ARROZ Oryza sativa Gramineae El arroz se cultiva en una

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ARROZ
Oryza sativa
Gramineae
El arroz se cultiva en una diversidad de condiciones ambientales y algunos autores sostienen que es
un cultivo especial para las zonas húmedas del trópico o de climas con temperatura alta.
En Costa Rica, el arroz puede cultivarse desde el nivel del mar hasta 850 msnm.
En cuanto a la precipitación, lo más importante es la distribución de la lluvias; un promedio diario de
10 mm durante todo el período del cultivo hasta el de llenado de grano es adecuado.
Requiere una radiación solar entre 250 a 350 cal/cm²/día. La época de siembra debe ubicarse de tal
manera que se eviten vientos fuertes que puedan afectar las hojas y causar aborto en las flores. Son
adecuadas humedades relativas superiores a 80%.
Las temperaturas óptimas para el cultivo de arroz se define de acuerdo al estado de crecimiento de la
planta (Cuadro A 1).
Cuadro A 1.
Temperaturas críticas en las diferentes etapas de crecimiento del arroz (Yoshida, 1981).
Temperaturas críticas (ºC)
Etapas de desarrollo
Germinación
Emergencia y establecimiento de plántulas
Enraizamiento
Elongación de las hojas
Macollamiento
Iniciación de la panícula
Diferenciación de la panícula
Floración
Maduración
baja
alta
óptima
10
12-13
16
7-12
9-16
15
15-20
22
12-18
45
35
35
45
33
20-35
25-30
25-28
31
25-31
38
35
30
30-33
20-22
Los suelos para el cultivo del arroz deben ser preferiblemente planos. La textura puede ser arcilloarenosa, arcillosa o franco arcillo-limoso. El pH adecuado está entre 5,5 y 7.
ZONAS DE CULTIVO Y EPOCAS DE SIEMBRA
Pacífico Norte:
cuando se siembra bajo condiciones de secano, las fechas de siembra en esta región van
del 15 de junio al 10 de julio para variedades de 120 a 140 días a la cosecha y para
variedades de 110 a 120 días del 1 al 30 de julio.
En condiciones de riego, la primera siembra será entre el 15 de febrero y el 8 de marzo y
la segunda siembra entre el 1 y 30 de julio.
Pacífico Sur y Central:
la primera siembra se realiza del 20 de abril al 30 de mayo y la segunda siembra del 1 de
julio al 15 de agosto.
Zona Atlántica:
la primera siembra se realiza del 1 al 30 de mayo y la segunda del 1 al 15 de octubre.
CULTIVO
VARIEDADES
Las variedades de arroz recomendadas han sido desarrolladas para los suelos arroceros de las
diferentes zonas productoras de arroz en el país.
CR 1113:
es una variedad de paja corta, de hojas erectas, tallos gruesos, de buen macollamiento,
resistente al acame, que florece entre 95 y 100 días después de la siembra y dura a la
cosecha entre 127 y 135 días y es resistente a la mayoría de las enfermedades que
afectan el cultivo, pero susceptible a piricularia.
Tiene una buena respuesta al nitrógeno entre 80 y 120 kg/ha; requiere de una buena
fertilización fosfórica y potásica de acuerdo a las necesidades del suelo.
Actualmente es necesario aplicar, en forma preventiva, fungicidas para el combate de
piricularia en el cuello de la espiga.
Su grano tiene muy buena calidad molinera.
CR 5272:
es una variedad de porte bajo, hojas erectas, macollamiento moderado, resistente al
acame, con floración entre los 80 y 85 días después de la siembra y una duración a la
cosecha entre 100 y 115 días.
Esta variedad al igual, que CR 1113, es susceptible a piricularia pero tiene menor
capacidad de recuperación cuando hay ataque severo de la enfermedad al follaje.
Su respuesta al nitrógeno es inferior a la de CR 1113, en la mayoría de los casos a 80
kg/ha y su potencial de producción está entre 5,5 y 6 t/ha.
Su grano tiene excelente calidad molinera.
CR 201:
esta variedad se caracteriza por su crecimiento desuniforme debido a que está formada
por muchas líneas del mismo cruce, lo cual afecta la uniformidad de maduración y la
calidad molinera del grano. Es una variedad de paja corta, resistente al acame con buen
macollamiento. Sus hojas inicialmente son laxas pero después de los 60 días se tornan
erectas; florece a los 90 días y dura 120 días a la cosecha.
Tiene muy buena resistencia a piricularia, es medianamente resistente a helmintosporium,
susceptible a rincosporium y resistente al resto de las enfermedades que atacan al cultivo
en Costa Rica.
Su potencial de producción es alto, mayor de 6 t/ha, así como su respuesta a nitrógeno,
que es 120 kg/ha aproximadamente.
CR 1707:
es un material recientemente introducido, que se caracteriza principalmente por su alta
resistencia a piricularia y la mayoría de las enfermedades que atacan al cultivo; florece a
los 90 días y dura 120 días a la cosecha. Las características de la planta son similares a
la variedades CR 201.
Es un material de alto potencial de producción, mayor de 6 t/ha, resistente al acame y de
macollamiento moderado.
La calidad molinera del grano es superada por las variedades CR 1821, CR 1113 y CR
5272.
CR 1821:
es una variedad de alta capacidad de producción (potencial 11 t/ha) y cuyo grano tiene
excelente calidad molinera. La variedad tiene gran capacidad de macollamiento y
resistencia al acame. Sus hojas presentan la misma característica de crecimiento que la
variedad CR 201; florece entre los 95 y 100 días y se cosecha entre los 125 y 130 días
después de la siembra.
Tiene una alta respuesta a la fertilización y es exigente en cuanto a la fertilidad de los
suelos y su manejo.
CR 1821
es susceptible a piricularia, pero con excelente capacidad de recuperación, susceptible a
helmintosporium y rincosporium, pero resistentes a otras enfermedades que afectan el
cultivo.
Algunos materiales como Tapuripa, Holland 5023 y algunas variedades americanas como Bluebonnet
50, Rexoro, Nira y Texas Patna, se cultivan en el país bajo un sistema de cultivo que puede considerarse
como de subsistencia. Estas variedades no son recomendadas por su susceptibilidad a las enfermedades y
al volcamiento; la Oficina de Semillas no las certifica.
SEMILLA
La semilla debe estar libre de malezas nocivas, tener alta pureza genética y una capacidad de
germinación superior a 80%; en otras palabras debe ser semilla certificada.
Es conveniente tratar la semilla con fungicidas e insecticidas para evitar los problemas fungosos e
insectiles que puedan afectar la germinación y las pequeñas plántulas. En el Cuadro 2, se indican los
posibles tratamientos con fungicidas.
Cuadro 2.
Fungicidas para el tratamiento de semilla de arroz
Fungicida
(nombre comercial)
Dosis/46 kg
de semilla
Tipo de tratamiento
seco
Vitavax
Busan 30
Orthocida 75
Dithane M 45
Manzate D
50 g
55 cc
90 g
115 g
115 g
húmedo
x
x
x
x
x
x
x
PREPARACION DEL SUELO
El suelo debe ser arado a una profundidad entre 20-30 cm o bien pasar la rastra pesada a una
profundidad similar. Los pases de rastra semi-pesada o liviana se harán de acuerdo a las condiciones del
suelo e incidencia de malezas. El último pase de rastra se debe realizar lo más superficialmente posible e
inmediatamente antes de la siembra.
La siembra debe realizarse inmediatamente después del último pase de rastra.
Inmediatamente después de la siembra, es muy importante compactar el suelo para eliminar los
espacios de aire y favorecer el contacto entre éste y la semilla, labor que ayuda a una mejor germinación del
arroz.
En el sistema de labranza mínima el suelo se rotura previamente y quince días antes de la siembra se
aplica glifosato en la cantidad de 4 l/ha o paraquat, 2 l/ha.
SIEMBRA
Siembra directa en surcos: consiste en colocar la semilla y el abono en surcos y a chorro seguido, en
forma mecanizada o manual.
