EL PALACIO DE LOS LEONES DE LA ALHAMBRA. FUNCIONES E

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EL PALACIO DE LOS LEONES DE LA ALHAMBRA. FUNCIONES E
ICONOGRAFIA DE LA ARQUITECTURA EN LA CIUDAD PALATINA
Basilio Pavón Maldonado
Resumen.
En los dos palacios de la Alhambra, Comares y Leones, y palacios mudéjares se da comunidad de salas y
antesalas, salones, qubbas, al-haniyyas, pórticos, puertas, portadas, nichos de sitial del trono, patios con
albercas y crucero. Este trabajo da una visión global y restrospectiva de cómo funcionaban esas piezas en
la arquitectura islámica en general. Se añade iconografía de las pinturas de la Sala de Justica del Patio de
los Lones. En resumen, una visión globalizada de dos palacios granadinos que tuve el honor de tratar en
escritos comprendidos entre 1967 y 2010, con nuevos avances de interpretaciones, reflexiones e
ilustraciones conocidas o inéditas.
Abstract
In the two palaces of the Alhambra, Comares and Leones, and Moorish palaces there is a community of
rooms and anterooms, reception rooms, qubbas, al-haniyyas, gates, doorways, niches of the throne seat,
courts with pool and cruise. This work provides an overview and retrospective of how they worked those
pieces in Islamic architecture in general. It adds iconography of the paintings in the Justice Room of the
Lyons Court. In short, a global vision of the two palaces of Granada that I had the honor to address in
written between 1967 and 2010, with new advances and interpretations, thoughts and illustrations known
or unpublished.
INTRODUCCIÓN
Fig. 1. Palacios de Comares y de los Leones
de la Alhambra, según Orihuela Uzal
De siempre el Palacio de los Leones ha sido objeto de debate, por él pasaron autores,
historiadores del arte, arquitectos y arqueólogos, reflexiones, propuestas, hipótesis de tal
manera que a la altura de nuestro tiempo los estudiosos del monumento tienen
numerosas vías y apoyos para seguir estudiando o investigando. La bibliografía
existente últimamente enriquecida con intervenciones arqueológicas a cargo de Malpica
Cuello. Visitar este palacio es ya toda una revelación, quién lo hace por primera vez
descubre un paisaje arquitectónico inédito. Un hito arquitectónico de difícil encaje no ya
en la Historia del Arte en general sino también en el arte islámico; sus innovaciones se
acumulan como caídas del cielo sin un hilo o cadena palpable de eslabones
clarificadores, no es fácil relacionarle con otra construcción anterior de al-Andalus, del
Norte de África o del Oriente. Los mismos dos palacios de la Alhambra, codo con codo,
de Yusuf I y Muhammad V, padre e hijo, de Comares y de los Leones, tienen
perspectivas y funciones muy distintas bien expresado en la presencia de la Qubba Real,
clásica o tradicional sala regia desde el punto de vista granadino la de Comares y
desconcertantes las cinco acumuladas en el Palacio de Leones, sus ropajes decorativos
válidos para recapitular en ellos todo el ataurique y la lacería de la historia del arte
islámico. El lenguaje de las muqarnas sobre todo del Palacio de los Leones el mismo
aunque ahora sublimizado de Oriente, la Qal´a de los Banu Hammad, palacios sículonormando de Sicilia, mezquitas almorávides y almohades (Fez, Marrakech) y madrazas
marinies coetáneas de nuestros dos palacios nazaríes: Yusuf I reina entre 1333-1354 y el
reinado de Muhammad V dividido en dos parte, 1454-1359 y 1362-1390. Tiempo en
que efectivamente eran erigidas al otro lado del Estrecho las madrazas en Salé, Fez,
Marrakech, Meknes, prácticamente todas ellas erigidas en la primera mitad del siglo
XIV (figs. 2, 3, 4, 5) (1).
Fig. 4. Madrasa Abu
Inaniyya de Fez
Fig. 2. Madrasas de Salé , 2; Abu Inaniyya, 3-1;
Tasfiniyya de Tremece, 4; Sahriy, 5; Attarine, 6.
Zawiyas de la Chela ,1 y Nussak de Salé,3.
Fig. 3. Zawiya de Nussak, Sale, 1;madrasa de
Marrakech, 3; mezquita-madrasa del Centeno,
Lorca (A. Pujante Martínez, 1999.
¿Y los palacios mariníes? Prácticamente desaparecidos, de ahí que sea temerario
diagnosticar que nuestros dos palacios nazaríes dependan básicamente de esas madrazas,
se podría decir lo contrario: alarifes granadinos viajando de corte en corte desde RabatSalé a la corte de los sultanes hafsíes de Túnez en los siglos XIII y XIV, mezquita de la
alcazaba de esa ciudad y según Ibn Sa´id construcciones de la primera mitad del siglo
XIII siguiendo el modelo de los palacios andalusíes (2). Y así hasta llegar a
monumentos de El Cairo y de Siria (3). Y esta cita de Ibn al-Jaldun en su Historia de los
bereberes: palacios de Tremecen construidos bajo el gobierno de Abu Hammu I
(1352.1389) por arquitectos de Granada. ¿Cómo eran estos palacios magrebíes y de
Ifriqiya? Sin duda en la Alhambra tenemos la respuesta, también en el palacio Badi de
Marrakech (4) aunque ya en tiempo tardío, como los templetes añadidos al patio de la
mezquita de Qarawiyyin de Fez. En Meknes palacio alauita o Qasr Muhannasha con
patios con crucero y qubbas de aparato. Curiosamente, dejando a un lado el palacio
mudéjar de Pedro I del Alcázar de Sevilla, no se ha detectado mano de obra nazarí en
las iglesias, sinagogas y palacios mudéjares castellanos de los siglos XIII y XIV, como
prueba de que la yesería mudéjar con foco inicial en Toledo brillaba en ese tiempo con
luz propia en gran parte debido al impulso inicial almohade-nazarí de la primera mitad
de la primera centuria. Naturalmente en este mensaje entre nazarí y mudéjar no es
aceptable para nada que cuadrillas de alarifes nazaríes trabajaran concretamente las
yeserías de los palacios de Tordesillas como ha pretendido probar sin argumentos ni
resultados Ruiz Souza (1996) en oposición a mi tesis ya largamente madurada a partir
de mi libro Arte toledano: islámico y mudejar (1975-1980), el dominio completo o
absoluto de alarifes toledanos en esa residencia vallisoletana (5). Tal es el panorama
general del arte del entorno del Palacio de los Leones que voy a estudiar y de paso el de
Comares los que por diversos caminos pueden sacar a la Alhambra de su aislamiento
estilístico y funcional sobre lo cual me explayé ya en artículo de 1994 aparecido en los
Cuadernos de la Alhambra (6).
Y un aparte para breve orientación bibliográfica de la Alhambra. Se recoge últimamente
una bibliografía básica en la Alhambra y el Generalife. Guía historico-artistica de Mª
Elena Díez Jorge (7); con anterioridad J. A Malpica Cuello en Pensar la Alhambra
(2001) aborda esta ciudad palatina en base a las intervenciones arqueológicas hasta las
realizadas por Jesús Bermúdez Pareja, autor considerado aquí como arqueólogo, aunque
un año después las marcadas ausencias de ese libro se corrigen en su Alhambra de
Granada, un estudio arqueológico (8) en que los autores citados por orden de sus
aportaciones al monumento son Leopoldo Torres Balbás, Jesús Bermúdez Pareja,,
Antonio Malpica Cuello (estudios básicamente arqueológicos pero de fuera del núcleo
palatino que nos ocupa), Basilio Pavón Maldonado, J. Bermúdez López, Emilio García
Gómez, A. Fernández Puertas, y Carlos Vilchez Vilchez. Por mi parte algunas de mis
primeras aportaciones de la ciudad palatina vertidas en Estudios sobre la Alhambra (9)
son reiteradas con ampliaciones, matizaciones y nuevas interpretaciones en mi Tratado
de arquitectura hispanomusulmana, III Palacio (2004) (10).Y vaya por delante la obra
de M. Gómez-Moreno y de su discípulo más cercano Jesús Bermúdez Pareja,
contribuciones del Padre Dario Cabanelas y de A. Fernández-Puertas en materia de
epigrafía de la Alhambra y La Alhambra de A. Gallego Burín, aventajados siempre por
L. Torres Balbás cuya dilatada obra se puede ver y valorar en La Alhambra de
Leopoldo Torres Balbás (obras de restauración y conservación, 1923-1936) de Calos
Vilchez Vilchez (11). Básica es la obra de A, Orihuela Uzal, Casas y palacios nazaríes.
Siglos XIII-XV (12).
Con estos precedentes de raíces históricas indeclinables y siempre comprobables paso a
abordar los palacios de la Sabika, no sin antes dar paso a un curioso y sorprendente
trabajo publicado en 2001, hace ya doce años, cuyo título es “El Palacio de los Leones
de la Alhambra: ¿Madrasa, zawiya y tumba de Muhammad V? Estudio para un debate”,
su autor Juan Carlos Ruiz Souza (13). En principio el artículo debería ser importante o
revelador al haberse publicado en la prestigiosa revista Al-Qantara, en cuyo Consejo de
Redacción figuraba por entonces A. Almagro Gpbea. Pero los signos de interrogación
en el artículo merman ya el contexto, así como el final del título “Estudio para un
debate”. No cabe debate en un escrito en el que se desplaza o condena a Muhammad V,
fundador del palacio, a vivir o pernoctar en una sala más del Palacio de Comares para
entregar todo el de los Leones a las funciones de una madraza, repleta de libros en
estanterías de las paredes lisas de la salas, una zawiya y un mausoleo de ese sultán,
entes arquitectónicos implicados en la ciudad palatina de los que nadie habla en el siglo
XIV.Ruiz Souza en mi criterio deberá madurar más sus trabajos de arte
hispanomusulmán y mudéjar para alcanzar el nivel de las contribuciones Únicamente
Ibn al-Jatib quien, siguiendo a Darío Cabanelas (14), tuvo el propósito de construir una
madrasa, una zawiya y una tumba referidas a Muhammad V. Un primer pasaje: Luego
pensé en la construcción de la zawiya, la madrasa y la tumba, como primicias de las
obras buenas a realizar en este cargo”. El otro pasaje referido a la biografía del sultán
ponderando las muchas y espléndidas obras por él realizadas: hasta el punto de
mostrarme su conformidad y autorizar lo que yo había ideado con su permiso y llevado
a cabo por su nobleza de espíritu, respecto a la erección de la madrasa y la zawiya, así
como la determinación de la tumba, emulando en todo ello los designios de los reyes.
¿Por qué dichas construcciones habrían de estar precisamente en la Alhambra? y
¿fueron efectivamente consumadas aquí o en algún otro lugar granadino? La ocurrencia
es de Souza quien guiado por su
admiración por el arte de las zawiyas,
madrazas y mausoleos magrebíes del
otro lado del Estrecho quiere a toda
costa magrebizar la Alhambra en el
corazón,de
su
palacio
más
emblemático y por supuesto siempre
polémico, el de los Leones. Todo este
dislate es un ejemplo de lo que se
puede llegar a decir de un monumento
de la categoría de la Alhambra si se
burla el consenso artístico atesorado
por los autores más idóneos que han
pasado por ella, desde Gómez-Moreno
y Torres Balbás hasta nuestros días
incluidos en la bibliografía de uno de
los últimos libros aparecidos sobre
Alhambra ya aludido de Mª Elenea
Díez Jorge.
Fig. 5. Espacios religiosos de zawiyas y ribat:
1, 2, de la Chella de Rabat; 3, el llamado
palacio Favara de Palermo (A. Goldschmidt);
A, B, ribat de Susa; D, castillo de San
Romualdo de Cádiz, según torres Balbás.
Fig. 6. Plantas del sector de los patios de acceso a la Casa
Real Vieja de la Alhambra, con la supuesta madraza.
Con estas líneas no pretendo entrar
en debate, simplemente poner los
puntos sobre la íes en lo que afecta a
la historia del arte de la Alhambra en
la que no todo es o deberá ser
arqueología
y
escenario
de
entrenamientos historiográficos e
interpretativos.Gómez-Moreno (15)
escribió que detrás de la iglesia
antigua (refiriéndose a Santa María
de la Alhambra antes mezquita de
Muhammad III) hubo un edificio
grande de fábricaárabe seguramente
quizás la madraza citada por Aben
Aljatib, que fue cedido por los Reyes
Católicos para colegio o seminario
cuando estaba allí la Catedral; una
parte de él fue demolido en 1541 por
estorbar al palacio nuevo y el resto
cuando se levantó la iglesia. Esto por
lo que se refiere a la supuesta
madrasa. Sobre zawiyas García
Gómez (16) pensaba que la
construcción de este tipo de edificio
en Granada era habitual sobre todo
en tiempos de al-Jatib que se jactaba de haberlas fundado con prodigalidad, como el
sultán mariní Abu-l- Hasan en el Norte de África, incansable constructor de mezquitas,
madrasas y zawiyas. Y luego está cuál era exactamente la definición iconográfica desde
el punto de vista arquitectónico de la zawiya que no era precisamente una pequeña o
lugareña qubba con cúpula y cuatro puertas, antes, mirando su funcionalidad, desde el
Oriente, un caravansar, posada, complejo edificio rodeado de galerías, morada de
peregrinos y viajeros que permanecían gratuitamente en el edificio o edificios, muchas
veces con presencia de un oratorio (17) (figs. 5, 1, 2); era frecuente la construcción de
zawiya junto a una madrasa. ¿Esto y la formalista y compleja planta de las madrasas
magrebíes aplicables al patio de los Leones de la Alhambra? El señor Souza debería
habernos dicho donde comenzaba y terminaba la madrasa y donde empezaba y
terminaba la zawiya en el ámbito de Leones. Es imposible y ridículo desde todo punto
de visita tratar de identificar en los Leones serie de celdas lo mismo para madrasas que
para zawiyas. Y yéndonos a la tumba o mausoleo supuestamente de Muhammad V,
imaginarle en la Sala-Qubba de los Abencerrajes, como propone el neófito autor, todo
un dislate; naturalmente por mucho que se discurra nada hay en esa sala de nicho o
mihrab y lo de pila, hoy centrada en la sala, convertida en agua para las abluciones todo
un desacierto.
Vayamos por partes, ¿es identificable una zawiya en la Alhambra? No. ¿Es identificable
una madrasa en la Alhambra? En este sentido, Jesús Bermúdez (18) ya dijo que la
mezquita pequeña de los accesos a la Casa Real Vieja, el inmediato al patio de Machuca,
era de madraza (fig. 6, 1, 3). ¿Era este pequeño complejo prepalatino madraza? Lo
podría confirmar la mezquitilla que tiene delante pila para las abluciones y patio
inicialmente rodeado de seis salas oblongas pero sin al-haniyyas. Últimamente Orihuela
ha implantado sobre el papel en el patio tres naves separadas con columnas (fig. 6, 4) y
en la nave o sala meridional de la seis existentes dibuja un nicho potestativo o simbólico
haciéndose eco de un pasaje de Ibn al-Jatib comentado por García Gómez (19). Como
quiera que fuere, esas salas carecen de al-haniyyas, al igual que las de las madrazas
africanas, aunque pudieron funcionar como estancias de uso oficial o burocrático que no
otro sería el caso de los patios de acceso al Generalife que en otro lugar relacioné por
primera vez con los de la Casa Real Vieja de la Alhambra. Debe tenerse en cuenta que
el inmediato Patio de Machuca tenía una puerta independiente en el muro norte a su vez
comunicado con la supuesta madrasa.
¿Es identificable un mausoleo en la Alhambra? ¿en la Sala de los Abencerrajes?
Imposible dentro del Palacio de los Leones o el de Comares. El mausoleo real de la
Rauda de la ciudad palatina (figs 7 y 8) es efectivamente una tumba regia atribuible su
Figs. 7 y 8. Estudio de mausoleos árabes en general; 15, 16, de la Rawda de la Alhambra; la segunda figura dedicada a este
complejo.
construcción por igual a Yusuf I y a Muhammad V el cual que se sepa no fue enterrado
en la Alhambra, cuyas características principescas casan perfectamente con el módulo
oficial de planta central cuadrada u oblonga rodeada de cuatro galerías atajadas por
cuadrados de los ángulos (20): salas aristocráticas de baños árabes, el apodyterium o el
tepidarium, estancias palatinas del siglo XII en Palermo y en la misma Alhambra, en
Marrakech Qubbat al.Barudiyyin, mausoleo ya del siglo XVI de los príncipes sa´adíes
de Marrakech y mausoleos de El Cairo, s. XI y XII (21) (fig. 7, 6, 13, 14, 15, 16, 12).En
una palabra, la reiterada plurifuncionalidad de plantas en el Islam. Entiéndase que a
veces el mausoleo propiamente dicho se dibuja entre un tramo de nichos reverenciales
o simbólicos y una mezquita sin alminar. Este esquema reiterado en el Cairo, en la
tumba del siglo XVI de Marrakech (22) y en la Alhambra, si bien en el mausoleo de ésta
falta un nicho o mihrab en el espacio cuadrado contiguo, mihrab tal vez simbólico,
amovible esculpido o pintado en la pared (23). ¿Sería este mausoleo el referido en
pasaje de Ibn al-Jatib? ¿sería la madraza de delante del patio de Machuca la referida por
al-Jatib? Pero, ¿donde ubicar la zawiya? ¿pudo ser el edificio que señala como madrasa
Gómez-Moreno en las inmediaciones de la mezquita aljama de la ciudad palatina? Al
parecer era edificio grande y de fábrica árabe. En todo caso habrá que esperar a que
aparezca en el ámbito alhambreño, puesto que según García Gómez Ibn al-Jatib
fabricaba este tipo de edificio en Granada en abundancia. Souza es partidario de
magrabizar a escala estilística y funcional la arquitectura residencial de la Alhambra vía
madraza y zawiyas del otro lado del Estrecho. Si así lo cree que siga creyéndoselo, pero
sin mi seguimiento..
Con todo ello la trilogía madraza, zawiya y mausoleo dentro del Palacio de los Leones
queda desautorizada por imposible, con lo cual, dicho en tono irónico, Muhammad V
recobra su palacio por él fundado en 1362 exclusivamente para uso y funciones
palatinas, palacio doméstico nuevo o moderno, con salas de recepción y espacios
festivos, complementario del de Comares presidido por la Qubba o Sala del trono oficial
de la monarquia nazarí. Al cabo de los siglos el palacio más internacional en la escala
geográfica del Islam por cuanto en él concurren atributos de construcciones de cuantos
palacios han sido de toda la orilla del Mediterráneo.
ESPACIOS RELIGIOSOS EN LA ALHAMBRA
Figs. 9 y 9-1. Espacios religiosos en la Alhambra
En mi criterio ni el Palacio de los Leones ni el de Comares de puertas para adentro
tuvieron oratorio. Oratorios de reducida planta cuadrada u oblonga con el nicho de
mihrab orientado a sureste, figura 9: 1, 2, mezquita de delante del Patio de Machuca o
supuesta madraza palatina; 3, planta del oratorio del Mexuar, de Muhammad V, nicho
de mihrab pentagonal, reiterado en el oratorio del Partal, 4, 5, esta vez coronado por
bovedilla de mocárabe (24) siguiendo el ejemplo de las mezquitas almorávide de alQarawiyyin de Fez (8), mezquitas almohades de Tinmall y la Kutubiya (9) (10) y
mihrab de la mezquita de la alcazaba de Fez Bali (12). Sobre nicho con mocárabes
elocuentes son los ejemplos del palacio de la Zisa de Palermo (14) no ausentes de la
Alhambra. Respecto al arco del nicho o ventana (7), considerado a partir de Gallego
Burin como mihrab, de supuesto oratorio privado en el pasillo entre la Sala de la Barca
y el Salón de Comares (fig. 9-1, 1) habría que ver su autenticidad en base a los
siguientes datos. Gómez-Moreno lo veía como puertecilla, luego sustituida por saetera,
de bajada a los subterráneos cuya escalera está macizada (18). Por su forma Torres
Balbá la relacionó con los mihrab-s de mezquitas, lo ve como nicho con concha en
Fig. 9. Mezquitas u oratorios islámicos de la Alhambra, 1, 2, 3,
4, 5 y 6. La arquitectura religiosa nazarí y mariní en las demás
ilustraciones.
Fig. 10. Arco del oratorio del Mexuar de la Alhambra.
Fig. 10. Arco del mihrab del Mexuar de la Alhambra, 1;
Fig. 11. Mezquita Sayyidi Abu-l- Hasan, Tremecen, 1; mezquita de la
madrasa de Granada, 2; arco del Patio Dorado de la Alhambra, 3.
abertura de 0,6 m. de luz en forma de saetera (25). ¿Se trata de cúpula agallonada o de
arco con gallones?. Tratándose de arco se le ve ya en la Kutubiyya (fig.9-1, 2) y en el
Cuarto Real de Santo Domingo (3). Parece evidente que se trata de arco. Un dato
importante es que al contrario de todos los arcos de mihrabs no lleva columnas.
Respecto a la orientación se aparta de la cardinalación sureste de los oratorios
alhambreños vistos en la figura 9. La posición actual del supuesto oratorio en la figura
9-1 la (1-1) se pudo cambiar de flecha yendo a la par de los oratorio vecinos (1-2) al
igual que ocurrió por ejemplo en oratorios cairotas entre los siglos XIII y XIV (fig. 9,
15). Y la connotación de que el arco tiene rizos en el intradós, vieja modalidad
decorativa practicable desde el siglo XI lo mismo en Zaragoza que en Granada, rizos
reservados básicamente a los arcos de mihrabs de mezquitas pero que en la Alhambra
acompañaron a otros arcos de la arquitectura doméstica (fig. 9-1, 4). Es por lo que la
identificación como oratorio en base al arte de la yesería de la ventana-saetera de
Comares no queda suficiente probado.
Por último, la planta de la desaparecida Mezquita Aljama fundada por Muhammad III
(fig. 9, 6), fuera del recinto palatino propiamente dicho (26), con tres naves y nicho de
mihrab de ocho lados al estilo del mihrab de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X.
Por lo que se refiere a arco del mihrab del Mexuar (fig. 10, A) destacar los tres nudos
del alfiz, en la clave y los costados, arcaísmo que viene del mihrab de la mezquita
zaragozana de Maleján (B) reiterado en la mid´a de la gran Mezquita de Qayrawan (C)
(27). No podía faltar aquí el nicho-mihrab del oratorio de la madraza de la ciudad de
Granada erigida por Yusuf I (fig. 11, 2) (28), su programa de portada esta vez muy
semejante a la del mihrab de la mezquita de Abu-l- Hasan de Tremecen (1), su
fundador coetáneo de Yusuf I, pero el granadino añade dos alfices entre los que se
interpone registro epigrafiado sobre la clave del trasdós del arco imitando la fachada del
mihrab califal de la mezquita aljama de Córdoba, un nuevo arcaísmo que añadir al
expresado del mihrab de la mezquita principal de la Alhambra. Siendo el arco de
herradura apuntado expresión arcaica de los mihrab-s alhambreño donde todo era arco
de medio punto o de muqarnas descuella por excepción un arco hoy cegado que
comunicaba el Cuarto Dorado con la antesala de la mezquita del Mexuar (fig. 11, 3). Y
por su relación con el mihrab del Mexuar el arco del nicho de la mezquita mayor de
Ronda (fig. 11-1) (29): en (A) arco del Mexuar, el (B) de Ronda el cual añade por
novedad que la rosca del arco descansa en moldura de nacelilla apoyada en la imposta,
modalidad mariní registrada por ejemplo en la madraza Attarin de Fez, mezquita de
Abu-l-Hasan de Tremecen (fig. 11, 1) y mezquita mayor de Taza (C). La relación
artística entre Granada y la dinastía mariní del siglo XIV la podemos sintetizar aquí en
Ronda. Esta plaza junto con Tarifa y Algeciras fue cedida por Muhammad II de
Granada al benimerín Abu Yusuf (1275),
siendo Abu-l-Hasan, oponente de Alfonso XI en
la batalla del Salado, el que llevaría a cabo
importantes construcciones en Ronda como bien
lo expresan las yeserías de la mezquita. A este
respecto expresiva es esta referencia del
Musnad de Ibn Marzuk (30): “También en
Ronda hay ejemplos de construcciones de
nueva planta que se levantaron por orden suyade Abu-l- Hasan-, fortalezas bien guardadas y
altas torres, pozos abundantes, zawiyas y janes”.
Fikg. 11-1, Arco del migrab de la
mezquita mayor de Ronda, B.
