ILUSTRACIÓN o ILUMINISMO 1. Immanuel KANT, "Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?" (1784). "La ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. Sapere aude! (Saber atreverse). ¡ Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!, he aquí el lema de la Ilustración. “La pereza y la cobardía son, las causas de que una gran parte de los hombres permanezca, gustosamente, en minoría de edad a lo largo de la vida, a pesar de que hace ya tiempo la naturaleza los liberó de dirección ajena (naturali ter majorennes, mayor de edad por naturaleza); y por eso es tan fácil para otros el erigirse en sus tutores.” “Las máximas siguientes el entendimiento común humano pueden servir para aclarar sus principios. Son las siguientes: 1° Pensar por si mismo. 2° Pensar en el lugar de cada otro. 3° Pensar siempre de acuerdo consigo mismo. La primera se refiere a la máxima del modo de pensar libre de prejuicios; la segunda es la máxima del extensivo; la tercera, del consecuente. “La primera es la máxima de una razón nunca pasiva. Por tanto, la inclinación a lo contrario se llama prejuicio, y el mayor de todos consiste en representarse la naturaleza como no sometida a las reglas del entendimiento, o sea, la superstición. La liberación de la superstición se llama Ilustración. Por lo que se refiere a la segunda máxima del modo de pensar, estamos acostumbrados a llamar de cortas miras a aquel cuyos talentos no se aplican a ningún uso considerable, intensivo. Un hombre amplio en el modo de pensar es aquel que se aparta de las condiciones privadas subjetivas del juicio, dentro de las cuales muchos otros están encerrados, y reflexiona sobre su propio juicio desde un punto de vista universal. La tercera máxima sólo puede alcanzarse a través de la unión de las dos primeras, y después de una frecuente aplicación de las mismas. Puede decirse: la primera de esas máximas es la máxima del entendimiento; la segunda, la del juicio; la tercera, la de la razón.” 2. Benito FEIJOO, 'Teatro crítico" (II, disc. I): "La novedad en las cosas puramente filosóficas no es culpable. Nadie hasta ahora fijó, ni pudo fijar columnas con la inscripción Non plus ultra a las Ciencias Naturales. Este es privilegio municipal de la doctrina revelada. En el Reino intelectual sólo a lo infalible está vinculado lo inmutable. Donde hay riesgo de errar, excluir toda novedad es en cierta manera ponerse de parte del error. Si la novedad fuera mancha de la doctrina, todas las doctrinas serian mal nacidas, porque todas fueron engendradas con esa mancha. Todas fueron nuevas algún tiempo". 3. IDEM (V, disc. XI): "El Reino de Cosmosia es el Mundo, porque esto significa la voz griega Cosmos. Solidina es la Experiencia; Idearia la Imaginación; Vienen con suma propiedad a una, y otra, asi la alusión de los nombres, como los caracteres de sus doctrinas. la Experiencia sólidamente prueba sus máximas con demostraciones sensibles; la Imaginación en la vana representación de sus Ideas funda las opiniones. Estuvo mucho tiempo desterrada Solidina, y triunfante ldearia; porque (...) por muchos siglos no hubo más que una Física Ideal, sin cuidar alguno de la Experimental, y Sólída. Colócase Cartesio entre los oyentes de idearia, porque no menos, antes más que los Peripatéticos, quiso reglar toda la Fisica por imaginaciones, e ideas. Al fin, el desengaño hizo llamar de la Aldea a la Ciudad a Solidina, porque la observación experimental, de la que sólo usaban antes los rústicos, para el cultivo de las mieses, beneficio de los montes, y propagación de los ganados, fue traída como en pompa poco ha a algunas Cortes en las Academias que se instituyeron para examinar la Naturaleza". ILUSTRACIÓN o ILUMINISMO (continuación) 4. Simón de VIEGAS, "El rábula", acto I, escena 6 (1803): "No hay renglón sin cita; ni margen sin muchos textos de Santos Padres, poetas en romance, y aun en griego …………………………………. Esa metralla de citas, ese cúmulo indigesto de sentenciones y glosas, ese abuso o sacrilegio que se comete, truncando y violentando los textos de la Escritura; ese flujo, ese comezón inquieto de emborronar los papeles, sin dejarse en el tintero (venga o no venga al asunto) algún verso de Terencio, alguna ley de Licurgo, de Minos, con otros cuentos, es la señal más segura de ser un hombre un completo rábula, y el más pedante de los pedantes sin seso. 5. Pablo de MORA y JARABA, "Tratado crítico. Los errores del Derecho Civil, y los abusos de los jurisperitos" (1748): “Nosotros vivimos, y hemos vivido con tal abatimiento, y abandono del racional albedrío, que sin más fundamento que decirlo Papiniano, Ulpiano, Paulo, y los demás jurisconsultos antiguos, defendemos tan tercamente sus opiniones, como si fueran dogmas infalibles de Fe y de aquí viene, que los más principios subalternos de la Jurisprudencia los suponemos, y no los examinamos: siendo muchos de ellos indignos, no sólo de hombres que profesan las Ciencias, sí también de los que sólo están asistidos de una luz natural.” “Cuán indigno del humano albedrío es aquel culto que se da en las Universidades a las Leyes Civiles; siendo tal el respeto con que se profieren y oyen, que cuando ni la razón, ni el artificio hallan medio de conciliar los textos, se elige el camino de confesarse ignorantes todos, primero que contradecir un tilde del Derecho Civil. ¿Qué digo contradecir? Dudar siquiera de su razón a nadie se permite. y por efecto de todo, en tales aprietos se echa mano de la Ley 20 ff de Legibus (que yo llamo asilo de ignorantes) non omnium quae in iure sunt potest reddi ratio. No puede darse razón de todo lo que el Derecho dispone...”