y e CASTILLA HABLA La obra literaria de Miguel Delibes puede contribuir de forma significativa al conocimiento de la realidad agraria de la meseta castellana. Los temas de sus libros y el lenguaje que en ellos utiliza tienen una clara referencia rural y agraria a la vez, que reflejan costumbres y prácticas que son pura esencia de la vida en el campo. Como ejemplo, recogemos aquí, de su libro «Castilla habla», de la colección Ancora y Delfín de Ediciones Destino, el capítulo titulado «El dehesón del Encinar», precedido de la propia introducción que el autor hace del libro. Para entendernos Las voces aparentemente elementales de un pastor, un caracolero, unos modestos labradores, un molinero, un capador, un piñero, etc., aparte su riqueza de expresión, que he procurado conservar intacta, apuntan con frecuencia sabiamente a los ancestrales problemas de Castilla y León: sequía, pobreza del suelo, individualismo, despoblación, envejecimiento, contaminación, abandono oficial, desconfianza... La menesterosidad, en suma, de una región que en el pasado alumbró mundos y que hoy se nos muestra achacosa, mal comunicada, pagana de un incipiente desarrollo, siquiera la incomprensión periférica haya venido considerándola en el último medio siglo, como expresión del centralismo español. Por supuesto este libro no es una novela, pero tampoco un estudio científico, apoyado en datos y estadísticas, sino algo a mi juicio más elocuente: un libro vivo donde la realidad castellana nos es expuesta por sus propios protagonistas, los más humildes vecinos de nuestros pueblos y aldeas. Esto no quiere decir que la lectura de estas páginas constituya un simple pasatiempo sino que de los monólogos de estos supervivientes de un éxodo aún inconcluso, pueden sacarse provechosas enseñanzas, primer paso para plantearnos con sinceridad y conocimiento de causa el futuro de esta región a raíz de la incorporación de España a Europa. Miguel Delibes Nació en Valladolid en 1920. Cursó las carreras de Derecho y Comercio y más tarde ejerció como catedrático de Derecho Mercantil y periodista. Extraordinario novelista, se dio a conocer con La sombra del ciprés es alargada. Premio Nadal 1947. Otros premios en su haber son el Nacional de Literatura (1955). el Fastenrath (1957), el de la Crítica (1962). el Príncipe de Asturias de las Letras (1982) y el de las Le iras de Castilla y León (1985). En 1973 fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua. De la colección Ancora y Delfín, tomo 598, de Ediciones Destino. Introducción y páginas 156 a 162. M. D. EL DEHESON DEL ENCINAR Del otro lado de Gredos, trepando por los puertos de La Menga y El Pico, deslizándose, luego, por el tobogán de Villarejo hasta Arenas de San Pedro, entre Candeleda y Oropesa, casi en la línea que separa las dos Castillas, se encuentra el Debesón del Encinar. El cronista llevaba lustros —antes de morir don Miguel Odriozola en 1974— con la ilusión de visitar este rincón, vasta y ondulada pradera moteada de encinas y alcornoques centenarios, donde don Miguel creó, hace más de cuarenta años, su centro de cría de cerdo ibérico. El sabio genetista aspiraba a seleccionar y difundir esta raza, la mejor adaptada a las condiciones de las dehesas de encinas y alcornoques del suroeste de la Península. Para ello barajó, en principio, cuatro soleras típicas: Ervideira y Caldereira — portuguesas— y las extremeñas Puebla y Campanario. El profesor Odriozola inició sus experiencias con las piaras en pastoreo, pero, tras el brote de peste porcina africana de 1963, optó por la estabulación. Este es el origen de las edificaciones — naves de cría, unidades de cubrición, mataderos— que, con las viviendas de los veinte empleados, salpican de blanco el verde apetitoso de la finca en primavera. Al pie de la Residencia DE EXTE SION AGRARIA, 511987. S IEMBRE-OCTUBR —centro del complejo— reciben al cronista Jaime Rodrigáñez y Luis Silió, que con María Teresa Dobao forman el trío de investigadores que hoy tienen a su cargo esta piara experimental. Con ellos, un hombre de mirada franca y ancha sonrisa, Julián Fernández, que inició de niño la aventura junto a don Miguel y hoy es el encargado del centro: —Esto empezó a funcionar allá