Entrevista al Lic. Marcelo Gatto

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Entrevista al Lic. Marcelo Gatto
realizada por Info-Imaxe
Noviembre 2008
“La mejor herramienta del médico es la silla...para escuchar al paciente”. Gregorio Marañón
De la cultura de ocultamiento y secretismo que encerraba la palabra cáncer hace 25 años atrás, se ha
pasado a un modelo en donde la comunicación entre el médico y el paciente es más equilibrada y
menos acartonada. Hoy el paciente también participa, toma decisiones relacionadas con el
tratamiento o los estudios diagnósticos, lo que obliga a los profesionales a informar y comunicar el
enfoque terapéutico que garantice una mejor calidad de vida. La comunicación es una herramienta
terapéutica esencial que da acceso al principio de autonomía, al consentimiento informado, a la
confianza mutua, a la seguridad y a la explicación que el enfermo necesita para ser ayudado y
ayudarse a sí mismo.
Una medicina que apunte a la excelencia debe tener en cuenta estos aspectos, incorporando al
paciente en su totalidad e integrando diferentes disciplinas en el área de la salud (psiquiatra,
psicólogo, oncólogo, enfermera, etc.). En este contexto, se desarrolla la psicooncología, una
especialización relativamente nueva, cuya finalidad es atender las diferentes necesidades del
paciente oncológico.
Nos hemos acercado hasta el Hospital para conversar con el Licenciado Marcelo Gatto,
psicólogo del Servicio de Salud Mental del Hospital de Oncología "María Curie"
de la Ciudad de Bs. As, co-director del Curso Superior de Psicooncología de la Facultad de Posgrado
“Universidad Favalo, director general del portal Psicooncología.Org y co-director del Programa de
Formación Continua a Distancia del Campus Virtual de Psicooncología.org.
¿Qué objetivos propone la Psicooncología?
La Psicooncología surge como una necesidad de diálogo entre las distintas disciplinas. En otras
épocas se planteaba el tratamiento del cáncer como una enfermedad del cuerpo, pero muchos
aspectos quedaban de lado e influían negativamente en el estado de ánimo del paciente y en la
terapéutica médica propuesta. Si el paciente esta deprimido, aunque tenga una quimioterapia de
última generación, no va a tener la misma respuesta.
La especialidad surge hace mucho tiempo, sólo que ha cambiado de nombres y tiene como objetivo
tratar de darle un espacio al tratamiento psicológico del paciente con cáncer. No estamos esperando
que el paciente golpee la puerta, porque en esas circunstancias la mayoría no tiene el recurso
psíquico disponible de decir “me siento mal, voy a consultar a un psicólogo”. En el momento de crisis,
cuando hay un diagnostico de cáncer, tiene que haber una estructura de soporte, dándole lugar a ese
paciente.
¿Cómo se plantea el trabajo?
Trabajamos básicamente con 3 pilares:
- Prevención secundaria
- Tratamiento psicoterapéutico
- Trabajo interdisciplinario
Preventivamente lo hacemos porque todo paciente que se va a operar, que va a hacer quimioterapia
o curiterapia, tiene que tener una entrevista obligatoria de admisión en salud mental. En la entrevista
le indagamos cómo se siente, qué sabe de la enfermedad, cuál es la calidad de vida con la que esta
afrontando esta situación, si hay sucesos traumáticos tempranos y tardíos relacionados con otras
cirugías suyas o relatos de enfermedades de familiares.
Sabemos que los tratamientos oncológicos son potencialmente traumáticos: van a traer algún tipo de
dolor, mutilación o efectos secundarios inmediatos a mediano y largo plazo, por eso damos atención
terapéutica preventiva, para que los pacientes tengan recursos para preguntar. El paciente ya no
siente que lo atiende un especialista, sino todo un equipo. La diferencia, es que desde nuestro lugar
le estamos preguntando cómo se siente y no si le duele. Es un espacio para que hable de lo que le
pasa, lo que lo hace sufrir. Muchas veces no se remite al tumor en sí, sino a la perdida de un familiar,
otras a violencia o abuso familiar, a la ausencia de un hijo, un divorcio. En el servicio de salud mental
tenemos una visión integradora con psicólogos y psiquiatras y muchas veces nos ponemos en
contacto con los profesionales que atienden a los pacientes en forma privada.
¿Cómo llega al paciente oncológico a la consulta?
El paciente oncológico es una entidad muy amplia. Cuando tenemos la primer entrevista, debemos
evaluar en qué contexto se está dando la misma: si vino por voluntad propia, de la familia o del mismo
hospital. Hay que escuchar al paciente en su individualidad para ver qué esta pasando. No podemos
dar por hecho que su angustia se debe sólo el cáncer que padece, porque puede estar afligido por
una vida que ya viene golpeada. Muchas veces el cáncer es una situación de estrés muy difícil, pero
el paciente termina dejando abiertas las puertas mostrando que ha vivido circunstancias de mucho
más dolor que el cáncer en sí: una vida vincular conflictiva, situaciones traumáticas, duelos no
elaborados, cuadros depresivos que se arrastran desde hace mucho tiempo. Hay que atender el
contexto cultural y sus creencias, usando esos recursos y los del Yo del paciente para que nos ayude
en su recuperación, contribuyendo a constituir una red de sostén. Ahí es donde nosotros estamos
involucrados, porque formamos parte de esa red.
¿Hay que darle toda la información al paciente?
