CAPÍTULO 5 Análisis morfofuncional de la musculatura

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CAPÍTULO 5
Análisis morfofuncional de la musculatura estomatognática
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INTRODUCCIÓN
P
revio al estudio de las diferentes funciones que
desempeña el sistema estomatognático, y que
representan la expresión funcional de este
sistema biológico, es necesario realizar una revisión de
los aspectos morfofuncionales más relevantes de cada
uno de los cuatro componentes fisiológicos que lo integran, sin pretender efectuar una descripción anatómica
acabada de ellos. La revisión morfofuncional pretende
demostrar en cada uno de los componentes fisiológicos
la íntima relación biológica existente entre la forma y
la función: la forma gobierna la función, y ésta, por
otro lado, requiere de una estructura de diseño adecuado. Expresado en otros términos, toda estructura
anatómica se caracteriza por poseer una cierta conformación, que está en estrecha relación con su expresión
funcional. A su vez, toda actividad funcional de un
determinado componente anatómico tiene una íntima
correlación con su forma.
En biología, en consecuencia, forma y función están
íntimamente ligadas y como el sistema estomatognático fue definido constituyendo una sola unidad biológica, la existencia de armonía o compatibilidad morfofuncional entre todos sus componentes significará
salud biológica del sistema, y por lo tanto asegura su
función normal. Por el contrario, cuando surgen alteraciones en la función y/o conformación de uno de sus
componentes (alteraciones de la función oclusal, por
ejemplo, que es una de las causas de alteración o desviación funcional del sistema), se deberán producir
concomitantemente alteraciones en la función y/o conformación de los otros componentes con los cuales está
estrechamente interrelacionado (periodonto, articulación temporomandibular o neuromusculatura). De
acuerdo a la capacidad de adaptación biológica y de
resistencia tisular, los tejidos afectados podrán responder de dos formas diferentes ante estas desviaciones o
alteraciones morfofuncionales del sistema:
• con compensación fisiológica, es decir, adaptándose morfofuncionalmente.
• con claudicación patológica, toda vez que ha
sido sobrepasada su capacidad de adaptación.
Este concepto de reciprocidad existente entre forma
y función, que como ya fue mencionado en el Capítulo
1 implica equilibrio o armonía morfofuncional, debiera
guiar el criterio del odontólogo en aras de una mejor
comprensión y tratamiento del sistema estomatognático. Es así, que es posible afirmar que uno de los
propósitos fundamentales de todo tratamiento de rehabilitación oral, es el de procurar restablecer este equilibrio o armonía morfofuncional entre los diferentes
componentes del sistema para lograr de esta forma su
funcionamiento óptimo.
El análisis morfofuncional comprenderá:
1. El componente neuromuscular, dentro del cual
se analizará en este Capítulo 5 a su efector, que es
la musculatura estomatognática y más específicamente a los músculos mandibulares. En tanto, sus
correspondientes mecanismos de regulación nerviosa serán descritos en los Capítulos 10, 13, 14, 15
y 16.
2. Las articulaciones temporomandibulares, articulación doble de la mandíbula, único hueso móvil
e impar de la cabeza ósea, con la parte media del
cráneo en el Capítulo 6.
3. La oclusión dentaria en el Capítulo 8.
4. El periodonto en el Capítulo 9.
Estos dos últimos componentes fisiológicos básicos
serán tratados con menor detalle, debido a que existe
suficiente material bibliográfico al respecto en
diferentes textos de oclusión, rehabilitación oral y
periodoncia.
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SISTEMA ESTOMATOGNÁTICO: Fundamentos clínicos de fisiología y patología funcional
ANÁLISIS MORFOFUNCIONAL
DE LA MUSCULATURA ESTOMATOGNÁTICA
Los movimientos y posiciones de la mandíbula están
gobernados básicamente por la actividad contráctil
coordinada y sincronizada de los músculos mandibulares, también denominados como músculos masticatorios (Fig. 5-1). Estos músculos con sus respectivos
comandos nerviosos representan a los verdaderos
motores del sistema estomatognático y son los responsables directos del control, tanto de la dinámica mandibular como articular. Los músculos mandibulares
están involucrados en una amplia gama de funciones.
Son capaces de movilizar la mandíbula con alta velocidad y precisión, con el objeto de permitir el desarrollo de diferentes sonidos asociados con rápidas sucesiones de desplazamientos mandibulares en la función
de fonación. Y en contraste, son capaces de ejercer
fuerzas mandibulares enormes que son requeridas para
la trituración de alimentos duros y consistentes.
