Los documentos judiciales y la insistencia judicial.

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Los documentos judiciales y la insistencia judicial.
Autores: Claudia Aloi
Agustina Córdoba
Carolina Delperchio,
Eduardo Medina Allende
Paola Torena
(bajo la Dirección de Gabriel A. Fuster)
PONENCIA
a) La Insistencia judicial es un instituto jurídico que vela por la revisión de las resoluciones del
Registro, las cuales pueden observar o rechazar determinado documento judicial ante un órgano
superior, a fin de que garantice la no arbitrariedad y celeridad registral.
b) El acto de la insistencia consiste en reiterar la solicitud de registración del documento y en
mantenerse firme en las mismas condiciones originales en las que fue presentado al Registro.
c) Consiste en un acto jurídico que no reviste la calidad de recurso, por cuanto quien lo impulsa es
el Tribunal, a diferencia de este último, que es promovido por la parte que se considera agraviada.
d) En la insistencia, el Juez no defiende un interés particular; por el contrario, sostiene y reafirma su
decisorio, es decir, la registración del documento judicial.
e) Las causas que originan la insistencia pueden estar motivadas por las observaciones o el rechazo
que efectúa el Registro sobre los documentos judiciales.
f) Los únicos legitimados para impulsar actos de insistencia son los tribunales que podrán hacerlo
en cualquier momento, mientras dure la vigencia de la inscripción provisoria.
g) Una vez interpuesta la insistencia, el Director del Registro dispone de un plazo para remitir la documentación al Tribunal Superior de Justicia, para que éste, a su vez, lo envíe al órgano que resolverá
la cuestión, en este caso, a la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial correspondiente.
h) La Cámara deberá resolver, sin sustanciación, para evitar prolongaciones engorrosas e innecesarias.
i) Son dos, las posibles situaciones que pueden suscitarse:
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-Si la Cámara confirma la postura del Tribunal insistente, la inscripción provisoria, automáticamente
se transformará en definitiva.
-Si en cambio la Cámara rechaza dicha postura, la inscripción provisoria no caducará, pero el interesado tendrá un plazo a ser fijado por el mismo cuerpo, dentro del cual deberán subsanarse los
defectos. Transcurrido dicho plazo, la inscripción provisoria caducará de pleno derecho.
En este sentido es elogiable, la reglamentación establecida por la la Ley Orgánica de Registro Provincial de Córdoba, Nro. 5771/74, publicada en el B.O. 12 / 11/ 74, en sus artículos 20 y 18, expresa:
Art. 20:”En los casos en que los tribunales insistieran en la inscripciones dispuestas, la Dirección General
elevará los antecedentes al Excmo. Tribunal Superior de Justicia, para su remisión a la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de turno de la Capital, dentro de los quince días en que se devolviere el
documento al Registro
General, para que resuelva el conflicto, manteniéndose la inscripción o anotación provisional durante la
sustanciación del mismo.
Los efectos y consecuencias de la Resolución de la Cámara se regirá por lo dispuesto en el artículo dieciocho”
Art. 18:”En caso de que la resolución recaída en el recurso de apelación dispusiere la toma de razón
requerida, la inscripción o anotación provisional se convertirá en definitiva.
Si la resolución mantuviere la observación del documento, para lograr su registro definitivo deberá el interesado subsanar las observaciones dentro del nuevo plazo y de inscripción provisional que deberá fijar
la resolución denegatoria y que será de sesenta días contados desde la fecha de notificación; todo ello sin
perjuicio de su derecho a recurrir jurisdiccionalmente….
Transcurrido el plazo de inscripción o anotación provisional y su prórroga, sin que hubieren subsanado los
defectos que impedían el registro definitivo o sin que se hubieren intentado los recursos establecidos en este
capítulo, la inscripción o anotación provisional caducará de pleno derecho.
FUNDAMENTOS
I- Introducción
En la vida judicial existen diversas ocasiones en las que el Juez o Magistrado ordena al Registro la
inscripción de documentos que hacen a la tramitación de causas bajo su jurisdicción.
Esa orden judicial llega al Registro en forma de Oficio, y el Registro tiene la opción de aceptar el
mismo, sin reparo alguno, u oponerse a la registración haciendo saber sus objeciones.
En los casos en que un documento judicial no llegare a ser registrado a consecuencia de negaciones
u observaciones, y el magistrado interviniente no compartiere las mismas, puede utilizar la figura
de la “Insistencia” contemplada en nuestra provincia en la ley Orgánica de Registro Provincial,
dec-ley 5771, artículos 20 y 18, publicada en el B.O. el 12 / 11/ 74 y modificada por el dec-ley 6737
con vigencia a partir del 13/ 05/ 82.