por el año 1944, si no antes, que me recuerdo que se trajeron las cerdas de Portugal y, a continuación, vinieron las Pueblas. Unas y otras se llevaron al Quinto de Mengacenal al cuidado del tío Pedro, el suegro de lE S, CONVOCATORIAS, NOMBRES... ••n David, hasta que se hicieron adultas para la cubrición. Entonces no había naves, ni nada de lo que usted ve, y se improvisaron ahí unos corrales en el tejar. Teóricamente la cubrición se hacía en los papeles, pero cuando una cerda salía en celo, mi padre llegaba y decía: «Don Teodoro, la cerda número tal ha salido en celo». Don Teodoro, entonces, se arrimaba al papel y decía: «Pertenece al verraco número tal». Y allí íbamos con la cerda, la echábamos el verraco y hasta que la cubría, un día, dos días, tres días, según. Y, luego, la paridera, los 111 días, que me recuerdo que por aquel entonces, en la Casa de los Pobres, había unas cochiqueras viejas, donde teníamos que estar día y noche, hasta el parto, fuera de la nave, a la intemperie. Como verá, todo de artesanía. Más tarde vino la construcción de naves, donde hubo que meter las otras parideras, pero todavía sin el piso echado. O sea, se hicieron primero las naves de cría y, después, la nave de verracos. Por aquel entonces vino don Miguel y adjudicó una nave a cada porquero. Me recuerdo que entonces teníamos un sueldo de ocho o nueve pesetas y había que estar día y noche, las veinticuatro horas, trajinando. Eso sí, con el jornal nos daban casa, luz y leña. Cerdo, no señor, no nos dejaban tener, pero sí un burro, dos cabras y unas gallinas. Pero al montarse el centro, como había que pesar todos los piensos y tal, por un por si acaso, se suprimieron los animales y nos daban lo que decían la excusa, que me parece que eran veinticinco kilos de tocino a cambio de las gallinas y doscientos kilos de magro a cambio del burro y de las cabras. Entonces las cerdas, en cuanto llevaban tres días paridas, salían al campo, dos horas por la mañana y dos por la tarde, y a los lechones, atendidos por mujeres, se les sacaba también a los parques. Las cosas fueron más o menos bien hasta que el año 63 se presentó el primer brote de peste africana. ¡Qué desgracia, oiga! Las mujeres lloraban por los rincones y los hombres ni sabíamos lo que hacer. Los cerdos andaban cabizbajos, como baldados, diría yo, sin ganas de comer y fiebre de más de 40 grados. Cerdas hubo, abocadas a parir, que tuvimos que matar a base de almanadas, o sea, golpes secos en la cabeza, porque era peligroso hacer sangre. Y el resto que no murió, ahí quedó, se iban haciendo los partos y se marcaban donde se hacían, pero no se tocaban. Los apestados, en cambio, se quemaban con gas-oil, se arrojaban a una zanja y se cubrían con cal viva. Una tragedia. Y aquí nosotros aislados, o sea, al que había cogido dentro no podía salir y al que había cogido fuera no podía entrar, que me recuerdo que Moisés ni pudo ir al hospital a ver a su mujer que acababa de dar a luz. Hasta que unos meses más tarde se le ocurrió a don Miguel la operación Arca de Noé, es decir, trasladar unas piaras a una isla en las marismas del Guadalquivir para salvar la semilla de la peste, ¿entiende? Pero, ¿qué paso? Pues pasó, ni más ni menos, que de las '60 cerdas y 20 machos que llevamos allí no salvó ni uno. A los seis meses llegó la peste por el agua, que había gente ignorante que echaba al río los guarros muertos. Así que llamé a don Jaime y me dijo que a los de la segunda tanda les diera de beber de una cisterna nueva, con agua de Lebrija, del pueblo, ¿sabe? Pero algún verraco había bebido ya en el río y tampoco hubo remedio. Menos mal que salvaron los que quedaron aquí y montamos con ellos otra Arca de Noé en el Bercial y con ellos salvamos la semilla. Don Miguel Odriozola, una especie de quijote anglosajón, que se jactaba de haberse sumergido en invierno en todos los ríos y manantiales de España, y humanizaba su mente científica con divertidos inventos como el de la mesa-carretilla para tomar datos mientras seguía a la piara por el monte, adelantó en el Dehesón a Jaime Zuzuárregui, otro ingeniero, que permaneció en la finca cerca de cuarenta años y murió con las botas puestas, fulminado por un derrame cerebral en