Motiva la presente iniciativa legislativa el hecho de que en el texto de la Ley de Partidos Políticos —aprobado el jueves 9 de octubre 2003—, no se haya considerado ningún artículo que prevenga y sancione el transfuguismo, como consecuencia de la controversia suscitada por la interpretación constitucional que consideraba que mientras la Carta Magna no establezca una norma específica al respecto, es inconstitucional que por la vía legislativa se adopten medidas contra la inconducta política de los representantes elegidos. La década del 90, es de triste recordación para el país en el aspecto de la vigencia, proyección y calidad ética de ciertos movimientos políticos que fungieron de partidos políticos y como resultado de ello, engendraron lo que se llamó el "fenómeno del transfuguismo", por el que ciudadanos que recibieron la confianza popular cambiaron -por algunos "billetes" o dádivas- las posiciones y los compromisos contraídos con sus electores. Tal conducta no sólo trajo desprestigio a la actividad política y sus protagonistas, incluyendo a los decentes y de buena voluntad, si no que hirió gravemente al sistema democrático, y sirvió para encubrir la corrupción; por lo tanto, creemos que el tema del transfuguismo en la política, debe tener presencia en el marco constitucional a través de introducir en él su figura, propiciando la reforma necesaria y luego las leyes que la desarrollen. Si bien es cierto que el artículo 93° de la Constitución Política del Perú rechaza la figura del “mandato imperativo”, también es cierto que ha limitado el derecho del pueblo a ejercer control respecto a sus representantes, permitiendo la presencia de tránsfugas y desleales al mandato popular. Por tanto, se hace necesario introducir en el ordenamiento constitucional y legal dicha figura, a fin de restituir al electorado su derecho al control y por ende la confianza; para ello recurriremos al derecho parlamentario moderno que viene impulsando la revisión de obsoletas y antiguas posiciones aparecidas en el siglo XVIII, como la prohibición al mandato imperativo; así, ya no se debe únicamente a la representatividad que porte, ahora se acepta que los elegidos respondan a lo elegido por los ciudadanos; ya no es simplemente la garantía de la independencia del titular del cargo representativo frente a la función política que promueve su candidatura, sino más bien es un complemento indispensable para el ejercicio de su función, otorgando efectividad al derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos. En consecuencia, entendiendo el pensamiento moderno, nuestro ordenamiento constitucional no puede continuar estableciendo ficciones que limiten el derecho del pueblo a ejercer control directo sobre sus representantes, por ello formulamos la presente propuesta de reforma constitucional. LEGISLACIÓN COMPARADA Respecto a la legislación comparada en la región, se percibe que sólo la Constitución de El Salvador establece en su artículo 125° de que los Diputados “no están ligados por ningún mandato imperativo”, el resto de las Constituciones de América no señalan prohibición alguna, por el contrario y reafirmando la tesis innovadora de suprimir dicha figura y garantizar el compromiso del representante con su elector sobre su oferta política, se tiene por ejemplo que en el artículo 133° de la Constitución de Colombia se impone que: “El elegido es responsable políticamente ante la sociedad y frente a sus electores del cumplimiento de las obligaciones propias de su investidura”; y en el caso de Panamá, el artículo 144° de su Constitución establece que “Los legisladores actuarán en interés de la Nación y representan en La Asamblea Legislativa a sus respectivos partidos políticos y a los electores de su Circuito o Jurisdicción Electoral”. Esta comparación demostraría que dentro de un Estado social y democrático de derecho moderno, se destaca como un imperativo, la organización de la democracia, la cual exige del sufragio el instrumento de libre opción entre las alternativas políticas en términos de igualdad, esto es la expresión de la voluntad popular, la misma que debe ser protegida, dado que su alteración originaría un vicio en la elección y un debilitamiento de la democracia.. DEL TRANSFUGUISMO En general, son pocas las investigaciones referidas al transfuguismo político; sin embargo, para entender el tema en mención, conviene precisar algunos conceptos. El Diccionario de la