DESEO Y CONSECUCIÓN ¿Qué es el deseo? El deseo es el

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DESEO Y CONSECUCIÓN
¿Qué es el deseo?
El deseo es el impulso para realizar nuestras acciones; se trata del movimiento de
nuestra voluntad hacia el conocimiento, posesión o disfrute de una cosa.
El deseo organiza al ser humano, constituye una actividad, una vivencia
exclusivamente suya, en la que se diferencia de todas las otras formas de vida. Solo los
seres humanos desean al margen de las necesidades de subsistencia.
Consecución
El primer paso es imaginar, representarlo en nuestra mente, anticipar el placer que se
puede sentir al alcanzarlo.
Pero hay que dar más pasos, de lo contrario se quedará en pura fantasía. Hay que
pensar un proyecto para conseguirlo y después seguir con su realización: HACER para
buscar lo deseado.
Los miedos y los obstáculos, reales o fantaseados, pueden abortar el deseo y, sobre
todo, su persecución. Muchas personas piensan: “para qué lo voy a intentar, total si
igual no lo consigo”. Hay que dejar esta postura cómoda, pasiva, que solamente
conduce a una vida vacía de ilusiones y llena de frustración.
Se ha de tener bien presente que no todo lo que se intenta se consigue, muchas cosas se
quedarán en el camino, por unas causas o por otras. Es parte del juego de la realidad.
Igual que forma parte de la realidad la diferencia que hay, muchas veces, entre lo que
se deseó y lo conseguido, que no es como se pensaba o lo es solo en parte.
Ninguna de estas limitaciones nos ha de desanimar. Conseguir un deseo se ha de
convertir en la motivación para ir tras otro.
Deseo y necesidad
Hemos de distinguir entre deseo y necesidad. Necesidad es algo que se satisface de
forma muy concreta y se precisa para continuar viviendo, como la comida para saciar el
hambre.
En cambio, el deseo es muy diferente, es lo que nos realiza, nos produce placer,
proporciona la alegría y el interés por la vida.
Así pues, se ha de diferenciar entre necesidad y deseo, porque una manera de
amargarnos la vida es convertir los deseos en necesidades.
Los deseos no son imprescindibles para vivir, si no se consiguen no es una catástrofe, se
pueden cambiar unos por otros y todos proporcionaran su grado de satisfacción.
Pero ninguno de ellos nos dará la felicidad total, no nos llenarán por completo; nos
pueden procurar parcelas de satisfacción, que se han de ir renovando con la ilusión,
persecución y consecución de nuevos deseos.
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