RADIOS LIBRES el asalto a las ondas Tanto el desinterés de los medios de comunicación comerciales como el propio carácter cooperativo de las radios libres han hecho de ellas un fenómeno más bien opaco. ¿Quién participa en ellas? ¿Cuál es su historia? Para averiguarlo hemos preguntado a dos miembros destacados de dos radios libres históricas: por un lado, Lucía Ruiz de Radio Vallekas (Madrid), directora del programa Nosotras en el mundo, responsable del área de mujer y vicepresidenta de la asociación; por otro, María Martínez de Radio Kras (Gijón), locutora de A contracorriente, responsable de asuntos económicos y miembro del equipo que coordina la radio. Háblanos de los comienzos y la evolución de la radio libre en la que participas. ¿Quién, cuándo y cómo la fundó? María (Radio Kras): Radio Kras nace en los años ochenta. La fundó un grupo de gente procedente de la izquierda radical en un contexto de fuerte conflicto social y político en Asturias que los medios de comunicación acallaban sistemáticamente. Necesitábamos instrumentos para hacer oír nuestra voz y con ese objetivo nos reunimos un grupo de ami- gos, pusimos dinero y pedimos ayuda a otras radios libres como Txomin Barullo Irratia de Bilbao que nos ayudaron con los aspectos técnicos. Hay que decir que, desde el principio, contamos con la colaboración de un movimiento musical compuesto por gente muy joven. Prácticamente toda la escena musical alternativa de Gijón ha pasado por Radio Kras. Lucía (Radio Vallekas): Nuestra emisora nació en los años ochenta promovida por grupos ecologistas y colectivos del barrio a raíz de las movilizaciones contra la OTAN. Así nació Onda Verde Vallekana. La idea era ocupar un espacio en el dial para crear un medio horizontal de comunicación que permitiera a la gente y a los movimientos sociales participar y hacer oír su voz. Muy ligada al barrio, con un equipamiento sencillo y con poca cobertura, se fue nutriendo de la gente que se acercaba por su local. ¿Cómo os financiáis? María (R. K.): Básicamente tenemos tres fuentes. Por un lado están las cuotas que pagan las personas vinculadas a la radio y que nos permiten pagar Texto: César Rendueles Fotografía: Nacho Goitre y Manuela villa los gastos fijos (local, teléfono, luz...). Por otro, tenemos desde hace años subvenciones de la Fundación Municipal de Cultura y del Principado de Asturias que nos permiten hacer mejoras técnicas. Por último, sacamos algún dinero con otras actividades, como el bar que gestionamos en la Semana Negra de Gijón. Lucía (R. V.): La principal vía de financiación son las cuotas por la realización de programas que paga la gente que quiere hacer radio. Desde hace unos ocho años se presentan proyectos a subvenciones públicas para organizaciones sin ánimo de lucro. ¿Qué tipo de programación hay en tu radio libre y qué tipo de gente colabora? María (R. K.): La verdad es que hay bastante variedad. Por una parte están los programas en los que predomina la palabra. Tenemos un magazine, que es un poco la línea editorial de la emisora, y programas temáticos sobre cárceles, asturiano, información gay-lésbica, ecología... El otro gran bloque de la programación lo forman los musicales que ocupan el horario nocturno. Lucía (R. V.): La programación musical ha sido y es la que tiene más presencia, la gente que más participa son jóvenes. De todos modos, también hemos hecho una gran apuesta por los programas con contenidos y hay colectivos sociales que tienen sus propios espacios. El propio equipo de la radio (cinco personas fijas, aunque el año pasado tuvimos más de veinte personas trabajando gracias a un proyecto concedido de Escuela Taller de Radio) produce un matinal y colabora en un informativo diario cuyo objetivo es elaborar información crítica desde otras fuentes protagonistas. ¿Ha cambiado el panorama de las radios libres en los últimos años? ¿En qué se diferencia el mundo de las radios libres en 2003 de lo que era en los años ochenta? 