Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez Así, podemos citar la STS de 20 de Febrero de 1991110, seguida por la STSJ Navarra de 26 de Diciembre de 2006111, STSJ de Madrid de 24 de Enero de 2006112, STSJ Cataluña de 30 de Septiembre de 2005113, donde se establece que “cuando existe una tolerancia y un uso en la empresa se requiere una advertencia previa del cambio, pues en otro caso nos encontramos ante un manifiesto abuso del derecho, por cuanto se quebranta la actividad dentro del contrato y las prestaciones exigidas, otorgando una confianza al trabajador, contraria a una sorpresiva ruptura de la práctica.” Mediante esta actuación o declaración de voluntad, cualquier incumplimiento posterior podría ser castigado con la sanción del despido disciplinario, pero no podrían ser, lógicamente, utilizadas, con efectos retroactivos, los incumplimientos anteriores. 4. Ofensas verbales y físicas. El artículo 54.2.c) ET establece como causa de despido disciplinario “las ofensas verbales o físicas al empresario o a las personas que trabajan en la empresa o a los familiares que convivan con ellos”. 110. RJ 1991\864. 111. AS 2007\1084. 112. AS 2006\947. 113. JUR 2006\50983. 91 DespidoDisciplinario.indd 91 28/07/2008 11:56:08 El despido disciplinario Para determinar la conducta que puede dar lugar al despido disciplinario, debemos analizar, por separado, las dos menciones realizadas por el precepto: una de naturaleza objetiva (ofensas verbales o físicas) y otra de naturaleza subjetiva (personas destinatarias de tales ofensas). Respecto de las primeras, dada la dicción legal, deberemos interpretar su alcance. Es preciso señalar que el legislador no ha utilizado el término penal “injurias”114 sino que ha acudido a otro quizás más “literario” como es el de “ofensa”. Acudiendo a una interpretación gramatical la ofensa puede definirse como “Humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras o con hechos”115. Por tanto, la ofensa puede definirse como la acción que humilla o hiere el amor propio o la dignidad de la persona del ofendido. Sin embargo, dado que la norma hace referencia a una doble categoría de ofensa, verbal o física, deberemos analizar cada una por separado. La norma no delimita ni la naturaleza, ni la gravedad, ni el alcance de la ofensa que puede dar lugar al despido discipli- 114. El artículo 208 del Código Penal tipifica la injuria como “la acción o expresión que lesionan la dignidad de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia estimación”. 115. Diccionario de la Real Academia de la Lengua. 22ª Edición. 92 DespidoDisciplinario.indd 92 28/07/2008 11:56:08 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez nario, aunque es interpretación ampliamente aceptada que la ofensa debe ser grave. En el supuesto de la ofensa verbal, será toda aquella que pueda, tal y como hemos precisado, “humillar o herir el amor propio o la dignidad de alguien, o ponerlo en evidencia con palabras”. Dado el silencio legal, cualquier medio será válido para emitir y hacer llegar esa ofensa al destinatario: de viva voz, mediante llamada telefónica, o cualesquiera otros medios de transmisión como podría ser, carta, fax, correo electrónico, o incluso mediante el reparto de octavillas. Lo importante es que la actuación realizada sea apta para alcanzar el resultado buscado con la ofensa. Resumiendo la posición jurisprudencial “clásica” en esta materia, podemos citar la STSJ Cantabria de 11 de Abril de 2001116 “Por ofensas verbales entiende la jurisprudencia las expresiones proferidas bien de palabra bien por escrito “que envuelven una ofensa moral para la persona que la sufre o recibe” (SSTS de 30 de abril de 1975 [RJ 1975, 2467] y de 7 de noviembre de 1977 [RJ 1977, 4450])o el “injusto ataque de una persona a otra, moralmente, al ofenderla en su honor o vejarla en su dignidad humana” (STS de 31 de mayo de 1968 [RJ 1968, 2690]), presuponiendo, en todo caso, “la existencia de una acción ejercitada en su deshonra, descredito o menosprecio” (SSTS de 7 de noviembre de 1983 [RJ 1983, 5577]), no precisando que 116. JUR 2001\188076. 93 DespidoDisciplinario.indd 93 28/07/2008 11:56:08 El despido disciplinario la conducta haya de ser reiterada, pues “pues basta con una ofensa siquiera aislada” (SSTS de 5 de octubre de 1983 [RJ 1983, 5046], 3 de octubre de 1985 [RJ 1985, 4655])”. Lógicamente, esta acción y esta finalidad deberán ser juzgadas teniendo en cuenta el estándar medio de conducta y la realidad social del momento. En cualquier caso, debe tratarse de una ofensa grave, con independencia que alcance el objetivo buscado. Así, la STS de 3 de Octubre de 1985117, que determina que “para que las ofensas de un trabajador, verbales o físicas, al empresario o a las personas que trabajan en la empresa, sean calificables como incumplimiento grave y culpable, fundamentos justificados de la decisión del empresario de extinguir el contrato, no es preciso que se esté ante una conducta reiterada o actos repetidos, pues basta con una ofensa siquiera aislada que, eso sí, debe valorarse en sí misma y en conjunción con todas las circunstancias que la precedieron o que le fueron coetáneas, dado que tratándose de una cuestión enmarcable en el área del derecho sancionador, han de examinarse todos los aspectos concurrentes para que la autoría quede bien precisada y las razones que pudieran determinar el acto reprochable debidamente concretadas, en cuanto cabe que carezca en absoluto de justificación, como también que en alguna medida ésta existiera aclarando, en este segundo supuesto, si las hubo 117. RJ 1985\4655. 94 DespidoDisciplinario.indd 94 28/07/2008 11:56:08 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez plena o tan sólo limitada, para así estar en condiciones de adecuar la sanción, a fin de que entre ésta y la conducta que la determina se dé esa correlación que la justicia en cada caso impone”. Sin embargo, y tal y como precisa la STSJ Navarra de 30 de Septiembre de 2005118 “En efecto, aun cuando el despido disciplinario como sanción que es -la más grave que contempla el Derecho Laboral- participa en cierta medida de los principios inspiradores del Derecho Penal, que deben ser aplicados al derecho sancionador laboral con cautela, sin embargo en el caso ahora enjuiciado puede aplicarse la doctrina jurisprudencial referida a las injurias, cuyo elemento subjetivo del injusto lo constituye lo que se ha venido denominando animus injuriandi, que como dolo específico de esta infracción penal, eminentemente tendencial, implica la intención de causar un ataque a la dignidad ajena, es decir, el propósito de ofender la dignidad personal, de menoscabar la fama de la persona o atentar contra su propia estima; la determinación de si concurre o no en el sujeto esa intención o animus, no puede -generalmente- hacerse de modo directo, sino que, por afectar a la esfera íntima de la persona, habrá de inferirse indirectamente a partir de las manifestaciones externas de su conducta debidamente acreditadas, y por tanto atendiendo a la serie de hechos que integran el núcleo del tipo penal y sirven tanto para investigar el ánimo de injuriar, como la gravedad de la injuria. La jurisprudencia ha venido ad- 118. AS 2005\2761. 