Los músculos mandibulares pertenecen al grupo de
los músculos esqueléticos. Están inervados por la rama
motora del trigémino o V par craneal, cuyo origen está
en el núcleo motor trigeminal en el área pontina media
del tronco encefálico. La rama motora se divide en
ramificaciones que se dirigen para inervar cada músculo
ipsilateral mandibular correspondiente y así controlar
su actividad contráctil. Cuando alcanzan el músculo,
cada uno de los axones motores ramificados, nuevamente se ramifican varias veces formando uniones neuromusculares en contacto con varias fibras. De esta
forma es posible afirmar, que las fibras de un músculo
esquelético en condiciones normales no se contraen en
forma espontánea, y que su respuesta contráctil es
dependiente de la excitación nerviosa que les llega a
través de su inervación motora. El conjunto de los
mecanismos y circuitos nerviosos que crean y proporcionan la energía nerviosa necesaria para desencadenar
la excitación y/o inhibición motora muscular, más los
músculos mandibulares y grupos musculares anexos,
forman parte de uno de los componentes fisiológicos
básicos más importantes del sistema estomatognático,
el componente neuromuscular (Fig. 5-2).
En el presente análisis morfofuncional del componente neuromuscular se hará referencia principalmente
a los músculos mandibulares, que representan a sus
efectores. No obstante, es importante consignar que
otros grupos musculares del componente neuromuscular, que incluyen la lengua, musculatura facial y
músculos infrahioídeos, también desempeñan un rol
primordial en las diferentes funciones que desarrolla
el sistema estomatognático. Como ya fue mencionado,
los mecanismos nerviosos encargados de la coordinación y sincronización de estos diferentes músculos
pertenecientes al sistema, serán tratados en detalle en
los Capítulos 10, 13, 14, 15 y 16.
1. MÚSCULOS MANDIBULARES
(c) Morgan Hall-Vamvas
Fig. 5-1. Musculatura mandibular con sus principales músculos: A Temporal; B Masetero; C Pterigoideo medial; D Pterigoideo lateral y E Milohioideo. Adaptado de DH Morgan, WP Hall, SJ Vamvas. Diseases of the
temporomandibular apparatus. C.V. Mosby Co., 1977. St. Louis, Missouri.
Desde una perspectiva anatómica clásica, los músculos mandibulares o masticatorios están divididos entre
elevadores y depresores de la mandíbula. No obstante,
en el Capítulo 1 se planteó una división del conjunto
muscular mandibular, bajo un criterio de localización
anatómica basado en sus orígenes o inserciones fijas, en:
músculos supramandibulares (maseteros superficiales y
profundos; pterigoideos mediales; temporales y haces
superiores o esfenoidales de los pterigoideos laterales) y
músculos inframandibulares (digástricos, milohioideos y
genihioideos, a los cuales se agregan los haces inferiores
de los pterigoideos laterales), con el objeto de comprender en mejor forma su acción muscular sobre
CAPÍTULO 5
Análisis morfofuncional de la musculatura estomatognática
la mandíbula. Los músculos supramandibulares se
extienden entre su origen, representado por su inserción
superior y fija craneal en una zona por encima o al nivel
de la articulación de la mandíbula con el cráneo (correspondientes a ambas articulaciones temporomandibulares), y su inserción inferior y móvil en la mandíbula. En
cambio, los músculos inframandibulares se extienden
entre su origen o inserción fija, ya sea craneal (haces
Fig. 5-2. Representación esquemática de los cuatro componentes fisiológicos básicos del sistema estomatognático, en que A corresponde al
componente neuromuscular, músculos con sus vías y mecanismos
de control nervioso; B componente
articular (ATM); C oclusión dentaria,
y d-periodonto. NS núcleos sensitivos trigeminales; NM núcleo motor
trigeminal.
Fig. 5-3. Esquema del sistema estomatognático incluido en la unidad cráneo-cérvico-mandibular, en que CF: área craneofacial; M:
mandíbula; H: hioides; CE: cintura escapular; CVC: columna vertebral
cervical. Los eslabones representan a los grupos musculares: supramandibulares (elevadores y pterigoideo lateral superior) entre M y CF;
inframandibulares (suprahoideos) entre M y H; infrahioideos entre H y
CE; cervicales entre CVC y CF.