En la actualidad, no existen disposiciones legales a nivel nacional que regulen este instituto.
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Nuestra posición, se inclina hacia la necesidad imperiosa de instaurar normas que determinen específicamente los límites calificadores de los funcionarios registrales.
Esta figura tiende a solucionar los excesos de los funcionarios y no, su actividad normal y regular,
pues esta última está contenida en su propia función y sus deberes como funcionario público, cualquiera sea el poder al que pertenezca.
A su vez, consideramos necesario una muy buena reglamentación de la norma aquí estudiada, a
través de una estricta delimitación conceptual en lo atinente a la legalidad, legitimidad, factibilidad,
validez del acto registral, validez del documento judicial, etc., a los fines de evitar tanta confusión.
Teniendo en claro el contenido preciso de los términos registrales y las facultades calificadoras la
mayoría de los problemas que se suscitan entre los magistrados y registradores menguarían. Pero
aún, cuando en la realidad se lograre plasmar las premisas anteriores, siempre subsistirán, aunque
en menor medida. Es aquí cuando cobra fuerza la “Insistencia Judicial”, que constituye una gran
innovación creada en la Provincia de Córdoba, a través de nuestra Ley Orgánica Provincial de Registro 5771/74, en su artículo 20, publicada en el B.O. 12 / 11/74.
Para facilitar la comprensión del instituto, comenzaremos por hacer una breve introducción de los
factores predisponentes, aquellos que dan lugar al nacimiento de la “Insistencia Judicial”, es decir, las
funciones del registrador y las funciones del magistrado.
II- Funciones del registrador
El registrador tiene el deber de respetar y hacer respetar los principios registrales: de rogación, de
prioridad, de especialidad, de tracto sucesivo y de legalidad. Esta labor, la lleva a cabo examinando y
controlando que el acto regitral se realice en las formas prescriptas por las disposiciones legales y
reúna los requisitos pertinentes.
Se entiende por acto registal, aquél que se efectúa a los fines de hacer inscribir determinado
documento -notarial, administrativo, judicial- en el Regitro. En el supuesto que nos ocupa, nos limitaremos a tratar exclusivamente el acto registral en relación a los documentos judiciales.
El control que el registrador ejerce sobre un acto registral en particular, se manifiesta a través de
sus facultades calificadoras, las cuales se limitan a la factibilidad y a la legitimidad del acto registral.
La factibilidad es la posibilidad de que el acto inscriptorio se lleve a cabo, teniendo en cuenta dos
aspectos:
a) Jurídico: Que no hayan contradicciones, ni superposiciones, ni violaciones en las registraciones
que atenten contra la lógica jurídica.
b) Material: Que sea física y naturalmente posible, y que no contradiga los principios lógicos (principio de identidad, principio de contradicción y el principio del tercero excluído).
La legitimidad es la certeza de que el acto a registrar es genuino y verdadero, conforme las disposiciones legales.
Esta verificación la realiza el registrador al calificar el acto registral desde tres perspectivas:
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1- Subjetiva: Deberá constatar la capacidad y legitimación del sujeto peticionante, que puede
identificarse o no, con el sujeto rogante.
Se entiende por “rogante” a aquella persona que tiene derecho a solicitar la inscripción registral.
Es “peticionante” el que efectivamente solicita la registración, y cumple con las formalidades y requisitos registrales.
En esta evaluación se plasma el principio de rogación.
2- Objetiva: Por aplicación del principio de especialidad, deberá corroborar que el objeto del acto
registral sea determinado o determinable.
A la vez, implica verificar la existencia o inexistencia registral del objeto sobre el cual recaerá el
acto inscriptorio.
3- Formal: Tiene que velar por la aplicación del principio de legalidad y tracto sucesivo.
El principio de legalidad es una consagración política del Estado de Derecho. Este principio está
inmerso en todos aquellos actos que por nuestra estructura de gobierno deben ser atribuídos a la
persona jurídica del Estado. Así, tendremos la respectiva legalidad en la resolución de un juez, en la
sanción de una ley, en la función del registrador, etc.
Comprobado que en toda la actividad estatal está ínsito el principio de legalidad, no hay razón valedera para exponerla como exclusivo de la autoridad registral.
El principio de legalidad es una característica propia y tipificante del Estado para la configuración de
sus respectivos actos jurídicos públicos: “ningún juez, ningún legislador, ningún administrativo ejecuta un acto de su función sin previamente examinarlo y cotejarlo con la tipicidad que corresponde
a sus iguales y análogos.