el porche de su casa. II 41114:larrirei :11.1t1 f.: -1, • - ECHOS, CONV Ambos recogieron sus observaciones fundamentales en sendos libros, cuya edición patrocinaron las Fundaciones Martín Escudero y Juan March. De la fusión de las cuatro razas iniciales surgió el pelirrojo Torbiscal, mientras conservaban en pureza una de ellas, la Puebla, marranos negros, lampiños, el famoso «pelón guadianés», prácticamente desaparecido. Hoy, la piara del Dehesón es la preferida por los ganaderos, que cruzan, a veces, con el Duroc-Jersey. En los tres últimos años, el Dehesón del Encinar ha suministrado más de dos mil quinientos reproductores de cerdo ibérico a ochenta y tantas ganaderías. Su rendimiento óptimo en paletas y jamones —según datos de los mataderos de Jabugo— y su aptitud para campear por topografías de encinas y alcornoques ponen a este cerdo por delante de los ibéricos de otras procedencias. —El establecimiento de unidades de cubrición lo planeó don Miguel a su modo. Me recuerdo que un día me preguntó: «Julián, ¿qué puede saltar un cerdo?». Y lo que yo le dije: «Un metro o metro y medio a todo tirar». Y el replicó: «Pues entonces que levanten las tapias de tres metros». ¿Se da cuenta? Don Miguel era así, no le gustaban las cosas a medias. De modo que dividió las unidades con paredes de tres metros para evitar que un animal entrara en una cochiquera que no le correspondía. Y para garantizar la paternidad, candó las puertas y las 1/1t,;. precintó, de forma que hasta para limpiar había que saltar la tapia. Y allí se estaban en la cochiquera, durante veinticinco días, siete cerdas con su macho. Al cabo de este tiempo se quitaba el precinto, se abría el candado y se sacaba a los animales, mejor dicho, se sacaba al macho, pues las hembras aguardaban otros tres días por si se había producido algún equívoco. Don Miguel, ya le digo, era muy escrupuloso para esto de la genealogía. Andando el tiempo, las cerdas parían y nosotros recogíamos a los lechones en unos cajones y cada dos horas les llevábamos a mamar. Había que enseñarles a coger teta, pues cada lechón se acostumbra a una teta, y ya sabe usted que no todas las cerdas tienen las mismas, que por lo regular serán diez, pero yo las he visto con ocho y hasta con catorce tetas. De modo que cada porquero tenía una nave asignada y yo, que por entonces cumplí los diez años, echaba una mano a mi padre, pero me dormía, no aguantaba tantas horas sin dormir; en cambio mi padre, que gloria haya, recostaba la frente en la ventana, de pie, ¿se da cuenta?, hasta que oía gruñir a los lechones y entonces me voceaba: «¡Arriba, muchacho, hay que darlos de mamar!». Y yo, medio dormido, los ponía a mamar, pero, por lo regular, la mamada demoraba una hora, de manera que yo dormía cuando dormía, una de cada dos. ¿Juntarlos, dice? Imposible, no señor; don Miguel temía, y con razón, que la madre los aplastara o no acertaran a coger teta, o sea, había que vigilarlos. A la semana sí, los lechones espabilaban y podía unos dejarlos con la madre sin mayor reparo. Luego, don Miguel y don Jaime crearon un premio para el lechón de mayor peso, quinientas pesetas, ¿se da cuenta?, de forma que todos nos preocupábamos de alimentar bien a la cerda para que tuviese leche y, de vez en cuando, les echábamos a los lechones a escondidas unos puñaditos de pienso para que medrasen más. ¿Trampa dice? Según se mire, oiga, que al fin y al cabo todos hacíamos lo mismo y todo iba en beneficio del ganado. Semanas después venía el destete y el «desfile» que yo llamaba. Don Miguel y don Jaime nos decían un día: «Venga, hay que ver a los verracos». Y, uno a uno, se los traíamos hasta la mesa-carretilla y ellos hacían sus anotaciones, qué sé yo, el largo del animal, la altura, el pelo, el tamaño de la cabeza, esas cosas. Después se ponían con las cerdas y hacíamos otro tanto, y la que les gustaba se quedaba para reproductora y, la que no, se desechaba. Y luego, fmalmente, les tocaba el turno a los lechones, que don Miguel quería verlos a todos, incluso a los alguacilillos que decíamos, los abuelos, los más desmedrados. Y reclamaban las camadas, una a una, por el número de los padres, o sea, por los verracos. Y cuando acababan con uno, empezaban