7. CONCLUSIONES. Las instituciones religiosas tradicionales, en

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7. CONCLUSIONES.
Las instituciones religiosas tradicionales, en muchos casos, se están
adaptando al movimiento turístico, ya que, a lo largo y ancho del mundo lo
que tradicionalmente eran lugares de culto se están transformando en destinos
turísticos, y la función religiosa tiene que convivir, en ocasiones, con la función
turística (MacCannell, 1999: 43).
El espacio sagrado se convierte en un espacio multifuncional, en el que
el uso turístico es fundamental. Este uso turístico del espacio religioso permite,
no sólo un tiempo de descanso, sino un desarrollo cultural de la persona,
desarrollo que puede integrar también valores de tipo religioso. Así, surge un
espacio en el que se dan prácticas de ocio, a la vez que se posibilita el
desarrollo cultural y la práctica religiosa (Cuenca, 1999: 179). Esto es lo que se
ha podido constatar también en el espacio turístico - religioso de Loiola, un
espacio en el que se localizan importantes elementos de patrimonio cultural
que son susceptibles de un uso turístico.
Los espacios religiosos considerados bienes de patrimonio cultural
pueden tener también un uso turístico. Este uso turístico debe ser gestionado
de tal forma que derive en la propia conservación del bien patrimonial y de la
identidad cultural que representa, teniendo en cuenta también que una buena
gestión supone tener presente que el desarrollo siempre conlleva una serie de
beneficios y de costes.
De
hecho,
el
uso
turístico
de
espacios
patrimoniales
incide
posteriormente en la imagen que se cree del destino, repercutiendo, a su vez,
en las motivaciones de los visitantes a los que se les oferta un espacio religioso
como parte de un producto turístico.
Partiendo de estos presupuestos, si pasamos al estudio de caso concreto
del santuario de Loiola en el contexto del producto turístico “Ruta de los Tres
Templos”, nos encontramos ante un ejemplo de espacio religioso que es
también destino turístico. A través de este producto se pretende potenciar la
actividad turística mediante la puesta en valor, promoción y comercialización
turística del patrimonio religioso, histórico y cultural de las comarcas del Alto
Deba, Alto Urola y Urola Medio, cuyo eje central son los templos de Arantzazu,
La Antigua y Loiola.
De este modo, los templos son el aliciente para conocer las comarcas en
las que se localizan y motivar el interés por su paisaje y su cultura, pero
respetando y valorando el contenido religioso del contexto en el que se
desarrolla el producto. Pero, muchas de las personas que visitan el santuario
de Loiola desconocen la Ruta de los Tres Templos. Esto se explica, en parte,
porque las personas que visitan Loiola, viajan en grupos organizados que
participan en otro tipo de rutas.
Estas rutas vienen organizadas desde el exterior, y los operadores
turísticos que organizan los viajes a Loiola, si conocen la Ruta de los Tres
Templos, no la incluyen en sus paquetes turísticos. Más bien se organizan otro
tipo de viajes en los que interesa visitar los espacios más significativo, entre los
que se encuentra Loiola, pero sin incidir en las comarcas como destino. Entre
estos viajes internacionales destacan los que, además del santuario de Loiola,
incluyen Lourdes o Fátima, o los que incluyen las capitales vascas u otras
ciudades del norte peninsular.
Como vemos, el santuario de Loiola es un lugar con un enorme
magnetismo que se incluye en rutas internacionales, más que por el valor
artístico o arquitectónico del conjunto, que lo tiene, por el valor cultural que
representa la casa en la que nació san Ignacio y todo lo que representa este
personaje. Loiola es un espacio que atrae, pero, al tratarse de un espacio de
características tan especiales puede suponer tanto un elemento de desarrollo
como un obstáculo para el resto de espacios de interés próximos.
De hecho, a pesar del importante número de visitas que se reciben
anualmente en Loiola las repercusiones en la comarca en la que se localiza el
santuario, el Urola Medio, son limitadas, por lo que cabe preguntarse cuáles
son los intereses de las personas que llegan a Loiola, qué es lo que les mueve a
visitar el santuario de san Ignacio de Loiola y por qué no visitan otros espacios
cercanos.
