a) El derecho a un proceso con todas las garantías. Puede

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La Interpretación Constitucional
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a) El derecho a un proceso con todas las garantías.
Puede sostenerse que la regla de exclusión de la prueba ilícita está directamente
vinculada al derecho constitucional al proceso debido. Así ha sucedido en el ordenamiento
espaxol, donde el Tribunal Constitucional ha establecido que la admisión de la prueba ilíacita
entraxaría una colisión con el derecho a un proceso con todas las garantías y a la igualdad
entre las partes en el juicio, y que por tanto dicha regla deriva directamente de la Constitución
y se basa en la posición preferente de los derechos fundamentales en el ordenamiento y en su
a¿rmada condición de inviolables. En suma, la admisión de prueba ilícita en el proceso debe
considerarse prohibida por la Constitución en virtud de su contradicción con el artículo 24.2
CE. Así lo sexalaba ya la STC 114/1984, de 29 de noviembre, que reconocía por primera vez
esta regla de exclusión en nuestro ordenamiento.
“La recepción procesal [de las pruebas obtenidas con violación de derechos fundamentales]
implica la ignorancia de las «garantías» propias al proceso (art.24.2 de la Constitución)
implicando también una inaceptable con¿rmación institucional de la desigualdad entre las
partes en el juicio, desigualdad que se ha procurado antijurídicamente en su provecho quien
ha recabado instrumentos probatorios en desprecio de los derechos fundamentales de otro.
El concepto de «medios de prueba pertinentes» que aparece en el mismo artículo 24.2 de la
Constitución, pasa así a incorporar, sobre su contenido esencialmente técnico-procesal, un
alcance también sustantivo, en mérito del cual nunca podrá considerarse «pertinente» un
instrumento probatorio así obtenido´ (STC 114/1984, FJ 5o).
“Aun careciendo de regla legal expresa que establezca la interdicción procesal de la
prueba ilícitamente adquirida, hay que reconocer que deriva de la posición preferente de los
derechos fundamentales en el ordenamiento y de su a¿rmada condición de «inviolables»
(art. 10.1 CE) la imposibilidad de admitir en el proceso una prueba obtenida violentando un
derecho fundamental o una libertad fundamental´ (STC 114/1984, FJ 4o). En suma, la regla
de exclusión se con¿gura inicialmente en el derecho espaxol como una garantía procesal de
naturaleza constitucional derivada de la posición preferente de los derechos fundamentales
en el ordenamiento. Dicha garantía está residenciada en el artículo 24.2 CE, vinculada al
derecho a un proceso con todas las garantías y, en el ámbito del proceso penal, al derecho a
la presunción de inocencia77.
b) La tesis del efecto preventivo o disuasorio de la exclusión.
Pero puede sostenerse también que el fundamento constitucional de la regla de exclusión
de la prueba ilícita no reside en un concreto derecho (y por tanto en la posición preferente
que éste ocupa en el ordenamiento y en su condición de inviolable), sino en la producción de
un efecto preventivo o disuasorio sobre las conductas de los poderes públicos que lesionan
derechos. Esto es lo que sucede en Estados Unidos.
77
Son numerosas las sentencias del Tribunal Constitucional que reiteran este fundamento jurídico de la regla de exclusión de prueba ilícita.
Vid., además de la germinal STC 114/1984, FJ 5, la STC 50/2000, FJ 4, y la STC 69/2001, FJ 26.
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