8 9 María: Hay algunas diferencias fundamentales. Las radios libres se alimentan del conflicto social. A mayor nivel de confrontación mayor calidad de radio. Así de simple. De ahí que la radio esté sometida a vaivenes importantes: crece su impacto y aumentan sus militantes cuando hay pelea, se adormece y deshincha en épocas de paz social. La verdad es que el crecimiento del conservadurismo en los últimos años nos ha hecho perder radicalidad y discurso. Lucía: El papel de las radios libres o comunitarias siempre ha sido dar voz a la gente para que se exprese por sí misma sin la mediación del “poder”. Yo diría que en los últimos años las nuevas tecnologías han ampliado las posibilidades: se trata de esa globalización positiva que nos permite llegar al mundo desde el ámbito local. ¿Hay suficiente comunicación entre las distintas radios libres del estado? ¿Echas de menos más coordinación? María: Hubo una importante coordinación en los años 80 pero la cosa se fue al garete por culpa de Esteban Ibarra que creía que le iban a legalizar Onda Verde si demostraba que era un buen chico. Eso acabó con el movimiento en aquella época porque nos dividió entre los que eran partidarios de buscar un espacio legal y los que preferíamos continuar de piratas y negar al estado la capacidad de decirnos lo que teníamos que hacer. ¿Deberíamos coordinarnos hoy? Creo que sí, aunque ahora el tema ya no es la legalidad. Deberíamos constituirnos en red para intercambiar materiales, hacer conexiones, potenciar grupos musicales... Lucía: No, estamos bastantes coordinadas. Tratamos de unir esfuerzos y compartir recursos. En Madrid ya existe una plataforma: la Unión de Radios Culturales y Comunitarias de Madrid. ¿Cuál crees que es la diferencia fundamental entre una radio libre y una radio comercial? ¿Qué es lo peor de la radio comercial? María: Diferencias hay muchas y no todas favorables a las radios libres. Entre los aspectos positivos yo destacaría que no somos la voz de su amo, cada equipo de emisión responde de su propio trabajo. Por otro lado, no pagamos sueldos de miseria porque rechazamos el trabajo asalariado en nuestro espacio. No alimentamos ni el mercado ni el consumismo: hacemos publicidad de la rebeldía y por eso no se cobra, se paga. Las radios libres permiten que la gente cuente, razone, se indigne, insulte y llame a la acción... En cuanto a las deficiencias, es evidente que técnicamente somos peores. Mucho peores. Tampoco profe- sionalmente podemos competir. La radio libre está siempre empezando. La gente viene y, cuando ya sabe algo, se va. Y eso se nota. Tampoco tenemos periodistas persiguiendo la noticia. Eso sí, tenemos la ventaja de un contacto directo y fluido con la parte de actualidad que nos interesa: la sociedad en rebeldía. Lucía: Radio comercial: la autocensura informativa como sistema. Son medios que van de la mano del poder económico y político. Son empresas que buscan beneficio y hablan y muestran su realidad, la que quieren. Radio libre: el derecho a la comunicación. ¿Qué ventajas crees que tiene la radio frente a otros medios de comunicación? María: Una y muy notable: es más barata que cualquier otro medio. Otras: es más inmediata; y más directa; y te puedes colar en las casas; y les gusta a los jóvenes, lo que tiene un enorme interés si tomamos en consideración que los rojos también envejecemos. Lucía: La voz sin imágenes ofrece grandes posibilidades para la imaginación. Es calidez y cercanía. Es pura sensación porque es fugaz, es más humana porque ofrece una compañía sugerente, no explícita como la televisión. ¿Qué relación ha mantenido tu radio libre con las autoridades? María: Ha habido de todo un poco. Al principio querían clausurar la emisora. Durante varios años nos enviaban papeles del Gobierno Civil conminándonos al cierre por realizar una actividad ilegal. Después pasaron por una época de permisividad a la espera de que se hiciera un concurso de licencias. Ahora, y toco madera, nadie nos dice nada. ¿Hemos conquistado el derecho a la legalidad? Igual nos cierran mañana. Lucía: La verdad es que los organismos públicos nos legitiman con su apoyo económico a nuestros proyectos y hasta el momento existimos sin que ello haya mermado nuestra libertad de expresión. ¿Envidias algún programa de la radio comercial? Dicho de otra forma, ¿hay algún programa de la radio comercial que te gustaría haber hecho? María: Hay algunos programas de autor de enorme interés. Sobre todo musicales. No te digo más que luego se endiosan. El resto es casi todo basura. Lucía: No. Soy licenciada en periodismo y no envidio trabajar en un gran medio de comunicación, prefiero definirme como comunicadora social y hacer lo que hago. Sólo echo en falta más recursos, más reconocimiento y más inconformidad en la gente, para que nos busque en el dial o en Internet y colaboren con nosotros. Las radios libres de Madrid o cómo ilegalizar el servicio a la comunidad Texto: Manuela Villa Las radios comunitarias sin ánimo de lucro de la Comunidad de Madrid se enfrentan a su posible cierre tras publicarse el pasado abril un decreto que no contempla su especificidad y las equipara a las radios piratas. Las radios alternativas, comunitarias o libres nacieron a principio de los años ochenta fruto de, entre otras cosas, la accesibilidad a los primeros equipos y kits electrónicos que