En el arte de las mezquitas por la vía de los mihrab-s se puede establecer relación entre
las magrebíes y las granadinas, mihrab de la madraza de Granada y el de Ronda
considerados posteriores a los de oratorios africanos de Sayyidi Abu-l- Hasan de
Tremecen, Taza o los las madrazas mariníes anteriores al segundo reinado de
Muhammd V de Granada (1362-1391), aunque las fronteras estilísticas entre el arte
hispanomusulmán y el magrebí, inexistentes en el siglo XII, empiezan a despuntar en la
segunda centuria, pero el maremagnum de yeserías de uno y otro lado del Estrecho nos
impide trazarlas con mano firme. Sí se perfila un antes y un después de uno y otro
bando, el antes para el arte granadino, al menos en la arquitectura palatina; en lo
religioso supervalorado lo del suelo africano como consecuencia de la anterior
religiosidad almohade. Acerca de la reciprocidad estilística entre lo nazarí y lo marini
puede hablarnos la lámpara de la Mezquita Mayor del granadino Muhammad III que se
codea con la del oratorio de la madraza de ´Attarin de Fez sobre la que Gómez-Moreno
dice que el parecido de los atauriques de la segunda con los de la primera es absoluto,
como hecha quizá la africana en Granada (31). Esto viene a decirnos que en lo religioso
hubo una unidad de estilo que afecta a todo el siglo XIV. En lo palatino remito al
predominio nazarí consignado en páginas anteriores de este artículo, como una prueba
más de valor esta vez de Ibn Jaldun: Abu Hammu I (1308- 1332) y su hijo Taxufin
demandaron al granadino Ismael I ayuda, que le fue dada, de artistas especializados para
erigir en Tremecen palacios de gran belleza (32).
LA QUBBA POPULAR Y SUS FUNCIONES (figs. 12, 13, 14)
Fig. 12. Funciones de la qubba popular; qubba de la Rawda, 6
De ella solo consta un modelo en la
Alhambra. Se trata de la llamada Puerta de
la Rawda (fig. 12, 6), esta vez al parecer
con la función de edificio de reposo en el
jardín o rawda extramuros del palacio de
los Leones y no lejos del mausoleo del
cementerio nazarí. Extraña su elevada
altura, como la cúpula gallonada de la
Puerta de las Armas de la Alhambra
atribuida a Yusuf I o a Ismael I, esta vez
cual si se tratara de una torre lucernario; si
el edificio fuera de menor altura
tendríamos una qubba normal de carácter
popular mas que palatino: por ejemplo la
llamada “Piccola Cuba” de Palermo en los
jardines de supuesto palacio (4). En ambos
Fig. 13. Rabita de San Sebastián de Granada,
casos planta cuadrada con cuatro puertas permanentemente abiertas que así se presentan
las qubbas con función funeraria de cementerios islámicos: 1, 2, de cementerio marini
de Fez. Se dan casos de qubba-fuente en Palos de Moguer (3) (3-1), en Sicilia qubbafuente (5). De carácter más palatino la Capilla de la Asunción de la Huelgas de Burgos
(8) (fig. 13, 2) muy emparejada con la Capilla de Belén de Toledo (7), en este caso
pabellón de recreo si no tumba, con tres puertas abiertas. No faltan ejemplos de qubbamoravito o de santón con una o dos puertas abiertas, en zona murciana la (9), en
Huelva los dos modelos de (10), capilla de San Bartolomé de Lepe (Huelva) (11); el (12)
de Belyune (Ceuta) (33); en Toledo capillita de San Lorenzo (13), esta vez con tres
arcos nichos dando planta cruciforme; el cuerpo superior del alminar de la Gran
Mezquita de Qayrawan (14) a modo de moravito con cuatro puertas abiertas. El sólo
nicho de la construcción de Belyunes reiterado en la llamada rábita de San Sebastián de
Granada (fig, 13, 1) (34). Bastantes modelos acusan en planta la cruz o cuadrado con
tres o cuatro nichos popularizados en cadena en recintos complejos como aljibes desde
muy temprana edad (fig. 14, 1), puertas (1-1) (8) (10), torres baluartes (4), salas de
baños (7), vestíbulo en Tordesillas (9), el caso de modelo de ribat dado en el castillo de
San Romualdo de la Isla de San Fernando (Cádiz) (3) o el claustro de Santa Clara de
Moguer (2) (5). Unidades independientes en la Alcaicería de Granada (6) y algunas
salas pequeñas del Palacio de Comares, y como veremos el Mirador de Lindaraja del
Palacio de los Leones. Hasta aquí nada parecido a las madrasas, zawiyas y mausoleos
del Norte de África.
Fig. 14. funciones del módulo cruciforme de
la qubba popular .Entre los siglos XII y XIII
traspasada aaljibes (1), puertas monumentales
o de planta sencilla (1-1) (8), baños (7),
capillas y vestíbulos de residencias de linaje
(6) (9).
Al-HANIYYAS O ALCOBAS EN LA ALHAMBRA.
Son como nichos con o sin arco de entrada ubicados en los extremos, a veces bastaba
con realzar su solería, de salas oblongas de aparato de palacios o salas de estar en toda
construcción doméstica del medio mediterráneo islámico. Muchos autores las llaman
alcobas en el sentido de estancia para dormir. Se confunden a veces con los nichos
honoríficos o decorativos que se acumulan en residencias palaciales desde el siglo X al
XIV. La Alhambra es bastante generosa a la vez que ambigua en este tipo de espacio.
La figura 15 quiere despejarnos algo sobre sus orígenes más remotos árabes: 1, sala de
honor tipo iwan en el centro con estancias a uno y otro lado de la ciudad fatimi de Sabra
Mansuriyya, cerca de Qayrawan, tratada entre otro autores por Grabar, Michel Terrasse
y Patrice Cressier (35). El trío de saletas precedidas de pórtico precisamente de cinco
arcos de los lados enseñan especie de nichos tal vez abovedados de escasa profundidad
y ancho inferior al de la saleta, tipología habitual en otro palacio también del siglo X, el
Ziri en Achir (Argelia), estudiado por L. Golvin y A. Lézine (2) (36), módulo repetido
siete veces aquí, que pasa a los palacios palermitanos de la Zisa y de la Cuba (3) (4) y
antes a residencias palatinas y de servidumbre de la Qal´a de los Bannu Hammad (5) (6)
(8). Sobre estos precedentes de al-haniyyas hispanas ya me ocupé en artículo sobre
Fig. 15. Orígenes de la al-haniya en Oriente y el Norte
de África en los siglos IX, X y XI.
Fig.15-1. El módulo al-haniya en al-Andalus. 1, 2, 3,
6, de Madinat al-Zahra; casa de Còrdoba, 4; Castillopalacio de Galiana de Toledo, 5; almunia de
Rumaniyya, Córdoba, 7; palacio de Pedro I del
Alcázar de Sevilla, 8; unidad palatina de Samarra, A.
nichos de mihrab publicado en mi página personal y últimamente también A. Almagro
(2010). Cualquiera que vea la sala de recepción a la vez que del trono central precedida
de pórtico de cinco arcos de Sabra Mansuriya puede pensar en el “Salón Rico” de
Madinat al-Zahra (fig.15-1, 6).
A partir también del siglo X y quizá antes en Oriente (Samarra, palacio de Ujahidir y Egipto) se
populariza el tipo de vivienda con tres salas o iwan cortejado de habitaciones que con el añadido
de pórtico forma una T invertida (fig. 15, 7, 7-1) (36). En realidad no difiere mucho este tipo de
las salas comentadas de Sabra Mansuriyya. Llevando el tema a la Córdoba califal los autores
miran con interés lo acaecido en la ciudad palatina de Madinat al-Zahra (fig. 15-1) en donde el
nicho tipo Sabra Mansuriyya es sustituido por saleta al-haniyya con arco de entrada desde la
gran sala oblonga llamada maylis en la etapa nazarí de la Alhambra. Este caso visto por Félix
Henández, Castejón, Torres Balbás, Pavón Maldonado, Vallejo Triano y A. Almagro (37) se da
en el complejo del patio de los pilares de la ciudad palatina (1, B) (2) con la novedad de tratarse
de saletas cuadradas. El hecho de figurar en construcción dedicada a funciones
burocráticas como se ha dicho invalida tal función dado que la al-haniyya es más propia
de residencia doméstica conforme iremos viendo. De todas formas las dimensiones del
edificio invitan a ver en él ágora o lugar oficial de concentración de gentes y funciones.
En Madinat al-Zahra se dan casas de linaje cuyo núcleo principal se forma con tres
naves longitudinales precedidas de especie de pórtico con tres arcos o el tribelon
bizantino (1. D), la llamada casa de Safar por Vallejo Triano (38), tipología que se
podría relacionar con la vivienda egipcia (7) de la figura anterior. En esta línea se debe
contar también con la vivienda (3) de la presente figura que dibuje en el año 1964 (39).
Antes de abandonar Madinat al-Zahra una reseña para dos casos muy particulares: el
llamado “Salón Rico” de Abd al-Rahman III (6) y la planta de nueve estancias de la
almunia califal Rumaniyya de Córdoba (7) exhumada por Velázquez Bosco (40),
reiterada groso modo en el Palacio Occidental de al-Zahra; planta de nueve espacios
fácilmente convertible en quince como se ve en la fortaleza-palacio mudéjar de Galiana
de Toledo (5) que sin mucho esfuerzo cabe comparar de una parte con sala de trono de
los palacios de Samarra (A) y de otra con el complejo palatino del Salón de
Embajadores del palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla (8). Respecto al
“Salón Rico”, por mi parte lo relacioné ya con basílicas bizantinas de Constantinopla
como veremos más adelante, si bien en el edificio de al-Zahra se añaden dos salas
laterales con al-haniyya al fondo ligeramente oblonga en sentido vertical denunciando
función de almacenamiento en salas tildadas de espacios de desahogo en días de
solemnes recepciones.
Fig. 16. La al-haniyya hispanomusulmana a partir del siglo XI-XII
(1, alcazaba de Almeria; 2, del Patio de la Monteria de Sevilla).
Fig. 17. Al-haniyyas de la Alhambra; el 3 del palacio almohade de la Casa de
Contratación de Sevilla; 4, de la alcazaba de Málaga.
La al-haniyya tipo hispanomusulmán es ya una realidad palpable antes de llegar a la
Alhambra, entre los siglos XI y XII, caso de la alcazaba de Almería (fig. 16, 1); en
palacio de debajo del Patio de la Montería del Alcázar de Sevilla (2) (41). Del siglo XII
casa de la calle de Pinares de Murcia (6) y viviendas de Cieza (42) y en Játiva palacio
de Pinohermoso que a juzgar por dibujo de Laborde tenía al-haniyyas de techos planos
o alfarjes (43). En el Alcázar de Sevilla sala palatina del Palacio del Yeso (6-1). Ya del
siglo XIII en el palacio árabe del convento de Santa Clara de esa ciudad salas de uno y
otro lado de gran patio (3) (44). En la etapa nazarí Casa del Gigante de Ronda (5) y
como caso excepcional la llamada “Palacio el Eubbab” de Tremecén (s. XIV) estudiada
por G. Marçais y L. Golvin (13) (45), un caso singular que nos lleva de una parte a
Palacio de Comares. Coinciden en salas con doble al-haniyya en el testero y laterales
del patio. Otro caso muy particular es el de vivienda de linaje de la aldea ceutí de
Belyunes (A) (46) esta vez con nicho de honor o bahw en el centro de la sala principal.
Ya dentro de la Alhambra, pórtico norte y Sala de la Barca del Salón en el Palacio de
Comares (4) (7) y salas laterales del patio de la alberca (8). El caso de dos saletas a uno
y otro lado de la Qubba de los Abencerrajes del Palacio de Los Leones (10) reiterado
en Alcázar Genil de Granada (12), su singularidad puesta en los arcos gemelos de las
saletas laterales muy empleados en baños hispanomusulmanes (7-2) desde el siglo XIXII. Un modelo de vivienda palatina es la de la torre de las Infantas de la Alhambra (7-1)
y la Qubba de Dos Hermanas con saletas de única al-haniyya. Hasta ahora siempre la alhaniyya de planta rectangular. Hay excepciones en patio de crucero del Alcázar
cristiano de Córdoba (14), la al-haniyya cuadrada repetida en sala de honor del palacio
de Pedro I del alcázar sevillano (15, arriba sala de la derecha), en Toledo salón o tarbea
de “Taller del Moro”, modelo de salas del patio del Vergel del palacio mudéjar de
Tordesillas (16) (47).
Fig. 18. Del maylis del pabellón norte del patio de la
acequia del Generalife, 1, 3; 2, casa de la alcazaba de la
alhambra.
Dentro de la Alhambra destacamos dos
ejemplos curiosos, el piso superior de la
torre del Homenaje de la alcazaba (17, 2),
salas oblongas con al-haniyya única de
planta cuadrada y en el llamado Palacio de
Abencerrajes de la parte de la Puerta de
Siete Suelos como formando parte de
complejo residencial con baños, sala
tripartita, el espacio central prácticamente
cuadrado (1) (48), por delante una planta
de qubba de tipo del mausoleo de la
Rawda de la Alhambra. Luego se dan
nichos con función distinta a la de las alhaniyyas a uno y otro extremo de los
pórticos de viviendas señeras: casa
incompleta de la explanada del Palacio de
Carlos V estudiada por Torres Balbás (6)
(49), pórtico norte del Patio de Comares (7
(A) y pórtico norte del patio de la Acequia
del Generalife (5) (B). Como remoto
origen
de
nicho
o
minúsculo
compartimiento de pórtico cabría traer algún ejemplo de residencias principescas de la
Antigüedad y en nuestro entorno islámico el Palacio del Crucero de la Casa de
Contratación del Alcázar de Sevilla (s. XI-XII) (3) (50) y palacio de la alcazaba de
Málaga (4). En Túnez entre los siglos XV y XVI por ejemplo de vivienda de alto linaje
de influencia andalusí la llamada Dar Rondana Bey con salas de al-haniyya doble y en
el pórtico dos espacios acotados a los extremos que responden por el nombre de
“Makasar”, según Revault (51). La alhaniyya solía cubrirse con techo plano o
adintelado como se ve en la Casa del Gigante de Ronda, se veía en el palacio de
Pinohermoso de Játiva y aún puede verse en el maylis del pabellón norte del Generalife
(fig. 18, 1). En este caso destacar una de las portaditas de nicho del pórtico (fig. 18, 3).
En los casos de al-haniyya doble sin arcos sólo ostensible por ligera elevación del suelo
el techo plano cubriría por igual los tres espacios, es el caso de casas de la alcazaba de
la Alhambra (2).
LAS PUERTAS Y PORTADAS DE INGRESO DIRECTO DE LA ALHAMBRA
Sin entretenerme en demasía en los orígenes de este tipo de puertas, interesa subrayar la
Puerta del Vino (figuras 19, 1 y 20, A) (52). Traspasado el espacio de las cuatro
mochetas, puerta propiamente dicha, vemos un cuadrado cortejado por dos saletas
nichos con bancal para los centinelas, esquema tripartito tras del cual se ingresa
directamente, sin mochetas de control, en la explanada del Palacio de Carlos V. Por
poner un remoto ejemplo la puerta ”Chalki” del Palacio Imperial de Constantinopla (1)
(53); en el palacio de Jirbat al-Mafjar el modelo (2) (54), otro de puerta del fuerte
bizantino de Tignica (Túnez) (3) (55) y el (5) de la entrada del ribat de Susa, según A.
Lézine (56) que podría llevarnos al modelo (5) de la Qal´a de los Bannu Hammad. No
se conservan puertas de esta especie en la Córdoba califal.
Fig. 19. Las puertas de la arquitectura doméstica de la
Alhambra.
Fig. 20. Portadas de la Alhambra y otras.
Figs. 21 y 22. . Portadas nazaríes de Granada y mudéjares
En Granada la puerta de la Alhóndiga del Carbón (B), en realidad pórtico con bancos y
puerta propiamente dicha con las dos saletas o nichos a los costados. En el Generalife el
tipo de entrada (D) reproduciendo el caso de la Puerta del Vino. Otro caso de puerta de
ingreso directo es la desaparecida de Bibabrrambla (G) (I) (H, de dibujo del siglo XIX),
inédito doble espacio con tres pares de mochetas, la portada (H) con indicios de ser de
tipo almohade del siglo XII-XIII (57). Dentro de los palacios de la ciudad palatina se
dan curiosos ingresos, el (C) de habitaciones de la derecha a la entrada de la Sala Qubba
de Dos Hermanas; el (E) ingreso directo al Patio de los Leones, y otra entrada de triple
codo que comunica el Patio Dorado con el patio del Palacio de Comares (F).
Respecto a portadas domésticas la Alhambra es bastante generosa a la vez que ambiguas
dejándose influenciar básicamente por la arquitectura almohade del siglo XII. El tipo
del palacio de Pinohermoso (fig. 20, 1) dejándose ver en (2) (3) en el Patio del Yeso de
Sevilla y de la Giralda, seguido del (5), palacio del Convento de Santa Clara de Murcia
(58), tipificadas las dos ventanas dentro de la Alhambra en (6) (7) (8) y (A), el caso (7)
y (8) de mezquitas. El tipo (4) en camarínes del Salón de Comares; el 9 de salas costales
del Patio de Comares. Luego se impone la portada de arco único de entrada y arriba tres
ventanas propio de mezquitas de los unitarios en el Norte de África sin tener constancia
de su presencia en palacios africanos de esa época. Se constata en la Casa del Gigante
de Ronda (fig. 21, 1), Casa de Girones de Granada (2), de la Alhambra la (3) y (4, de la
Sala de la Barca); la (5) que da entrada al Mirador de Lindaraja.
La puerta adintelada con dovelas de vieja estampa califal, mezquita aljama de Córdoba
(7), puerta de entrada a la Giralda y ventana del alminar de la mezquita aljama de Hasan
de Rabat (9). Para la Alhambra la (6) de entrada al Mexuar de Muhammad V, en la
ciudad la (8), calle de la Concepción (59); la (11), entrada del Tocador Bajo de la Reina
cuyos precedentes están en la puerta de Bibarrambla (15), madraza de Yusuf I de
Granada (10) (59), puerta del segundo patio de acceso al Generalife (14). En la misma
Granada puerta desaparecida del Maristan (13, A) con dintel epigrafiado, el “sólo Dios
es vencedor” replicado en la portada del palacio mudéjar de Pedro I del alcázar
sevillano (13, B). La portadita 12 y 16 son del palacio mudéjar de Tordesillas. En la
figura 22 las portadas (1) de la fachada oficial del Palacio de Comares (60) formada por
portada doble tomada del exterior de la Puerta del Vino reformada por Muhammad V,
con modificaciones replicada en la portada oficial del palacio sevillano de Pedro I (2).
Singular es en ésta el dintel de dovelas decorado al estilo almohade alternando con otra
de flora naturalista de procedencia toledana (3). Dovelas engatilladas en la portada de
Tordesillas (4) y otras en la Puerta de Siete Suelos de la Alhambra (6) respondiendo al
modelo almohade de (8) de puerta de Sevilla de Carmona y de una de las puertas de la
mezquita aljama de córdoba del siglo X (5); del alminar de la Kutubiyya son los dinteles
pintados (7). El modelo real de puerta adintelada de Maristán de Granada en (fig. 23, 2)
con un sólo arco encima, reiterado en fachada desaparecida al pie de la Torre de los
Picos de la Alhambra (1) (61).
Fig. 23 . Puerta desaparecida al pie de la Torre de los Picos, 1; portada del Maristan de Granada, 2.
LA QUBBA REAL EN LA ALHAMBRA
Sala prioritaria o principal de un palacio árabe. Grabar llama espacio dinámico a las
qubbas de la Alhambra. La qubba, además de salón del trono, mexuar, es también sala
de reposo o de descanso. En los palacios omeyas y abasíes de Oriente la qubba era lugar
de audiencia y también de uso privado, con dormitorios o bayt en derredor (J. Sauvaget)
(62). La qubba de la arquitectura se multiplica y se confabula con la torre de presencia
militar simbiosis que constituye una gran aportación de la Granada árabe. La qubba es
un concepto y símbolo arquitectónico que el mundo islámico heredó de la Antigüedad
como escenario real y punto de referencia capital en el ordenamiento o programación
de los palacios. La qubba equivale a iwan persa, al sarh de Salomón, kioscos –
kamillas- del emperador Teodosio y al Salón del trono-Chysotriclinos- del Gran Palacio
de Constantinopla. Sobre el término qubba y su aplicación a estas salas de honor o del
trono de la Alhambra hablan claramente las inscripciones de las paredes con poemas del
poeta Ibn Zamrak y en parte textos de Ibn al-Jatib, referidas a la Sala de las Dos
Hermanas y al Mexuar de la Alhambra (63), además de las propias inscripciones
laudatorias sin autor de las paredes, caso de la Qubba de Comares (64). Es voz que
viene de residencias regias de Oriente, Samarra, mezquita aljama de Qayrawan y
edificaciones desaparecidas de Madinat al-Zahra, en Palermo existe el palacio de la
Cuba, propiamente Qasr al-Qubba. De manera que los nazaríes de Granada no
inventaron la Qubba Real, se limitaron a adaptar el prototipo oriental y de Qayrawan a
su estilo heredado de los almohades. A la qubba le ocurre lo que a las portadas ya
comentadas que no se sabe exactamente si nacieron como entes propios de residencia
palatina o son un traspaso de las qubbas, una o tres, que precedían al nicho del mihrab
de la mezquitas, ejemplo en la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II: cúpula de
la qubba regia delante de la portada
del mihrab de arco remontado por
registro de arquillos decorativos.
La qubba es impensable en el
Palacio Oriental y “Salón Rico” de
Madinat al-Zahra.
Figs. 24 y 24-1. Presentación y análisis de la Qubba Real en Granada: 1, 1-1, 1-2, y fig. 24-1, del
Cuarto Real de Santo Domingo.
Es posible que existiera en el Alcázar de Córdoba por obra de al-Hakam II, promotor de las cuatro qubbas
de la mezquita aljama. Este tema lo tratamos yo y Manzano Martos a partir de los cuales se normalizó
este vocablo en todo tipo de palacio con cúpula (65). En ello lo importante no es ya el hallazgo de una
qubba en este o aquel palacio árabe o mudéjar sino la descripción o definición de la misma por fuera y
por dentro, la pedagogía de este edificio hispano empezando por su ilustración que este y no otro es el
cometido del texto que viene a continuación.
El interés ahora se centra en la iconografía un tanto cambiante o moldeable de la qubba
granadina habilitada como sala cuadrada de honor, del trono o sala de recepciones e
incluso de fiestas y banquetes, uso plurifuncional que viene de la Antigüedad y de los
primeros jerarcas omeyas y abasíes de Oriente. En Granada se inicia en el llamado
Cuarto Real de San Domingo (fig. 24, 1, 1-1, 1-2) sin duda réplica de la de los palacios
almohades que existieron en el Nayd de la ciudad al decir de Ibn al-Jatib (66). La
fachada principal del muro del fondo (1-1) la estudiaremos en el apartado del trono de
los palacios. Las ilustraciones de la figura 24 y la 24-1 definen su decorado de yesería,
esquema tripartito presidido por gran arco de medio punto y arriba registro de cinco
clásicas ventanas con celosías. Este modelo reiterado con variantes en el Salón de
Comares de la Alhambra (3), cuya detallada imagen veremos en el apartado del nicho
del trono, y en la torre del Partal (4): esta vez tres arcos abajo, más ancho el central, y
hasta llegar a las cinco ventanas de arriba sendos registros de yesería de composiciones
diferentes. De mayor simplicidad es la qubba de alcázar Genil (5) (5-1) y la qubba del
pabellón Norte del Patio de la Acequia del Generalife (fig. 25, 1). Una reproducción de
la qubba nazarí de Granada se da en la Sala de Justicia del palacio del Yeso del Alcázar
de Sevilla, mudéjar del siglo XIV, que vista con detenimiento es una versión un tanto
libre de Comares esta vez los tres arcos sustituidos por nichos de medio punto, pero el
central conserva la primacía del ancho (fig. 24-2, 3, 5);
entre ellos y las ventanas de arriba el muro se alisa por
completo (3). Orienta bastante que la portadita exterior
de ingreso (4) enseñe arco remontado por tres ventanas
de celosía, inexistente en las qubbas granadinas, luego
reflejada en la qubba del Corral de Don Diego de
Toledo (5).Igualmente realza este edificio su esplendida
cubierta ochavada de madera del género de par y
nudillo que cubría las otras qubbas granadinas
exceptuadas las mocarabadas de la qubbas de Dos
Hermanas, de los Abencerrajes y de Justicia.
Techo de la Qubba de Comares.
Fig. 24-2. La Qubba de la Sala de Justicia, Alcázar de Sevilla, 2, 3, 4, 5.
Desarrollo de la decoración geométrica del techo de
Comares. Los mismos lazos representados en la
cerámica monumental: E-1, I; K, yesería mudéjar de
Écija. X, traza previa de la composición de Comares.
Clave del techo de madera de la Qubba de Justicia, Sevilla.
Fig. 25. Qubbas. Del Generalife, 1; Sala de Dos
Hermanas, 2, 3; de los Abencerrajes, 4, 5.
Fig. 25-1. Las tres qubbas de la Sala de Justicia.
