Ayuda humanitaria y protección civil

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COMPRENDER
LAS POLÍTICAS
DE LA UNIÓN
EUROPEA
Ayudar
a las víctimas
de catástrofes
y conflictos
y proteger
a las personas
en situación
de riesgo
Ayuda
humanitaria
y protección civil
«La ayud a hum anit ar ia eur o p ea
s ign if ic a m uc ho p ar a m il es y m il es
d e p er s o nas que s ab en que E ur o p a
d ef ien d e l o s  val o r es un iver s al es
que t an  f un d am ent al es s o n  p ar a hacer
d el  m un d o un  l ugar m ejo r p ar a vivi r».
Kr i s t a li na G eor g i eva , comi s a r i a eu r opea
de  Cooper a ci ón I nt er na ci ona l, Ay u da Hu ma ni t a r i a
y R es pu es t a a la s   Cr i s i s
ÍNDICE
COMPRENDER LAS POLÍTICAS
DE LA UNIÓN EUROPEA
Por qué necesitamos
políticas europeas de ayuda
humanitaria y protección civil:
salvar vidas y evitar
que las personas sufran . . . . . . . . . . 3
Cómo lo enfoca la UE:
un planteamiento basado
en las necesidades . . . . . . . . . . . . . . . 7
La presente publicación forma parte
de una serie que explica la actividad de la UE
en distintos ámbitos políticos,
las razones por las que interviene
y los resultados obtenidos.
Qué hace la UE:
cumplir los compromisos . . . . . . . . . 10
Para leer y descargar los títulos disponibles:
Para saber más . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
http://europa.eu/pol/index_es.htm
¿Y después? Responder
a las necesidades . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Cómo funciona la Unión Europea
Europa 2020: la estrategia europea de crecimiento
Los padres fundadores de la Unión Europea
Acción por el clima
Aduanas
Agenda digital
Agricultura
Ampliación
Ayuda humanitaria a y protección civil
Comercio
Competencia
Consumidores
Cultura y medios audiovisuales
Desarrollo y cooperación
Educación, formación, juventud y deporte
Empleo y asuntos sociales
Empresa
Energía
Fiscalidad
Fronteras y seguridad
Investigación e innovación
Justicia, ciudadanía y derechos fundamentales
La unión económica y monetaria y el euro
Lucha contra el fraude
Medio ambiente
Mercado interior
Migración y asilo
Pesca y asuntos marítimos
Política exterior y de seguridad
Política regional
Presupuesto
Salud pública
Seguridad alimentaria
Transporte
Comprender las políticas de la Unión Europea
Ayuda humanitaria a y protección civil
Comisión Europea
Dirección General de Comunicación
Publicaciones
1049 Bruselas
BÉLGICA
Texto original finalizado en febrero de 2013
Fotografías de la portada y de la página 2:
© Jupiterimages
16 pp. — 21 × 29,7 cm
ISBN 978-92-79-24398-1
doi:10.2775/68086
Luxemburgo: Oficina de Publicaciones
de la Unión Europea, 2013
© Unión Europea, 2013
Reproducción autorizada. Para cualquier uso
o reproducción de cada una de las fotos,
deberá solicitarse autorización directamente
a los propietarios de los derechos de autor.
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Por qué necesitamos políticas europeas
de ayuda humanitaria y protección civil
Salvar vidas y evitar que las personas sufran
Cada semana las pantallas de nuestros televisores
y las primeras páginas de nuestros periódicos se llenan
de imágenes de conflictos y catástrofes. La Unión
Europea (UE) ayuda a las víctimas con la mayor rapidez
posible. A través de la Dirección General de Ayuda
Humanitaria y Protección Civil (ECHO), la UE ofrece
asistencia a las víctimas de catástrofes y conflictos
en todo el mundo y trabaja por prevenir las crisis
humanitarias. Esta tarea ocupa un lugar central entre
sus cometidos. En consonancia con sus valores
fundacionales —solidaridad, respeto a la dignidad
humana, igualdad y tolerancia— la Unión actúa para
proteger las vidas humanas, reducir y prevenir
el sufrimiento y defender la dignidad de los afectados.
La UE está presente en las zonas de crisis de todo
el mundo: Siria, Afganistán, los Territorios Palestinos
ocupados, la región del Sahel y otras muchas regiones
de África, América Central y del Sur y el Sureste
Asiático. La UE también lleva a cabo operaciones
de auxilio en zonas que llevan muchos años sufriendo
conflictos hoy olvidados y en otras donde tras
el conflicto impera la inestabilidad. Ayudar
a las poblaciones más vulnerables del mundo
es una obligación moral para la comunidad
internacional, y la Unión Europea tiene desde hace
mucho tiempo el compromiso de ayudar a las víctimas.
La Dirección General de Ayuda Humanitaria y Protección
Civil de la Comisión Europea ofrece ayuda directa
a las víctimas con independencia de su nacionalidad,
religión, sexo u origen étnico.
• garantizar una transición fluida al final
de la operación de emergencia, determinando cuáles
son las estrategias adecuadas de salida;
• reforzar la capacidad general de resistencia
de las poblaciones: por ejemplo, vinculando la ayuda
humanitaria de emergencia a instrumentos
de recuperación y desarrollo a más largo plazo.
Para ayudar a evitar las catástrofes, prepararse para
las emergencias y poner en común recursos que puedan
ayudar a los países afectados se creó el Mecanismo
de Protección Civil de la UE. Mientras que los objetivos
de ayuda humanitaria de la UE se aplican a los países
no miembros, el Mecanismo puede entrar en acción
en caso de emergencia tanto dentro como fuera
de la UE. Es una herramienta que mejora la cooperación
europea en el ámbito de la protección civil.
El Mecanismo apoya los esfuerzos de los Estados
miembros en el ámbito nacional, regional y local,
proporcionando herramientas eficaces de prevención,
preparación y respuesta ante las catástrofes de origen
tanto natural como humano.