95 DespidoDisciplinario.indd 95 28/07/2008 11:56:08 El despido disciplinario mitiendo la presunción iuris tantum del referido ánimo cuando las frases empleadas manifiestan objetivamente y revisten en sí mismas trascendencia difamatoria ( SSTS 25 de septiembre de 1986 [ RJ 1986, 4836] y 15 de julio de 1988 [ RJ 1988, 6592] , etc.); de manera que ciertas expresiones y vocablos son de tal modo insultantes o difamantes que el ánimo de injuriar se encuentra insito en ellos, y cuando son empleados corresponde a quien los utiliza contra alguien demostrar y acreditar que le movía otro ánimo distinto del de injuriar ( SSTS 28 de febrero [ RJ 1989, 1687] y 14 de abril de 1989 [ RJ 1989, 3199] ); para ello puede probarse que el ánimo no fue ese, y puede diluirse o desplazarse por otro ánimo diferente que excluya el del injusto típico contrarrestando o anulado este último; y así, entre los animi impulsores del proceder del sujeto capaces de eliminar, neutralizar o desplazar el injuriandi figuran, entre los más caracterizados, el criticandi, narrandi, informandi, defendendi, retorquendi, como submodalidad de la legítima defensa, jocandi”. Dentro del concepto de ofensa verbal deben incluirse asimismo la acusación sin una mínima base probatoria de faltas graves de ética profesional a superiores o compañeros de trabajo119. También la formulación de amenazas120. 119. STS 11 de Octubre de 1990 (RJ 1990\7542). “Es claro que si en este comportamiento maledicente concurren (como sucede en el caso) determinadas circunstancias de gravedad o reiteración, se puede hacer impracticable la convivencia de trabajo, que es precisamente el bien jurídico protegido por el citado art. 54.2.c. del Estatuto de los Trabajadores -Sentencias de 18 de marzo de 1978 (RJ 1978\1075), 7 de marzo de 1980 (RJ 1980\1080), 25 de marzo de 1983 (RJ 1983\1196) y 27 de enero de 1988 (RJ 1988\59), entre otras muchas-“. 120. STSJ Canarias de 18 de enero de 2006 (AS 2006\544), STSJ Murcia de 19 de enero de 2004 (JUR 2004\80190), STSJ Navarra de 19 de enero de 2005 (JUR 2005\105553), STSJ Extremadura de 10 de diciembre de 2004 (JUR 2005\14623). 96 DespidoDisciplinario.indd 96 28/07/2008 11:56:08 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez La clave en estos supuestos será, conforme a la STSJ Extremadura de 7 de Noviembre de 2006121, “el Tribunal Supremo ha entendido que, para que puedan justificar un despido, han de comportar un ataque frontal al honor de la ofendida o a su integridad física (simultáneo o futuro), de la suficiente entidad como para entender razonablemente que la convivencia entre insultante e insultada realmente no resulte ya posible en el seno de la empresa, que, en cuanto comunidad humana, no está en condiciones de rendir los frutos que determinaron su constitución, como un todo unitario y coherente, si las personas que la integran carecen, por la conducta de alguna, o varias, de ellas, de posibilidades para continuar sus tareas ordinarias en paz y con el mutuo respeto que han de darse entre compañeros de trabajo, al menos en el ámbito físico en que se desarrolla. La empresa, en cuanto entidad con vocación de permanencia únicamente puede ofrecer los rendimientos que en lo económico-social, determinan su nacimiento, si se da la imprescindible armonía entre las personas que la forman(sentencias de 24 de abril y 12 de julio de 1988 y las en ellas citadas, entre otras muchas)”. Respecto de la denominada “ofensa física” la cuestión a debatir es más amplia si cabe. Así, el término utilizado parece diferenciarse del término penal “lesión”, y no exigiría, por tanto, el requisito de la gravedad ni del resultado lesivo. Sin embargo, la interpretación judicial del precepto ha modalizado una interpretación amplia, y por aplicación de la 121. JUR 2007\14917. 97 DespidoDisciplinario.indd 97 28/07/2008 11:56:08 El despido disciplinario teoría gradualista a este supuesto, exigiéndose no sólo la gravedad del resultado sino el animus o intención del trabajador. Así, no se entiende como “agresión física” de la suficiente gravedad para imponer la sanción de despido, el “agarrar por las solapas del abrigo y zarandear”122; tampoco el “arañazo en el brazo y la contractura cervical” sufrida en un forcejeo123, “propinar un empujón”124. Aparte del resultado de la acción debe asimismo ser tenida las circunstancias concurrentes que pueden constituir causa de exención de responsabilidad del trabajador. Así, el supuesto de fuerte discusión125, conflicto laboral individual126, la existencia de provocación previa por parte del superior127 o 122. STSJ Asturias de 26 de Diciembre de 2003 (JUR 2004\68370). 123. STSJ Valencia de 13 de Mayo de 2005 (JUR 2004\68730). 124. STSJ Madrid de 25 de Octubre de 2005 (AS 2005\3349). 125. STSJ Asturias de 26 de Diciembre de 2003 (JUR 2004\68370). STSJ Galicia de 26 de Marzo de 2004 (JUR 2004\174766). STSJ Castilla la Mancha de 16 de Noviembre de 2004 (JUR 2004\312328). 126. STSJ Valencia de 13 de Mayo de 2005 (JUR 2004\68730). STSJ Madrid de 30 de Junio de 2006 (AS 2007\911): “entre ambas partes existía conflictividad o tensión laboral, habiéndose visto obligada la trabajadora a interponer, con éxito, acciones judiciales en defensa de sus intereses y reclamar la regularización de sus nóminas, todo lo que evidencia que su actitud fue más fruto del momento que de una deliberada predeterminación de la voluntad destinada a incumplir sus deberes para con su empleador”. 127. STSJ Navarra de 30 de Septiembre de 2005 (AS 2005\2761). “el llamado «animus retorquendi», aparece cuando la conducta contemplada es respuesta a otra inicial del sujeto pasivo, siendo valorada por la doctrina jurisprudencial, como una circunstancia que puede diluir ese ánimo de injuriar, cuando prevalezca o se superponga al antedicho «iniurandi» borrándolo, eclipsándolo o minimizándolo hasta límites de exigüidad inane ( STS 23-5-1985 [ RJ 1985, 2530] )”. También STSJ Castilla y Leon de 28 de Julio de 2005 (JUR 2005\216296) y STSJ Cataluña de 23 de Octubre de 2002 (AS 2002\4160). Por el contrario, considerando que la provocación previa del superior que llama “gandul” al trabajador no justifica que éste le empuje, podemos citar la STSJ Castilla la Mancha de 15 de Enero de 2004 (JUR 98 DespidoDisciplinario.indd 98 28/07/2008 11:56:08 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez de un compañero128, la conflictividad laboral materializada en una huelga129. Una vez sentado el aspecto material de la presente causa de despido, debemos delimitar el aspecto subjetivo; es decir, quienes deben ser destinatarios de las ofensas físicas o verbales para que se justifique el despido del trabajador. El texto estatutario es muy claro al respecto: el “empresario o a las personas que trabajan en la empresa o a los familiares que convivan con ellos”. En el caso del empleador, la justificación es clara, es la contraparte del contrato de trabajo y si se permitiese que actuaciones en su contra quedaran impunes, se afectaría gravemente a la figura del empresario y a su poder de dirección130. 2004\61406). 128. STSJ Cantabria de 21 de Febrero de 2007 (AS 2007\1801); STSJ Cataluña de 6 de Julio de 2004 (AS 2004\2621). STSJ Madrid de 9 de Diciembre de 2003 (AS 2004\573); STSJ Cataluña de 20 de Julio de 2000 (AS 2000\4032). 129. Así, la STSJ País Vasco de 7 de Diciembre de 2004 (AS 2005\413). Contraria a esta atenuación de la imputación, la STS de 10 de Mayo de 1990 (RJ 1990\3992). “tampoco debe aceptarse que tal circunstancia conflictiva sea en sí misma una atenuante que disminuya la gravedad de las ofensas físicas o verbales a los compañeros de trabajo que quieran trabajar o dejar de hacerlo. El conflicto colectivo de trabajo suele ser ocasión de tensiones entre posiciones discrepantes, pero es claro que estas tensiones no pueden afectar al mantenimiento de las reglas mínimas de una convivencia civilizada, regida por el derecho. También la STS de 23 de Diciembre de 1989 (RJ 1989\9262). 130. Como muestras de Sentencias declarando la procedencia del despido en el supuesto de insultos y agresiones al empresario, podemos señalar la STSJ Cataluña de 11 de Enero de 2007 (JUR 2007\221082), STSJ Cataluña de 26 de Abril de 2006 (AS 2006\2546), STSJ Aragón de 2 de Abril de 2007 (JUR 2007\235970), STSJ Valencia de 7 de Junio de 2005 (AS 2005\2122). 