-
La espectacularidad de la qubbas de las
Dos Hermanas, de los Abencerrajes y las
tres de la Sala de Justicia del palacio de los
Leones (figs. 25, 2, 3, 4, 5 y 25-1) se debe
sobre todo en los dos primeros casos a la
mitad superior de cuerpo octogonal o
estrellado apoyados en cuatro trompas con
columnillas de consuelo o simbólicas con
lo que se resucita el modelo de qubba
trompeada de las mezquita aljama de
Qayrawan y de Córdoba (fig. 25, A, B). Se
reverdece en las paredes el esquema
tripartito de los laterales del Cuarto Real
de Santo Domingo. La eficiente y
prodigiosa técnica de las muqarnas de los
cuerpos superiores como expresión de
riqueza y poder dejan boquiabiertos a
todos los palacios islámicos que han sido
Fig. 26. La Qubba Real o Sala de Embajadores. Palacio
mudéjar de Pedro I, Alcázar de Sevilla.
en el medio mediterráneo oriental y occidental. Toda la decoración más selecta de la
dinastía para la sala de trono y de recepciones del sultán. Las tres pseudo cúpulas, al
carecer de trompas, de la Sala de Justicia se pueden relacionar con el tipo del Cuarto
Real de Santo Domingo y de Comares. En el arte mudéjar descuella en solitario la
qubba del Salón de Embajadores del palacio de Pedro I de los Reales Alcázares de
Sevilla (fig. 26) cuya cúpula fue sustituida por la actual del siglo XV. A. Almagro sin
documentación de base en uno de sus dibujos virtuales del palacio sevillano traslada la
techumbre de la Sala de Justicia a la Sala de Embajadores (67). La planta básica de éste
es la (B) que bien mirado es la misma de la Sala- Qubba de las Dos Hermanas como vio
por primera vez Guerrero Lovillo (68), y si se quiere recurriendo a modelos orientales o
de El Cairo una de las tumbas del siglo XI-XII de esta ciudad (fig. 7, 2-1). La sala en si
(B-I) y sus tres espacios oblongos que la enmarcan acusan yeserías de facturas
trivalentes: la sala decorada por alarifes granadinos, la de la izquierda yesería mudéjar
toledana y la de la derecha yesería mudéjar sevillana (69). El arcaísmo de la Sala radica
básicamente en el trío de arcos o tribelon califal de los palacios de Madinat al-Zahra,
presentes en el patio almohade del Yeso y en el de la Casa de la Contratación del
Alcázar; en la sala mudéjar tres arcos por tres de sus lados, los mismos que al parecer
tenía una pequeña qubba dando cobijo a fuente de crucero del palacio o Dar al-Sugrà
almorávides del Convento de Santa Clara de Murcia (D), según Navarro Palazón (70), y
en esta línea qubba central descrita por al-Ansari en una tumba almohade de Ceuta (E) y
palacio del sultán Salih de la Isla de Rodah 1241), destruido (C) (71). El frente exterior
contrario a la entrada de la Sala se ve decorado con especial iconografía referida a dos
pavos de la enjutas y friso sobre los tres arcos con roleos acompañados de águilas en
reposo o dando caza a otra ave (2) (3) (4), iconografía traída de palacios mudéjares
toledanos y de Tordesillas. No queda reflejado si en esta sala con tan particular
decoración había un nicho o bahw de potestad del trono semejante al que se ve en la
sala de los Ajimeces de la Alhambra, el mirador de Lindaraja..
Fig. 27. Qubbas mudéjares. La “Capilla Dorada” de Tordesillas,
1, 2; sinagoga de Córdoba, 3, 4, 5, 6.
Fig. 28. Exteriores de las qubbas hispanomusulmanas: 1,
2, 2-1, 7, de la Alhambra; Cuarto Real de Santo Domingo
de Granada, 3; Sevilla, 3-1, 6; Tordesillas, A; Ronda, 4;
Toledo, 5.
En los años de los reinados de Alfonso XI y Pedro I se alzaron los palacios mudéjares
de Tordesillas cuya “Capilla Dorada” es fácil de identificar con la Qubba Real de la
residencia, pues su planta casa con la vista en la Sala de Justicia del alcázar sevillano
(fig. 27, 1, 2) (72), los arcos centrales ligeramente más ancho que los laterales como
réplica del Partal y del Salón de Comares. La sinagoga de Córdoba adopto por planta y
alzado el modelo de qubba nazarí con esquema tripartito en el muro principal del nicho
del talmud y dos laterales y las cinco ventanas por lado de arriba (fig. 27, 3, 4, 5, 6) (73).
En la figura 28 distintas estampas del exterior de la qubbas hispanomusulmanas: 1, 2,
Sala de las Dos Hermanas; 2-1, Sala de los Abencerrajes; 3, Cuarto Real de Santo
Domingo; 3-1, entrada de la Sala de Justicia del Alcázar de Sevilla; A, Capilla Dorada
de Tordesillas; 4, edículo de la entrada de la iglesia de Santa María de Ronda; 5, del
Corral de Don Diego de Toledo; 6, palacio de la Casa Olea de Sevilla; 7, la Qubba del
Mexuar de la Alhambra; B, exterior de una de las qubbas de delante del mihrab de la
mezquita aljama de Córdoba..
La relación de qubba nazarí granadina y qubba de Palermo por la vía de pabellón
aislado o kiosco de cuatro aberturas se manifiesta en la llamada Puerta de la Rawda de
la Alhambra (fig. 29, 1) y la “Piccola Cuba” (pequeña cuba) de la ciudad italiana (4),
ambas ubicadas en zonas ajardinadas, con cúpulas y tambor de tres ventanas por cada
lado el mismo aspecto que tendría la qubba central del palacio palermitano de la Cuba
(3), según restitución de V. Noto (74). Una puerta tratada como qubba es la Bab alRihana del patio de Gran Mezquita de Qayrawan (5) que al quedar anexa al edificio
recuerda a la Puerta de la Rawda alhambreña como ya dejó apuntado Gómez-Moreno
(75). El problema de la puerta granadina es su excesiva altura frente a la de la Piccola
Cuba. Si se la rebaja como se ve en (2) se podría hablar de qubba palatina de recreo
aunque chocarían las tres ventanas de
los costados dada la abundancia de
luz que entra por los cuatro arcos de
las puertas abiertas permanentemente.
Entonces habría que pensar como ya
lo hice en páginas anteriores en un
simulacro de estancia de la Puerta de
las Armas de la Alhambra
coincidentes en la bóveda agallonada,
o en todo caso qubba simbólica de
ceremonias religiosas o palatinas. Por
último un tipo de qubba religiosa
haciendo las veces de alminar en el
patio de la mezquita aljama de Susa
Figs. 29. y 30. Las qubbas de la Rawda de la Alhambra (1, 2) y “Piccola cuba” de Palermo, 3, 4. Fig. 30, mezquita de Susa.
(fig, 30). Ya vimos otro tipo de qubba con funciones religiosas en el alminar de la Gran
Mezquita de Qayrawan (fig. 12, 14). Sobre la qubba de la Torre de la Cautiva y de la
Torre de las Infantas instaladas en tipo de vivienda de linaje insistiremos en el apartado
del nicho del trono.
Torre-qubba de la Cautiva de la Alhambra y su arco de
mocárabes. Proyecto de qubba anterior a Comares.
En la búsqueda de qubbas árabes o
mudéjares fácilmente se puede incurrir
en error ya que no todos los palacios las
tenían, desaparecidas si las había en
algunos casos, desde luego se
reservaban para residencias regias árabes
o mudéjares. Un ejemplo de ello se ve
en
las
teóricas
intervenciones
arquitectónicas
de
los
palacios
medievales llevadas a cabo últimamente
por A. Almagro: quiere verlas en el
Alcázar de Sevilla del reinado de Pedro I
descontadas las existentes, Salón de
Embajadores y la de la Sala de Justicia
del Patio del Yeso; en Tordesillas desestima la “Capilla Dorada” como qubba y se la
imagina precedida de sala o pórtico más en línea con el Patio del Vergel, cree que la
habría en palacio del castillo de Guadalajara, irreconocible; también habla de qubba con
sala delantera en alguna parte del Palacio de los Leones anterior al actual, inexistente;
sigue viéndolas en el Alcázar de Segovia, sin confirmar, qubba-mirador en al-Zahra,
poniendo al arquitecto A. Jiménez por testigo, otra en “El Castillejo” de Murcia,
inexistente pese a apoyarse en Navarro Palazón y P. Jiménez (76). Luego pasa a las
qubbas ya seguras del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada, obliterando trabajo
de Gómez-Moreno y otro mío sobre esta qubba (1991), anterior al suyo y de Orihuela,
qubba de torre mirador del palacio de Abencerrajes de la Alhambra, nuevo silencio
para mi trabajo sobre este palacio de 1975 hasta entonces inédito, y la del exconvento
de San Francisco. Oculta la qubba del palacio de Olea de Sevilla publicada en mi
Tratado de arquitectura III, y luego subraya qubbas de palacio cristiano sevillano, del
siglo XIII, en el que dice había varias salas algunas precediendo a qubbas agrupadas
alrededor de un patio, todo integrado en el convento de Santa Clara, poniendo por
testigo a M. A. Tabales y a Lázaro .
La qubba de cuatro columnas
La estudiamos en las tres figuras siguientes (31, 32, 32-1). Como remotos precedentes
planta bizantina de la iglesia Hosios Lucas, tipo Teotokos Killise jami de
Constantinopla (s. XI) (1), replicada en la iglesia de la Martorana de Palermo (2). Se
define cono espacio con nueve compartimientos, mayor y más elevado el central. Cyril
Mango (77) trae a colación sala de audiencia del príncipe árabe al-Mundhir de Resafa
aunque pudo ser iglesia bizantina (A) con ábside para el trono; en (B) uno de los
palacios de Samarra repetido con nueve espacios, el central priorizado en tamaño que
nos lleva a espacio principal del palacio Cuba de Palermo (3), reiterado en el Palacio
Real de esa ciudad (4) y según Bellafiore (78) en la planta tercera del palacio de la Zisa
(5); de aquí se puede pasar fácilmente a la qubbas de cuatro columnas de la Alhambra
con o sin señalar los nueve espacios ya que a veces los arcos son sustituidos por el
sistema adintelado: 6, del apodyterium de Baño Real de la Alhambra, con sendos
nichos-camas en dos costados, en parte reiterado en baños del Palacio de la Esposa (13)
(79); 7, 8, torre del Peinador Bajo (81); 9, 10, qubba del Mexuar descrita por el poeta
ibn Zamrak e Ibn al-Jatib; en 11 apodyterium de baños árabes de Ronda; 12, baños
mudéjares de Tordesillas; 14, apodyterium de baños califales de Córdoba; 15,
tepidarium del baño árabe de la judería de Mallorca; 16, tipo de mezquita de el Cairo.
Figs. 31 y 32. Origen y evolución de la qubba de cuatro columnas en Palermo y en la arquitectura residencial
hispanomusulmana exclusivamente referida a la Alhambra. Palermo, 1, 2, 3, 4, 5; Alhambra, 6, 7, 8, 9, 10, 13. Baños con el
mismo tipo, sala del apodyterium, 8, 12, 14, 15; mezquita de El Cairo, 16. En la siguiente figura, la Sala de las Camas del Baño
Real de Comares, 1, 3, A, B; qubba del Mexuar, 4; restitución de la qubba del Peinador de la Reina, 5; solución de cuatro arcos
sobre una columna de ángulo de qubba, Palacio Real de Palermo, 6.
Los dinteles en sustitución de arcos patentes en el Baño Real de la Alhambra (fig. 32, 1,
A, B) con la fuente (3) en medio de la Sala de las Camas siguiendo el ejemplo de la
Cuba de Palermo (fig. 31, 3) y dinteles de las qubbas del Mexuar (4) y del Peinador de
la Reina (5, restitución); el (6) qubba del Palacio Real de Ruggero II de Palermo con
arcos en lugar de dinteles incidiendo en un apoyo.
La qubba de planta tripartita
Qubba de planta cuadrada con sala oblonga a uno y
otro lado con entrada de uno o dos arcos, según
Fig. 32-1. El qa´a
egipcio.
descripción de Ibn Marzuq en su Musnad al hablar de residencia o palacio que
proyectaba hacer Abu-l-Hasan en Tremecén con motivo de la llegada de una princesa
tunecina: un palacio que debía tener cuatro qubbas y dos pabellones o salas a los lados
(80). En el Egipto fatimí y etapas posteriores arraigó este módulo arquitectónico aquí
llamado qa´a: dos iwanes a uno y oro lado de patio de suelo rehundido y con linterna,
característico en salas de recepción de casas importantes y en el harem de casas de
linaje (fig. 32-1) (81). Sobre la linterna o manqab de este tipo de edificio que Torres
Balbás relacionó con linternas de nuestras más encomiables salas que ahora llamamos
qubbas (82), señala como ejemplo el bayt al-maslaj de los baños egipcios estudiados por
Pauty, según disposición procedente del qa´a del palacio egipcio fatimi (969-1161),
probablemente de origen abasí. Personalmente me inclino por ver un reflejo del qa´a en
el núcleo central de la vivienda o palacio del interior de la Torre de las Infantas de la
Alhambra. Dice Torres Balbás que el qa´a egipcio fue adoptado en Granada poco antes
de mediar el siglo XIV, pero la qubba del Cuarto Real de Santo Domingo con sus veinte
ventanas en la linterna lo desmiente, pues sus yeserías pregonan el siglo XIII. Y en el
tema de las linternas que tratamos se entrometen las de las qubbas califales de la
mezquita aljama de Córdoba del siglo X, qubbas con sus respectivas linternas con
columnas en los arcos de trompas de la transición de planta cuadrada a octógono, a
cuatro siglos de distancia replicadas en las qubbas de las dos Hermanas y de los
Abencerrajes.
En la figura 33, Qubba del Cuarto Real de Santo Domingo (1), Sala de los Abencerrajes
del Palacio de los Leones (2) y palacio de alcázar Genil (3), dichas salas reflejadas en
los esquema (4). Sobre los orígenes en (A) reconstrucción de la Puerta “Chalki” del
Palacio Imperial de Constantinopla, según Krautheirmer (1965) y en (F) sala tripartita
del Palacio del Mar de la Qal´a de los Bannu Hammad, Su traspaso a la arquitectura
religiosa entre otros muchos ejemplos
en mezquita Cariota (H) y madraza de
Tremecen de Abu-l- Hasan llamada
Tachufiniyya (D). Todavía dentro de
la Alhambra torre-qubba del palacio de
Abencerrajes (B) y qubba del Palacio
del exconvento de San Francisco (D-1).
En Sevilla palacio mudéjar de Olea (C)
y Palermo con el Palacio de Cuba (E),
en Caronia palacio de su castillo (G).
Bien mirado el esquema del Salón de
Embajadores de Sevilla con dos salas a
los costados comunicadas por triples
arcos puede pasar como qubba de este
tipo. Queda fuera de toda duda que la
Qubba
Real
de
palacios
hispanomusulmanes ejercía plurales
funciones siguiendo tradición antigua
y medieval: sala de audiencias y del
trono raramente en solitario, la
excepción es la Qubba del Trono del
Palacio de Comares seguida del Partal
y la torre del pabellón Norte del patio
Fig. 33. Sala-qubba tripartita de Granada, 1, 2, 3, 4,
B, D-1; Palermo, E, G; oratorio de El Cairo, H;
madraza de Tremecen, D; palacio Olea de Sevilla, C;
de la Qal´a de los Banu Hammad, sala F.
de la acequia del Generalife, si bien la ausencia de salas cortesanas ad latere se suplía con la
presencia de camarines o nichos que ejercían como unidades prioritarias, sobre todo la unidad
central de ubicación de personajes reales. Otra excepción es la Sala de Justicia del palacio del
Yeso y la “Capilla Dorada” de Tordesillas a las que se suma la qubba del Corral de Don Diego
de Toledo. El segundo tipo de las cuatro columnas y el tercero de planta tripartita más en
consonancia con el ritual de los palacios de la Antigüedad y de la corte abbasi. Basta volver la
vista al palacio con iwan de Sabra Mansuriyya y al mismo “Salón Rico” de Madinat al-Zahra
para establecer la correlación o dicotonomia qubba o sala de recepciones con dos salas
contiguas y sala basilical de audiencias con salas laterales secundarias o dependencias del
servicio.
ARCOS DE LOS PÓRTICOS
La arquitectura de los palacios de la Alhambra es porticada, pórticos enfrentados
ubicados en los lados menores de patio o jardín rectangular desde los tiempos de la
Aljafería de Zaragoza, luego la tradición almohade; exceptuado el pórtico de la
torrecilla del Patio de Machuca de la Alhambra, siempre el arco central priorizado en
altura y latitud, modalidad que pude presenciar por primera vez en el patio de la
mezquita aljama de Madinat al-Zahra (fig 34, A) (83). En esta línea predecesora
destacar el juego de pilares y columnas de las naves centrales del Palacio Oriental de
esa ciudad palatina (B): arco central de pilares y a los lados juego de tres arcos iguales o
tribelon bizantino que puede figurar como modelo del pórtico (2) del Patio del Yeso del
Alcázar de Sevilla. En este sentido pórticos del patio mudéjar de Santa María de
Carmona, relacionado con supuesta mezquita (4) y una réplica muy desvirtuada en el
claustro del convento de Santa Clara de Moguer (5). Yéndonos a la Alhambra, pórticos
del patio de Comares (1) (2), de solo columnas, los arcos de medio punto con los alfices
individualizados, tipología trasladada al pórtico del pabellón norte del Patio de la
Fig. 34. Arcos de pórticos de patios de la Alhambra, 1, 2, 6, 7; del Generalife,
8; Patio del Yeso, 3; mezquita de Carmona y Santa Clara de Moguer, 4, 5; A,
B, de Madinat al-Zahra.
Fig. 35. Patios de pórticos con el arco central priorizado: patio de
las Doncellas del Alcázar de Sevilla, 1, 2; palacio de Fuensalida de
Toledo, 3; Patio de los Leones de la Alhambra, 4, 5, A, B, C
Acequia del Generalife, esta vez cinco arcos en vez de los siete de Comares (8).
Pórticos de tres arcos sólo en el patio del “Cuarto Dorado” (6) y patio de la casa alta de
la Qubba de los Abencerrajes (7), esquema habitual en la casa nazarí granadina (9) (10)
(11). En relación con la arquitectura nazarí fuera de Granada sobresalen los pórticos del
Patio de las Doncellas del palacio mudéjar de Pedro I en el Alcázar de Sevilla (fig. 35, 1,
2): en los lados mayores pórticos de siete arcos de Comares con el central priorizado y
cinco arcos, como en el Generalife, en los lados menores (fig. 35, 1, 2). Este tipo de
patio trasciende a la Casa de Olea de Sevilla y al Palacio de Fuensalida de Toledo (3)
aunque aquí los arcos sustituidos por dinteles y variado el número de arcos, tres en los
frentes menores y cinco en la lados mayores.
Fig. 36. Arquitectura y simetría racionalizada. Tesis de G. Marçais, 1; estampa real del Patio de Leones, según planos del Archivo
de la Alhambra, 2; de un templete sin alfices individuales, X, 4; imagen de fachada de arquitectura religiosa oriental, A;
madraza-mausoleo de Kalaun, El Cairo, B; fachada principal del patio, Gran Mezquita de Qayrawan, 3; euritmia aplicada a los
arcos exteriores del Palacio de la Cuba, Palermo, 5, 6, 7, 8.
Centrándonos ahora en el Patio de crucero de Leones (figura 35, 4) vemos arcos más
anchos y altos sólo en los centrales de las galerías porticados mayores ((4) (5) (C), para
los lados menores se reserva un templete de tres arcos por lado con arquillos de
muqarnas (B). Los restantes arcos de las galerías son sencillos arcos de medio punto
peraltados con alfices individualizados (D). G. Marçais (84) se ocupó de la estética y
euritmia de estas galerías del patio de Leones dando peculiar dibujo representado en (1)
de la figura 36, por comparación la ilustración (2) del Patronato de la Alhambra. Este
autor francés se equivocó en poner alfices individualizados en los arquillos de los tem-
Fig. 37. Arcos exteriores del Palacio de la Cuba de
Palermo, módulos 1 y 2; arcos de la mezquita de
Tinmall 3.
Fig. 37-1. Tres fachadas del palacio de la Zisa, Palermo, arcos
diferentes reiterados.
pletes, alfices propios de los templetes del patio de la mezquita de la Qarawiyyin de Fez;
el modelo granadino es el del dibujo (X) y el (4). En cierto modo lo que hace Marçais
en su estudio es universalizar el caso de los arcos granadinos reconociendo que su
euritmia era un principio estético árabe universal patente entre otros casos, por ejemplo
arquerías del patio de la Gran Mezquita de Qayrawan (3). Pongo otros ejemplos
igualmente universales, de Oriente el (A), el complejo de madraza y mezquita de
Kalaun de el Cairo (B) y así hasta recalar en los palacios de sículo-normandos de
Palermo, en el de la Cuba (5) (6) (7) (8) y figura 37 (1) (2). los arcos de enlace más
estrechos. Aunque sin tanto alarde eurítmico en la Zisa se alcanza a ver variedad de
arcos en un mismo frente (fig. 37-1 1, 2), según ilustraciones de A.Goldschmidt (85).
Tal vez todos los ejemplos mencionado de esta orilla del Mediterráneo inspirados en la
versatilidad en arcos de la ejemplar mezquita almohade de Tinmall (fig. 37, 3) en que
se cuentan hasta seis arcos distintos distribuidos con ejemplar simetría , los arcos son 3,
4, 6, 7, 8, 9. Con el número 5 se localizan las bovedillas de muqarnas. Y no sería justo
omitir en este apartado las arquerías decorativas de la Giralda dispuestas de seguido en
un mismo reglón sus cuatro caras (fig. 38) en la que bien pudiera haberse inspirado
directamente el programador del Patio de los Leones de la Alhambra.
1
2
3
Fig. 38. Las cuatro caras por pisos exteriores de la Giralda dispuestas a renglón seguido. Otro ejemplo de euritmia.
EL SITIAL, NICHO O LUGAR DEL TRONO
ALHAMBRA
EN LOS PALACIOS DE LA
Descritas las qubbas reales y los arcos procede intervenir en uno de los aspectos poco
claros de la arquitectura residencial de reyes, califas o sultanes que en principio
ubicábamos en un lugar concreto de la Qubba Real: el sitial o lugar del trono. La
búsqueda por lo tanto es de orden arquitectónico, ¿cuál era el espacio exactamente?
¿simplemente el dibujo de un arco en el muro del testero? ¿torrecilla o espacio torreado
o bahw? ¿nicho o mihrab? La figura 39 ofrece varios ejemplos referidos esta vez a
nicho o brazo de planta de cruz griega de palacios islámicos en general. Hasta arribar al
nicho o bahw instalado en el centro de sala oblonga, al estilo occidental, hay mucho
recorrido. Ejemplo antiguo de Roma publicado por Rivoira (2) (86); el caso de vestíbulo
y sala residencial del complejo palatino de Amma divulgado por A. Almagro (2) (87);
en la Persia sasánida palacio de Servistan (3) (88); el triconque del palacio omeya de
Maxatta (4) (89). De las ruinas de termas de Itálica es el (5) y un ejemplo antiguo más el
(6). Hasta aquí es fácil localizar el trono en el brazo del fondo o testero de la unidad de
tres o cuatro nichos, en el caso de Servistán, tras el vestíbulo o iwan sala cuadrangular y
pequeño espacio cuadrado o nicho de planta rectangular. Estos precedentes nos adentran
de seguido en los palacios árabes del siglo X y XI de Argelia y Túnez en los que el
nicho ya se define como unidad independiente a titulo de nicho o bahw en proceso de
4
independizarse de la cruz: palacio de Ziri en Achir, Argelia (6) (90), con bahw en el
palacio y viviendas adyacentes; palacio de Sabra Mansuriyya (fig. 15, 1) el testero de la
nave central del iwan precedido por pórtico de cinco arcos (91); del palacio de Manar de
la Qal´a de los Bannu Hammad el (8) (92) esta vez respetada entera la planta cruciforme
que pasa a los palacios palermitanos de la Zisa y de la Cuba (9) (93). Antes en Samarra
unidad palatina (10) formada por cinco espacios oblongos excepto el cuadrado central
que no ha lugar, al igual que el Salón de Embajadores del palacio de Pedro I en el
Alcázar de Sevilla, a sitial reservado al jerarca. De la Qal´a de los Bannu Hammad son
todos los ejemplos de 11, A, B, C, D, E F, G, de viviendas de sectores palatinos de la
ciudad. En “El Castillejo” de Murcia la planta (12) da nichos bahw abundantes con
distribución simétrica y polifuncionales, al parecer nicho de sitial sólo en las torrecillas
exteriores de los lados menores del patio central de crucero. Debajo de la figura que nos
ocupa varios modelos: H, de Samarra, Uhaydir y el Fustat, espacio nicho con sala
oblonga formando la T invertida advertida ya por G. Marçais; reiterado en la unidad (I)
y (LL), pasa al dar tunecino medieval y moderno; J y L del palacio citado de Achir; el
(N) de “El Castillejo”; el (M) de casa de linaje granadina de los siglos XIII y XIV.
Yéndonos a la Córdoba califal en Madinat al-Zahra el “Salón Rico” enseña en el testero
de las tres naves basilicales arco de herradura sin profundidad como referentes del trono
o sitiales aristocráticos (figs. 40, 40-1 y 41, 1, 2, 3), trilogía que nos reservamos para
cuando nos ocupemos de la Sala de Justicia del Palacio de los Leones de la Alhambra.
