SER CONSCIENTE DE LAS DESCAPACIDADES: UN MANUAL

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SER CONSCIENTE DE LAS DESCAPACIDADES:
UN MANUAL SOBRE EL LENGUAJE QUE
PONE PRIMERO A LAS PERSONAS
DIRIGIENDOSE RESPETUOSAMENTE A LOS INDIVIDUOS CON
DESCAPACIDADES
La diferencia entre la palabra precisa y una palabra muy similar
es como la diferencia entre un relámpago y una visita de
relámpago.
Mark Twain
Revisado en 2008
El propósito de este folleto sobre “el lenguaje que pone primero a las
personas” es el de ayudarnos a comprender la importancia de dirigirnos
respetuosamente a las personas con descapacidades. La práctica y la
reflexión nos ayudarán a dejar a un lado las viejas costumbres cuando
nos dirigimos el uno al otro.
La sabiduría comienza con llamar las cosas por sus nombres
exactos.
----Proverbio chino de la antigüedad
E l lenguaje del pasado
Individuos impedidos
Los incapacitados
Personas que “sufren” de la “tragedia” de los “defectos de
nacimiento”…
Incluye las categorías de “los descapacitados, los retrasados, los
autistas, los ciegos, los sordos, los descapacitados para aprender,
y muchas más.
El lenguaje del presente
Los individuos que tienen una descapacidad son madres, padres, hijos,
hijas, empleados, patrones, científicos, amigos, vecinos, estrellas de
cine, líderes, seguidores, maestros y estudiantes. Ellos son personas.
Ante todo, son personas.
El lenguaje que pone primero a las personas describe lo
que TIENE la persona, ¡no lo que ES la persona!
¿Es miope usted o usa anteojos?
¿Es canceroso usted o tiene cáncer?
¿Es pecosos usted o tiene pecas?
¿Es descapacitado usted o tiene una descapacidad?
El lenguaje que pone primero a las personas nombra a la
persona primero, no la descapacidad.
La descapacidad se ha definido como una función física o
mental que opera de una manera diferente.
Compare ese significado con las definiciones del pasado de
hándicap o incapacidad.
En una fuente publicada la palabra hándicap se refiere a
“hand in cap,” un juego en el que eran penalizados o
desventajados los ganadores.
El origen legendario de la palabra hándicap se refiere a
una persona con una descapacidad que tiene que
mendigar en la calle con “hand in cap,” o sea, con el gorro
en la mano.
“Incapacitados,” “descapacitados” o “personas con
descapacidades:” ¿cuál es el término más apropiado?
Por lo general, hablar de los “incapacitados” o los
“descapacitados” evoca sentimientos negativos (lástima,
tristeza, miedo, etc.) y crea la percepción estereotípica de que
todas las personas que tienen una descapacidad son iguales. Así
como todas las personas de cabello castaño no son iguales,
todas las personas que tienen una descapacidad no son iguales.
Muchas de éstas jamás se considerarían “incapacitados.” En los
años 1990 la ley federal sobre la educación especial omitió el
término “incapacitado” y lo reemplazó con “descapacidad.” La
comunidad de personas con descapacidades constituye la
minoría más grande de este país. Incluye a personas de los dos
géneros, de todas las religiones y etnicidades, y de diferentes
niveles socioeconómicos. Lo único que tienen en común las
personas con descapacidades es que 1) tienen una función del
cuerpo que opera de una manera distinta y que 2) a menudo
tienen que hacer frente al prejuicio y a la discriminación. Lo
único excepcional que tiene la comunidad de personas con
descapacidades es que es la única minoría al cual puede unirse
cualquiera al momento de sufrir un accidente.
El movimiento de derechos de los que tienen
descapacidades
está siguiendo los pasos del movimiento de derechos civiles de
los años 60 y los del movimiento de las mujeres de los años 70.
Aunque las personas con descapacidades y sus partidarios
trabajan para terminar la discriminación y la segregación en la
educación y en el empleo, y en nuestras comunidades en
general, a nivel personal todos tenemos que trabajar para
poner fin al lenguaje perjudicial y a las percepciones que crean
un obstáculo para ser incluido en la vida normal y cotidiana.
