PALABRAS DE JESÚS NO ENCONTRADAS EN LOS

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PALABRAS DE JESÚS NO ENCONTRADAS EN LOS EVANGELIOS
Por Dr. Gerardo Laursen
Usado con permiso
Los familiarizados con los 4 evangelios podemos asumir que las únicas palabras conocidas de Jesús son
limitadas a estos 4 tomos. Pero hay más dichos en otros libros del Nuevo Testamento: directos,
comunicados por otros, por tradición oral o por revelación directa. Comencemos con el detalle fácilmente
olvidado que Jesús dio instrucciones en el principio de Hechos, antes de ascender.
1. Palabras de Jesús a sus discípulos poco antes de su ascensión
Hch. 1:4-8, “Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa
del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis
bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días
Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo:
Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No
os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre
puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido
sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Por esta profecía él anuncia el comienzo de la época de la iglesia y
el alcance del evangelio en el mundo.
2. Palabras de Jesús a Pablo en el camino a Damasco
Otro fácil olvido nuestro se trata de las revelaciones directas a Pablo en su conversión en adelante. Se
incluyen su llamamiento al ministerio y profecías de sus viajes y sus convertidos.
Hch. 9:4-5, “y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo:
¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el
aguijón.”
22:7-8, “y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Yo entonces
respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.”
22:10, “Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo
que está ordenado que hagas.”
22:18, “Y le vi que me decía: Date prisa, y sal prontamente de Jerusalén; porque no recibirán tu
testimonio acerca de mí.”
22:21, “Pero me dijo: Ve, porque yo te enviaré lejos a los gentiles.”
26:14-18, “Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua
hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Yo entonces
dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y ponte
sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que
has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes
ahora te envío, para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad
de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los
santificados.”
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3. Palabras de Jesús a Ananías después de la conversión de Pablo
Saulo (Pablo) había arrestado a creyentes y obtuvo permiso oficial de viajar a Damasco para capturar
más. Ahora reclama ser cristiano, buscando a otros creyentes. Claro, no fue creído por nadie, porque
sospechaban una trampa. Pero Cristo intervino, revelando con palabras a un individuo, que la conversión
fue genuina, incluyendo profecías de la curación de su ceguera y su alcance hasta reyes.
Hch. 9:11-12, “Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de
Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado
Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.”
9:15-16, “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en
presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario
padecer por mi nombre.”
4. Palabras de Jesús a Pedro en Jope
Pedro, como muchos judíos convertidos, tenía problemas con su nueva libertad de la ley mosaica. Un
cambio tan fundamental requería una intervención especial. (Y aparte del cambio de dieta, hay
implicación de permiso de asociar con gentiles ahora.)
Hch. 11:7-9, “Y oí una voz que me decía: Levántate, Pedro, mata y come. Y dije: Señor, no; porque
ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca. Entonces la voz me respondió del cielo por
segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.”
5. Pedro se acuerda de las palabras de Jesús sobre dos bautismos
Vino a la memoria de Pedro algo dicho por Jesús previamente, durante su ministerio terrenal. La
comparación entre el bautismo de Juan y el del Espíritu Santo le dio entendimiento del significado del día
de Pentecostés.
Hch. 11:16, “Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en
agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo.”
6. Palabras de ánimo a Pablo en Corinto
En esta ocasión Pablo tenía miedo de ciertos enemigos, pero con estas palabras del Señor, se calmó y se
quedó en la ciudad por un año y medio (tiempo necesario para ayudar madurar a una iglesia carnal).
Hch. 18:9-10, “Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles;
porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho
pueblo en esta ciudad.”
7. Dichos de Jesús: “Más bienaventurado es dar que recibir.”
Este dicho no se encuentra en los evangelios. Puesto que Pablo no andaba con Jesús, escuchó esto por
otro testigo, o sea por tradición oral (algo común en aquel entones).
Hch. 20:35, “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar
las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.”
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8. Palabras de ánimo a Pablo en prisión en Jerusalén
Esta profecía le garantizó la libertad de esta prisión y también una llegada a Roma (que le dio mucha
confianza más tarde cuando su barco naufragó en una tempestad).
Hch. 23:11, “A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has
testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma.”
9. El recuerdo de palabras de Jesús sobre la santa cena en el aposento alto
En Mt. 26:26; Mr. 14:22; y Lc. 22:19 se ven los detalles de dar gracias, partir, tomar y el símbolo de su
cuerpo, pero los otros detalles en 1 Co. 11:24-25 son nuevos y por eso revelados.
1 Co. 11:24-25, “y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por
vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber
cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis,
en memoria de mí.”
10. Palabras de Jesús sobre el aguijón en la carne de Pablo
Un hermano tan piadoso como Pablo pidió 3 veces por cierto alivio, que el Señor no concedió. Fue para
mantenerle humilde. Así que hay sufrimiento en la voluntad de Dios, aun con los más piadosos. (Para
más sobre este tema, vea mi artículo “Razones para el Sufrimiento del Creyente” en
www.ObreroFiel.com).
2 Co. 12:9, “Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por
tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de
Cristo.”
11. Palabras de Jesús a Juan en el exilio en Patmos
Jesús reveló algo de su grandeza a Juan (entre otras cosas, que él, no Satanás, es el jefe del Hades)
además de algunas instrucciones.
Ap. 1:8, “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir,
el Todopoderoso.”
1:11-12, “que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y
envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y
Laodicea. Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo…”
1:17-20, “Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas;
yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los
siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Escribe las cosas que has visto, y las que son, y
las que han de ser después de estas. El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los
siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que
has visto, son las siete iglesias.”
12. El mensaje de Jesús a las 7 iglesias de Asia Menor
Ap. 2:1-3:22 son 2 capítulos completos de advertencias e instrucciones extendidas a las 7 iglesias. (Para
más detalles, vea mi breve “Comentario de Apocalipsis” en www.ObreroFiel.com).
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13. Jesús invita a Juan a ver visiones de las últimas cosas
Juan tuvo el privilegio de ser raptado al cielo para ver el futuro.
Ap. 4:1, “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como
de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de
estas.”
14. La promesa de Jesús de volver “como ladrón”
Otra revelación a Juan en la isla de Patmos es la manera cómo Cristo volverá.
Ap. 16:15, “He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que
no ande desnudo, y vean su vergüenza.”
15. La promesa de Jesús, “¡Vengo pronto!”
Estas últimas palabras declaradas a un ser humano registradas en la Biblia se refieren 3 veces al regreso
de Cristo.
Ap. 22:7, “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este
libro.”
22:12-16, “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su
obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que
lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas
los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que
ama y hace mentira. Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.
Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”
22:20, “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor
Jesús.”
Así que no es herético ni extra bíblico decir que tenemos palabras auténticas de Jesús fuera de los 4
evangelios. Deberíamos haber esperado algo así por la declaración del apóstol Juan, cuando dijo en Jn.
20:30, “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están
escritas en este libro.” Igual en 21:25, “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si
se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir.”
Una lección aquí es no presumir conocer el contenido de la Biblia antes de estudiar lo que realmente dice.
Pero a la vez, hay que notar otro principio importante: hoy en día, teniendo la Biblia completa, no hay
razón por qué Cristo nos hable en voz alta. Ya tenemos al Espíritu Santo para guiarnos además de en la
Biblia tener todas las doctrinas e instrucciones que hemos de obedecer y creer. Las últimas palabras de
Cristo hablan de su pronto regreso. Entonces, como dice en Hebreos 10:25, “… exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
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