De todas formas este trío de
arcos de ambigüedad
o
engañosas funcionalidad se
da después en el testero del
muro de qibla de la mezquita
aljama de Córdoba de alHakam II reiterado más tarde,
como vio Torres Balbás, en el
testero de la vieja mezquita
del castillo de San Marcos del
Puerto de Santa María (fig. 42)
(94). Sobre el nicho o no
nicho de trono en las palacios
califales de Córdoba Torres
Balbás creía que los palacios
destinados a recepciones o
solemnidades palatinas tenían
un nicho en el fondo de su
Fig. 39. Representaciones del nicho del trono, evolución en la arquitectura
árabe hasta el nicho-bahw del siglo XIV de Granada.
Fig. 40. Arco referencial del trono.
“Salón Rico” de Madinat al-Zahra;
iglesias bizantinas, 2, 3; supuestas
sala de audiencias de Resafa.
nave central, lo que las asemejaba aún más a las mezquitas, en el que se colocaba el
trono, nicho rectangular en el salón de Abd al-Rahman III en al.Zahra (95). En nota
aparte dice este autor que los tres nichos del salón no figuran en los planos. En realidad
no se les incluye porque no son nichos sino como veíamos simplemente arcos de
referencia. Sigue el texto de Torres Balbas: otro análogo- nicho- habría en el salón
principal, llamado al-Kamil, del Alcázar de Córdoba, pues ´Idhari cuenta que en la
proclamación y juramento de Abd al-Rahman III estaba éste sentado en el mihrab. Y a
continuación apostilla que los nichos se multiplicaron en los alcázares fatimíes de
Ifriqiya y Sicilia en el siglo XI (cita la obra de G. Marçais L´Architecture musulmane
d´Óccident, pág. 87 y figuras 44,78 y y 79, además de su artículo “Nichos y arcos
lobulados”, Al-Andalus, XXI, págs. 147-172). En el Palacio oriental de las cinco naves
de al-Zahra no han aparecido arcos con referencia de sitial, aunque A. Almagro lo
desmiente en sus últimos trabajos sobre la ciudad palatina. Su plano de la figura 40-1
en este sentido merece algunas connotaciones. El Salón Orienta de (A) en el que ese
autor imagina arco de sitial de trono; en el plano figura la mezquita palatina girada
bruscamente su orientación cuyo mihrab según Almagro tenía planta octogonal, como
en la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, cuando en realidad su planta no apareció
en la excavación de este oratorio, por lo tanto el nicho poligonal es un invento. La
excavación dio la planta (B)
en cimientos. Asimismo,
las excavaciones de 196466 referidas al salón de las
cuatro albercas del jardín
que precede al “Salón
Rico” de Abd al-Rahman
III, número 7, no dieron el
pórtico con cinco arcos de
delante de la sala basilical,
ni siquiera esta consta a
ciencia cierta que llevara
columnas por apoyos. Por
lo que se refiere al “Salón
Rico” (3) damos como
probable paralelo el palacio
de Sabra Mansuriyya (2),
en el centro tres naves
precedidas de pórtico con
cinco arcos.
Fig. 40-1. Plano de Madinat al-Zara, publicado por A.
Almagro, 1; Palacio Occidental, A; Maqsura con el
mihrab en cimientos, mezquita aljama de al-Zahra, B;
Sala de Sabra Mansuriyya, 2; “Salón Rico de al-Zahra,
3.
Nichos con venera: 1, personaje en nicho de
sarcófago bajo romano, San Francesco, Ravena;
2, nicho de al-Zahra, 2; uno de los iconos nichos
del mirab, Gran Mezquita de Qayrawan, 3; arconicho de habitación regia de al-Zahra, 4.
Resueltamente el nicho o ábside de la arquitectura residencial de la aristocracia alcanzo
amplia difusión en Roma pero con intencionalidad diferente. María Cruz Villalón (96)
ha escrito que a parte de su valor `puramente arquitectónico, el ábside fue forma elegida
en la arquitectura de mas alta significación, el templo y el palacio como espacio
receptor del emperador entronizado y de la divinidad. El nicho o arco nicho cobija a un
dios, al emperador, cónsul o alto dignatario. Ese nicho podía adopta la forma de exedra
o venera, un dintel arcuado y también un frontón. Se sabe por visitantes de prestigio de
la época, Constantino Porfirogénito y Liutprado de Cremona, que el Palacio Sagrado
Imperial de Constantinopla tenía varias salas de recepción en las que era obligado la
presencia de ábside triconque, salón del trono con tres ábsides en nave basilical; el
Chrysotriclinio del trono de Justiniano II era salón con gran cúpula y ábside para el
trono real. Inspirada en el Aula Regia romana la sala de asambleas del palacio de
Aquisgrán, Aula Regia, tenía señalado el lugar del sitial, también en Treveris, una
basílica de tres ábsides, uno para el rey y los otros para altos dignatarios, lo cual podría
servirnos de precedentes para el caso del “Salón Rico” de al-Zahra. La influencia
bizantina en el proceso de formación del arte omeya cordobés era constante, para mí el
“Salón Rico” tiene precedentes en la arquitectura de Constantinopla, tal vez la de los
palacios desaparecidos, si bien de la religiosa nos llegan dos basílicas, la de
Aqueiropoietos (fig. 40, 2) y San
Juan de Estudio (3) con tres naves y
pórtico con cinco arcos y atajos
cuadrangulares, en la primera la nave
central tiene tres arcos iguales o
tribelón, por entrada, modalidades
que vemos sobre todo en los salones
regios de al-Zahra. Más interesante
para este estudio es la planta de
edificio de Gerasa, sala de audiencia
de al-Mundhir, jeque árabe protegido
por los bizantinos (529-581) sobre la
cual Cyril Mango se pregunta si era
iglesia o palacio (fig. 40, 4) (97).
Responde al tipo de qubba de cuatro
apoyos que estudiamos en páginas
anteriores, esta vez con ábside del
trono en la nave central.
Fig. 41. Arcos-nichos del trono en palacios
árabes.
En la figura 41, aparte de la planta del “Salón Rico” y arcos simbólicos de su testero
recuperados por Félix Hernández (1) (2) (3), a vanzo otros ejemplos de nichos árabes
orientales: esquema (A) rescatado por A. Almagro de estructuras tardía del palacio
omeya de Amman; (B), Sala de Audiencias adjunta a baños del palacio de Jirbat alMafyar, según Creswell, tres absides por lado mural (98) (recordaremos esta sala en el
estudio de la qubba del Palacio de Comares de la Alhambra y la sala-qubba de Justicia
del Alcázar de Sevilla). Dos salas basilicales con nicho en la nave central de Ayn yarrAnjar, palacio principal (C) (99). En (D) sala con nicho de trono del palacio de Favara
a las afueras de Palermo, s. XII. En al-Zahra en espacio presidido por patio pequeño
adjunto al baño real del “Salón Rico” figura arco-nicho de herradura (4-5). Y como
ejemplo curioso a reparar un mihrab-trono, s. XIII, del Museo de Bagdad esta vez con
iconos humanos dentro de serie de nichos trilobulados (6). En El Cairo palacio del siglo
XIV de tres naves con nicho esbelto asistidos por dos columnillas (11). Y
adentrándonos en la arquitectura nazarí de Granada, el testero de la qubba del Cuarto
Real de Santo Domingo (7) (8), con tres nichos-ventanas, arco geminado al fondo de la
ventana central receptora del trono con dobles arcos potestativos superpuestos,
mocarabado abajo y de medio punto peraltado encima, un icono que pasa al Mirador
de Lindaraja (9) y sala con vistosas yeserías del palacio mudéjar de las Teresas de Écija
(10). Torres Balbás quedó ya sorprendido de la presencia de tres ábsides en el testero de
la mequita del castillo de San Marcos del Puerto de Santa María (fig. 42), cuadrado el
mihrab propiamente dicho y nichos rectangulares poco profundos los que se
corresponden con las naves laterales. Se podrían interpretar tales huecos como calcos
del trío de arcos de la maqsura de la mezquita aljama de Córdoba de al-Hakam II, o tal
vez un remedo de salas palatinas desaparecidas.
En la Alhambra la sorpresa la da el Palacio de
Comares (fig. 43, 3), el Baño Real a su derecha.
Quiérase o no su planta evoca la del Palacio del
Mar de la Qal´a de los Bannu Hammad, s. XIXII (1) (1-1) (100) también con hammam
añadido a la derecha por bajo del cual figura
sala de recepciones tripartita (2) o qubba de tres
espacios que ya relacionamos con la qubbas
granadinas de los siglos XIII y XIV.
Atendiendo a la Qubba Real de Comares (4) su
Fig. 42. Mezquita del Castillo de San
Marcos, Puerto de Santa María, planta
según Coral Jiménez Ramón.
estructura en planta nos lleva a la lejana sala de audiencias del palacio omeya de Jirbat
al-Mafyar (A), con sus tres nichos por cada lado, en Comares nichos o camarinesventanas haciendo honor a la topografía en que se ubica la gran torre. Los nichos en
grupo de tres por lado vistos en la Sala-Qubba de Justicia del alcázar de Sevilla (5),
“Capilla Dorada” del palacio mudéjar de Tordesillas (6), con evocación de oratorios
cairotas de los siglos XIII y XIV (7). En Toledo el caso de la capilla de Belén esta vez
nichos en los lados de un ochavo (8). De la Alhambra es la planta del aljibe (9), de
debajo de la explanada del Palacio de Carlos V, y la planta B de la mezquita toledana
de las Tornerias.
Torre-Qubba de Comares. Al contrario de la riqueza decorativa
del interior el exterior se deja ver completamente liso en la cara
que mira al patio y en las que dan a Granada. Únicamente en la
primera cara centrada y guardando eje con el del arco central del
pórtico del patio se ve en la segunda planta una ventana de dos
arcos gemelos, icono que estaba reservado para los nichos del
trono, según se aprecia muy al fondo del arco mencionado del
pórtico y que corresponde al trono de Yusuf I en la Qubba Real.
La ventana de arcos gemelos sin duda de vivienda privada, de
Yusuf I o de mujeres de la corte real, a la que se subía por
angosta escalera ubicada a la izquierda del pasillo entre la Qubba
y la Sala de la Barca inmediata. Para este tipo de ventana y su
función ver las figuras del apéndice de este artículo. Jemes Dickie
pensaba que la ventana era de vivienda de invierno del sultán.
Fig. 43. La Qubba Real del Palacio de Comares. Su historia y
formación: 3, 4.
Fig. 44. La Qubba Real del Palacio de Comares; supuesto nichobahw de sala, patio primero de acceso a la Casa Real Vieja
(Alhambra), 3, según Orihuela.
La gran torre de Comares vista por el exterior (44, A) con las ventanas de los nichos
remontadas por dos ventanillas y arriba las cinco clásicas ventanas de la qubba
granadina; mide en planta 11,30 m. de lado y altura de 30 m., capaz para más de un
centenar de asistentes en días de solemnidad. Los camarines-ventanas dan 2,90 m. de
profundidad sobresaliendo en latitud los arcos de camarines centrales. El central del
muro del testero sitial del trono señalado con una flecha en la sección (B). Sobre nichos
dentro de la Alhambra de menor trascendencia uno se da según Orihuela en sala del
primer patio de acceso a la Casa Real Vieja de la Alhambra (3) en donde antes Torres
Balbás veía una escalera de subida a la pequeña mezquita con su alminar de encima
(101); otro en sala alta de la Puerta de la Justicia de la ciudad palatina fig.47, 5) y en la
planta alta de la Puerta del Vino.
A) Interior de arco central con capitel de
mocárabes, pórtico norte del Patio de la
Alberca de Comares; B) del patio de
Leones
La Qubba de Comares es el símbolo
arquitectónico más prestigioso de la ciudad
árabe de Granada, lugar del trono por excelencia
de la monarquía nazarí, toda ella extrovertida
asomándose a la pendiente que desciende al río
Darro. La acompaña la Sala de la Barca con
pórtico de columnas delante, la famosa T
invertida que venimos rastreando en todo el
Norte de África. Las decoraciones más
llamativas del palacio se centran en los
mocárabes y lugares más nobles, el capitel de
mocárabes del parteluz de la ventana del
camarín del trono (fig. 44, 5) y las partes
señaladas con números del plano (4): 1, 2, frisos
bajos y altos; 3, arcos; 4, tacas; 5, clave de la
techumbre del salón; 7, mensuras o repisas de arcos y columnas; 8, ménsulas del pórtico
alto del sur; 9, bovedillas de los nichos de los dos pórticos; 10, pareja de capiteles del
arco central del pórtico norte (fig. 44-1): 11, gorroneras de madera de puertas. Esta
distribución de muqarnas en grado ascendente de sur a norte que va a culminar en el
Patio de los Leones se debe en parte a Muhammad V, prácticamente todo el patio de la
alberca con sus pórticos, Sala de la Barca y pasadizo entre ésta y el gran salón al cual se
ingresa por arco de honor con muqarnas, precedido en el tiempo por el arco principal
de la qubba de la Torre de la Cautiva, obra también de Yusuf I. Recuerda el arco de
mocárabes de entrada al oratorio de la madrasa deAbu Inaniya de Fez.
La mejores galas decorativas se reservan para el cubículo o nicho central del testero
una de cuyas inscripciones proclaman su
función de dar cobijo a Yusuf I, llamándola
qubayba o qubba pequeña frente a la gran
Qubba de la Sala y el “trono del reino”, la
decoración más opulenta de nicho-trono
conocida en el mundo islámico (102). Los
números de la planta (fig. 45, 1) dispuestos
para aclarar la localización de los diferentes
decorados como ilustración incluida en mis
Estudios sobre la Alhambra (1975-1977).
En las paredes decoración de yeserías con
lazos de 16 (2), de los fustes de la entrada
decoración vidriada (3), el techo de madera
con lazo de 12 rodeado de seis lacillos de 9.
Los zócalos de preciosa y original lacería (6)
y fig. 46, 2. Los zócalos vidriados, de
alicatado, de la sala señalados con números
romanos en la planta, cinco modelos
diferentes simétricamente dispuestos, quizá
el más vistoso el (5) que con variantes se
repite en la torre del Partal. En la figura 451 detalle del la entrada del camarín del trono
y en la 46 el (1) de su solería.
Fig. 45. La decoración de sitial de trono (2, 3, 4, 6) y
de la Qubba Real, 5).
Fig. 45-1. Espléndido aspecto parcial del nichoventana del trono, Qubba Real de Comares. El arco
del nicho siempre con columnas.
Siguen los nichos del trono en la
Sala de Lindaraja del completo de
la Sala de las Dos Hermanas (fig.
46, 1-1) que estudiaremos más
adelante, donde el poema que lo
exorna lo llama “trono” de
Muhammad V, según García
Gómez: Y en la torre del Partal (5)
(7), las tres ventanas por lado en
ejemplar qubba, la central del
testero adornada con el zócalo
vidriado (6) semejante al señalado
antes del Comares. Las dos
ventanas gemelas del nicho de
honor de Comares reflejadas
también en el camarín-ventana de
la Torre de las Infantas (8). Un
ejemplo del eco que tuvo la Qubba
de Comares en el Norte de África
es el dar tunecino llamado
Rondana- Bey, s. XV-XVI, estudiado por Revault (9) (103), la pieza principal en forma
de torre con nueve camarines, de mayor nobleza el central del testero, Bakú o khu, y las
salas restantes con planta de T invertida. De mayor excelencia decorativa es la ventananicho del testero de la Torre de la Cautiva (fig. 47, 1). Tres nichos cerrados para tres
qubbas que veremos en la Sala de Justicia del Palacio de los Leones (2); la T invertida
en Daralhorra de Granada (3); el nicho de sala alta de la Puerta de la Justicia de la
Alhambra (5). Otras qubbas con nicho potestativo ya de arte mudéjar: (6) (8) de la SalaQubba de Justicia del Alcázar de Sevilla; en las Huelgas de Burgos la Capilla de la
Asunción (7), con dos nichos en el testero. Qubba del palacio del Corral de Don Diego
de Toledo, tres nichos en el testero por frente de la entrada (9), y en el palacio de
Tordesillas la “Capilla Dorada” (10), el arco central de los tres de cada costado de
mayor ancho, como en la Sala de Justicia sevillana, del lado que mira al patio del Vergel
frente a la puerta exterior de entrada figura centralizado un gran nicho en herradura
herradura para el sitial.
Torre-Qubba de la
Cautiva de la
Alhambra y su arco de
mocárabes, anterior a
Comares.
Fig. 46. Decoración del nicho-ventana del trono de Comares, 1,
2; mirador de Lindaraja de la Sala-Qubba de Dos Hermanas, 11; la Torre-Qubba del Partal de la Alhambra, 5, 7 (6, zócalo
vidriado del nicho-ventana central del testero); sitial del trono
de la Torre-Qubba de las Infantas, 8; Dar Romdana - Bey,
Túnez, 9.
Fig. 47. Nichos del trono: 1, Torre-Qubba de la Cautiva; 2, tres
nichos de la Sala de Justicia del Patio de Leones; 3, Daralhorra de
Granada; 4, casa de Belyunes; 5, planta alta de la Puerta de la
Justicia; 6, 8, Sala-Qubba de Justicia del Alcázar de Sevilla; 7,
Capilla de la Asunción de las Huelgas de Burgos; 9, qubba del
Corral de Don Diego, Toledo; 10, “Capilla
Dorada”Tordesillas.10.
Al final de esta exposición cuadra referirnos al término
bahw, su identificación en la arquitectura árabe así como su
Dos nichos de la
función con el paso del tiempo. En Oriente podía ser sala
planta alta de la
central de una planta radial, es decir qubb, según J. SourdelPuerta del Vino
Thomine (104), pero en Occidente bahw se aplica a la nave
central de una planta de múltiples naves, bien sea salón de
recepciones o mezquita, como lo explica documentalmente Dessus Lamare (105).
Conocido es que al- Bakri para la Gran Mezquita de Qayrawan escribe qubba bab albahw= la qubba de la puerta que precede a la nave mayor o central. Normalmente a la
nave central se la llama balat. Parece que la nave central de Palacio Occidental de
Madinatb al-Zahra se identifica con el bahw, según Dessus Lamare, exactamente Bab
al-bahw. En descripción de palacio del Alcázar de Córdoba una crónica árabe dice que
el califa debía estar al fondo del bahw sobre una cama de aparato, sarir, y lo visires a
derecha e izquierda del bahw. Al ´Udri en el siglo XI describe una sala de recepciones
del palacio que al-Mu´tasim se hizo construir en la alcazaba de Almeria, en esta ocasión
se dice maylis al-bahw, o sea, salón del o con bahw (106). Hay que pensar que el
término pasa a denominar con el tiempo el nicho central o mihrab añadido a sala
rectangular apaisada cual es el caso de Sala y mirador de Lindaraja de la Alhambra,
es.
según Diwam tunecino leído por Rubiera Matas. y bahw es término que usa A. Lézine
al describir la estancia pequeña o nicho del salón de recepciones de la fortaleza de
Afdabiya y del palacio de Ziri en Achir, en Argelia (107) formándose así, en ambos
casos, a costa de la sala apaisada y nicho, la típica planta en forma de T invertida de
clara ascendencia abasíí. Por último, ya Dessus-Lamare apuntó que actualmente bahw
designa el nicho cuadrado de galería de la casa marroquí (véase mi ejemplo de vivienda
de Belyunes, Ceuta, en la figura 47,4) (108). Al comparar los camarines-ventanas de la
gran Qubba de Comares con los nichos reiterados de la Qubba de Justicia del Alcázar
de Sevilla no hay duda de que unos y otros merecen la designación de bahw (ver fígura
43, 4, 5). Por último esta connotación referida a baños antiguos llevados de la mano de
Pauty (109): Si el baño o terma era privado el apodyterium era amplio vestuario, caso de
Serdjilla fig. 47-1, 2), pero si era de importancia, aristocrático, el apodyterium sería sala
de estar regia, por ejemplo baño egipcio
de Karami que tiene en la sala (A) tres
nichos, el central semicircular (1), ejemplo
que no está demás comparar con el Baño
Real del Palacio de Comares, una qubba
por apodyterium con dos grandes nichos
para cama o un palacio con el añadido de
baño.
Fig. 47-1. Baños antiguos con nichos: 1, de
Karami, Egipto, con reformas, tres nichos en el
apodyterium; 2, de Serdjilla, según Bogué,
nichos sólo en el tepidarium.
Nichos con mocárabes: 1, 2, de la
Zisa de Palermo; 3, nicho laterales
de los pórticos de Comares.
La Sala de Justicia del Palacio de los Leones (figs. 48, 48-1, 49, 50)
La función de los distintos espacios de la
sala. Tres Qubbas Reales de planta cuadrada
con sus respectivos nichos esta vez
rectangulares equivalentes a sitial del trono
útiles también para personajes relevantes de
la corte, salas-qubbas pensadas para tertutilas
o festejos de la corte. Las saletas de los
extremos del conjunto de las tres qubbas
actuarían como al-haniyyas para dormir o
descansar. A este respecto Lalaing en el siglo
XVI dice que a un extremo de este patio (el
de Leones) en una gran sala con el pavimento
de mármol blanco solía acostarse el rey moro
para estar más fresco, y tenía su cama en un
extremo de la sala, y la de la reina en otro.
Fig. 48. Lasa de Justicia de la Alhambra.
Fig. 48-1. La Sala de Justicia, sus qubbas y decoración.
Es quizá el espacio más intrigante o
engañoso de toda la Alhambra (fig.
48). De lo que no cabe duda es que
se trata de tres qubbas cortejadas
por cuatro saletas oblongas, cada
qubba con espacioso nicho
rectangular en el testero al que se
entra por arco de medio puntos con
apoyos
de finas
pilastrillas
ochavadas. Suntuosa y rica vista en
perspectiva (fig. 48-1, 1). Arcos
transversales y qubbas con sus
espacios intermedios asistidos por
muqarnas, estampa versallesca muy
próxima a la que presenta la nave
transversal de delante de qibla de la
mezquita de la Kutibiyya de
Marrakech (3). Los arcos proyectan
en planta serie de celdillas
simétricamente distribuidas (1-1),
las qubbas con pseudo bóvedas de
base cuadrada, tres ejemplares de
muqarnas de sofisticada técnica y
belleza sin par (fig. 49), la clave de
las tres diferente: A, central y B y
C las laterales, el arranque de la
central (E) con modelo en friso de
la capilla del palacio de la Zisa de
Palermo (D) (110). Entre las
qubbas techos de muqarnas casi planos o adintelados de decorados diferentes (fig. 48, 5).
El nicho de la qubba central decorado con pinturas con representación de diez
musulmanes o altos dignatarios con
espadas sentados y en actitud dialogante
formando rueda, una especie de tabla
redonda dentro de la elipse de la bóveda
(2 y figs. 48,1 y 48-1). En ambos
extremos de la misma como presidiendo
la tertulia o más bien explicándola
escudos de la banda cristiana de Alfonso
XI o Pedro I custodiados por dos leones
sentados enfrentados (fig. 48, 4), debajo
cenefa con decoración naturalista
mudéjar (6) propia de la sinagoga de El
Tránsito de Toledo y del palacio de
Pedro I del alcázar sevillano (decoración
naturalista del dintel de la puerta
principal del palacio). Fue Pedro I
monarca que ayudó a Muhammad V a
recuperar el trono de Granada en 1962,
por lo que en este sentido mi criterio es
Fig. 49. La pseudo bóveda de la qubba
central de la Sala de Justicia.
que esas pinturas se deben interpretar como un homenaje de la corte nazarí de la época
al emblema de la orden de la banda castellana en la que se inspiró el escudo de
Muhammad V: banda diagonal con el añadido del lema “Sólo Dios es vencedor” (111).
Para el tema de escudos de la época ver las figuras 49-1 y 49-2. Pedro I muere en 1369
y Muhammad V en 1991. Si el Palacio de los Leones se inicia en 1962, ya con el nuevo
escudo, el jerarca nazarí tuvo por delante siete años para terminar la simbólica o
apoteósica residencia, en nuestro criterio en vida del monarca castellano, aunque la
banda cristiana también la ostentaron Enrique II (sin reflejo de ello alguno en sus
construcciones que nos han llegado) y Juan I, como ha indicado Balbina Martínez
Caviro quien trata de llevar las pinturas una o dos décadas más allá de 1369 (112)).
Sobre este tema me explayo en artículo del año 2004 (113). Lo de los tres nichos-trono, que
no alcobas, como se ha venido diciendo, en el testero como receptores de personas de alta jerarquía nos
hace volver los ojos atrás (“Salón Rico” de al-Zahra, los tres arcos, mihrab y falsos mihrab-s de la
maqsura de la mezquita aljama de Córdoba del siglo X, el caso del oratorio del Puerto de Santa María,
tres nichos-ventanas en Comares y el Partal) invitan a hablar de una parte de sitial o trono de Muhammad
V y dos jerarcas más probablemente en calidad de invitados en sala principesca dedicada a festejos,
banquetes y pasatiempos cortesanos, como quieren apuntarlo la ausencia en la sala de puertas, espacio
permanentemente abierto, y las estampas míticas, cinegética y amatorias de las bovedillas de los nichos
laterales, estampas en mucha parte relacionadas con siluetas animada del palacio sevillano y escenas
pintadas en aliceres y arrocabes de techumbres mudéjares castellanas.
