Querida comunidad: Asumo que están todos de vacaciones

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Querida comunidad:
Asumo que están todos de vacaciones, repartidos por distintas partes de Chile o del
mundo, pero hoy les debo escribir porque estamos en un día especial. Hace un año atrás
partieron al cielo tres preciosas niñitas de nuestro colegio: la Bernardita, la Catalina y la
Magdalena. Niñitas llenas de vida y de convicciones. Su partida fue un inmenso remezón para
nuestras almas. Ninguno pudo quedar indiferente.
Quiero pedirles tres cosas. Primero que recen especialmente por ellas, por su madre, por
su padre, por Alvarito y por toda su familia. Sabemos de sobra que hoy lidiamos con una sociedad
que olvida fácilmente, porque no tolera sostener el dolor, ni las pruebas, ni las dificultades.
Nosotros queremos como comunidad ser un ejemplo de preocupación por las personas,
especialmente por las que pasan por momentos difíciles. Por eso atesoramos los recuerdos y
mantenemos viva la memoria. Que la oración hacia nuestro buen Padre Dios no permita refrescar
el cariño por las niñitas y su familia.
Lo segundo es muy concreto. Que la oración vaya acompañada de un ofrecimiento
significativo. Todos conocemos la expresión popular: “a Dios rogando y con el mazo dando”. Una
expresión que grafica la naturaleza de nuestra fe: que somos peregrinos en un mundo en donde
debemos rezar con toda la fuerza del corazón, y poner nuestras manos con alegría para la
construcción del reino de Dios en cada minuto y en cada día. Rezamos por las personas y
trabajamos por ellas. Ofrecer pequeños gestos, sacrificios, renuncias, tiempo, sorpresas es una
forma de vivir la fe. Por eso, queremos hoy ofrecer algo concreto por las niñitas, para que la
Virgen lo levante hacia el cielo, y así Dios disponga de él.
Lo tercero es una invitación. La partida de las niñitas nos hace pensar en las cosas
importantes de la vida, en las prioridades, en el hecho indiscutible que hay cosas más esenciales
que otras. Quiero decir con esto que aprovechemos el día para tener un momento familiar que
nos permita encontrarnos, solucionar problemas, despejar diferencias, pedir perdón o
simplemente dar las gracias. La calidez de la familia, la felicidad de los hijos, el regocijo de los
padres, es un tesoro que se debe mantener vivo siempre.
Le mandamos esto un abrazo fraterno a Álvaro, a la Bernardita y a Alvarito, y saludamos
con cercanía y gozo a las niñitas que nos miran desde el cielo.
Saludos a todos
Gonzalo Durán J.
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