Siembra directa al voleo: consiste en la distribución de la semilla mediante aviones agrícolas, voleadoras
acopladas a la toma de fuerza del tractor, o bien en forma manual.
Con el sistema de siembra directa, la siembra puede realizarse en secano, bajo riego o anegado.
La siembra por medio de trasplante, únicamente se realiza para la producción de semilla.
La distancia de siembra para las variedades enanas de menos de 1 m de altura, debe ser de 18 cm
entre surcos si la siembra es mecanizada; en el caso de siembra a chorro mecanizada en que se utilizan
variedades altas, la distancia entre surcos será de 36 cm, si la siembra es semimecanizada, utilizar 36 cm
entre surcos. Cuando se use el sistema de espeque, debe utilizarse un máximo de 40 x 40 cm.
Si el sistema de siembra es por trasplante se utilizan 25 cm entre plantas y 30 cm entre hileras.
En siembras mecanizadas y semimecanizadas se utilizan de 100 a 115 kg/ha de semilla de las
variedades enanas y 80 kg/ha de las variedades altas. Cuando la siembra es al voleo, utilizar 130 kg/ha de
semilla para variedades enanas y 110 kg para variedades altas. En siembras a espeque, colocar de ocho a
diez semillas por golpe. En el sistema de trasplante, se plantan dos a tres plantas por golpe.
Cuando el cultivo es anegado, se utilizan las mismas densidades que se indicaron para variedades
enanas y altas.
MANEJO DE LA PLANTACION
Fertilización
Para fertilizar el cultivo del arroz deben considerarse diferentes factores que afectan las cantidades de
fertilizante a emplear y sus formas de aplicación.
Los factores que más influyen son los siguientes:
el suelo:
las características físicas, químicas, microbiológicas y sus interacciones;
el clima:
principalmente radiación solar, temperatura, vientos y precipitación; esta última
es crítica principalmente para el cultivo del arroz en secano;
manejo de cultivo:
deberán considerarse aspectos como el sistema de cultivo (secano o de riego),
preparación del terreno, manejo de plagas y enfermedades, etc;
variedad:
se debe considerar el genotipo, el tipo de planta, su fenología (diferentes estados
de crecimiento) y los días a cosecha.
Con excepción de la mayoría de los factores climáticas (ya que deficiencias hídricas pueden ser
suplidas con riego) los demás factores como suelo, manejo y selección de variedades pueden ser
manejados en forma directa o indirecta, por edafólogos, agrónomos y fitomejoradores.
Tomando en consideración lo anterior, las características químicas y físicas de los suelos, que influyen
directamente en las decisiones de las dosis de fertilizante para el cultivo, pueden ser conocidas por medio de
los análisis de suelos. Estos análisis sirven de base para dar las recomendaciones sobre el uso racional y
eficiente de fósforo y potasio en el cultivo, siempre y cuando se conozca de antemano el sistema de cultivo a
emplear, la variedad, su manejo y el rendimiento esperado.
Fertilización con fósforo y potasio
En el Cuadro 3, se presentan los niveles cítricos de fósforo y potasio, extraídos con la solución de
Olsen Modificada, determinado en los suelos dedicados al cultivo de arroz en Costa Rica.
También, en ese cuadro se presentan las cantidades de P2O5 y K2O, que deberán adicionarse como
fertilizante al cultivo, con el fin de obtener rendimientos económicos.
Tanto los niveles críticos del análisis de los suelos arroceros como las dosis de fósforo y potasio (P2O5
y K2O) recomendadas, son el resultado de tecnologías desarrolladas en Costa Rica por el MAG.
Las recomendaciones del cuadro 3, se pueden generalizar para las siguientes variedades de arroz:
CR 1113, CR 5272, CR 201 y CR 1707. Para la variedad CR 1821, de alta productividad y muy exigente en
potasio, las dosis de K2O deberán incrementarse a 50, 25 y 0 kg de K2O/ha, para las categorías del análisis
de suelo de bajo, medio y alto respectivamente. Las recomendaciones de fósforo se mantienen.
El productor, cuando el nivel crítico del suelo de su finca es alto, si lo desea puede hacer abonamiento
para mantener la fertilidad de sus suelos; en este caso no deberá emplear más de 15 y 10 kg de P2O5 y K2O
respectivamente.
Cuadro 3.
Niveles críticos de fósforo y potasio en los suelos arroceros de Costa Rica y la
recomendación de fertilización con estos elementos*
Nivel crítico **
Elemento
Categoría
Fósforo
Potasio
*
**
Bajo
Medio
Alto
Bajo
Medio
Alto
Recomendación Kg/ha
Valor
P2O5
K2O
60
30
0
0
0
0
0
0
0
30
15
0
0-5 ug/ml
6-10 ug/ml
› 10 ug/ml
0-0,1 meq/100 ml
0,11-0,2 meq/100 ml
0,2 meq/10 ml
variedades CR 1113, CR 5272, CR 201 y CR 1707.
nivel crítico del fósforo y potasio extraídos con la solución Olsen Modificada.
El fósforo proveniente del fertilizante deberá ser aplicado en la siembra o en las últimas aradas o
fangueos del terreno. Puede utilizar fuentes como el triple superfosfato (0-46-0) o fórmulas altas en fósforo
como la 12-24-12 o 10-30-10 u otras similares. La aplicación de fósforo en el período de desarrollo del
cultivo no son recomendables, por la dinámica de este elemento en el suelo, y debido a su poder de fijación
o inmovilización en el suelo.
El potasio, al igual que el fósforo, generalmente se coloca en la siembra, pero también puede ser
aplicado durante el crecimiento del cultivo. En este caso, deberá aplicarse al inicio del macollamiento.
Las fuentes de potasio más corrientes son el sulfato de potasio (0-0-50) y el cloruro de potasio (0-0-60)
o las fórmulas fertilizantes completas que contengan potasio, apropiadas para el arroz, como 20-0-20 o
similares.
La baja disponibilidad de fertilizantes como triple superfosfato, sulfato de potasio, cloruro de potasio,
etc., considerados como materias primas, impiden en muchos casos recomendar estos fertilizantes y en
sustitución se deberán utilizar fórmulas de fertilizantes completos de gran oferta en el mercado como la 1030-10, 12-24-12, etc.
Fertilización con nitrógeno
En el Cuadro 4, se presenta un resumen de las dosis de nitrógeno a emplear, según la variedad y
sistema de cultivo (secano o riego).
Las recomendaciones son el producto de la investigación desarrollada por el MAG.
Cuadro 4.
Fertilización nitrogenada para el cultivo del arroz en Costa Rica, según la variedad y el
sistema de cultivo.
Dosis de nitrógeno kg/ha
Variedad
CR 1113
CR 5272
CR 201
CR 1707
CR 1821*
*
Secano favorecido
Riego
80-120
80
120
120
120
120
100
120
120
180
La variedad CR 1821 cultivada en condiciones de secano favorecido, se recomienda sembrarla sólo en
áreas bajas, donde es corriente tener una humedad casi permanente durante el desarrollo del cultivo.
Como se nota en el cuadro anterior, las cantidades recomendadas para el cultivo bajo riego son más
altas, pero en igual forma los rendimientos son superiores. Las diferencias son más amplias para la
variedades CR 1821, ya que bajo inundación sus requerimientos son de 180 kg de N/ha. La gran variación
depende principalmente de la variedades y del sistema de cultivo y las recomendaciones son el producto de
investigaciones realizadas en un sinnúmero de suelos, climas y manejo del cultivo por varios años.
La eficiencia de la fertilización nitrogenada en el cultivo del arroz, están expuesta a muchas pérdidas
como: volatización, lixiviación, escorrentía y desnitrificación. Algunos estudios realizados por el MAG indican
que el aprovechamiento por la planta del arroz del nitrógeno proveniente de los fertilizantes, alcanza valores
de sólo 33%. En otras palabras el nitrógeno aplicado al cultivo está expuesto a pérdidas de 67%. Por tal
motivo, para mejorar la eficiencia de las aplicaciones nitrogenadas, se ha creído conveniente fraccionarlas
entre dos y cuatro aplicaciones, dependiendo del desarrollo del cultivo y de la eficiencia de los abonamientos
previos.