Figs. 49-1 y 49-2. Escudos cristianos castellanos con la Banda de Alfonso XI y Pedro I : 2, 16, Alcázar de Sevilla; 14, palacio mudéjar de
Astudillo; 15 Alcázar de Marchena, Carmona; 17, puerta del albacar del castillo de Moclín; 19, pinturas de la Sala de Justicia de la Alhambra;
20, de puerta del castillo de Alcalá de Guadaira. La llave como símbolo emblemático: 1, 4, castillo de Alcalá de Guadaira; 3, Tordesillas; 3, 5
de las plazas de Tarifa y Giblantar; 8, de Alcalá la Real; 7, 10, 12, llaves nazaríes. Leones rampantes coronados: 21, 22, de los palacios de
Tordesillas; 23, Capilla Real de Córdoba. Figura 49-2, la Banda nazarí con el lema “sólo Dios es vencedor” de Muhammad V, propios de la
Alhambra posterior al año 1362: 1, de paño cerámico que estuvo en la Qubba Real de Comares; 5, yesería de Murcia; 9, friso de techo de la
torre del Peinador de la Reina de la Alhambra; 10, 11, escudos de albanegas de puerta de las Atarazanas de Málaga; 2, 3, 4, 7, 8, de
cerámica vidriada de la Alhambra; 6, yesería de la Capilla de San Bartolomé de Córdoba; 12, 13, 14, 15, el “solo Dios es vencedor” de
yeserías de la Alhambra.
No obstante, el tema más atractivo de esta ejemplar sala es su proceso de formación. La
figura 50 trata de guiar nuestras intenciones sin menoscabar cualesquiera otras. La sala
de Justicia con tres entradas desde el pórtico este del patio, entradas permanentemente
abiertas de tres arcos mocarabados, el central de mayor luz, ello formando parte de la
estética de aquél. La sala completa de este a oeste da entre 30 y 35 metros de longitud;
las tres qubbas y los cuatro compartimentos oblongos, los dos extremos con función de
al-haniyya al menos honorífica, los otros dos como solución de trabazón de las qubbas.
Ateniéndonos a esta relación de espacios encontramos precedentes seguros, otros menos
seguros. Si se prescinde de los cuadraditos que separan los nichos del testero obtenemos
el esquema (A) que es testero de vieja iglesia mozárabe del Trampal, en la provincia de
Cáceres, estudiada por Caballero (114), el cual nos lleva al testero del palacio campestre
de “El Castillejo”, almorávide, de Murcia (3) (4) en que los nichos destacados como
torrecillas experimentan cambio de dimensiones; el mismo tema aplicado al espacio
inmediato del Mausoleo de príncipes sa´adíes de la alcazaba de Marrakech (5) (115).
Fig. 50. La formación de la Sala de Justicia de la Alhambra.
Lo que ha hecho el proyectita de la Sala de Justicia es añadir muro transversal a modo
de testero ganando con ello cuatro pequeños espacios cuadrados entre nichos para
diversos usos domésticos. Con esta tesis se cruza la de que en realidad cada qubba
responde a la clasificación de qubba de sala tripartita que ya estudiamos, es decir la
unidad (B) del palacio de Muhammad V en el exconvento de San Francisco de la
Alhambra, unidad que emparenta con la (6) de palacio del castillo de Caronia cerca de
Palermo. Esta unidad dispuesta en serie da la estructura C de la Sala de Justicia. Se
puede añadir esta otra visión que es la de las distintas unidades de espacios que
conforman el patio del castillo-ribat de San Romualdo de la Isla de San Fernando, Cádiz
(7) en donde se da alternancia de sala cuadrada y sala estrecha en la proporción que se
ve en el dibujo (1-2.-1-2). Sobre la autenticidad de las tres qubbas de la sala alhambreña
basta mostrar el esquema (8) con las qubbas aisladas o independientes. Y también
añadir que el Patio de los Leones y el de “El Castillejo”, ambos con crucero, tiene las
mismas dimensiones, en el cielo raso, 33 m. de longitud por 19 m. de latitud, lo que
podría llevarnos a ver en el rectángulo de Leones un espacio de jardín aprovechado de
construcción anterior a Muhammad V. Las mismas medidas advertidas en el patio de
crucero de la Casa de la Contratación del Alcázar de Sevilla.
Sobre la ambigüedad o engañosas interpretaciones de las pinturas de la Sala de
Justicia
Fig. 51. Representaciones de soberanos según la iconografía árabe
a partir de representaciones sasánidas y bizantinas, 1, 1-1.
Fig., 52. Representación de soberanos supuestamente árabes.
Pinturas de la Capilla Palatina de Palermo.
La representaciones de jerarcas en ámbitos como la Roma antigua, Bizancio y arte
sasánida, sin descontar la parcela del califato de Córdoba, personajes bien echados sobre
alfombras, aposentados en el trono dentro de arco-nicho o simplemente sobre
simbólicas tarimas en el ejercicio de fiestas y libaciones cortesanas, ello reflejado a
modo de síntesis en las figuras de la 51 a la 58. En la primera: 1, estampa de pinturas
preislámicas de Tadjidistan (116); 1-1, díptico de marfil del cónsul Anastasio, s. VIII
(Victoria & Albert Museum, de Londres), sentado en el trono y portando el cetro, dentro
de nicho con concha y frontón; 2, representación del “Maestro del Mundo” en sala de
audiencia de baños omeyas de Qusayr Amra, según ilustración de Ettinghausen (117),
aposentado en arco-nicho con columnas; 3.medallón de plata con el califa al-Muqtadir
(908-932) (118), jerarca sentado al uso oriental en una tarima, con pequeño cetro y vaso
de libaciones; 4, 5, el bote de marfil de Ziyad (969-970) (Victoria & Albert Museum de
Londres), jerarca sentado en el trono bajo especie de dosel, porta un banderín y le
asisten dos servidores con simbólica espada y vaso de libaciones; la segunda
representación, tratada por Mercedes Lillo (119), es de un elefante que porta un
baldaquino de dos columnas sosteniendo especie de frontón dando cobijo a personaje de
la corte, sentado al uso oriental en la tarima; 6, 8, arqueta de Marfil de Leyre, la primera
personaje central sentado con simbólico vegetal en una mano y vaso o redoma en la otra,
destaca mucho en tamaño frente a los dos cortesanos que le asisten; 7, marfil de alMuguira del Louvre, dos personajes de la corte con músico en medio; 9, escena de
festejo de la pila de piedra de Játiva, s. XI, jerarca de la corte tumbado con vaso en la
mano y dos músicos de compañía. Tales estampas casan ya con la representación de
supuesto rey de las pinturas de la techumbre de la Capilla Palatina de Palermo (10 y fig.
52). Se cree que es Ruggero II, patrocinador de la Capilla, como el personaje del marfil
de Leyre (6) destaca su tamaño al lado de los dos asistentes, trilogía de personas que
puede compararse con el arco mayor y otro menor a uno y otro lado de los pórticos de
patio y paredes de salas o qubbas; la identificación de rey la daría la corona de tres
puntas inédita en nuestras representaciones hispanomusulmanas. Tiene corona un
personaje de las siluetas animadas del palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla (fig. 51,
11) sentado en sencillo trono. Tocado característico de los jerarcas hispanomusulmanes
es el turbante, bien reflejado en las pinturas del nicho central de la Sala de Justicia y en
las pinturas de vivienda del Partal; también se deja ver en personaje sentado con centro
de la Cantigas (fig. 51, 12.
Volviendo a los diez personajes del nicho central de la Sala de Justicia (figs. 53, 54, 55,
A), nada en ellos nos dice que sean reyes, vieja creencia que arranca del siglo XVI,
Lalaing y Hurtado de Mendoza (120), en la que no cabe insistir, tampoco cuadra la
identificación propuesta de sabios (¿sabios con espadas?). A lo sumo imaginarios
musulmanes de alto linaje portadores de espadas. En el espacio disponible de la
bovedilla sólo cabían diez figuras humanas sentadas en cojines dispuestos sobre bancal
seguido. El supuesto tema de dialogo en mi criterio lo provocan los escudos de las
extremos con la banda cristiana custodiados por dos leones sentados (fig. 53, 1-2), el
escudo cristiano rojo o bermejo con banda y cabezas de dragantes en oro, tal como
predica la Crónica de Pedro I: “vio el rey en el campo del Infante Don Enrique un
caballero que traía sobreseñales bermejas con bada de oro” (121), los mismos colores
que se conservan en escudos nazaríes de piezas vidriadas de la Alhambra (2): campo
bermejo y banda con el lema nazari dorado “sólo Dios es Vencedor” que inauguró
Muhammad V para su palacio de la alhambra pues no se le conoce en decoración alguna
granadina anterior al año 1362 en que comienza su segundo reinado. Yo defendí el
Figs. 53 y 54. Pintura de la bóveda central. Sala de Justicia.
traslado de la efigie de la Banda cristiana de Pedro I al escudo institucionalizado por el
soberano nazarí. Respecto a la iconografía del dialogo de dos en dos personajes sugerí
hace tiempo el modelo de miniaturas cristianas de la época conservadas en la Biblioteca
Nacional publicadas por Domínguez Bordona (122) (fig. 53, A), también los clérigos
sentados en cojines y portando tarjetones o maquetas de iglesia, y habría que tener en
cuenta estampa pintada en los muros del claustro del convento de la Concepción
Francisca de Toledo estudiada por Balbina Martínez Caviro (123). En los personaje de
la Sala de Justicia se dejan notar espadas de ceremonia y otras de montar, sus correaje y
cojines muestran temas decorativos propios
del arte mudéjar castellano (fig. 55, A). Será
por lo que Gudiol Ricard que restauró las
pinturas observa modalidades técnicas
desconocida en la obras cristianas, en
nuestro criterio por tratarse de pinturas a
cargo de artistas mudéjares que venían
Las dos palomas de un cojín de la pintura de la bóveda central de la Sala de Justicia, 1; aves de
madera mudéjar del Museo de Catalunya, 2; mármol del siglos XI de Toledo, 3; aves de las pinturas,
Capilla Palatina de Palermo, 4.
practicando el arte del estilo lineal de la segunda mitad del siglo XIV patente en
yeserías toledanas (fig. 56, 1, 2, 3), además de las siluetas de una de las salas del Palacio
de Pedro I del Alcázar de Sevilla (fig. 56, A) con temática de batallas, lances de amor y
la figura del salvaje que vemos en las pinturas de los nichos laterales de la Sala de
Justicia de la Alhambra (fig. 56, B, C, E, F). La lucha de jinetes cristiano y musulmán
muy propias de estampas fronterizas entre cortesanas, amatorias y cinegéticas, el caso
de dos caballeros de distinta religión de las pinturas de la techumbre mudéjar de la
catedral de Teruel (fig. 58, 1) o de las pinturas del la Capilla Palatina (fig. 57, 6). El
tema de jinete cazando con lanza león o jabalí muy repetido en arrocabes de techumbres
mudéjares de la época (fig, 56, D) en paralelo con las estampas (E) y (F) de la Sala de
Justicia. Una razón más para que los alarifes mudéjares se pasasen al arte cristiano de la
época. Otro tema es el del supuesto San Jorge dando caza a monstruo híbrido o reptil
repetido en algunos azulejos nazaríes de Granada (fig. 57, 3) que viene de temario de
los marfiles califales hispanos (1), el (2) de la Capilla Palatina de Palermo; de las
siluetas mudéjares del Alcázar de Sevilla el (4). Muy extraña la escena de supuestos
reyes del nicho central para autoras que con aires novedosos se han ocupado de la
temática de las bóvedas laterales, Jerrilynn Dodds (1979) y Cynthia Robinson (2007)
(124) con la tesis de escenas amatorias de Flores y Blancaflor y de Tristan e Isolde, un
Tristan musulmán con la figura entremedia del hombre salvaje, enfrentamiento de
Tristan y Palomares delante de la torre en la que Isolde se había refugiado.
Fig. 55. A) los personajes musulmanes de la bóveda central de la
Sala de Justicia según dibujos de Basilio Pavón realizados antes
de la restauración de la pintura por Gudiol Ricard. B) detalles de
las pinturas árabes del Partal de la Alhambra. C) El “bastón del
Cardenal Cisneros”.
Fig. 56. Pinturas mudéjares del siglo XIV. 1, 2, 3, de yeserías de
palacio de Suer Téllez de Meneses de Toledo; A, siluetas
pintadas del palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla; B, C, E, F,
detalle de las pinturas de las bóvedas laterales de la Sala de
Justicia de la Alhambra; D, escena de caza del jabalí de techo
mudéjar castellano.
Fig. 57. Caza de león y monstruo: 1, marfil califal; 2,
pintura de la Capilla Palatina de Palermo; 3, azulejo
vidriado de la Alhambra; 4, silueta mudéjar sevillana.
Torneo entre musulmán y cristiano: 6, pinturas de la
Capilla Palatina de Palermo.
Fig. 58. Combatientes cristiano y musulman, techumbre
mudéjar de la Catedral de Teruel, 1; representaciones
pictóricas árabes y cristianas de personajes regios con
centro o bastón, 2.
Si las pinturas de la Sala de Justicia son de artistas mudéjares de formación cristiana
dentro del estilo lineal propugnado por Gudiol Ricard,, atribución que tiene a bien
recoger en varios de sus estudios Rachel Arié (125), otra escuela esta vez árabe
granadina formada en la pintura selyuki, pintó las paredes de una casa o vivienda
contigua al Partal de la Alhambra (fig.55, B) (125 bis) en las que se constata tiendas de
campaña con jerarca central asistido por dos guerreros de menor tamaño, sentados a la
usanza oriental, según la tradición vista en los marfiles hispanos y estampas de la
Capilla Palatina. Los personajes con espada en mano y en actitud reverencial los
secundarios o asistentes, únicas escenas humanas que cabría trasladar a los nichos de la
arquitectura de los palacios de la Alhambra. Sobre esas tiendas de campañas en campo
de batallas matizar que la tienda principal recibía el nombre de qubba (Anales Palatinos
de al-Hakam II), qubba al-hamra de campamento cordobés de Abd al-Rahman III,
también reflejada en el Libro de Banderas de Copenhague y en el Musnad de Ibn
Marzuq figura la estampa de Abu-l-Hasan sentado en tienda de campaña-qubba ( 126).
Hasta la fecha no se han reconocido en el entorno de la Alhambra seña alguna de los
cetros o bastón de mando de la dinastía nazarí salvo el caso del bastón llamado del
Cardenal Cisneros hoy conservado en el convento de las “Juanas” de Alcalá de Henares
(fig. 55, C) (127). Sería vara de monarca o personal principal de la corte granadina, pues
el centro sería de menor longitud, como el de las cortes cristianas, en la fig. 51 el
personaje (12) sacado de las Cantigas y otras estampas de miniaturas cristianas y árabes
del siglo XIII-XIV (fig. 58, 2). La vara alcalaína mide 1, 47 m.
EL PATIO DE LOS LEONES
Fig. 59. Síntesis de patios y jardines con crucero árabes y mudéjares anteriores al Patio de los Leones de
la Alhambra.
El reflejado en las ilustraciones que vienen a continuación. Di ya una interpretación del
mismo en el año 2000 (128), empezando con las ilustraciones de la figura 59.
Precedentes de la caja de cielo raso con o sin crucero, a la cabeza el Patio de Santa
Isabel de la Aljaferia de Zaragoza (A), patio del siglo XI-XII de la Casa de la
Contratación del Alcázar de Sevilla (B) (C), el (D) almorávide de Marrakech, seguido
del (F) almorávide de “El Castillejo” de Murcia; el (H) mudéjar del Alcázar Cristiano
de Córdoba. Un aparte para el crucero de Madinat al-Zahra aunque la planta es cuadrada
(E) o el (L) de casa de linaje de la misma ciudad. Caja excesiva alargada la de patio
palatino de la Alcazaba de Almería (J) que lleva a considerar la (K) del patio de la
acequia del Generalife de Granada. Los patios (a) y (b) respectivamente de “el
Castillejo” de Murcia y de los Leones de la Alhambra con idénticas dimensiones
reflejadas en (A) y (B): 33 metros de longitud por 19 de latitud aplica también al patio
(C) sevillano del siglo XI-XII. En (X) bosquejo del crucero de los Leones
supuestamente anterior a Muhammad V. La tesis básica es que en el patio de este sultán
se aprovechó caja de jardín con crucero anterior de 33 por 19 metros, caja en este caso
con cuatro arriates o jardines rebajados desaparecidos en el actual el cual tendría piso
llano enlosado, sin jardines rebajados. Esto de pasar de jardín a patio enlosado o
viceversa fue un ejercicio muy al uso en patios palatinos árabes y cristianos durante la
Edad Media. Como ejemplo el Patio de las Doncellas del palacio mudéjar de Pedro I en
el Alcázar de Sevilla (figs. 59-1 y 59-2 ), ahora jardín con dos arriates con alberca
longitudinal en medio, fruto de reformas llevadas a cabo tras la muerte en 1369 de
Pedro I, ya que el patio de éste sería completamente enlosado, al igual que el patio de
los Leones o el del Palacio de Fuensalida de Toledo, todos ellos con cuatro crujías o
pórticos cuyos arcos centrales están priorizados (129). No se sabe en qué se basa A.
Almagro al diagnosticar que este palacio era privado frente al contiguo del Crucero de
anterior fundación que ejercía como residencia oficial o publica, con sus arriates de
exagerada profundidad siempre incómodos para los viandantes de las pasarelas, ejemplo
desestimado para el Patio de los Leones. Lo curioso es que Almagro también dice que
era privado el supuesto palacio de la segunda planta con fachada al patio de la Montería.
Figs. 59-1 y 59-2. El Patio de las Doncellas del Alcázar de Sevilla, antes (1, 4) y después del
descubrimiento del jardín hacia los años 2001 y 2002. (2, 3) con alberca y arriates del jardín (1, 2, 3,
fotos publicadas por A. J. Morales) decorados con arcos de medio punto entrelazados y nudos en las
claves; 4, patio con alberca del palacio de Altamira, Sevilla. En la ilustración 5 contraste entre la
yesería exterior de arco del Salón de Embajadores y la yesería nazarí del fondo correspondiente al
interior de la qubba.
Este planteamiento permite asegurar que la caja del crucero de Leones de 33 por 19 m.
era anterior al patio con larga alberca del Palacio de Comares el cual tuvo que adaptarse
al espacio disponible de antes de su fundador Yusuf I: si el primitivo patio de Leones
era apaisado en el sentido este- oeste, el nuevo patio de la alberca de ese sultán tuvo que
ser dirigido de sur- norte, eje potestativo dominante en adelante en toda la ciudad
palatina, con lo que el Baño Real adjunto a la derecha tuvo adecuado espacio. Frente a
esta tesis la contraria que mantienen la mayoría de los tratadistas de la Alhambra
empezando por Torres Balbás (130): el Palacio de Leones de nueva fundación a cargo
de Muhammad V tuvo que ser proyectado de este a oeste y no el sur-norte por
impedírselo la ubicación del Baño Real de Comares. Todo ello reflejado en la figura 60:
plano tradicional de la Casa Real Vieja de la Alhambra (1) y la tesis de Leones antes
que Comares (2). Si Leones se inicio en 1362 con Muhammad V fue imposible darle
por eje el de sur-norte, pues se lo impedía el anterior palacio de Yusuf I (3). Mi tesis de
caja del Patio de Leones anterior a Comares, aquel con el eje este-oeste, la veo más
normal que la contratesis. Todo esto en parte en base a exploraciones o intervenciones
arqueológicas anteriores a Gómez-Moreno y del tiempo de éste que dieron a luz indicios
de patio o jardín de crucero con arriates muy rebajados sobre lo que también opinó
Jesús Bermúdez Pareja, que habría que situar en tiempo anterior a Muhammad V (131).
Las últimas intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en la parte del patio no dieron
completa seguridad de la existencia de jardín con arriates anterior a Muhammad V. Este
sultán se limitaría a colmatar dichos arriates dejando la solería cual tabula rasa, pero
respetándose el símbólico y viejo esquema del crucero. Si el modelo del crucero de
Leones está en los patios del siglo XI y XII del Alcázar de Sevilla y de “El Castillejo”
de Murcia, los tres con pabellones destacados en los lados menores, el crucero y las
dimensiones 33-19 tendría mucha lógica el planteamiento de mi tesis. Piénsese que han
aparecido yeserías del siglo XIII en el llamado Palacio de Abencerrajes de la Alhambra,
según mi publicación del año 1975 (132), y siguiendo excavaciones posteriores de
Malpica Cuello (1992) referidas a ese sector las estructuras de los baños son fechadas en
esa centuria supongo que tomando por testigo la decoración antes consignada que este
autor oblitera (132). En este palacio del secano se ve torre tipo qubba de triples salas
precedida de alberca apaisada con
cuerpo destacado hacia adentro (fig.
60-1,1) casando con los ejemplos (A)
(C) (F) (L) de la figura 59 a la que se
suman las alberquillas que cortejan el
salón regio del jardín que precede al
“Salón Rico” de Madinat al-Zahra
/fig. 60-1, 2).
Antes de adentrarnos a pormenorizar
el Palacio de los Leones avanzamos
una panorámica de la arquitectura
residencial árabe y mudéjar de la
época de Muhammad V reflejada en
la figura 61 dividida en dos apartados,
A y B, pero sin perder de vista la
figura 2 de este trabajo referida toda
a las madrasas que en años anteriores
Fig. 60. Posiciones de la caja del
patio de los Leones.
Fig. 60-1. Qubba del palacio de Abencerrajes con
alberca con saliente delante, 1; las cuatro albercas del
jardín de delante del “Salón Rico” de Madinat al-Zahra,
2.
a ese sultán se levantaban en el reino
mariní del Magreb Occidental, todas ellas
con patio porticado. De la parte mudéjar
muy influenciada por el arte nazarí a todos
los niveles, arquitectónico y decorativo
sobre todo, patios con cuatro pórticos que
ya vimos en el Patio de las Doncellas del
Alcázar de Sevilla. El patio 1 y 2, del
palacio mudéjar de Tordesillas empezado
a construir por Alfonso XI y a partir de
1354 continuado por Pedro I, el monarca
amigo y aliado de Muhammad V, obras
que debió continuar Enrique II a juzgar
por leoncillos heráldicos coronado que se
ven en yeserías del Patio del Vergel. Éste
debió tener cuatro pórticos suplantados
completamente por otros de piedra de
tiempos modernos; el patio 2 replanteado
por mí (2004) (133) sobre anterior plano
publicado por Lampérez: crujía de supuestas columnas o pilares de albañilería y
habitaciones oblongas atajadas por supuestas al-haniyyas cuadradas en los ángulos.
Descendiendo al apartado B de la figura con plantas de A. Almagro (2007) (134) vemos
en (3) el patio del Vergel metamorfoseado por el autor, con al-haniyya ahora segura en
la crujía de abajo.
Estas largas salas a modo de tarbeas con atajos
cuadrados llegan a Tordesillas de la mano de las
tarbeas de palacios toledanos como es la
conservada en el “Taller del Moro” (patio 5 y su
sala 10 de mis ilustraciones del apartado A), en
parte también presente en la “Casa de
Mesa” de la misma ciudad (4), sus respetivos
patios medievales completamente desaparecidos.
Del siglo XIV sólo nos han llegado patios
porticados bien organizados en la Casa de Olea
de Sevilla (3), patio de pilares ochavados, cual
es el caso también del Palacio de Fuensalida de
Toledo, ya de los primeros años del siglo XV (6).
En estos dos se advierte que los cuatro frentes de
pilares ochavados tienen sus intercolumnios
centrales más anchos que los restantes,
siguiendo la pauta marcada en el Patio de los
Leones y en el de las Doncellas de Sevilla. De
ello deducimos que las dos modalidades
señaladas debieron darse en el Patio del Vergel
de Tordesillas, en el cual al parecer aparecieron
de la parte del centro de los lados menores a
modo de pabellones o salientes hacia fuera
reflejados en el patio (3) de A. Almagro, dando
ello lugar a argumento precipitado fraguado por
Fig. 61. Apartado A (Pavón), estado de la cuestión de
patios mudéjares coetáneos del Patio de los Leones; B
(Almagro), patios de los palacios de Astudillo, Alcázar de
Sevilla, Tordesillas y patio de Leones de la Alhambra.
J. C. Ortiz Souza que ve en el patio, que imagina con crucero, un posible precedente del
de Leones de la Alhambra, o “su hermano menor rico” (135). Otro patio singular es el
“Claustrillo” de Santa Clara de Moguer (8), ajardinado, cuatro arriates, sus arcos
centrales en los cuatro lados de mayor luz y altura. Con crucero nos ha llegado la casapalacio del Alcázar Cristiano de Córdoba (9) supuestamente del reinado de Alfonso XI,
en los lados menores salas oblongas con al-haniyyas cuadradas, como en el “Taller del
Moro” de Toledo y en Tordesillas. El palacio 7 es de Gutierre de Cárdenas en Ocaña,
gemelo del toledano de Fuensalida. Para comparar A. Almagro da en su apartado B los
patios a la misma escala 1, palacio mudéjar de Astudillo, el 2 de las Doncellas de
Sevilla y 4 de Leones de la Alhambra.