Pero las actividades de la Comisión Europea
no se limitan a las consecuencias inmediatas
de las catástrofes, sino que abarcan el ciclo completo
de la catástrofe: prevención, preparación, respuesta
y recuperación.
Se trata de combinar la respuesta a la catástrofe
con toda una serie de actividades destinadas a:
• mejorar la preparación ante las catástrofes:
por ejemplo, desarrollando sistemas de alerta rápida;
© ACTED
• reducir los riesgos de catástrofe: por ejemplo,
a través de estrategias de mitigación del cambio
climático;
La UE financia ayuda humanitaria
en la India desde 1996.
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Juntos podemos cambiar las cosas
Unidos en la solidaridad
Las instituciones europeas y los países
de la UE representan juntos más de la mitad de la ayuda
humanitaria oficial, lo que convierte a la UE en el mayor
donante de ayuda del mundo. Esta contribución tiene
un impacto enorme sobre el terreno. En 2012,
la UE proporcionó ayuda a 122 millones de personas
en 92 países no miembros.
En 2012, una encuesta revelaba que nueve de cada
diez ciudadanos de la UE eran partidarios
de que la UE financiara la ayuda humanitaria. Pese
al impacto de la crisis económica, esta tendencia
va en aumento, lo que apunta a un firme compromiso
con la acción europea en este campo. Más del 80 %
está de acuerdo en que una actuación europea
coordinada de protección civil en caso de catástrofe
es más eficaz que la intervención de cada país
por separado.
Esta ayuda de más de 1 000 millones de euros al año,
pese a representar apenas una fracción del gasto
de la UE —menos del 1 % del presupuesto anual—
ha resultado clave en situaciones de crisis gracias
a una coordinación eficaz a nivel europeo. Desde
las intervenciones en Haití para estabilizar el país
después del terremoto de 2010 hasta la protección
de la población civil tras el conflicto de Libia en 2011,
pasando por la ayuda a millones de víctimas
de la hambruna en el Sahel en 2012 y los actuales
esfuerzos por ayudar a cientos de miles de refugiados
sirios que huyen del terrible conflicto en su país,
la ayuda prestada ha supuesto una contribución
decisiva para quienes la necesitaban.
Ante unas amenazas mundiales en constante evolución,
para afrontar los nuevos desafíos hay que adaptar
continuamente el marco actual.
© Unión Europea
Para que su respuesta a la crisis fuera más eficaz,
en 2010 la UE reunió la ayuda humanitaria
y la protección civil bajo un mismo techo. Ese mismo
año, Kristalina Georgieva fue nombrada primera
comisaria europea de Cooperación Internacional, Ayuda
Humanitaria y Respuesta a las Crisis. Esta simplificación
permite a la UE coordinar las respuestas y utilizar
los recursos de manera más eficiente.
La responsabilidad de prestar ayuda humanitaria
es compartida entre la Unión y sus Estados miembros,
y la ayuda se entrega en cooperación
con los organismos internacionales y los agentes
locales. En el campo de la protección civil, la Unión
es responsable de apoyar, coordinar y complementar
las actividades de sus países miembros. Su papel
de coordinación ha permitido a la UE fijarse objetivos
más ambiciosos y poner en común recursos
y conocimientos técnicos. Esto ha contribuido
a aumentar el impacto positivo de la ayuda
y a garantizar que todas las intervenciones en caso
de crisis sean de la máxima calidad. Gracias a ello,
la UE se ha mostrado capaz de reaccionar con eficacia
ante crisis de magnitudes sin precedentes, como
en Pakistán tras las inundaciones monzónicas de 2010.
Para gestionar el impacto a largo plazo
de las catástrofes y reforzar la prevención
y la preparación, la ayuda humanitaria y la respuesta
a las crisis deben ir acompañadas de actividades
en otros ámbitos, como la cooperación al desarrollo
y la protección del medio ambiente. Este requisito hace
que sea esencial la coordinación en la UE.
Esta familia desplazada
de Burundi pudo regresar
a su casa gracias a la ayuda
para reasentamiento
de la UE. 
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Por qué debemos mejorar la capacidad
de resistencia de las poblaciones
vulnerables
Cada año, millones de personas
se ven afectadas por sequías, inundaciones,
corrimientos de tierras, ciclones,
terremotos, tsunamis, incendios y otros
peligros. Se calcula que el 97 %
de las muertes debidas a catástrofes
naturales se producen en los países
en desarrollo, que son quienes más acusan
la consiguiente pérdida de medios
de subsistencia. Solo en África, las crisis
recientes y repetidas desde 2010
han afectado a 31 millones de personas
en el Cuerno de África y el Sahel.
De ahí que necesitemos una política
sostenida para aumentar la capacidad
de resistencia de las poblaciones
vulnerables de los países en desarrollo,
de modo que estén en mejores condiciones
de resistir y afrontar las catástrofes.
¿Cómo ayuda la UE?
Aumentar la capacidad de resistencia
es el punto en el que confluyen la ayuda
humanitaria y la ayuda al desarrollo.
Con esta perspectiva, en 2012 la Comisión
Europea propuso al Parlamento Europeo
y el Consejo una nueva política para adaptar
ambos tipos de ayuda. Se trata de aumentar
la capacidad de resistencia y reducir
la vulnerabilidad de las poblaciones
afectadas por catástrofes.
La propuesta enumera diez pasos, entre
ellos: ayudar a elaborar estrategias
nacionales sobre capacidad de resistencia,
planes de gestión de las catástrofes
y sistemas eficientes de alerta temprana
en los países propensos a catástrofes.
También propone planteamientos
innovadores para gestionar el riesgo
en asociación con el sector de seguros.
