DETERMINACIÓN DEL COSTO DE OPORTUNIDAD Y CLASIFICACIÓN por clases de capacidad de uso (CCU) Edwin Vega A Mauricio Vega Instituto de Políticas para la Sostenibilidad (IPS) Informe 1 del Proyecto Bioindicadores: “Decision-making models for evaluating costeffectiveness of conservation priorities using alternative biodiversity indicators” NIVA NOTAT N-03/012 INBIO, NIVA, NINA en colaboración con IPS y Australian Museum Julio, 2002 Heredia, Costa Rica 1 Prefacio El Proyecto Bioindicadores (título en inglés: “Decision-making models for evaluating costeffectiveness of conservation priorities using alternative biodiversity indicators”) es una colaboración entre Interconsult International/NIVA1, Norwegian Institute for Nature Research (NINA)2, el Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio)3 e IPS4. El proyecto recibe el apoyo del Consejo Noruego de Investigación. El Proyecto Bioindicadores tiene tres objetivos principales; (1) generar indicadores alternativos de biodiversidad usando la información disponible de inventarios de especies , mapeo de ecosistemas, y variables ambientales; (2) generar indicadores de costos de oportunidad de la conservación usando información disponible sobre la capacidad de uso del suelo, rendimientos agrícolas y forestales, y costos de protección del SINAC; (3) integrar estos indicadores en un modelo que permite evaluar la priorización de áreas para protección y/o el pago de servicios ambientales. Para la integración de los indicadores y análisis de prioridades de conservación se está aplicando el modelo TARGET, en colaboración con sus autores en el Australian Museum5. TARGET permite la identificación de un conjunto de áreas que contienen el mayor nivel de biodiversidad al menor costo de oportunidad de su protección. El Area de Conservación Osa (ACOSA) fue escogido por el Proyecto Bioindicadores como un área de estudio pilóto para desarrollar y probar la metodología de indicadores y el modelo TARGET. El modelo TARGET también se ha usado para la evaluación de prioridades de conservación a nivel regional y nacional en otros países. Este informe constituye uno de tres informes sobre indicadores de costos de oportunidad de la protección de la biodiversidad a nivel ”regional” en ACOSA: 1) “Determinación del costo de oportunidad y clasificación por clases de capacidad de uso (CCU)” , (Vega y Vega, 2002) 2) “Determinación del rendimiento forestal en el área de conservación de Osa” (Vega y Landry, 2002) 3) ”Determinación de los costos de manejo y protección en ACOSA” (Barrantes, Vega y Vega, 2002) 1 Para mayor información sobre el Proyecto Bioindicadores: coordinador David N. Barton, NIVA, [email protected] (previamente Interconsult International) 2 Graciela Rusch, [email protected] 3 Marco Castro, [email protected] 4 Edwin Vega [email protected] , Mauricio Vega, [email protected] 5 Dan Faith, [email protected] 2 Índice 1. Introducción .................................................................................................................................................1 2. Marco conceptual y metodológico............................................................................................................3 2.1. Concepto de costo de oportunidad............................................................................................3 2.2. Determinación de los usos potenciales....................................................................................4 2.3. Promedio ponderado por el área para CCU..............................................................................4 2.4. Aspectos económicos del promedio ponderado por el área para las CCU...............................5 2.5. Modelo aplicable ......................................................................................................................6 3. Resultados......................................................................................................................................................7 3.1. Categorías de capacidad de uso del suelo.................................................................................7 3.2. Clasificación de las clases de uso de las tierras forestales, según Fundación Neotrópica .......9 3.3. Clasificación de actividades económicas agropecuarias a CCU ............................................12 3.4. Competitividad de las actividades económicas ......................................................................15 3.5. Rentabilidad promedio por CCU para ACOSA .....................................................................17 3.6. El costo de oportunidad ..........................................................................................................21 4. Conclusiones ...............................................................................................................................................23 5. Recomendaciones.......................................................................................................................................24 Bibliografía ......................................................................................................................................................25 Anexos ..............................................................................................................................................................26 3 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 1. Introducción El cambio de uso del suelo, empieza por una corta selectiva de los árboles para su apreciamiento, posteriormente se elimina sistemáticamente el sotobosque y se introducen, principalmente en los claros gramíneas para posteriormente introducir ganado. En este estado la cobertura sería un bosque con pastos, luego se somete a otros aprovechamientos bajo otras modalidades legales con lo que al final del proceso se tiene un pastizal con algunos árboles dispersos. En algunas ocasiones el proceso es directo y el bosque se utiliza primeramente para usos agrícolas, para posteriormente destinarse a otra actividad como la ganadería extensiva. Estos procesos van acompañado de la utilización de la tierra para diversos propósitos como el residencial, industrial, caminos etc. Este cambio de uso del suelo (deforestación) en Costa Rica, en términos generales se ha dividido en tres etapas bien definidas; la primera en el período 1950-1980, donde Costa Rica sufrió un proceso dramático de deforestación, pasando de una cobertura forestal del 53% en 1961 a apenas un 31,1% en 1977. Para el año 1983 la cobertura forestal en general, había disminuido a un 26,1% aproximadamente; quedando prácticamente con cobertura boscosa solamente aquellas áreas que se han establecido bajo alguna categoría de protección. Esta deforestación intensa coincide, como en el resto de Latinoamérica, con el proceso de expansión agrícola y de fomento de la ganadería. Ante esta situación, el Estado toma un papel significativo a partir de 1969 para controlar la tala de árboles proveniente de bosque nativo, mediante la Ley Forestal (Nº 4465) promulgada ese año. Esta ley reconoce por primera vez un incentivo forestal, cuyo objetivo era promover la reforestación y disminuir la presión sobre los bosques nativos. El proceso que inicia en el 69 rinde sus frutos pues, la tendencia parece haber sido retardada en años recientes en parte a los cambios en las políticas del gobierno de Costa Rica. Para los años 70 el gobierno estableció los primeros parques nacionales, creando así las primeras Áreas Silvestres Protegidas (ASP). Desde 1979 una política del estado ha proporcionado los incentivos económicos para las actividades que pretenden mantener la cobertura boscosa; sancionando la usurpación ilegal, y otras acciones. El enfoque anterior a servido para implementar un mecanismo novedoso como expresión de ese reconocimiento social a la importancia de los ecosistemas para el desarrollo: el Pago por servicios ambientales (PSA). Con el mismo se pretende una distribución más equitativa de los costos y beneficios derivados de la conservación de la biodiversidad. En realidad, la meta es lograr que los beneficiarios de los servicios ambientales, paguen a los oferentes de los servicios (dueños del bosque o plantaciones), por lo menos el costo de la conservación de tales ecosistemas. Costa Rica es uno de los primeros países reconocidos internacionalmente en implementar explícitamente ese mecanismo. Así quedó establecido en la Ley Forestal No. 7575 de 1996, que los define como aquellos que brindan el bosque y las plantaciones forestales y que inciden directamente en la protección y mejoramiento del ambiente. Se incluye la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero (fijación, reducción, almacenamiento y absorción), protección del agua para uso urbano, rural o hidroeléctrico, protección de la biodiversidad para conservarla y uso sostenible, científico, farmacéutico, investigación y mejoramiento genético, I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 1 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) protección de ecosistemas, formas de vida y belleza escénica natural para fines turísticos y científicos. El mecanismo de PSA instaurado en Costa Rica ha carecido de un método de cálculo para por los servicios ambientales definidos en la ley. En esencia del pago que se efectúa6 para las diferentes modalidades, no es posible saber cuanto de este pago corresponde al servicio de protección de la biodiversidad o a fijación y mitigación de gases con efecto invernadero, por ejemplo. La asignación de recursos bajo este mecanismo ha correspondido a cálculos generales basados en la actividad que tradicionalmente ha competido por el uso del suelo, la ganadería. En términos generales los propietarios de bosques que no están sometidos al PSA, que poseen bosques están brindando bienes y servicios a la sociedad en un mínimo los reconocidos por la legislación costarricense. Esto se da por que este tipo de bines y servicios poseen un grado de exclusión bajo o nulo, o sea existe una imposibilidad de escoger quiénes consumen el bien o el servicio por algún mecanismo como puede ser el precio y por otro lado tiene baja o nula sustractabilidad que implica que el consumo de un bien o servicio por parte de un individuo no reduce las posibilidades de otros consumidores hagan uso de ese bien o servicio. Estas características hacen que los beneficios para el que presta el servicio sean mas bien pequeños, por lo tanto estos propietarios tendrán un incentivo natural de realizar actividades productivas ya sea contra la legislación, que imposibilita el cambio de uso del suelo, o bien contra la capacidad de uso del suelo. De esta situación de baja o nula rentabilidad del bosque (en términos económicos) hace que este no compita con otros usos alternativos del suelo. De allí surge la necesidad de cuantificar cual es el costo de oportunidad de destinar la tierra conservación de bosque, determinando además para cada clase de uso de la tierra los cultivos que se dan adecuadamente y obtener así la rentabilidad de las tierras. Con estos elementos es posible tener un indicador reconocido en base al cual calcular un posible incentivo a propietarios para que no continúen la tendencia al cambio de uso del suelo. El método de cálculo del costo de oportunidad debe integrar diferentes elementos de aptitud de la tierra o uso potencial, condiciones económicas e infraestructura para poder aproximar un valor de actividades económicas que son muy cambiantes incluso de una año a otro. En este documento se relacionarán las unidades de consolidación seleccionadas con la aptitud de las tierras para otras actividades económicas, por las características climáticas y fisioedáficas y cumplir el objetivo de: determinar el costo de oportunidad de conservación del 6 Para el año 2002 el FONAFIFO pagará el monto de: ¢79,160/ha para Protección ¢202,700/ha para Reforestación y de ¢123,540/ha para Manejo (Según Decreto Nº 29,394-MINAE-H) durante 5 años de vigencia de los contratos. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 2 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) bosque en el Área de Conservación Osa (ACOSA) basado en la rentabilidad de la clases de capacidad de uso de las tierras y tener elementos para poder comparar biodiversidad complementaria versus costos en todo el territorio de ACOSA. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 3 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 2. Marco conceptual y metodológico 2.1. Concepto de costo de oportunidad El costo de oportunidad es el valor de la siguiente mejor opción perdida por realizar una acción o proyecto. En el caso de este estudio particular el análisis se centra en los posibles usos de suelos de vocación forestal y agrícola, y que actualmente tienen esos usos. La idea es determinar el costo de oportunidad de desarrollar, incentivar o eliminar un cierto uso del suelo, considerando las diferentes actividades económicas (siempre dentro del campo agrícola o forestal) que se pueden desarrollar en el mismo. Específicamente se calcula cual es el costo de oportunidad para un propietario, de usar sus terrenos en conservación absoluta y no usarlo en actividades alternativas. Es así que a partir de las rentabilidades ponderadas promedio que se obtienen de este estudio, se puede obtener el costo de oportunidad de desarrollar cualquier actividad, para cualquiera de de las CCU donde sea posible desarrollar la actividad. Específicamente se calcula cuál es el costo de oportunidad para un propietario, de usar sus terrenos en protección absoluta y no usarlo en actividades alternativas. A partir de las rentabilidades ponderadas promedio que en éste estudio se obtienen, se puede calcular el costo de desarrollar cualquier actividad para cualquiera de las CCU donde sea posible desarrollarla. Cuando se habla de tierras de vocación forestal y agrícola, se excluyen como actividades económicas a desarrollar las meramente urbanas, esto es, solamente se consideran competencia los usos dentro del campo agrícola o forestal. En el caso de las tierras de vocación forestal y agrícola, el desarrollar una cierta actividad económica sobre las mismas, implica la renuncia a realizar otras actividades económicas por considerarse que son de menor beneficio neto. En buena teoría económica, los propietarios de tierras escogen como actividad económica, la que genere una maximización de beneficios netos, en un horizonte de planeación de largo plazo. Sin embargo se observa que en la práctica, los beneficios económicos (en este caso, entiéndase de riqueza monetaria), no son los únicos elementos que guían la decisión sobre las actividades a desarrollar en un terreno. Esto se comprueba al evaluar, por ejemplo, dos fincas colindantes, una en la que sus dueños desarrollan una actividad que genera altos ingresos netos, y la otra que está abandonada por sus dueños, que, aún sabiendo que podrían desarrollar la misma actividad que su vecino, no tienen el capital suficiente para llevarla a cabo y no tienen interés en asumir una deuda en el sistema financiero. En rigor, si se le quiere cambiar el uso del suelo a una determinada finca, el costo de oportunidad podría estar dado por la rentabilidad de la actividad que se dejaría de realizar. Pero, por el argumento del párrafo anterior, no siempre la actividad actual es la más “rentable” en el uso de esas tierras. Por lo tanto, en la definición del costo de oportunidad, es necesario pensar en los usos potenciales de las tierras que mayor rentabilidad darían. Esos usos potenciales estarían determinados por tres grupos de variables, principalmente. El primer grupo de ellas se I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 3 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) refiere a las condiciones fisioedáficas y climáticas del terreno que definen una aptitud para algunas, no todas, las actividades. El otro grupo de variables son las condiciones económicas (precios, demanda de largo plazo, otros oferentes, costos de transporte, etc.). Por último, el grupo de variables de infraestructura comprende caminos de acceso, riego, cercanía de mercado o de fuentes de materias primas, etc. 2.2. Determinación de los usos potenciales Tanto Castro (1999) como Vega (1999) basan la determinación de los usos potenciales en el criterio de las categorías de capacidad de uso del suelo definidas en el Decreto Nº 23,214 MAG-MIRENEM (MAG-MIRENEM, 1995). Esta categorización del uso del suelo (CCU) se realiza según factores como erosión, drenaje, pendiente, profundidad de tierra fértil, temperatura, etc., de la que tiene menos factores limitantes (categoría I) a la de más factores limitantes (categoría VIII). Además, se clasifican las actividades agropecuarias y ganaderas dentro de esas mismas categorías de capacidad de uso. Por último, usando un promedio ponderado por área cultivada, se obtiene un costo de oportunidad por categoría de capacidad de uso. 2.3. Promedio ponderado por el área para CCU Dependiendo de la clase de capacidad de uso del suelo dónde se ubique el terreno, así habrá actividades que son aptas para desarrollarse en los mismos, y actividades que no lo son. Al obtenerse un indicador de rentabilidad por clase de capacidad de uso del suelo se tiene un costo de oportunidad para los terrenos que estén en esa categoría de capacidad de uso del suelo. Terrenos clase VI o superior, no tienen como costo de oportunidad la rentabilidad obtenida por el desarrollo de cultivos agrícolas. Para las clases V, VI y VII se le podría asignar como costo de oportunidad la rentabilidad del manejo forestal, siempre y cuando no se cambie de uso del suelo. Para el caso de la clase VIII, no se le imputa costo de oportunidad directo con el desarrollo de alguna actividad económica, pues para esta clase como lo define el decreto MAGMIRENEM (1995), solo es permitida la protección absoluta, aunque en estas tierras existiese algún bien de uso consuntivo como lo es el de la madera. En buena teoría, la metodología de clasificación de clases de capacidad de uso del suelo, al clasificar las tierras acorde con la productividad, es decir restringir el desarrollo de unas y permitir el de otras, está, intrínsicamente considerando la sostenibilidad de la productividad de esas tierras. En el caso de la actividad agrícola, los propietarios que deciden dedicar sus tierras a la siembra (ya sean cultivos anuales o no, los roten o no), es de esperar que lo hagan durante varios años, lo que implica que esta actividad debe ser rentable durante estos años. Esta rentabilidad está determinada por un conjunto de elementos. Entre los más determinantes están las condiciones edáficas y climáticas en las que se desarrollan estas actividades. De allí que la metodología MAG-MIRENEM (1995) al proponer una zonificación, está velando por que no se desarrollen actividades donde los costos de producción serían sumamente altos al punto de hacer la actividad no rentable en el tiempo. Considerando lo anterior para la clase VIII, no se justifica de ninguna manera el asignarle rentabilidad por el desarrollo de actividad económica tradicional, ya que por ejemplo, si estas tierras estuviesen ocupadas por bosque y se le aprovechara la madera existente, implicaría I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 4 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) dadas las altas pendientes, altas precipitaciones promedio de esta clase, altos costos en materia de construcción y mantenimiento de caminos, que por solo este efecto haría que la venta de la madera en pie no compense los costos del aprovechamiento. Otra opción sería el aprovechamiento por medio de helicóptero, el cual a todas luces parece también poco rentable. Dado que los datos sobre ingresos y costos de las actividades consideradas son de corte transversal (un momento en el tiempo para un grupo de variables), y que por su naturaleza (dependencia de factores climáticos, suceptibilidad a enfermedades, a gustos cambiantes, a la oferta de otros países, etc.) tienen una gran variabilidad de ingresos y costos, es que el dato de la rentabilidad de un cultivo, el más competitivo para cierta clase de uso, no es un indicador confiable de la rentabilidad que se puede obtener en esa clase de capacidad de uso. Al usar un promedio ponderado de varios productos para una clase de uso, se reduce el riesgo no sistemático de usar solo una actividad como “representante” de esa clase. 