Las épocas de aplicación más recomendables son:
Durante el macollamiento: en este estado fenológico, el fertilizante nitrogenado se aplica al inicio del
ahijamiento, cuando el arroz está en el estado de plántula con cuatro hojas. También se puede fraccionar
esta aplicación poniendo una parte a la mitad de macollamiento, la que se ejecutará dependiendo del estado
nutricional del cultivo y cuando la aplicación realizada al inicio del macollaje no fue eficiente, por pérdidas de
nitrógeno o mal manejo el cultivo, como el combate de malezas. En la mayoría de los casos, el mismo
cultivo lo muestra, porque presenta mal desarrollo y empieza a perder su color verde normal, tornándose
amarillento.
Durante la formación de la panícula: la aplicación de nitrógeno durante esta etapa del cultivo es muy
importante y se refleja en el rendimiento, ya que favorece la fase reproductiva del arroz, haciendo que la
mayoría de los hijos formados en la etapa vegetativa sean productivos. En esta época, por lo general, las
cantidades de nitrógeno son mayores que en las demás épocas de aplicación.
Debido a las épocas de aplicación recomendadas, se da especial importancia a dos fases: la
vegetativa (entre el inicio del macollamiento y la producción de hijos) y a la reproductiva (etapa de
diferenciación del primordio floral).
En estas épocas se sugiere aplicar el nitrógeno en la siguiente forma: de 40-50% en la fase de
macollamiento, en los períodos de iniciación de macollos y de brote, sin dejar al período de máximo
macollamiento, ya que podemos provocar el desarrollo de hijos improductivos. Luego en la fase
reproductiva, cuando ocurre la diferenciación del primordio floral (inicio de panículo, las cantidades de
nitrógeno a aplicar son de 50 a 60%.
La aplicación de nitrógeno a la siembra no es recomendable, debido a las pérdidas en el suelo de este
elemento, indicadas anteriormente, y por la poca o casi nula absorción de nitrógeno por las plántulas de
arroz, que va desde la germinación de la semilla hasta al estado de la plántula ( 4 hojas).
Con relación a las fuentes nitrogenadas para arroz cultivado en condiciones de secano, se ha
comprobado, mediante investigaciones realizadas por el MAG, que no existe ninguna diferencia en el uso de
las tres principales fuentes nitrogenadas.
La escogencia de cualquiera de estas fuentes, dependerá de los aspectos económicos, ya que desde
el punto de vista agronómico se comportan de igual forma.
Cuadro 5.
Principales fuentes de nitrógeno utilizadas para arroz cultivado en condiciones de secano.
Fuente
Urea
Sulfato de amonio
Nitrato de amonio
% de nitrógeno
46
21
33,5
Forma de nitrógeno
amoniacal (NH4)
amoniacal (NH4)
nitrato y amoniacal (NO3 y NH4)
Para suelos deficientes en azufre, conocidos por el historial del cultivo, se recomienda usar el sulfato
de amonio; se ha podido comprobar que esta fuente nitrogenada es la mejor para suelos deficientes en
azufre, porque además de nitrógeno aporta azufre en 24%.
A pesar de su ventaja para las condiciones de secano, su uso indiscriminado y consecutivo puede
llegar a acidificar más rápidamente los suelos (baja el pH) que las otras fuentes nitrogenadas. La
disminución del pH del suelo dependerá principalmente de la capacidad tampón del suelo y de la cantidad
total recibida de sulfato de amonio en determinado tiempo.
En condiciones de arroz bajo inundado, por investigaciones realizadas en otros países, se conoce
desde hace mucho tiempo, que el nitrógeno amoniacal es superior al nitrógeno en forma de nitratos; por esta
razón las fuentes nitrogenadas como el sulfato de amonio y la urea, son las que más se usan bajo este
sistema de cultivo.
Fertilización con otros nutrimentos
Después del nitrógeno, fósforo y potasio existen otros dos nutrimentos que han adquirido importancia
en el cultivo del arroz en Costa Rica que son el azufre y el zinc.
Con respecto al azufre, el uso de fertilizantes de alto grado y de fórmulas sin azufre han provocado que
las deficiencias e este elemento sean más frecuentes en los últimos años. La corrección de esta deficiencia
se pueden lograr con la aplicación de 30 kg de S/ha, a base de sulfato de amonio, al inicio del macollamiento
o con el uso de fórmulas completas con azufre a la siembra. También el sulfato de potasio, si se encuentra
disponible en el mercado, puede ser usado con ventaja y puede ser aplicado tanto a la siembra como al
macollaje.
Las deficiencias de zinc se han agravado por el uso de variedades más susceptibles a la deficiencia de
este elemento.
Su corrección puede ser al suelo con sulfato de zinc u otras fuentes de zinc. Las aplicaciones foliares
también han sido positivas y en el mercado existe un buen número de fuentes dentro de las que se destacan
las formas quelatadas y dentro de estas últimas, los metalosatos de zinc.
Existe otra forma de aplicar el zinc y es mezclándolo con la urea; en este caso, la aplicación se hace
en la fase de macollaje.
A pesar de que el análisis del contenido de zinc en el suelo, para el cultivo del arroz, no está bien
calibrado, experiencias a nivel de agricultor permiten sugerir la aplicación de este nutrimento, cuando los
contenidos de zinc disponible en el suelo son iguales o menores de 3 ug/ml de Zn extraídos con solución de
Olsen modificada. En vista que el análisis de este elemento no esta bien calibrado, el productor de arroz
deberá tener los cuidados respectivos y aplicar este elemento si ya se tiene antecedentes de su deficiencia o
si se presentan síntomas visuales en la etapa de macollamiento. Es en esta época donde debe efectuarse
su corrección; si se hace en forma tardía el cultivo no se recuperará y tendrá bajo macollamiento y falta de
desarrollo. Las dosis a aplicar tanto foliar como al suelo o al cultivo, dependerán de la fuente a usar y su
forma de aplicación.
En los vertisoles (sonzocuitles), en los últimos años, se han venido presentando deficiencias de
manganeso.
Investigaciones realizadas a nivel de invernadero han comprobado su deficiencia así como la forma de
corregirla. De igual forma, el diagnóstico de esta deficiencia en el arroz, a nivel de campo, se ha
corroborado a través de el análisis foliar. A pesar de lo anterior, bajo condiciones de campo, no se han
podido realizar investigaciones que demuestren el efecto positivo sobre el rendimiento de arroz de las
aplicaciones de manganeso. En otras palabras fuera de su diagnóstico, no se cuenta con tecnología
desarrollada con este elemento. Por tal motivo se le sugiere a los productores que se encuentren con este
problema, hacer aplicaciones de manganeso, en este caso se recomienda utilizar este elemento Nº 12 como
suplemento en alguna de las fertilizaciones al suelo o foliares, pero la mejor recomendación será la de
consultar al ingeniero agrónomo de su localidad.
Combate de malezas
Para realizar un adecuado combate de malezas en arroz, es necesario considerar algunos aspectos
importantes que pueden ayudar a incrementar la eficiencia, como los siguientes:
-
antecedentes del lote cultivado,
definición del programa de manejo de malezas,
tipo de malezas y estados de crecimiento,
condiciones ambientales,
manejo de los suelos antes de la aplicación del producto herbicida,
selección adecuada de los herbicidas y
calibración del equipo de aplicación.
En el siguiente cuadro se presenta la información de los herbicidas de mayor uso en el cultivo; algunos
de ellos son utilizados en secuencia (2 a 3 aplicaciones por ciclo de cultivo) o en mezclas con propanil
cuando el herbicida es de tipo hormonal.
Recomendaciones a seguir para el uso de herbicidas graminicidas sistémicos
-
Se deben aplicar cuando las condiciones ambientales, desde el punto de vista fisiológico, sean
óptimos: humedad, nutrición y otros factores ambientales.