La política se basará en los prometedores
resultados de las iniciativas de la Comisión
para aumentar la capacidad de resistencia
en el Sahel y el Cuerno de África dentro
de su respuesta a las sequías en ambas
regiones. Estas iniciativas (AGIR‑Sahel
y SHARE, respectivamente) intentan romper
el círculo vicioso de la sequía, el hambre
y la pobreza determinando posibles
sinergias y reforzando la coordinación
entre la ayuda humanitaria y la ayuda
al desarrollo. La Comisión Europea prevé
destinar 270 millones de euros en 2012
y 2013 a la iniciativa SHARE en el Cuerno
de África. La iniciativa AGIR‑Sahel ha fijado
el ambicioso objetivo de movilizar
750 millones de euros a lo largo de los tres
próximos años.
La atención de la Comisión Europea
a la capacidad de resistencia permitirá
salvar más vidas, aumentará la eficacia
económica y contribuirá a reducir la pobreza,
reforzando así el impacto de la ayuda
y favoreciendo el desarrollo sostenible.
© Unión Europea
Una respuesta común ante amenazas
crecientes
En Vanuatu, los niños ayudan a crear un modelo de la mayor
amenaza para su vida: el volcán del Monte Gharat.
Cada vez es mayor la magnitud y la frecuencia
de las emergencias humanitarias que se producen cada
año en todo el mundo. Solo el número de catástrofes
naturales pasó de 78 en 1975 a cerca de 400 en 2010.
El cambio climático y el crecimiento demográfico,
que ejercen presión sobre los recursos naturales, junto
con la urbanización, las actividades industriales
y la degradación del medio ambiente,
son las principales causas de este fenómeno. Otros
retos que hay que destacar son el creciente número
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Mitigación de los desastres relacionados
con el clima: el caso de Vanuatu
de Estados frágiles en riesgo de inestabilidad
y conflicto civil y la amenaza de atentados terroristas.
La UE está intentando adaptar su manera de responder
a las situaciones de riesgo. Esa adaptación es necesaria
dados los diferentes niveles de desarrollo en los países
afectados por la crisis y la presión que sobre
sus recursos ejerce la crisis financiera.
Desde 1992, la UE viene demostrando su capacidad
de afrontar nuevos retos humanitarios. Su intervención
aquel año en una antigua Yugoslavia asolada
por la guerra fue el mayor esfuerzo de ayuda
humanitaria jamás realizado en un país
por una organización internacional. La operación tras
el tsunami del océano Índico de 2004 fue la mayor
de las realizadas desde que la UE creara el Mecanismo
de Protección Civil en 2001. Cuando 2010 resultó
ser el peor año de catástrofes naturales de las últimas
décadas, la UE tuvo que recurrir a algunas
de sus reservas de emergencia. Esta tendencia
se mantuvo en 2011 y 2012. A lo largo de los años,
la capacidad humanitaria de la UE se ha ampliado
constantemente a fin de adaptarse a las necesidades,
y volverá a adaptarse en los próximos años.
En el archipiélago de Vanuatu,
en el Pacífico, uno de los países menos
desarrollados del mundo, el cambio
climático ha agravado la amenaza
de catástrofes naturales tales como
ciclones e inundaciones.
La UE ayuda a las comunidades locales
a hacer frente a los efectos
de las catástrofes y mejorar
su preparación: por ejemplo, evaluando
las amenazas, planificando para
las emergencias y construyendo refugios
para los ciclones. Entre 2007 y 2012,
la Comisión destinó un total
de 4,3 millones de euros a la preparación
a las catástrofes y 2,3 millones de euros
para ayudar a las comunidades afectadas
por catástrofes naturales en la región
del Pacífico Occidental.
TENDENCIAS EN LA FRECUENCIA Y LAS VÍCTIMAS DE LAS CATÁSTROFES
700
450
Víctimas (en millones) (*)
413
414
658
Número comunicado de catástrofes
432
421
600
400
386
350
500
332
300
278
259
400
267
284
200
217
200
245
227
300
343
250
150
100
100
50
0
0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
(*) Víctimas: número de fallecidos y total de afectados
Fuente: Centro de Investigación sobre Epidemiología de las Catástrofes (CRED).
Número comunicado de catástrofes
Número comunicado de víctimas (en millones) (*)
343
355
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Cómo lo enfoca la UE
Un planteamiento basado en las necesidades
La Unión Europea (UE) ha puesto en marcha estrategias
eficaces para que los fondos que aportan
los contribuyentes europeos sirvan a las poblaciones
de todo el mundo que tienen las necesidades
humanitarias más urgentes. Para garantizar
que la ayuda vaya al lugar adecuado en el momento
oportuno, antes de decidir sobre financiación la UE lleva
a cabo continuas «evaluaciones de las necesidades».
Para hacerlas con eficacia se ha creado una serie
de instrumentos. A fin de evaluar la naturaleza
de las necesidades humanitarias se han establecido
criterios que permiten identificar las situaciones
de crisis y determinar cuánta ayuda es necesaria según
la magnitud de la catástrofe y la situación de los países
y regiones afectados.
La UE presta especial atención a las situaciones
de crisis que no reciben atención de los medios
de comunicación y de los donantes internacionales
aunque las necesidades sigan siendo acuciantes. Para
identificar este tipo de «crisis olvidadas» y enviar ayuda
se hacen evaluaciones específicas.
Ayudar donde y cuando se necesita
Casi por definición, las intervenciones de protección civil
y ayuda humanitaria se producen en circunstancias
extremas: la ayuda debe llegar a los beneficiarios
muy deprisa y adecuarse a sus necesidades concretas.
Pero las limitaciones logísticas y de seguridad a menudo
hacen difícil el acceso a las zonas siniestradas.
La UE ha establecido una serie de estructuras
de coordinación y seguimiento para cumplir esta
compleja tarea. Por ejemplo, ha creado una red mundial
de oficinas in situ especializadas en ayuda humanitaria.
En situaciones de crisis, estas oficinas facilitan apoyo
técnico a las operaciones financiadas
por la UE, supervisan las intervenciones y ayudan sobre
el terreno a coordinar a los donantes. También
contribuyen a elaborar estrategias y políticas
de intervención. En 2012 se desplegaron 145 expertos
humanitarios y 293 agentes locales en 44 oficinas
exteriores de ECHO en todo el mundo.