Como hemos visto a la hora de describir la “cultura del turista”, aunque
los motivos religiosos fueran importantes para visitar Loiola, los aspectos
históricos, artísticos y culturales no se quedaban atrás. Pero, en las propias
palabras de los visitantes, Loiola es “un lugar clave para comprender la
personalidad y el carisma de san Ignacio”.
Más allá de aspectos religiosos o culturales, uno de los elementos
fundamentales para comprender las motivaciones que llevan a muchas
personas a visitar Loiola es la propia figura de Ignacio de Loiola y todo lo que
conlleva, y sobre todo el considerarlo como “fondateur des jesuites, ordre
universel”1, la Compañía de Jesús y su presencia en todo el mundo. Y no sólo
eso, ya que se da especial importancia al papel de la Compañía como
“intellectual society involved in education”2, su implicación en la educación.
Por ello es necesario tener presente la obra de la Compañía de Jesús en
el campo educativo, especialmente en el ámbito universitario, porque muchas
de las respuestas sobre el significado que personalmente tiene el santuario de
Loiola giran en torno a este punto. Visitantes de EEUU, México, Reino Unido,
Francia o Filipinas han expresado su opinión en este sentido.
Como vemos se conoce Loiola por las “Saint Ignatius High School”, por
los “Jesuit College” o por las “University of Loyola” que hay por todo el
mundo. De este modo, no es de extrañar que los visitantes de Loiola sean en un
porcentaje muy alto universitarios, y que casi la mitad, aproximadamente,
procedan de fuera de España.
Vemos que una de las motivaciones para visitar Loiola es derivada de la
propia figura de san Ignacio, esta es una de las características más llamativas.
Además de ésta, las principales características del visitante en Loiola son: una
procedencia del extranjero en un 50%; de estos, el grupo mayor es el francés,
que suele viajar en grupo organizado; estos grupo procedentes del extranjero
no se alojan en la comarca donde se localiza el santuario sino que están de
paso; una de la etapas de su viaje sí que se desarrolla en el País Vasco, pero de
1
2
Respuesta de una turista francesa a la respuesta 9 del cuestionario.
Respuesta de un joven de EEUU a la pregunta 9 del cuestionario.
paso hacia otros destinos.
Los visitantes del ámbito español, a diferencia de los anteriores, sí que
visitan la comarca en mayor medida, y aunque, al igual que los anteriores,
algunos viajen con grupos organizados, también lo hacen en grupos familiares
y de amigos.
En cuanto a la distribución anual, los meses que más grupos
organizados se reciben son junio y septiembre, mientras que en los meses de
julio y agosto se experimenta un ligero retroceso de las visitas al santuario, ya
que la mayoría de las mismas viajan en grupos organizados que no suelen
acudir durante la temporada alta. En verano las visitas suelen responder a un
tipo de grupo pequeño, normalmente suelen ser familias y grupos de amigos
que no viajan en grupo organizado.
Conociendo las características de las personas que visitan Loiola da la
sensación de que el santuario de Loiola es un patrimonio infrautilizado, que
muchos días permanece en silencio sin que acuda ningún grupo o ningún
visitante interesado por Loiola.
Realmente existe interés y curiosidad, es mucha la gente que ha oído
hablar de Loiola y que quiere conocer el escenario real, pero una vez en el
destino se hace un rápido recorrido por el conjunto, desaprovechando la
oportunidad de conocer otros espacios en el contexto de Loiola.
De forma que no se utilizan otros recursos existentes en la comarca. Por
ello habría que incidir en las posibles mejoras en la oferta de un producto
turístico en el que se incluya el santuario de Loiola y las posibilidades de la
comarca.
En primer lugar, habría que promover una mayor elaboración del
producto turístico, es necesario facilitar información sobre actividades
culturales, oferta gastronómica, de compras y de transporte urbano, así como
crear servicios que faciliten el acceso y la interpretación de los recursos
culturales. Si bien es cierto que parte de esta información está presente a en los
folletos turísticos editados para la promoción de la Ruta de los Tres Templos,
estos no siempre llegan a sus destinatarios. Esa información debería llegar
tanto al turista potencial en su propia sociedad como al turista en el destino.