con el otro, otro padre, quiero decir, hasta que terminaban con la paridera. Y así que concluíamos, don Miguel se encerraba en la Residencia a estudiar, que en esos casos no quería oír ni un pájaro, que me recuerdo que había entonces aquí un chico un poco retrasado que le llamábamos Anción, y qué sé yo qué pájaro reclamaba, pero lo hacía tan recio y con tal propiedad que teníamos que encerrarle con llave bien lejos para que no le molestase. Don Miguel tenía un carácter un poco fuerte, sí señor, pero todo el mundo le quería, que lo que tenía de nervioso lo tenía de buena bondad, a ver si nos entendemos. En 1979, el Dehesón del Encinar pasó al INIA, y el mes de marzo del 84 fue transferido a la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, coincidiendo casi con la paridera número 100 de su historia. En los años transcurridos, el volumen de HOS, CONVOCATORIAS, NOMBRES... datos registrados es de mucho bulto: 9.500 fichas de camada, 65.000 fichas individuales y 4.500 fichas de despiece, cifras que suponen, sin duda, el mayor esfuerzo realizado en España sobre una raza autóctona de cualquier especie ganadera. Julián Fernández, el encargado, entorna los ojos con cierta añoranza: —Pero todo esto que le cuento pasó, como todas las cosas pasan en la vida. Hoy día el trabajo en el centro es muy distinto, aunque sea igual, a ver si nos entendemos. Quiero decirle que el fin es el mismo, pero las instalaciones y las condiciones de trabajo son diferentes. Hoy un porquero no sale por menos de sesenta billetes, tiene vacaciones retribuidas, horas extraordinarias, sus días libres a la semana; en fin, que es otra cosa. Pero aquí, a mi entender, ha habido un pagano: el ganado. O sea, con la gente y el horario de que disponemos se dejan por hacer muchas cosas. Blanquear las cochiqueras, pongo por caso, cada medio año, como se hacía antaño. Hoy las cochiqueras llevan cuatro o cinco años sin blanquear. Se desinfectan, faltaría más, pero no se blanquean. Y como eso, tantas cosas. Esto no quita para que este ganado se cotice cada día más y hayamos tenido que establecer un turno de espera, que no creo que me equivoque si le digo que de Salamanca a Jerez de la Frontera tenemos pedidos para dos años. • CONDECORACIONES El Presidente de la República Federal Alemana ha concedido la Cruz de Gran Oficial de la Orden del Mérito de aquel país al Director General de Investigación y Capacitación Agrarias, D. Adolfo Martínez Gimeno, como reconocimiento a la labor realizada por el mismo en el desarrollo del Programa de Intercambio Agrario Hispano-Alemán. La imposición de las correspondientes insignias se efectuó por el Embajador de la República Federal de Alemania, en la sede de la Embajada, el día 6 del pasado mes de octubre. Recíprocamente y en reconocimiento de su actuación en la misma actividad, S. M. el Rey de España ha dispuesto el ingreso en la Orden Civil del Mérito Agrícola, en su categoría de Encomienda Ordinario, al Dr. Helmuth Buermann, Consejero Ministerial en el Ministerio Federal de Alimentación, Agricultura y Bosques, y miembro de la delegación alemana en la Comisión de Intercambio Agrario Hispano-Alemán. DIA MUNDIAL DE LA ALIMENTACION El día 16 de octubre, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación conmemoró, como en años anteriores, el Día Mundial de la Alimentación. En esta ocasión, el Comité Nacional del D.M.A. determinó a instancia del Excmo. Sr. Ministro de Agricultura, que la organización y desarrollo del acto conmemorativo se llevase a efecto por la Comunidad de Castilla-La Mancha, que eligió como marco para su celebración el Palacio de Benacazón, en Toledo. Con el lema fijado por la F.A.O. «los pequeños agricultores», el Excmo. Sr. Consejero de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, D. Fernando López Carrasco, inició la jornada a la que asistieron distintas personalidades del M.A.P.A., así como grupos de agricultores y jóvenes escolares de E.G.B. de las Comunidades de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y Madrid. Siguiendo el orden establecido en el programa, D. José Antonio Rodríguez Fraguas, del M.A.P.A., pronunció una documentada y puntual disertación sobre IV «Los pequeños agricultores», señalando