No mezclar los herbicidas graminicidas sistémicos con herbicidas hormonales.
Aplicar estos herbicidas cinco días antes o después de la aplicación de los herbicidas hormonales.
En cultivo inundado, drenar el campo para favorecer la absorción del producto.
Es recomendable realizar una fertilización nitrogenada cinco días antes de la aplicación.
-
Cuadro 6.
Herbicidas más utilizados en el cultivo del arroz en Costa Rica
Nombre técnico
oxadiazon *
pendimetalina*
butaclor
bentiocarbo *
piperofox-dimetametrina
oxyfluorfen
propanil
fenoxaprop-etil
bentazon con MCPA
ioximil con 2,4 D (isoctílico)
MCPA
triclopyr
fenobit
2,4 D
molinate *
bifenox
*
**
Dosis kg ia/ha
0,5-1
1-1,5
1,8-2,4
3-6
0,75-2
0,25-0,50
3,5-6
0,09
1-2
0,35-0,6
0,5
0,25-0,5
0,5
0,5
3-4
2-3
Época de aplicación
preemergencia
preemergencia
tres días después de la siembra
preemergencia
posemergencia temprana
presiembra **
posemergencia tardía
posemergencia
posemergencia
posemergencia
posemergencia
posemergencia
posemergencia
posemergencia
posemergencia
posemergencia
Pueden utilizarse en mezcla con el propanil a la mitad de la dosis.
No es selectivo.
PLAGAS DEL ARROZ
Insectos dañinos y su combate
La severidad de los daños causados por los insectos, depende del manejo, sistema de cultivo, las
condiciones climáticas y la cantidad o densidad del insecto. Aspectos como los anteriores deben ser
considerados en un programa de combate de insectos. Además debe considerase no sólo la presencia del
insecto, sino también el daño que está causando, el manejo, la situación actual del cultivo y las condiciones
climáticas.
Aplicar insecticidas por solo el hecho de aplicarlos, es costoso y riesgoso. Además, la filosofía debe
estar dirigida a tratar de aumentar la productividad, pero también a reducir costos. Los insecticidas no
incrementan las rendimientos, sólo sirven para proteger ese rendimiento, a un determinado costo.
Para manejo adecuadamente las plagas, es necesario estimar la cantidad de insectos y la severidad
de los daños, tanto actuales como futuros. A la vez, se requiere de información, a veces intuición, de
cuántos insectos y qué severidad de daño puede tolerar el cultivo sin que hayan pérdidas económicas
directas o indirectas. También es muy importante conocer los insectos y el tipo o tipos de daños que puedan
causar.
Insectos del suelo
En términos generales, los insectos del suelo causan daños en los arrozales bajo el sistema de secano
y en menor grado en plantaciones con riego suplementario.
Jobotos
Phyllophaga spp.
(Coleoptera: Scarabeidae)
Los jobotos pueden afectar los arrozales durante todo el ciclo, pero los daños se manifiestan más entre
agosto y octubre. Es una plaga que ataca más en los arrozales del Pacífico Seco.
Las larvas se ubican debajo de la superficie del suelo y están protegidas por las raíces. El combate de
esta plaga en los cultivos establecidos es difícil, poco satisfactorio y costoso; por lo tanto, debe hacerse en
forma preventiva.
En lotes nuevos o desocupados deben aplicarse insecticidas al suelo. En lotes afectados en años
anteriores, existe mayor probabilidad de que se vuelva a presentar la plaga, por lo tanto deben considerarse
las medidas de combate necesarias. En lotes sin problemas en años anteriores, deben hacerse muestreos;
se sugiere el muestreo en un área de 25 cm de largo y 25 cm de ancho a 20 cm de profundidad. Deben
tomarse, por lo menos, cuatro o cinco muestras por hectárea. En lotes grandes debe usarse un criterio
de distribución de las muestras que de suficiente confiabilidad.
Se sugiere aplicar insecticidas cuando exista un promedio de una a dos larvas por muestra antes
de rastrear, o bien media larva en promedio por muestra, una vez que el terreno esté listo. Si el suelo
está seco, se ha observado que los resultados de los muestreos son erráticos. De todas maneras, si
el muestreo resulta tedioso, pueden hacerse observaciones cuando se prepara el terreno, o bien, levantando
malezas para observar por debajo de las raíces la presencia de larvas.
Desde el punto de vista agronómico y de combate, es importante una buena remoción del suelo, para
dejar expuestas las larvas al sol y a los depredadores.
Los insecticidas a aplicar deben ser compatibles con el propanil y poseer un buen efecto residual
máximo de tres meses; se sugieren los siguientes: para lotes infestados, mefosfolan (Cytrolane 5 G),
isofenfos (Oftanol 10 G), foxin (Volatón 5 G), terbufos (Counter 10 G), Difonate 10 G, clorpirifos (Lorsban 10
G y heptacloro con mefosfolan. las dosis oscilan entre 15 a 20 kg/ha, de acuerdo con el contenido de
materia orgánica y de la infestación que se haya observado.
Abejones negros
Eutheola bidentata
Blapstinus sp.
(Coleoptera: Scarabaeidae)
(Coleoptera: Tenebrionidae)
Tanto los adultos como las larvas causan daño. Los adultos perforan o destrozan la planta a la altura
de la corona de la raíz y las larvas se alimentan de las raíces. Estos son frecuentes en suelos sueltos y en
lotes que anteriormente tenían pastos.
Para su combate puede procederse como para jobotos.
Las aplicaciones hechas después de la siembra reducen bastante las poblaciones de adultos y con ello
los daños.
Grillo topo
Neocutilla hexadactyla
(Orthopetera: Grillotalpidae)
Este insecto ataca al sistema radical y su daño es mayor antes del macollamiento porque puede
destruir toda la planta.
Este insecto es endémico en lotes cercanos a ríos y de suelo suelto. Los grillo topos son favorecidos
por las malezas que crecen alrededor de los lotes, de donde invaden los cultivos. Por la naturaleza invasora
de la plaga, es posible atenuar los daños mediante la hechura de zanjas en los bordes del lote, con un arado
o equipo afín, en las que se aplica insecticida, para que actúe a manera de barrera.
No todos los insecticidas aplicados a la siembra dan combate satisfactorio de esta plaga, ya que se
requiere que tengan buen efecto de contacto y fumigante. El insecticida terbufos (Counter 10 G, 20 kg/ha)
ha dado buenos resultados, tanto aplicado a la siembra como al voleo cuando el cultivo está establecido. El
insecticida disulfoton (Dysiston 10 G), también es efectivo contra esta plaga.
Gorgojo de agua
Lissorhoptrus oryzophilus
(Coleoptera: Curculionidae)
De los insectos del suelo, éste es el único que ataca al arroz bajo el sistema de siembra inundado.
Aunque no está muy arraigado en nuestros arrozales, es una plaga potencial.
Las siembras continuas, el manejo inadecuado de los rastrojos, la presencia de arroz voluntario fuera
del ciclo de cultivo y los hábitos de vida del insecto, propician las infestaciones altas.
Las larvas dañan las raíces, lo que debilita y mata las plantas de cualquier edad, pero el daño es más
severo antes de los 35 o 40 días después de la siembra. Los adultos se alimentan del follaje y causan
rasgaduras que pueden ser importantes.
Los ataques se puede prevenir con el uso de insecticidas para el suelo, en la etapa de siembra.
Además el tratamiento de semilla con el insecticida carbofuran ha dado buenos resultados en otros países.
El fangueo, así como el secamiento de los bancales sin sembrar durante un período de tres meses,
son medidas que ayudan a disminuir la incidencia de la plaga.
Cuando por alguna razón los lotes sembrados se infestan, es necesario mantener una vigilancia
constante sobre la presencia de adultos y larvas, a fin de programar el manejo del agua o una eventual
aplicación de insecticidas. Se ha determinado en arrozales plenamente macollados (más de 50 días), que
hasta cinco larvas por cepa no causan afección en el follaje.