En el momento presente la tendencia fraguada por Almagro y en parte J. C Ortiz Souza
es explicar el patio de Leones de la Alhambra por la vía de la arquitectura mudéjar
castellana de Pedro I que llega hasta el Alcázar de Sevilla, contrarreplicada en mi
criterio al estar engarzado el patio granadino en la tradición islámica que pasa por
Marrakech y el “El Castillejo” de Murcia, y su novedad referida a los cuatro pórticos
con los arcos centrales priorizados más que de Castilla llegarían de los patios de las
madrazas magrebíes del tiempo de Muhammad V, sin poder decir lo mismo de los
palacios dada su casi inexistencia (ver figura 2 con ilustraciones de plantas de las
madrasas y zawiyas de la Chella de Rabat, madrasa de Salé, zawiya de Nussak de Salé,
madraza Inaniyya de Fez, madraza de Tachfiniyya de Tremecen, madrazas Sihrij y
Attarine de Fez, entre otras, con predominio en ellas de pilares de albañilería).
Con Muhammad V, a partir del año 1362,
surge la planta 1 de la figura 61-1 del
Palacio de los Leones, con cuatro
novedades básicas de cara a anteriores
palacios hispanomusulmanes: los cuatro
pórticos de columnas, los dos pabellones
salientes, templetes o kioscos de los
lados menores del patio, la fuente de los
doce Leones en el centro del crucero y el
que los capiteles del patio sean todos
diferentes. La base saliente de los
templetes ya vista en Madinat al-Zahra,
la Aljaferia y cruceros de Sevilla y de
“El Castillejo” de Murcia, en cuarentena
el caso antes referido del Patio del
Vergel de Tordesillas. El planteamiento
de Leones es: patio central (1), Sala de
los mocárabes (2), Sala de los
Abencerrajes (3), Sala de Justicia (4),
Sala de las Dos Hermanas (5), Mirador
de Lindaraja con la Sala de los Ajimeces
(6), en (7) los dos templetes del patio; 8,
la fuente de los Leones; aljibe antiguo
con vivienda encima (9); Puerta -Torre a
modo de qubba adjunta a Leones (10).
Las distintas partes referidas expuestas
Fig. 61-1. Descripción del Palacio de los Leones.
en las demás ilustraciones de esta figura a las que se añaden tres capiteles de de lujo de
las galerías del patio.
Templetes
El monográfico de la figura 62 con
evolución de este tipo de arquitectura: (1)
(3) templete de Leones; el (4) base de la
qubba que existió a la entrada de la nave
central de la Gran Mezquita de
Qayrawan; (5) base de la qubba en el
arranque de la mezquita aljama de
Córdoba del siglo X. En (B): 1, de la
mezquita referida de Qayrawan; 2, 3,
qubbas de la mezquita aljama de Susa; 4,
de Leones, la única planta de este tipo de
construcción que enseña tres arcos por
lado, el central de mayor latitud,
tipología remedada en el siglo XVI en
los templetes del patio de la mezquita
Qarawiyyin de Fez (2) y en parte en el
Palacio de Badi de Marrakech según
Meunie (fig. 65-1, 5) (136). El mismo
modelo instalado por ejemplo en el
tepidarium de algunos baños árabes, el
de Mallorca (6), y en templete en el
centro del crucero de de Dar as-Sùgra del
Convento de Santa Clara de Murcia (7)
(137), reiterado con otro uso por ejemplo
en tumba almohade de Ceuta según
descripción del siglo XV de al-Ansari (8).
Respecto al trío arcos priorizado el
central de la Sala de Justicia de Leones, a
titulo de puerta honorífica, sustituto del
tribelon bizantino adoptado en Madinat
al-Zahra y en los palacios del siglo XIXII del Alcázar de Sevilla; se da con
anterioridad en la entrada del maylis del
pabellón norte del Patio de la Acequia
del Generalife. Queda por referir el
templete del ángulo suroeste del claustro
de la Catedral de Monreale (10) (11), tres
arcos con columnas por lado de la planta
cuadrada, en los ángulos cuatro
columnas reunidas en plinto o base
Fig. 62. Formación de los templetes del Patio de los Leones.
Abajo templete y solería en sustitución de jardín de los primeros
años del siglo XX.
cuadrada,
modelo
inédito
en
los
templetes
hispanomusulmanes consignados. Este tema de los templetes
de Leones tiene en mi criterio este proceso de formación: los
salientes en los lados menores de los pórticos vistos con
seguridad en Al-Zahra, la Aljaferia, Marrakech y “El
Castillejo” de Murcia que no afloraron como pabellón o
edificio en el ejemplo de estos patios, únicamente en el patio
de Muhammad V fueron aprovechados los salientes del
jardín anterior a él para disponer en ellos los templetes de los
nuevos pórticos, solución tal vez un tanto forzada pero que
nos llega como uno de los aciertos más espectaculares de la
arquitectura islámica de todos los tiempos
Muqarnas
Media naranja de templete del
patio de Leones; dibujo de G.
Schneider (137 bis).
El Palacio de los Leones es un verdadero espectáculo verle plagado de arcos y cúpulas
de muqarnas dispuestos con impecable simetría siempre reservadas para la exaltación
de las salas o compartimientos más nobles del edificio (138). En el plano de la figura 63
vemos esa distribución, distinta de la que analicé en el plano del Palacio de Comares de
la figura 44, aunque los números indicadores del tipo de mocárabes vale para las dos
plantas: el 5 es para bóvedas o cúpulas y el 3 para los arcos (2, frisos altos y bajos, 4,
friso de tacas; 6, clave de cúpula; 7, impostas o repisas de arcos de medio punto en el
patio; 8, ménsulas de las vigas que sostienen los techos planos de los pórticos; 9,
trompas). Lo más enriquecido con este tipo de decoración cuaja mayormente en el eje oeste-este del
patio que a punta a la Sala de Justicia de las pinturas. Las qubbas y salas oblongas principales (Sala de los
Ajimeces y Sala de los Mocárabes) como ejemplos de bóvedas alargadas mocarabadas. Para los templetes
tres arcos de mocárabes sin alfices
Figs. 63 y 64. Muqarnas y su distribución en el Palacio de los Leones, 1; muqarnas de templete, 2; muqarnas de arco de la entrada a la Sala de la Barca,
Palacio de Comares, 3; muqarnas de las trompas de Salas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes, 4. Fig. 64. La cúpula de muqarnas de la sala de las Dos
Hermanas, 1, 2, 3-1.; arco de la Sala de Justicia, 6.
(2), trompas de las salas de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes (4), tipo de
mocárabes posiblemente inaugurados en el gran arco de entrada a la Sala de Barca del
palacio de Comares (3) decorada en el reinado de Muhammad V sobre modelo de uno
de los arcos de la mezquita de la Kutubiyya de Marrakech. La Sala de las Dos
Hermanas (fig. 64, 1) atestada de mocárabes lo mismo en la cúpula que en las trompas;
su esquema básico (2) (3) lleva al esquema de muqarnas del mihrab de la Kutibiya (5)
(139). Para la Sala de Justicia arcos de separación de las tres qubbas (6). Tales
maravillas decorativas se acercan, por calidad y cuantía, a las muqarnas con que fueron
decorados los palacios sículo-normandos de Palermo, básicamente la Zisa y la Cuba, en
mi criterio por obra de alarifes hispanomusulmanes que decoraron las mezquitas del
siglo XII de Sevilla, Tinmall, Marrakech y la Qarawiyyin de Fez. Efectivamente, a la
vista de la figura 65 no es desacertado comparar la Sala de las dos Hermanas (4) con los
dos arcos mocarabados de la Sala del Ninfeo de la Zisa (1) (2); de la Cuba son las
trompas (5) y del palacio de Uscibene, también de Palermo, sala cruciforme con
muqarnas (3), según dibujo publicado por A. Goldschmidt (140).
Algunas connotaciones con probables arrimos del arte magrebí en el palacio de Leones.
En primer lugar la disposición de las qubbas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes a
uno y otro lado de los costados mayores del patio según el eje sur-norte que pasa por la
fuente de los doce leones (fig. 65-1, 1, 2) de fácil comparación con la madraza Abu
Inaniyya de Fez (3) (3-1) construcción pocos años anterior (1355) al palacio granadino,
donde además se da ya distribución simétrica de arcos de mocárabes expresados con el
número 3, el 5 para la bovedilla del mihrab y 8 para ménsulas de vigas de techos.
También la madraza de Attarin de Fez (1323) (fig. 65-1, 4) da balance de muqarnas de
Fig. 65. Muqarnas de los palacios de la Zisa y de la Cuba de Palermo, 1, 2, 3,
5; Sala de las dos hermanas de la Alhambra, 4.
Fig. 65-1. El paralelo de salas de las Dos
Hermanas y de los Abencerrajes (1, 2) y
la madraza de Abu Inaniya de Fez, 3.
arcos, frisos y repisas de arcos de medio punto en el patio. Y en estas y otras madrazas
falsos arcos de muqarnas luego adoptados en las trompas de las dos salas referidas de
Leones (fig. 63, 4). La abundante presencia de
muqarnas en la madrazas y mezquitas del otro lado
del Estrecho ha llevado a algunos autores a
diagnosticar en falso que las muqarnas es privativa
de la arquitectura religiosa, antes que de la
domestica o civil. El palacio de la Zisa y el de la
Cuba de Palermo, restos de ellas aparecidos en la
Qal´a de los Banu Hammad revelados por L. Golvin
(141) y la propia Alhambra son testimonios
elocuentes de la falsedad del aserto consignado
(recuérdese la casa de Abomelik de Ronda y el
pórtico de la Alhóndiga del Carbón de Granada).
Mocárabe de la Alhambra
El mirador de Lindaraja asociado a la Sala de Dos Hermanas y el Palacio de la Zisa de
Palermo.
En dos artículos míos de mi página personal de Internet así como en mi libro de este
mismo medio de difusión Arquitectura y decoración en el Islam Occidental. España y
Palermo doy un avance bastante desarrollado de la dualidad arquitectónica Mirador de
Lindaraja-Sala del Ninfeo del palacio de la Zisa de Palermo, expresada en las presentes
figuras 66, 67 y 68, paralelo en base a los arcos de mocárabes del mirador granadino y
sala del Nifeo palermitano. Vaya por delante que Dos Hermanas es una Qubba Real
Fig. 66, Monográfico de la Sala-Qubba de las Dos
Hermanas y el mirador de Lindaraja
Fig. 67. Paralelo del mirador de Lindaraja (1) y Sala del
Ninfeo de la Zisa de Palermo (2)
cortejada por dos saletas con una al-haniyya cada una, la central destinada a audiencia
de carácter privado equivalente al diwan-i-haas oriental frente a la Qubba Real de
Comares de audiencia pública o diwan-i- amm. Añadese a las Dos Hermanas la T
invertida o sala apaisada y torrecilla- bahw o mirador de Lindaraja como el sitio del
trono de Muhammad V que así lo predica la epigrafía árabe de las paredes.
El monográfico del mirador en la primera figura donde hago
hincapié en la planta cruciforme (2) vista y analizada en otros
palacios. La planta baja o sótano de la Sala de Dos Hermanas
con su mirador proyectado al exterior (3) (A) (B) invita a
asomarnos a plantas semejantes o parecidas de nuestro entorno
occidental: C) sala o palacio del Manar de la Qal´a de los Banu
Hammad que ya L. Golvin comparó con la planta de las salas de
la torre de la Vela de la Alcazaba de la Alhambra (D) (142), y a su vez yo dejé
consignado que el tipo referido de planta de la Qal´a es módulo imitado en dos plantas
de la Torre Pisana del Palacio Real de Ruggero II de Palermo, según criterio de David
Knipp (E) (F) (143). Las restantes ilustraciones del mirador son: 4, exterior del mismo
en el que está presente la ventana de doble arco propia como vimos del nicho-trono del
Cuarto Real de Santo Domingo de Granada y del Palacio de Comares; 5, 6, portada con
el arco de mocárabe de entrada, vistos al fondo tres arcos mocarabados puramente
decorativos adosados. En la jambas del arco tacas ciegas (8) de tres arquillos. La Sala de
Ajimeces con la Sala de Dos Hermanas y sus dos saletas contiguas en paralelo con el
núcleo del Salón de embajadores del palacio mudéjar de Pedro I del Alcázar de Sevilla
(7). Queda pues aclarado que el mirador tiene los siguientes arcos de mocárabes: a la
entrada, al fondo de la saleta otro distinto y adosado y a los costados otros dos esta vez
gemelos y diferentes de aquél. Respecto a la denominación del mirador en época árabe
se impone el término bahw, según en su día me comunicó María Jesús Rubiera: “en un
diwan tunecino está aludido el mirador de Lindaraja con el vocablo bahw”.
Zócalo
vidriado de
jamba del
arco de
entrada del
mirador de
Lindaraja.
El paralelo mirador y sala del Nifeo analizado en la figura 67: en dos apartados, 1 y 2.
el primero para el mirador, el 2 para la sala de la Zisa, con las siguientes aclaraciones.
67-1. Yeserías
hispanomusulmanas en la
Zisa (1, C, D, F) y del
Palacio de la Cuba de
Palermo (G).
Fig. 68. Composición
de montaje de un arco
de muqarnas de la
Alhambra (B) en arco
de entrada del Ninfeo
de la Zisa (A), con
resultado imaginario
en el arco (D),
semejante al mirador
de Lindaraja (C).
En 1, planta en cruz griega (2), (4) (6) para el arco de mocárabes de la entrada; al fondo
del (3) arco adosado de mocárabes que es diferente del (5) de uno y otro lado de la
saleta-nicho, los dos semejantes. Pasando al apartado 2 de Palermo: (2) (3) planta en
cruz; (4) la sala en el siglo XIX según grabados Girault de Prangey y el inglés Gally
Knight (144), el segundo representado en la fig. 68, A, desaparecido el arco de entrada
original en los dos grabados, en ellos se dejan ver los tres arcos-nichos de mocárabes
del frente y de los costados. El (1) del frente distinto del (5) (6) de los costados, ambos
iguales (ver fig. 65, 1, 2). Por complemento en la misma figura modelos de la sala
cruciforme en el Palacio de ziri en Achir, Argelia, s. X (A), sala del Manar de la Qal´a
de los Banu Hammad (C) y sala de honor de palacio Uscibene de Palermo (B). Abajo
unidades o celdillas de muqarnas que figuran en el interior de los arcos mocarabados de
la Zisa: a, b, c, algunos de yeso añadidos a las muqarnas de piedra; el del arco-nicho
del fondo que se repite en el e de mocárabes de la Alhambra. Respecto al arco de
mocárabes desaparecido de la Sala del Ninfeo, Bellafiore en exploraciones realizadas en
esa parte de la sala vio señales de muqarnas que pertenecieron al arco original de la
entrada (145). En este sentido visto el paralelo de mirador granadino y sala del Ninfeo,
el arco de ésta sería parecido al del mirador, en último término el granadino confirmaría
la presencia de muqarnas a la entrada del Ninfeo, en este caso arco de muqarnas de
estuco, no de piedra. Se llega a este extremo viendo que las yeserías de los muros de la
entrada son hispanomusulmanas según expuse en trabajos aludidos anteriores (fig. 67-1,
1, C, D, F); otras yeserías hispanas en el palacio de la Cuba (G) (ver figura 65, 5) con
atisbos de modalidades geométricas y florales de yeserías magrebíes del siglo XII y del
claustro de San Fernando de las Huelgas de Burgos. Todos estos argumentos conducen
a que la entrada del Ninfeo tuvo efectivamente arco de muqarnas, como propuesta arco
del tipo empleado en la Alhambra dos siglos después, ejemplo uno de la Sala de Justicia
del Palacio de los Leones (fig. 68, B) que acoplado al arco del grabado inglés (A) daría
el fotomontaje (D) obteniéndose una imagen semejante a la (C) del mirador de
Lindaraja de la Alhambra. Ello nos sitúa en la tesitura de aceptar relación artística entre
Palermo y Granada fraguada en el siglo XIV dentro
del palacio más célebre hasta ahora conocido de
Occidente, o pensar que el modelo del Ninfeo se
fraguó en palacio hispanomusulmán desaparecido del
Norte de África o de al-Andalus peninsular en cuyo
caso tendríamos en España el modelo directo del
mirador de Lindaraja. Aquí tratado espacio o nicho o
bahw como sitial del trono privado de Muhammad V.
Adviértase que la planta cruciforme del Ninfeo sin
cascada o fuente de agua en el nicho frontal se repetía
según Bellafiore, arquitectura y atributos decorativos,
en la tercera planta del edificio esta vez como
verdadera sala de audiencias del monarca Guglielmo
II.
Mirador de Lindaraja o Daraxa, según
Girault de Prangey (1843-1845).
Sobre los techos adintelados o alfarjes de las galerías del Patio de los Leones
Últimamente se han publicado trabajos sobre los techitos de las galerías de este patio
(146), algunos reflejados en artículos míos pasados, que por vía de síntesis traemos a
estas páginas. La planta del Palacio de los Leones (fig. 69, 1), aparte de reflejar la
ubicación de los diferentes mocárabes, da información sobre el montaje de los alfarjes
reflejado en los pares de vigas transversales señaladas en el plano con la letra T. Las
ilustraciones (2) y (3) dan fe de ello: sobre los arcos de las galerías y paredes
interiores descansan voladizas pilastrillas como sostén de ménsulas de muqarnas en las
que apoyan las maderas sobre las que se acoplan los frisos de fábrica de apoyo a los
tableros de techos o alfarjes propiamente dichos (fig. 69-1). En los ángulos del oeste
dicho sistema deja libre espacios rectangulares donde van preciosas bovedillas de
muqarnas (4) con esquemas geométricos que se remontan a pasadas épocas clásicas.
Este sistema de soportes suspendidos para cubrir una sala o galería viene de la Aljafería
de Zaragoza (fig. 70, B, 1, 1-1), según interpretación de Cabañero Subiza ( B) (147) al
que yo di orígenes localizables en iglesias bizantina (A); también recordar aleros de
madrazas magrebíes ya propuestas por Torres Balbás (2) (C), y de paso techos o aleros
con soportes voladizos en portada de la mezquita aljama de Córdoba (5), pasadizo de la
mezquita de Ibn Tulun de El Cairo (4) y en Madinat al-Zahra probable esquema de
apoyo de vigas del techo plano del “Salón Rico” (3).
Fig.. 69. Techos adintelados de las galerías del Patio de los Leones
reflejados con una T en la planta 1; bovedillas de mocárabes de los
ángulos, 4.
Fig. 69-1. Tableros de los alfarjes y vigas transversales, 6, 7, 8.
Fig. 70. Orígenes de techos adintelados con soportes suspendidos. Sala de
Honor de la Aljaferia, restitución de Cabañero Subiza, B; miembros del
techo, 1, 1-1; soportes suspendidos de cubierta adintelada de iglesia
bizantina, A; alero con soportes suspendidos de madrasa maríni del Norte
de África, C, 2; alero de la puerta de San Esteban, mezquita aljama de
Córdoba, 5; detalle de cubierta de piedra de puerta de la mezquita de Ibn
Tulun, 4; detalle de soporte de Madinat al-Zahra, 3.
La Sala-Qubba de los Abencerrajes. La linterna estrellada
Figa. 71 y 72. Sala-Qubba de los Abencerrajes con lucernario estrellado, 3 y dibujos de pantalla en negro; esquema de bóveda estrellada de la qubba de delante del mihrab de
la mezquita aljama de Córdoba, A; bóvedas de dibujo estrellado en edificios religioso selyuquíes, B, C. La relación de estas dos bóvedas con los Abencerraje es mera
coincidencia. V. Noto ha dibujado en la pantalla en negro los esquemas B-3, B-4, B-5 y B-6 generadores de las linternas de las salas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes.
En la fig. 72 supuesto modelo de las trompas de la bóveda de los Abencerrajes: 5, 6, 7, de la puerta principal de la Chella de Rabat, señalados como tal precedente por
Cabañero Subiza; esquinales achaflanados con mocárabes granadinos y de Huelva, 6-1, 8, 9.
Figs. 73 y 74. Teoría sobre el origen de la bóveda estrellada de Abencerrajes y su influencia en la Torre Nueva mudéjar de Zaragoza, según Cabañero Subiza. Bóvedas de linterna octogonal de lados curvos; 2 , de la
mezquita mayor de Susa; A-1, A-2, bóveda del ribat de Susa y bóveda de delante del mihrab de la Gran Mezquita de Qayrawan; 1, mausoleo de Assuan, Egipto. Por mi parte ya expuse con anterioridad a esta teoría
supuesto precedente en el Iman Dur, tumba de Muslim ibn Karaish, en Samarra, s. XI, según Herzfeld, 3, 4, 5. Respecto a la Torre Nueva de Zaragoza, fig. 74, la base estrellada de la parte inferior, 1, 2, 3, 4; la torre 6 de
la muralla de Teruel también de planta estrellada con picos grandes alternando con picos pequeños; la planta 5 es de baluarte militar moderno de la zona de de Tetuán-Ceuta descendiente de torres baluarte italianos del siglo
XV en los que debió inspirarse la torre mudéjar zaragozana del siglo XVI. En las murallas de Ceuta del siglo XV-XVI existe otra torre estrellada esta vez de puntas iguales.
Planteamiento de la sala ya publicado en mi Tratado de arquitectura
hispanomusulmana, III (figs.71 y 72). En las siguientes figuras, 73 y 74 con la
propuesta de Cabañero Subiza sobre la probable influencia de la torre en forma de
estrella de los Abencerrajes en la Torre Nueva mudéjar de Zaragoza (fig. 74) (148); de
paso otros probables modelos árabes que se acercan al estrella de la Alhambra (149),
todo ello explicado en epígrafes a pie de ilustración. Y vaya por delante la función de la
Sala-Qubba que en principio he identificado con vivienda de lujo de estar femenina, tal
vez la sultana, con apartamento casi secreto en la parte superior del edificio
tradicionalmente llamado harén. Sobre este tema Emilio García Gómez opinaba que el
harén que no acaba de encontrarlo en los textos árabes, estaría, dice, en los pisos altos
de los Abencerrajes, tal vez también en los altos de la Sala de las Dos Hermanas en
opinión de Mª Elena Diez Jorge (150). Y habría que saber interpretar un pasaje de Ibn
Marzuk de su Musnad : palacio que proyectaba hacer Abu al-Hasan en Tremecen con
cuatro qubbas, con motivo de la llegada de una princesa de Túnez, ¿qubba como
habitación de mujer? Y a todas luces desestimar como ya lo deje dicho la identificación
de los Abencerrajes como mausoleo de Muhammad V. La qubba con dos salas adjuntas
simétricamente dispuestas que predica Ibn Marzuq en su Musnad a veces es
representada en Egipto y Oriente con funciones religiosas, pero esto es un tema que no
viene a cuento relacionar con los Abencerrajes, teniendo en cuenta que ese modelo de
qubba viene del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada.
El discurso del agua en palacios y jardines de los palacios hispanomusulmanes y
sículo-normandos de Palermo
El artificio del agua como espectáculo a la
vez que decoración de las regias
residencias hispanomusulmanas puede
darse por inaugurado en los palacios de
Madinat al-Zahra y los del siglo XII con el
referente incontestable de los patiosjardínes con crucero tan divulgado a través
del patio de los Leones de la Alhambra (fig.
75, 1): la cruz de acequias con pilillas
intercaladas en el suelo (2) que convergen
en el centro donde se sitúa la pila
dodecagonal sostenida por doce leones de
pie que expulsan agua por las fauces (3) (4)
y figura 76 (1). Conocidos son los leones
esta vez sentados que estuvieron al pie de
gran alberca del Maristán granadino de
Fig. 75. Fuente, acequias y albercas nazaríes de
Muhammad V (2) (3), (153) reiterados estos modelos en animal surtidor fatimí de el
Cairo (6), leones sentados aunque esta vez sin relación con el agua que sostienen una
tumba de monarca de la dinastía normanda de Palermo conservado en la Catedral de
esta ciudad (5). Cabezas de león surtidor de escena de las pinturas de la Capilla Palatina
de Palermo (4) y figura 77, 7. En la misma figura alberca con cabezas de ciervos
expulsando agua de la Biblioteca Apostólica Vaticana según publicación de Torres
Balbás (4) (151). Cabeza de león con boca surtidor del Museo Arqueológico de la
Alhambra (6). También en (3) pila cuadrangular con cuatro nicho-lóbulos con
representación dentro de leones relacionados con el agua aparecida en la Qal´a de los
Banu Hammad (152). De estas imágenes con animales surtidores se hacen eco las
crónicas árabes referidas al Norte de África y residencia de la misma Granada. Este
animal tiene una larga trayectoria en el mundo islámico, en la historia, la literatura y el
arte, en este último nivel con carácter profiláctico, mágico, protector o de custodia o
como símbolo de poder siguiendo una vieja herencia asiática. Como surtidor o
surtidores zoomórficos los ejemplos mencionados y como dice la doctora María Jesús
Rubiera el olvidado león de la almudaina de Mallorca estudiado por Roselló Bordois
(153), el de Abd al-Rahman III ubicado en la almunia de la Noria, los animales
surtidores de pila de al-Zahra traída de Constantinopla (154), león negro de palacio de
Almanzor, la alberca con leones surtidores de palacio del taifa al-Ma´mun de Toledo
(155); en el Norte de África el poeta siciliano Ibn Hamdis decribe palacio de un emir de
la dinastía hammadi en Bugía : “Valientes leones habitan la guarida de los jefes y dejan
el susurro del agua como rugidos…están sentados sobre sus cuartos traseros para
atacar…”. Para Granada en el siglo XI el judío Ibn Nagrella habla de palacio de la
Alhambra con leones surtidores (156). Después, entre este caso y el de la fuente de los
leones nazaríes del siglo XIV un palacio en el Nayd que se construye Muhammad III
con fuente: “los leones abren alrededor de la alberca y arrojan coral de líquido”
Sobre los leones ver Tratado de arquitectura hispanomusulmana, III.