Lengua Española utiliza dos términos para definir el cambio del representante de un partido a otro; así tenemos que la palabra CHAQUETERO alude al cambio de opinión o de partido por conveniencia personal y TRÁNSFUGAS a las personas que cambian de un partido a otro. Si bien es cierto que ambos conceptos se refieren al cambio de partidos políticos de los representantes, podríamos entender, inicialmente a los tránsfugas como traidores a una causa, objetivos, programas o personas de una determinada organización política, sin embargo, para los politólogos franceses Denis Jeambar e Ives Roucate, existe una justificación válida del accionar de los tránsfugas, pues consideran que la traición es un acto fundacional de la política, que complementada con la flexibilidad, adaptabilidad y el antidogmatismo forman parte de los cambios de quienes hacen política. Es más, afirman que "no se gobierna una ciudad con leyes de bronce y principios eternos salvo que se prefiera, como en Irán o en Libia, la tiranía al proceso democrático. Gobernar es ante todo traicionar". En otras palabras, los tránsfugas estarían guiados e identificados por un pragmatismo, aunado a una férrea defensa de sus derechos individuales, valores fundamentales de una sociedad de libre competencia y mercado político. Un argumento parecido utiliza el español Juan Carlos Monedero, para quien "cambiar de bando puede perfectamente ser señal no sólo de buen gusto, sino de estricta dignidad para con determinados presupuestos de justicia que pueden entenderse lesionados en el desarrollo del tiempo" [...] Desde este punto de vista, el cambio de agrupación política podría interpretarse como un acto racional por el cual se intentaría justificar el alejamiento de la organización a la que pertenece. Pero, los argumentos expuestos no han tenido en consideración que son exigencias consustanciales al sistema representativo democrático, la moralidad y la lealtad en el accionar de la representación parlamentaria, así como la unidad del mandato en la representación de la nación, como lo señala el Tribunal Constitucional Español “los Diputados son representantes del pueblo español considerado como unidad, pero el mandato que cada uno de ellos ha obtenido es producto de la voluntad de quienes lo eligieron.......La fidelidad a este compromiso político, que ninguna relación guarda con la obligación derivada de un supuesto mandato imperativo,..., no puede ser desconocida ni obstaculizada.” Presno, Miguel Angel; “La Prohibición del Mandato Imperativo como una garantía al servicio de la representatividad democrática”. Universidad de Oviedo – España. (STC 119/1990,fj. 71). Para el caso que nos ocupa resulta, fundamental tomar en cuenta cúal es el grado de legitimidad de la ciudadanía hacia los detentadores del poder político (representantes) en virtud de los actos que realizan. De acuerdo a la tipología de la legitimidad formulada por Karl Deutsch, es decir, la Legitimidad por Procedimiento, por Representación y por Resultado, podría ubicarse a los tránsfugas como depositarios de la Legitimidad por Resultado; en dicho contexto el comportamiento asumido por los tránsfugas ocasionaría una modificación en la legitimidad otorgada por los electores, por cuanto ellos justificarían su praxis no sólo en función de la forma como llegaron al poder sino fundamentalmente por lo que hacen. Abona a favor de lo expuesto anteriormente, el concepto de algunos tratadistas, en el sentido de que el fenómeno del transfuguismo resulta perjudicial al desarrollo y consolidación del sistema democrático y representativo, por ende, al sistema político en su conjunto. De esa opinión es el especialista español Josep Reniu Vilamala para quien, del transfuguismo se desprenden algunas consecuencias: Conlleva un falseamiento de la representación... constituye una especie de "estafa política" al ciudadano que ve modificada la expresión de su voluntad política con su intervención que afecta directamente al sistema político en su conjunto, en cuanto falsea la representación política, tanto en su sentido estricto como en cuanto a la representatividad de las decisiones adoptadas por los poderes públicos –esto es, la gobernabilidad– pero al que no podemos atacar por hallarse jurídicamente respaldado. Únicamente cabe denunciar dichos comportamientos, al mismo tiempo que desarrollar una labor educativa en lo político para que el conjunto de los ciudadanos sean lo