“La descapacidad es una condición natural de la
experiencia humana.”
El Acta de Descapacidades de Desarrollo de los EEUU y
El Acta de Garantía de Libertades Individuales, 1993
La descapacidad no es “el problema.” ¡Evitemos el uso de la
palabra “problema” cuando hablamos de las necesidades de las
personas! Una persona que usa lentes no anda diciendo “tengo
problemas para ver.” Esa persona diría “uso (o necesito usar)
lentes.” Date cuenta que un “problema” en realidad es una
necesidad.
El problema real son las actitudes
que forman una barrera.
Siempre ha habido personas con descapacidades en nuestro
mundo y siempre las habrá.
Si los educadores—y la sociedad en general—percibieran a
los niños con descapacidades como individuos que tienen
el potencial de aprender, la necesidad de recibir la misma
educación que reciben los compañeros sin
descapacidades, y un futuro en el mundo del trabajo de
los adultos, no tendríamos que estar presionando por una
educación inclusiva.
Si los empleadores—y la sociedad en general—creyeran
que los adultos con descapacidades tuvieran habilidades
valiosas para el trabajo (porque habrían recibido una
educación de buena calidad) no tendríamos que luchar por
trabajos reales por un sueldo real en una comunidad real.
Si los dueños de negocios—y la sociedad en general—
vieran a las personas con descapacidades como
consumidores, con dinero para gastar (porque estarían
ganando un sueldo), no tendríamos que promulgar leyes
para tener entradas accesibles y otros arreglos para las
personas con descapacidades.
La mayoría de las personas que no tienen una descapacidad
ahora, tendrán una descapacidad en el futuro.
Hay mucha probabilidad de que durante tu vida tengas una
descapacidad de corto o largo plazo. Si algún día tuvieras una
descapacidad ¿cómo quisieras que te describieran? ¿Cómo
quisieras que te trataran?
¡Los problemas en torno a las descapacidades
Nos afectan a todos!
Usar el lenguaje que pone primero a las personas es
sumamente importante.
Si todas las personas con descapacidades se incluyen en todos
los aspectos de la vida comunitaria, en las actividades de la vida
cotidiana típicas y normales—pero siempre maravillosas que
casi todos tomamos por sentado, entonces deben hablar de sí
mismos con un lenguaje típico y normal—pero siempre
maravilloso—que todos usamos para hablar de nosotros
mismos.
Los niños
que tienen una descapacidad
son niños ante todo. ¡La única etiqueta que necesitan
es su nombre!
En nuestra sociedad los términos “incapacitados” y
“descapacitados” abarcan todo y se usan incorrectamente.
Las personas que tienen un impedimento de la vista o de la
audición no necesitan parqueaderos o baños para los
“handicapped.”
Si una entrada marcada “handicapped” tiene una rampa para los
que usan silla de ruedas, ¿la entrada debería tener letreros en
braille también para los que tienen un impedimento de la vista?
Los arreglos que se les facilita el acceso a las instalaciones a las
personas con descapacidades—no importa cuáles sean sus
descapacidades— ¡son accesibles!
La sociedad tiene una impresión negativa de ciertas palabras.
Cuando el informe de tráfico mención un embotellamiento, con
frecuencia se oye lo siguiente: Hay un vehículo descapacitado en
la vía. “Descapacitado” en ese contexto quiere decir
“descompuesto.”
Los términos descapacidad y descapacidades deben usarse en
situaciones apropiadas y con un lenguaje que pone primero a las
personas.
Si una tostadora de pan no funciona la devolvemos al almacén y
decimos que “tiene un defecto” para que nos den una nueva. En
vez de hablar de los bebés que tienen un “defecto” de
nacimiento, el término apropiado es “una descapacidad
congénita.”
Cuando entendemos el significado de las palabras y de qué
manera las usamos incorrectamente, nos damos cuenta de que
esto es apenas el comienzo del uso de un lenguaje inapropiado
y de nuestras percepciones falsas.
Cuando nos referimos a la persona por el diagnóstico de su
descapacidad le hemos restado el valor como ser humano.
Cuando les restamos el valor a otras personas, nos restamos el
valor a nosotros mismos.
