaba su mente científica con divertidos inventos como el
de la mesa-carretilla para tomar datos
mientras seguía a la piara por el
monte, adelantó en el Dehesón a
Jaime Zuzuárregui, otro ingeniero,
que permaneció en la finca cerca de
cuarenta años y murió con las botas
puestas, fulminado por un derrame
cerebral en el porche de su casa.
II
41114:larrirei :11.1t1 f.: -1,
•
-
ECHOS, CONV
Ambos recogieron sus observaciones
fundamentales en sendos libros, cuya
edición patrocinaron las Fundaciones
Martín Escudero y Juan March. De
la fusión de las cuatro razas iniciales
surgió el pelirrojo Torbiscal, mientras
conservaban en pureza una de ellas,
la Puebla, marranos negros, lampiños, el famoso «pelón guadianés»,
prácticamente desaparecido. Hoy, la
piara del Dehesón es la preferida por
los ganaderos, que cruzan, a veces,
con el Duroc-Jersey. En los tres
últimos años, el Dehesón del Encinar
ha suministrado más de dos mil quinientos reproductores de cerdo ibérico a ochenta y tantas ganaderías.
Su rendimiento óptimo en paletas y
jamones —según datos de los mataderos de Jabugo— y su aptitud para
campear por topografías de encinas y
alcornoques ponen a este cerdo por
delante de los ibéricos de otras
procedencias.
—El establecimiento de unidades
de cubrición lo planeó don Miguel a
su modo. Me recuerdo que un día
me preguntó: «Julián, ¿qué puede
saltar un cerdo?». Y lo que yo le
dije: «Un metro o metro y medio a
todo tirar». Y el replicó: «Pues
entonces que levanten las tapias de
tres metros». ¿Se da cuenta? Don
Miguel era así, no le gustaban las
cosas a medias. De modo que dividió
las unidades con paredes de tres
metros para evitar que un animal
entrara en una cochiquera que no le
correspondía. Y para garantizar la
paternidad, candó las puertas y las
1/1t,;.
precintó, de forma que hasta para
limpiar había que saltar la tapia. Y
allí se estaban en la cochiquera,
durante veinticinco días, siete cerdas
con su macho. Al cabo de este
tiempo se quitaba el precinto, se
abría el candado y se sacaba a los
animales, mejor dicho, se sacaba al
macho, pues las hembras aguardaban
otros tres días por si se había producido algún equívoco. Don Miguel, ya
le digo, era muy escrupuloso para
esto de la genealogía. Andando el
tiempo, las cerdas parían y nosotros
recogíamos a los lechones en unos
cajones y cada dos horas les llevábamos a mamar. Había que enseñarles a coger teta, pues cada lechón se
acostumbra a una teta, y ya sabe
usted que no todas las cerdas tienen
las mismas, que por lo regular serán
diez, pero yo las he visto con ocho y
hasta con catorce tetas. De modo
que cada porquero tenía una nave
asignada y yo, que por entonces
cumplí los diez años, echaba una
mano a mi padre, pero me dormía,
no aguantaba tantas horas sin dormir; en cambio mi padre, que gloria
haya, recostaba la frente en la ventana,
de pie, ¿se da cuenta?, hasta que oía
gruñir a los lechones y entonces me
voceaba: «¡Arriba, muchacho, hay
que darlos de mamar!». Y yo, medio
dormido, los ponía a mamar, pero,
por lo regular, la mamada demoraba
una hora, de manera que yo dormía
cuando dormía, una de cada dos.
¿Juntarlos, dice? Imposible, no señor;
don Miguel temía, y con razón, que
la madre los aplastara o no acertaran
a coger teta, o sea, había que vigilarlos. A la semana sí, los lechones
espabilaban y podía unos dejarlos
con la madre sin mayor reparo.
