CLASES PARA EL BAUTISMO1 I.- LA PRÁCTICA DEL BAUTISMO EN EL NUEVO TESTAMENTO.Su práctica aparece en el Nuevo Testamento con un especial relieve. Fue distintivo en el ministerio de Juan el Bautista, asumido por Jesús mismo como testimonio de dedicación a la obra que el Padre le había encomendado (Mt. 3:14 s) y como rito de iniciación en el seguimiento de sus discípulos (Jn. 4:1,2). Dando cumplimiento a lo mandado por el Señor (Mt. 28:19), los tres mil convertidos el día de Pentecostés fueron bautizados (Hch. 2:41). También lo fueron los nuevos discípulos y los creyentes más notables en diferentes lugares: el ministro etíope evangelizado por Felipe (Hch. 8:36-38), Saulo (Hch. 9:18), Cornelio y su familia (Hch. 10:47 s), el carcelero de Filipo (Hch. 16:33). También las referencias al bautismo en las cartas del Nuevo Testamento muestran no sólo que el cumplimiento de esta ordenanza era práctica generalizada en las iglesia, sino también que tenía un profundo sentido espiritual por ser ilustrativo de lo más fundamental en la experiencia cristiana (Ro. 6:3-5; Gá. 3:27) y por los saludables efectos que produce cuando la persona bautizada tiene conciencia del mensaje que el acto encierra. Preguntas de discusión.1.- ¿Que parte ocupa el bautismo en la comisión del Señor a los apóstoles Mt. 28:19? 2.- ¿Qué condiciones y otras circunstancias se dan en los demás ejemplos de Hech.? 3.- ¿Qué ilustra el bautismo según Pablo? II.- SIGNIFICADO DEL BAUTISMO.En el Antiguo Testamento y en el judaísmo de siglos anteriores a Cristo eran frecuentes los lavamientos con fines purificatorios (Lv. 11:32; 15:11, 13 y otros), aunque la purificación era simplemente ceremonial y en la práctica con escasa proyección moral (Mt. 15:2, 16-20). Por el contrario el bautismo de Juan debía ir acompañado de arrepentimiento (Mt. 3:2). Por eso quienes recibían su mensaje "eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados" (Mt. 3:6). El Señor Jesucristo hizo suya la predicación de Juan y, como él, clamó: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mt. 4:17). Tal es la razón por la que el bautismo ha sido visto en estrecha relación con el lavamiento espiritual que limpia al ser humano de sus pecados e inicia su santificación (1 Co. 6:11; Ef. 5:26; He. 10:22; Tit. 3:5). Ese lavamiento debe su eficacia a la obra redentora de Cristo (Ef. 5:25 5; 1 Jn. 5:6; 1 P. 1:2; 1 Buena parte de este material ha sido tomado de Fundamentos Teológicos de la Fe Cristiana de José María Martínez He. 10:20-22), con cuya muerte y resurrección se identifica el creyente. Por la muerte de Cristo el pecado es expiado y se abre el camino para que el redimido viva una vida nueva en el poder de su resurrección, pues "fuimos sepultados juntamente con él para muerte por medio del bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida" (Ro. 6:4). El mismo pensamiento aparece en Colosenses 2:12: "... habiendo sido sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos." El valor simbólico del bautismo a la luz de estos textos salta a la vista. La inmersión del creyente en el agua es una imagen visible de su muerte al pecado; la salida de nuevo a la superficie lo es de su resurrección espiritual en Cristo para vivir como redimido y discípulo suyo. El bautismo es un testimonio de dedicación al Señor. Otro aspecto del bautismo es que señala el acto de revestimiento de Cristo por parte del cristiano. Así lo entendió Pablo: "... sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo" (Gá. 3:26 s). Nos revestimos de Cristo como el militar se coloca su uniforme militar. De este modo el acto viene a ser una ratificación solemne, por parte de quien es bautizado, de su conversión y de su compromiso contraído ante Cristo, ante la iglesia y ante el mundo. Con una bella metáfora expresó E. A. Litton, este aspecto del bautismo. ...'Se considera que el mero oyente, la persona que busca o incluso el catecúmeno todavía no han pasado el Rubicón; pero cuando se decide por el bautismo, se supone que la decisión final ha sido tomada...". Esa decisión, confirmada en el testimonio del bautismo, determina radicalmente la vida toda del cristiano. El bautismo es usado por el Espíritu Santo para confirmar la fe del bautizado y hacer más efectiva su consagración. Esto explicaría la importancia que al cumplimiento de esta ordenanza se dio en la Iglesia primitiva (Hch. 2:38; 8:12; 10:47 5). Es totalmente erróneo, sin embargo atribuir al bautismo una virtud intrínseca, independiente de la fe, para lavar los pecados e infundir la gracia regeneradora de Dios. A la luz del libro de los Hechos se observa otra faceta del bautismo. Introduce al creyente en la comunión de la Iglesia cristiana. El día de Pentecostés los tres mil convertidos "fueron bautizados y añadidos" a la congregación de Jerusalén, en cuya vida participaron activamente (Hch. 2:41 s). Es inconcebible la idea de un cristiano unido a Cristo, pero desvinculado de la Iglesia, su cuerpo, pues en Cristo se