Conferencia General Octubre 1970 ¿QUIÉN ERA REALMENTE EL GRAN DIOS BLANCO? por el élder Mark E. Petersen del Consejo de los Doce En los meses recientes, la situación de los indios americanos, surgió a la atención pública de una manera impresionante. Como resultado, se dieron algunos pasos para mejorar la suerte de este pueblo, que está entre los más abandonados de todas las minorías en este continente. Estamos agradecidos de que los Santos de los Últimos Días hayan tomado parte activa a través de los años para proporcionarles una ayuda completa. Particularmente les hemos dado ayuda en el campo educacional. Este año se proveyeron clases diarias de seminario para más de 15,000 estudiantes indios, y mediante los esfuerzos de la Iglesia, otros 5,000 están recibiendo enseñanza elemental y secundaria, sin costo alguno para ellos. También proveímos un programa universitario para muchos de nuestros indios, de los cuales ingresaron 475 este año a la Universidad Brigham Young, 426 trabajaron en la universidad el año pasado. La Universidad Brigham Young recientemente ha conferido grados de licenciatura a 85 estudiantes indios y 20 han recibido grados de maestros o doctores. Más de una veintena están inscritos en la escuela de graduados. La Universidad Brigham Young también tiene un Instituto de Investigación y Servicios para el indio americano, y mediante este programa se supervisan más de treinta proyectos agrícolas para los indios del oeste de los Estados Unidos. La preparación doctrinal también abarca a más de 35,000 indígenas que son miembros de nuestra Iglesia. Ellos son brillantes y adaptabas y están orgullosos de su herencia ancestral, porque saben que descienden de un gran pueblo. Recientemente asistimos a una reunión de mexicanos residentes en Salt Lake City y les escuché expresar su gran orgullo por su ascendencia indígena, y bien pudieron hacerlo, pues a medida que aprendemos acerca de los primero habitantes de México, más nos convencemos de que verdaderamente ellos fueron un gran pueblo. A esta conclusión llegó también el doctor Alfred V. Kindder, una de las más grandes autoridades en cultura maya; en su libro Una guía de Quiyiguá. Este eminente hombre de letras dijo: "Las grandes ciudades del antiguo imperio maya, fueron edificadas durante la primera parte de la era cristiana. Durante cerca de seiscientos años, este genial pueblo encabezó el arte, la arquitectura, las matemáticas y la astronomía. Desarrollaron un calendario, en algunos aspectos más exacto que el nuestro... El 1 Biblioteca SUD Conferencia General Octubre 1970 avance de la civilización indígena, aunque diferente en sus detalles, es sorprendentemente parecida a la nuestra. Dicha cultura maya se originó en Egipto y Mesopotamia. . . Se organizaron sistemas sociales y económicos, las ciudades crecieron, se desarrolló la religión y se edificaron templos para la adoración." Escribiendo sobre un tema similar en su libro Las maravillas de Copán, el historiador Muñoz escribe: "La arquitectura, astronomía, matemáticas, pintura, tejido y todas las artes que embellecen la vida, una vez florecieron aquí." El recalca que los antepasados de los indígenas, no fueron salvajes en ningún sentido, porque ningún salvaje, dice él, concebiría nunca las maravillas que fueron conocidas comúnmente entre los mayas. El doctor Wissler, en la página 147 de su libro sobre la civilización maya, explica que los mayas manufacturaban papel a través de un proceso similar al que los egipcios usaban para fabricar materiales de escritura con el papiro. El libro American Heritage Book Indians, en la página 19 dice: " Los mayas desarrollaron la más alta civilización conocida en la antigua América, y una de las más altas conocidas en cualquier lugar del mundo antiguo." Este pueblo tenía un sistema de irrigación muy bien desarrollado. Construyeron presas y acueductos, terracearon las laderas, convirtiéndolas en tierras cultivables y productivas por medio de la irrigación. Estos sistemas de riego estuvieron en servicio 2,000 años antes de la llegada de los españoles, y algunos de ellos todavía existen. Los primeros americanos fueron un pueblo numeroso. En la época de la conquista habla 25 