Si empezamos a referirnos a las personas por sus nombres
apropiados, si reconocemos que las personas que tienen
descapacidades son personas ante todo, entonces logramos ver
cómo las personas con descapacidades se parecen más a las
personas sin descapacidades y en fin no son tan diferentes los
unos de los otros. Si entendemos que la etiqueta de la
descapacidad misma es apenas un diagnóstico, podemos ganar
una perspectiva apropiada.
Un cuento
Le encanta el helado y le encanta jugar en la computadora. Es
de pelo rubio y ojos azules y tiene parálisis cerebral. Su
descapacidad es apenas un aspecto muy pequeño de su vida.
Para muchas personas con descapacidades, su diagnóstico
define quiénes son y cómo son tratados por los demás.
Cuando me presento a los demás nunca digo que jamás seré
una bailarina de primera. Así como hacen los demás me
concentro en mis habilidades—las cosas que yo hago bien—y
no en lo que no puedo hacer. ¿No haces tú lo mismo? Nunca
digo que mi hijo no puede escribir con un lápiz. Digo que mi hijo
usa una computadora para hacer las tareas. No digo que mi hijo
no puedo caminar. Digo que mi hijo usa un caminador y una
silla de ruedas. Y además Benjamín no está “confinado a una
silla de ruedas.” Está libre cuando la usa, de ir a donde quiera y
cuando quiera.
Sabemos que el auto concepto de una persona está muy ligado
a las palabras que se usan para describir a esa persona. Se ha
dicho que estas descripciones pueden volverse predicciones
que se autorrealizan. Si se le dice a una niña que es retrasada o
perezosa o que le cuesta trabajo entender, probablemente se
vuelva realidad la esperanza que uno tenga de ella. En cambio,
si se le dice que es brillante, a lo mejor tenga éxito en la
escuela.
Las personas que tienen descapacidades , como se les ha
puesto etiquetas toda la vida, a menudo tienen que
convencerse de que sí son capaces y que tienen mucho
potencial para lograr el éxito. Los padres tienen que
convencerse a sí mismos y a sus hijos de que sí son capaces y
que tienen el potencial para lograr el éxito.
El Lenguaje que Pone Primero a las Personas
tiene la capacidad de cambiar la autoestima de
las personas con descapacidades
El Lenguaje que Pone Primero a las Personas puede
cambiar de qué manera percibe y cómo trata la sociedad
a las personas con descapacidades.
Haga que se vuelva un hábito
el uso del Lenguaje que Pone Primero a las Personas.
Ejemplos del Lenguaje que Pone Primero a las Personas
Etiquetas no apropiadas
Lenguaje que pone primero a las personas
Incapacitados/descapacitados
Personas con descapacidades
Los retrasados mentales
Tienen una demora cognitiva
Es un retrasado
Tiene un impedimento cognitivo
Mi hijo es autista
Mi hijo tiene autismo
Una niña de Down/mongólica
Ella tiene el Síndrome Down
Descapacitado para aprender
Tiene una descapacidad para aprender
Soy parapléjico
Tengo paraplejia
Es lisiada
Tiene un impedimento de movimiento
Es enano/enana
Es de estatura baja
Está trastornada emocionalmente
Tiene una descapacidad emocional
Está confinado a una silla de ruedas Usa silla de ruedas o silla de movilidad
Niños normales/saludables
Niños típicos o sin descapacidades
Está en la educación especial
Recibe los servicios de la educación especial
Defecto de nacimiento
Descapacidad congénita
Parqueaderos, baños, etc.
para los incapacitados
Tiene un problema con….
Parqueaderos, baños accesibles
Tiene la necesidad de….
Reconocimiento
Kathy Snow, autora original
250 Sunnywood Lane
Woodland Park, CO 80863-9434
Correo de voz: 719-687-8194
www.disabilityisnatural.com
Revisado por:
John Copenhaver, Director
Mountain Plains Regional Resource Center
1780 North Research Parkway, Suite 112
Logan, Utah 84341
Traducido al español por:
Jean Lyle
P.O. Box 3447
Durango, CO 81302
970-759-4233
Reviewed by the PEAK Parent Center January 2009.
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