En lugar de intervenir directamente sobre el terreno,
la UE ofrece financiación a unos 200 socios:
organismos de las Naciones Unidas, organizaciones no
gubernamentales, agencias de los países de la UE
u organizaciones tales como el Comité Internacional
de la Cruz Roja y la Federación Internacional de la Cruz
Roja y la Media Luna Roja. La financiación destinada
a estos socios se basa en sus propuestas sobre
la manera de atender a las necesidades
de las poblaciones afectadas por catástrofes.
La UE cuenta con varios mecanismos para asegurarse
de que sus fondos se coordinen con los que aportan
directamente los países miembros y otros agentes
humanitarios.
La necesidad de ayuda humanitaria aumenta
más deprisa que los recursos disponibles.
Por eso se puso en marcha la iniciativa Voluntarios
de ayuda humanitaria de la UE, que complementa
los sistemas existentes.
Valores fundamentales comunes
Los socios de la UE en el campo
de la ayuda humanitaria deben aceptar
los principios humanitarios fundamentales
en los que se basan todas sus acciones:
—— Humanidad: debe paliarse
el sufrimiento dondequiera
que se produzca, sobre todo cuando
afecta a los más vulnerables.
—— Neutralidad: la ayuda no debe
favorecer más a una parte
de la población.
—— Imparcialidad: la ayuda debe prestarse
exclusivamente en función
de las necesidades y sin discriminación.
—— Independencia: la única finalidad
de la ayuda humanitaria debe
ser aliviar el sufrimiento humano:
no puede servir a objetivos políticos,
económicos o militares.
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Sobre el terreno
Ayuda alimentaria de emergencia: alimentos para
las personas afectadas por catástrofes, dinero y vales,
productos específicos para niños con desnutrición
aguda, semillas y fertilizantes para los agricultores
vulnerables.
Asistencia médica: campañas de vacunación para
prevenir epidemias, tratamiento de heridas y creación
de clínicas de asistencia primaria. Otros tipos de ayuda:
medicamentos y material hospitalario, formación
del personal y atención sanitaria básica, todo ello
centrado en colectivos vulnerables tales como
las mujeres embarazadas y los niños.
El agua y la higiene son prioritarias en las zonas
afectadas por catástrofes: para evitar que se extiendan
las enfermedades hacen falta agua potable
e instalaciones sanitarias limpias. La ayuda consiste,
DISTRIBUCIÓN DE LA AYUDA HUMANITARIA DE LA UE EN 2012
(EN MILLONES DE EUROS)
África
Sudán y Chad
África Central
Cuerno de África
Suráfrica y océano Índico
África Occidental
Oriente Medio y Mediterráneo
Oriente Medio
IMPORTE
681
51
92
162
32
188
265
20
255
Mediterráneo
10
198
15
110
Asia Centromeridional
32
Sureste de Asia y Pacífico
56
América Latina y Caribe
%
207
Asia y Pacífico
Asia Central y Suroccidental
68
Latinoamérica
30
Caribe
38
5
Catástrofes mundiales
19
1
Protección civil
27
2
Dentro de la UE
21
Fuera de la UE
6
Asistencia y apoyo en todo el mundo
TOTAL
Fuente: Comisión Europea.
8
por ejemplo, en instalar pozos, letrinas y cañerías, tratar
las aguas residuales y educar sobre higiene.
Para atender a las necesidades básicas de las víctimas
de las catástrofes y proteger sus medios
de subsistencia, la ayuda humanitaria financiada
por la UE puede adoptar distintas formas según el tipo
y las circunstancias de cada caso.
REGIÓN/PAÍS
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86
6
1 344
100
Las personas cuyos hogares han sido destruidos reciben
tiendas de campaña, lonas de plástico u otros tipos
de protección. Las operaciones de emergencia también
pueden consistir en reparar infraestructuras, retirar
minas, dar apoyo psicológico e impartir educación.
Muchas operaciones también preparan a los residentes
locales para hacer frente a las catástrofes y atenuar
el impacto de posibles catástrofes futuras
en sus comunidades.
Reforzar la preparación contra
las catástrofes a escala mundial:
el programa Dipecho
Cuando es imposible prever los riesgos
y evitar las catástrofes, a menudo
es posible al menos reducir su impacto
mejorando la preparación
de las poblaciones y creando mecanismos
de respuesta adecuados. Tal es el objetivo
del programa Dipecho de preparación
para las catástrofes.
Los proyectos Dipecho se centran
en formación, capacitación, sensibilización,
desarrollo y mejora de sistemas de alerta
rápida y planificación de contingencias.
Incluyen sencillas medidas preparatorias
que a menudo pueden aplicar los propios
habitantes. En la mayoría de los casos,
las poblaciones contribuyen activamente
a las actividades de Dipecho.
De realizar los proyectos se encargan
agencias europeas y de las Naciones Unidas
en cooperación con las organizaciones
no gubernamentales (ONG)
y las autoridades locales. Dipecho abarca
ocho regiones propensas a las catástrofes:
Caribe, América Central, América del Sur,
Asia Central, Asia Meridional, Sureste
de Asia, Sureste de África, Suroeste
de los océanos Índico y Pacífico.
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Unir fuerzas para afrontar las crisis
dentro y fuera de la UE
El Mecanismo de Protección Civil de la UE cubre
todo el ciclo de las catástrofes, desde la prevención
y la preparación hasta la respuesta.
Hoy en día participan 32 países: los 27 de la UE
más Croacia, Islandia, Liechtenstein, Noruega
y la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
Cualquier país dentro o fuera de la UE que se vea
superado por una catástrofe puede solicitar ayuda
a través del Mecanismo de Protección Civil.
Las catástrofes pueden ser inundaciones, incendios
forestales, terremotos, tormentas o tsunamis,
atentados terroristas y accidentes tecnológicos,
radiológicos o medioambientales, como
la contaminación marina.
