Alteraciones físicas, químicas y biológicas en suelos

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V.- CONCLUSIONES
Conclusiones
V.- CONCLUSIONES.
Las conclusiones siguientes son fruto de una rigurosa reflexión realizada a lo largo de
cinco años de análisis bibliográfico y de estudios de gabinete, de laboratorio y de campo,
acerca del preocupante, pero a la vez apasionante, problema de los incendios forestales.
Probablemente, alguna de ellas podrá modificarse en un futuro próximo, dado que
pensamos seguir en esta línea de investigación. Alguna de las conclusiones que aquí
presentamos podrían no ser del todo extrapolables a otras zonas con características edáficas,
climáticas, orográficas, etc. diferentes.
1.- Las modificaciones físicas, químicas y biológicas que se pueden llegar a producir
de manera directa por efecto del fuego sobre los suelos van a depender, esencialmente, del
tipo de incendio y de las condiciones bioclimáticas del suelo.
2.- Los factores que condicionarán el gradiente de temperaturas que se registre en el
suelo serán principalmente: la humedad del suelo, la cantidad de biomasa vegetal y su
humedad, la velocidad de propagación del fuego y, por tanto, del tiempo de residencia de las
llamas.
3.- Los efectos indirectos provocados por la pérdida de la cubierta vegetal y por el
aporte de cenizas serán más o menos duraderos dependiendo, principalmente, de la cantidad
de cenizas aportadas, así como de los efectos erosivos que se producen tras el incendio
forestal. La recuperación de los niveles de algunos parámetros edáficos, en ocasiones, no
indica más que la exportación del ecosistema afectado de nutrientes y constituyentes por
procesos erosivos.
4.- Los daños directos menos graves tras un incendio forestal se dan en zonas donde
éste ha sido de tipo aéreo y la orografía es de relieve suave. La orografía de la zona afectada
se convierte en uno de los factores principales que van a marcar, en esa situación, la evolución
del contenido de nutrientes del suelo.
5.- En zonas de elevada pendiente se observan pérdidas de suelo, y por tanto de
nutrientes, como consecuencia de procesos erosivos. Un incendio de tipo aéreo puede
provocar, en zonas de elevada pendiente, un empobrecimiento de nutrientes a medio y largo
plazo, irrecuperable de manera natural a pesar de los aportes de éstos con las cenizas
vegetales que se desprenden de la vegetación quemada durante y tras el incendio.
6.- Los incendios intensos, en los cuales el fuego penetra directamente en el suelo, son
los que afectan más negativamente a las propiedades del mismo. La pérdida de materia
orgánica, así como la reorganización de la distribución en el tamaño de agregados, provoca
alteraciones en las propiedades físicas del suelo.
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Alteraciones físicas, químicas y biológicas en suelos afectados por incendios forestales…
7.- Se obtienen resultados totalmente diferentes y opuestos en parámetros tales como:
materia orgánica y nitrógeno, según la tipología del incendio ocurrido en la zona estudiada.
Mientras en las que sufren incendios de tipo aéreo estos parámetros ven incrementados sus
valores, en aquellas que sufrieron incendios intensos, por el contrario, disminuyen.
8.- El análisis de la distribución de la materia orgánica en el perfil de un suelo es, a
nuestro juicio, adecuado para interpretar la tipología del incendio ocurrido, así como para
determinar hasta qué profundidad ha penetrado el fuego, en el supuesto de tratarse de un
fuego subterráneo.
9.- El análisis estadístico entre muestreos indica que, en general, existe un mayor
dinamismo en los suelos no afectados por el fuego, permaneciendo más estáticos aquellos que
han experimentado los efectos del incendio.
10.- Tras el paso del fuego la disponibilidad del fósforo en el suelo aumenta, debido a
las transformaciones del fósforo presente de formas orgánicas a inorgánicas, así como al que
se ha aportado al suelo vía cenizas. Este hecho es favorable en las primeras etapas de la
regeneración, si tenemos en cuenta que a nivel cuantitativo, este elemento puede resultar
limitante en el crecimiento de la biomasa vegetal y animal, debido a su escasa presencia.
11.- La dinámica del nitrógeno en el suelo se ve alterada por el incendio forestal. Por
lo general se produce una pérdida de nitrógeno orgánico, aumentando la fracción amoniacal y
los nitratos. Por lo tanto, al igual que para el fósforo, la disponibilidad del nitrógeno tras el
paso del fuego aumenta. Sin embargo, el balance global en incendios de intensidad moderada
es de una pérdida de este elemento en el suelo.
12.- La escasa conductividad térmica del suelo en determinadas condiciones de
humedad evita, en estos casos, la pérdida de biomasa microbiana por efecto directo del fuego,
sin embargo, la alteración indirecta de las condiciones microclimáticas y edáficas modifica la
relación biomasa bacteriana/biomasa fúngica.
13.- La total desaparición de vegetación tras un incendio subterráneo, y los daños
causados al suelo, como son la disminución de materia orgánica, de nitrógeno y la alteración
en la estructura del suelo, provocan que el tiempo necesario para la reaparición de cubierta
vegetal sea mucho mayor que si el incendio hubiese sido aéreo. Esto implica un mayor tiempo
de exposición del suelo desnudo frente a las lluvias, viento y otros agentes erosivos, por lo
que el riesgo potencial de degradación y desertización de estas zonas aumenta..
14.- La observación comparativa de las fotografías por microscopía electrónica entre
suelos control y afectados por incendios de tipología diversa indica que en zonas que
sufrieron incendios subterráneos, con pérdida rápida de materia orgánica por combustión, se
produce una reorganización en el tamaño de los agregados. Los de menor tamaño parecen ser
los más afectados, puesto que se produce una reducción de esta fracción en el suelo, con todas
las consecuencias que esto puede ocasionar.
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Conclusiones
15.- Los ensayos para evaluar el porcentaje de agregados estables de un suelo que se
basan en medidas de resistencia física, pueden conducir a un error de interpretación si no se
tienen en cuenta todas las propiedades que deben cumplir los agregados para considerarlos
como tales.
16.- La aplicación de los tratamientos de compost de lodo ha supuesto una notable
aceleración en la regeneración de la cubierta vegetal. Se trata de un hecho favorable, ya que
de este modo reducimos el periodo crítico de exposición del suelo desprotegido frente a los
agentes erosivos.
17.- No se ha detectado toxicidad, en ninguno de los elementos estudiados, como
consecuencia de la aplicación del compost.
18.- La aplicación de los tratamientos ha incrementado la biomasa microbiana del
suelo, así como el contenido de materia orgánica y nutrientes esenciales. El pH disminuye
como consecuencia de la incorporación del compost contribuyendo, todo ello, a un mejor
desarrollo de la vegetación en los primeros estadios de la regeneración.
19.- El número de especies vegetales ha aumentado en las parcelas tratadas con el
compost, tanto más cuanto mayor ha sido la dosis de aplicación, siendo todas ellas especies
autóctonas de la zona de estudio.
20.- La aplicación de los tratamientos ha incrementado el contenido de clorofilas en la
vegetación, hecho que también es altamente beneficioso puesto que sin duda, junto a la
mejora en la disponibilidad nutricional, va a potenciar la síntesis de nuevo material vegetal, lo
que se traducirá en un efecto protector sobre los suelos mucho más intenso.
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