encuentran y unen todos los que han acudido a él para salvación. Se espera que el bautizado esté unido a sus hermanos en la asimilación de la enseñanza apostólica, en la comunión fraternal y en el culto, y que sea un testigo de Cristo allí donde se encuentre. Ha sido en la Iglesia donde el creyente más frecuentemente ha sentido la vocación al servicio y el impulso para responder positivamente a tal llamamiento. Pablo, siempre preocupado por la unidad de la Iglesia, relaciona ésta con el bautismo (Ef. 4:4 5). Todos cuantos lo han recibido tienen el deber de ser "solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz" (v. 3). Podríamos sintetizar lo indicado sobre el significado del bautismo con palabras de Donald A. Carson y de Karl Barth: Donald Carson: “el bautismo simboliza el ingreso del cristiano a los beneficios obtenidos por los sufrimientos y la muerte de Cristo. Al pasar por él, la persona bautizada se ve como compartiendo el fruto de aquellos sufrimientos y muerte. La consecuencia de esta comprensión es la de considerarse muerto para el pecado, pero… vivos para Dios en Cristo Jesús”. Karl Barth: "El bautismo cristiano es en esencia la representación de la renovación del hombre por su participación mediante el poder del Espíritu Santo en la muerte y resurrección de Jesucristo, y con eso la representación de la unión del hombre con Cristo, con el pacto de gracia que es concluido y realizado en él, y con la comunión de su Iglesia." Lejos del significado esencial del bautismo según el Nuevo testamento, en amplios sectores de la cristiandad ha prevalecido la concepción sacramentalista, es decir, se ha visto en el bautismo un acto en virtud del cual se efectúa la regeneración del bautizado. Cualquier explicación del significado del bautismo que lo presente como vehículo seguro de la gracia y le atribuya la virtud de hacer automáticamente cristiana a una persona otorga al acto una causalidad que el Nuevo Testamento sólo asigna a la fe. Reiteramos que la eficacia del bautismo y la obtención de sus beneficios sólo la experimenta quien, por la fe, se ha identificado con Cristo y voluntariamente se pone a su servicio reconociendo que es el Salvador y el Señor. Preguntas de discusión.1.- ¿Qué simbolizaba moralmente el bautismo de Juan, en contraste con los ritos judíos de lavamientos? 2.- ¿Qué relación tiene el bautismo con el lavamiento espiritual según las citas de 1ª Cor., Efe., He, Ti., 1ª Pe. y 1ª Jn.? 3.- ¿Cómo expresa Rom. 6:4 y Col. 2:12 lo que simboliza el bautismo? 4.- ¿De donde puedes colegir que el bautismo es un testimonio de dedicación al Señor? 5.- ¿Qué estamos testimoniando cuando nos bautizamos? 6.- ¿Qué testimoniamos con el acto del bautismo en relación a la Iglesia? 7.- Comenta las palabras de Donald Carson y de Karl Barth en relación al bautismo 8.- Con que argumentos rebatirías la postura de que el bautismo por sí mismo regenera al bautizado? III.- LOS RECEPTORES DEL BAUTISMO.De acuerdo a todos los textos ya indicados del Nuevo Testamento, el bautismo debe recibirlo solo los que hayan creído. En todos los casos de bautismo registrados en el Nuevo Testamento, el Evangelio ha sido oído y aceptado, y la condición del arrepentimiento y la fe se ha cumplido conscientemente antes de la recepción del mismo. La idea del bautismo de niños no tiene justificación en el Nuevo testamento. Su práctica tiene que ver más con tradiciones del siglo cuarto en adelante que con la enseñanza de las Escritura. Una adhesión plena a lo que el Nuevo Testamento muestra con toda claridad, conduce indefectiblemente a reconocer como bautismo cristiano únicamente el de creyentes. Preguntas de discusión.1.- ¿Cuáles son las condiciones indispensables para recibir el bautismo según todos los textos leídos? 2.- Según todo lo visto ¿qué piensas sobre el bautismo de los niños? IV.- EL MODO DE EFECTUARLO.Hoy nadie discute que el bautismo en la Iglesia apostólica se efectuaba por inmersión. Tal práctica estaba en consonancia con el significado original del verbo baptizo (sumergir, zambullir). Se usaba también para el acto de introducir un tejido en tinte líquido para teñirlo; en algunos casos se refiere al hundimiento de un barco en el mar. Las referencias en el Nuevo Testamento confirman ese significado. Juan el Bautista no habría necesitado "muchas aguas" en el Jordán (Jn. 3:23) si el bautismo se hubiera practicado de algún modo que no fuese la inmersión. Jesús, inmediatamente después de ser bautizado por Juan, "subió del agua" (Mr. 1:10). También el mencionado texto de Romanos 6:3-5 refleja con sus metáforas de muerte, sepultura y resurrección el modo como se cumplía la ordenanza de Jesús. Por tanto, salvo en casos excepcionales, este es el modo de efectuarlo. La formula según Mat. 28:19 debe reflejar la unión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Preguntas de coloquio.1.- ¿Cuál era la práctica en cuanto al modo de efectuarlo? 2.- ¿Cómo refleja esa práctica la metáfora de Rom. 6:3-5?