Cuando un país afectado por una catástrofe solicita
ayuda, el Centro de Control e Información de la UE (CCI)
comunica sus necesidades concretas a todos los países
participantes en el Mecanismo de Protección Civil.
A continuación, los Estados miembros se ofrecen
a enviar expertos y material para apoyar la respuesta
de emergencia sobre el terreno. Esto puede incluir
equipos de búsqueda y rescate, puestos médicos,
bombas de gran potencia, unidades de purificación
del agua y demás material de ayuda de emergencia.
El CCI contribuye a coordinar la respuesta europea
centralizando las peticiones y las ofertas de ayuda
y facilitando o, a veces, cofinanciando el transporte
de la ayuda y, si have falta, enviando equipos para
seguir de cerca la situación. El CCI está accesible
las 24 horas del día y todos los días de la semana.
© Unión Europea
El Mecanismo de Protección Civil de la UE también
refuerza la capacidad de reacción ante catástrofes
en los Estados participantes: por ejemplo, a través
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C I V I L
de programas de formación, ejercicios o intercambios
de expertos entre los países. Todas estas iniciativas
ofrecen posibilidades de aprendizaje al personal
de protección civil de los Estados participantes.
Esto contribuye a una protección civil más rápida
y coordinada, a fomentar la transferencia
de conocimientos y a crear redes.
También se ofrece financiación para proyectos
de prevención y preparación. De esta manera se puede
impulsar la investigación sobre temas relacionados
con las catástrofes, mejorar las herramientas de alerta
rápida o apoyar campañas de sensibilización general.
El mecanismo de protección civil de la UE se centra
en las áreas en las que un enfoque europeo común
puede aportar mayor valor añadido y vincula
la protección civil a otras políticas de la UE
a fin de maximizar su impacto.
Preparación mediante simulación
Simular el choque entre un tren que transporta
aficionados a un partido de fútbol y otro que transporta
sustancias peligrosas fue uno de los ejercicios
que se organizaron en Polonia en 2011. El ejercicio,
llamado Carpathex, preparaba a equipos de emergencia
para situaciones reales: el choque de trenes simulado
era un ensayo de la capacidad de respuesta durante
eventos como la Eurocopa de fútbol de 2012.
Entre las demás simulaciones había un incendio forestal
provocado por chispas procedentes de los frenos
de un tren o una inundación de un pueblo al romperse
un depósito de lluvia. Este tipo de ejercicios
se organizan cada año y cuentan con una contribución
financiera de la UE.
Voluntarios en Tayikistán
hacen prácticas en equipos
de respuesta a emergencias
dentro del programa
Dipecho.
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10
Qué hace la UE
Cumplir los compromisos
Desde 1992 la Unión Europea (UE) viene ayudando
a millones de víctimas de catástrofes en todo el mundo.
La UE ha movilizado más de 15 000 millones de euros
para enviar ayuda de emergencia a más de 140 países.
Hoy en día, la UE destina por término medio más
de 1 000 millones de euros al año a ayudar
a las poblaciones más vulnerables del planeta.
Si a ello sumamos la financiación que ofrecen sus
países miembros, la UE se convierte en el principal
donante mundial: facilita más de la mitad del total
de la ayuda humanitaria oficial.
En 2012, la UE prestó ayuda humanitaria a unos
122 millones de personas en 92 países no miembros.
El Mecanismo de Protección Civil se activó 21 veces
para ayudar en crisis producidas dentro y fuera de la UE.
Pero los éxitos no pueden medirse solamente en términos
estadísticos: para la UE también son importantes
los efectos menos visibles de la prevención
y la preparación ante las catástrofes cuando se plantea
cómo enfocar la ayuda humanitaria y la protección civil.
El marco vigente permite a los Estados miembros
colaborar con eficiencia en todos estos frentes y promover
el respeto y la adhesión al Derecho humanitario
internacional. Este éxito sienta las bases para evitar
más sufrimiento humano en los próximos años.
Dos décadas de solidaridad…
y no se acaba ahí
© Unión Europea
La Dirección General de Ayuda Humanitaria
y Protección Civil (ECHO) de la Comisión Europea
celebró su vigésimo aniversario en 2012. ECHO
ha recorrido un largo camino desde su creación.
La UE, entonces compuesta por 12 Estados miembros,
La población afgana recibe herramientas dentro
de una respuesta financiada por ECHO a una sequía
que provocó hambre y desplazamientos.
decidió crear ECHO ante la magnitud y diversidad
de crisis humanitarias que había en el mundo en 1991
y que ponían de manifiesto las limitaciones
de la capacidad de respuesta europea. Grandes
catástrofes como el conflicto en la antigua Yugoslavia,
un ciclón en Bangladesh y una hambruna en Somalia
hicieron necesaria una mayor coordinación
en la UE para dar una respuesta más rápida y eficaz.
ECHO nació con un personal de unas 40 personas.
Desde entonces se ha convertido en una organización
grande pero ligera, con 300 personas que trabajan
en su sede de Bruselas, más de 400 expertos
humanitarios en 44 oficinas exteriores y una presencia
en los países de África, Asia y América Latina
más afectados por las crisis. Al igual que sus recursos
humanos y financieros, sus normas de actuación
también se han adaptado continuamente para
que la UE pueda hacer frente a retos cada
vez mayores.
En 2007, las instituciones de la UE y los 27 países
miembros aprobaron un documento clave: el Consenso
Europeo sobre la Ayuda Humanitaria. En él se subraya
que la ayuda humanitaria de la UE no es
un instrumento político y se reafirman los principios
rectores de la ayuda humanitaria: humanidad,
neutralidad, imparcialidad e independencia. También
se definen claramente las funciones de los distintos
agentes humanitarios en las zonas en crisis a fin
de reforzar la capacidad de ayuda de la UE.