99 DespidoDisciplinario.indd 99 28/07/2008 11:56:08 El despido disciplinario La justificación de la inclusión de los trabajadores de la empresa tiene su fundamento en el derecho a la dignidad física y moral establecida en el artículo 4 ET, incluyéndose la protección de tales derechos entre el derecho a la protección de la seguridad e higiene en el trabajo, debiendo quedar protegidos contra acciones u omisiones no sólo por parte del empresario, sino también respecto de sus propios compañeros131. Esta mención se refuerza además por la novedad normativa introducida en el apartado g) del artículo 54 ET, al determinar asimismo como causa de despido disciplinario, “el acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y el acoso sexual o por razón de sexo al empresario o a las personas que trabajan en la empresa”. Por tanto, se establece un doble sistema de protección de los derechos de los trabajadores, al establecer una doble posibilidad de despido: una genérica, y la otra específica. La genérica es la que estamos analizando en el presente apartado; la específica primaría sobre ésta primera, determinándose que, en los supuestos en que las ofensas físicas o verbales tuviesen como fundamento o finalidad el “origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y el acoso sexual o por razón de sexo”. En tales casos, la vía a utilizar no sería la establecida en el apartado c), sino la establecida en el apartado g) del artículo 54 ET. 131. STSJ Madrid de 16 de Mayo de 2006 (JUR 2006\197248), STSJ Andalucía de 3 de Mayo de 2003 (AS 2003\1878), STSJ Baleares de 28 de Septiembre de 2005 (JUR 2006\51184), STSJ Cataluña de 3 de Noviembre de 2005 (AS 2007\760), STSJ Madrid de 27 de Marzo de 2006 (JUR 2006\163774). 100 DespidoDisciplinario.indd 100 28/07/2008 11:56:09 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez Finalmente, como personas destinatarias de esta protección contra las ofensas físicas o verbales, se establece en la Ley a “los familiares que convivan con ellos”. Estarían, por tanto protegidos, todos los familiares, con independencia del lazo o vínculo con el trabajador o el empresario, así como el grado de parentesco, incluido el político132. Entendemos que el requisito de la convivencia no debe ser tenido en cuenta toda vez que podría producir una limitación de la protección no querida por la Ley. Además de estos supuestos recogidos en la norma, debemos indicar que ciertos pronunciamientos jurisdiccionales han incluido, dentro del supuesto que posibilita la utilización del despido disciplinario, aquellos casos en los que el destinatario de las ofensas verbales no es ni el empresario, ni los compañeros, ni sus familiares, sino que se trataría de un cliente. Así, podemos señalar la STSJ de Valencia de 13 de Diciembre de 2005133, que en el supuesto de insultos a un cliente confirma la procedencia del despido, al determinar que los insultos vertidos constituyen. “una actitud manifiestamente contraria a las normas mas elementales de convivencia, además de denotar falta total de protección de los intereses de la empresa, que puede verse notablemente afectada al conocerse el mal trato de palabra sufrido por el mencionado cliente”. 132. La STSJ Castilla y Leon de 20 de Octubre de 2003 (JUR 2004\75561) declara procedente el despido de un trabajador que golpeó de un puñetazo al padre del empresario. La STSJ Castilla y Leon de 5 de Febrero de 2002 (AS 2002\1144), declara procedente el despido de un trabajador que agredió a la esposa del empresario. 133. AS 2006\904. Asimismo, la STSJ Andalucía de 8 de Junio de 2001 (AS 2001\3835). 101 DespidoDisciplinario.indd 101 28/07/2008 11:56:09 El despido disciplinario También la STSJ de 13 de Abril de 2005134, que declara la procedencia del despido de una trabajadora de una residencia de ancianos que golpea a un residente. Dentro de las ofensas verbales, no podemos dejar de entrar en la causa de justificación que puede llegar a aplicarse, como sería la libertad de expresión, y la modalización de ésta en los supuestos en que las personas que vierten las ofensas pueden llegar a ser los representantes de los trabajadores. En principio, tal y como se establece, la libertad de expresión en el seno de la relación laboral no es absoluta ni ilimitada, por lo que su ejercicio, debe tener como límite, el respeto a la posición de otras personas, como sería el empresario. El alcance y los límites del derecho de libertad de expresión y del derecho de libertad sindical en su vertiente de comunicación de opiniones e informaciones sindicales han sido precisados y concretados en numerosas sentencias del Tribunal Constitucional. De acuerdo con esta matizada línea jurisprudencial, se establecen las siguientes conclusiones: 1) la celebración de un contrato de trabajo «no implica en modo alguno la privación para el trabajador de los derechos que la Constitución le reconoce, entre ellos el derecho a difundir libremente los pensamientos ideas y opi- 134. JUR 2005\123248. 102 DespidoDisciplinario.indd 102 28/07/2008 11:56:09 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez niones (art. 20.1.a CE)» (STC 204/1997 [RTC 1997\204] y las que en ella se citan), por cuanto que las empresas «no forman mundos separados y estancos del resto de la sociedad» (STC 88/1985 y las muchas que reproducen esta máxima); 2) «la transmisión de noticias de interés sindical, el flujo de información entre el sindicato y sus afiliados... constituye un elemento esencial del derecho fundamental a la libertad sindical» (STC 94/1995 [RTC 1995\94]); 3) más concretamente, la denuncia de hechos de relevancia pública, efectuada a través de medios adecuados y de forma proporcionada, por parte de los trabajadores o sus representantes, puede estar amparada por el ejercicio de los derechos fundamentales de libertad sindical y libertad de expresión (SSTC 126/1990 [RTC 1990\126], 6/1995 [RTC 1995\6], 186/1996 [RTC 1996\186], 57/1999 [RTC 1999\57] y 90/1999 [RTC 1999\90]); 4) no obstante, el complejo de derechos y obligaciones que genera el contrato de trabajo modula el ejercicio de los derechos fundamentales, puesto que la buena fe en esta relación contractual comporta un «límite adicional al ejercicio de la libertad de expresión» (STC 241/1999 [RTC 1999\241]), de donde se desprende que manifestaciones que incluso en otro contexto pudieran ser legítimas, no tienen por qué serlo necesariamente en el ámbito de dicha relación (SSTC 120/1983 [RTC 1983\120] y 4/1996 [RTC 1996\4], entre otras muchas); 103 DespidoDisciplinario.indd 103 28/07/2008 11:56:09 El despido disciplinario 5) con carácter general, «el ejercicio de la libertad de expresión –también el del derecho a la información– no puede justificar sin más el empleo de expresiones o apelativos insultantes, injuriosos o vejatorios que exceden del derecho de crítica y son claramente atentatorias para la honorabilidad de aquel cuyo comportamiento o manifestaciones se critican» (STC 204/1997 [RTC 1997\204]). Junto a estos pronunciamientos, podemos citar la STS de 28 de Febrero de 1990135, “tratándose de manifestaciones críticas en el ámbito de la relación laboral, ha de intentarse la obtención del necesario equilibrio entre el derecho de los trabajadores a la libre defensa de las propias ideas y opiniones y el obligado respeto al prestigio de la empresa y a la dignidad y honor de las personas físicas que la integran; en relación con ello debe procurarse asimismo que los condicionamientos al ejercicio de tal derecho por los trabajadores no sean propiamente restricciones derivadas del reconocimiento de un deber genérico de lealtad, con un significado omnicomprensivo de sujeción del trabajador al interés empresarial, que, entendido así, no resultaría acorde con el sistema constitucional de relaciones laborales y con el reconocimiento del conflicto cuya legitimidad general ampara el texto constitucional (Sentencias de 13 y 24 de noviembre de 1986); […] los límites de la libertad de expresión deben determinarse en función principalmente del análisis de las expresiones uti- 135. RJ 1990\1248. 