millones solamente en el centro de México. Pero más impresionante que cualquiera de estos hechos acerca de los primeros americanos, es su relato de que hace casi 2,000 años, un personaje divino permaneció con ellos por muchos días, enseñándoles y bendiciéndolos. Estos primeros americanos, muy inteligentes y hábiles, afirmaron que este personaje les enseñó una religión divina, sanó a sus enfermos, levantó a algunos de sus muertos, les enseñó métodos agrícolas más productivos y estableció un gobierno de paz y justicia. Estos relatos dicen que El vino a ellos repentinamente y se fue de igual manera, de una forma sobrenatural. Los antiguos se refieren a El cómo al Creador que vino al mundo con cuerpo humano. Que El era una divinidad cristiana nadie podría negarlo sin temor de equivocarse. Que sus enseñanzas eran iguales a las de la Biblia está ya admitido. 2 Biblioteca SUD Conferencia General Octubre 1970 Y que El prometió regresar en una segunda venida, es también un hecho conocido y aceptado. El relato de su apariencia fue preservado a través de numerosas generaciones de indígenas, desde Chile hasta Alaska y, lo que es más interesante, es igualmente bien conocido entre los polinesios de Hawai a Nueva Zelandia, dando una evidencia más de la relación estrecha entre los polinesios y los primeros habitantes de América. En lo fundamental, todos los relatos coinciden. Sólo difieren en el nombre y en detalles menores de isla en isla y país en país, pero la conclusión en general es la misma: Existió la visita de un personaje celestial a estos pueblos hace más o menos 2,000 años. De tal veracidad es la información que ahora tenemos, concerniente a El, que Paul Herrmann creyó conveniente decir en su libro The Conquest of Man. "Cuidadosamente considerado, esto no deja otra conclusión de que el Dios de luz, Quetzalcóatl, fue una persona real, que no fue una invención española, ni una legendaria ficción de la imaginación indígena." (Página 72). Tomad en cuenta que esto viene de los muy adelantados primeros americanos los cuales conocían astronomía, matemáticas, irrigación y arquitectura, y no es el sueño de un pueblo ignorante o supersticioso. Esta es la historia de una de las más altas civilizaciones conocidas de la antigüedad. Este gran ser fue conocido como Quetzalcóatl en algunas partes de México, principalmente en el área de Cholula. Fue Votán en Chispas, y Wixepecocha en Oaxaca; Gucumatz en Guatemala; Viracocha y Hyustus en Perú; Sume en Brasil y Bochica en Colombia. Para los peruanos también es conocido como Con-tici o Illa-tici, siendo Tici el significado de creador y luz. Para los mayas era conocido principalmente como Kukulcan. En las islas de la Polinesia, fue conocido como Lono, Kana, Kene o Kon y algunas veces como Kanaloa, significando la gran luz o la gran brillantez. También es conocido entre algunos polinesios como Kane-Akea, el gran progenitor o como tonga-roa, el dios del sol del océano. ¿Y qué apariencia tenía este personaje divino? Fue descrito por los antiguos como un hombre blanco, barbado, alto y de ojos azules. Usaba ropajes sueltos, flotantes. Parecía ser una persona de gran autoridad y de inmensa bondad. Tenía el poder de convertir las montañas en valles y los valles en altas montañas. Podía hacer brotar fuentes de agua en la roca sólida. Una de las cosas más notables de su llegada fue que apareció después de varios días de intensa obscuridad durante los cuales el pueblo había orado constantemente por el retorno del sol. Durante el tiempo que prevaleció la obscuridad, y me refiero al libro Los Incas de Pedro de León, el pueblo sufrió 3 Biblioteca SUD Conferencia General Octubre 1970 grandes penalidades y ofreció fervorosas oraciones a Dios, buscando el retorno de la luz que había desaparecido. Cuando al fin la luz del sol brilló apareció esta divinidad. Dice Pedro de León: "Era un hombre de gran estatura, cuyo aire y personalidad causaron gran respeto y veneración... y cuando ellos vieron su poder, lo llamaron el Hacedor de todas las cosas; su Creador, el Padre del Sol." (Los Incas.) Este personaje, al enseñar su religión, urgía al pueblo a construir templos para la adoración, y sus seguidores llegaron