permitían, a bajo coste y con mucha imaginación, la transmisión en frecuencia modulada. Desde entonces estas radios tienen como fin principal el difundir información de una manera independiente, alejándose de la típica radio fórmula y experimentando con nuevos formatos y contenidos. Normalmente están vinculadas a colectivos sociales como asociaciones juveniles, vecinales u ONG y suelen tratar temas sociales o culturales que no tienen cabida en las radios comerciales. Generalmente estas radios emiten con una baja potencia y su incidencia es más bien local. Además, por su espíritu participativo y su carácter formativo desarrollan un importante servicio en sus respectivas comunidades barriales o municipales. Tanto es así que muy a menudo la barrera entre emisor y receptor desaparece, ya que son muchos los oyentes que se van implicando paulatinamente y terminan teniendo su propio programa de radio. Actualmente existen en España unas ciento veinte radios de este tipo, unas veinte en la Comunidad de Madrid. Además, según datos proporcionados por la Unión de Radios Culturales de Madrid (URCM), el 90% de ellas superan los siete años de antigüedad lo cual demuestra que son proyectos bien asentados. En lo que se refiere a regulación estatal, estas radios no están reconocidas en el Plan Técnico de Radiodifusión, lo que bloquea la concesión de licencias; sin embargo muchas comunidades autónomas observan la figura de la radio sin ánimo de lucro diferenciándola de las radios piratas. Este matiz es muy importante ya que éstas últimas son “radios ilegales con ánimo de lucro, muy irregulares, que invaden el espacio radiofónico con altas frecuencias y que no prestan ningún servicio a la comunidad”, asegura Javier García, miembro de la URCM. De esta manera, en las zonas en las que se contempla la diferencia entre radio pirata y radio comunitaria, esta última vive en el terreno de la alegalidad a la espera de una nueva regulación definitiva, mientras que la radio pirata es considerada ilegal. Este era el caso de la Comunidad de Madrid donde en un decreto de 1997 se recogía la categoría de emisoras culturales y de carácter no lucrativo, lo que en teoría preveía la concesión administrativa de licencias para estas radios. No obstante el pasado abril, tras seis años de espera, entró en vigor un nuevo decreto que modificaba el anterior y en el que ya no se recogía la figura de emisora sin ánimo de lucro. “Esto fue toda una sorpresa”, explica Javier García, “ya que nosotros estábamos esperando que nos regularizaran tras años de denuncias y de peticiones de protección legal contra las invasiones de nuestros diales”. No obstante, las radios libres en la Comunidad de Madrid como Radio Vallekas, Onda Latina, Radio Almenara o Radio Ritmo, por mencionar sólo unas pocas, son ahora ilegales y están expuestas a que la administración decida su cierre en cualquier momento. Y todo ello pese a que las radios alternativas parecen tener un importante arraigo entre numerosos colectivos y, muy especialmente, entre los jóvenes. Según demuestra un estudio realizado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales –Jóvenes entre sonidos. Hábitos, gustos y referentes musicales–, Los 40 Principales de la cadena SER (Grupo Prisa) se confirma como el espacio que cuenta con más seguidores entre la población joven: un 47,3% asegura escucharlo con bastante o mucha frecuencia. Pero inmediatamente después de este canal comercial aparecen los programas emitidos por radios libres o comunitarias con un 18,7% de seguidores (por delante de Cadena Dial, M80, Cadena 100, RNE 3 y Top Radio España). A estos datos habría que añadir la importante labor social que desarrollan estas radios en su entorno. A pesar de sus minúsculos presupuestos, estas emisoras han logrado dinamizar la vida social y cultural de multitud de barrios y municipios con actividades y proyectos como talleres de radio, conciertos, proyectos de integración o de sensibilización medioambiental, etc. Aunque mientras se escribía este artículo el gobierno autonómico aún no había emitido ninguna orden de cierre, las radios libres ya se han movilizado y han presentado un recurso contencioso administrativo. Además, la primera quincena de diciembre, tendrá lugar un Encuentro de Radios Libres y Comunitarias de Madrid en el que se debatirá la situación actual y las futuras medidas que habrá que tomar. Más información: URCM. Federación de radios libres y comunitarias de Madrid www.radioslibres.eurosur.org Foro sobre radios www.radioslibres.eurosur.og/foros Agencia de noticias ANIA www.ania.eurosur.org Contra el cierre de las radios sociales www.nonoscallaran.org 10 11