104 DespidoDisciplinario.indd 104 28/07/2008 11:56:09 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez lizadas, la finalidad perseguida y los medios en que aquéllas se producen -Sentencias de 6 de marzo y 24 de noviembre de 1986 (RJ 1986\1211)-; y […] siendo ejercitado tal derecho de expresión o crítica por un operario con cargo representativo, ha de reconocérsele un amplio margen de libertad y de discrecionalidad, por mor de las garantías reconocidas en el precitado artículo 68, en relación con los arts. 7 y 28 de la Constitución, de modo que es en el exceso en donde podrá apreciarse a aquél una antijuridicidad más o menos intensa, que pueda justificar la sanción y, en su caso, la gravedad de la misma -Sentencia de 9 de julio de 1986 (RJ 1986\4000)-.” En dicho pronunciamiento, el trabajador afirmó que “la empresa estaba cometiendo un atropello y un robo a los trabajadores”. La Sala analizó estas palabras y llegó finalmente a la conclusión que “en primer lugar, que dicha conducta se produjo en relación con el cargo representativo que aquél ostentaba en la empresa, en cuanto actuó en defensa de lo que estimaba eran los derechos de determinados operarios (personal contratado en verano), intentando patentizar ante determinados compañeros el desconocimiento de tales derechos por parte de la empresa. En segundo lugar, es claro que no hubo una precisa y directa imputación ni en cuanto a hechos concretos ni en cuanto a personas determinadas, sino que la manifestación del actor se produjo en términos generales. No parece dudoso, en el contexto expresado, que la intención del demandante era destacar el supuesto incumplimiento por la empresa de compromisos que, a su entender había contraído, y no preci- 105 DespidoDisciplinario.indd 105 28/07/2008 11:56:09 El despido disciplinario samente el imputar hechos con relevancia jurídico-penal. Por último, y como consecuencia de lo expuesto, cabe afirmar que no existió en la actuación del operario un propio «animus iniuriandi», sino una mera finalidad de defensa de aquéllos a quienes representaba («animus defendendi» y «animus criticandi»). Ciertamente, el operario recurrente utilizó unas expresiones verdaderamente constitutivas de excesos verbales, los cuales evidencian un «plus» de antijuridicidad en su actuación. Pero por las razones expuestas, valorando dicha actuación conforme a los ya mentados principios de individualización y proporcionalidad que recogen el criterio de graduabilidad de faltas y sanciones, no se aprecia que tales excesos verbales tengan en el presente caso la suma gravedad que se precisa para estimar justificada la imposición de la máxima sanción, cual es la de despido”. Sin embargo, esta libertad de expresión no es ilimitada, así podemos citar la STS de 11 de Octubre de 1990136. En ella se estudia el supuesto en que un trabajador acusaba de corrupción o lucro ilícito a costa del interés de la empresa, mediante la percepción de comisiones por ventas a precios inadecuados, o el establecimiento de comisiones para actividades comerciales que antes se efectuaban sin comisionar, o la obtención de favores personales a cambio de operaciones de compra o venta no justificadas en términos mercantiles, o la imputación a la sociedad de gastos particulares. La Sala consideró que 136. RJ 1990\5742. 106 DespidoDisciplinario.indd 106 28/07/2008 11:56:09 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez “Es cierto que este derecho es ejercitable también en el marco de la relación de trabajo, que no es el vínculo de fidelidad personal en el que hayan de disolverse los derechos y libertades del trabajador en cuanto persona y en cuanto ciudadano -en este sentido Sentencias de la Sala de 13 y 24 de noviembre de 1986 (RJ 1986\6336 y RJ 1986\6500) entre otras-. Pero no es menos verdad que la libertad de expresión no es un derecho ilimitado, sino que ha de mantener un necesario equilibrio con otros derechos fundamentales, como el derecho al honor -Sentencia de la Sala de 6 de marzo de 1986 (RJ 1986\1211)-. La valoración de los límites de la libertad de expresión ha de hacerse de acuerdo con el principio de buena fe, que presenta condicionamientos particulares en las relaciones laborales -Sentencia del Tribunal Constitucional 120/1983 de 15 de diciembre (RTC 1983\120), Sentencia de la entonces Sala 6.ª del Tribunal Supremo de 17 de febrero de 1988 (RJ 1988\734)- derivados del respeto al interés del empresario y a las exigencias mínimas de la convivencia en el medio de trabajo”. Finalmente, debemos detenernos en un supuesto de interés, referente al caso en el que los insultos y las agresiones al empresario, o a los compañeros del trabajador no son vertidos por el trabajador, sino por un familiar de éste. En tal caso, ¿es posible imputar al trabajador las acciones realizadas por su familiar? La posición judicial existente parece admitir esta responsabilidad en los supuestos en que el familiar entra en la empresa acompañando al trabajador, pero no en los supuestos en que es el familiar el que unilateralmente, y de modo espontaneo, entra en la empresa y vierte los in- 107 DespidoDisciplinario.indd 107 28/07/2008 11:56:09 El despido disciplinario sultos o materializa la agresión137. También existe responsabilidad del trabajador cuando éste “mantiene una postura totalmente pasiva, o cuando su participación consiste en la inducción en la ejecución directa, o, por último, cuando no se evita el comportamiento del tercero, sino que se alienta o se colabora”138. Así, la STSJ Cataluña de 8 de Abril de 2003139, que confirma la procedencia del despido en el supuesto de insultos efectuados por el acompañante de la trabajadora y que establece que “Es cierto que nadie puede ser sancionado por un hecho del que personalmente no es imputable, ni responsable, pero el principio de la corresponsabilidad del trabajador en las acciones cometidas por sus acompañantes no es nuevo, sino que fue ya recogido por el Tribunal Central de Trabajo (Sentencias de 29 de octubre de 1973, 20 de enero y 9 de diciembre de 1977, 23 de junio de 1982, 4 de febrero y 24 de octubre de 1984, 15 de enero y 23 de septiembre de 1986, entre otras), doctrina también seguida por las Salas de lo Social (de Madrid, de 21 de diciembre de 1988, de Andalucía, con sede en 137. STSJ Extremadura de 27 de Octubre de 2000 (JUR 2001\27285). En ella, el marido de la trabajadora, que se encontraba en cama por una situación de Incapacidad Temporal acude a la empresa a entregar los partes de baja, y allí se produce el enfrentamiento con la empresa. Se declara la improcedencia del despido, toda vez que no existiría responsabilidad de la trabajadora, que se encontraba enferma guardando reposo en la cama. 138. STSJ Madrid de 20 de Abril de 2004 (AS 2004\2343). También STSJ Murcia de 26 de Abril de 2004 (JUR 2004\172030). STSJ Valencia de 15 de Septiembre de 2005 (AS 2005\3105). 139. AS 2003\1737. 