Luego, don Miguel y don Jaime
crearon un premio para el lechón de
mayor peso, quinientas pesetas, ¿se
da cuenta?, de forma que todos nos
preocupábamos de alimentar bien a
la cerda para que tuviese leche y, de
vez en cuando, les echábamos a los
lechones a escondidas unos puñaditos
de pienso para que medrasen más.
¿Trampa dice? Según se mire, oiga,
que al fin y al cabo todos hacíamos
lo mismo y todo iba en beneficio del
ganado. Semanas después venía el
destete y el «desfile» que yo llamaba.
Don Miguel y don Jaime nos decían
un día: «Venga, hay que ver a los
verracos». Y, uno a uno, se los
traíamos hasta la mesa-carretilla y
ellos hacían sus anotaciones, qué sé
yo, el largo del animal, la altura, el
pelo, el tamaño de la cabeza, esas
cosas. Después se ponían con las
cerdas y hacíamos otro tanto, y la
que les gustaba se quedaba para
reproductora y, la que no, se desechaba. Y luego, fmalmente, les tocaba el turno a los lechones, que don
Miguel quería verlos a todos, incluso
a los alguacilillos que decíamos, los
abuelos, los más desmedrados. Y
reclamaban las camadas, una a una,
por el número de los padres, o sea,
por los verracos. Y cuando acababan
con uno, empezaban con el otro,
otro padre, quiero decir, hasta que
terminaban con la paridera. Y así
que concluíamos, don Miguel se
encerraba en la Residencia a estudiar, que en esos casos no quería oír
ni un pájaro, que me recuerdo que
había entonces aquí un chico un
poco retrasado que le llamábamos
Anción, y qué sé yo qué pájaro
reclamaba, pero lo hacía tan recio y
con tal propiedad que teníamos que
encerrarle con llave bien lejos para
que no le molestase. Don Miguel
tenía un carácter un poco fuerte, sí
señor, pero todo el mundo le quería,
que lo que tenía de nervioso lo tenía
de buena bondad, a ver si nos
entendemos.
En 1979, el Dehesón del Encinar
pasó al INIA, y el mes de marzo del
84 fue transferido a la Comunidad
Autónoma de Castilla-La Mancha,
coincidiendo casi con la paridera
número 100 de su historia. En los
años transcurridos, el volumen de
HOS, CONVOCATORIAS, NOMBRES...
datos registrados es de mucho bulto:
9.500 fichas de camada, 65.000 fichas
individuales y 4.500 fichas de despiece, cifras que suponen, sin duda,
el mayor esfuerzo realizado en España sobre una raza autóctona de
cualquier especie ganadera. Julián
Fernández, el encargado, entorna los
ojos con cierta añoranza:
—Pero todo esto que le cuento
pasó, como todas las cosas pasan en
la vida. Hoy día el trabajo en el centro es muy distinto, aunque sea igual,
a ver si nos entendemos. Quiero
decirle que el fin es el mismo, pero
las instalaciones y las condiciones de
trabajo son diferentes. Hoy un porquero no sale por menos de sesenta
billetes, tiene vacaciones retribuidas,
horas extraordinarias, sus días libres
a la semana; en fin, que es otra cosa.
Pero aquí, a mi entender, ha habido
un pagano: el ganado. O sea, con la
gente y el horario de que disponemos se dejan por hacer muchas
cosas. Blanquear las cochiqueras, pongo por caso, cada medio año, como
se hacía antaño. Hoy las cochiqueras
llevan cuatro o cinco años sin blanquear. Se desinfectan, faltaría más,
pero no se blanquean. Y como eso,
tantas cosas. Esto no quita para que
este ganado se cotice cada día más y
hayamos tenido que establecer un
turno de espera, que no creo que me
equivoque si le digo que de Salamanca a Jerez de la Frontera tenemos pedidos para dos años. •
CONDECORACIONES
El Presidente de la República Federal Alemana ha concedido la Cruz de Gran Oficial de la Orden del Mérito de
aquel país al Director General de Investigación y Capacitación Agrarias, D. Adolfo Martínez Gimeno, como reconocimiento a la labor realizada por el mismo en el desarrollo del
Programa de Intercambio Agrario Hispano-Alemán.