2.4. Aspectos económicos del promedio ponderado por el área para las CCU Al aplicar un promedio ponderado por área, además, implica la consideración de elementos económicos (segundo grupo de variables). La rentabilidad de suelos para una cierta CCU está dado por el grupo de actividades económicas que se puedan dar. En datos de corte transversal una variable podría tener un dato atípico de rentabilidad por una situación particular de mercado para ese año. Pero con el promedio ponderado su efecto se minimiza. Supóngase el caso de un cultivo, dentro de éste grupo, que, para el año en que se recolectó el dato, tiene una rentabilidad muy grande, supóngase que el área sembrada es relativamente pequeña, pues tiene una demanda pequeña o tiene mucha competencia externa o es para venderse al exterior. ¿Por qué entonces los productores no se cambian a esa actividad? Si lo hicieran, aumentarían la oferta fuertemente, los precios de los productos se vendrían abajo y la rentabilidad también. Dentro del promedio ponderado, el ponderador de este producto es bajo (baja área cultivada), por lo que su alta rentabilidad no estaría sesgando demasiado hacia arriba el promedio general. Los cultivos con una gran extensión usada, lo son porque han sostenido una continuidad en el tiempo y su peso relativo debe ser mayor (el ponderador, efectivamente, es mayor). Algunos cultivos necesitan efectivamente grandes áreas para ser rentables. Obsérvese que el promedio ponderado también toma en cuenta otro aspecto de mercado, como lo es el que el mercado de algunas de las actividades mencionadas es pequeño, y cambios pequeños en su oferta podrían hacer variar el precio al punto que el negocio ya no resulta rentable. Al usar el promedio ponderado, se “distribuye” entre varias actividades la alternativa económica, por lo que fortalece el supuesto de marginalidad en los posibles cambios de uso del suelo alternativos al bosque. Es importante resaltar que con el uso de las CCU se toma en cuenta el primer grupo de variables, relacionadas con características fisioedáficas y climáticas; y que usando el promedio ponderado por área cultivada, se toman en cuenta variables económicas. Quedan sin considerar variables de infraestructura de acceso. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 5 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 2.5. Modelo aplicable La escogencia de la metodología está determinada por los datos existentes y por la aplicabilidad en ACOSA, sin embargo, dada la posible pertinencia de los resultados que se obtienen, se debe pensar en que el método sea aplicable al resto de las áreas de conservación del país, es decir debe haber consecuencia con la información a un nivel de detalle suficiente que permita por área de conservación tomar decisiones y a su ves exista la posibilidad de extrapolar el método a las otras áreas de conservación. Para determinar la rentabilidad de las actividades económicas se utiliza como base el modelo NPV (Valor Presente Neto o Net Present Value por sus siglas en inglés) presentado por Castro (1999) al 5% y por Vega (1999) al 12% de tasas de descuento. Finalmente para este trabajo se aplicará una tasa de descuento del 11% que es una tasa aplicable para proyectos ambientales (Vega y Sancho, 1997) Castro (1999), también presenta otras aproximaciones para rentabilidad, una de valores obtenidas por OCIC a partir de GRUAS (1995) (OCIC, 1997), donde se calculan los montos a invertir en diferentes parques nacionales para normalizar su situación legal y cumplir con requisitos que eventualmente pediría el Mercado Global Ambiental de Carbono, para vender certificados de fijación de carbono. Como los parques se pueden clasificar según sus CCU, es posible obtener un valor por CCU. De la misma manera, Castro (1999) cita las compras de tierras del Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE) como otro posible valor aproximado, que como el mismo menciona, se aplica más a las áreas silvestres protegidas que a áreas privadas, ya que podría subestimar el costo de oportunidad por la tendencia de MINAE a adquirir tierra más adaptable para conservación que para agricultura. El modelo NPV implícitamente asume que todas las tierras de una misma CCU generan igual rentabilidad, y esto podría no ser cierto para algunas tierras marginales agrícolas, pero si representa el potencial de estas tierras si se usaran mejor, que es el costo de oportunidad que se quiere aproximar. Se habla de tierras marginales en el sentido de acceso a crédito, infraestructura de acceso, etc., no en términos agro ecológicos. En los siguientes capítulos se desarrolla el método para el caso particular de ACOSA y se presentan los resultados obtenidos. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 6 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 3. Resultados 3.1. Categorías de capacidad de uso del suelo La aptitud de la tierra para desarrollar actividades económicas (sean agrícolas, pecuarias o de aprovechamiento forestal) se determina por sus características climáticas y fisioedáficas, así como por características de accesibilidad (distancia al mercado, infraestructura como caminos, servicios, etc.). En esta sección se relacionarán las unidades de consolidación seleccionadas con la aptitud de esas tierras para otras actividades económicas, por las características climáticas y fisioedáficas. Desde 1979 se ha establecido en Costa Rica una categorización del uso del suelo según factores como erosión, drenaje, pendiente, profundidad de tierra fértil, temperatura, etc., de la que tiene menos factores limitantes (categoría I) a la de más factores limitantes (categoría VIII). La metodología para la clasificación se ha revisado varias veces, estando vigente la última, realizada en 1994, mediante Decreto Nº 23214 MAG-MIRENEM (MAGMIRENEM, julio 1994). En general, el sistema consta de ocho clases representadas por números romanos. Las clases I, II y III permiten el desarrollo de cualquier actividad incluyendo la producción de cultivos anuales. En la clase IV los cultivos anuales se pueden dar únicamente en forma ocasional. En las clases IV, V, VI su uso se restringe al desarrollo de cultivos semipermanentes y permanentes. En las V y VI se requiere inversión en manejo para poder cultivar allí. La clase VII tiene limitaciones tan severas que sólo permite el manejo del bosque natural primario o secundario. La clase VIII está compuesta de terrenos que no permiten ninguna actividad agrícola, pecuaria o forestal, siendo por tanto, adecuada únicamente para vegetación natural. El Anexo 1 presenta la definición dada en el citado decreto. En las CCU la separación de los cultivos según su temporalidad tiene implícito elementos de intensidad y exigencia de estos, ya que en términos generales los cultivos anuales extraen una gran cantidad de nutrientes del suelo en periodos cortos de rápido crecimiento, por lo tanto no todas las tierras son capaces de soportar esas exigencias. Además por la misma necesidad de preparación de los terrenos para cultivarse, estos pasan sin cobertura vegetal incluso hasta dos veces en un mismo año por lo que quedan expuestos y sus consecuencias (erosión, pérdida de horizonte A, etc.). Los cultivos anuales son aquellas plantas que exigen, durante su ciclo vegetativo (un año o menos), la preparación periódica del terreno a través de su laboreo o mecanización, por lo que se produce una gran alteración del suelo (ejemplos: arroz, tomate, ñame). Los cultivos semipermanentes son aquellos cultivos que tienen un ciclo vegetativo mayor a un año y que requieren sólo una preparación del terreno cada dos o más años, además logran desarrollar suficiente follaje, ejerciendo cierta función protectora contra la erosión del suelo (Caña de azúcar, pastos de corte y plantas ornamentales) (MAG-MIRENEM, 1995). I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 7 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Cultivos permanentes, es la vegetación que se caracteriza por ser de porte arbustivo y/o arbóreo y de ciclo vegetativo superior a cinco años por ejemplo café, o plantaciones forestales (MAG-MIRENEM, 1995). Por bosque se entiende que es la vegetación que se caracteriza por la presencia dominante de árboles disetáneos y otra vegetación leñosa, de porte variado, cuyo ciclo vegetativo individual es mayor a 10 años (incluye bosques primarios, secundarios y estados avanzados de tacotales). Por pastos son es aquel tipo de vegetación de crecimiento denso y porte rastrero (MAG-MIRENEM, 1995). Esta clasificación se desarrolló para todo el territorio nacional, produciendo un mapa escala 1:200,000 que clasifica los terrenos de Costa Rica (Acon y Asociados, 1984). El Área de Conservación Osa (ACOSA) pertenece a clases de uso II, III, IV, V, VI, VII y VIII, como se detalla en el cuadro 3.1. Resalta el alto porcentaje de área sin información (29%), correspondiente a los Parques Nacionales de Corcovado, Piedras Blancas y la Reserva Forestal de Golfo Dulce, por lo que dicho mapa no es el indicado para realizar una cuantificación del costo de oportunidad. Principalmente las actividades que compiten son la ganadería y la actividad forestal (manejo de bosques y plantaciones forestales) para el caso de las clases VI y VII. La clase VIII al no poder desarrollarse actividades tradicionales productivas se le debe tratar de una forma especial, es decir para asignarle una rentabilidad promedio, donde se deben tomar en cuenta las limitantes, el cálculo debe ser por medio de actividades que no violen las restricciones, por ejemplo se podría calcular su rentabilidad por medio del los beneficios que podrían obtenerse del ecoturismo, o de la opción de compra de tierras que ofrece el Estado para Áreas Silvestres Protegidas. Cuadro 3.1. Actividades productivas por hectáreas en la región Brunca, 2001 CCU Hectáreas Porcentaje II 81,298 19% III 11,318 3% IV 64,789 15% V 11,335 3% VI 74,864 18% VII 26,191 6% VIII 30,283 7% Sin Información 123,591 29% Fuente: Fuente: Mapa de asociaciones de grupos y subgrupos de suelos de Costa Rica, Acon y Asociados, 1984. Si bien es cierto que en zonas clase VIII se realizan actividades de aprovechamiento es por que a nivel de finca (plan de manejo), el aprovechamiento se realiza normalmente en una combinación de clases que normalmente van de la V a la VIII, pero si cuantificásemos los costos de aprovechamiento solamente para las zonas de la clase VIII de la finca, veríamos que los costos no compensan el valor de la madera en pie, ya que por ejemplo para realizar I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 8 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) la extracción de las trozas (madera en rollo) se deben construir caminos, que probablemente tendrán una longitud mayor y dificultad de construcción debido principalmente a las altas pendientes (mayores al 75%), poca profundidad efectiva del suelo (menos de 30 cm) que eleva los costos por unidad cúbica de madera cortada. Figura 3.1. Clases de Capacidad de uso del suelo en el Área de Conservación Osa Escala 1:200,000 Fuente: Mapa de asociaciones de grupos y subgrupos de suelos de Costa Rica, Acon y Asociados, 1984. 