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inferiores de los pterigoídeos laterales) o hioidea (músculos suprahioideos), que se localiza en una zona por
debajo de la articulación de la mandíbula con el cráneo
(correspondientes a ambas articulaciones temporomandibulares), y su inserción superior y móvil en la mandíbula (Fig. 5-3).
En vista de sus inserciones anatómicas diferenciales
descritas, es posible así explicar las diferentes acciones
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SISTEMA ESTOMATOGNÁTICO: Fundamentos clínicos de fisiología y patología funcional
que desarrolla el conjunto muscular mandibular: los
músculos supramandibulares son considerados fundamentalmente elevadores y los músculos inframandibulares depresores de la mandíbula, previa fijación craneal
o hioidea respectivamente.
Otra forma de división de los músculos mandibulares, se basa en el hecho fisiológico que en general los
músculos esqueléticos del organismo se dividen en dos
grupos de acuerdo a su función motora habitual más
relevante:
• Músculos de acción tónica: ejercen importantemente una función antigravitacional, porque se oponen
a la fuerza de gravedad y son posturales debido a que
desempeñan un rol importante en los mecanismos de
adaptación postural del cuerpo en general; son músculos relativamente más lentos y con una capacidad de
contracción tónica, que significa que son capaces de
mantener una contracción sostenida, es decir una contracción que dura tanto tiempo como el estiramiento
que lo provoca (Ej. efecto de la fuerza de gravedad).
Corresponden a los músculos extensores de los diversos
sistemas músculo-esqueletales del organismo, y específicamente e independientemente en el caso del
sistema músculo-esqueletal mandibular, si ellos flectan
o extienden la articulación temporomandibular. Entre
ellos se clasifican a los músculos elevadores
mandibulares.
• Músculos de acción fásica: corresponden a los
músculos flexores de los diversos sistemas músculoesqueletales del organismo, entre los que se cuentan
los músculos depresores mandibulares. Son antagonistas
con respecto a los extensores. Son músculos
predominantemente de contracción fásica, rápida y
tienen como función común alejar las partes corporales
contra los estímulos nociceptivos (reflejos flexores de
protección o defensivos). Es así que responden frente al
estiramiento repentino con una breve contracción
fásica, pero ordinariamente no exhiben contracción
sostenida o mantenida como es el caso de los músculos
posturales.
En base a esta división funcional y en consideración
a una de sus importantes funciones, se refiere a los
músculos elevadores mandibulares entre los posturales y
a los músculos depresores de la mandíbula entre los de
acción de protección o defensivos.
propiamente tal, y específicamente también, al grupo
de los músculos supramandibulares o posturales.
Ambos maseteros y temporales están localizados en
planos anatómicos más o menos superficiales; en
cambio, los pterigoideos mediales en planos más profundos. Sin embargo, como será analizado más adelante, es sabido que los haces superiores de los músculos
pterigoideos laterales se activan también junto a los tres
pares de músculos elevadores mencionados, especialmente durante el apriete en posición intercuspal, fase
oclusal del ciclo masticatorio o durante la deglución
con contacto dentario. En consecuencia, también
deben ser considerados entre los músculos elevadores
mandibulares, porque todos ellos intervienen más
específicamente en el cierre mandibular.
Como información de referencia y como complemento del presente capítulo, se realizará una descripción anatómica somera de estos cuatro pares de músculos, puesto que no es el propósito de este texto constituir un tratado anatómico de cabeza y cuello.
Músculo temporal (Figs. 5-1 y 5-4)
Posee una forma fasciculada en abanico y tiene su
origen (inserción superior) en la fosa temporal (líneas
temporales superior e inferior) y en la superficie profunda de la aponeurosis temporal. Las fibras de su
porción anterior convergen a medida que descienden,
reuniéndose en una inserción tendinosa, que pasando
profundamente con respecto al arco cigomático, se
inserta en el borde anterior, apex y superficie profunda
de la apófisis coronoides o proceso coronoideo de la
mandíbula (Fig. 5-5). Las fibras de la porción anterior,
que forman el mayor volumen del músculo, son consecuentemente de dirección casi vertical. Las fibras que
se insertan específicamente en el borde anterior de la
A) Elevadores mandibulares:
músculos supramandibulares o posturales
Tradicionalmente se describe que tres pares de
músculos, a saber, maseteros, temporales y pterigoideos
mediales, pertenecen a los músculos de la masticación
Fig. 5-4. Músculo temporal con sus tres porciones: A anterior; B media y C posterior.
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