La imposición de las correspondientes insignias se efectuó por el Embajador de la República Federal de Alemania,
en la sede de la Embajada, el día 6 del pasado mes de
octubre.
Recíprocamente y en reconocimiento de su actuación en
la misma actividad, S. M. el Rey de España ha dispuesto el
ingreso en la Orden Civil del Mérito Agrícola, en su categoría de Encomienda Ordinario, al Dr. Helmuth Buermann,
Consejero Ministerial en el Ministerio Federal de Alimentación, Agricultura y Bosques, y miembro de la delegación
alemana en la Comisión de Intercambio Agrario Hispano-Alemán.
DIA MUNDIAL DE LA
ALIMENTACION
El día 16 de octubre, el Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación conmemoró, como en años anteriores, el Día
Mundial de la Alimentación.
En esta ocasión, el Comité Nacional del
D.M.A. determinó a instancia del Excmo.
Sr. Ministro de Agricultura, que la organización y desarrollo del acto conmemorativo
se llevase a efecto por la Comunidad de
Castilla-La Mancha, que eligió como
marco para su celebración el Palacio de
Benacazón, en Toledo.
Con el lema fijado por la F.A.O. «los
pequeños agricultores», el Excmo. Sr.
Consejero de Agricultura de la Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha, D.
Fernando López Carrasco, inició la jornada a la que asistieron distintas personalidades del M.A.P.A., así como grupos de
agricultores y jóvenes escolares de E.G.B.
de las Comunidades de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y Madrid.
Siguiendo el orden establecido en el
programa, D. José Antonio Rodríguez
Fraguas, del M.A.P.A., pronunció una
documentada y puntual disertación sobre
IV
«Los pequeños agricultores», señalando
su importancia en nuestra sociedad y el
importante papel que juegan en el mundo
agrario. Posteriormente, D. Esteban Carrero Gallego, joven agricultor de CastillaLa Mancha, como representante de una
Explotación Familiar Agraria, expuso sus
vivencias en el sector y las ayudas que
había recibido para poner en marcha los
proyectos que le permitieron mejorar su
empresa.
Con motivo del Día Mundial de la
Alimentación se efectuó la entrega de los
premios a los colegios ganadores del
Concurso Escolar sobre el D.M.A. de
1986, que correspondieron a:
Primer premio: Ntra. Sra. de la Concepción (Madrid).
Segundos premios: Rosalía de Castro
(Pontevedra) y Gonzalo de Córdoba (Valladolid).
El acto fue clausurado por el Ilmo. Sr.
D. Julián Arévalo Arias, Subsecretario
de Agricultura, Pesca y Alimentación,
que actuó en representación del Excmo.
Sr. Ministro.
ECHOS, CONV CATORIAS, NOMBRES...
PROTEAGINOSAS
(Guisantes, habas, haboncillos y altramuz dulce)
A. ORGANIZACION DEL
SECTOR EN LA C.E.E.
No existe para este sector una
organización común de mercados específica, pero están previstas una serie de medidas especiales que se detallan a continuación.
A.1. Productos que comprende
Las medidas anteriores afectan
a guisantes, habas, haboncillos y
altramuz dulce.
A.2. Campaña de comercialización
La campaña de comercialización cubre el período comprendido entre el 1 de julio y el 30
de junio del año siguiente.
A.3. Utilización
a) Fabricación de alimentos
para el ganado.
b) En alimentación humana o
animal, de distinta forma que la
anterior.
A.4. Régimen de precios
Para cada campaña se fijan
los siguientes precios:
Precio umbral de activación
(desencadenante de la ayuda).
Se refiere a la torta de soja
del 44% de proteínas y sirve
para calcular las ayudas correspondientes al apartado a),
punto A.3.