108 DespidoDisciplinario.indd 108 28/07/2008 11:56:09 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez Sevilla, de 28 de noviembre de 1990, de Galicia de 18 de marzo de 1994 [AS 1994, 919], de Asturias de 9 de julio de 1995; de la Comunidad Valenciana de 1 de julio de 1999 [AS 1999, 4839], entre otras). En dicha doctrina se viene afirmando que el sujeto activo de dicha causa de despido no es sólo el trabajador, sino también sus familiares o acompañantes, pues, en otro caso, se podría cometer la falta con total impunidad, haciendo actuar a una tercera persona no vinculada a la empresa para que obre en nombre del trabajador; esta corresponsabilidad del trabajador respecto, a los actos de tercero se viene afirmando en aquellos casos en los que aquél mantiene una postura totalmente pasiva, o cuando su participación consiste en la inducción en la ejecución directa, o, por último, cuando no se evita el comportamiento del tercero, sino que se alienta o se colabora. En suma, se considera que el incumplimiento es atribuible al trabajador en aquellos casos en los que éste participa en la conducta transgresora, concibiéndola, impulsándola, consintiéndola o alentando al autor material para que la ejecute”. De no admitirse esta responsabilidad del trabajador por los actos realizados por sus familiares o acompañantes, se podría producir, como establece la STSJ de Extremadura de 20 de Febrero de 2003140 que “no es sólo la ejecución material la que configura una acción sancionable, sino que, al igual que en Derecho Penal, cabe distinguir la participación por inducción de la ejecución directa, 140. JUR 2003\157556. 109 DespidoDisciplinario.indd 109 28/07/2008 11:56:09 El despido disciplinario sin que sea menos relevante la una que la otra, pues, en caso contrario, se podrían cometer toda clase de atrocidades con la mayor impunidad cuando las realizase otra persona no vinculada a la empresa pero actuando en nombre del trabajador ligado a ella”. 5. Trasgresión de la buena fe y abuso de confianza. El apartado d) del artículo 54 ET determina como causa habilitante para el despido disciplinario a “la trasgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo”. Se trata ésta de la causa «estrella» del despido por causas disciplinarias, especialmente utilizado dada la versatilidad y la amplitud de su contenido. Así lo considera la STSJ País Vasco de 2 de Marzo de 2006 141 , “Esta causa de despido es, seguro, la más amplia de las recogidas en el precepto que se analiza, en el sentido de que son incardinables en ella un buen número de conductas de muy distinta índole. La buen fe es, sin duda, soporte de la relación contractual, del ejercicio de los derechos y del cumplimiento de las obligaciones, según previenen los artículos 7-1 y 1258 del Código Civil, y, también dentro del concreto marco de la rela- 141. JUR 2006\180160. 110 DespidoDisciplinario.indd 110 28/07/2008 11:56:10 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez ción laboral tiene una evidente trascendencia, al determinar el artículo 5-a) del Estatuto de los Trabajadores, que es un deber laboral básico del trabajador el cumplir con las obligaciones de su puesto de trabajo de acuerdo con las reglas de la buena fe”. Esta causa tiene su fundamento en la especial importancia de la buena fe en el contrato de trabajo, plasmación recogida en el artículo 20 ET cuando se determina que “el trabajador y el empresario se someterán en sus prestaciones recíprocas a las exigencias de la buena fe”. Supone esta mención una especial concreción del mandato establecido en el artículo 1258 del Código Civil142. La buena fe queda definida como “un criterio de valoración de conductas con el que deben cumplirse las obligaciones, y que se traduce en directivas equivalentes a lealtad, honorabilidad, probidad y confianza”143; en un criterio “...impeditivo del actuar humano en función de su interés exclusivo con pérdida del sentido de la utilidad común.”144. La buena fe es consustancial al contrato o relación de trabajo, en cuanto por su naturaleza sinalagmática, genera derechos y deberes recíprocos. El deber de mutua fidelidad 142. Artículo 1258: “Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la ley”. 143. Sala de lo Social del Tribunal Supremo (Sentencias de 22 de mayo de 1986 [RJ 1986, 2609], 25 de junio de 1990 [RJ 1990, 5515] y 4 de marzo de 1991 [RJ 1991, 1822], entre otras. 144. Sentencia de 14 de enero de 1985 (RJ 1985\42). 111 DespidoDisciplinario.indd 111 28/07/2008 11:56:10 El despido disciplinario entre empresario y trabajador, es una exigencia de comportamiento ético jurídicamente protegida, y exigible en el ámbito contractual145. Ante la ausencia de una definición legal clara y expresa del concepto buena fe, tenemos que considerar que ésta se traduce como un comportamiento del trabajador en el que concurre la “lealtad, honorabilidad, probidad y confianza”. En consecuencia, cualquier comportamiento por parte del trabajador que suponga un quebrantamiento de dichos presupuestos, supondrá la pérdida por parte del empresario de la confianza en el trabajador, habilitándole para la extinción del contrato de trabajo acudiendo a la trasgresión de la buena fe contractual. Podemos señalar la STSJ Valencia de 31 de Octubre de 2006 146 que determina que “por trasgresión de la buena fe contractual hemos de entender la actuación contraria a los esenciales deberes de conducta que debe presidir la ejecución de la prestación de trabajo y la relación entre las partes conforme a los artículos 5 y 20 párrafo 2º del Estatuto de los Trabajadores (sentencia del Tribunal Supremo de 26 de febrero de 1991 [RJ 1991, 875]), deberes de conducta que imponen un comportamiento arreglado a valoraciones éticas que se traducen en directivas equivalentes a 145. SSTS de 29-3-1983, 9-12-1982 y 27-10-1984, entre otras. 146. AS 2007\889. 112 DespidoDisciplinario.indd 112 28/07/2008 11:56:10 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez lealtad, honorabilidad, probidad y confianza (sentencia de Tribunal Supremo de 4 de marzo de 1991 [RJ 1991, 1822]). Es indiferente la gravedad de dicha trasgresión, toda vez que la infracción del deber de buena fe, se produce per se, con la comisión por parte del trabajador de cualquier hecho que rompe la presunción de buena fe que preside el desenvolvimiento “normal” del contrato de trabajo, sin que sea necesario que dicho incumplimiento sea cuantitativamente importante o no. Es decir, en el supuesto de vulneración de la buena fe contractual, la Jurisprudencia se ha pronunciado en el sentido de que en ese incumplimiento se pueda incurrir tanto en forma intencional, dolosa, con ánimo deliberado y conocimiento consciente de faltar a la lealtad depositada en el trabajador por quien lo ha empleado, como por negligencia o descuido imputable al mismo, sin que para apreciar este tipo de faltas sea necesario que se acredite la existencia de un lucro personal, ni haber causado daños en la empresa, pues basta para ello el quebrantamiento de los deberes de fidelidad y lealtad147, aunque el trabajador haya propuesto a la empresa devolver el dinero sustraído148. Así, podemos señalar la STSJ Cataluña de 13 de Noviembre de 2003149, que determinó que 147. SSTS 26 de mayo (RJ 1986\2689) y 9 de diciembre de 1986 (RJ 1986\7294), entre otras. Por parte de la doctrina judicial, STSJ País Vasco 21 de Febrero de 2006 (AS 1436\2006); STSJ País Vasco 1 de Octubre de 2002 (JUR 2002\132689). 148. Sentencias del Tribunal Supremo de 19 de enero de 1987 (RJ 1987\67), 9 de mayo de 1988 (RJ 1988\3579) y 5 de julio de 1988 (RJ 1988\5762). También STSJ Valencia de 20 de Junio de 2006 (AS 2006\3451). 149. JUR 2004\36269. 