a ser muy devotos. (Pierre Honoré In Quest of' the Withe God.) Cuando los dejó, prometió regresar, lo cual hizo que los nativos, por muchas generaciones esperan su regreso, así como los judíos esperan a su Mesías prometido. Sin embargo, esta fe produjo confusión, en dos ocasiones, cuando los españoles llegarón a América y cuando el capitán Cook, navegó a las Islas Hawai. Pero estas tragedias sirvieron sólo para reforzar la veracidad de la tradición. Cuando Hernán Cortés, vino a México y los nativos de la costa lo vieron, observaron que era un hombre alto y blanco, y se apresuraron a avisar al emperador Moctezuma que el Gran Dios Blanco había finalmente regresado. Esto causó un sorprendente efecto en Moctezuma. El recordó que cuando fue coronado como emperador, los sacerdotes de la religión nativa le advirtieron: "Este no es tu trono, sólo se te presta y un día será devuelto al Grande, a quien pertenece" (Honoré, página 66). Duran, un escritor español en su libro Los Aztecas,, dice que cuando Moctezuma envío a sus fieles servidores a dar la bienvenida a Cortés, y guiarle a palacio, el servidor se dirigió a Cortés así: "Oh Señor y verdadero Dios", agregando, "Bienvenido a ésta, vuestra tierra y reino". Durán dice además, que los indios consideraban también a los compañeros de Cortés como seres divinos. El autor español continúa diciendo: "No hay ninguna duda de que Moctezuma estaba muy preocupado por el regreso de Quetzalcóatl, que había salido de la costa de Veracruz y había prometido regresar. Moctezuma y los otros signatarios de su reino estaban totalmente convencidos de que Cortés y Quetzalcóatl eran una misma persona, como puede verse en las crónicas... "Mucho más tarde, en 1864, cuando el rubio y barbado emperador Maximiliano, arribó a Veracruz, despertaron reminiscencias en los indios, que les recordaron la promesa del retorno de Quetzalcóatl." Moctezuma aceptó a Cortés, como si fuera una deidad, pero la traición de los españoles y de sus hombres, pronto cambiaron las cosas y la guerra comenzó. El pobre y confiado Moctezuma perdió su trono y su vida aunque la tradición quedó. 4 Biblioteca SUD Conferencia General Octubre 1970 Una situación similar ocurrió cuando el capitán James Cook, vino a Hawai. Como algo muy peculiar, él llegó a tierra cuando los nativos celebraban su festival Makahiki, con el cual se mantiene viva la tradición del Dios Blanco entre los polinesios. Cook también fue recibido como deidad y llevado al templo sagrado de Lono. Pero sus hombres estaban muy lejos de ser ángeles y sus depredaciones produjeron el odio de los nativos sobre todos los que habían desembarcado. En la batalla que se formó, Cook perdió la vida. Pero, en realidad, ¿quién fue el Gran Dios Blanco? No fue el capitán Cook y ciertamente tampoco lo fue Cortés. ¿Quién fue él? Cuando Jesucristo ministro en Palestina, díjole al pueblo, como está registrado en el capítulo décimo del evangelio de Juan, que él tenías otras ovejas, que no eran del redil de Palestina, sino de otra parte. "... aquéllas también debo traer," "él dijo" "oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor" (Juan 10:16). ¡Jesús de Nazaret fue este Dios Blanco! Después de su resurrección en la Tierra Santa, El visitó realmente a los primeros americanos. ¿Cómo lo sabemos? En el hemisferio occidental, como en la antigua Palestina, hubo profetas que ministraron entre el pueblo; dábanles dirección inspirada. Y como hacían los profetas de la Tierra Santa, ellos también compilaban registros de todos los sucesos importantes. Habían predicho la venida de Cristo entre ellos, y todo el pueblo lo esperaba. Después de los tres días de obscuridad que los habían afligido, el pueblo se había reunido alrededor del templo, cuando escucharon una voz del cielo, que decía: "He aquí a mi Hijo Amado, en quien me complazco, en quien he glorificado mi nombre: a él oíd" (3 Nefi 11:7). Esto los hizo mirar hacia el cielo y vieron que descendía hacia la tierra, un glorioso personajes que vino y se paró ante ellos. Y como lo registra el antiguo volumen: "... llevaba puesta una túnica blanca; y descendió y se puso en medio de ellos. Y los ojos de toda la multitud estaban en El, y