proyecto de ley - Senado de la Nacion

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Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
(S-2644/10)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,…
Art. 1°: Modifíquese el art. 52 del Código Penal el cual quedará
redactado de la siguiente forma:
ARTICULO 52.- Se impondrá reclusión de veinticinco años a reclusión
perpetua como accesoria de la última condena, cuando la reincidencia
fuere múltiple en forma tal que mediaren las siguientes penas
anteriores:
1. Dos penas privativas de libertad, siendo una de ellas mayor de tres
años;
2. Tres penas privativas de libertad, de tres años o menores.
Los tribunales podrán, por una única vez, dejar en suspenso la
aplicación de esta medida accesoria, fundando expresamente su
decisión en la forma prevista en el artículo 26.
Art. 2°: Deróguese el art. 53 del Código Penal.
Art. 3º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Ana M. Corradi de Beltrán.FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
La realidad delictiva imperante nos obliga a establecer modificaciones
en nuestros códigos de fondo, atendiendo al contexto que nos rodea y
escuchando a los ciudadanos que ante los acontecimientos piden
justicia y vivir en paz en sociedad.
El instituto de la reincidencia en el Código Penal argentino se define
como la comisión de un nuevo delito penado con prisión o reclusión,
cuando se hubiere cumplido en forma total o parcial, una pena de
privación de libertad que hubiera sido impuesta por un tribunal
argentino. "... básicamente se define a la reincidencia como la recaída
en el delito -dentro de un período relativo de tiempo- tras otra
sentencia condenatoria."
Para la aplicación de este instituto, la pena anterior debe ser real y no
condicional. Se diferencia del concurso de delitos en que el delito o
delitos anteriores ya han tenido condena efectiva. Carrara, fundamentó
el aumento de la pena al reincidente en la insuficiencia de la pena
ordinaria para ese delincuente, insuficiencia demostrada por el mismo
autor al reiterar la conducta delictiva.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación en la causa “Ramón R.
L’EVEQUE” del año 1988 justificó el instituto de la reincidencia por el
“desprecio que manifiesta el delincuente por las penalidades
impuestas”. En el Caso “Mannini, Andrés Sebastián” del 17 de octubre
del 2007 la Corte Suprema, ante el caso de un delincuente declarado
reincidente con una condena anterior, en que cumplió solo prisión
preventiva, hizo lugar al recurso extraordinario al no haber
cumplimiento real de una condena anterior.
Por lo tanto la reincidencia es siempre aplicada a condenados con
sentencia firme, nunca a quienes son primarios (que cometen el primer
delito). Es un agravante que funda su necesidad en disuadir al sujeto
condenado anteriormente, a que recaiga en el delito.
El debate acerca de si se debe seguir contemplando la reincidencia
para agravar la condena divide a la doctrina. En Colombia la
reincidencia fue abolida en el año 1980, y Uruguay y Brasil atenuaron
sus efectos. El incremento de la delincuencia, hace dudar la
conveniencia de erradicar este instituto, cuando la sociedad está
reclamando penas más duras, aunque también es discutible si más
tiempo de privación de libertad no convertirá al delincuente en más
peligroso aún, sin embargo devolverlo a la sociedad sin reformarse
también es sumamente peligroso.
Cualquiera sea su explicación, resulta evidente que es una
consecuencia agravatoria de la situación de una persona sometida a
un juicio penal actual, derivada de la circunstancia de que esta
persona ya ha sido condenada con anterioridad por otro delito. "...
básicamente se define a la reincidencia como la recaída en el delito dentro de un período relativo de tiempo- tras otra sentencia
condenatoria."
Sin esfuerzo se sigue que la declaración de reincidente es derivación
necesaria de una condena anterior que, de este modo, es actualizada
en la posterior para agravar la situación actual de esa persona.
Para autores como Zanardelli a mayor grado de injusto mayor alarma
social. También afirmaba que el delincuente que reincide resulta más
peligroso.
Considerar a la reincidencia como circunstancia extrínseca al delito es
olvidar que el daño que éste provoca es también social y político y, por
lo tanto, la circunstancia subjetiva de la especial perversidad del
agente deviene circunstancia objetiva del delito, lo que hace crecer el
temor ante el pernicioso ejemplo de su obstinado desprecio por la ley.
La reincidencia para este autor era específica porque así demostraba
el delincuente una homogénea tendencia antijurídica. No sólo existe
lesión concreta al bien jurídico afectado, sino daño político al fin
estabilizador del derecho.
Es Zaffaroni quien reconoce antepuestas dos normas, una que
prohíbe la conducta descripta y otra que impone no incurrir en futuras
infracciones.
El fundamento esgrimido por la mayor parte de la doctrina es la
insuficiencia relativa de la pena ordinaria. El argumento resultaría
expresado en que quien ya sufrió una pena y volvió a delinquir,
demuestra que esta pena no fue bastante y, como tal, merece una
mayor. Una pena igual sería inútil.
En la Escuela Positiva todos los autores de este cuño fundan la
institución en la mayor peligrosidad. Si todo infractor revela alguna
peligrosidad, a más cantidad de infracciones, mayor peligrosidad.
Resulta claro que sólo desde una perspectiva determinista es posible
sustentar toda teoría de tendencia al delito, de habitualidad o de
condición de delincuente.