113 DespidoDisciplinario.indd 113 28/07/2008 11:56:10 El despido disciplinario “Según viene entendiendo la jurisprudencia la buen fe es consustancial al contrato de trabajo, en cuanto que por su naturaleza sinalagmática genera derechos y deberes recíprocos, traduciéndose el deber de mutua fidelidad entre empresario y trabajador en una exigencia de comportamiento ético jurídicamente protegido y exigible en el ámbito contractual, pudiendo definirse la buena fe en sentido objetivo como un modelo de tipicidad de conducta exigible, o mejor aún, un principio general de derecho que impone un comportamiento arreglado a valoraciones éticas, que condiciona y limita por ello el ejercicio de los derechos subjetivos (artículos 7.1 y 1258 del Código Civil [ LEG 1889, 27] ) y que se traduce en directivas equivalentes a lealtad, honorabilidad, probidad y confianza ( STS de de 21 de enero de 1986 [ RJ 1986, 312] , 22 de mayo de 1986 [ RJ 1986, 2609] , 26 de enero de 1987 [ RJ 1987, 130] , 25 de junio de 1990 [ RJ 1990, 5515] y 4 de marzo de 1991 [ RJ 1991, 1822], entre otras). por otra parte la esencia del incumplimiento no está en el daño causado, sino en el quebranto de la buena fe depositada y de la lealtad debida, al configurarse la falta por la ausencia de valores éticos, no quedando enervada por la inexistencia de perjuicios (STS de 5 de octubre de 1990 [ RJ 1990, 7530] y 8 de febrero de 1991 [ RJ 1991, 817]” . Es más, es criterio interpretativo jurisprudencial que en el supuesto de la trasgresión de la buena fe contractual, no es posible acudir al elemento mitigador de la teoría gradualista. Producido la trasgresión de la buena fe contractual, con independencia de su gravedad, o del daño causado a la empresa, es posible acudir a la vía del despido disciplinario150. 150. STS de 21 de febrero de 1983, 17 de diciembre de 1986 o 20 de enero de 1990; También STJ de Galicia 15 de febrero de 1999, STJ País Vasco 30 de septiembre de 1996, TSJ de 114 DespidoDisciplinario.indd 114 28/07/2008 11:56:10 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez Trataremos de desgranar los supuestos más habituales de trasgresión de buena fe contractual, analizando la construcción jurisprudencial existente respecto de la misma. - Abuso de confianza. El abuso de confianza es una modalidad de la transgresión de la buena fe contractual, consistente en un mal uso o en un uso desviado por parte del trabajador de las facultades que se le confiaron con lesión o riesgo para los intereses de la empresa151. La doctrina existente sobre el abuso de confianza puede resumirse, tal y como ha hecho la STSJ Madrid de 28 de Diciembre de 2004152, que determina la procedencia del despido en un supuesto de falsificación de partes de trabajo “la buena fe contractual se configura por la disposición personal en orden a la realización del contenido propio de las prestaciones voluntarias asumidas, por la probidad en su ejecución, y por la efectividad voluntad de correspondencia a la confianza ajena, excluyente de engaño y de la finalidad de alterar el equilibrio de la relación contractual [artículos 5.a), 20.2 y 54.2.d) del RDL 1/1995, de 24 de marzo]. Y partiendo de los hechos Valencia 10, 21 y 24 de noviembre de 1992, o en STJ de Andalucía de 18 de marzo de 1991, 18 de abril de 1994 o de 9 de marzo de 1998). 151. STS de 26 de febrero de 1991. También STSJ Valencia de 31 de Octubre de 2006 (AS 2007\889), STSJ Canarias de 10 de Marzo de 2004 (JUR 2004\142118). 152. AS 2004\4027. También la STSJ Madrid de 15 de Junio de 2004 (JUR 2004\241105), STSJ Valencia de 7 de Octubre de 2005 (AS 2006\1053). 115 DespidoDisciplinario.indd 115 28/07/2008 11:56:10 El despido disciplinario anteriormente significados, no es difícil concluir, que la actuación de la parte actora y hoy recurrente, que se somete a nuestra consideración, constituye una grave quiebra de la buena fe contractual, en cuanto en ella concurren el engaño, con falseamiento de los partes diarios de trabajo; el lucro ilícito, en relación con el cómputo de horas trabajadas contenidos en los partes de trabajo diario y el empleo de los medios de trabajo puestos a su disposición por la empleadora con fines exclusivamente particulares, mediando prohibición expresa a tales efectos; y un claro perjuicio de la empresa, que remunera al trabajador en atención al cómputo de las horas y kilometraje consignados en unos partes de trabajo, que no se corresponden con la realidad del trabajo efectivamente desempeñado por el trabajador, para su empleadora”. Respecto de la procedencia del despido en el supuesto de la realización de pagos y disposiciones de efectivo, la TSJ Aragón de 24 de Febrero de 2003153, determinó que “Es doctrina general en relación con la falta o incumplimiento consistente en la trasgresión de la buena fe o abuso de confianza, que constituye una actuación contraria a los especiales deberes de conducta que deben presidir la ejecución del contrato de trabajo -arts. 5 a) y 20.1 del ET (RCL 1995, 997)-, siendo el abuso de confianza una modalidad cualificada de la primera, consistente en el uso desviado de las facultades conferidas, con lesión o riesgo para los intereses de la empresa (SSTS de 26-2-91 [RJ 1991, 875] y 18-5-87 [RJ 1987, 3725]), pues la 153. AS 2003\1299. También la STSJ Valencia de 18 de Octubre de 2001 (JUR 2002\192477), STSJ Andalucía de 28 de Octubre de 2003 (AS 2003\3382).) 116 DespidoDisciplinario.indd 116 28/07/2008 11:56:10 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez esencia de este incumplimiento no está en el daño causado, sino en el quebranto de la buena fe depositada y de la lealtad debida, y no queda enervada por la inexistencia de perjuicios (SSTS 8 febrero 1991 [RJ 1991, 858] y 9 diciembre 1986 [RJ 1986, 7294]), siquiera en ocasiones haya sido considerada ésta como uno de los factores a ponderar en la valoración de la gravedad (STS de 30 octubre 1989 [RJ 1989, 7462]). A los efectos de valorar la gravedad y culpabilidad de la infracción pasan a un primer plano la categoría profesional, la responsabilidad del puesto desempeñado y la confianza depositada, agravándose la responsabilidad del personal directo (SSTS de 12 mayo 1988 [RJ 1988, 3615] y 19 diciembre 1989 [RJ 1989, 9250])”. También existen pronunciamientos favorables de la procedencia del despido en el supuesto de realización de determinadas inversiones sin autorización, la STSJ Madrid de 12 de Noviembre de 2003154; realización de diversos gastos sin justificar, la STSJ Canarias de 10 de Marzo de 2004155, y STSJ País Vasco de 13 de Febrero de 2001156, y la STSJ Valencia de 20 de Octubre de 2006157; acceso a documentación bancaria a la que no debería haber accedido, la STSJ Cataluña de 10 de 154. JUR 2003\95608. 155. JUR 2004\142118. 156. AS 2001\4334. 157. AS 2006\821. “también ha significado el Tribunal Supremo (por todas, sentencia de 18 de noviembre de 1991), en el ámbito de la actividad bancaria y mercantil y cuando se está a presencia de relaciones contractuales que implican la atribución de facultades directivas, ha de llevarse a sus más amplios extremos la exigibilidad de los deberes de buena fe, probidad, lealtad y diligencia, implicando su omisión o quebranto el incurso en un ilícito laboral que legitima la imposición de la máxima sanción en que el despido consiste”. 117 DespidoDisciplinario.indd 117 28/07/2008 11:56:10 El despido disciplinario Diciembre de 2003158, STSJ Castilla La Mancha de 8 de Enero de 2003159, acceso a correo electrónico de su superior. STSJ Castilla y Leon de 25 de Noviembre de 2003160, STSJ Cataluña de 22 de Julio de 2003161, STSJ Castilla y Leon de 11 de Junio de 2002162, - Apropiación de productos de la empresa. Existe trasgresión de la buena fe en el supuesto de apropiación por parte del trabajador de productos de la empresa. La STSJ Andalucía de 27 de Febrero de 2007163, analizó este supuesto y determinó que “debiendo el trabajador cumplir con las obligaciones anejas a su puesto de trabajo de conformidad a las reglas de la buena fe,arts. 5 a) y 20. 