nadie se atrevía a abrir la boca, ni siquiera el uno al otro. . . " "Y aconteció que extendió la mano, y dirigiéndose al pueblo dijo: "He aquí, soy Jesucristo, de quien los profetas testificaron que vendría al mundo. "Y he aquí, soy la luz y la vida del mundo: y he bebido de la amarga copa que el Padre me ha dado, y he glorificado al Padre, tomando sobre mí los pecados del mundo... Y ocurrió que les habló el Señor diciendo: 5 Biblioteca SUD Conferencia General Octubre 1970 "Levantaos y venid a mí, para que podáis meter vuestras manos en mi costado y palpar las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies, a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he muerto por los pecados del mundo. "Y aconteció que la multitud se acercó; y metieron sus manos en su costado, y palparon las marcas de los clavos en sus manos y en sus pies; y así lo hicieron, uno por uno, hasta que todos hubieron llegado; y vieron con sus ojos y palparon con sus manos, y supieron con toda seguridad, y dieron testimonio de que El era aquel de quien los profetas habían escrito que había de venir. "Y cuando todos se hubieron acercado y visto por sí mismos, clamaron a una voz: ¡Hosanna! ¡Bendito sea el nombre del Más Alto Dios! Y cayeron a los pies de Jesús y lo adoraron" (3 Nefi 11:7-11, 14-17). El les enseñó la religión verdadera, sanó a sus enfermos, bendijo a sus niños, y organizó su Iglesia en el hemisferio occidental, como había hecho en Palestina. Esto es lo que sostiene la tradición de los indígenas de América y de los Polinesios. Y así ha subsistido hasta ahora, de generación en generación. Pero ¿cómo podemos estar seguros de que El fue Jesucristo? Como hemos mencionado, los muchos profetas que vivieron en la antigua América, escribieron sus historias y revelaciones como lo hicieron los profetas de Palestina. Escribieron muchos volúmenes. Finalmente estos registros fueron abreviados Y compilados en uno solo, por un profeta llamado Mormón, quien vivió más o menos 400 años después de Cristo, aquí en América. Por ser él el compilador, el libro recibió su nombre, El Libro de Mormón. Este libro fue traído de manera milagrosa en nuestros días e identifica a Cristo como el Dios Blanco de los tiempos antiguos. Este libro en un volumen de Escrituras igual que la Biblia. En el capítulo veintinueve de sus escritos, Isaías predijo que en los últimos días este nuevo volumen de Escrituras aparecería, y él describe su aparición de la misma manera en que el Libro de Mormón apareció al mundo. Esta no es una mera coincidencia. Es un moderno cumplimiento de una profecía de la Biblia. Isaías dijo que seria un libro sellado y así fue. El dijo que las palabras del libro serían entregadas a un hombre sabio que lo rechazaría y esto realmente sucedió. Peculiarmente, y esto ayuda a identificar más acertadamente el libro, dijo que pasaría a través de un hombre sin estudios y llamaría la atención del mundo, y así fue exactamente coto sucedió. A fin de señalar la fecha de su publicación, dijo que el libro aparecería en los últimos días, cuando Palestina hubiera llegado a un campo fructífero y así fue exactamente como sucedió. 6 Biblioteca SUD Conferencia General Octubre 1970 El predijo que aun los sordos escucharían las palabras del libro y que a través de él, los ciegos verían en medio de la obscuridad (vers. 18) y los humildes crecerían con alegría en el Señor (vers. 19). Y todo esto ha sucedido. Y mientras todo esto tiene lugar, dice él, el Todopoderoso hará una obra maravillosa y prodigio, durante un período de incredulidad en el mundo (vers 14) y esto también se ha cumplido. El Libro de Mormón es el volumen al que se refiere Isaías. Este es Escritura, los santos escritos de la antigua América, publicados ahora para la instrucción del hombre moderno. Este es un nuevo testimonio de la divinidad de Cristo y da testimonio de que El es verdaderamente y de hecho el Hijo de Dios, el Salvador de los cristianos, el Mesías de los Judíos, el Gran Dios Blanco de los antiguos indios de América y el Redentor de toda la humanidad. Y éste es también nuestro propio testimonio y lo dejo con ustedes en el sagrado nombre del Señor Jesucristo. Amén. 7 Biblioteca SUD