Figs. 76, 77, 78, 79. Tratado del agua en las residencias de Granada, lla Alhambra y la Qal´a de los Banu Hammad de
Argelia; en las figuras 78 y 79, 6, 7 palacio de la Zisa por comparación con el tratado del agua en Madinat al-Zahra (fig. 79,
1, 2, 3, 4; el 5 patio de crucero del palacio almorávide del convento de Santa Clara de Murcia; 8, Palacio de los Leones de la
Alhambra.
La arquitectura y el agua, no siempre con vegetación, alcanza a viviendas de élite de El
Cairo desde la época fatimí (fig. 75, A), en el patio como marco pilas o alberquillas de
las que parte acequia o canalillo incrustado en el suelo camino del iwan con pórtico en
cuyo frente o testero se acopla fuentecilla o pila cuadrangular con cuatro lóbulos, es el
mismo paisaje palatino, privado o doméstico, de las salas del Palacio de los Leones y
Sala del Ninfeo de la Zisa de Palermo (fig. 78). Se prodigan en estas residencia regia o
de clase elitista los patios o jardines con estanque central o al pie de los pórticos con
pila surtidor en el testero: tipos reflejados en la figura 75 (4-1) (5) (6) (7), el (8) del
patio con crucero del Alcázar Cristiano de Córdoba. A estos modelos añado otros de la
figura 77: (2) de pililla de estanque de casa de la explanada del palacio de Carlos V de
la alhambra, el mismo modelo en mármol del patio del Palacio de Comares y del Cuarto
Real de Santo Domingo (4-1), la pililla en el suelo cuadrangular con cuatro lóbulos de
El Cairo y de la Qal´a argelina reflejadas en la aparecida en la parte de la Rawda de la
alhambra (3-1) reiterada por partida doble en pieza de piedra alargada que estuvo desde
el siglo XVI en el llamado Patio de Machuca de los accesos a la Casa Real Vieja de la
Alhambra (3-2) modelo que a juicio de Orihuela se inspira en pila fuente de palacios de
la romana Volúbilis. De este complejo arqueológico es otra pila de patio porticado (1):
es pieza rectangular apaisada con lobulillo en tres de sus costados bordeada de canalillo
que recoge el agua de fuentecilla surtidor circular instalado en el frente principal, la
circulación del agua de forma parecida a la pila (3) de la Qal´a y la (3-1) de la
Alhambra.
Sería interesante hacer un inventario morfológico de las albercas o estanques del orbe
mediterráneo occidental para así poder compararlas cómodamente con las
hispanomusulmanas. Mérida, Itálica, Lixus, Utica, Cartago y otras ciudades en ruinas
romanas arrojan un balance muy interesante de contenedores de agua relacionados con
patios, jardines o huertos. Sin duda algunas de esas viviendas presididas por albercas
recibirían el nombre de éstas. En Granada ha prevalecido el Patio de la Alberca, también
llamado de los Arrayanes, del Palacio de Comares y en Marruecos figura madraza de
Fez llamada Al-Sahriy-estanque- erigida en 1221-1223 que por lo visto para distinguirla
de otras menores recibió el nombre de Madraza al-Qadra. En el Musnad de Marzuq es
llamada Madrasa de Al-sahriy y se atribuye a Abu- l-Hsan. Un refinamiento de esta
arquitectura del agua sin duda traspasado de la Antigüedad al Islam es el canalillo de
mármol gris exhumado en la Qal´a de los Bannu Hammad (Argelia) con el fondo
decorado por líneas en zig-zag en relieve simulando el oleaje del agua decoración
acompañada a veces de figuras de peces que marcan la dirección del líquido elemento.
Esta decoración zigzagueante es llamada chatravan viéndose en casas aludidas del
Fustat, según Creswell. En la figura 78, 1, 4, de la fuente de la Sala del Ninfeo de la
Zisa se ve una plancha inclinada con el rayado de ángulos sucesivos por la que
discurría el agua que vertía en pililla de la arranca canalillo longitudinal, pieza llamada
sadriwan, cadar o bien salsabil (Marçais) de influencia egipcia (157). No se conoce en
España semejante artificio del agua. Fuentes con canalillos con el agua simulada en
dibujo de líneas zigzagueantes pueden verse en un tapiz con jardines de crucero
procedente de la región de Tabriz, s. XVIII.
APENDICE.
La segunda planta de palacios hispanomusulmanes y mudéjares
1
2
3
En escasos edificios de la
Alhambra hay segunda y
tercera planta. En la
figura 1: costado sur del
patio de Comares con dos
plantas
de
pórtico
separados por entresuelo,
(1); en el Partal la
torrecilla y
viviendas
adjuntas (2); luego el
Palacio de los Leones, dos
plantas en las qubbas de Dos Hermanas y de los Abencerrajes con miradores de triple
ventana al patio del crucero /3); las Puerta del Vino (4) y la fachada de la Alhóndiga del
Carbón (5); la gran portada del Palacio de Comares en el “Cuarto Dorado” (6); pabellón
o pórtico meridional o de los pies del Patio de la Acequia del Generalife de Granada (7);
y en Comares la torre de este nombre (8) a cuya segunda planta y la terraza se asciende
por angosta escalera del dibujo adjunto. En la figura 2 fachada principal del palacio
mudéjar de Pedro I en el
5
Alcázar de Sevilla (1) casi
gemela de la portada de
Comares de la figura 1;
portada de los palacios
mudéjares de Tordesillas
(2) y la del palacio de
Astudillo (4) a las que se
suma la portada del
llamado Palacio del Rey
Don Pedro en Toledo (5).
En la figura 3 ventana del
patio del Palacio de los
Córdoba en Écija (1);
ventanas de la segunda
planta del palacio de
Tardecillas
(2)
(3);
portada del palacio de Doña María de Molina en Valladolid, (4). Figura 4, ventanas de
la fachada interior de la planta superior de la Puerta del Perdón de la mezquita aljama
almohade de Sevilla junto a la cual he dibujado una fachada exterior de puerta del
siglo XII de las murallas de Niebla, las ventanas superiores meramente decorativas al
contrario de lo que se ve en la Puerta del Vino de la Alhambra. Dentro del Isla,
Occidental las tres plantas del palacio de la Zisa de Palermo, según A. Goldschmidt.
Recapitulando, las portadas dobladas de la arquitectura residencial nazarí y mudéjar
coinciden en la presencia arriba de un arco o arcos gemelos de ventana, icono que
aunque a veces de carácter simbólico podría significar que el palacio tuviera arriba
espacio privilegiado liso o decorado equiparable a los espacios de la planta baja, como
el pretendido palacio privado de Pedro I que A. Almagro ve a título de hipótesis en la
planta alta del alcázar de Sevilla con fachada al Patio de la Montería. A propósito de los
espacios reservados a las mujeres musulmanas en los palacios no se descarta que las
plantas altas fueran destinadas a ellas, cual es el caso seguro del llamado Harém de la
Sala-Qubba de los Abencerrajes que así viene rezando la tradición de ese lugar,
últimamente reivindicado por la historiadora del arte Mª Elena Diez Jorge quien no
acaba de encontrar en los textos árabes testimonio claros o seguros acerca de la morada
asignada a la mujer musulmana en las residencias regias. Veamos como veía Torres
Balbás este tema referido al patio de los Leones de la Alhambra: “en el centro de los
lados mayores abrense grandes arcos semicirculares dando entrada a los aposentos de
las salas de las Dos Hermanas y de los Abencerrajes; encima avanza hasta el hueco del
patio los cuerpos altos de estas salas formando sendos miradores abiertos por triples
arcos con cuatro ventanitas encima que darían a los aposentos femeninos” (ver figura 1,
4). En otros trabajos míos he identificado esa 6
habitabilidad femenina con los espacios de
primera o segunda planta de pabellones
opuestos o distantes del principal o del sultán
con jardín o alberca por medio, cual ocurría en
palacios orientales de los siglos XV y XVI,
principalmente de Irán. Este sería el caso de
pórtico doble, a modo de balconadas, del sur
de Comares o el pabellón también meridional
del Patio de la Acequia del Generalife.
Pabellones por lo tanto de hombres y mujeres
enfrentados arquitectónicamente, ello rubricado
por el enfrentamiento de las salas de las Dos
Hermanas y de los Abencerrajes con su harém
en la segunda planta.
6
Fachada-portada del Palacio de Comares en el
Patio del “Cuarto Dorado”. Alhambra.
SOBRE LA SUPUESTA O DESAPARECIDA FACHADA DEL COSTADO MERIDIONAL DEL
PATIO DE LA ALBERCA DE COMARES.
Como punto de partida Gómez-Moreno y Torres Balbás coincidián en el siguiente criterio escrito por el
segundo: “Es insostenible aseverar que la entrada principal de la Alhambra estaba en la parte del palacio
de Carlos V, desde que se conoce la verdadera”, o sea, la del “Cuarto Dorado”. Lo demás sobre este tema
cae más de la parte de la dilatante leyenda histórica. Emilio García Gómez a raíz de su Foco de antigua
luz sobre la alhambra de Ibn al-Jatib de 1362 (1988) sostuvo esa poratada en eje con el salón del trono
de Comares e incluso habla de traslado de portada fantasma al “Cuarto Dorado”, es decir, la actual
trabajada por A. Fernández-Puertas y M. López Reche (La fachada del Palacio de comares, 1980).
Semejante traslado lo desestimamos Darío Cabales Rodríguez y yo con parecidas argumentaciones (“La
fachada de Comares y la llamada puerta de la Casa Real de la Alhambra”, Cuadernos de la Alhambra,
23, 1991, y “Notas bibliográficas”, Al-Qantara XI, 1990). C. Vilchez Vilchez entra en el tema con su
artículo “Sobre la supuesta fachada meridional del Palacio de Comares” (Cuadernos de Historia del Arte
de la Universidad de Granada, 22, 1991) donde habla de la existencia de plaza o explanada de delante del
costado sur de Comares en la que desembocaban las arterias o vías principales (J. Bermúdez López,
“Notas sobre la traza urbana de la Alhambra: sus calles principales”, Actas del II Congreso de
Arqueología Medieval Española, 1987), plaza desestimada años después por Marinetto Sánche (2004)
por el desnivel que se producía allí, por contestación a Ruiz Souza que la mantiene en su artículo “El
palacio de los Leones de la Alhambra…” (2004). Este autor de explaya en este tema en su artículo de ese
último año titulado “El Palacio de Comares de la Alhambra de Granada: tipología y funciones. Nuevas
propuestas de estudio”, Cuadernos de la alhambra, 40.
La exposición en este artículo como prueba de la desaparecida puerta del palacio que nadie ha visto es
una retahíla de argumentos y citas entre históricas y legendarias que parte de lo sasánida y pasa por las
dinastías omeya y abasi e incluso se menciona sin venir al caso al-Zahra y palacios del Alcázar de
Córdoba al decir de las crónicas árabes con estancias regias de altas plantas dando sus portadas a plaza o
explanada pública a la que podía asomarse el jerarca de turno, algo parecido a lo que nos cuenta A.
Almagro Gorbea del Alcázar de Sevilla, vía hipótesis sin confirmar, concretamente la portada mudéjar de
Pedro I de la Monteria (1364-65, con ventanas duplicada en la segunda planta. La tesis o propuesta de
larga trayectoria retrospectiva traida por Ruiz Souza tiene dos vertientes, la existencia de la propia y su-
puesta portada que no llega a ser probada y el tema de portada en eje con el salón del trono propugnado como se ha
visto por García Gómez. Si en Oriente los califas omeyas y abbasies y luego las dinastían reinantes en tierras tunecinas
y argelinas a partir de los siglos IX y X, incluidos por extensión los palacios de la Qala´a de los Bannu Hammad de
Argelia y los palermitanos de la Zisa y de la Cuba, respetaron en sus residencias tal modalidad nada en lo
hispanomusulmán y lo mjudéjar permite reivindicarla. En las ilustraciones de este apéndice se ven portadas de doble
planta, con una ventana de arco único o geminada, siempre desenténdiéndose del eje que pasa por el centro del patio y
jardín director de las distintas estancias. En ello no cabe duda que intervendrían motivos topográficos pero la mayoría de
las veces es evidente que se busca el recoveco o codo único, doble o triple hasta llegar al patio o el trono de la Qubba
Real. Esto es lo que hace más distantes a portada y trono, lo digo respondiendo a Malpica Cuello que escribe en 2002
lo siguiente: “Es totalmente imposible que el acceso principal al Palacio de Comares fuese por la puerta del mismo
nombre, que se haya en un extremo del Cuarto Dorado. Además de otros muchos argumentos, la entrada a Comares no
se podía hacer tan cerca del trono” (La Alhambra de Granada. Un estudio arqueológico). Dicho sea de paso, esta
portada es oficial, común para Comares y para el palacio de los Leones, la implantó Muhammad V en 1370, propuesta
por Fernández-Puertas, un año antes muere Pedro I de Castilla, aliado y amigo del sultán granadino, su portada mudéjar
de Montería del Alcázar sevillano del año 1364 se adelanta a la de Comares, y que la entrada con portadas del
Generalife para nada se alinea con el jardin de la Acequia y sala del trono. Esto es lo que hay hoy de la planimetría de
vivienda palatinas altas árabes y mudéjares con vistosas portadas que en principio se pueden asignar a las mujeres:
Comares, Generalife, fachada de la Monteria del Alcázar de Sevilla, palacio de Tordesillas, palacio de doña
María de Molina de Valladolid, palacio de doña María de Padilla de Astudillo, palacio del Rey Don Pedro y
palacio de Fuensalida de Toledo, palacio del Convento de Santa Isabel la Real de Toledo Uno de los
palacios mudéjares tardíos de Castilla con la puerta de entrada en eje con el patio es de los Cárdenas de
Ocaña, siglo XV-XVI. Dicho esto, las madrazas marroquíes ya comentadas pueden tener la entrada a los
pies del patio o no. Las viviendas individualizadas granadinas, leáse como ejemplo la de las torres
alhambreñas de la Cautiva y de las nfantas enseñan entrada de codo sencillo o múltiple.
Un ejemplo de palacio del Islam Occidental, de estructura unitaria y axil con gran estanque centralizado en
sustitución de patio o jardín , tipo Comares y en parte palacio de Pdro I del Alcázar de Sevilla, es el llamado
Alcázar del Mar, en la Qala´a de los Bannu Hammad de Argelia, (s. XI-XII), estudiado por L. Golvin,
precisamente el que más parecido tiene en mi criterio con el palacio de Comares que viene en teoría y
parcialmente a dar la razón a los que propugnan el eje portada -salón del trono de Comares.. Lo que en este
es salón del trono en la Qala´a es gran patio cuadrado, coinciden en los pórticos de los costados menores
del gran estanque y en la presencia de Baño Real a la derecha del mismo. La entrada en el costado de los
pies, centralizada aunque con dobles codos simetrizados. Y una variante palmaria cual es que la sala que se
supone del trono queda a la derecha relacionada con los baños, sala tripartita, qubba y dos salas laterales,
tipo qubba del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada.
Palacio del Mar de la Qala a´de los
Bannu Hammad. La sala tripartita
de la derecha desgajada del plano.
BIBLIOGRAFIA
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en Berbérie, á propos de la Techfiniyain de Tlemcen », Melanges Gaudefroy-Demonbynes, Le Caire,
1937. Golvin, L., La madrasa mediévale, Aix -en-Provence, 1995.
2. La influencia andalusí en Túnez fue una constante en la dar o vivienda tunecina entre los siglos XIV y
XVI.
3. Creswell, K.A.C., The Muslim architecture of Egypt, II.
4. Marçais, G., Architecture musulmane d´Occident, Paris, 1954.
5. Ruiz Souza, J. C., « Santa Clara de Tordesillas. Nuevos datos para su cronología y estudio entre la
relación de Pedro I y Muhammad V”, Reales Sitios, 130, i996.
6. Pavón Maldonado, B., “Sobre el no aislamiento de la Alhambra. Un prólogo para siete notas de
arquitectura”, Cuadernos de la Alhambra, 29-30, 1993.1994.
7. Diez Jorge, Mª Elena (ed.), La Alhambra y el Generalife. Guía historico-artistica, 2006.
8. Malpica Cuello, A., La Alhambra de Granada, un estudio arqueológico, Granada, 2002. Es un libro
elaborado por alumnos del autor que asume la responsabilidad intelesctual del trabajo. Libro teóricamente
aperturista con el pensamiento puesto en el futuro: la investigación arqueológica de la Alhambra, “no por
ello despreciamos, sino todo lo contrario, las diferentes posibilidades que existe para el conocimiento de
la ciudad palatina”. “Pensamos que hay que romper una imagen tan consolidada del monumento como la
que hasta ahora ha tenido, y así darle una dimensión distinta que, en nuestro caso, es claramente más
material” o arqueológica. Por lo que afecta a la decoración y la epigrafía árabe toda uina propuesta de
futuro: “aún cuando hay numerosos trabajos parciales y se conoce bastante, a veces no es suficiente y
habrá que esperar que nuevas investigaciones culminen y vean la luz. Entre tanto nos conformaremos con
la que tenemos”. A lo largo del libro muchas veces los abundantes y abultados de textos entrecomillados
copiados de distintos autores, que dan pie al meollo del libro, puerta abierta al cometido o revisión
arqueológica de la nueva andadura de Malpica Cuello, no son reproducidos con la deseada fidelidad,
justedad y cuantía.
9- Pavón Maldonado, B., Estudios sobre la Alhambra, I-II, Anejo II de Cuadernos de la Alhambra, 19751977 (contiene la Alcazaba, el Palacio de Abencerrajes, los Accesos a la Casa Real Vieja, el Palacio de
Comares; el Generalife, Torre de la Cautiva, el Cuarto de Leones. Puertas y torres de la Alhambra, (siglo
XIV), Las columnas en la arquitectura nazarí, Decoración mural pintada, Conclusión: la Qubba del Islam
Occidental, Apéndice.
10. Pavón Maldonado, B. Tratado de arquitectura hispanomusulmana. Palacios, Madrid, 2004 (contiene
206 páginas dedicadas al arte nazarí de Granada con 96 figuras a toda plana que comprenden 725
documentos históricos o ilustraciones en su mayoría inéditas con atención preferente para la decoración
y la epigrafía las parcelas más desatendidas de la Alhambra).
11. Vilchez Vilchez, C., La Alhambra de Leopoldo de Torres Balbás (Obras de restauración y
conservación. 1923-1936., Granada, 1988.
12. Orihuela Uzal, A., Casas y palacios nazaríes. Siglos XIII-.XV, 1995.
13. Ruiz Souza, J. C., “El palacio de los Leones de la Alhambra: ¿Madrasa, zawiya y tumba ded
Muhammad V? Estudio para debate”, Al-Qantara, XXII, 2001.
14. Cabanelas Rodríguez, D., “La madraza árabe de Granada y su suerte en época cristiana”, Cuadernos
de la Alhambra, 24, 1988.
15. Gómez-Moreno, M., Guía de Granada, 1892, pp. 118-124.
16. García Gómez, E., Foco de luz sobre la Alhambra desde un texto de Ibn al-Jatib en 1362, Madrid,
1988.
17. Sourdel Thomine, “Locaux d´enseiglnement et madrasas dan el Islam Mediéval », Revue des Etudes
Islamiques, XLIV, 1976 ; Basset, H., y Lévi-Provençal, E., « Chella. Une nédropole merininide »,
Hesperis, 1922 : Meunié, J., « La zaouita Noussak. Une fondation mérinide aux abords de Salé »,
Melanges d´Histoire det d´archeologie de l´Occident musulman, Homenaje a George Marçais, Alger,
1957.
18. Bermúdez Pareja, J., La Alhambra. La Casa Real. Forma y Color, p. 4.
19. López López, C. y Orihuela Uzal, A., “Una nueva interpetación del texto de Ibn al-Jatib sobre la
Alhambra en 1362”, Cuadernos de la Alhambra, 26, 1990.
20. Tratamiento o interpretación de la Rawda de la Alhambra en Torres Balbás, L. (“Paseos por la
Alhambra. Una necrópoli nazarí: la Rawsa”, Archivo Español de Arte y Arqueología, 6, 1926); Gallego
Burín, A. (La Alhambra, 1963), Pavón Maldonado (Estudios sobre la Alhambra, 1975-1977); Salmerón
Escobar, P. y Cullel Muro, M., “La Rauda de la Alhambra. La memoria del lugar como base de la
intervención”, Cuadernos de la Alhambra, 36, 2000.
21. Para tipologías de mausoleos con nichos, Mohamed Hamzah Ismael Al-Haddad, Estudios e
investigaciones en la arqueología islámica, El Cairo, I-II, 2004 (en árabe). Entiendase en este tema que la
planta de la Sala-Qubba de los Abencerrajes de la Alhambra, planta tripartita (sala cuadrada con dos
saletas rectangulares a los lados), venía siendo habitual en el Egipto fatimí y el mameluco y bastantes
casos medievales de Oriente, argumento que esgrime Ruiz Souza para ver en la Sala de los Abencerrajes
supuesto mausoleo de Muhammad V; pero este caso granadino sigue la línea de plantas adcritas a la
Qubba Real que viene del Cuarto Real de Santo Domingo de Granada y de Alcázar Genil de la misma
ciudad. La engañosa plurifuncionalidad de esa planta tripartita que afecta también a mezquitas de
madrasas del otro lado del Estrecho no debe apartarnos de la tradición nazarí palatina heredada de los
almohades desde muy temprana edad, con la aclaración del Musnad de Ibn Marzuq para el siglo XIV de
qubbas en palacio de Tremecén con sala central y estancias colaterales (ver nota 80 de este artículo).
22. Rousseau, G., Le mausolée des Princes Sa´diens à Marrakech, Paris, 1925.
23. Pavón Maldonado, B., Tratado de arquitectura hispanomusulmana, IV, Mezquitas, Madrid, 2009, pp
723, fig. 29.
24. Los mocárabes del mihrab del Partal responden a la tradición de la arquitectura religiosa magrebí de
la época aunque en este caso granadino las muqarnas serían objeto de restauraciones. (Torres Balbás ,”El
oratorio y la casa de Astasio de Bracamonte, en el Partal de la Alhambra”, Al-Andalus, X, 1945).
25. Torres Balbás, L., “Pasadizo entre entre la sala de la Barca y el salón de Comares en la Alhambra de
Granada”, Al-Andalus, II, 1934; y Pavón Maldonado, Tratado, III.
26. Gómez-Moreno, Guía de Granada, y Torres Balbás, “La mezquita real de la Alhambra y el baño
frontero”, Al-Andalus, X, 1945.
27. Pavón Maldonado, B., “Sobre el no aislamiento de la Alhambra…”.
28. López Guzman, R. y Diez Jorge, M. E., La madraza: pasado, presente y futuro, Granada, 2007.
29. Pavón Maldonado, B., “De nuevo sobre Ronda musulmana”, Awraq, 1979.
30. Viguera, M. J., El Musnad de Ibn Marzuq. Hechos memorables de abu-l- Hasan sultan de los
benimerines, Madrid, 1977.
31. Gómez-Moreno, M., “El arte islámico en España y el Magreb”, en Arte del Islam, Labor, 1961, p.
747.
32. A prtir de la decoración del Generalife empezamos a acordarnos del arte de las madrsas magrebíes
pues entre este palacio granadino y las madrasas se advierten analogías y paralelismos suficientes para ver
que el arte nazarí y el africano son parte de una misma unidad estilística, un análisis muy del estilo de H.
Terrasse.
33. Pavón Maldonado, B., “Arte hispanomusulmán en Ceuta y Tetuán”, Cuadernos de la Alhambra, 6,
1970.
34. Torres Balbás, L., “Rabitas hispanomusulmanas”, Al-Andalus, XIII, 1948.
35. Terrasse, M., Islam et Occident Mediterranéen. De la conquête aux Ottomans, Paris, 2001 ; Cressier.
P. y Mourad Rammad, «Sabra Mansuriyya, une otre villa califale », Cuadernos de Madinat al-Zahra,
2004.
36. Golvin, L., “ Le palais de Ziri à Achir (dixiéme siècle J. C.) « , Ars Orientalis, VI, 1966 ; Lézine, A.,
« La salle d´audience du palais d´Achir », Revue des Études Islamiques, X, 1972 ; Marçais, G., « Salle,
antisalle », Annales de l´Institut d´études orientales, X, 1952.
37. Este gran patio con salas alargadas con atajos cuadrados tratado por los especialistas que han pasado
por al-Zahra, Félix Hernández, Rafael Castejón, Torres Balbás, Pavón Maldonado, Vallejo Triano y A.