Por la misma mecánica de la organización estatal, consagrada por nuestra Constitución Nacional, existe un plano de igualdad entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, y por ende, de sus actos.
En cuanto a la función calificadora del registrador en lo atinente al control de legalidad, este principio se funda en la necesidad de que el acto registral sea válido y eficaz.
No debe confundirse “validez del acto registral” con “validez del documento, en cuanto a su
contenido”, ya que esta última compete exclusivamente al juez. La labor del registrador se limita a
expresar si el acto (insistimos “el acto”, no “el documento”) reúne o no los requisitos necesarios
para ser admitidos en el Registro.En cambio, con relación a los documentos, sólo garantizará su autenticidad y veracidad (legitimidad).
III- Funciones del magistrado
Juez y registrador califican, pero ambos lo hacen desde ópticas diferentes, atendiendo a la función
que cumple cada uno de ellos.
Las resoluciones judiciales de los magistrados, instrumentados a través de documentos judiciales,
constituyen órdenes que deben ser acatadas por el registrador, quien en determinadas oportunidades se excede en el ejercicio de sus facultades. Esto se debe a que el registrador confunde los
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límites de sus funciones y facultades al cuestionar indebidamente la validez del contenido del documento judicial y no, la validez del acto registral.
En nuestro ordenamiento jurídico los magistrados tienen el control supremo de legalidad, y actúan
supervisados por las partes, que podrán ejercitar todos los recursos que les acuerdan los códigos
procesales hasta llegar a la última instancia.
La revisión del contenido de las decisiones judiciales sólo puede hacerse en sede jurisdiccional y no,
en sede registral. En este punto se encuentra el fundamento principal de la limitación a la facultad
calificadora del regitrador.
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IV- Conflicto entre magistrado y registrador
En la práctica, los límites de las funciones de ambos tienden a confundirse o excederse. Como consecuencia, se generan situaciones conflictivas, que pueden postergar innecesariamente la ejecución
de los actos inscriptorios, e incluso provocar celos recíprocos.
Si bien, existen los recursos internos-administrativos (recurso de rectificación o recalificación y
recurso de apelación o reconsideración), la respuesta a los mismos siempre queda en manos de la
entidad registral.
Todo ello, puede provocar una situación desventajosa y arbitraria, que conlleva al desgaste administrativo, despilfarro de fondos estatales por la falta de celeridad de los trámites, desencadenando un
“efecto dominó” en el área judicial y, repercutiendo y afectando por ende, el interés del particular.
Como consecuencia de lo expuesto nace la “Insistencia Judicial” como una necesidad para poner fin
a una circunstancia que se vuelve crónica y que origina un círculo vicioso.
Entre los resultados esperados a los que se tiende mediante la implementación de la insistencia
judicial, es combatir la burocracia estatal, generada por no existir la adecuada regulación normativa
en el ámbito registral.
La burocracia estatal fomenta la pugna entre los distintos poderes, judicial y ejecutivo en este caso,
y, medidas como las analizadas deberían cercarla y reducirla.
Propiciamos tal vez, en un futuro cercano, el ajuste de la institución en base a la experiencia que se
vaya recogiendo en el sentido de lograr una mayor agilidad en su aplicación, pero, conteniendo y
contemplando una sanción al registrador para el supuesto en que el eventual superior confirmase
el pedido del magistrado, y al magistrado para el caso inverso. Al contemplar una sanción a quien no
se le diese la razón, se eliminaría el factor de la negativa por la negativa misma.
Por todo lo expresado, exhortamos a que se tome conciencia de la utilidad de este instituto jurídico, la necesidad de su implementación a nivel nacional, y el análisis de Jurisprudencia comparada.
En caso de que también fuese contemplada normativamente en otras partes del país la figura de la
“Insistencia Judicial”, y los elementos que facilitan su implementación (las facultades calificadoras del
registrador y la validez de los documentos judiciales) se agilizarían los trámites, se evitarían posibles
perjuicios a los intereses del particular y se controlarían los roces que pudieran generarse entre
los funcionarios.
Asimismo, queremos destacar los objetivos fundamentales de la Insistencia Judicial, cual es promover la seguridad jurídica, la equidad y la celeridad para impartir justicia.
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Admisibilidad
del Acto
Registral
Legitimidad
Factibilidad
Pcpio de Especialidad
Pcipio de
Rogación
Objeto
Peticionante
Rogante
Pcpio de Legalidad y Pcipio de Tracto Sucesivo
Legitimación
Capacidad
Forma
Sujeto
Material
Jurídica
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