Desde el punto de vista de combate, para los lotes infestados con larvas, la medida más eficiente es la
de drenar los bancales durante un período máximo tal, que el arrozal no muestre síntomas de
marchitamiento.
En lotes de infestaciones endémicas de larvas, donde se puede efectuar un buen manejo del suelo y
de los rastrojos, la aplicación de insecticida granulado debe realizarse durante los primeros 21 o 25 días
después de la siembra. Para tal efecto, el carbofuran es el insecticida recomendado por su formulación de
gránulo pesado.
Cuando la fase adulta es la predominante y se debe combatir, deben considerarse los riesgos de
contaminación del agua. Por lo general, los fosforados fuertes son eficaces. En pruebas realizadas en
Guanacaste, la mezcla de metil parathion y malation dio un combate satisfactorio.
Chinilla
Blissus leucopterus (Say)
(Hemiptera: Lygacidae)
Es una plaga del suelo, estrictamente del cultivo en secano, favorecida por períodos de escasa
precipitación.
Este insecto forma colonias en diversas partes de los lotes, que se van extendiendo.
Está distribuida por todas las zonas arroceras, pero es más importante en la zona del Pacífico Sur,
Central y en la Península de Nicoya.
Tanto las ninfas como los adultos viven en el suelo; chupan la savia de las bases de los tallos, las
raíces y hojas inferiores. Los síntomas en las plantas son un enrojecimiento y/o marchitez y pérdida de
vigor.
Se recomienda combatir esta plaga mediante una aplicación general con un insecticida fosforado y
luego atacar separadamente las colonias con equipo de tierra.
Los insecticidas recomendados son: foxin (Volaton 50 E, 1 l/ha), clorpirifos (Lorsban 4 RE, 1 l/ha),
monocrotofos (Nuvacrom, Sedrin, Azodrin o Monocron, 1 l/ha), metamidofos (Tamaron 600 E, Monitor 600 E,
1 l/ha).
Insectos del tallo
Taladror menor del arroz
Elasmopalpus lignosellus (Zeller)
(Lepidoptera: Pyralidae)
Este es otra plaga del cultivo en secano. Se presenta más en la región del Pacífico Seco y durante
períodos de sequía.
Las larvas perforan la base de los tallos y causan el síntoma conocido como "corazón muerto", por lo
que el tallo afectado no prospera.
Los daños son más severos cuando los ataques ocurren antes o durante el macollamiento. No
hay tratamiento satisfactorio contra esta plaga, aunque se ha observado que los daños disminuyen con la
aplicación de insecticida en la siembra.
A veces, se puede eliminar los adultos por medio aplicaciones foliares; sin embargo, si la sequía
continua por algunos días más, los efectos no son satisfactorios.
Barrenador de la caña
y la novia del arroz
Diatraea spp.
Rupella albinella (Cram.)
(Lepidoptera: Pyralidae)
(Lepidoptera: Pyralidae)
Estos taladradores son más frecuentes en arroz bajo el sistema de inundado. En Costa Rica no han
sido registradas como plagas de importancia y el incremento de las poblaciones obedece al desmedido uso
de insecticidas.
Las larvas de ambas especies, perforan los tallos y causan "corazones muertos" o panículas blancas.
Sin embargo, cuando el ataque ocurre entre el macollamiento y los 50 días de edad de la planta, se estimula
el macollamiento y la planta se recupera. En ataques tardíos, el combate no produce resultados
satisfactorios.
Debe determinarse el porcentaje de panículas blancas para tomar acciones en la siguiente cosecha.
En ataques muy tardíos de la novia del arroz, no se han determinado pérdidas, ya que las panículas
producen bien aún con los tallos perforados.
Por el momento no se recomienda ningún insecticida; se sugiere mantener el combate biológico que
existe en forma natural.
Insectos del follaje
Minador de las hojas
Hydrellia sp.
Este insecto es una mosca que ataca al arroz inundado. En Costa Rica, solo ha atacado una vez,
aunque no fue severo.
Las larvas minan las hojas y dañan toda la parte superior en donde se produce la mina. Los ataques
más fuertes ocurren antes de que el arroz cierre y pueden ser importantes en los primeros veinte días. Por
(Diptera)
lo general, el arroz se recupera y a veces los ataques leves pasan inadvertidos.
El manejo del agua y las aplicaciones de insecticidas contra otras plagas atenúan los daños que pueda
causar. Además, las variedades enanas poseen por lo general algún grado de resistencia.
La aplicación de insecticidas, se recomienda cuando el arroz tiene menos de 2 días de edad, más de
un 30% de las hojas dañada o cuando haya más de 40% de hojas con daño en plantas de más edad.
Puede usarse cualquier insecticida recomendado contra otras plagas del arroz.
Pulguillas del arroz
Chaetocnema spp.
Epitrix cucumeris (Harris)
(Coleoptera: Chrysomelidae)
(Coleoptera: Chrysomelidae)
Los adultos de las dos especies son de color negro brillante y miden aproximadamente 2 mm. La
incidencia alta de estos insectos ocurre solamente en campos secos o cuando la precipitación es escasa.
Los adultos raspan el follaje de las plantas durante los primeros cincuenta días de edad; sin embargo,
los daños más severos ocurren durante los primeros treinta días por la pérdida de plántulas durante las dos
primeras semanas.
Antes de aplicar medidas de combate, debe examinarse el campo para determinar la población de
insectos y el daño producido. Se sugiere un nivel de acción de 4 o 5 adultos por planta durante las dos
primeras semanas, o 30% de hojas afectadas.
Si fuera necesario aplicar un insecticida, debe observarse su compatibilidad con el herbicida propanil.
A menudo el raspado producido por estos insectos, agravan la toxicidad o quema causada por los
herbicidas.
Gusano cogollero
Spodoptera frugiperda (J.E.Smith)
(Lepidoptera: Noctuidae)
Este insecto ataca por lo menos una vez en el ciclo del cultivo. Causa los mayores daños durante los
primeros 30 días de edad del cultivo; sin embargo, es posible encontrar infestaciones en arrozales de 50 a
60 días.
A menudo, la presencia de este insecto coincide con la época de la aplicación de los herbicidas.
Las larvas son de color gris o gris verdoso con bandas laterales diferenciables. Se comen las hojas y
pueden causar serias defoliaciones que retrasan el crecimiento y permiten la invasión de malezas. En
ocasiones provocan pérdidas de plantas en secciones de los arrozales.
Es una práctica muy usada por los agricultores mezclar los herbicidas con el insecticida para ahorrarse
una aplicación; debe tenerse cuidado con la compatibilidad de los insecticidas fosforados y carbamatos,
sobre todo con el herbicida propanil.
Los insecticidas piretroides son los más seguros esta plaga pero no debe abusarse de su uso. De
todas maneras, debe observarse el campo y esperar una buena expresión de la plaga. Debido a que esta
plaga comúnmente ataca hasta los 60 días de edad, el arroz soporta hasta un 30% de defoliación y a
menudo no es necesario efectuar la aplicación de insecticidas.
Los insecticidas sugeridos son: piretroides (200-250 cc/ha), mefosfolan (Cytrolane 250 E, 1,25 l/ha),
malathion y metil-parathion (Cygard 500 E, 1-1,5 l/ha), monocrotofos (Nuvacron 600 E, 800 cc/ha), acefato
(Orthene 50 PS, 1 kg/ha), metil parathion (Methil parathion 1 l/ha), clorpirifos (Lorsban 4 E 1 l/ha),
metamidofos (Monitor 600 E o Tamarón 600, 1 l/ha) y Sumithion 50 E, 1-1,5 l/ha).
Gusano medidor o
Mocis latipes (Guen)
(Lepidoptera: Noctuidae)
langosta medidora
Esta plaga puede atacar hasta dos veces por ciclo. Generalmente ataca el arroz entre los 30 a 70 días
de edad y las mariposas prefieren arrozales infestados con zacates como setaria, zacate dulce y estrella
africana.
Al igual que el gusano cogollero, las larvas de color anaranjado a gris con bandas oscuras definidas,
devoran el follaje y pueden causar serias defoliaciones. El gusano medidor es más voraz que el gusano
cogollero, por lo que debe ser observado con más insistencia.