El Tratado de Lisboa, que entró en vigor
el 1 de diciembre de 2009, dotó de base jurídica
a las políticas de ayuda humanitaria y protección civil
de la UE. El Consenso define el papel de la UE a la hora
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Y
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de mejorar la protección y la prevención de catástrofes
y establece que la UE debe aplicar el Derecho
humanitario internacional, lo que incluye
la imparcialidad y la no discriminación.
Pero aún puede mejorarse más. Se está estudiando
cómo reforzar el modo en el que la UE responde
a las catástrofes. Se plantea pasar de la coordinación
ad hoc a un sistema más previsible.
Respuestas rápidas y eficaces
A lo largo de los años, la UE ha ayudado a las víctimas
de muchas catástrofes en todo el mundo. Veamos
a continuación una breve selección de las intervenciones
más importantes.
• En 1992, la guerra en la antigua Yugoslavia dejó
a cientos de miles de personas desplazadas,
hambrientas y traumatizadas. La UE envió
300 000 toneladas de alimentos, mantas, colchones
y productos sanitarios.
• En 1994, las víctimas que huían de sus hogares tras
el genocidio de Ruanda recibieron de la UE una ayuda
que incluía atención médica tal como la rehidratación
y vacunación de los niños. Quienes volvían
a sus pueblos destruidos recibieron kits
de reasentamiento.
• En 1998, cuando el huracán Mitch sembró
la destrucción en América Central, la UE contribuyó
a proporcionar agua potable y evitar que se propagaran
enfermedades transmitidas por el agua.
• En 2001, tras la caída del régimen talibán,
la UE destinó más de 483 millones de euros a atender
a las necesidades básicas de la población afgana.
• En 2004, el tsunami en el océano Índico mató
a más de 230 000 personas. La UE centró su respuesta
inicial en la supervivencia. Los proyectos a más largo
plazo consistieron en construir campos de acogida para
las personas sin hogar, financiar a los trabajadores
sanitarios y comprar barcos de pesca.
• En 2010, año récord en cuanto a intervenciones,
las mayores operaciones de ayuda fueron
las de Sudán y Pakistán. En Sudán, la UE ayudó
a prestar ayuda humanitaria a 6 millones de víctimas
de conflictos e inundaciones estacionales.
En Pakistán, 12,5 millones de personas recibieron
alojamiento, alimentos, agua potable, asistencia
sanitaria e instalaciones de saneamiento tras
las inundaciones que afectaron al país.
• En marzo de 2011, cuando un terremoto y un tsunami
devastadores golpearon Japón, la UE envió casi
400 toneladas de ayuda en especie y un equipo
de Protección Civil Europea en el que había expertos
en logística y radiología. La ayuda financiera europea
se dirigió a las familias de las provincias más afectadas.
• En 2011, durante el conflicto en Libia,
se dio protección y ayuda a miles de civiles.
• En 2012, la UE ayudó a millones de personas
hambrientas en el Sahel y envió asistencia
humanitaria a cientos de miles de refugiados sirios
que huían del conflicto en aquel país.
Intensificar la prevención
para salvar vidas
Al prevenir catástrofes o, al menos, reducir al mínimo
sus consecuencias, la UE ha contribuido de forma
determinante a evitar sufrimientos y salvar vidas. Para
ello ha aplicado medidas tanto dentro como fuera
de la UE, lo que ha permitido éxitos tales como alcanzar
una coordinación eficaz a nivel europeo y formar
a expertos locales en otras regiones del mundo.
• Desde que se puso en marcha el programa Dipecho,
en 1996, la UE ha invertido más
de 255 millones de euros en preparación para
las catástrofes en todo el mundo. Los proyectos
financiados por el programa han contribuido a limitar
los daños y a que unas comunidades en situación
de riesgo salvaran vidas y empleos.
• Desde 2007, la UE ha participado en la puesta
en marcha de una serie de iniciativas de alerta rápida,
como la plataforma en internet Meteoalarm
y el Sistema Mundial de Alerta y Coordinación en caso
de Catástrofe, servicio de alerta y recogida
permanente de datos. La UE también ha invertido
en sistemas de alerta para peligros específicos como
inundaciones, incendios forestales y tsunamis.
• La inversión de la UE en tecnologías de prevención
y mitigación de catástrofes y su estrecha colaboración
con otros socios ha permitido crear un Sistema
Europeo de Información sobre Incendios Forestales
y el Sistema Europeo de Alerta de Inundaciones.
• Solo en 2010, 873 personas asistieron a los cursos
de formación impartidos por una serie
de organizaciones de protección civil y se hicieron
cuatro ejercicios de simulación de inundaciones,
terremotos, materiales peligrosos y atentados
terroristas.
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L A S   P O L Í T I C A S
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EJEMPLO
Haití: de la ayuda de urgencia
a la recuperación
El gigantesco terremoto que afectó a Haití
en enero de 2010 dejó 222 750 muertos
y casi 1,7 millones de personas sin hogar.
La UE ha seguido ayudando a Haití durante
todas las etapas de su recuperación.
En los primeros momentos de la catástrofe
se asignaron más de 100 millones de euros
a medidas de respuesta y 25 países
miembros canalizaron ayuda en especie
a través del Mecanismo de Protección Civil.
Alrededor de 5 millones de personas
recibieron ayuda de la UE en esta fase.
La ayuda se utilizó para dar a cientos
de miles de víctimas refugio, letrinas
y duchas, agua potable, alimentos
y objetos tales como mantas, utensilios
de cocina y artículos de higiene. También
se ayudó a financiar medidas para
las personas desplazadas que buscaban
refugio en otras regiones del país.
© Unión Europea
Debido a un deficiente sistema sanitario y a
la falta de acceso a agua limpia, a finales
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E U R O P E A
de 2010 se desató una epidemia de cólera.
La UE asignó 22 millones de euros
a centros de tratamiento y medidas para
evitar que se propagara la enfermedad.
Unos 3 millones de personas
se beneficiaron de esta ayuda.