Es necesaria la coordinación de las políticas culturales y turística con el
fin de revalorizar el turismo cultural como elemento de desarrollo económico,
ya que existen riesgos de infrautilización de los recursos culturales por tratarse
de un tipo de visita que está de paso y no profundiza en la visita al santuario
ni en las posibilidades de la comarca. Existe, por tanto, la necesidad de
desarrollar una política de gestión cuyo objetivo sea una distribución
equilibrada de los flujos que permita una utilización correcta de los recursos
sin sobrepasar la capacidad de carga.
La mejora de la calidad supone ampliar la oferta de restauración y
alojamiento en la comarca, para ello debe darse una colaboración entre los
agentes públicos y privados. Este factor depende, en primer término de los
agentes privados, por lo que es necesario incentivar el proceso de creación de
nuevas instalaciones, sobre todo en el sector del agroturismo, en auge en el
contexto del País Vasco, pero muy limitado todavía en el Urola Medio.
Hay que tener en cuenta también la infraestructura de alojamiento
dependiente de la Compañía de Jesús localizada en el contexto más próximo
al santuario de Loiola. Nos encontramos con una oferta de alojamiento que
complementa la existente en el Urola Medio, con 123 plazas en el Albergue de
Loiola y 65 en la Hospedería. Son, sin ninguna duda, los centros de mayor
capacidad de la comarca, y en ellos el aspecto religioso es fundamental, ya que,
gestionados por la Compañía de Jesús, son accesibles, precisamente, a través
de la orden religiosa. Por ello sería conveniente que los sectores públicos
colaboraran con los administradores de estas infraestructuras, con el fin de
complementar la oferta, que tiene claras connotaciones religiosas, con otro tipo
de actividades.
Por otro lado, para mejorar el producto turístico “Ruta de los Tres
Templos”, no sólo hay que realizar un mapa de los posibles recursos turísticos
en torno a cada templo, es necesario también llevar un control, lo más riguroso
posible, del número y de la distribución de las visitas que se producen,
comenzando por las del santuario de Loiola. En este sentido, es insuficiente
recoger los datos solamente unos meses al año, ya que debería ser una acción a
desarrollar durante todo el año.
Continuando con las características del destino y los aspectos a mejorar,
es necesario corregir las deficiencias que se han detectado en las
infraestructuras turísticas para dar un mejor servicio a los visitantes. Por ello
hay que destacar las deficiencias de señalización en carretera que hacen difícil
localizar el santuario. Sería necesario desarrollar una política de señalización
turística que facilitara el acceso al destino.
Por otro lado, falta un servicio de información permanente en el
contexto del santuario, con personal independiente. Se debería potenciar la
creación de una oficina de turismo que funcionara todo el año y que sirviera
tanto para atender a los visitantes, como para gestionar el producto turístico
Ruta de los Tres Templos y asesorar a los ayuntamientos de la comarca en
cuestiones relacionadas con la gestión turística.
En cuanto al material de apoyo a la visita, hay que destacar la utilidad
del material de apoyo elaborado por los jesuitas en un total de 11 idiomas. Este
material facilita la visita en gran medida, aunque hay que señalar que se podría
mejorar la calidad de los aparatos que, en muchas ocasiones fallan.
Por otro lado, los folletos turísticos elaborados para la promoción de la
Ruta de los Tres Templos son accesibles a las visitas en el periodo en el que
está abierto el servicio de información, ya que durante el resto del año está
disponibles en la librería del santuario, que no es un espacio por el que pasen
todas las visitas. De esta forma, en muchas ocasiones se pierde la posibilidad
de que la información sobre la existencia de la ruta y las posibilidades que se
ofertan en la comarca lleguen hasta sus destinatarios.
Parece interesante una promoción de la comarca donde se localiza
Loiola y del producto Ruta de los Tres Templos no sólo en las ferias turísticas,
sino también en el contexto de la obra de la Compañía de Jesús, ya que, tal y
como han expresado los propios turistas, la obra de Ignacio de Loiola es una
de las principales razones que incitan a buscar su origen. Los potenciales
visitantes de Loiola deben conocer dónde se localiza el santuario y qué
posibilidades brinda la comarca, para ello hay que contactar con los
operadores turísticos que organizan los viajes a Loiola, pero también habría
que tener presente los ámbitos en los que la Compañía de Jesús actúa, y
promover desde allí la visita al santuario de Loiola y a la comarca en la que se
localiza.
