USO DE LAS RESERVAS INTERNACIONALES (FINPRO)

Anuncio
USO DE LAS RESERVAS INTERNACIONALES (FINPRO): EL MODELO
ESTATISTA DISFRAZADO DE PLURAL
Federico Escóbar Klose
Asesor Legal
Una de las leyes que actualmente más preocupa al empresariado es la del denominado
Fondo para la Revolución Industrial Productiva (FINPRO).
El FINPRO dispondrá de 1.200 millones de dólares de las Reservas Internacionales, que
serán destinados a emprendimientos productivos.
Los emprendimientos productivos que se beneficiarán de esos recursos estarán a cargo de
empresas públicas, emprendimientos conjuntos entre el nivel central del Estado con las
entidades territoriales autónomas o sociedades comerciales con participación mayoritaria
del Estado (Sociedades Anónimas Mixtas).
Consideramos que las preocupaciones respecto al impacto o efecto de la creación del
FINPRO se pueden resumir en:
1. Que los emprendimientos públicos generen competencia desleal al sector privado,
generando inestabilidad en algunos rubros industriales y desincentivando la
inversión privada.
2. Que, tal cual sucedió con varios de los “emprendimientos” del gobierno (léase
creación de empresas públicas), los emprendimientos a ser financiados por el
FINPRO sigan confirmando que el Estado no es un buen administrador y sólo
signifiquen una merma de las Reservas Internacionales sin ningún tipo de
beneficio o rentabilidad.
En ese sentido, es necesario realizar algunas precisiones de orden legal. Como todos
sabemos, la Constitución Política del Estado (C.P.E.) señala que el modelo económico
del país es plural (Art. 306-I), constituido por las formas de organización económica
comunitaria, estatal, privada y social cooperativa (Art. 306-II).
Esta economía plural articula las 4 formas de organización económica en base a 10
principios (Art. 306-III). De darse el efecto anteriormente descrito en el numeral 1, se
quebrantan los principios de complementariedad, igualdad y equilibrio. No hay
complementariedad porque los emprendimientos públicos van a competir con ventajas
arbitrarias frente a las otras formas de organización económica, sobre todo a la privada;
no hay igualdad ni equilibrio porque los recursos de las Reservas Internacionales sólo
promoverán a una de las formas de organización económica del modelo plural, a la
estatal, en desmedro de las otras. Y la noción de igualdad se vuelve a reiterar en el texto
constitucional en su Art. 311-I, que señala: “Todas las formas de organización
económica establecidas en esta Constitución gozarán de igualdad jurídica ante la ley”.
Asimismo, una de las funciones del Estado en la economía consiste en promover la
integración de las diferentes formas económicas de producción (Art. 316-5); con la ley
FINPRO se vulnera dicha disposición; es decir, el Estado no estaría cumpliendo una de
sus funciones constitucionales en la economía.
Además, otra función que tiene el Estado en la economía es la de gestionar recursos
económicos para la investigación, la asistencia técnica y la transferencia de tecnologías
para promover actividades productivas y de industrialización (Art. 316-10); que más
grande oportunidad histórica para disponer de los recursos del FINPRO para actividades
investigativas y para la generación de tecnología destinadas a actividades productivas y
de industrialización en el país, pero ese no es el espíritu de la ley del FINPRO;
nuevamente el Estado incumple (por omisión) una de sus funciones en la economía.
Otra historia hubiera sido plantear en la ley, que los recursos del FINPRO sean
destinados a emprendimientos productivos a cargo de las formas de organización
económica reconocidas por la Constitución y bajo los principios de complementariedad,
equilibrio e igualdad, con un alto nivel de generación de tecnología e innovación. Pero
esa no es nuestra historia; la realidad es que el modelo tiende a ser cada vez más estatista;
y lo plural, sus principios, funciones y garantías, sólo quedan en el texto de la C.P.E.,
sólo es un disfraz del verdadero modelo económico.
Por otra parte, en nuestra C.P.E. se contempla el deber del Estado de respetar y proteger
la iniciativa privada empresarial (Art. 308-I); considerándose a ese respeto como un
aspecto de la economía plural (Art. 311-II). ¿Qué tipo de respeto y protección se
otorga, generando competencia desleal, permitiendo condiciones negativas para la
inversión privada y para el empleo en el sector privado? La respuesta es más que
contundente: ningún tipo de respeto ni protección.
Cabe recordar que los derechos constitucionales al trabajo, a una fuente laboral estable
(Art. 46), y a dedicarse al comercio o a cualquier actividad económica (Art. 47-I), son
derechos sociales y económicos (en sí el ejercicio del comercio es una manifestación del
derecho al trabajo), y el Estado tiene el deber de promover y proteger dichos derechos
(Art. 13-I C.P.E.).
Por todo lo dicho, la ley FINPRO contiene disposiciones contrarias a los principios,
preceptos y derechos constitucionales; lo cual puede dar lugar a la interposición de una
Acción de Inconstitucionalidad Abstracta; estando legitimados para interponer dicha
acción: el Presidente del Estado, cualquier senador, diputado, legislador de las entidades
territoriales autónomas (ETA`s), las máximas autoridades ejecutivas de las ETA`s y el
Defensor del Pueblo.
Descargar