A lo largo de los dos años siguientes,
la UE fue introduciendo gradualmente
medidas para ayudar a la recuperación
de la economía del país. Las respuestas
de emergencia a más largo plazo
se complementan con medidas
estructurales que intentan reconstruir
las infraestructuras y los servicios sociales
a la vez que reducen el riesgo
de catástrofe. Esto supone conectar entre
sí la ayuda de emergencia y el desarrollo.
La UE es el mayor donante de ayuda
a Haití: ha comprometido un total
de 1 235 millones de euros sumando
los fondos de la Comisión Europea,
los países de la UE y el Banco Europeo
de Inversiones. Y la UE seguirá ofreciendo
una amplia asistencia a la recuperación
y el desarrollo del país en los próximos
años.
En Haití, la UE ha ayudado
a reparar servicios básicos
como la canalización
del agua corriente
y el tratamiento de aguas
residuales en pequeñas
ciudades como Petit Goave.
A Y U D A
H U M A N I T A R I A
Y
P R O T E C C I Ó N
C I V I L
EJEMPLO
Pakistán: una crisis compleja
que requería una respuesta
adecuada
En 2010, Pakistán sufrió una de las peores
inundaciones monzónicas de los últimos
80 años. Murieron más de 1 800 personas,
18 millones se vieron afectadas
y al año siguiente hubo nuevas
inundaciones. La situación era aún más
grave a causa del conflicto armado
de 2009, que había obligado a huir a casi
3 millones de personas. Las tareas
de auxilio europeas, que combinaron
la ayuda humanitaria y la protección civil,
resultaron eficaces a la hora de afrontar
una catástrofe de complejidad y magnitud
sin precedentes.
© Unión Europea
La UE proporcionó 150 millones de euros
en ayuda humanitaria para atender
a las necesidades inmediatas
de la población. Otros 70 millones de euros
se utilizaron para atender a las poblaciones
desplazadas en campamentos o familias
de acogida. Las condiciones locales
hicieron difícil entregar la ayuda. Pero
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la UE supo reaccionar con rapidez
y eficacia gracias al rápido despliegue
de expertos humanitarios y un equipo
de protección civil. Los expertos tenían
la misión de facilitar la coordinación
de la asistencia recibida y la comunicación
con las autoridades nacionales
y los equipos de las Naciones Unidas.
Las autoridades pakistaníes habían pedido
ayuda a través del Centro de Control
e Información. Los países participantes
en el Mecanismo de Protección Civil
enviaron ayuda por valor
de 271 millones de euros.
Las contribuciones en especie incluían
unidades, tabletas y líquidos para purificar
el agua, refugios y botiquines médicos.
Además, la UE cofinanció el transporte
de la ayuda al país.
Al ser Pakistán muy propenso
a las catástrofes naturales, la reciente
crisis ha puesto de relieve que reducir
el riesgo de catástrofes debe formar parte
de la política de ayuda humanitaria.
La UE sigue trabajando para reducir
la vulnerabilidad de la población y hacerla
más capaz de afrontar las catástrofes.
La prestación de ayuda
humanitaria a Pakistán tras
las inundaciones monzónicas
en 2010 se vio dificultada
por el daño
a las infraestructuras.
C O M P R E N D E R
L A S   P O L Í T I C A S
D E   L A   U N I Ó N
EJEMPLO
Sahel: alertar al mundo
de una crisis olvidada
El cinturón del Sahel, que va de oeste
a este en el norte de África,
es una de las regiones más pobres
del mundo. La sequía, el subdesarrollo
y la consiguiente inseguridad alimentaria
hacen correr el riesgo de hambre
a decenas de millones de personas.
A medida que se agrava esta crisis
humanitaria, crece el apoyo
de la UE. Desde comienzos de 2012,
la Unión ha aumentado su ayuda hasta
337 millones de euros. Su intervención
es gradual: combina aumentar
la capacidad de resistencia, responder
a las emergencias durante el período entre
cosechas y contribuir a la posterior
recuperación.
© FAO
La respuesta humanitaria a la crisis
ha conseguido salvar muchas vidas
y reducir el impacto en las economías
de los hogares. La UE ha contribuido
a devolver la atención de los medios
de comunicación internacionales a esta
crisis. Más allá de la ayuda de emergencia,
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E U R O P E A
la UE trabaja por que la inseguridad
alimentaria se reconozca como problema
estructural subrayando su importancia
clave en la lucha contra la pobreza.
Estrellas del fútbol como Raúl González
y Patrick Vieira se unieron a la lucha contra
el hambre en la región del Sahel como
embajadores de buena voluntad
de la campaña «El fútbol contra
el hambre», que aboga por una mayor
voluntad política de acabar con el hambre.
Porque el hambre y la desnutrición
aumentan de nuevo en todo el mundo.
En 2010 más de 1 000 millones
de personas estaban en situación
de inseguridad alimentaria. En la región
del Sahel y el Cuerno de África, la sequía
ha agudizado esta inseguridad, que sufren
millones de personas. Pero hay otros
países, como Pakistán y Yemen,
con poblaciones vulnerables
a la inseguridad alimentaria
y la desnutrición.
La ayuda alimentaria es el capítulo
más importante en el presupuesto
de ayuda humanitaria de la UE. En 2011
se destinaron 509 millones de euros
a ayuda alimentaria y nutrición.
El futbolista Raúl González
visita Chad dentro
de la campaña «El fútbol
contra el hambre».
A Y U D A
H U M A N I T A R I A
Y
P R O T E C C I Ó N
15
C I V I L
¿Y después?
Es vital que los mecanismos de emergencia puedan
responder a los retos que plantea un mundo cada
vez más frágil. La Unión Europea (UE) trabaja
ya en un sistema que permita una mayor previsibilidad
y fiabilidad. La futura «capacidad europea de reacción»
aumentaría la eficiencia y coherencia de las respuestas
de la UE al anticipar la planificación. Pero también
hay que intensificar la prevención de catástrofes
y la gestión de riesgos.
