RESEÑAS 225 Reseña de Interculturas / Transliteraturas y Naciones literarias Carlos Guzmán Moncada∗ Una de las descalificaciones más habituales y reiteradas en muchas de las evaluaciones relativas al ámbito de la crítica y los estudios literarios consiste en etiquetar sin más aquello que se desea rechazar con el membrete condenatorio de académico. Sin que deje de haber un cierto fundamento en los reparos y las objeciones aplicados de continuo a la crítica y los estudios literarios emprendidos desde los medios universitarios, el hecho es que, para bien y para mal, el medio académico es uno de los últimos reductos legítimos y privilegiados que aún perduran para emprender y difundir, con mayor o menor fortuna, los frutos del ejercicio del criterio. Los dos volúmenes a los que deseamos hacer mención en esta nota son una prueba de las valiosas aportaciones que la crítica académica es capaz de ofrecer cuando no es simplemente un sinónimo de expediente curricular. Naciones literarias (2006) e Interculturas / Transliteraturas (2008) constituyen dos de las aportaciones bibliográficas más destacables del ya largo trabajo de un equipo de investigadoras e investigadores integrados en el proyecto LEETHi (Literaturas Españolas y Europeas del Texto al Hipertexto), procedentes de las áreas de filología y educación y que laboran conjuntamente en la Universidad Complutense de Madrid desde el año 2001. Detrás de lo que ambos volúmenes aparentan ser —una compilación de textos teóricos dedicados a la discusión de lo literario desde los marcos de reflexión contemporáneos relativos, en el primer caso, a la superación de las fronteras y las prácticas lectoras nacionales, y en el segundo caso, a los fenómenos actuales de la creación de nuevos espacios intersticiales, mediales, transfronterizos y plurales que afectan tanto a la creación y la interpretación literarias como al conjunto de las manifestaciones culturales y a la noción misma de cultura—, se encuentra, en realidad, todo un programa de trabajo que aúna la reflexión teórica, el ejercicio crítico y la práctica docente de una manera, si no inédita, sí muy poco habitual, por ambiciosa, en el medio universitario. De ahí que referirse al modo en que ambos volúmenes han sido concebidos e integrados obligue a remitirse, para su mejor aprovechamiento, a la experiencia teórica y práctica del Grupo LEETHi. No podemos emprender en este espacio una revisión, ni siquiera sumarísima, de todo cuanto dicha experiencia tiene que ofrecer a sus potenciales lectores o espectadores hipermediales. Por ello, remitimos a la consulta del sitio de Internet donde el interesado puede encontrar abundante información a este respecto (www.ucm.es/info/leethi/). ∗ Departamento de Estudios Literarios, Universidad de Guadalajara. revista de la facultad de filosofía y letras 226 De acuerdo con lo que se expone en dicho sitio, uno de los intereses comunes y seminales de trabajo de este equipo de investigación —habida cuenta de que sus integrantes proceden de distintas tradiciones culturales europeas y de que poseen una formación en más de una lengua— consiste en explorar los “desafíos que la lectura y el estudio de las literaturas nos plantean hoy: desde la ruptura de los marcos nacionales como modelo identitario único hasta la transformación de la lectura y de la escritura literaria en los nuevos soportes electrónicos”. Sin reducir el interés, y sobre todo, la riqueza de los distintos textos que los integran a una mera ilustración de estos planteamientos, podría decirse que el volumen Naciones literarias atiende perfectamente a la primera parte esa formulación, mientras que Interculturas / Transliteraturas desbroza enérgicamente la maraña teórica y el exceso discursivo alrededor de lo mucho que hay por decir en relación con su segunda parte. Fieles al carácter didáctico que los anima —es decir, verdaderamente formativo y de discusión profunda de los tópicos a los que se dedican—, ambos volúmenes se abren con sendas introducciones críticas que son magistrales y sintéticas guías de navegación, tanto para la lectura de los textos que allí se reúnen —en casi todos los casos, traducidos por primera vez al español—, como para las reflexiones posteriores que de ellos se deriven; y en complemento, ambos títulos se cierran con una guía bibliográfica donde teoría, metodología y aplicaciones específicas de entrelazan para enriquecer posteriores ampliaciones y profundizaciones, mediante la consulta tanto de textos fundamentales como de aportaciones adicionales en las principales lenguas científicas europeas. Dividido en tres secciones —“Naciones y nociones”, “Diseminaciones literarias” e “Historias literarias”—, Naciones literarias reúne textos cuyo interés común es la discusión acerca de la nada armónica —aunque inevitable— vinculación de lo literario con la perspectiva histórica y su locación nacional. A textos de referencia obligada, como el de Frantz Fanon, Homi Bhabha o Linda Hutcheon, el volumen aúna aportaciones fundamentales de eminentes comparatistas como Adrián Marino, Joseph Jurt, Tania Franco o José Lambert, e incorpora en esta discusión al a menudo preterido ámbito latinoamericano, no sólo como objeto de estudio, sino como un valioso e ineludible interlocutor. Por su parte, Interculturas / Transliteraturas sienta las bases teóricas para emprender una revisión profunda alrededor de “la categoría de lo inter-”. Para ello, resulta imprescindible la lectura a conciencia del extenso estudio introductorio de Amelia Sanz Cabrerizo: verdadera aportación teórica complementaria a los textos que allí se antologan. Tal como afirma la compiladora, “el siglo xx ha desarrollado toda una ‘epistemología de la otredad’”, una de cuyas consecuencias contemporáneas es haber puesto en el centro de los debates antropológicos, filosóficos, lingüísticos y literarios la atención “a favor de una negociación entre culturas capaz de invertir el signo de la discriminación y de instalar el término excluido en el centro, una hibridación creadora, un mestizaje no calculado”, con todas las consecuencias y los conflictos de ese reemplazamiento. Una relocación enfatizada en el empleo —a veces excesivo— de los prefijos inter- y trans- en las imbricaciones conceptuales de nociones como identidad, nación, discurso y cultura. Como afirma Sanz Cabrerizo, dichos usos “no son una mera cobertura cosmética”, sino que “ofrecen una tópica operativa y viva porque crean espacios conceptuales”. De ahí que dichos espacios conceptuales resulten puestos a discusión en los ensayos antologados, en modo alguno limitados a lo literario. Las aportaciones —inéditas en español— de Jan Never- RESEÑAS 227 deen Pieterse, Wolfgang Welsch, Mark I. Millington y Bernhard Waldenfels, centradas en la discusión cultural sobre la hibridación, la sociedad transcultural, la lectura intercultural o el espacio entre culturas entendido como “la experiencia de lo extraño”, son clara muestra de ello. En resumen, ambos volúmenes constituyen un espléndido resultado del trabajo intelectual conjunto, así como una irrebatible demostración de todo cuanto aún tiene por decir la crítica académica —sin matiz derogativo alguno. Y sobre todo, representan una magnífica ocasión para revisar desde el ámbito literario, con profundidad y rigor, algunos de los debates centrales de nuestro tiempo alrededor de nociones tan problemáticas y habituales como identidad, alteridad, nación y cultura. VV. AA. Interculturas / Transliteraturas. Amelia Sanz Cabrerizo, introd. y comp. Madrid: Arco Libros, 2008, 287 p. VV. AA. Naciones literarias. Dolores Romero López, ed. Barcelona: Anthropos-Universidad Complutense de Madrid, 2006, 364 p. revista de la facultad de filosofía y letras