El calentamiento global podría alterar la

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10 Medio Ambiente
BOLETÍN FUNDACIÓN BBVA N.º 16 - I/2009
El calentamiento global podría alterar la
capacidad de los ecosistemas marinos
para mantener el equilibrio de la biosfera
El plancton genera más del 50% por ciento del oxígeno del planeta Tierra y es
el principal consumidor de dióxido de carbono. Este papel esencial podría verse
alterado por el calentamiento global, según se ha puesto de relieve en el Cuarto
D
ar a conocer el Papel de la biodiversidad marina en el funcionamiento de la biosfera y, específicamente, la función que desempeña
el plancton oceánico, ha sido el objetivo principal del Cuarto Debate sobre
Biología de la Conservación, organizado
por la Fundación BBVA, en colaboración
con la Estación de Investigación Costera
del Faro de Cap Salines (IMEDEA-CSIC y
Universitat de les Illes Balears).
A diferencia de lo que sucede con los
bosques, cuyo papel en nuestro planeta
es ampliamente reconocido, la importancia de las comunidades de plancton
que pueblan los océanos, extendidos por
tres cuartas partes de la superficie de la
Tierra, pasa inadvertida. En palabras de
Carlos Duarte, investigador del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC) en el Instituto Mediterráneo de
Estudios Avanzados (IMEDEA), colaborador de la Fundación BBVA y coordinador del debate, «el plancton marino
en el océano abierto produce 270.000
toneladas de oxígeno al año (es decir,
más del 50% de la producción de oxígeno del planeta Tierra) y es el mayor
consumidor global de dióxido de carbono, pues secuestra unas 2.000 toneladas al año».
Más aún, afirma Susana Agustí, investigadora del IMEDEA que ha dirigido
decenas de campañas oceanográficas en
la Antártida y el Atlántico, «estos organismos, que parecen lejanos por ser en su
mayor parte microscópicos y transparentes a nuestros ojos, están regulando los
procesos globales de la biosfera –como
FUNDACIÓN BBVA
Debate sobre Biología de la Conservación, organizado por la Fundación BBVA.
Carlos Duarte y Susana Agustí, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados; Sergio Sañudo-Wilhemy, de la
Universidad del Sur de California; Rafael Simó, del Institut de Ciències del Mar; Jorge Sarmiento, de la Universidad
de Princeton; y William Berelson, de la Universidad del Sur de California.
la composición química de la atmósfera,
la formación de nubes, la cantidad de lluvia o el balance radiactivo del planeta– y
se hallan presentes en nuestra vida cotidiana, pues se utilizan en materiales aislantes para la construcción, en los procesos de filtrado de vinos y cervezas o en los
abrasivos de la pasta de dientes».
El poder modulador del plancton
Los organismos marinos retiran CO2 de la
superficie del océano y lo exportan hacia
las grandes profundidades. Allí perma-
nece entre décadas y milenios hasta retornar a la superficie, donde será consumido
de nuevo por los organismos o podrá
escapar a la atmósfera. Jorge Sarmiento,
director del Programa de Ciencias del
Océano y Atmosféricas de la Universidad
de Princeton, explica que «la fotosíntesis
del plancton marino que bombea CO2
desde la atmósfera hasta las profundidades de los océanos es tan potente que
puede, cuando está suficientemente estimulada, reducir el CO2 atmosférico hasta
causar glaciaciones, algo que ya ha sucedido en el pasado. Si pudiésemos estimu-
Pero mientras esta hipótesis se confirma,
pues los primeros ensayos han mostrado
efectos adversos graves, Sarmiento considera que hay que estar especialmente
atentos a la influencia en el calentamiento
global de «los países en desarrollo, responsables del 73% del aumento del anhídrido carbónico en la atmósfera en las
últimas dos décadas. China presenta hoy
en día unas emisiones comparables a las
de Estados Unidos, y juntos suman el
38% de las emisiones globales».
La fotosíntesis del
plancton que bombea
CO2 desde la atmósfera
hasta las profundidades
del océano es tan potente
que podría reducir el
CO2 atmosférico hasta
producir glaciaciones
El plancton también influye en la modulación de este fenómeno «a través de su
contribución a la formación de nubes.
Es obvio que un planeta sin nubes sería
mucho más cálido y la aportación del
plancton no se limita a su formación,
sino a cómo reflejan la radiación solar
y el paso del invierno al verano, que es
precisamente cuando el plancton genera
más partículas para mitigar el sol», señala
Rafael Simó, investigador del Institut de
Ciències del Mar del CSIC, ubicado en
Barcelona. «En un escenario de calentamiento global a causa del dióxido de carbono y los gases con efecto invernadero,
el plancton no será capaz de generar el
suficiente número de partículas como
para compensar ese proceso: no podemos confiar en esta fuente natural.»
Estudios con datos obtenidos desde
satélites orbitales muestran que más de
un 50% de la atmósfera terrestre contiene principalmente aerosoles de origen
humano durante buena parte del año,
aunque es de prever que la atmósfera
estará cada vez más limpia de partículas
a medida que se introduzcan tecnologías
de combustión limpias y fuentes de energía alternativas.
Jorge Sarmiento, director del Programa de Ciencias del Océano y Atmosféricas de la Universidad de Princeton.
El equilibrio de las relaciones entre el
mar y la atmósfera, en peligro
La influencia humana está alterando los
aportes de nitrógeno y la temperatura del
mar, lo que a su vez modifica el metabolismo de los océanos –basado en la formación y destrucción de materia por los
procesos de fotosíntesis– y la relación de
estos con la atmósfera. Según William
Berelson, profesor del Departamento de
Ciencias de la Tierra de la Universidad
del Sur de California, «los cambios en la
estructura del ecosistema marino pueden tener un fuerte impacto en la concentración atmosférica de CO2 y dañar
gravemente los mecanismos que han
permitido al océano estabilizarse tras
perturbaciones en el pasado». A lo largo
de centenares de millones de años en
la historia de la Tierra, la producción de
oxígeno y de CO2 ha observado un cierto
equilibrio, incluso a pesar de importantes
perturbaciones y cambios en la estructura
del ecosistema del océano. Las presiones
actuales podrían romper este equilibrio
y afectar drásticamente la capacidad del
ecosistema marino de mantener el equilibrio de la biosfera.
Sergio Sañudo-Wilhelmy, profesor del
Departamento de Ciencias de la Tierra de
la Universidad del Sur de California, ha
centrado su investigación en la actividad
metabólica de un pequeño grupo de bacterias marinas responsables de las grandes transformaciones en la composición
química del planeta y que lo convierten
en un lugar habitable. «Cuando la vida se
originó en la Tierra, la composición química del mar y de la atmósfera era completamente diferente: el oxígeno libre,
necesario para la vida animal, no existía, y
el nitrógeno, necesario para la síntesis de
proteínas que controlan todas las reacciones metabólicas de la vida, era químicamente inaccesible, aunque abundante en
la atmósfera. Esas condiciones originales
del planeta fueron modificadas hace billones de años por un grupo particular de
bacterias: las cianobacterias, unos organismos unicelulares que transformaron
químicamente el nitrógeno, haciéndolo
accesible para la vida, y usaron energía
solar para producir oxígeno.»
FUNDACIÓN BBVA
lar esta bomba de forma segura, podríamos moderar notablemente el cambio
climático».
Medio ambiente
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BOLETÍN FUNDACIÓN BBVA N.º 16 - I/2009
Sergio Sañudo-Wilhemy, profesor del Departamento
de Ciencias de la Tierra de la Universidad del Sur de
California.
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