Yo creo que la verdad es más sana y saludable que el ocultamiento de la realidad. Nos permite saber
dónde estamos parados, tomar decisiones y rearmar nuestra vida. En cada paciente vamos a lo
individual: hay algunos que quieren saber y buscan información, otros que quieren saber hasta un
punto, otros que prefieren que vaya la pareja y pregunte por ellos. El no saber también es un
derecho, el tema es cómo opera eso. No somos nosotros los que decimos si el paciente debe saber o
no, sino que en la evaluación se ve hasta dónde quiere llegar la persona y cómo esta operando esta
información. Si funciona bien sabiendo sólo un poco, hay que sostenerlo, pero si el no saber hace que
abandone una quimioterapia, o que no se opere, o que proponga situaciones de alto riesgo, hay que
trabajarlo mucho.
El arte de comunicar debería tenerlo el médico y nosotros trabajamos con las consecuencias de todo
eso. Aunque a veces la comunicación es adecuada, concreta y precisa, por la situación de crisis que
esta viviendo el paciente no entiende lo que se le dice y hay que volver a explicarle muchas veces. En
esos casos tenemos una entrevista con el médico y el paciente para aclararle las cosas. Creo que en
general es mucho mejor saber, pero depende del paciente, del contexto, de los recursos psíquicos
con los que cuenta para poder entender esa información. Los procesos de esta enfermedad son
largos desde que se pronostica y hay que convivir con la idea de controles, con la fantasía -quizás
justificada- de que pueda aparecer nuevamente…
¿Se enseña en la Facultad de Medicina lo relacionado con la comunicación al paciente?
No conozco si hay materias de comunicación en la carrera de
medicina. Creo que si existe, debe ser como la materia de estadística en la Facultad de Psicología,
que la queremos pasar volando. No tenemos una medicina con una visión antropológica, lo que
genera que el especialista no esté formado en éste área tan sensible.
Un paciente bien preparado para un tratamiento, va a tener una respuesta mucho más favorable. En
este hospital hay mucha consciencia de la existencia del servicio de salud mental y se genera
bastante diálogo, aunque hay especialidades que no derivan o lo hacen cuando el síntoma emocional
ya es muy elevado. Muchas veces los médicos recetan psicofármacos y cuando no resultan, derivan
recién cuando el paciente está muy desbordado, lo que resulta una complicación porque podría haber
sido más fácil y aliviador para el médico poder apelar a la fortaleza de ese paciente. Pero estamos en
una época de cambio de paradigmas. El hospital es territorio médico y nosotros venimos con otro
discurso. Acá por suerte estamos muy integrados.
¿Qué piden los pacientes de los médicos?
El paciente pide que lo escuchen. Yo no puedo generalizar, sé que hay muchos médicos que son
conscientes y saben que un trato mas humano es fundamental, pero no tienen tiempo. Tenemos una
medicina pautada por el sistema, donde los hospitales públicos están colapsados de pacientes. Hay
médicos que ven en 3 horas de la mañana a 20 ó 30 personas y la atención que pueden darles es la
mínima: comunicarles brevemente todo lo que tienen que hacer, la fecha que lo quieren volver a ver,
lo que hace que queden con muchos interrogantes. El paciente ocupa su lugar de "paciente pasivo" y
no pregunta, muchas veces por temor a molestar al “doctor” o a que después no lo atienda bien, pero
esas dudas se transforman en miedo, angustia, insomnio, en trastornos de ánimo depresivo y
diversos de síntomas mentales.
Por otra parte, si no se está pautado por un hospital público que tiene una gran afluencia de
pacientes, se está sistematizado por la medicina privada donde inducen a atender cada 15 minutos, o
a no pedir algunos estudios para no generar gastos. Hay médicos que son muy consecuentes con el
sistema y se quedan ahí, y de paso se preservan de la angustia de cuidar el dolor del paciente con
cáncer. Hay otros que hacen una interconsulta y se toman ese minuto para decirle a otro especialista
que no ve bien al paciente, para que lo puedan escuchar.
Desde su profesión, ¿qué quisiera decirle a los oncólogos?
Y estoy maravillado por los avances de la ciencia, pero soy consciente de que la medicina está
regulada por el mercado. Esto, sumado a una formación biologicista carente de contenidos
antropológicos, promueve médicos muy especializados: técnicos con mucha formación y sumamente
actualizados, pero limitados a lo orgánico. Es muy importante que haya dialogo interdisciplinario entre
especialistas. No hay formación de equipos que incluyan las otras disciplinas de la salud. Los
aspectos psicológicos de todo paciente con cualquier enfermedad son centrales, mucho más en
oncología por el peso que aun sigue teniendo la palabra cáncer. El mensaje es: conformemos
equipos, fomentemos la interconsulta, trabajemos interdisciplinariamente.
¿Cómo es el posgrado de psicooncología?
Con la Dra. Viviana Sala dirigimos el posgrado de Psicooncología en la Universidad de Favaloro -que
en el transcurso del 2009 va a convertirse en una maestría-, y vemos la necesidad de la gente de
otras áreas de formarse para tener criterios más contundentes en proyectos de inserción dentro de su
lugar de trabajo. El posgrado pueden hacerlo todos los que conforman el equipo de salud y que
participan en la atención del paciente oncológico: psicólogos, médicos internistas, médicos de
cuidados paliativos, psiquiatras, oncólogos, psicopedagogos, terapistas ocupacionales, asistentes
sociales. Es multidisciplinario por la convocatoria e interdisciplinario por el tipo de diálogo.-
Fuente: http://www.imaxe.com.ar/infoimaxe/2008_10/01_05_entrevista_gatto.htm
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