su importancia en nuestra sociedad y el importante papel que juegan en el mundo agrario. Posteriormente, D. Esteban Carrero Gallego, joven agricultor de CastillaLa Mancha, como representante de una Explotación Familiar Agraria, expuso sus vivencias en el sector y las ayudas que había recibido para poner en marcha los proyectos que le permitieron mejorar su empresa. Con motivo del Día Mundial de la Alimentación se efectuó la entrega de los premios a los colegios ganadores del Concurso Escolar sobre el D.M.A. de 1986, que correspondieron a: Primer premio: Ntra. Sra. de la Concepción (Madrid). Segundos premios: Rosalía de Castro (Pontevedra) y Gonzalo de Córdoba (Valladolid). El acto fue clausurado por el Ilmo. Sr. D. Julián Arévalo Arias, Subsecretario de Agricultura, Pesca y Alimentación, que actuó en representación del Excmo. Sr. Ministro. ECHOS, CONV CATORIAS, NOMBRES... PROTEAGINOSAS (Guisantes, habas, haboncillos y altramuz dulce) A. ORGANIZACION DEL SECTOR EN LA C.E.E. No existe para este sector una organización común de mercados específica, pero están previstas una serie de medidas especiales que se detallan a continuación. A.1. Productos que comprende Las medidas anteriores afectan a guisantes, habas, haboncillos y altramuz dulce. A.2. Campaña de comercialización La campaña de comercialización cubre el período comprendido entre el 1 de julio y el 30 de junio del año siguiente. A.3. Utilización a) Fabricación de alimentos para el ganado. b) En alimentación humana o animal, de distinta forma que la anterior. A.4. Régimen de precios Para cada campaña se fijan los siguientes precios: Precio umbral de activación (desencadenante de la ayuda). Se refiere a la torta de soja del 44% de proteínas y sirve para calcular las ayudas correspondientes al apartado a), punto A.3. Precio objetivo. Relativo a las ayudas a conceder dentro del apartado A.3. b), es el deseable para los guisantes, habas y haboncillos en el mercado comunitario. — Precio mínimo. Se fija a un nivel que permita unos ingresos remuneradores al productor. — Incrementos mensuales. Los tres precios anteriores experimentan unos incrementos mensuales a partir del tercer mes de la campaña y durante los seis meses siguientes. B. PERIODO TRANSITORIO PARA ESPAÑA B.1. Duración El período transitorio para las proteaginosas es el general de siete años. A.5. Régimen de ayudas — Para los productos con precio umbral de activación [apar- tado a) de A.3]. Cuando el precio mundial de la torta de soja resulte inferior al precio umbral de activación, se concede una ayuda igual al: — 45% de la diferencia entre ambos precios para los guisantes, habas y haboncillos. — 60% de la diferencia entre ambos precios para los altramuces dulces. — Para los productos con el precio objetivo [apartado b) de A.3.] Cuando el precio mundial de estas especies es inferior al precio objetivo, se concede una ayuda igual a la diferencia entre ambos precios. A.6. Régimen de intercambios con países terceros La protección de la producción comunitaria frente a las importaciones de países terceros se establece mediante el Arancel Aduanero Común. Los países mediterráneos y países ACP gozan de preferencias arancelarias e incluso de derechos nulos. .irjr B.2. Aproximación de precios Los precios españoles (umbral de activación y mínimo) para el altramuz dulce son inferiores a los comunitarios, por lo que deberán aproximarse a estos últimos en siete tramos. Para el cálculo de dichas aproximaciones, que han comenzado en la campaña 1986-87, se toma corno punto de partida la diferencia existente en 1985-86, que era 4,10 ECUs/100 kg. IF IMERIE~wa""~11~14911ffirs`EnNTITT"'',""""°""" , CONVOCATORIAS, NOMBRE Para el resto de los productos, como la diferencia de precios antes de la adhesión era inferior al 3%, a partir del 1 de marzo de 1986 se aplican en España los mismos precios comunitarios. De acuerdo con lo anterior, los precios para la campaña 1986/87 son los siguientes: CEE a diez ESPAÑA ECUS/100 kg. ECUS/100 kg. Precio umbral de activación (desencadenantes de la ayuda): Guisantes, habas y haboncillos Altramuz dulce Ptas./tm. 50,96 48,50 50,96 44,96 74.297,6 65.549,8 32,80 32,80 47.821,0 28,63 27,62 32,11 28,63 