2 del ETy dicha trasgresión, constituye una actuación contraria a los especiales deberes de conducta que debe presidir la correcta ejecución del contrato; que la buena fe es consustancial al contrato de trabajo, pues su naturaleza 158. AS 2004\174. 159. AS 2003\2015. 160. AS 2004\435. 161. AS 2003\2992. 162. AS 2002\2213. 163. JUR 2007\126080. 118 DespidoDisciplinario.indd 118 28/07/2008 11:56:10 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez genera derechos y obligaciones recíprocos, que se traduce en una exigencia de comportamiento ético, acorde a una serie de valoraciones objetivas, que limita o condiciona el ejercicio de los derechos subjetivos, y que se concreta en valores que pueden traducirse por lealtad, honorabilidad, probidad y confianza; que la esencia de su incumplimiento no está en la causación de un daño, sino en el quebranto de los anteriores valores, por lo que a pesar de la inexistencia de perjuicio alguno a la empresa, a pesar de ser un elemento a considerar y ponderar en orden a su gravedad, no se enerva la trasgresión, para cuya consideración también deben valorarse las condiciones personales y profesionales del trabajador y la confianza depositada en el mismo; que tampoco es necesaria la concurrencia de dolo en la conducta entendida como conciencia y voluntad en su realización, pues basta que los hechos se produzcan de manera culposa, si la culpa es grave e inexcusable, para estimar cometida la infracción de la norma, siendo sentencias del Tribunal Supremo que expresan la anterior doctrina, las de 18 de mayo 1987, 30 de octubre 1989, 14 de febrero 1990 y 26 febrero 1991. En definitiva, que la relación laboral, genéricamente, pero también en unos casos mas que en otros, exige una confianza entre las partes que se quiebra por la realización de conductas que denotan engaño u ocultación, o malicia, en la medida en que hacen tambalear los cimientos de esa confianza y que la relación laboral, exige una confianza entre las partes que se quiebra por la realización de determinadas conductas y no cabe duda que es justificado y adecuado el despido del trabajador, al que se da toda clase de confianza en el desarrollo de su trabajo que realiza las acciones”. 119 DespidoDisciplinario.indd 119 28/07/2008 11:56:11 El despido disciplinario La posición mayoritaria es de la considerar la procedencia del despido en estos supuestos. Así, la STSJ Valencia de 29 de Marzo de 2007164, STSJ Murcia de 23 de Abril de 2007165, STSJ Andalucía de 6 de Junio de 2006166, STSJ Cataluña de 13 de Noviembre de 2003167, STSJ Cantabria de 24 de Enero de 2005168, que declaran procedente el despido. En sentido similar la STSJ Cataluña de 11 de Junio de 2002 169 , que determinó que “puede afirmarse con la Jurisprudencia que no cabía otra alternativa razonable que la expulsión de la trabajadora recurrida de la empresa, por haberse violado la necesaria lealtad y confianza que la relación laboral comporta y haberse roto la fidelidad que es elemento esencial de este contrato (SSTS 9 octubre 1985 [RJ 1985, 4695] y 12 mayo 1988). No debe olvidarse que existe una consolidada doctrina jurisprudencial (SSTS de 3 octubre 1988 [RJ 1988, 7503] y 17 septiembre 1990 [RJ 1990, 7014]) expresiva de que procede el despido en cuanto quede evidenciada una realidad claramente constitutiva de deslealtad para con la empresa y de quebrantamiento de la buena fe, que necesariamente ha de presidir, con reciprocidad, las relaciones empresa-trabajador porque sin tales 164. JUR 2007\234568. 165. JUR 2007\242319. 166. JUR 2007\40630. 167. JUR 2004\36269. 168. JUR 2005\47578. 169. AS 2002\2441. 120 DespidoDisciplinario.indd 120 28/07/2008 11:56:11 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez presupuestos la convivencia humana y profesional se haría absolutamente inviable, de tal modo que quebrantadas éstas y rota aquélla la relación laboral debe extinguirse, máxime cuando deben ser tenidos en cuenta, también, otros criterios como la peligrosidad de la conducta para la organización del trabajo y la necesidad estricta de prevenir comportamientos semejantes”. La misma respuesta debe darse en los cosas en los que no existe apropiación de bienes de la empresa, sino apropiación de efectivo. Como muestra de la posición favorable de la procedencia del despido pueden señalarse, la STSJ Valencia de 15 de Marzo de 2007170, STSJ Valencia de 20 de Junio de 2006171, STSJ Castilla y Leon de 18 de Septiembre de 2006172, STSJ Cataluña de 24 de Noviembre de 2004173, STSJ Andalucía de 22 de Mayo de 2003174, que declara procedente el despido. Tal y como hemos tenido ocasión de precisar, no exonera siquiera parcialmente de responsabilidad al trabajador la poca cuantía de lo defraudado, ni que el trabajador se ofrezca a devolver el valor de lo sustraído175. 170. JUR 2007\214968. 171. AS 2006\3451. 172. AS 2006\2994. 173. AS 2004\4036. 174. JUR 2003\254764. 175. STSJ Cataluña de 11 de Junio de 2002 (AS 2002\2441). 121 DespidoDisciplinario.indd 121 28/07/2008 11:56:11 El despido disciplinario - Realización de actividades durante la situación de IT. Como es sabido, el artículo 45.1.c) ET establece que el contrato de trabajo podrá suspenderse por la incapacidad temporal del trabajador. Durante esta suspensión, dado que se suspende la obligación de prestar trabajo y de remunerarlo, el trabajador percibirá el subsidio por incapacidad temporal, consistente “en un subsidio equivalente a un tanto por ciento sobre la base reguladora, que se fijará y se hará efectivo en los términos establecidos en esta Ley y en los Reglamentos generales para su desarrollo”, tal y como determina el artículo 129 de la Ley General de la Seguridad Social. Es relativamente frecuente que existan controversias durante la situación de Incapacidad Temporal del trabajador, que se producen cuando se tienen noticias que éste realiza actividades incompatibles con su situación, sean o no laborales. Se produce una gran controversia judicial, que trataremos de analizar a continuación. La fundamentación de la aplicación del poder disciplinario por trasgresión de la buena fe en estos supuestos de situación de incapacidad temporal dependerá del concreto supuesto de que se trate. 122 DespidoDisciplinario.indd 122 28/07/2008 11:56:11 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez En el caso de la realización de actividades no laborales durante la situación de Incapacidad Temporal que puedan afectar o incidir negativamente sobre la recuperación, se imputara al trabajador que mediante la realización de tales conductas se prolonga la situación de IT, con la repercusión negativa que produce éste hecho en la organización de la actividad empresarial. También la STSJ de Cataluña de 13 de Febrero de 2007176, que determina que “En relación con las actividades que el trabajador puede realizar durante la situación de Incapacidad Temporal, la doctrina jurisprudencia ha establecido dos categorías distintas: por un lado, aquellas que, por resultar incompatibles con el proceso patológico en que la baja laboral se ha fundado, evidencian la simulación del mismo y el propósito fraudulento con que su reconocimiento y efectos subsiguientes se han obtenido; y, por otro lado, aquellas que son incompatibles no con las disminuciones funcionales infligidas por los padecimientos indicados, sino con la eficacia de los tratamientos prescritos, retrasando o impidiendo el resultado de éstos y la recuperación del afectado con daño tanto de los intereses públicos del sistema de asistencial, como de los privados de su empleadora. Al respecto, es criterio jurisprudencial consolidado (así, las sentencias del Tribunal Supremo de 7 de julio de 1987 [RJ 1987, 5103] o 26 de enero de 1988 [RJ 1988, 55], entre otras) que “no toda actividad desarrollada durante la situación de incapacidad laboral 176. AS 2007\2162. 