Los operadores turísticos incluyen el santuario de Loiola, como hemos
visto, en rutas de carácter internacional en las que se pasa muy poco tiempo en
el contexto del santuario, y no se visita ni se pernocta en la comarca. A pesar de
ello, sí se pernocta en el País Vasco durante, al menos, una de las etapas del
viaje. Si se hiciera la promoción acertada, se podría ampliar la estancia en el
País Vasco, incidiendo en las características de los turistas, que visitan espacios
religiosos de renombre, se podría ampliar la visita en la comarca del Urola
Medio mediante rutas de carácter ignaciano a través de la cuales se podría dar
a conocer también la Ruta de los Tres Templos.
Por otro lado, habría que revisar las posibilidades del propio producto
Ruta de los Tres Templos, ya que, como hemos visto, a penas si es reconocido
por las personas que visitan Loiola. De los templos de la ruta el más
desconocido es la ermita de La Antigua, que prácticamente no se visita desde
Loiola localizándose a menos de una hora de distancia. Da la sensación de que
nos encontramos ante un producto poco conocido por las personas que visitan
el santuario de Loiola, por lo que sería necesario llegar hasta los turistas
potenciales e incidir sobre las posibilidades de cada templo en cada comarca,
en primer lugar, para posteriormente desarrollar las posibilidades que la ruta
ofrece para el desarrollo del turismo de interior en Gipuzkoa.
Estas mejoras no deben ser actuaciones puntuales, sino que debe tratarse
de un proceso continuado de mejora, que supone la revisión de los puntos
débiles así como una implicación, cada vez mayor de la población. Ya que, si
se promociona la actividad turística, ésta no debe ser un factor que incida
negativamente en la sociedad de acogida, sino que debe ser un complemento a
otras actividades económicas.
Como estamos viendo existen posibilidades de desarrollo del turismo
en el contexto de Loiola, dado que existe un interés por conocer el conjunto
monumental que se ve reflejado en la afluencia de en torno a 100.000 personas
anualmente. Pero este movimiento de personas prácticamente no incide en
ningún otro espacio del Urola Medio, comarca en la que se localiza el
santuario.
A través de este estudio hemos podido conocer las características del
santuario de Loiola como producto turístico incluido en la Ruta de los Tres
Templos, y las características de los diferentes tipos de visitantes que acuden a
Loiola.
A partir de los datos reunidos se han propuesto una serie de mejoras en
la calidad de los servicios que se ofertan a los visitantes, pero, a partir de aquí
habría que proponer también las posibles líneas de investigación para tratar de
conocer mejor las posibilidades de la Ruta de los Tres Templos, así como sus
deficiencias. Estas investigaciones habría que desarrollarlas, por un lado,
tomando como referencia el santuario de Loiola, y, por otro lado, la propia
ruta.
En el contexto del santuario de Loiola habría que profundizar en el
análisis de los turistas potenciales, en el elemento dinámico del sistema
turístico. Habría que analizar las características de los operadores turísticos
que incluyen el santuario de Loiola como destino y de qué forma lo ofertan.
Por otro lado habría que profundizar en las posibilidades de desarrollo de
iniciativas
de
promoción
relacionadas
con
la
Compañía
de
Jesús,
especialmente en el ámbito universitario.
Junto al elemento dinámico habría que profundizar también en el
análisis del elemento consecuencial, en los posibles impactos que podría
suponer el uso turístico del santuario de Loiola, así como en las estrategias a
emprender para controlar y corregir esos posibles impactos económicos, físicos
y socioculturales.
En cuanto al producto turístico Ruta de los Tres Templos, habría que
realizar un análisis pormenorizado de cada una de las unidades en las que se
divide la ruta, en cada uno de los elementos del sistema turístico para,
posteriormente, analizar la ruta en su conjunto, incidiendo también en las
relaciones entre cada una de las unidades de análisis.
De este modo podríamos conocer los puntos fuertes y los puntos débiles
de un producto cuyo eje hemos considerado que es el santuario de Loiola,
especialmente por su enorme magnetismo y por el reconocimiento
internacional del personaje histórico que representa, además de por el
importante patrimonio que representa, teniendo en cuenta que el origen del
interés, el lugar de la transformación de Ignacio de Loiola, está en el interior
del santuario, convirtiéndose, de esta forma, en un espacio vital para el
desarrollo del turismo en el País Vasco.
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