27,62 29,90 41.741,3 40.268,8 43.593,0 Precios objetivos.. Guisantes, habas y haboncillos Precios mínimos de compra: Guisantes Habas y haboncillos Altramuz 8.3. Aproximación de ayudas La ayuda en España será la comunitaria disminuida en la diferencia de precios institucionales en la Comunidad a diez y en España y también en la cuantía de la incidencia de los derechos de aduana aplicados en España a la importación procedente de terceros países de los respectivos productos. Las últimas ayudas fijadas para España son: Ptas /tm. Fabricación de alimentos para el ganado [A.3 a)] Guisantes, habas y haboncillos Altramuces Alimentación humana o animal, distinta de la anterior [A.3 b)] Guisantes Habas y haboncillos 23.153 23.153 18.654 19.361 8.4. Intercambios B.4.1. Intercambios entre España y la Comunidad a diez Los derechos de aduana a la importación serán suprimidos progresivamente a lo largo de los siete años de período transitorio. Sin embargo, las diferencias son tan pequeñas que la Comisión ha propuesto suprimirlos de una sola vez. B.4.2. Intercambios entre España y los países terceros A partir del 1 de marzo de 1986 España aplica a sus importaciones el Arancel Aduanero Común para las habas y haboncillos. Respecto a los guisantes y altramuces, los derechos de base españoles son superiores en más de un 15% a los del Arancel Aduanero Común, por lo que se aproximarán a éstos a lo largo de los siete años del período transitorio. España aplicará desde el día de la adhesión las preferencias arancelarias concedidas por la Comunidad a determinados países terceros. B.4.3. Intercambios con Portugal España y Portugal aplicarán un desarme arancelario mutuo al mismo ritmo con que cada uno de ellos lo hace frente a la Comunidad a diez. REVISTA DE EXTENSIO SEPTIEMBRE-OCTUBRE IVOSSR 04 +.,. F' o ,•s.,„. , s.,„ 1k• _NOVEDADES EDITORIALES ,., o l 4 .A r > .4. N ,` . n•n• cyw • N •.1.111" 41Z3 \ 4'11. fk VI\ *4 ..;• - FRUTALES Y ABEJAS 71C Á /44 LA LABOR DE LAS ABEJAS SOBRE LOS FRUTALES, TRATADA POR PRIMERA VEZ EN UN LIBRO ESPAÑOL «Frutales y abejas» es el primer libro escrito por un español sobre la imprescindible labor de las abejas en su función polinizadora de los árboles frutales. El autor es Juan Rallo García, investigador y agente de extensión agraria. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha editado e incluido el libro « Frutales y abejas » en su oferta de publicaciones de extensión agraria. Los destinatarios de esta obra son los apicultores, fruticultores y personas interesadas en conocer el mundo de las abejas, su vida, costumbres y modernos sistemas para su utilización en la polinización agrícola. El El autor, residente en Mallorca, es partidario de una mayor utilización de la polinización, trabajo que en la abeja es más rentable incluso que el del producto directo El libro incluye dos anejos: uno sobre los frutales que requieren polinización o que muestran aumentos importantes de producción como resultado de la actividad de las abejas y otro sobre los frutales que precisan polinización anemófila o por el aire. Aparte de los anejos, «Frutales y abejas » consta de tres partes bien diferenciadas. La primera, que tiene un carácter introductorio, plantea al principio la relación existente entre frutales y abejas, que es de mutua supervivencia. Los insectos transportan el polen en su cuerpo velludo, asegurando así la polinización y eventualmente la fecundación. Gran número de vegetales sólo aprovechan al máximo su potencial de producción de frutos y semillas si han sido visitadas sus flores por los insectos polinizadores, como son las abejas. Si se quiere hacer una valoración económica de los servicios prestados por las abejas a la agricultura, según la F.A.O. éstos se cifran en veinte veces el valor comercial de todos los productos que se obtienen de la colmena. Juan Rallo afirma en relación a este tema que «la orientación actual de nuestra apicultura tiene predominantemente carácter extractivo (miel, polen, cera, etc.) cuando estas actividades, por el valor económico que generan, deberían figurar como metas secundarias de la polinización». La agricultura y la apicultura están irremediablemente unidas. En su libro, Juan Rallo dice