Aunque este insecto es susceptible a cualquiera de los insecticidas recomendados, es importante
esperar la presencia de daños visibles en arrozales, para afectar también las larvas pequeñas que se
refugian en las partes inferiores de las plantas.
A menudo, en arrozales con setenta días o más no es necesario combatir la plaga.
Es muy importante mantener los arrozales libres de malezas gramíneas para evitar las infestaciones
con este insecto.
Se sugiere los insecticidas recomendados para el cogollero a 3/4 de las dosis.
Gusano enrollador del arroz
o gusano cabezón
Panoquina spp.
(Lepidoptera. Hesperiidae)
Las larvas de esta mariposa son los enrolladores observados con mayor frecuencia en los arrozales de
Costa Rica.
Son larvas de color verde tierno, muy robustas, con la cabeza grande y acentuada.
Se alimentan del follaje durante la noche y se esconden durante el día en hojas arrolladas, sobre todo
cuando hay mucha radiación solar.
Por lo general no constituyen una plaga seria y sólo se presenta en altas poblaciones en campos
donde se aplica mucho insecticida. No es un insecto voraz.
No hay una recomendación a base de insecticidas contra este insecto. Por lo general el combate
biológico natural, un buen manejo de la fertilización nitrogenada y los plaguicidas contra otras plagas,
mantienen las poblaciones a un nivel no perjudicial para el arroz.
Sogata
Sogatodes oryzicola (Muir)
(Homoptera. Delphacidae)
En la actualidad es un insecto que se presenta como plaga ocasional en la variedad CR-1113. Su
principal peligro reside en que es el vector de la enfermedad virosa hoja blanca.
La sogata se reproduce muy activamente sobre las variedades susceptibles.
El insecto adulto es una cigarrita de 3-4 mm de largo, color amarillo la hembra, y color paja con
manchas negras el macho. Los machos pueden confundirse con la sogata cubana S. cubanus, se
diferencian porque ésta última forma una manchita negra con las alas en reposo, hacia el centro del dorso.
La sogata cubana no daña al arroz. Los estados jóvenes (ninfas) son similares, en forma, a los adultos
pero sin alas; son de color blanquecino y con manchas oscuras. Se presentan de varios tamaños de
acuerdo con su estado.
Tanto los adultos como las ninfas, chupan la savia de las hojas y las yaguas o vainas. Las plantas
detienen su crecimiento, presentan marchitamiento y luego se tornan color rojo anaranjado. Generalmente,
los mayores daños ocurren en arrozales con más de 50 días de edad. La mayor importancia de este insecto
es el ser vector del virus de la hoja blanca, enfermedad viral que no se ha presentado en Costa Rica desde
1967.
Cuando se siembran variedades resistentes no es necesario aplicar insecticidas. Para variedades
moderadamente resistentes se recomienda hacer un uso racional de insecticidas para proteger los enemigos
naturales.
Si se estima necesario, la aplicación de plaguicidas se debe realizar cuando el nivel de adultos sea de
sesenta a ochenta en cuatro pases de la red entomológica, o bien, de quince adultos por metro
cuadrado.
Se sugieren los siguientes insecticidas: Bassa 50 E (1 a 1,50 l/ha); Sumibassa 50 E (1 a 1,50 l/ha);
metamidofos (Tamaron 600 E, 1 l/ha); monocrotofos (Nuvacron y Azodrin 600 E, 0,8 1 l/ha).
Chapulines
Conocephalus spp.,
Caulopsis spp.,
Neoconocephalus spp.,
Phlugis spp.
(Orthoptera:
(Orthoptera:
(Orthoptera:
(Orthoptera:
Gryllotalpidae)
Gryllotalpidae)
Gryllotalpidae)
Gryllotalpidae)
Pueden causar daños al follaje, tallos y panículas. Generalmente, los bordes de los lotes se infestan
con poblaciones más altas.
Tanto la ninfas como los adultos pueden causar daños. En el follaje comen secciones de las hojas o
bien las deshilachan y sólo dejan parte de las nervaduras. En el tallo y "panzas o embuches" causan daños
a veces confundidos con daños de ratas, lo que provoca espigas vanas o deformes. En las espigas, se
comen los granos en formación. Los daños en el follaje son más dramáticos en arrozales con excesivo
follaje.
El daño más importante ocurre después de los setenta días, cuando la población de esta plaga es más
alta. Durante este período las hojas son necesarias para el llenado del grano, por lo tanto el ataque en esta
etapa de la planta, pone en peligro las espigas.
Para efectuar el combate químico se sugieren los siguientes niveles de daño: 5% de la hoja bandera y
15% de las hojas siguientes; si ocurre daño en tallos o "panzas" se sugiere un nivel de 2% de tallos
afectados. si se usa la red entomológica antes de la floración, un nivel de 10-12 individuos por cuatro pases
simples de la red, puede indicar que ocurrirán daños.
Si fuera necesario aplicar insecticidas, se sugieren los siguientes. metil parathion (Methil parathion 50
E, 1 l/ha), metil parathion con malathion (Cygard 500 E, 1 l/ha) o Sumithion 50 E (1 l/ha) y otros fosforados
fuertes.
Chinches
Oebalus poecila (Dallas)
Mormidea spp.
Alkindus attratus
(Hemiptera: Pentatomidae)
(Hemiptera: Pentatomidae)
(Hemiptera: Corimelaenidae)
Los chinches hediondos son insectos que miden desde 5 mm a 1 cm de largo, pueden ser color café
claro, pardo grisáceo, negros o verdes con manchas o líneas claras dependiendo de la especie.
Aunque pueden estar presentes desde que al arroz cierra el surco (40-50 días), abundan a partir de la
floración.
Los adultos chupan los granos en desarrollo desde el estado de leche hasta el estado pastoso.
Pueden causar granos vanos cuando los ataques son tempranos (después de la floración) o granos
manchados y de pobre calidad molinera, cuando los ataques ocurren en el estado lechoso.
No todo el tiempo ocurren poblaciones altas que puedan causar daños económicos, por lo que se
recomienda hacer muestreos de campo antes de tomar la decisión de aplicar cualquier insecticida.
Para usar insecticidas, se sugieren los siguientes niveles de infestación: cuatro o más chinches por
metro cuadrado durante la floración u ocho o más chinches en la misma superficie, en estado lechoso.
A menudo las infestaciones ocurren en los bordes de los lotes y solo se justifica hacer una aplicación
en ellos.
Se sugieren los insecticidas recomendados contra chapulines.
Enfermedades y su combate
Piricularia
Pyricularia oryzae (Cav)
Los síntomas de esta enfermedad en la lámina foliar son más visibles en plantas entre los quince y
treinta y cinco días de edad. En variedades resistentes sólo se presentan puntos café distribuidos en regular
cantidad. En variedades moderadamente resistentes las hojas tiene pocas lesiones, algo redondeadas con
centro oliváceo o gris junto con muy pocas lesiones romboides, de 2 mm de ancho, largo mayor de 1 cm,
centro oliváceo, grisáceo o blancuzco, margen café rojizo bien definido. En las variedades susceptibles las
lesiones coalescen y necrosan más del 50% de las hojas.
En el collar foliar, esta enfermedad produce una lesión extensiva, café negruzca, de forma algo
triangular, con el centro rojizo no bien definido, que cubre parte o todo el collar foliar, sobre todo en hojas de
plantas con más de treinta días de edad y es la causa de que la hoja se quiebre y se caiga.
En casos severos, en plantas de noventa a cien días de edad el collar foliar de la hoja bandera se
infecta.
En los nudos del tallo, el tejido adquiere, en parte o totalmente, una coloración negruzca que se
convierte en una pudrición que causa la quiebra del tallo a la altura del nudo enfermo. Este síntoma es más
notorio durante la emergencia de la panícula.
Durante la emergencia de la panícula, la infección obstaculiza su salida y no emerge completamente;
el grano no se llena y las glumas se tornan blancuzcas.
