1 Las acciones y excepciones cambiarias En relación con las

Anuncio
Las acciones y excepciones cambiarias
En relación con las acciones cambiarias, la Ley 19/1985 Cambiaria y del
Cheque, arts. 49 y ss., prevé la acción directa y la acción de regreso, cuyo ejercicio
corresponde al tenedor legítimo del título con el fin de ejercitar los derechos de crédito
incorporados al mismo.
La ACCIÓN DIRECTA (art. 49) la ejercita el tenedor del título, aunque sea el
propio librador, contra el aceptante y su avalista por falta de pago. No será necesario el
levantamiento de protesto sino que la vía para reclamar será tanto la ordinaria como a
través del proceso especial cambiario (arts. 819 a 827 1/2000 LEC). Esta acción
prescribe a los tres años desde el vencimiento de la letra.
La ACCIÓN DE REGRESO (art. 50) la ejercita el tenedor del título contra los
endosantes, el librador y las demás personas obligadas una vez vencida la letra. No
obstante la misma acción podrá ejercitarse antes del vencimiento de la misma cuando
(a) se hubiera denegado total o parcialmente la aceptación, (b) cuando el librado se
hallase declarado en concurso de acreedores y (c) cuando el librador, habiendo
prohibido la presentación a la aceptación (en relación con el artículo 26), se hallase
declarado en concurso de acreedores. Esta acción prescribe al año, desde el
levantamiento del protesto o si se hubiera incluido una cláusula sin gastos, desde el
vencimiento de la letra.
La acción de regreso se interpone por falta de aceptación o de pago, que deberá
constar en un PROTESTO NOTARIAL que habrá de levantarse en los siguientes
plazos:
-­‐
Si se levanta por falta de aceptación: desde el plazo fijado para la presentación
hasta los ocho días hábiles siguientes, salvo fuerza mayor
-­‐
Si se levanta por falta de pago: desde el vencimiento hasta ocho días hábiles,
salvo fuerza mayor, a no ser que sea pagadera a la vista en cuyo caso el plazo
será el mismo que el que se prevé para el levantamiento de protesto por falta de
aceptación.
El Notario, una vez levantado el protesto, notificará al librado quien acudirá al mismo
para manifestar lo que crea conveniente, y o bien acepta, o bien paga. El tenedor deberá
comunicar la falta de pago o de aceptación a los endosantes y al librador.
1 Cabe añadir que el tenedor, en virtud del artículo 56, está dispensado de levantar
protesto si en la letra se incluye una cláusula facultativa de “devolución sin gastos” o
“sin protesto”. Si dicha cláusula la ha introducido el librador, producirá efectos en
relación a todos los firmantes de tal forma que si el tenedor levantase el protesto los
cargos correrían de su cuenta. Si la cláusula la ha introducido un endosante o un avalista
sólo causará efecto con relación a éstos, es decir, que los demás obligados cambiarios,
menos ellos, compartirán los gastos del protesto con el tenedor que lo levantase.
El tenedor perderá todas sus acciones cambiarias contra los endosantes, el
librador y los demás obligados cambiarios – excepto respecto del aceptante y su
avalista- cuando presente la letra fuera de plazo o no hubiera levantado el protesto
cuando fuera necesario (art. 63) pero puede instar la acción de enriquecimiento injusto
contra el librador, el aceptante o un endosante, exigiendo la cantidad con la que éstos se
hubieren enriquecido injustamente en su perjuicio, como consecuencia de la extinción
de la obligación cambiaria (art. 65). Esta acción extracambiaria prescribe a los tres años
desde que se extinguen las acciones cambiarias. (mencionar artículo 1973 CC:
reclamación judicial, extrajudicial y acto de reconocimiento de la deuda).
Por otro lado, en relación con las excepciones cambiarias, el deudor cambiario
podrá oponer contra el tenedor las excepciones cambiarias basadas en sus relaciones
personales con él y también contra los anteriores tenedores si éstos actuaron a sabiendas
en perjuicio del deudor (art. 67). Además, el deudor cambiario podrá oponer la
siguientes excepciones:
-­‐
Inexistencia o falta de validez de su declaración cambiaria (falsedad de
firma, incapacidad, vicios en el consentimiento, robo, extravío…)
-­‐
Falta de legitimación del tenedor o de las formalidades necesarias de la
letra de cambio (pues es un título formal, arts. 1 y 2)
-­‐
La extinción del crédito cambiario cuyo cumplimiento se exige (prescripción,
pago o novación)
En este sentido, mencionar que la construcción dogmática de los títulos valores, que
representan la incorporación de un derecho al documento, parte de la relación jurídica
que da origen a tal derecho, la denominada relación causal o subyacente que el tenedor
2 de la letra, si es parte o está legitimado en la relación jurídico-primitiva, puede hacer
valer frente al deudor mediante el ejercicio de una acción derivada (STS 19 de julio de
1992). Por ejemplo, si el acreedor cambiario es el vendedor-librador y el deudor
cambiario es el comprador-librado-aceptante y no se le ha entregado la mercancía,
coinciden en la misma persona la condición de sujetos cambiarios y extracambiarios. El
comprador podría oponerse a pagar al vendedor si éste reclama con base en la
compraventa o relación causal subyacente (exceptio non adimpleti contractus),
asimismo cabría la excepción de cumplimiento defectuoso o exceptio non rite adimpleti
contractus, aunque los Tribunales no adoptan una posición uniforme respecto a esta.
3 
Descargar