que la agricultura moderna depende en gran medida de la abeja melífera. El noventa por ciento de los cultivos alimenticios, esto es, una tercera parte de los alimentos totales que consumimos, proceden directa o indirectamente de plantas entomófilas, que son aquellas que dependen de la abeja melífera y otros insectos a través de la polinización cruzada. Como las ventajas de la abeja melifera frente a otros insectos polinizadores son relevantes, su demanda ha aumentado para los modernos cultivos. Actualmente, si se quiere tener una polinización eficaz es preciso el uso de abejas, puesto que las poblaciones naturales de especies silvestres se han reducido de forma drástica, entre otros motivos por el uso indiscriminado de pesticidas. Los ocho capítulos de la segunda parte están dedicados a la abeja melifera, al procedimiento que sigue para recolectar el polen, a la prác- REVISTA DE EXTENSION A A IA, 5/1987. SEPTIEMBRE-OCTUBRE tica de la polinización por medio de-,';`00\ estos insectos y a los peligros que se ciernen sobre ellas. La apictIltura orientada a la polinización el otr.s: ¿:?i< capítulo importante de esta ,ség.undá parte. Allí se especifican cuM.Akilft. • los papeles a seguir por ca"neby de los que participan en está-ftetrvidad. La tercera parte tiene un tema único: la polinización de alguos frutales importantes, como el manzano, el peral y el membrillero, el cerezo, el almendro, melocotonero y otros. Juan Rallo, nacido en Castellón y afincado en Mallorca, es Ingeniero Técnico Agrícola y agente de extensión agraria del Ministerio de Agricultura en las especialidades de fruticultura, apicultura y cultivo de hongos comestibles. En 1971 fundó en Inca la Agencia de extensión agraria, desarrollando trabajos de investigación y divulgación. En 1980 fue nombrado «especialista en fruticultura» del S.E.A. de Baleares y en la actualidad pertenece a la sección de investigación agraria de la Conselleria de Agricultura. Entre sus actividades realizadas o en fase de experimentación destacan: polinización de almendros, mejora de albaricoqueros y almendros de Mallorca, introducción al cultivo del pistacho y la jojoba, reestructuración de los agrios, etc. Francesca Bordoy Artículo aparecido en el periódico de Baleares «El Día» de fecha 25 de julio de 1987. CONVOCATORIAS, NOMBRES... Denominaciones Específicas de legumbres ,Z~ Desde mucho tiempo atrás, las legumbres han desempeñado un papel fundamental en la alimentación española, tanto en el aspecto nutricional como en el gastronómico. Las legumbres, ricas en proteínas, cubrieron satisfactoriamente las necesidades alimenticias en épocas y zonas donde el consumo de carnes y pescados no era habitual. Además, son las protagonistas de una cocina regional de larga tradición, que con aderezos y otros condimentos, ofrecen un valor nutritivo perfecto. Las legumbres son fundamentalmente ricas en proteínas, pero también proporcionan a nuestro organismo hidratos de carbono, sales minerales, vitaminas y la cantidad precisa de grasas. Por estas características, y por la calidad que ofrecen al consumidor, el INDO amplió el régimen de Denominaciones Específicas a las legumbres. En la actualidad, gozan de esta protección las judías secas, los garbanzos y las lentejas. JUDIAS: De La Bañeza Del Barco de Avila Reconocimiento de la D.E. O.M. 6-111-84 O.M. 27-VII-84 Judías de La Barieza La zona de producción de las judías de La Bañeza, se localiza al sur de la provincia de León. La superficie dedicada al cultivo de las judías secas supone 18.000 ha todas ellas en cultivo único, con una producción total que ronda la cifra de 25.000 toneladas. Esta zona elabora judías de notable calidad y renombre, debido a las condiciones climatológicas y geográficas. Las variedades se cultivan en terrenos de regadío, con condiciones físicas y químicas que favorecen la obtención de granos con excelentes características organolépticas. Las principales variedades cultivadas son la «Redonda» o «Manteca», de hoja verde oscura, vaina verde y flor blanca, muy apreciada por su calidad y por su riqueza en proteínas y la de «Riñón», cuya vaina es verde clara y su flor blanca, entre otras. VIII VISTA DE EXTENS1ON AGRARIA, 5/1987. SEPTIEMBRE-OC