En la práctica, se crearía un fondo voluntario
de personal y materiales especializados disponibles
para su despliegue inmediato en caso de crisis.
La iniciativa también intenta simplificar el transporte
para desplegar más rápidamente la ayuda.
Hay que mejorar la planificación de la respuesta
a las catástrofes creando modelos de referencia,
haciendo inventario de los medios de que disponen
los países de la UE y elaborando planes de contingencia.
Otras medidas previstas: invertir más en formación
conjunta y ejercicios transfronterizos y elaborar
un panorama general del riesgo de catástrofe en la UE.
Para gestionar el nuevo sistema, la Unión ha creado
un Centro de Reacción Urgente que mejorará
la coordinación en caso de emergencia
en la UE. El Centro dará un servicio permanente
que permitirá mejorar el flujo de información.
En el debate sobre la futura financiación de la Unión,
la UE está buscando maneras de integrar con mayor
coherencia en la política de desarrollo tanto
la preparación como la transición desde la ayuda
humanitaria hasta el desarrollo. El marco financiero
plurianual de la UE para el período 2014-2020 apoyará
medidas para acelerar las respuestas a las catástrofes,
preverlas mejor y lograr una transición más fluida
a las medidas de desarrollo a más largo plazo después
de una catástrofe.
Voluntarios de ayuda humanitaria
de la UE
Para dar a los ciudadanos la oportunidad de participar
en las operaciones humanitarias de la UE, la Unión
ha creado un Cuerpo Voluntario Europeo de Ayuda
Humanitaria. Introducida por el Tratado de Lisboa,
© Unión Europea
Responder a las necesidades
Diana Tonea, de Rumanía, miembro del Cuerpo Voluntario
de Ayuda Humanitaria en Haití, dice que su experiencia
fue «estimulante y gratificante».
la iniciativa Voluntarios de ayuda humanitaria
de la UE aportará un verdadero valor añadido
a la entrega de la ayuda humanitaria y completará
los mecanismos ya existentes. En septiembre de 2012,
la Comisión Europea presentó planes para que entre
2014 y 2020 unas 10 000 personas puedan participar
como voluntarias en operaciones humanitarias en todo
el mundo.
Los participantes en la iniciativa pueden ser tanto
jóvenes que quieran dedicarse profesionalmente
a la ayuda de emergencia como expertos en ayuda
humanitaria. El Cuerpo Voluntario de Ayuda
Humanitaria garantizará que el personal vaya adonde
haga más falta y contribuya a reforzar la capacidad
y el voluntariado locales. La seguridad
de los voluntarios es una prioridad de primer orden.
En la primera serie de proyectos piloto,
más de 200 europeos viajaron a más de 30 países,
entre ellos Haití, Indonesia, Mozambique y Tayikistán.
Para prepararlos al trabajo sobre el terreno,
los voluntarios reciben una formación previa tanto
teórica como práctica.
El programa, que se ampliará en los próximos años,
forma a los futuros líderes de la ayuda humanitaria
al tiempo que ofrece a los jóvenes europeos
la oportunidad de mostrar su solidaridad con aquellos
que la necesitan.
L A S   P O L Í T I C A S
D E   L A   U N I Ó N
2012: la UE dona el dinero del Premio
Nobel de la Paz para ayudar
a las víctimas más jóvenes
de los conflictos
El 10 de diciembre de 2012 se concedió
a la Unión Europea el Premio Nobel
de la Paz. El premio estaba dotado
con 8 millones de coronas suecas
(unos 930 000 euros). Completándolo
con fondos de la UE, se llegó
a 2 millones de euros. El Premio Nobel
de la Paz constituye un símbolo
de reconciliación en todo el mundo.
El dinero correspondiente al premio debe
beneficiar tanto a las víctimas de conflictos
venideros, como a las víctimas del presente
y el pasado: los niños que no han podido
crecer en paz y realizarse plenamente
debido a los conflictos y las guerras.
En 2012, el 90 % de las víctimas
de conflictos fueron civiles, y la mitad
de ellos niños. Siete millones de niños
son refugiados y 12,4 millones están
desplazados dentro de su propio país por
los conflictos. Una de las mejores maneras
de ayudar y proteger a los niños víctimas
de conflictos violentos es devolverles
la oportunidad de aprender y educarse:
de otro modo, su futuro será
aún más difícil. De los aproximadamente
75 millones de niños no escolarizados
16
E U R O P E A
en el mundo, 20 millones son niñas
y más de la mitad vive en zonas afectadas
por conflictos.
Por ello la Comisión Europea ha invitado
a sus organizaciones y agencias asociadas
a que propongan proyectos adecuados
para financiarlos Así fue como se decidió
que el dinero del Premio Nobel
de la Paz se destinara a cuatro proyectos
de la iniciativa de la UE «Niños de la paz».
Juntos, estos proyectos llegan
a más de 23 000 niños de Colombia,
Ecuador, Etiopía, Irak, Pakistán
y la República Democrática del Congo,
para quienes crean espacios adecuados
y ofrecen enseñanza básica, dándoles
así protección, educación y la posibilidad
de un futuro mejor.
La educación ayuda a que los niños en zonas de conflicto
sigan siendo niños.
La UE y los niños en zonas de conflicto
(http://ec.europa.eu/echo/EU4children/
index_en.htm)
Para saber más
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La ayuda humanitaria de la UE y la protección civil: http://ec.europa.eu/echo/index_en.htm
Voluntarios de ayuda humanitaria de la UE: http://ec.europa.eu/echo/euaidvolunteers/index_en.htm
La UE y los niños en zonas de conflicto: http://ec.europa.eu/echo/EU4children/index_en.htm
¿Preguntas sobre la Unión Europea? Europe Direct puede ayudarle: 00 800 6 7 8 9 10 11
http://europedirect.europa.eu
ISBN 978-92-79-24398-1
doi:10.2775/68086
NA-70-12-029-ES‑C
C O M P R E N D E R
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