Ficha_Lectura_surgimiento del capitalismo

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Capitalismo Financiero.
Financiero.
(1870-1914).
En la segunda mitad del siglo XIX el mundo industrializado entró en una nueva etapa de desarrollo industrial,
donde comenzará a desarrollarse una nueva forma de capitalismo financiero y monopólico. El período comprendido
entre 1870 y 1914 se caracteriza, tanto por un importante crecimiento de la industria como por una tendencia cada vez
mayor a la concentración de empresas y capitales.
Segunda fase de la Revolución Industrial.
La industria, a medida que iba introduciendo la ciencia y la nueva tecnología en sus operaciones, era capaz de
generar mayores volúmenes de producción. Por un lado, se necesitaban más cantidades de capital para pagar
maquinaria sofisticada, materia prima, investigación tecnológica y mano de obra especializada. Por otro lado, era
necesaria la búsqueda de nuevos mercados de donde extraer mayor cantidad de materias primas, colocar productos
manufacturados y capital excedente. Surgieron así las derivaciones lógicas de la segunda fase de la Revolución
Industrial: el capitalismo financiero y monopólico y el imperialismo.
Orígenes y características del capitalismo financiero y monopólico.
En el establecimiento de una industria moderna, para que fuera competitiva, se necesitaban importantes
inversiones de capital, destinadas a edificios, máquinas, sueldos, etc. Estas inversiones no podían ser realizadas –como
sucediera en la primera fase de la Revolución industrial-por un único capitalista o por la asociación de capitales
familiares.
Se necesitaba más capital. ¿De dónde obtenerlo?. Una solución fueron las sociedades por acciones, que muchas
veces adoptaron la forma de responsabilidad limitada, para no ver afectada la riqueza personal en caso de ruina de la
empresa. Fue tan grande el éxito de estas sociedades que en Alemania por ejemplo, después de 1871, surgieron 780
sociedades de acciones, en dos años.
La libre competencia, que llevó a la multiplicación de empresas, se convirtió en un obstáculo para obtener
mayores ganancias. Surgió una nueva forma de obtener capital: los monopolios, cuya expresión más clara fueron los
trusts y los cárteles. Desarrollar un monopolio es básicamente controlar el mercado por un grupo o un productor de
forma exclusiva. Pues en este sentido los trusts son fusiones de empresas que pueden pertenecer o no al mismo sector
económico y que buscan operar en forma conjunta. Esta fusión puede ser vertical, si reúne empresas relacionadas con
elaboración de un mismo producto final. Por ejemplo un Trust automotriz fusiona empresas variadas como una acería,
una fábrica de neumáticos, una empresa de transporte, etc. De esta forma controla toda la producción del producto
desde su extracción de productos primarios, o elaboración de los bienes intermedios hasta la elaboración del producto
final e incluso su distribución. El Trust horizontal fusiona empresas pertenecientes a una misma rama de producción. El
ejemplo sería la fusión de varias empresas de galletitas. En ambos casos se ejerce un control administrativo y
financiero centralizado.
Los cárteles en cambio, son uniones contractuales de empresas de igual rama de negocios, las que mantienen
su independencia legal. El objetivo es la eliminación o restricción de la competencia, lo que se logra a través de
acuerdos en la fijación de precios, reparto de mercados, etc.
Pero existían otras formas de obtener capital. Desde fines de la Edad Media y en tiempos de la Época Moderna
el capital se obtenía de los bancos. Ellos concentraban parte del ahorro nacional; eran una fuente importante de crédito,
que inyectaba capitales en los circuitos comerciales o industriales, acrecentando el proceso de crecimiento económico.
Sin embargo, cuando al banco se le presentaba un buen negocio, una industria floreciente, por ejemplo, no se
conformaba en prestarle, quería invertir en ella. De esta manera el capital bancario se convirtió en socio de la industria o
de la empresa comercial, en sus más variadas formas: transportes, comunicaciones (radio, periódicos) etc. Cuanto más
dinero podían controlar los banqueros, mayor era su poder. Este fue el origen del capitalismo financiero.
Fuente: Adaptado de Corral, Pilar. Et al. Historia III. La construcción del mundo contemporáneo.
Ed. Santillana. Medo. Uruguay. 1998.
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