Precio objetivo. Relativo a las
ayudas a conceder dentro del
apartado A.3. b), es el deseable para los guisantes, habas
y haboncillos en el mercado
comunitario.
— Precio mínimo. Se fija a un
nivel que permita unos ingresos remuneradores al productor.
— Incrementos mensuales. Los
tres precios anteriores experimentan unos incrementos mensuales a partir del tercer mes
de la campaña y durante los
seis meses siguientes.
B. PERIODO TRANSITORIO
PARA ESPAÑA
B.1. Duración
El período transitorio para las
proteaginosas es el general de
siete años.
A.5. Régimen de ayudas
— Para los productos con precio umbral de activación [apar-
tado a) de A.3]. Cuando el precio mundial de la torta de soja
resulte inferior al precio umbral
de activación, se concede una
ayuda igual al:
— 45% de la diferencia entre
ambos precios para los guisantes, habas y haboncillos.
— 60% de la diferencia entre
ambos precios para los altramuces dulces.
— Para los productos con el precio objetivo [apartado b) de
A.3.] Cuando el precio mundial de estas especies es inferior al precio objetivo, se concede una ayuda igual a la diferencia entre ambos precios.
A.6. Régimen de intercambios
con países terceros
La protección de la producción comunitaria frente a las
importaciones de países terceros
se establece mediante el Arancel
Aduanero Común. Los países
mediterráneos y países ACP gozan de preferencias arancelarias
e incluso de derechos nulos.
.irjr
B.2. Aproximación de precios
Los precios españoles (umbral
de activación y mínimo) para el
altramuz dulce son inferiores a
los comunitarios, por lo que
deberán aproximarse a estos últimos en siete tramos. Para el
cálculo de dichas aproximaciones, que han comenzado en la
campaña 1986-87, se toma corno
punto de partida la diferencia
existente en 1985-86, que era
4,10 ECUs/100 kg.
IF
IMERIE~wa""~11~14911ffirs`EnNTITT"'',""""°""" ,
CONVOCATORIAS, NOMBRE
Para el resto de los productos,
como la diferencia de precios
antes de la adhesión era inferior
al 3%, a partir del 1 de marzo de
1986 se aplican en España los
mismos precios comunitarios.
De acuerdo con lo anterior,
los precios para la campaña
1986/87 son los siguientes:
CEE a diez
ESPAÑA
ECUS/100 kg. ECUS/100 kg.
Precio umbral de activación (desencadenantes de la ayuda):
Guisantes, habas y haboncillos Altramuz dulce Ptas./tm.
50,96
48,50
50,96
44,96
74.297,6
65.549,8
32,80
32,80
47.821,0
28,63
27,62
32,11
28,63
27,62
29,90
41.741,3
40.268,8
43.593,0
Precios objetivos..
Guisantes, habas y haboncillos
Precios mínimos de compra:
Guisantes Habas y haboncillos
Altramuz 8.3. Aproximación de ayudas
La ayuda en España será la
comunitaria disminuida en la diferencia de precios institucionales en la Comunidad a diez y en
España y también en la cuantía
de la incidencia de los derechos
de aduana aplicados en España
a la importación procedente de
terceros países de los respectivos productos.
Las últimas ayudas fijadas para
España son:
Ptas /tm.
Fabricación de alimentos para el ganado [A.3 a)]
Guisantes, habas y haboncillos Altramuces Alimentación humana o animal, distinta de la anterior [A.3 b)]
Guisantes Habas y haboncillos 23.153
23.153
18.654
19.361
8.4. Intercambios
B.4.1.
Intercambios entre España
y la Comunidad a diez
Los derechos de aduana a la
importación serán suprimidos
progresivamente a lo largo de
los siete años de período transitorio.
Sin embargo, las diferencias
son tan pequeñas que la Comisión ha propuesto suprimirlos de
una sola vez.
B.4.2. Intercambios entre España
y los países terceros
A partir del 1 de marzo de
1986 España aplica a sus importaciones el Arancel Aduanero
Común para las habas y haboncillos.