suficientemente críticos como para impedir con su voto dicho fenómeno. - Supone el debilitamiento del sistema de partidos, puesto que la correlación de fuerzas resultantes de las elecciones sufre modificaciones que afectan a los demás elementos del sistema. Partimos de la consideración de que el tránsfuga no es más que un ejemplo de traidor; un individuo que viola la fidelidad debida a los electores que han votado por él y al partido que lo ha presentado para, con el poder que reviste dicha designación, usarlo en beneficio propio Por lo expuesto, tras una necesaria reflexión sobre el transfuguismo político y sus efectos ya conocidos, y teniendo presente el elevado número de situaciones en que funcionarios que fueron elegidos en una formación política han pasado a otra distinta durante la misma legislatura, debilitando los mecanismos establecidos para reforzar la reinstitucionalización democrática y la estabilidad gubernamental, hemos de coincidir en la valoración negativa de la práctica de esta conducta anómala, por lo que se hace necesario recoger la coincidencia unánime de las agrupaciones políticas que conforman el Congreso de la República sobre la necesidad de normar para prevenir y sancionar el transfuguismo, defendiendo la soberanía del voto ciudadano, el mismo que no se agota en el proceso electoral, sino que continúa a través de la confianza de la ciudadanía depositada en el voto, que se ve materializado en el cumplimiento de las finalidades en forma proba y no por incentivos económicos indebidos u otros razones subalternas. Efecto de la Vigencia de la Norma sobre la Legislación Nacional El efecto de la presente propuesta sobre la legislación nacional es modificar la redacción de los artículos 95º,191º y 194º de la Constitución Política del Perú. Analisis Costo Beneficio El presente Proyecto de Ley no genera egreso alguno al Estado, ya que sólo busca mantener, durante el período parlamentario, la composición de los grupos, movimientos y partidos políticos cuya estructura elaboró el pueblo en las urnas; pero más allá de los factores cuantificables, la iniciativa propuesta traerá al país, beneficios cualitativos que redundarán en la estabilidad y fortalecimiento democrático e institucional que tanto reclama la ciudadanía y estabilidad que es condicionante para el desarrollo económico. __________________________________________________________ _____________________ Formula Legal Texto del Proyecto Propone: Reforma Constitucional. El congresista que suscribe, PEDRO MORALES MANSILLA, miembro del grupo parlamentario Somos Perú–Acción Popular– Unión por el Perú, en uso de las atribuciones que le confiere el artículo 107º de la Constitución Política del Perú, propone el siguiente proyecto de: REFORMA CONSTITUCIONAL QUE MODIFICA LOS ARTÍCULOS 95º, 191º Y 194º DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ EL CONGRESO DE LA REPUBLICA Ha dado la Ley siguiente: Artículo 1º.- Modifícase los artículos 95°, 191º y 194º de la Constitución Política del Perú, los cuales quedarán redactados de la forma siguiente: “Artículo 95º.- El mandato legislativo es irrenunciable. Sólo vaca por muerte, por permanente incapacidad moral o física, por destitución en aplicación de lo que establece el articulo 100º de la Constitución y por incurrir en transfuguismo, conforme a ley. (...) Artículo 191º.- (...) El Consejo Regional tendrá un mínimo de siete (7) miembros y un máximo de veinticinco (25), debiendo haber un mínimo de uno (1) por provincia y el resto, de acuerdo a ley, siguiendo un criterio de población electoral. El Presidente es elegido conjuntamente con un vicepresidente, por sufragio directo por un periodo de cuatro (4 años), y puede ser reelegido. Los miembros del Consejo Regional son elegidos en la misma forma y por igual periodo. El mandato de dichas autoridades es revocable e irrenunciable, conforme a ley. Sólo vaca por muerte, por permanente incapacidad moral o física, y por incurrir en transfuguismo, conforme a ley. Artículo 194º (...) Los alcaldes y regidores son elegidos por sufragio directo por un periodo de cuatro (4) años. Pueden ser reelegidos. Su mandato es revocable e irrenunciable, conforme a ley. Sólo vaca por muerte, por permanente incapacidad moral o física, y por incurrir en transfuguismo, conforme a ley. Artículo 2º.- Modifícase toda otra norma legal de menor jerarquía que se opone al presente artículo constitucional. Lima, octubre de 2003.