Factores de riesgo de la bronquiolitis en el HGSZ UMF No 8. El cuadro clínico de la Bronquiolitis es precedido por una infección respiratoria leve superior o el antecedente de contacto con niños mayores o adultos, el lactante comienza con rinorrea hialina, estornudos, fiebre y tos seca dos días después la tos es mas intensa y en accesos cortos, cianosis leve, disnea, tiraje intercostal, aumento de la frecuencia respiratoria, roncus, sibilancias. En la exploración física lo más llamativo es la taquipnea de 60 a 80 respiraciones por minuto o mayor, que produce pérdida de líquidos por la vía aérea y ocasiona deshidratación. Existe taquicardia de 150 a 180 por minuto así como signos de dificultad respiratoria moderada o grave como aleteo nasal, retracciones intercostales, en la auscultación la fase espiratoria de la respiración esta prolongada o se escuchan sibilancias y algunos estertores finos (musicales), murmullo vesicular débil y en un caso mas grave los ruidos respiratorios no se oyen cuando la obstrucción bronquial es casi completa acompañándose de bradipnea y es de muy mal pronostico. Es muy importante realizar una buena historia clínica para el diagnostico ya que es clínico, en la actualidad existen dos técnicas para identificar el virus: la inmunofluorescencia y la prueba de Elisa en una muestra de secreciones nasales, el cultivo confirma su existencia. La biometría hemática suele ser normal e inespecífica, en ocasiones puede haber linfocitosis. La radiografía de tórax puede ser normal en casos leves, pero casi siempre confirma atrapamiento de aire (hiperinsuflación pulmonar) con abatimiento de los diafragmas, ensanchamiento de los espacios intercostales y aumento en la iluminación pulmonar. El tratamiento de la Bronquiolitis leve es a base de hidratación adecuada, tomas y comidas pequeñas de secreciones, posición semiincorporada, fisioterapia respiratoria, ambiente tranquilo, evitar irritantes como el humo de tabaco. En la Bronquiolitis moderada o grave: serán las medidas anteriores, pero la base principal del tratamiento es la oxigenoterapia en concentraciones del 30 al 40%. El uso de broncodilatadores como el salbutamol en nebulizaciones 0.01-0.03ml/kg. Los antiinflamatorios esteroides con el objetivo de mejorar el edema, los más usados son la dexametasona a dosis de dos inhalaciones cada 6-8hrs. Los antivirales están indicados en pacientes de alto riesgo con cardiopatía congénita, patología pulmonar crónica, inmunocomprometidos y Bronquiolitis severa como la rivabirina a dosis de 15-20 mg/kg/día divididos en 3 tomas (c/8 horas). Los antibióticos carecen de valor terapéutico, salvo que exista una neumonía bacteriana secundaria. La hospitalización mundial por Bronquiolitis ha aumentado en las últimas décadas entre el 20 y 50%, es muy variable la incidencia de hospitalización, la estancia intrahospitalaria, criterios de ingreso en unidades de cuidados intensivos, necesidades de ventilación mecánica, etc., dichas diferencias se encuentran relacionadas con factores demográficos (país y hospital) que con las características de los pacientes y la gravedad de los síntomas.