Si la infección ocurre durante la floración, impide en alto grado la formación del grano; la panícula luce
erecta, color blanco cenizo y en su cuello aparece micelio gris negruzco.
Si ocurre en la etapa de grano lechoso, solamente, entre 50 y 75% de los granos llegan a llenar; la
panícula surge madurez precoz, se curva parcialmente por la falta de granos y del bajo peso de los que
llenaron. En el cuello se nota una decoloración café rojiza con micelio gris verdoso aterciopelado.
Cuando la infección ocurre en la etapa de grano pastoso más de 75% de los granos llegan a llenarse,
la panícula luce más combada por el mayor número y peso del grano. El cuello presenta decoloración café
negruzca y micelio grisáceo, cenizo y negro afelpado.
Cuando la infección causa la pudrición del cuello de la panícula con casi todos sus granos llenos, el
cuello adquiere color oscuro y sus tejidos se humedecen perdiendo resistencia al peso de los granos con la
consecuencia final de quebramiento y desgaje de la panícula.
La enfermedad se combate mediante la aplicación de la siguientes medidas:
-
uso de variedades tolerantes o resistentes; actualmente está disponible la var. CR 1821;
sembrar preferiblemente en suelos con alta capacidad de retención de agua:
-
evitar la densidad excesiva de siembra, una buena densidad con máquina es de 100 kg/ha y al voleo,
de 150 kg/ha;
evitar la fertilización excesiva con nitrógeno;
combatir eficientemente las malezas;
incorporar los residuos después de la cosecha;
proteger el cultivo con fungicidas durante la floración y ocho días, después con uno de los productos
recomendados.
El combate químico contra la piricularia cuando ataca la panícula, se puede realizar con:
kasugamicina (Kasumin-Plus y Kasumin 2%; 1,50 l/ha), edifenfos (Hinosan 50% CE, 1 l/ha, I.B.P. (Kitazin
48% CE, 1,50 l/ha), tricilazol (BIM 300 75% PM; 0,30 kg/ha), phosdifen 25%; (1,5 l/ha).
Escaldado de la hoja
Rynchosporium oryzae
(Metasphaeria albescens)
Hashioka & Yokogi
Los síntomas en la hoja aparecen desde los treinta días después de la germinación hasta la floración,
sobre todo en la hoja bandera y las dos hojas inferiores a ella.
La lesión se inicia en el ápice foliar, es de forma triangular y abarca todo el ancho de la hoja y una
porción longitudinal, tiene apariencia húmeda y líneas oscuras que se alternan con bandas cafés y rojizas.
Se pueden extender hacia la base de la hoja hasta que abarcan todo el ancho foliar. La lesión vieja adquiere
una tonalidad blancuzca, de apariencia papelosa o escaldada. Individualmente, cada lesión puede afectar
hasta 30% del área foliar. La lesión también puede ser marginal, aunque es menos frecuente; es oblonga o
elipsoidal, de apariencia húmeda y con bandas café. Puede extenderse a todo el ancho de la hoja y
alcanzar un largo superior a 2,5 cm. Lesiones viejas presentan pequeños peritecios café oscuros o negros.
La enfermedad se combate mediante:
-
uso de semilla certificada;
evitar el uso excesivo de nitrógeno;
la eliminación del campo de los residuos de cosecha (incorporación, quema física o química);
evitar sembrar a altas densidades;
el uso de variedades tolerantes, que sería la mejor medida de combate; sin embargo, aún no han sido
identificadas en Costa Rica.
Añublo o tizón de la vaina
Rhizoctonia solani o Thanatephorus cucumeris Kühn
Es una enfermedad de importancia potencial en siembras de arroz inundado. La detección de esta
enfermedad en el campo, es más fácil entre la etapa de embuchamiento (etapa inmediatamente anterior a la
emergencia de la panícula) y la floración.
En la porción de la vaina de la hoja cercana al suelo o al nivel del agua, se desarrollan lesiones de
aspecto húmedo, forma elíptica u oblonga, color gris verdosas al principio y blanco grisáceo después, con el
margen pardo rojizo; el tamaño es de 1 cm de ancho y 3 cm o más de largo. Estas lesiones pueden juntarse
y necrosar toda la vaina. La lesión invade sólo el exterior de la vaina pero no afecta los tejidos internos del
tallo.
En algunos casos, sobre las lesiones se observan fácilmente estructuras algo redondeadas, color café
rojizo y duras, que son las esclerotios del hongo. Bajo condiciones de alta humedad, las hojas se infectan
con micelio desarrollado en las lesiones de la vaina y a la ancho y largo de la lámina foliar, se desarrollan a
manera de bandas lesiones verde grisáceos con bordes café que al final se tornan blancas o pajizas.
La enfermedad puede combatirse con las siguientes medidas:
-
evitar alta densidad de plantas;
evitar exceso de nitrógeno;
eliminación de los residuos de cosecha;
En áreas de arroz inundado, todas las variedades han respondido como resistentes o tolerantes.
Pudrición fungosa de la vaina
o acrocylindrium
Acrocilindrium oryzae (Sin)
Sorocladium oryzae
Este enfermedad es de importancia potencial en las regiones arroceras muy húmedas y para el cultivo
de arroz inundado.
Los síntomas, pueden confundirse con los descritos para la enfermedad "pudrición bacterial de la
vaina" incitada por Pseudomonas fuscovaginae.
Los síntomas aparecen a partir de la etapa de embuchamiento y, normalmente, sólo en la parte
superior de la vaina de la hoja bandera.
Las lesiones iniciales son oblongas o irregulares, de 0,5 a 1,5 cm de largo con el centro gris y los
márgenes café oscuro o claro. La extensión y unión de las lesiones llegan a cubrir la vaina y producen una
pudrición de aspecto húmedo que obstaculiza la emergencia de la panícula, pudre los granos o mancha las
glumas de los granos los cuales se llenan parcialmente.
La vaina de las panículas que no emergen se pudren y se cubren con un polvillo blanco producido por
el hongo.
Esta enfermedad predispone la planta al ataque de insectos taladradores y se le asocia con
infecciones por virus.
El combate se realiza mediante:
-
la siembra de variedades resistentes; (al momento están en proceso de caracterización);
evitar el exceso en la densidad de siembra;
combate eficiente de insectos del tallo y vaina;
eliminar los residuos de cosecha
Pudrición bacterial de la vaina del arroz
Pseudomonas fuscovaginae
Actualmente (1988) se discute la posibilidad de que esta bacteria sea la causante de la enfermedad
conocida como manchado del grano. Por esto y por la similitud sintomatológica con Acrocylindrium oryzae
es necesaria la realización del diagnóstico clínico.
Las manchas sistomáticas se presentan en la vaina de la hoja bandera y en la panícula; son cafés,
pequeñas entre 1 a 5 mm de diámetro, las cuales se unen y forman grandes manchas difusas que necrosan
toda la vaina y se puede extender al tallo. El tejido afectado es de aspecto húmedo. En casos severos, toda
la vaina, hoja y su cuello se necrosan y secan.
Durante la emergencia de la panícula produce una necrosis café, húmeda que detiene el crecimiento.
Las glumas de las flores en desarrollo se tornan café oscuras. Las flores que emergen no llevan
normalmente y el grano se mancha de café o es vano. En los casos que hay emergencia normal, los granos
llenos se manchan o decoloran.
El combate se hace mediante:
-
el uso de semilla limpia de bacteria (sanidad garantizada por el distribuidor);
el uso de variedades resistentes (actualmente se están caracterizando);
no excederse en la densidad de siembra;
no excederse en el abonamiento nitrogenado.
Cercospora o mancha línea
Cercospora oryzae (Sphaerulina oryzina)
Esta enfermedad se expresa con más intensidad a partir de la etapa de floración, infectada sobre todo
la hoja bandera y se asocia con enfermedades como escladado y hermintosporium.
En la vaina y la lámina foliar produce manchas café largas, entre 0,5 a 1 mm de ancho y 2 a 10 mm de
largo, paralelas a las vainas. La parte interna de la lesión puede ser café oscuro, rojizo y en condiciones
favorables, puede diferenciarse un centro claro angosto.