Almagro Gorbea.
38. Vallejo Triano, A. La ciudad califal de Madinat al-Zahra, Córdoba, 2010.
39. Pavón Maldonado, B, Estudios sobre la Alhambra, I, p. 28, figura 26, 2; Vallejo Triano, La ciudad
califal de Madinat al-Zahra.
40. Velázquez Bosco, R., Medina Azzahra y Alamiriría, Madrid, 1912.
41. Tabales Rodríguez, “Investigaciones arqueológicas en el Alcázar de Sevilla”, Apuntes del Alcázar de
Sevilla, 1, 2000.
42. Navarro Palazón, J., “La casa andalusí en Siyasa. Ensayo para una clasificación tipológica “, La casa
hispanomusulmana. Aportaciones de la arqueología, Granada, 1990.
43. Torres Balbás, L., “Játiva y los restos del palacio de Pinohermoso”, Al-Andalus, XIII, 1958.
44. Navarro Palazón, J. y Jiménez Castillo, P., Casas y palacios de al-Andalus (siglos XII y XIII),
Murcia, 1995.
45. Revault, J., Golvin, L., Amahan, A., Palais et demeures de Fès, I, époques merinide et sandienne
(XIV-XVII siècles), París, 1988.
46. Pavón Maldonado, « Arte hispanomusulmán en Ceuta y Tetuán”.
47. Almagro Gobea, A., “Los palacios de tradición andalusí en la corona de Castilla: las empresas de
Pedro I”, El legado de al-Andalus. El arte andalusí de León y Castilla durante la Edad Media, Valladolid,
2007.
48. Pavón Maldonado, Estudios sobre la Alhambra, I; Malpica Cuello, “Intervenciones arqueológicas en
el Secano de la Alhambra. El conjunto de los Abencerrajes”, Cuadernos de la Alhambra 28, 1992.
49. Torres Balbás, L., “Plantas de casas árabes en la Alhambra”, Al-Andalus, II, 1934.
50. Manzano Martos, R., Patios con jardín en la Sevilla islámica, Sevilla, 1991, y El Alcázar de Sevilla.
Los palacios almohades en el último siglo de Sevilla islámica, Sevilla, 1995.
51. Revault, J., Palais et demeures de Tunis (XVI et .XVII siècles), I, 1967.
52. Pavón Maldonado, B., « La Puerta del Vino de la Alhambra », Cuadernos de la Alhambra, 31-32,
1995-1996; Salameh, I. M., “Un estudio de los elementos decorativos de la Puerta del Vino de la
Alhambra de Granada”, Arqueoplogía y Territorio Medieval, 5, 1998.
53. Según Krautheirme, 1965.
54. Creswell, Early Muslim architectuire, parte II.
55. Pavón Maldonado, España y Túnez: arte y arqueología islámica, Madrid, 1996.
56. Lézine, A., Le ribat de Sousse suivi de notes sur le ribat de Monastir, Tunis, 1956.
57. Torres Balbás, L., « La Puerta de Bibarrambla de Granada », Archivo Español de Arte y Arqueología ,
XXXIII, 1935.; Pavón Maldonado, “Bibarrambla”, Miscelánea de Estudios Árabe y Hebraicos, 49, 2000.
58. Navarro Palazón, Jiménez Castillo, Casas y palacios de al-Andalus…
59. Pavón Maldonado, B. “Una portada nazari con decoración geométrica y epigrafía”, Homenaje al Prof.
Darío Cabanelas Rodríguez, II, 1960.
60. Fernández-Puertas, A., La fachada del Palacio de Comares, Granada, 1980. Sobre esta portada
García Gómez la suponía trasladada del costado sur del Patio de los Arrayanes de Comares (Foco de
antigua luz sobre la Alhambra), tesis que rebatí en 1990 (“Notas bibligráficas”, Al-Qantara, XI). Algunos
autores entre ellos Ruiz Souza piensan en la presencia de gran portada honorífica desaparecida en el
costado sur del patio de Comares que daba a una gran plaza, de identificación poco segura, tesis como
aquella otra de imposible comprobación. En este sentido Malpica Cuello no ve la portada del Cuarto
Dorado como la del Palacio de Comares al que daba ingreso al quedar muy cerca del salón del trono ( La
Alhambra de Granada…). Sobre este tema ver el apéndice de este artículo.
61. Pavón Maldonado, “Un problema arqueológico en la Alhambra. En torno a la Torre de los Picos y la
puerta desaparecida de un grabado de Laborde”, Cuadernos de la Alhambra, 5, 1969.
62. Sauvaget, J. “Remarques sur l´art sassanide, Revue des études islamiques, 1938 ; La mosquée
omeyyade de Medine, 1947; Sourdel Thomine, « Question de cerémonial ´abbaside », Revue des Études
Islamiques, 1960.
63. García Gómez, E., Ibn Zamrak, poeta de la Alhambra, Madrid, 1943.
64. Nykl, A. R., “Inscripciones árabes de la Alhambra y el Generalife”, Al-Andalus, IV, 1936-39.
65. Pavón Maldonado, B., “En torno a la Qubba Real en la arquitectura hispanomusulmana”, Actas de
las Jornadas de Cultura Árabe e Islámica, 1978, Madrid, 1981; Manzano Martos, R., La qubba, aula
regia en la España musulmana, Madrid, 1994.
66. Pavón Maldonado, B., con la colaboración de Barceló, C., El Cuarto Real de Santo Domingo de
Granada. Los orígenes del arte nazari., Granada, 1991. Ver Rubiera , M. J., La arquitectura en la
literatura árabe, Madrid, 1981.
67. Almagro Gorbea, A., “Los palacios de tradición andalusi…”
68. Guerrero Lovillo, J., Al-Qasr al-Mubarak, el Alcázar de la Bendición, Sevilla, 1974. La misma planta
como prueba de su papel plurifuncional se da en mausoleos medievales de El Cairo.
69. Pavón Maldonado, B., Arte toledano: islámico y mudéjar, Madrid, 1973-1988.
70. Navarro Palazón, J., “La Dar al-Sùgra de Murcia. Un palacio andalusí del siglo XII”, Colloque
International d´archéologie Islamique, IFAQ, Cairo, 1993.
71. Hoag, D. John, Arquitectura islámica, Madrid, 1976, pp.177.
72. El paralelo estilístico de la “Capilla Dorada” y la Sala de Justicia del alcázar de Sevilla ya quedó
reflejado en mi Tratado III y “Arquitectura y decorzación en la corona de Castilla del siglo XIV. El
triángulo Toledo, Tordesillas y Sevilla pasando por Rabat” en artículo de mi Página Personal de Internet.
73. Pavón Maldonado, B., Tratado de arquitectura hispanomusulmana. Mezquitas, IV, Madrid, 2009.
74. Noto, V. “Elementos para un estudio de los sistemas proporcionales y petrológicos en la arquitectura
islámica”, Cuadernos de la Alhambra, 29-30, 1993-1994; Noto, V. y Caronia, G., La Cuba di Palermo
(Arabi e Uorman nell XII Séc,), Palermo, 1988.
75. Gómez-Moreno, M., “Granada en el siglo XIII”, Cuadernos de la Alhambra, 2, 1966.
76. Almagro Gorbea, A., “Los palacios de tradición andalusi…”
77. Cyril Mango, Arquitectura bizantina, Madrid 1989.
78. Bellafiore, G., La Zisa di Palermo, Palermo, 2008; Stakke, U., La Zisa, Palermo, 1991 (para la
relación planimétrica de palacio de Ziri de Achir y la Zisa).
79. Torres Balbás, L., “ Dar al-Arusa y las ruinas de palacios y albercas granadinas situadas por encima
del Generalife de Granada”, Al-Andalus, XIII, 1948.
80. Léví-Provençal, E., “Le Musnad de ibn Marzuq”, Hespéris, 1926, texto árabe p. 38, trad. 75-76.
81. Hoag, Arquitectura islámica.
82. Torres Balbás, L., “Salas con linterna central en la arquitectura granadina “, Al-Andalus, XIV, 1959.
Lézine, A., “Salles nobles des palais mamelouks”, Annales Islamologiques, X.
83. Pavón Maldonado, B., Memoria de la excavación de la mezquita aljama de Madinat al-Zahra,
Madrid, 1966.
84. Marçais, G., “Remarques sur ´l´esthetique musulmane “, Annales de l´Institut d´Études Orientales, IV,
1938..
85. Goldschmidt, A., « Die normannischen Königspaläste in Palermo”, Zeitschrift für Bauwesen. XLVIII,
(1998), coll.541-90.
86. Rivoira, G. T., Archittetura musulmana. Sue orogini e suo sviluppo, Milán, 1914.
87. Almagro Gorbea, A., El palacio omeya de Amman, I, Arquitectura, Madrid, 1983.
88. Ghirshman, R. Iran. Partos y sasánidas, Madrid, 1962.
89. Creswell, The Muslim architecture, I.
90. Lézine, A., “La salle d´audience du palais d´Achir », Revue des Études Islamiques, XXXVII, 1967.
91. Relación de pórrtico de cinco arcos iguales de Sabra Mansuriyya y el del « Salón Rico” de Madinat
al-Zahra restituido por Félix Hernández.
92. Beyle, L. de, La Kala des Beni Hammad. Une capitale berbère de l´Afrique du Uord au XI siècle,
Paris, 1909 ; Golvin, L., Recherches archeologiques sur la Kala des Beni Hammad, París, 1965.
93. Bellafiore, La Zisa di Palermo.
94, Torres Balbás, L., “La mezquita de al-Qanatir y el oratorio de Alfonso el Sabio en el Puerto de Santa
María”, Al-Andalus, VIII, 1942.
95. Torres Balbás, l., “Arte hispanomusulmán hasta la caída del califato de Córdoba “, Historia de
España de R. Menéndez Pidal, Madrid, 1857.
96. Villalón, M. C., “Iconografía arquitectónica desde la Antigüedad a la época visigoda. Ábsides, nichos,
veneras y arcos “, Anas, I, 1988. Sobre mihrab y nichos en la arquitectura islámica, Pavón Maldonado, B.,
“Mihrab, nichos, hornacina con columnas y concha en la arquitectura del Islam Occidental”, primera y
segunda parte de mi Página Personal de Internet.
97. Cyril Mango, Arquitectura bizantina, pp. 54-55.
98. Creswell, Early Muslim architecture
99. Ibidem y Hoag, Arquitectura islámica
100. Golvin, L., Recherches archéologiques.
101. López López, A., Orihuela Uzal, A., “Una nueva interpretación del texto de Ibn al-Jatib sobre la
Alhambra en 1362”, Cuadernos de la Alhambra, 26, 1990.
102. Los nichos de favor del Salón de Comares y de la Sala del Ninfeo de la Zisa que se repetirían en la
tercera planta del palacio en el criterio de Bellafiore son los sitiales únicos de referencia tocados de gran
lujo conocidos en el Islam Occidental.
103. Revault, G., Palais et demeures de Tunis (XVI et XVII siècles), t. I, 1967.
104. Dessus Lamare, A., « Bahw », Journal Asiatique, 1936.
105. Sauvaget, La mosquée de Médina.
106. Seco de Lucena, L., « Los palacios del taifa almeriense al-Mu´tasim, Cuadernos de la Alhambra, 3,
1967.
107. Lézine, A., “ Sur deux chateaux musulmans d´Ifriqiya », Revue des Études Islamiques, 1971, y Salle
d´audience...
108. Ibidem. y Marçais, G. « Salle, antisalle »,Annales de l´Institut d´études orientales, X, 1952.
109. Pauty, Le hammam du Caire, 1933, y « Vue d´emsanble sur les hammams du Rabat-Salé », Revue
Africane, 88, 1944.
110. Bellafiore, G., La Zisa di Palermo.
111. Pavón Maldonado, B., “Escudos y reyes en el Cuarto de los Leones de la Alhambra”Al-Andalus,
XXXV, 1971; “Notas sobre el escudo de la Orden de la Banda en los palacios de Pedro I y Muhammad
V”, Al-Andalus, XXXVII, 1971, “La Torre de Abu-l- Hayyay en la Alhambra o del Peinador de la Reina”,
Actas de las II jornadas de Cultura Árabe e Islámica (1980), Madrid, 1985.
112. Martínez Caviro, B., “El arte mudéjar en el convento toledano de Santa Isabel la Real” Al-Andalus,
XXXVI, 1971.
113. Nota 111.
114. Caballero Zoreda, J. y Saez, A., “La iglesia mozárabe de Santa María del Trampal, Alcuescar
(Cáceres), Arqueología y Arquitectura, 1999.
115. Rousseau, G., Le Mausolée des Princes Sa´adiens.
116. Rice, D., « Studies in islamic metal work », Bulletin of the School of Oriental and African Studies,
VI, 1958.
117. Ettinghausen, R., La peinture arabe, 1962, 190.
118. Museo Nacional de Berlín.
119. Lillo Alemany, M., “Las representaciones figurativas humanas del bote de marfil de Ziyad”,
Cuadernos de Arte e Iconografía, IV, 7, 1991.
120. Sobre estas pinturas de la Sala de Justicia han opinado varios especialistas de reconocida autoridad:
Gómez-Moreno Martínez, M., “Arte cristiano entre los moros de Granada”, Homenaje a don Francisco
Codera, Madrid, 1904 y Guía de Granada, 1892; Marçais, G. Manuel d´art musulman,1927; María Elena
Gómez-Moreno, en Mil joyas del Arte Español, 1947; Gudiol Ricard, J., Pinturas góticas, Ars Hispaniae,,
IX, 1956; Pavón Maldonado (ver nota 111 de este artículo, 1970 y 1971), Bermúdez Pareja, J., Pinturas
sobre piel en la Alhambra de Granada, 1974; Pavón Maldonado, B., Arte toledano: islámico y mudéjar,
1973 y1988; Arié , R., “Quelques remarques sur le costume des musulmans d´Espagne au temps des
Nasride”, Arabica, XII/3; Bernis, C,, “Las pinturas de la Sala de los Reyes de la Alhambra. Los asuntos,
los trajes, la fecha”, Cuadernos de la Alhambra, 18, 1982; Jerrilin D. Dodds, “The Painnting in the Sala
de Justicia of the Alhambra. Iconography and Iconology”, The Art Bulletin, 61, 1979; Robinson . C, “El
manuscrito Bayad wa Riyad y las relaciones con las distintas culturas mediterráneas, cristianas e
islámicas en la Península Ibérica”, El legado de Al-Andalus. El arte andalusí en los reinos de León y
Castilla durante la Edad Media, 2007. El artículo de C. Bernis fecha las pinturas en el año 1380, data
que otros autores han utilizado para la construcción global de Leones en sustitución de la impuesta por mi
para terminación del palacio no después de 1369-1370, cuando Muhammad V concluiría su gestión
principal como patrociador de la ampliación de Comares y en los Leones simbolizada en la monumental
portada del “Cuarto Dorado”.
121. Continuación de la Crónica de España del Arzobispo D. Rodrigo Jiménez de Rada, por el obispo D.
Gonzalo de la Hinojosa, p. 51, y Crónica de los Reyes de Castilla, I, cap. VIII, 1353.
122. Domínguez Bordona, J., Manuscritos con miniaturas, vol. II, p. 194.
123. Martínez Caviro, B., “Las pinturas murales del claustro de la Concepción Francisca”, Archivo
Español de Arte, 181, 1973.
124. Sobre interpretaciones de las pinturas de las bovedillas laterales de la Sala de Justicia: artículos
citados de Jerrilynn Dodds y Cynthia Robisson.
125. Sobre las misma pinturas artículos citados de Rachel Arié y Carmen Bernis.
125 bis. Gómez-Moreno, M., Pinturas de moros en Granada, Granada, 1916; Mehrez, G-. Las pinturas
musulmanas en el Partal de la Alhambra, El Cairo, 1951 (tesis doctoral).
126. Pavón Maldonado, B., “En torno a la Qubba real…”
127. Gómez-Moreno, M., “El bastón del Cardenal Cisneros”, Al-Andalus, V, 1940; Pavón Maldonado,
Alcala de Henares medieval. Arte islámico y mudéjar, Madrid-Alcalá de Henares, 1982.
128. Pavón Maldonado, B., “Metrología y proporciones en el Patio de los Leones de la Alhambra”,
Cuadernos de la Alhambra, 36, 2000.
129. Un resumen del Patio de las Doncellas del alcázar sevillano con fotografías del nuevo jardín puesto
al descubierto entre 2001 y 2002, en Morales, A. J., ·”el Alcázar del Rey don Pedro I y los palacios
mudéjares sevillanos”, Arte mudéjar en Aragón, León, Castilla, Extremadura y Andalucía, coord. María
del Carmen Lacarra Ducay, Zaragoza, 2006.
130. Torres Balbás, L., Arte almohade. Arte nazari. Arte mudéjar, Ars Hispaniae, IV. De imprescindible
consulta es el artículo de este autor titulado “El Patio de los Leones”, Arquitectura, 1929 (con numerosos
detalles de los reparos sacados de los documentos del Archivo. Restauraciones llevadas a cabo entre 1541
y 1927, incluidas las de los templetes), y “Patios de crucero”, Al-Andalus, 23, 1958. Respecto a capiteles
decorados, Pavón Maldonado en “Estudios sobre la Alhambra”, II, y Marinetto Sánchez, P., Los
capiteles del palacio de los Leones de la Alhambra, Granada, 1996.
131. Detallada descripción de sondeos arqueológico del patio en Gallego Burin, A., La Alhambra, 1963,
pp. 121, nota 206. Sobre la lisura del patio del crucero alhambreño habría mucho que hablar. Yo ya me
expresé con amplitud en el Tratado III a partir de los informes sucesivamente alineados de Lalaingenlosado de mármol con 6 naranjos-, Navaggiero, Luis de Mármol, Pedro Medina, Diego Cuelbis traido
a cuento por Gonzalbes Cravioto y Münzer uitilizado por Enrique Nuere-patio con grandes losas de
mármol-. Para Girault de Prangey, pavimento de ladrillos barnizados; grabado de 1775 de H. Swiriburne ,
según J.TitoRoldriguez en publicación de 2010. Rafael Contreras habla de patio embaldosado de
mostagueras azules y blancas para las galerías. Pero en mi criterio el argumento principal es que no se
puede concebir el patio con pronfundos recuadros de arriates que dificultaban el trasiego diario de la
familia real y acontecimientos escenificados en las Qubbas colindantes., criterio que se debe aplicar
también al primitivo Patio de las Doncellas sevillano de Pedro I convertido después en jardin con
profundos arriates. No veo que este tipo de jardín se diera en palacios oficiales árabes y mudéjares.
132. Malpica Cuello, A., Intervenciones arqueológicas en el Secano de la Alhambra.
133. Pavón Maldonado, B., Tratado III.
134. Sobre el Patio del Vergel de Tordesillas con discutibles propuestas artículo citado de Almagro
Gorbea, A. (2007). Ruiz Souza, J. C., artículo del mismo libro libro y año (El legado de Andalus) “AlAndalus y cultura visual…”
135. De Ruiz Souza, igualmente con frágiles propuestas, “El Patio del Vergel del Real Monasterio de
Santa Clara de Tordersillas y la Alhambra Granada”, Al-Qantara, XIX, 1998, y “Santa Clara de
Tordesillas. Nuevos datos para la cronología y estudio. La relación entre Pedro I y Muhammad V”,
Reales Sitios, 1130, 1996 (los paralelos entre Tordesillas y la Alhambra en base a los patios del Vergel y
el de los Leones carecen de fundamento científico, e igualmente como ya he expresado en páginas
anteriores no es sostenible la intervención de alarifes nazaríes de Granada en Tordesillas; torpe critica a
la autoría absoluta toledana de las yeserías que he venido propugnando con continuidad desde mi Arte
toledano: islámico y mudéjar (1973 y 1988): “Arquitectura y decoración árabe y mudéjar. Toledo y
Tordesillas (Valladolid)”, Lo uno y lo otro. Homenaje a Félix del Valle y Días, vol. II. Real Academia de
Bellar artes y Ciencias Históricas de Toledo; y “Arquitectura y decoración en la Corona de Castilla del
siglo XIV. El triángulo Toledo, Tordesillas (Valladolid) y Sevilla pasando por Rabat”, pastes primera y
segunda, en mi Página Personal de Internet.
136. Marçais, G., La architecture musulmane d´Occident, pp. 393-95; y plano de la Inspección de
Monumentos Históricos de Marruecos.
137. Navarro Palazón, J.., “Dar as- Sùgra de Murcia”.
137 bis. “Zu zuwei geometrischen kuppelornament der Alhambra in Granada”, Madrider Mitteilungen,
40. 1999.
138. Pavón Maldonado, B., Trtatado de arquitectura hispanomusulmana. Palacios, III.
139. Ibidem.
140. Goldschmidt, Die Uormannischen…
141. Presencia de muqarnas en los palacios de la Qal´a de los Bannu Hammad de Argelia (Golvín, l.,
“Notes sur quelques fragments de Plâtre” trouvés recentment à la Qal´a des Beni Hammad”, Melanges
d´histoire et d´ archeologie de l´Occident muulman; Marçais, G., Les plafonds à muqarnas de la Qal´a
des Banu Hammad et leur influence posible sur l´art de la Sicilie a la periode normande », Revue de
l´Occident musulman et de la mediterranée, 17, 1974), Sicilia , palacios de la Zisa y la Cuba (Bellafiore,
G. La Zisa di Palermo) y España (Pavón Maldonado, B. “El Maylis del taifa al-Mu´tasim en la alcazaba
de almería. Muqarnas= muqarbas=mucarnas= almocárabes= mocárabes en el arte hispanomusulmán”,
Revista del Institucio Egipcio de Estudios Islámicos en Madrid, XXXII, 2000, Trtatado de arquitectura
hispanomusulmana. Palacios, III; y Arquitectura y decoración en el Islam Occidental. España y Palermo,
libro de mi Página Personal de Internet).
142. Golvin, L., “La torre de la Vela à Granade et le donjon du Manar de la Qal´a des Banu Hammad
(Algerie) », Cuadernos de la Alhambra, 10-11, 1975.
143. Knipp, David, “The Tower Pisana in Palermo. A Maghribi concept and its Byzantinization”, Wissen
and Lateinische Mittelalter. pp. 745-775.
144. Grabados de la Sala del Ninfeo de la Zisa: Girault de Prangey, Essai sur l´architecture des Arabes et
des Moros en Espagne, en Sicile et en Barbarie, París, 1841 ; y Gally Knight, H., The normans in Sicily :
being a sequel to», An architestural tour in Uormandy, London,1838..
145. Bellafiore, La Zisa di Palermo, 2001, p. 54.
146. Torres Balbás, L., “El Patio de los Leones”, Arquitectura, 1929, y “El patio de los Leones de la
Alhambra de Granada, su disposición y últimas obras realizadas”, Al-Andalus, III, 1935. Velasco Gómez,
J. M., “Estructura original de elementos lígneos en el Patio de los Leones”, Cuadernos de la Alhambra,
28, 1992; Pavón Maldonado, B., Arte toledano: islámico y mudéjar, 1973 y 1988, lám. CXLV, y
Tratado de arquitectra hispanomusulmana. Palacios, III.
147. Cabañero Subiza, B., “Las techumbres islámicas del palacio de la Aljaferia. Fuentes para su estudio”,
Artigrama, 10.
148. Cabañeros Subiza, B., “Elementos arquitectónicos y decorativos nazaries en el arte mudéjar
aragonés , I: la Torre Nueva de Zaragoza , una réplica de la Sala de los Abencerrajes de la Alhambra de
Granada”, Artigrama, 19, 2004.
149. Herzfeld, H., “Damascus”. Studies in architecture, I,, Ars Islamica, IX, 1942.
150. Diez Jorge, M. E., “El espacio doméstico: lo femenino y lo masculino en la ciudad palatina de la
Alhambra”, Cuadernos de la Alhambra, 38.
151. Escena de una miniatura del Hadith Bayad wa Riyad, Biblioteca Apostólica Vaticana, publicada por
Torres Balbás.
152. Bourouïba, R., “Note sur une vasque de pierre trouvée au palais du al -Manar de la Kalaa des Bani
Hammad « , B. A. A., V, 1971-74. Para la Alhambra, la fuente de los Leones en Bermúdez Pareja. J., “La
fuente de los Leones”, Cuadernos de la alhambra, 3, 1977; Gómez Román, A. M., Rodríguez Domingo,
J. M., Bermúdez López, J., “La Fuente de los Leones como símbolo de poder”, Cuadernos de la
Alhambra, 28, 1992.
153. Rubiera Mata, M. J., La arquitectura en la literatura árabe.
154. bidem
155. Ibidem
156. Ibidem
157. Sobre el tema de fuentes con alusión a salsabil (fuente, fuente pública) y shardirwan o Chatrawan
(parte de la fuente por la que se derrama el agua en cortina con lineas zizaguante en relieve simulando el
liquido elemento) caracteristicos de jardines y palacios hammadies y fatimíes de Egipto con presencia en
los palacios de la Zisa y la Cuba, ver Marçais, G., “Salsabil y sadirwan”, ´Etudes d´Orientalisme dediée
a la memoire de Lévi- Provençal, T. II, París, 196; un resumen en la Zisa di Palermo de G. Bellafiore.
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