Respecto a los guisantes y
altramuces, los derechos de base
españoles son superiores en más
de un 15% a los del Arancel
Aduanero Común, por lo que se
aproximarán a éstos a lo largo
de los siete años del período
transitorio.
España aplicará desde el día
de la adhesión las preferencias
arancelarias concedidas por la
Comunidad a determinados países terceros.
B.4.3. Intercambios con Portugal
España y Portugal aplicarán
un desarme arancelario mutuo al
mismo ritmo con que cada uno
de ellos lo hace frente a la
Comunidad a diez.
REVISTA DE EXTENSIO
SEPTIEMBRE-OCTUBRE
IVOSSR
04 +.,.
F' o
,•s.,„. , s.,„ 1k•
_NOVEDADES EDITORIALES ,.,
o
l 4
.A
r
> .4.
N
,` . n•n• cyw
• N
•.1.111" 41Z3
\ 4'11. fk VI\ *4
..;• -
FRUTALES
Y ABEJAS
71C Á /44
LA LABOR DE LAS ABEJAS SOBRE LOS FRUTALES,
TRATADA POR PRIMERA VEZ EN UN LIBRO ESPAÑOL
«Frutales y abejas» es el primer
libro escrito por un español sobre la
imprescindible labor de las abejas
en su función polinizadora de los
árboles frutales. El autor es Juan
Rallo García, investigador y agente
de extensión agraria.
El Ministerio de Agricultura, Pesca
y Alimentación ha editado e incluido
el libro « Frutales y abejas » en su
oferta de publicaciones de extensión
agraria. Los destinatarios de esta
obra son los apicultores, fruticultores y personas interesadas en conocer el mundo de las abejas, su vida,
costumbres y modernos sistemas
para su utilización en la polinización
agrícola.
El El autor, residente en
Mallorca, es partidario
de una mayor
utilización de la
polinización, trabajo
que en la abeja es más
rentable incluso que el
del producto directo
El libro incluye dos anejos: uno
sobre los frutales que requieren
polinización o que muestran aumentos importantes de producción como
resultado de la actividad de las abejas y otro sobre los frutales que
precisan polinización anemófila o
por el aire.
Aparte de los anejos, «Frutales y
abejas » consta de tres partes bien
diferenciadas. La primera, que tiene
un carácter introductorio, plantea al
principio la relación existente entre
frutales y abejas, que es de mutua
supervivencia. Los insectos transportan el polen en su cuerpo velludo,
asegurando así la polinización y
eventualmente la fecundación. Gran
número de vegetales sólo aprovechan al máximo su potencial de
producción de frutos y semillas si
han sido visitadas sus flores por los
insectos polinizadores, como son las
abejas.
Si se quiere hacer una valoración
económica de los servicios prestados por las abejas a la agricultura,
según la F.A.O. éstos se cifran en
veinte veces el valor comercial de
todos los productos que se obtienen
de la colmena. Juan Rallo afirma en
relación a este tema que «la orientación actual de nuestra apicultura
tiene predominantemente carácter
extractivo (miel, polen, cera, etc.)
cuando estas actividades, por el
valor económico que generan, deberían figurar como metas secundarias
de la polinización».
La agricultura y la apicultura están
irremediablemente unidas. En su libro,
Juan Rallo dice que la agricultura
moderna depende en gran medida
de la abeja melífera. El noventa por
ciento de los cultivos alimenticios,
esto es, una tercera parte de los
alimentos totales que consumimos,
proceden directa o indirectamente
de plantas entomófilas, que son
aquellas que dependen de la abeja
melífera y otros insectos a través de
la polinización cruzada.
Como las ventajas de la abeja
melifera frente a otros insectos polinizadores son relevantes, su demanda ha aumentado para los modernos
cultivos. Actualmente, si se quiere
tener una polinización eficaz es preciso el uso de abejas, puesto que
las poblaciones naturales de especies silvestres se han reducido de
forma drástica, entre otros motivos
por el uso indiscriminado de pesticidas.