Para Latagliatta la institución sirve para determinar el grado de
rebelión contra la ley y el alcance de la desobediencia. "Entre los
recuerdos más ricos de significado y de determinaciones interiores
está, en primer lugar, el de la condena anterior... Este conocimiento
del sujeto aparea, naturalmente, una mayor obligación de vida. Se
puede decir que el condenado se encuentra en una condición que es,
al mismo tiempo, de privilegio y de mayor responsabilidad, en cuanto,
precisamente por el conocimiento del carácter nocivo de la acción, es
obligado a ejercitar un control más atento sobre la propia vida
impulsiva, a fin de impedir que las fuerzas de la personalidad profunda
lo arrastren por segunda vez a la violación de la ley penal.
En estas determinaciones se articula el dato ontológico del juicio de
reproche dirigido al culpable, por no haberse dejado impresionar por la
advertencia implícita en la condena anterior, por no haber tenido en
cuenta el recuerdo de esta experiencia.
Por otro lado y en post de contrarestar la razonabilidad de aquellos
argumentos que esgrimen que dicho instituto sería violatorio del
principio constitucional non bis in idem, la alegada violación a la
prohibición de doble persecución, glosa jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación que descartara esta violación por
entender que " el principio 'non bis in idem' (...) prohíbe la nueva
aplicación de pena por el mismo hecho, pero ello no impide al
legislador tomar en cuenta la anterior condena - entendida esta como
dato objetivo y formal - a efectos de ajustar con mayor precisión el
tratamiento penitenciario que considere adecuado para aquellos
supuestos en que el individuo incurriese en una nueva infracción
criminal" (C.S.J. 21/4/88 )
"la mayor severidad en el cumplimiento de la sanción no se debe a la
circunstancia de que el sujeto haya cometido el delito anterior, sino al
hecho de haber sido condenado en esa oportunidad y obligado a
cumplir pena privativa de libertad, lo que pone en evidencia el mayor
grado de culpabilidad de la conducta posterior a raíz del desprecio que
manifiesta por la pena quien, pese a haberla sufrido antes, recae en el
delito", y que " es evidente que esta insensibilidad ante la eventualidad
de un nuevo reproche penal, no formó parte de la valoración integral
efectuada en la primera sentencia condenatoria, por lo que mal puede
argüirse que se ha vuelto a juzgar y sancionar la misma conducta"
(C.S.J.16/8/88 ).
La modificación que se pretende a nivel nacional esta orientada por un
lado a dar una respuesta al clamor actual, y por otro a tomar la
decisión política de erradicar allí, donde el delito es para sus autores
una forma de vida, donde se lo considera un trabajo y por lo tanto lo
redundan en forma indefinida; muchas veces aún cumpliendo una
condena tras otra.
La presente iniciativa no esta dirigida al aumento de la población
carcelaria, aunque derive ello de su aplicación, sino que tiene como fin
dos objetivos primordiales: 1) la disuasión del hechor por temor a la
pena 2) la salvaguarda de la población ante estas acciones.
La modalidad empleada ya se aplica en los Estados Unidos de
América a través de la llamada “ley béisbol” (tres strikes y estás fuera).
En el estado de California en 1994 se aprobó una iniciativa de la
obligatoriedad de las penas de prisión de 25 años a cadena perpetua
para los acusados condenados por la comisión de un tercer delito. La
ley de California también hace las veces las condiciones mínimas para
los infractores por segunda vez. La votación se produjo a raíz de la
amplia publicidad del asesinato de 1993 de la niña de 12 años Polly
Klaas, cuyo asesino era un delincuente en libertad condicional. El
estado de Washington aprobó una ley de tres condenas en 1993, y
otros 22 estados han seguido su ejemplo. El Congreso aprobó una
versión federal en 1994.
En cuanto a la utilidad de la norma lo mejor es acudir a los datos. Los
resultados de esta legislación en California (estado que ha
desarrollado la ley de los tres strikes de forma más estricta) son
contundentes. La disminución de la criminalidad entre 1994-2000 fue
del 42% (índice FBI) y la de los robos con violencia en el mismo
sexenio fue de 56%. Asímismo, para el período 1993-1998, mientras
Estados Unidos disminuye los delitos en 9,1% en California la baja es
de 32,7%, sólo superado por Nueva York, cuyo instrumento
permanente es el “Plan Tolerancia Cero”. En efecto, de los cinco
estados que más bajan, tres tienen legislaciones de Tres Strikes. Por
otra parte, existe evidencia que señala que en los dos primeros años
de aplicación la ley evito 400.000 delitos, con un ahorro de 889
millones de dólares a la sociedad.
En actualidad la Argentina cuenta con índices de delicuencia
reincidente con tasas muy altas, casos de inseguridad resonantes nos
indican que los autores tienen sendos antecedentes penales.
El Caso de Carolina Piparo, quien embarazada fue victima de una
salidera bancaria que derivó en la muerte del su bebé (Isidro) a pocos
días de nacer tras una cesárea de urgencia. Esta banda que perpetró
el ilícito esta compuesta de cinco individuos todos con antecedentes
penales.
Los casos de los policías teniente Jorge Ortiz (47) quien salió de la
comisaría 4° de Sarandí (junto a un compañero) para hacer tareas de
inteligencia en la zona de Dock Sud, ordenadas por el Fiscalía 4 de
Lanús en una causa de drogas, y fue ultimado por delincuentes que
tenían antedecentes penales por robo.
Ismael Ibáñez un policía bonaerense fue asesinado el 23/03/10 tras
tirotearse con dos delincuentes, luego de arribar en un patrullero de
apoyo para auxiliar a otros dos colegas que fueron heridos por dos
sujetos. Uno de ellos fue identificado como Maximiliano Cisneros, de
23 años, quien había estado preso por homicidio calificado.
Por los motivos expuestos solicito a mis pares me acompañen
afirmativamente con la presente iniciativa.
Ana M. Corradi de Beltrán. -
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