La enfermedad puede combatirse mediante:
-
el uso de variedades resistentes (aunque es lo más adecuado para el combate de esta enfermedad, en
el país no hay información);
fertilización balanceada en N, P, K, S, Mn, Zn.
Helmintosporium
En la enfermedad más problemática en arroz de secano.
relacionada con la variedad y con una nutrición deficiente.
Helminthosporium oryzae
Su severidad esta frecuentemente
En la hoja, las lesiones iniciales son puntos o manchitas circulares de 0,5 mm, color café; se pueden
confundir con lesiones iniciales de piricularia. La lesión desarrollada alcanza 2 mm de ancho y 0,5 a 6 mm
de largo, es de conformación ovoide con el centro color blanco grisáceo y el borde café rodeado por un halo
amarillento. Las lesiones foliares no son confluyentes y se distribuyen con bastante uniformidad en la lámina
foliar. A partir de la etapa de floración, la hoja bandera es la más afectada.
En las glumas del grano, produce manchas ovaladas café oscuras que pueden confundirse con
lesiones debidas a chinches. Bajo ciertas condiciones, las lesiones se unen, afectan todo el grano que
puede arrugarse y además se llega a cubrir de una capa de estructuras del hongo que le dan una apariencia
aterciopelada. La calidad y el peso del grano son siempre, en mayor o menor grado, afectados por esta
enfermedad.
El combate se hace mediante:
-
la selección de suelos con alta fertilidad;
el uso de semilla certificada;
la fertilización balanceada N, P, K, Mn, Zn;
el combate eficiente de insectos en la panícula, principalmente chinches;
el uso de variedades resistentes y
la protección de la plantación con fungicidas durante la etapa de floración.
Los fungicidas que pueden utilizarse contra esta enfermedad con: mancozeb (Dithane 33% F; 3,55
l/ha, Dithane M-45 80% PM, 2 kg/ha), propineb (Antracol 70% PM, 2 kg/ha, metiran (Polyram C 80% PM, 2
kg/ha), clorotalonil (Daconil 50% F, 2,50 l/ha).
Las aplicaciones serán: una cuando el cultivo está totalmente en floración para las variedades CR
5272 y CR 1113; las variedades CR 201, CR 1707 y CR 1821 requerirán de dos aplicaciones, la primera
será al 75% de floración y la segunda ocho o diez días después.
Virus de la hoja blanca del arroz
Los síntomas son más distinguibles en plantas de cuarenta y cinco o más días de edad.
Generalmente la enfermedad se distribuye muy irregularmente en el campo.
Los síntomas pueden variar de acuerdo a la variedad, condiciones ambientales y virulencia del virus.
En la lámina foliar produce rayas blanquecinas, verdes o amarillentas de borde irregular, paralelas a
las venas y un moteado formado por la sucesión de puntos blancos o amarillos aislados. En otros casos los
puntos se unen formando pequeñas rayas que se alternan con el tono verde normal de la hoja. Hay casos
en que ocurre blanqueamiento de toda la hoja, dependiendo de la virulencia del virus y las condiciones
ambientales.
No afecta toda la planta, ya que en una misma planta pueden observarse macollos sanos y enfermos.
En plantas afectadas tardíamente, las panículas emergen parcialmente y no alcanzan el tamaño
normal, las flores son estériles, el entrenudo inferior al cuello de la panícula se retuerce y las panículas
mantienen su posición erecta, ya que no producen grano.
En las glumas del grano produce una decoloración color marrón, deformación a manera de pico de lora
y la pérdida del grano o vaneamiento.
Se combate mediante:
-
el uso de variedades resistentes tanto al virus como a sogata:
el combate eficiente de sogata y
el combate eficiente de malezas como equinocloa y rotboelia.
Falso carbón del grano
Ustilaginoidea virens
No es considerada una enfermedad importante del arroz. Se ha presentado en Jacó, Upala y Batán.
Se hace referencia a esta enfermedad por lo impresionante que es.
Durante la fase de maduración del grano, los síntomas son visibles a gran distancia. En las espiguillas
individuales de la panícula, entre las glumas, produce masas de esporas que le dan al grano forma de bola
con tonalidades anaranjadas, verde amarillentas y, finalmente, negras aterciopeladas. la masa esférica de
esporas alcanza un diámetro promedio de 1 cm. Las esporas se liberan fácilmente, debido a un material
pegajoso que reviste la estructura, pero generalmente se infectan pocas espiguillas de la panícula.
Se combate evitando aplicar cantidades excesivas de nitrógeno y eliminando los residuos de cosecha.
COSECHA
La determinación del momento de la cosecha tiene mucha importancia porque de ello depende la
calidad y aceptación del grano en el mercado, se evitan pérdidas debidas al desgrane, el acame, a las
enfermedades, a las plagas insectiles y a los pájaros.
El color de las hojas y de los tallos no debe utilizarse como indicador de madurez del grano, ya que
algunas variedades permanecen verdes, incluso cuando los granos están completamente maduros.
El cultivo está listo para ser cosechado cuando los granos descascarados de más de tres cuartos de la
porción superior de la panoja, son claros y firmes, y los de la base están en la etapa de endurecimiento y
cuando más de un 80% de los granos son de color pajizo.
El grado de humedad del grano, en el momento de la cosecha, debe oscilar entre 18 y 22%. Sin
embargo, en aquellas variedades cuya latencia del grano es corta o no existe, el contenido de humedad
puede ser mayor, de esta manera, se evitan pérdidas debido a la germinación de los granos en la planta.
Al momento de la cosecha, el agricultor debe considerar aspectos tales como el área de cultivo, las
condiciones ambientales y de suelo, el tipo y cantidad disponible de equipo de cosecha, las facilidades de
transporte, las características de la variedad y la humedad del grano. Estos factores deben estar presentes
en toda programación de cosecha, para obtener una mayor eficiencia.
El conocimiento de las características de las variedades y el número de días desde la siembra hasta la
maduración, puede servir de guía para determinar el momento oportuno de cosecha. Sin embargo, deben
de considerarse también aspectos como temperatura, precipitación, luz solar disponible, fertilidad y otras
prácticas culturales que pueden modificar en cierta medida la duración de las variedades.
La cosecha debe de iniciarse hasta que se evapore el rocío de la humedad de las plantas. Esto evita
pérdidas de grano por arrastre adheridos a la paja y atascamiento en los elevadores de la cosechadora, que
causan atrasos en la cosecha.
Del área de cultivo depende la cantidad de equipo de cosecha a utilizar de las condiciones ambientales
y del suelo dependen el tipo de equipo y también la cantidad. A manera de ejemplo, en la zonas húmedas
como el Pacífico Sur, Upala y Zona Atlántica, el uso de orugas en las cosechadoras permiten una mayor
agilidad en la cosecha. En estas zonas, debido a las lluvias, el tiempo diario sin lluvia para realizar la
cosecha es muy corto, entonces se hace necesario el uso de una mayor cantidad de cosechadoras en una
determinada área.
En las zonas donde las condiciones del suelo lo permite, tiene una mayor eficiencia el uso de llantas
en las cosechadoras, ya que se mueven con mayor rapidez y facilidad, además de que no necesitan en,
trechos cortos, equipos especializados para su transporte.
Es muy importante considerar la capacidad y tipo de transporte a los centros de venta o de secado del
grano, ya que el grano debe de iniciar su proceso de secado casi inmediatamente después de la cosecha,
para evitar que ocurra el proceso de fermentación y por ende el deterioro de su calidad. Algunos transportes
están diseñados para manejar el grano a granel; este tipo de transporte se ha puesto de moda en Costa
Rica, por la economía y facilidad de manejo del grano.
Tomado del libro: Aspectos Técnicos sobre Cuarenta y Cinco Cultivos Agrícolas de Costa Rica.
Dirección General de Investigación y Extensión Agrícola. Ministerio de Agricultura y Ganadería.
San José, Costa Rica. 1991
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