Los ocho capítulos de la segunda
parte están dedicados a la abeja
melifera, al procedimiento que sigue
para recolectar el polen, a la prác-
REVISTA DE EXTENSION A A IA, 5/1987. SEPTIEMBRE-OCTUBRE
tica de la polinización por medio de-,';`00\
estos insectos y a los peligros que
se ciernen sobre ellas. La apictIltura
orientada a la polinización el otr.s: ¿:?i<
capítulo importante de esta ,ség.undá
parte. Allí se especifican cuM.Akilft. •
los papeles a seguir por ca"neby
de los que participan en está-ftetrvidad.
La tercera parte tiene un tema
único: la polinización de alguos frutales importantes, como el manzano,
el peral y el membrillero, el cerezo,
el almendro, melocotonero y otros.
Juan Rallo, nacido en Castellón y
afincado en Mallorca, es Ingeniero
Técnico Agrícola y agente de extensión agraria del Ministerio de Agricultura en las especialidades de fruticultura, apicultura y cultivo de hongos comestibles. En 1971 fundó en
Inca la Agencia de extensión agraria, desarrollando trabajos de investigación y divulgación. En 1980 fue
nombrado «especialista en fruticultura» del S.E.A. de Baleares y en la
actualidad pertenece a la sección de
investigación agraria de la Conselleria de Agricultura. Entre sus actividades realizadas o en fase de experimentación destacan: polinización
de almendros, mejora de albaricoqueros y almendros de Mallorca,
introducción al cultivo del pistacho
y la jojoba, reestructuración de los
agrios, etc.
Francesca Bordoy
Artículo aparecido en el periódico de Baleares «El Día»
de fecha 25 de julio de 1987.
CONVOCATORIAS, NOMBRES...
Denominaciones
Específicas de legumbres ,Z~
Desde mucho tiempo atrás, las legumbres han desempeñado un papel fundamental en la alimentación española, tanto en el aspecto nutricional como en el
gastronómico.
Las legumbres, ricas en proteínas, cubrieron satisfactoriamente las necesidades alimenticias en épocas y zonas donde el consumo de carnes y pescados no era habitual. Además, son las protagonistas de una cocina regional de
larga tradición, que con aderezos y otros condimentos, ofrecen un valor nutritivo
perfecto.
Las legumbres son fundamentalmente ricas en proteínas, pero también proporcionan a nuestro organismo hidratos de carbono, sales minerales, vitaminas y la
cantidad precisa de grasas.
Por estas características, y por la calidad que ofrecen al consumidor, el INDO
amplió el régimen de Denominaciones Específicas a las legumbres. En la actualidad, gozan de esta protección las judías secas, los garbanzos y las lentejas.
JUDIAS:
De La Bañeza Del Barco de Avila Reconocimiento de la D.E.
O.M. 6-111-84
O.M. 27-VII-84
Judías de La Barieza
La zona de producción de las judías
de La Bañeza, se localiza al sur de la
provincia de León.
La superficie dedicada al cultivo de
las judías secas supone 18.000 ha todas
ellas en cultivo único, con una producción total que ronda la cifra de 25.000
toneladas. Esta zona elabora judías de
notable calidad y renombre, debido a
las condiciones climatológicas y geográficas.
Las variedades se cultivan en terrenos de regadío, con condiciones físicas
y químicas que favorecen la obtención
de granos con excelentes características
organolépticas.
Las principales variedades cultivadas
son la «Redonda» o «Manteca», de
hoja verde oscura, vaina verde y flor
blanca, muy apreciada por su calidad y
por su riqueza en proteínas y la de
«Riñón», cuya vaina es verde clara y
su flor blanca, entre otras.
VIII
VISTA DE EXTENS1ON AGRARIA, 5/1987. SEPTIEMBRE-OC
Descargar