3.2. Clasificación de las clases de uso de las tierras forestales, según Fundación Neotrópica Esta clasificación es de acuerdo con metodología oficial Nº 23214-MAG-MINEREM, de junio de 1994 y representa una mejora en la escala respecto a los mapas anteriores. Esta clasificación contiene: La clase A incluye las tierras que permiten el desarrollo de actividades como: cultivos anuales, cultivos semipermanentes, cultivos permanentes y ganadería. La clase VF, son tierras que presentan severas limitaciones para el desarrollo de cultivos anuales, semipermanentes, permanentes y pastoreo, por lo que deben dedicarse al manejo de bosque natural. La clase VI, son tierras con aptitud para la producción forestal y cultivos permanentes como frutales y café, sin embargo, estos últimos requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos y aguas. En esta clase algunas especies I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 9 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) forestales, como teca (Tectona grandis) y melina (Gmelina arborea) en plantaciones puras, no son adecuadas en ciertas áreas de esta clase, debido a que aceleran los procesos de erosión de suelos, por lo que se recomienda este tipo de uso en relieves moderadamente ondulados a ondulados. La clase VII, tiene limitaciones tan severas que solo permiten el manejo de bosque natural primario o secundario, en las tierras denudadas debe procurarse el restablecimiento de vegetación natural. La clase VIII, está compuesta de terrenos que no reúnen las condiciones mínimas para actividades de producción agropecuaria o forestal alguna. Las tierras de esta clase, tienen utilidad solo como zonas de preservación de flora y fauna, protección de áreas de recarga acuífera, reserva genética y belleza escénica. Para la elaboración del mapa de capacidad de uso de tierras forestales no se ha hecho una clasificación para las Áreas Silvestres Protegidas (ASP) debido al supuesto de que en estas áreas no se desarrollaría de ninguna manera actividad productiva o agroforestal, otro elemento de peso es la política del Estado costarricense, que tiene planificado la consolidación de las ASP para lo cual debe comprar o expropiar esos terrenos, en el caso de realizar una clasificación por clases se crearían expectativas de posibilidad de desarrollar actividades dentro de las ASP o bien subiría los costos de las estas tierras lo cual iría contra la política de consolidación de las ASP. El Estado posee un poder monopsónico, es decir puede expropiar o bien comprar las tierras al precio que convenga, en beneficio de la colectividad y conforme a los mandatos de la Constitución Política del país. El no realizar una clasificación para las ASP responde primeramente a elementos legales (prohibición legislativa) y por aspectos estratégicos (política). I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 10 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Figura 3.2. Clases de Capacidad de uso del suelo en el Área de Conservación Osa Escala 1:50,000 Fuente: Mapa digital de Clases de capacidad de uso de tierras forestales de Costa Rica escala 1:50.000, versión digital de Tirso Maldonado. En el presente estudio se ajusta la metodología de NPV Castro (1999) y Vega (1999) que utilizaron la cartografía 1:200.000; con la generada por la Fundación Neotrópica y el IGN a escala 1:50.000, esto por cuanto con a este nivel de detalle si permite agrupar la clase A, a las actividades económicas que se dan en ACOSA. Otro elemento a tomar en cuenta es que este mapa posee la menor cantidad de áreas sin información si se compra con el mapa a escala 1:200,000. Sin embargo, con el fin de poder determinar la rentabilidad para toda el área de conservación incluyendo aquellas zonas sin información, se utilizó el mapa de la Oficina de Planificación Sectorial Agropecuaria (OPSA, 1978) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para las áreas que corresponden los Parques Nacionales de Piedras Blancas y Corcovado. Por otro lado el mapa 3.2 pese a tener una adecuada escala para la toma de decisiones en ACOSA, presenta la desventaja de poseer en la clase A la agrupación de las clases de la I a la IV. Para asignar una rentabilidad más específica se interceptaron los polígonos correspondientes de la clase A del mapa de clases de capacidad de uso de tierras forestales de Costa Rica escala con el de mapa de asociaciones de grupos y subgrupos de suelos de Costa Rica, (Acon y Asociados, 1984) para asignar así un mejor detalle a las zonas de clasificadas como A en el mapa 3.2. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 11 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Así entonces, el área bajo clase A en ACOSA se reduce a 54,060 ha, y el área bajo parques Nacionales queda en 945 ha, esto último debido a que probablemente, el área del Parque Nacional Piedras Blancas se amplió desde 1978, fecha de realización del mapa de OPSA (1978). Figura 3.2. Clases de Capacidad de uso del suelo en el Área de Conservación Osa Escala 1:50,000 Fuente: Oficina de Planificación Sectorial Agropecuaria (OPSA, 1978) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) Escal 1:200 000, Mapa digital de Clases de capacidad de uso de tierras forestales de Costa Rica escala 1:50.000, Mapa de asociaciones de grupos y subgrupos de suelos de Costa Rica, Acon y Asociados, 1984, Escal 1:200 000. 3.3. Clasificación de actividades económicas agropecuarias a CCU a) Actividades económicas de uso intensivo del suelo de OSA. Se usan los datos de la oficina subregional del MAG en la región Brunca, para determinar los cultivos típicos de dicha región: I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 12 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Cuadro 3.2. Actividades productivas por hectáreas en la región Brunca, 2001 Actividad productiva Aguacate Arroz 1/ Banano 2/ Café 3/ Caña de azúcar 4/* Frijol 5/ Maíz 6/ Naranja 8/ Palma Aceitera9/** Palmito Piña Plátano 10/ Tiquisque 11/ Tomate Región Brunca (2000) Área (ha) Producción(TM) 100 960 26.000 101,400 2.500 58,048 25.725 207,858 4.500 298,485 5.980 2,990 3.500 8,750 1.250 22,121 16.593 166,324 RFF 744 1,005 4.115 382,695 650 5,070 454 3,268 40 180 Notas: • Una fanega de café equivale a 46 kilos café oro • * Estimado de molienda para la Zafra 2000-2001 • ** En relación con el cultivo de Palma Aceitera la información corresponde a: CIPA, COOPEAGROPAL y la Península de Osa, no se contempla información de Palmatica, debido a que esta empresa no la proporcionó. • RFF: Racimos de Fruta Fresca Fuentes de los datos recopilados por la Oficina Subregional del MAG en R.Brunca: • • • • • • 1/,5/,6/,7/, 11/ Programa de Mercadeo Región Brunca, junio 2001 2/ FIBASUR, junio 2001 3/ Instituto del Café, junio 2001 4/ Liga AICA, junio 2001 8/,9/ Información proporcionada por el CNP- Región Brunca, junio 2001 10/ Información proporcionada Asa Laurel La región Brunca posee un área de 949,814 ha y ACOSA un área de 430,437 ha, lo que representa un 45% del área de la región Brunca, región de la cual fueron tomadas las áreas en producción para las principales actividades productivas de ACOSA. Si bien es cierto la representatividad no es la mejor dado que lo ideal sería tener el área sembrada para ACOSA específicamente, este dato no es posible de conseguir. El área reportada para la región es tomado de estadísticas que llevan las oficinas subregionales del Ministerio de Agricultura y Ganadería, información que es lo más actualizada en lo referente a distribución de usos del suelo. Se presentan estos datos como los más próximos a la realidad para tener una idea de la distribución del área sembrada. En la utilización de el área sembrada para la ponderación por esta variable, se hace un supuesto de que para ACOSA existe una distribución homogénea de las áreas sembradas, sin embargo, esto no necesariamente es cierto. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 13 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Los datos de área sembrada como se explicó anteriormente, sirven como ponderadores de los cultivos en las diferentes clases de capacidad de uso. El ponderador es la suma de las áreas de los cultivos para una cierta clase dividido entre el área total de todos los cultivos. Por esta razón, si se estimara para ACOSA un 45% menos del área de cada cultivo, el área total cultivada sería también un 45% menor, por lo que el ponderador no cambia. Así, para el cálculo de los promedios ponderados, el no poseer los datos de área sembrada específicamente para ACOSA no es una limitante. Con relación a la distribución del área sembrada para ACOSA por ahora no se tiene información. Para las actividades agrícolas, principalmente, los mapas de uso y cobertura no siempre detallan el tipo de cultivo que está en ciertas zonas. Estos generalmente definen clases que agrupan una serie de cultivos, por ejemplo, cultivos anuales, frutales, plantaciones forestales, etc. Para la elaboración de mapas de uso actual del suelo, cuando son de áreas extensas como ACOSA, los métodos tienen que incorporar componentes de foto interpretación ya sea de fotografías aéreas o de imágenes de satélite si se quiere tener los productos en un ámbito temporal cercano a la realidad, que permita la toma de decisiones. En el caso específico de ACOSA no se posee, primero, ningún mapa actualizado de uso y cobertura del suelo, lo mas reciente, es el mapa de ecosistemas realizado por el INBio (2002), con fotografías aéreas del año 1995 y comprobación de campo al año 2000. Sin embargo, este mapa tiene objetivos distintos al de determinar con cierta exactitud cuanta área esta ocupada por tipo de cultivo, que para el cálculo del costo de oportunidad es muy importante. b) Clasificación de cultivos Se distribuyen los cultivos en los suelos cuya capacidad de uso es máxima sin que sufran, el suelo y el cultivo, un menoscabo en su productividad normal. En este estudio se usa la clasificación obtenida en Castro (1999) y Vega (1999), que se basa en la "Metodología de Capacidad de Uso de las Tierras de Costa Rica", (MAG-MIRENEM, 1995) (ver Cuadro 3.3.). Se obtuvo para la mayoría de las actividades a nivel nacional. Con la zonificación realizada se tienen las características de rango de aptitud climática y fisioedáficas aptas y moderadamente aptas para los cultivos que se dan en ACOSA. Esta zonificación fue usada en Vega, (1999). Un ejemplo de dicha clasificación se detalla en el siguiente cuadro. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 14 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Cuadro 3.3. Ejemplos de adaptación de dos cultivos a las Clases II y IV Característica Pendiente (%) Profundidad efectiva (%) Textura del suelo Pedregosidad Fertilidad Drenaje Toxicidad y salinidad Clase II <8 Clase IV Características Fisioedáficas <30 >120 >90 Finas a mod. gruesas Muy finas a mod. Gruesas Sin piedra a Sin piedra a mod. ligeramente ped. Pedregoso Media a Alta Media a Alta Bueno Mod. Lento Toxicidad. Leve Tox. Moderada Salinidad leve Salinidad leve Características climáticas Cualquiera Cualquiera Época seca (meses/año) Precipitación promedio anual Vientos (km/h) Ausente a Moderado Ausente a moderado Maíz Naranja 1-5 1-15 >75 >90 Franco arenosa Arcillo arenosa Muy finas: arcilloso <5% <10% Media Alta Bueno Media Bueno 2-5 <3 1800-3500 1750-3000 Menos de 10 Menos de 15 En éste caso, el Maíz se adapta a los suelos clase II o superiores (clase I), la naranja a los suelos clase IV o superiores (clase III, II y I). Cada característica del cultivo es comparada con las características que se presentan en la metodología para la determinación de la capacidad de uso de las tierras a nivel de clase. Esta comparación debe ser hecha por un experto agrónomo o forestal que pueda tomar en cuenta otros elementos, como el grado de flexibilidad del cultivo para adaptarse a condiciones que se salen de su aptitud, o determinar la característica más limitante para el mismo, o su carácter de permanente o estacional. 3.4. Competitividad de las actividades económicas No existe un estudio que compare la rentabilidad de las diferentes actividades económicas bajo una misma metodología para ACOSA, por lo que se recurre a estudios a nivel nacional. La siguiente tabla resume los resultados La Clase de Suelo en la que se clasificó el cultivo y el área cultivada en el país se ponen como referencia: I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 15 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Cuadro 3.4. Valor Anual Equivalente para Diferentes Actividades Competitivas por el Uso del Suelo. Tasa de descuento de 11% en $ por hectárea por año Área Clase de Rentabilidad (1996) Suelo Aguacate 614 IV 1,909 Arroz 40,967 II 147 Banano 52,000 II 1,317 200,000 VII 108 Bosque manejado7 Café 108,000 IV 647 Caña de azúcar 48,000 III 623 Coco 3,000 II 830 Frijol 33,245 II 377 980,000 VI -11 Ganadería de carne8 Ganadería de leche 500,000 VI 409 Ganadería doble propósito 520,000 VI 459 Limón mecino 800 III 230 Mango 7,945 IV -28 Maracuyá 36 III 1,920 Melón 4,371 II 339 Naranja 23,500 IV 460 Ñame 849 II 3,340 Palma Africana 27,239 III 646 Palmito Pejibaye 4,500 III 1,230 Papa 2,794 II 320 Piña 8,195 II 4,831 Plantación Forestal 100,000 VII 248 Plátano 7,000 II 2,509 Sandía 677 II 4,106 Tiquisque 1,608 II 2,649 Tomate 211 II 2,220 Yuca 5,469 II 1,209 Fuente: Elaboración propia con base en la base de datos de los estudios de Castro 1999 y Vega 1999 para los recálculos al 11% Actividad La tasa de descuento seleccionada para éste estudio es del 11%. Vega y Sancho, 1997 calcularon una tasa de descuento real para aplicar en el Ministerio del Ambiente y Energía. Es el cálculo costarricense más reciente y elaborado especialmente para proyectos de corte ambiental. El valor que obtuvieron fue de 11%. Otros valores que se podrían aplicar son los usados por organismos y bancos internacionales para la evaluación de proyectos en países en vías de desarrollo, que oscilan entre 10% y 12% en situaciones normales. Vega 1999 usó 12% y Castro 1999 usó 12% y 5%. 7 En esta opción se le extrae al bosque natural aproximadamente 20 metros cúbicos de madera por hectárea, ya que solo se cortan árboles de un gran grosor y edad. Se pierde aproximadamente un 20% del dosel. A diferencia de la plantación forestal, en que se elimina el bosque natural para aplicar un monocultivo de una especie comercial, en esta opción el bosque natural permanece. 8 La ganadería de carne resultó con una rendimiento de -$663/ha para fincas menores de 80 hectáreas y con un rendimiento de $1293/ha para fincas mayores a 80 hectáreas en ese año. El estudio usa un promedio ponderado por las fincas para el resultado final que se mantiene acá por su similitud a la distribución en el país, que en esos años tenía al sector como uno de los que estaba perdiendo competitividad. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 16 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) En el Anexo 2 se explican los ajustes realizados a la base de datos original para obtener el recálculo al 11%. Recuadro 3.1: ¿Por qué varía la rentabilidad de las actividades económicas al usar diferentes tasas de descuento? Para efectos de un análisis nacional, y por no ser viable determinar la tasa de descuento de cada productor, se usa una única tasa de descuento que represente a la colectividad. Según sea esta tasa de descuento, así los valores del Cuadro 3.4 varían, para cultivos con un ciclo mayor a un año de los del cuadro presentado en el Anexo 2. Una de las premisas importantes al aplicar el modelo del “Net Present Value” (Castro 1999) es presentar la rentabilidad del cultivo como el ingreso anual neto equivalente que obtendría el productor si a partir de ese momento se dedica al cultivo en cuestión, es un Valor Anual Equivalente. Decir neto implica decir que a los ingresos se le han sustraído los costos. Un costo importante para el análisis de rentabilidad en términos económicos, es tomar en cuenta el valor en el tiempo del dinero. Si se va a hacer una inversión en la actividad agropecuaria escogida, se está implícitamente renunciando al rendimiento de ese dinero a invertir en, por ejemplo, un banco (un certificado de depósito) o un título valor (acciones de empresas). Ese rendimiento al que se renuncia es la tasa de descuento para el productor, y es particular a las opciones de inversión de cada uno. Si esa tasa de descuento es grande, esto implica que la renuncia a rendimientos “bancarios o accionarios” por desarrollar el cultivo es grande, o sea, tiene un alto costo implícito, que reduce la rentabilidad económica del cultivo. Si la tasa de descuento es pequeña, el “costo de oportunidad” del dinero es pequeño, por lo que la rentabilidad es mayor. Para los cultivos de ciclos anuales o menores al año, se determina que la contabilización de todos los ingresos y los costos (incluso los de inversión excluyendo el valor del terreno que se no se ha tomado en cuenta en los cuadros) representa bien el valor anual equivalente. Pero para cultivos de ciclo mayor a un año, con flujos de ingresos y costos esparcidos en varios años para todo el ciclo del cultivo, al hacerlos comparables todos en el valor de un año de rentabilidad, la tasa de descuento sí los afecta. Por eso, para el frijol (ciclo anual) no hay diferencia entre el cuadro 3.3 y el del Anexo 2 (diferentes tasas de descuento), pero para el café sí hay diferencia en la rentabilidad presentada. 3.5. Rentabilidad promedio por CCU para ACOSA La rentabilidad para una clase de capacidad de uso del suelo es un promedio de las rentabilidades de los cultivos aptos para esa clase de capacidad de uso del suelo, ponderados por el porcentaje del área destinada en esa clase de uso de cada una de estas actividades. Este promedio representará la rentabilidad normal para un terreno con esa respectiva capacidad de uso del suelo. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 17 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Cuadro 3.5. Promedio ponderado de rentabilidad para la clase A Actividad productiva Aguacate Arroz 1/ Banano 2/ Café 3/ Caña de azúcar 4/* Frijol 5/ Naranja 8/ Palma Aceitera 9/** Palmito Piña Plátano 10/ Tiquisque 11/ Tomate Total Promedio clase A ($/ha/año)* Total clase II Total clase III Total clase IV Región Brunca 20009 Valor equivalente Área (ha) neto 100.0 1,909 26.0 147 2,500.0 1,317 25,725.0 647 4.5 623 6.0 377 1.3 460 16,593.0 646 744.0 1,230 4,115.0 4,831 650.0 2,509 454.0 2,649 40.0 2,220 50,958.7 1,071 7,791 3350 17,342 671 25,826 652 Nota: Se calcula como la suma de los elementos que se obtienen multiplicando la rentabilidad de la actividad por su área sembrada dividida entre el total del área de los cultivos que pertenecen a esa clase. No hay cultivos en OSA cuyas condiciones sean tan estrictas que solamente se puedan desarrollar en terrenos CCU I, por lo que no se tiene una rentabilidad promedio actual para dicha clase. El cálculo de las rentabilidades promedios por clase para las CCU II, III y IV se realizó ponderando la rentabilidad de los cultivos de la clase respectiva con la proporción del área sembrada de dicho cultivo respecto al total del área sembrada de dicha clase. Respecto a la clase VIII, que únicamente permite la conservación pura, podría significar una entrada de ingresos neta, el desarrollar un proyecto eco-turístico. Pero dicho proyecto estaría condicionado también por aspectos de infraestructura de acceso, cierto posicionamiento de la zona como destino turístico, infraestructura de servicios (agua potable, electricidad, teléfono, etc.). Se puede asumir que el valor de esta explotación turística en este tipo de tierras marginales es comparable a los ingresos que generaría su venta al Estado, y que sería otra opción que tienen los dueños de estas tierras. 9 El dato del área sembrada en la clase A de la Región Brunca del Ministerio de Agricultura y Ganadería no coincide con el área total clase A para OSA del mapa de la Fundación Geotrópica para ACOSA, pues son regionalizaciones diferentes. Acá sirve para el cálculo de la rentabilidad ponderada. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 18 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) El Estado tiene un poder monopsónico al comprar tierras para conservación, ya que tiene potestad de expropiar y en cierta medida establece el precio que paga por lo que decide adquirir. A su vez, el Estado las puede aprovechar turísticamente a través del Sistema de Parques Nacionales. Así, el valor promedio pagado por el Estado en adquisición de tierras para incorporarlas al Sistema de Parques Nacionales, convertido a Valor Anual Equivalente (para que sea comparable a los valores obtenidos para las otras CCU) es una buena aproximación de la rentabilidad esperada de un terreno CCU VIII. El Anexo 3 presenta 272 compras realizadas por MINAE para establecer un precio promedio de compra. A ése dato de $427/ha se aplica matemática financiera para convertirlo en un Valor Anual Equivalente al 11%. En el siguiente Cuadro presenta ese cálculo para la clase VIII y en general se resume el promedio ponderado para cada categoría de capacidad de uso, que representa el costo de oportunidad para la unidad de consolidación que pertenezca a esa categoría: Cuadro 3.6. Rentabilidad promedio para cada clase de uso del suelo (al 11%) en $ por hectárea por año Clase de Capacidad de Uso del Suelo Área total de la CCU* Rentabilidad 130,076 81,630 77,382 80,297 1,071 155 152 47 Clase A Clase VF-VII Clase VI Clase VIII Fuente: Elaboración propia con base en los cuadros anteriores y Figura 3.2. *Nota: Esta área excluye las Áreas Silvestres Protegidas, que en total tienen 56,969 hectáreas sin clasificar por CCU. Para las clases VF-VII y VI se usó la rentabilidad promedio obtenida de los datos nacionales a partir del Cuadro 3.3, ya que no se contó con datos de la actividad ganadera y de plantaciones forestales en Osa. Sin embargo, si fuese el caso que no se estén dando en éste momento, es un potencial uso para ese tipo de terrenos. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 19 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) RECUADRO 3.2: Justificación del uso del promedio ponderado por el área para cada clase de capacidad de uso (CCU) Aunque se mencionó en la metodología, es importante recalcar que el promedio ponderado por CCU implícitamente incluye factores económicos. Primero, dependiendo de la clase de capacidad de uso del suelo dónde se ubique el terreno, así habrá actividades que son aptas para desarrollarse en los mismos, y actividades que no lo son. Al obtenerse un indicador de rentabilidad por clase de capacidad de uso del suelo se tiene un costo de oportunidad para los terrenos que estén en esa categoría de capacidad de uso del suelo. Terrenos clase VI o superior, no tienen como costo de oportunidad la rentabilidad obtenida por el desarrollo de cultivos agrícolas. Segundo, dado que los datos sobre ingresos y costos de las actividades consideradas son de corte transversal, y que por su naturaleza (dependencia de factores climáticos, susceptibilidad a enfermedades, a gustos cambiantes, a la oferta de otros países, etc.) tienen una gran variabilidad de ingresos y costos, es que el dato de la rentabilidad de un cultivo, el más competitivo para cierta clase de uso, no es un indicador confiable de la rentabilidad que se puede obtener en esa clase de capacidad de uso. Al usar un promedio ponderado de varios productos para una clase de uso, se reduce el riesgo no sistemático de usar solo una actividad como “representante” de esa clase. Obsérvese que el promedio ponderado también toma en cuenta otro aspecto de mercado, como lo es el que el mercado de algunas de las actividades mencionadas es pequeño, y cambios pequeños en su oferta podrían hacer variar el precio al punto que el negocio ya no resulta rentable. Al usar el promedio ponderado, se “distribuye” entre varias actividades la alternativa económica, por lo que fortalece el supuesto de marginalidad en los posibles cambios de uso del suelo alternativos al bosque. A partir del cuadro 3.7 y agregando las subdivisiones de la Clase A quedaría como sigue: Cuadro 3.6. Rentabilidad promedio para cada clase de uso del suelo (al 11%) en $ por hectárea por año Clase de Capacidad de Uso del Suelo Clase II Clase III Clase IV Clase VF-VII Clase VI Clase VIII Rentabilidad 3,350 671 652 155 152 47 Fuente: Elaboración propia con base en los cuadros anteriores I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 20 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 3.6. El costo de oportunidad Una vez que se obtienen las rentabilidades por CCU, se puede determinar el costo de oportunidad de hacer un uso específico del terreno. Si se tiene un terreno clase A y se quiere destinar para conservación pura con posible aprovechamiento turístico (que en este estudio se estimó como el equivalente a la posibilidad de venta al Estado) se obtendrían $47/ha/año pero se renuncia a $1,071/ha/año que se podrían obtener en agricultura. El costo de oportunidad sería el neto, esto es $1,024/ha/año. También podría saberse el costo de oportunidad de dedicar ese terreno a ganadería. Sería el valor de lo que se renuncia dado por la CCU del terreno menos lo que se obtiene en ganadería, en este caso: $952/ha/año. En general, el Costo de Oportunidad un terreno de cierta capacidad de uso es: COp = Rccu − Rac (ec. 1) Donde: Rccu= Rentabilidad promedio de la clase del terreno Rac= Rentabilidad de la actividad que se desarrollará COp= Costo de oportunidad Así, para el caso que interesa en este estudio, que es el de destinar los terrenos para conservación pura, sin permitir ningún aprovechamiento turístico, o permitiéndolo, sería, según su clase, el del siguiente cuadro: Cuadro 3.8. Costo de Oportunidad para cada clase de uso del suelo (al 11%) en $ por hectárea por año Clase de Capacidad de Uso del Suelo C.deO.(con C.deO.(sin estimado de aprovechamiento aprovechamiento turístico) turístico) Clase A: Clase II Clase III Clase IV Clase VF-VII Clase VI Clase VIII 1,071 1,024 3,350 671 652 3,303 624 605 155 152 47 108 105 0 Fuente: Elaboración propia. Nota: C de O: costo de oportunidad I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 21 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Se observa que en el caso de que se vaya a hacer conservación pura y se permita el aprovechamiento turístico, es lo único que se puede hacer en esos terrenos. No hay otra opción que dé más rentabilidad, por lo que no tiene costo de oportunidad. Sin considerar aprovechamiento turístico, si hay costo de oportunidad porque se está renunciando a esa opción. Estos valores de costo de oportunidad se le podrán asignar a los polígonos del mapa de capacidad de uso de las tierras forestales a escala 1:50,000 para poder ser utilizado en diferentes análisis. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 22 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 4. Conclusiones El costo de oportunidad es el valor de la siguiente mejor opción perdida por realizar una acción o proyecto. En un terreno de vocación agropecuaria o forestal, desarrollar una actividad, por ejemplo, conservación de bosques, implica renunciar a la rentabilidad que pueden dar otras actividades como ganadería o café. Las actividades alternativas a la conservación (o usos potenciales) están determinados por tres grupos de variables: condiciones fisioedáficas y climáticas del terreno; condiciones económicas (precios, demanda de largo plazo, otros oferentes, costos de transporte, etc.); y variables de infraestructura (caminos de acceso, riego, cercanía de fuentes de materias primas, etc.) Para el caso particular de ACOSA, y de aplicar una conservación pura, sin ninguna actividad turística, utilizando una metodología que por sus características combina esas variables para determinar usos potenciales, con los usos actuales, se encontró que las tierras clase A, esto es, que permiten cultivos agrícolas, incluso anuales, sin grandes factores limitantes, tienen un costo de oportunidad de U$ 1,071 por hectárea por año. Esto significa que si un agricultor promedio de Osa, con una finca que por sus características se clasifica como clase A, decide destinarla para conservación dejando un bosque natural, estaría renunciando a obtener U$ 1,071/ha/año a través de actividades agrícolas. En detalle, la clase A se subdivide en las clases II, III y IV. La I no tiene rentabilidad promedio pues no hay cultivos en OSA cuyas condiciones sean tan estrictas que solamente se puedan desarrollar en terrenos CCU I, sin embargo, para las 3809 ha que están en clase I se le deberían asignar el costo de oportunidad de la clase II dado lo inaccesible y lo poco representativa que es esta clase dentro de ACOSA. La clase II tiene un costo de oportunidad de U$3,350/ha/año, mucho mayor a las otras dos (U$671/ha/año y U$652/ha/año respectivamente). Se encontró que tierras de vocación forestal para manejo de bosque (clases VF y VII) tienen un costo de oportunidad de U$ 155/ha/año. Las que permiten manejo y plantaciones forestales (clase VI) U$ 152/ha/año. Si el terreno es clase VIII la renuncia sería a desarrollar actividades turísticas y/o venderla al gobierno, lo que arroja un costo de oportunidad de U$ 47/ha/año. En un sistema de incentivos o de pago por servicios ambientales la consideración del costo de oportunidad es vital para orientar el uso del suelo hacia fines deseados, por ejemplo la conservación de zonas claves. Al obtener un costo de oportunidad bajo el concepto del NPV por CCU implica que las tierras han sido evaluadas tomando en cuenta parámetros económicos y de aptitud de uso de esas tierras. La metodología empleada ajusta bien el nivel de detalle de la información para ACOSA y además puede ser utilizada para el resto de áreas de conservación del país. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 23 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Existe mucha variabilidad en la cuantificación de las hectáreas sembradas para las diferentes zonas, especialmente en los cultivos anuales. Si bien es cierto en el país se tienen algunos censos para algunas actividades agropecuarias, estos muchas veces carecen de una referencia geográfica adecuada, o bien la estimación de las hectáreas sembradas responde a la apreciación del propietario. Existen diferentes zonificaciones para los cuales las diferentes instituciones toman sus datos, por lo que muchas veces no es posible obtener un datos precisos para el área specífica de estudio. Se recurrió a parámetros nacionales obtenidos en otros estudios. 5. Recomendaciones Completar la información sobre capacidad de uso de las tierras en las ASP ya sea con información de otras fuentes o bien ajustando bajo los parámetros de la metodología oficial, con modelos donde se integre la información sobre las principales limitantes que podrían tener estas tierras. Estos modelos a su vez permitirían desagregar a la escala 1:50,000 la categoría A de dichos mapas. Se debe monitorear y georeferenciar los censos agropecuarios, para que permitan ser utilizados con exactitud en diferentes regiones de planificación. Se debe hacer una evaluación de la representatividad de la distribución de cultivos en relación a la distribución del área de estudio (ACOSA). Aplicar la metodología en esquemas de compensación para propietarios que sometan sus fincas a conservación. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 24 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Bibliografía Castro, René. 1999. Valuing the Environmental Service of Permanent Forest Stands to the Global Climate: The Case of Costa Rica. A thesis presented to The Doctor of Design Program. Harvard University Cambridge, Massachusetts. CCT. 1994. Estudio de Zonificación Agropecuaria en la Región Pacífico Central. MAG. San José. García V., Randall. 1996. Propuesta Técnica de Ordenamiento Territorial con fines de Conservación de Biodiversidad en Costa Rica: Proyecto GRUAS. Working Paper 10. MINAE-SINAC-WCS. Junkov Micael. Localización y Valorización de la masa forestal en Costa Rica (Primera Fase). Ministerio de Agricultura y Ganadería, Dirección General Forestal, Departamento de Aprovechamiento Forestal.51 p. San José, Costa Rica. Kapelle Marten, Castro Marco, Acevedo Heiner, Cordero Pedro, González Luis, Méndez Luis, Monge Gubert. 2002. A Rapid Method in Ecosystem Mapping and Monitoring as a Tool form Managing Costa Rica Ecosystem Health. Mimeografiado. 10p. Kishor y Constantino. 1993. Forest Management and Competing Land Uses: An Economic Analysis for Costa Rica. LATEN Disemination Note Nº 7. World Bank. MAG-MIRENEM. 1995. Metodología para la Determinación de la Capacidad de Uso de las Tierras de Costa Rica. San José. Oficina Costarricense de Implementación Conjunta (OCIC). 1997. National Proposal for the Territorial and Financial Consolidation of Costa Rican National Parks and Biological Reserves. Unpublished report, San José, Costa Rica. Oficina de Planificación Sectorial Agropecuaria (OPSA). Octubre 1978. Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). apacidad de Uso del Suelo (Golfito, escala 1:200.000). Elaborado por: Pérez, Samuel (OPSA) y Pieter an Ginneken (FAO - Dirección Forestal).. San José, Costa Rica. Sylvander. R. 1977. Los Bosques de Costa Rica y su distribución por Provincias. San José Costa Rica. PNUD/FAO,COS. UNA. 1997. El nuevo Entrono del Desarrollo Regional Rural en America Latina. Seminario. Programa UNIR. Heredia. Vega, Edwin 1999. Participación de la Empresa Privada en la Conservación de la Energía ante la Apertura de un Mercado Global Ambiental (El Caso de INCSA). INCAE. Costa Rica. Vega, Edwin y Sancho, Francisco. 1997. Guía para la Evaluación Socioeconómica de Proyectos. DGHMINAE. San José, Costa Rica. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 25 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Anexos Anexo 1: Determinación de la Capacidad de Uso de las Tierras en Costa Rica Según Decreto Nº 23214 MAG-MIRENEM de julio 1994 Estructura del sistema La estructura del sistema de clasificación de capacidad de uso de las tierras comprende tres niveles: clases, subclases y unidades de manejo. Definiciones Clases de capacidad de uso Se define como clase a los grupos de tierras que presentan condiciones similares en el grado relativo de limitaciones y riesgo de deterioro para su uso en forma sostenible. Subclases de capacidad de uso Las subclases son grupos de tierras dentro de una clase, que tienen limitaciones del mismo tipo. Unidades de manejo Constituyen una subdivisión de las subclases de capacidad de uso, indicadores del factor o los factores específicos que limiten su utilización en actividades agropecuarias y forestales. Estas tierras son lo suficientemente homogéneas como para requerir sistemas de manejo y conservación similares. Descripción general de las clases de capacidad de uso Clase I. Dentro de esta clase se incluyen tierras con pocas limitantes o sin ellas para el desarrollo de actividades agrícolas, pecuarias o forestales, adaptadas ecológicamente a la zona. Clase II. Las tierras de esta clase presentan leves limitaciones que, solas o combinadas, reducen la posibilidad de elección de actividades o se incrementan los costos de producción debido a la necesidad de usar prácticas de manejo y conservación de suelos Clase III. Las tierras de esta clase presentan limitaciones moderadas, solas o combinadas, que restringen la elección de los cultivos. Para desarrollar los cultivos anuales se requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos y agua. Clase IV. Las tierras de esta clase presentan fuertes limitaciones, solas o combinadas, que restringen su uso a vegetación semipermanente y permanente. Los cultivos anuales se pueden desarrollar únicamente en forma ocasional y con prácticas muy intensivas de manejo y conservación de suelos y aguas. Clase V. Las tierras de esta clase presentan severas limitaciones para el desarrollo de cultivos anuales, semipermanentes, permanentes o bosque, por lo cual su uso se restringe al pastoreo o manejo de bosque natural. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 26 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Clase VI. Las tierras ubicadas dentro de esta clase son utilizadas para la producción forestal, así como cultivos permanentes tales como frutales y café, aunque estos últimos requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos y agua. Clase VII. Las tierras de esta clase tienen severas limitaciones por lo cual sólo se permite el manejo forestal en caso de cobertura boscosa. En aquellos casos en que el uso sea diferente al bosque, se procurará la restauración forestal por medio de la regeneración forestal natural. Clase VIII. Estas tierras no reúnen las condiciones mínimas para actividades de producción agropecuaria o forestal alguna. Las tierras de esta clase tienen utilidad sólo como zonas de preservación de flora y fauna, protección de áreas de recarga acuífera, reserva genética y belleza escénica. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 27 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Anexo 2: Rentabilidades de actividades económicas para diferentes tasas de descuento Para reformular los resultados de rentabilidad de los diferentes cultivos, partiendo del 12% usado en la base de datos original de Castro 1999 y Vega 1999 se realizaron los siguientes procedimientos financieros a las fuentes originales: a) Los cultivos basados en el estudio del CCT y MAG, Op.cit., 1994, y el flujo de la Palma Africana, se recalcularon aplicando 11% como tasa de descuento al flujo presentado. b) El estudio de Constantino y Kishor, Op.cit., 1993, referido a las plantaciones forestales y los bosques manejados presenta una sensibilización al 4%, 8%, 12%, 15%, etc. Se interpoló geométricamente para aproximar los valores al 11%, y se pasan a dólares de 1996. c) Los cultivos anuales no cambian el VAE a diferentes tasas de descuento (o varían muy poco, como el caso de los cultivos de a)). Si se supone que el cultivo se repite año con año hasta el infinito, usar tasas de descuento diferentes cambia el valor actual neto infinito, pero no el valor anual equivalente. Por lo tanto, los valores para los cultivos procedentes del Cuadro 6 de la Memoria 1997 del MAG (también en la página web http://www.infoagro.go.cr/estadísticas) de carácter anual, conservaron su valor de rentabilidad al 11%. En el caso del café si se debe realizar un ajuste por no ser anual. Se aproximó el valor de la inversión inicial suponiendo una tasa de interés real del 12% para 199610. Se mantuvo como flujo anual el valor de los ingresos menos los costos variables. A dicho flujo se aplicó la tasa de descuento del 11% y se recalcula en VAE. El valor obtenido se convierte a dólares. d) El palmito de pejibaye y el banano, cuya fuente es el estudio de la UNA, Op.cit. 1997 presenta la tasa de descuento usada, la inversión inicial, la vida útil, y el VAN que obtuvieron, permite su recálculo al 12% y al 11% con suponer un comportamiento homogéneo de los flujos año con año. e) El estudio de Aylward y Mejías, Op.cit. 1997 presenta para las distintas clases de ganadería los costos fijos, la vida útil usada (70 años), los costos variables anuales, y los ingresos anuales, tal que se puede simular el flujo del proyecto. El procedimiento es el mismo aplicado al café. Primero se convierten las cifras a colones. Con los costos fijos y suponiendo una tasa real del 12% se estima la inversión inicial en 1996. Se construye el flujo de caja con esta inversión en el momento cero y con la diferencia entre los ingresos y los costos variables como monto anual durante 70 años. Se calcula el VAN al 11% de donde se obtienen los VAE 11% en colones de 1996. Finalmente se convierten las cifras a dólares usando el tipo de cambio promedio de 210 colones por dólar. 10 La tasa nominal activa ese año fue 25.9% en los bancos estatales para la agricultura. La tasa de inflación fue 13.8%. Usando la ecuación de Fisher, se tiene un aproximado de la tasa real (12.1%). I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 28 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Valor Anual equivalente para diferentes actividades competitivas por el uso del suelo al 12%, 9% y 5%, en $ por hectárea por año Actividad Area en 1996 Aguacate 614 Arroz 40,967 Banano 52,000 Bosque manejado 200,000 Café 108,000 Caña de azúcar 48,000 Coco 3,000 Frijol 33,245 Ganadería de carne 980,000 Ganadería de leche 500,000 Ganadería doble prop. 520,000 Limón mecino 800 13,304 Maíz Mango 7,945 Maracuyá 36 Melón 4,371 Naranja 23,500 Ñame 849 Palma Africana 27,239 Palmito Pejibaye 4,500 Papa 2,794 Piña 8,195 Plantación Forestal 100,000 Plátano 7,000 Sandía 677 Tiquisque 1,608 Tomate 211 Yuca 5,469 Rentab.(12%) 2,394 194 1,313 111 604 817 729 377 -43 328 422 274 ≤0 -54 2,525 345 567 3,401 736 1,219 320 4,831 188 3,309 4,181 2,698 2,220 1,209 Rentab.(9%) Rentab.(5%) 2,725 3,191 190 186 1,340 1,340 88 64 831 1,216 818 820 830 969 377 377 53 178 569 880 535 683 360 481 ≤0 ≤0 -1 73 2,500 2,462 339 331 679 838 3,340 3,264 784 849 1,293 1,293 320 320 4,831 4,831 203 335 3,252 3,181 4,106 4,013 2,649 2,589 2,220 2,220 1,209 1,209 Fuente: Vega 1999. Se recalculó además para el 5%. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 29 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Anexo 3: Análisis de las compras del MINAE para estimar la rentabilidad de CCU VIII En esta sección se contestará la inquietud expresada por un lector de si existe diferencia significativa del precio pagado por MINAE según la CCU del terreno comprado. Para determinar si existe diferencia significativa en los precios que ha pagado el MINAE en copras de terrenos para diferentes CCU, se realiza un Análisis de Varianza (ANDEVA). La idea detrás del ANDEVA es que se comparan las desviaciones (varianzas) respecto a la media de las compras entre las diferentes CCU en estudio, con las desviaciones (varianzas) de una función normal (la de los errores) para ver, a través del estadístico F si son significativamente diferentes o no. 1.1. Compras por lugar de adquisición Las 272 compras registradas se agruparon en localizaciones, esto es, compras hechas en un mismo lugar en diferentes momentos en el tiempo se agruparon. También se convirtieron los montos pagados a colones de 1996, y estos a dólares, para que todas las cifras fuesen comparables. El resumen de las compras evaluadas por localizaciones en U$/ha se presentan en el siguiente cuadro: TABLA 1: Cuadro Resumen de Todas las Compras del MINAE entre 1990 y 1997 N.Compras Hectáreas Año Monto ¢ Lugar de adquisición 1 93.5 1995 4,206,350 San Ramón, Alajuela 1 49.6 1995 39,036,677 Turrubares, San José 1 19.0 1996 215,000 Turrubares, San José 15 1,403.2 1995 74,150,731 Piedras Blancas 7 731.2 1995 50,820,952 Golfito, Puntarenas 6 732.4 1996 40,193,661 Piedras Blancas 5 692.5 1995 30,323,316 Buenos Aires, Puntarenas 4 757.7 1996 26,626,276 Buenos Aires, Puntarenas 2 67.8 1996 9,939,721 Osa, Perez Zeledón 2 19.0 1995 505,000 Pérez Zeledón 1 73.4 1996 4,365,710 Sierpe, Puntarenas 1 14.6 1995 1,424,714 P.N. Piedras Blancas 21 6,543.7 1990 187,139,530 P.N. Guanacaste 14 1,714.7 1992 64,858,450 Arenal 12 4,167.0 1991 99,073,462 P.N. Guanacaste 11 798.7 1990 23,292,210 Tenorio 10 834.6 1996 96,618,270 Volcán Tenorio 9 1,064.2 1992 36,919,523 Tenorio 9 529.1 1996 89,840,412 Volcán Arenal 8 850.0 1991 20,396,518 Tenorio 8 502.0 1994 38,986,094 Arenal 7 1,431.1 1996 148,093,937 Volcán Miravalles 7 884.0 1991 39,682,193 Arenal I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) ¢ de 1996/ha 55,443 969,035 11,334 65,104 85,627 54,879 53,949 35,140 146,517 32,745 59,470 120,387 81,908 70,735 57,223 83,524 115,766 64,877 169,799 57,753 108,596 103,483 108,038 U$/ha 264 4,614 54 310 408 261 257 167 698 156 283 573 390 337 272 398 551 309 809 275 517 493 514 CCU dominante (según parque emulado) V V V VI VI VI VI VI VI VI VI VI VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII 30 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 6 6 5 5 5 4 4 4 4 4 3 2 2 2 2 2 1 640.3 576.0 742.6 471.1 107.3 675.0 657.0 476.1 249.4 240.8 386.0 307.0 165.0 124.1 84.0 65.8 337.3 1995 1992 1995 1993 1995 1993 1994 1994 1992 1994 1994 1995 1993 1997 1996 1996 1995 55,691,713 27,106,052 59,003,717 47,863,984 12,482,302 21,204,019 33,794,159 42,555,504 10,213,621 16,884,712 31,910,349 12,821,480 18,998,562 8,573,633 10,073,804 49,946,702 26,437,866 1 1 1 123.9 1995 107.0 1991 101.6 1995 14,941,809 2,099,000 10,733,100 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 71.1 58.3 52.4 48.1 39.9 30.6 30.1 30.1 29.5 16.1 10.8 1 5 5 5 4 3 2 2 2 2 1 2.1 823.6 258.2 35.6 9.3 216.4 842.7 181.0 166.4 2.2 297.2 1995 1995 1998 1996 1995 1997 1995 1995 1994 1997 1998 12,663,207 34,299,999 9,943,500 5,562,073 1,410,829 4,273,010 2,293,891 2,293,892 1,829,816 2,536,074 9,998,057 1997 8,471,240 1996 109,496,477 1995 21,662,115 1996 11,337,242 1995 2,375,713 1995 19,594,513 1995 57,641,513 1996 56,255,457 1995 9,421,246 1995 549,408 1997 46,733,943 Arenal P.N. Guanacaste Tenorio P.N. Guanacaste Tilarán, Guanacaste Arenal Tenorio Volcán Tenorio Miravalles P.N. Guanacaste Miravalles P.N. Guanacaste Tenorio Volcán Arenal P.N. Guanacaste Liberia, Guanacaste Volcán Arenal Guatuso, Cañas, Guanacaste Miravalles Volcán Tenorio Peñas Blancas, San Ramón, Alajuela Liberia, Guanacaste Volcán Arenal Bagaces, Guanacaste Fortuna, San Carlos P.N.Volcán Arenal Miravalles Upala, Alajuela Volcán Arenal Z.Protectora Nosara Volcán Tenorio A.Conservación Tempisque R.Forestal. Los Santos Guatuso, Alajuela Talamanca, Limón Talamanca, Limón P.N. Braulio Carrillo La Legua, Aserrí Oreamuno, Cartago San Carlos, Alajuela Monumento Nac. Guayabo Acosta, San José San Ramón de San Carlos, Alajuela ACCVC Braulio Carrillo 107,156 88,010 97,889 155,986 143,373 48,231 71,925 124,987 76,584 98,045 115,598 51,453 176,785 58,806 119,998 758,838 96,565 510 419 466 743 683 230 343 595 365 467 550 245 842 280 571 3,614 460 VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII 148,538 47,213 130,149 707 225 620 VII VII VII 219,301 724,457 142,613 115,732 43,606 118,804 93,889 94,014 86,735 134,310 694,069 1,044 3,450 679 551 208 566 447 448 413 640 3,305 VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII VII 3,400,739 132,955 103,377 318,372 315,057 111,534 84,274 310,838 69,737 309,073 133,841 16,194 633 492 1,516 1,500 531 401 1,480 332 1,472 637 VII VIII VIII VIII VIII VIII VIII VIII VIII VIII VIII 1 111.3 1996 7,187,257 64,581 308 1 10.0 1994 1,442,000 201,638 960 1 1.3 1998 445,410 263,677 1,256 33,984.35 272 NOTA: Se usó 210 colones por dólar como tipo de cambio promedio para 1996 FUENTE: Expedientes de compras suministrados en el SINAC (FPN), Depto. Legal del MINAE y el ACG. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) VIII VIII VIII 31 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) Para obtener los datos de la última columna se siguió un procedimiento de estimación, debido a la carencia de los datos de la ubicación exacta de las compras realizadas para determinar su CCU. Dicho procedimiento se detalla a continuación: 1.2. Estimación de la CCU de los lugares de adquisición Los datos de compras son los usados por Castro, 1999. Además se usaron los datos sobre la composición de las diferentes Unidades de Consolidación consideradas en el Proyecto PAP (OCIC, 1997)11. Allí se subdividieron los parques por unidades de consolidación, esto es, fincas que requerían algún tipo de acción para consolidarlas dentro del sistema de áreas silvestres protegidas (ASP), como pago, formalización de la escritura, demarcación, etc. Estas unidades de consolidación tenían descripción de zona de vida, uso del suelo actual, tamaño en has., condición legal, categoría de capacidad de uso (CCU), etc. Así, con base en estas unidades de consolidación, que no son todo el ASP, se estimó cuál es la CCU dominante (que tiene más del 50%) del ASP respectiva. Así, de acuerdo a la proximidad de la localización de la compra realizada, se supuso que tenía dicha compra una CCU correspondiente al ASP más próxima. Esto es, se emuló la CCU de la compra con la CCU dominante del parque más próximo. 1.3. Prueba de hipótesis para las diferentes CCU Con ANDEVA se probará la hipótesis de que la variación entre las medias de las diferentes CCU (grupos) son estadísticamente iguales y su variación está dentro de un comportamiento normal. Los pasos del procedimiento se detallan a continuación: 1) Ho: u1=u2=u3=u4=u5=u6=u7; H1: son diferentes; donde ui es la media de cada evento. 2) Número de grupos (CCU en estudio, esto es, contenidas en las compras) = 4, número de datos en cada grupo es variable. El siguiente cuadro detalla esas estadísticas: 11 OCIC, Oficina Costarricense de Implementacion Conjunta. 1997. National Proposal for the Territorial and Financial Consolidation of Costa Rican National Parks and Biological Reserves. Unpublished report, San José, Costa Rica. SGS, Societe Generalle de Survillance. 1997. Certification of the Protected Areas Project (PAP) in Costa Rica. Unpublished Carbon Offsets Verification Report. Oxford Centre for Innovation, United Kingdom. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 32 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) TABLA 2: Estadísticas de las CCU representadas en las compras N. de N. de U$/ha prom. U$/ha prom. CCU N. hectáreas Compras localizaciones pond x ha. pond x N.loc.* V 162 3 3 1572 1,644 VI 4,492 43 9 291 346 VII 26,375 192 43 425 1,064 VIII 2,955 34 13 586 886 Total 33,984 272 68 960 * No es ponderado por hectárea, esto es, el precio pagado en cada localización pesa igual, independientemente del tamaño del terreno comprado 3) Resultado: TABLA 3: Análisis de varianza de un factor Resumen datos ANDEVA: Grupos Cuenta Suma Promedio Varianza V 3 4,932.43 1,644.14 6,628,068.18 VI 9 3,113.42 345.94 33,444.49 VII 43 45,743.34 1,063.80 6,196,088.14 VIII 13 11,518.83 886.06 241,311.01 68 localizaciones donde se hicieron 272 compras entre 1990 y 1997 ANÁLISIS DE VARIANZA: Origen de Suma de Grados Promedio Valor variaciones cuadrados libertad cuadrados Fcalc Probabilidad crítico F Entre grupos Dentro de los grupos Total 5,332,173.72 3 1,777,391.24 276,655,126.20 281,987,299.93 64 67 4,322,736.35 0.4112 0.7455 2.7482 Se observa que el estadístico F calculado (Fcalc) es menor al F tabular (Valor crítico F) con un 5% de significancia, lo que significa que la varianza entre grupos es estadísticamente igual a la varianza dentro de grupos, que se supone es una variación normal. 4) Interpretación: No existe evidencia estadística que permita afirmar, con una confianza del 95%, que el precio pagado en las diferentes CCU de los lugares de adquisición estudiados sean diferentes estadísticamente. La CCU de los lugares de adquisición no es una variable que explique las variaciones de precios de las compras que realizó el MINAE en los años en estudio. Otra manera de verlo es que las variaciones del precio de la compra de cada lugar respecto al precio medio general no se debe al tipo de CCU del suelo del lugar, según lo arroja el análisis de varianza con un 95% de confianza. Hay una gran variación en los precios, como se observó en las Tablas 1 y 2, pero no es determinada por la CCU del lugar de compra. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 33 Determinación del costo de oportunidad y Clasificación por clases de capacidad de uso (CCU) 1.4. Conclusión Las variables que posiblemente determinan el precio pagado por el Estado son aspectos de infraestructura de acceso, cierto posicionamiento de la zona como destino turístico, infraestructura de servicios (agua potable, electricidad, teléfono, etc.). En sí, la marginalidad de las tierras, y no necesariamente la CCU de la misma. Se puede asumir que el valor de esta explotación turística en este tipo de tierras marginales es comparable a los ingresos que generaría su venta al Estado, y que sería otra opción que tienen los dueños de estas tierras. A su vez, el Estado las puede aprovechar turísticamente a través del Sistema de Parques Nacionales. Si se asume que un propietario privado de un terreno CCU VIII tiene casi como única opción la venta al Estado, entonces es válido aceptar que aceptará el precio pagado por el Estado. Lo anterior valida el documento Vega y Vega, 2001, de usar el valor promedio pagado por el Estado en adquisición de tierras para incorporarlas al Sistema de Parques Nacionales, convertido a Valor Anual Equivalente, como una buena aproximación de la rentabilidad esperada de un terreno CCU VIII. I nst it ut o de Po l ít i cas pa ra la So ste nib il ida d (I PS) 34