EFECTOS EN RENTA DEL CASTIGO DE CARTERA, DE LA

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EFECTOS EN RENTA DEL CASTIGO DE CARTERA, DE LA PÉRDIDA EN VENTA DE
CARTERA Y DEL INGRESO POR RECUPERACIÓN DE CARTERA
1. Efectos fiscales del castigo de cartera.
El artículo 80 del Decreto 187 de 1975 señala que para la procedencia de la deducción de
deudas manifiestamente pérdidas o sin valor, es necesario que respecto de ellas se cumplan
los siguientes requisitos:
Que la respectiva obligación se haya contraído con justa causa y a título oneroso.
Que se haya tomado en cuenta al computar la renta declarada en años anteriores, o
que se trate de créditos que hayan producido rentas declaradas en tales años.
3. Que se haya descargado en el año o período gravable de que trata, mediante abono a
la cuenta incobrable y cargo directo a pérdidas y ganancias.
4. Que la obligación exista en el momento de descargo.
5. Que existan razones para considerar la deuda manifiestamente perdida o sin valor.
1.
2.
En este orden de ideas, se podrían deducir las deudas manifiestamente pérdidas o sin valor,
que cumplan los requisitos descritos anteriormente.
Respecto al quinto requisito, es decir, las razones para considerar las deudas manifiestamente
perdidas o sin valor, es pertinente observar el artículo 79 ibídem, el cual expresa:
“Se entiende por deudas manifiestamente pérdidas o sin valor aquellas cuyo cobro no es posible hacer
efectivo por insolvencia de los deudores y de los fiadores, por falta de garantías reales o por cualquier
otra causa que permita considerarlas como actualmente perdidas, de acuerdo con una sana práctica
comercial”.
Como se observa de la disposición transcrita, se requerirá por ejemplo de un concepto del
abogado que tiene a su cargo la cobranza, en el cual dé cuenta de las gestiones infructuosas
del cobro, y manifieste que considera incobrables las sumas respectivas por alguna de las
razones antes mencionadas, para que la empresa pudiera dar de baja la cartera en el
respectivo año gravable, y así procede a tratar el castigo como deducción. Es menester señalar
que la DIAN en algunas ocasiones durante el proceso de fiscalización, o en la solicitud de
saldos a favor ha exigido la demostración de las gestiones de cobranza.
2. Efectos fiscales de la pérdida en venta de cartera.
El Consejo de Estado en reiterada jurisprudencia1 ha catalogado las pérdidas fiscales en tres
categorías, a saber:
“1. Las pérdidas operacionales son las que resultan en el período gravable de los mayores costos y gastos
de la actividad productora de renta, frente a los ingresos percibidos en la misma. Estas pérdidas se
compensan por regla general con las rentas obtenidas por el contribuyente en los periodos gravables
posteriores y están reguladas en el artículo 147 del Estatuto Tributario;
2. Las pérdidas de capital son las que se producen sobre activos fijos que sean bienes usados en el negocio o
actividad productora de la renta, siempre que hubieren ocurrido por una fuerza mayor durante el año o
período gravable, según regulación del artículo 148 del Estatuto Tributario, y
3. La pérdida en la enajenación de activos, que se presenta cuando se vende un bien que hace parte del
activo del contribuyente por un valor inferior a su costo fiscal incluidos los ajustes integrales por
inflación, según prescribe el artículo 90 del Estatuto Tributario. Para este fin, deben excluirse del costo
fiscal, los ajustes a que se refieren los artículos 73, 90-2 y 868 del Estatuto Tributario. Así mismo, deben
atenderse los límites consagrados en los artículos 149 y siguientes del E.T.” (Sentencia de mayo 28/09
– expediente 16419)
A la luz de este racionamiento, la Corporación concluyó que la pérdida en la venta de activos,
se guía por las previsiones del artículo 90 del Estatuto Tributario, el cual señala:
“(…) la pérdida proveniente de la enajenación de activos a cualquier título, está constituida por la
diferencia entre el precio de la enajenación y el costo del activo”. El precio de la enajenación es el
valor comercial realizado en dinero o en especie, que no puede ser inferior al 75% del valor
comercial.
En este orden de ideas, la pérdida en la venta de cartera es deducible, siempre y cuando el
precio de venta para efectos fiscales no difiera en más de un 25% del valor comercial del bien.
La posición anterior, ha sido reiterada por el Consejo de Estado en las sentencias No. 16029
de junio de 2009 y 16652 de 2010 de marzo de 2010.
1 Sentencia de mayo 28/09 – expediente 16419; sentencia de enero 20/84 – expediente 8930; sentencia de
noviembre 8/91 – expediente 045; sentencia de marzo 11/04 – expediente 13542 y sentencia de junio /05
expediente 14633
3. Efectos fiscales del ingreso por recuperación de cartera.
El ingreso registrado por recuperación de cartera será un ingreso gravado en el Impuesto
sobre la renta, siempre y cuando el gasto registrado en los años en que se constituyó la
provisión, se haya tratado como deducción.
Lo anterior, en virtud de lo señalado en el artículo 195 del Estatuto Tributario, a cuyo tenor:
“ARTICULO 195. DEDUCCIONES CUYA RECUPERACIÓN CONSTITUYEN RENTA
LIQUIDA. Constituyen renta líquida:
1. La recuperación de las cantidades concedidas en uno o varios años o períodos gravables como
deducción de la renta bruta, por depreciación, pérdida de activos fijos, amortización de inversiones,
deudas de dudoso o difícil cobro, deudas perdidas o sin valor, pensiones de jubilación o invalidez, o
cualquier otro concepto; hasta concurrencia del monto de la recuperación.”
De otra parte, para efectos del Impuesto de Industria y Comercio tal ingreso no debe
gravarse, porque no se obtuvo por la prestación de un servicio2.
Finalmente, para efectos del Impuesto Sobre las Ventas debe declararse como un ingreso no
gravado, debido a que no se percibió por la prestación de un servicio ni por la venta de un
bien3.
EL PRESENTE ESCRITO CORRESPONDE A UNA OPINION DE NUESTRA FIRMA.
LAS AUTORIDADES TRIBUTARIAS PUEDEN NO ESTAR DE ACUERDO CON
NUESTRA POSICIÓN. SI DESEA PROFUNDIZAR AL RESPECTO O REQUIERE UNA
ASESORÍA ESPECIALIZADA SOBRE EL TEMA, NO DUDE EN CONTACTARNOS,
ESTAMOS PARA SERVIRLES.
Cordialmente,
Diego Sanabria Parra
Socio de Impuestos.
2 Artículo 32 del Decreto Distrital 352 de 2002.
3 Artículo 420 del Estatuto Tributario.
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