123 DespidoDisciplinario.indd 123 28/07/2008 11:56:11 El despido disciplinario transitoria (actualmente incapacidad temporal) puede calificarse como conducta desleal sancionable con el despido, sino sólo aquella que, dotada de suficiente gravedad e intencionalidad y a la vista de las circunstancias concurrentes, en especial la índole de la enfermedad y las características de la ocupación, sea susceptible de perturbar la curación del trabajador o evidencia la aptitud laboral de éste, con la consiguiente simulación en perjuicio de la empresa”. Por el contrario, si durante la situación de IT se llevan a cabo actuaciones que suponen la realización de una actividad laboral, sea por cuenta propia, o por cuenta ajena, nos encontraríamos con un fraude a la Seguridad Social y a la empresa, así como una repercusión negativa sobre la organización de la actividad empresarial. En ese sentido, la STSJ Aragón de 27 de Marzo de 2007177, que determina que “Siendo la incapacidad temporal una causa de suspensión del contrato que exonera de las recíprocas obligaciones de trabajar y remunerar (art. 45.2 ET), no implica, sin embargo, la desvinculación de otros deberes como pueda ser, de forma singular, el de buena fe. El fundamento de la calificación como procedente del despido, cuando el trabajador, en situación de incapacidad temporal, realiza trabajos por cuenta propia o ajena o actividades no laborales o de recreo, está en la apreciación de una conducta desleal dañosa para 177. AS 2007\2221. 124 DespidoDisciplinario.indd 124 28/07/2008 11:56:11 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez el empresario, privado de la prestación laboral durante la situación de baja en la empresa, pues la empresa, con la baja por enfermedad, ve afectada su organización y cotiza a la Seguridad Social sin contraprestación por parte del trabajador, al que además abona la prestación correspondiente desde los días cuarto a decimoquinto de la baja (art. 131.1 LGSS). La deslealtad del trabajador, con los consiguientes perjuicios económicos causados a la empresa y al sistema de Seguridad Social, justifica la decisión extintiva empresarial (STS 22 septiembre 1988 [RJ 1988, 7097]). Se entiende que el trabajador actúa de forma desleal porque la baja está encaminada a obtener su pronta recuperación en el plazo más breve posible y para ello debe seguir las prescripciones médicas, de modo que si no lo hace su conducta genera un perjuicio para el empresario, además de para la Seguridad Social, pues, si se trabaja durante la incapacidad temporal, se defrauda a la Seguridad Social al seguir abonando una prestación económica que centra su razón de ser en la imposibilidad de efectuar trabajo alguno. Con su actuar, el trabajador puede impedir su curación o prolongar la enfermedad y también abusa de la confianza depositada en él por la empresa que, naturalmente, ha de confiar en que el trabajador enfermo, tan pronto esté en condiciones de efectuar su trabajo, se reincorpore a su puesto y de esta forma no tiene que seguir abonando las cotizaciones a la Seguridad Social. Hay que considerar igualmente el perjuicio causado a otros trabajadores de la empresa, obligados a suplir el trabajo del que se encuentra de baja e incluso, al causado a toda la sociedad, porque quien así actúa se lucra de fondos públicos”. 125 DespidoDisciplinario.indd 125 28/07/2008 11:56:11 El despido disciplinario Así, como punto de partida, la STSJ Valencia de 14 de Enero de 2005178 determina que respecto de las “Conductas consistentes en la realización de trabajos o actividades durante el periodo de baja laboral, la jurisprudencia y esta propia Sala se ha manifestado de forma reiterada en el sentido de considerarlos contrarios a la buena fe contractual, además de un posible fraude a la Seguridad Social, siempre que dichos trabajos, sean por cuenta propia o ajena, tengan una cierta intensidad y puedan de algún modo afectar a la correcta curación del trabajador o evidencie la aptitud laboral de éste en perjuicio de la empresa (STS 22 de septiembre de 1.998). Ahora bien, también se ha señalado por la jurisprudencia que la situación de baja por incapacidad laboral, no siempre impide al trabajador llevar una vida normal o desarrollar actividades compatibles con el tratamiento médico, que no perjudiquen o retrasen su curación (STS 14 de febrero 1984). Por lo que no toda actividad desarrollada durante la situación de incapacidad temporal puede calificarse como conducta desleal sancionable con el despido, sino sólo aquélla que, dotada de suficiente gravedad e intencionalidad y a la vista de las circunstancias concurrentes, en especial, la índole de la enfermedad y las características de la ocupación, sea susceptible de perturbar la curación del trabajador o evidencie la aptitud laboral de éste, con la consiguiente simulación en perjuicio de la empresa (STS 29 de enero 1987 y 24 de julio de 1990)”. 178. JUR 2005\86715. También en el mismo sentido la STSJ Aragón de 27 de Marzo de 2007 (AS 2007\2221). 126 DespidoDisciplinario.indd 126 28/07/2008 11:56:11 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez Lógicamente, en el supuesto de realización de actividades no laborales que pueden ser compatibles con su dolencia, debe realizarse un estudio detallado teniendo en cuenta el caso concreto, para poder determinar así si con la realización de éstas se puede estar afectado a la recuperación. Podemos citar algunos supuestos en los que se consideró que no se estaba ante la trasgresión de la buena fe contractual: realización de tareas livianas durante una baja por lumbalgia179; asistencia a cursos formativos durante depresión previa recomendación facultativa180; participación en festejos taurinos durante baja por cervicalgia181; colaborar en un bardurante baja médica por contractura en el hombro182; arbitrar un partido de futbol durante baja por otitis183; En el supuesto de realización de actividades laborales, 179. STSJ Valencia de 14 de Enero de 2005 (JUR 2005\86715); STSJ Canarias de 2 de Febrero de 2007 (AS 2007\1732). 180. STSJ Aragón de 27 de Marzo de 2007 (AS 2007\2221). 181. STSJ Madrid de 24 de Octubre de 2006 (AS 2007\287). “Es pues evidente que el actor, durante el período de baja no ha realizado una actividad incompatible con su dolencia, ni ha perjudicado su curación, ya que dar unas carreras durante quince minutos el sexto día de su incapacidad, no presupone que estuviera curado, por cuanto es de todos conocido que un analgésico puede eliminar el dolor durante un determinado período de tiempo, no pudiéndose comparar una actividad física de tan corta duración con la realización de tareas igualmente físicas durante ocho horas, sin que, desde luego exista indicio alguno de que dichas carreras retrasaran el proceso de incapacidad y, en cuanto a la participación en el festejo del día 24 de septiembre, resulta claro que el actor en esa fecha si había ya superado su dolencia y así lo ratifica su médico cuando le da el alta al siguiente día hábil, alta preceptiva para su incorporación, de manera que no podía acudir a su puesto de trabajo directamente el mismo lunes, sino que previamente había de acudir a su médico para obtener el alta, lo que hizo”. 182. STSJ Galicia de 28 de Octubre de 2005 (AS 2006\31). 183. STSJ Cataluña de 11 de Enero de 2005 (AS 2005\635). 127 DespidoDisciplinario.indd 127 28/07/2008 11:56:11 El despido disciplinario sea por cuenta propia o ajena, la STSJ de Cataluña de 13 de Febrero de 2007184, realiza una revisión de la construcción jurisprudencial del Tribunal Supremo, determinando que “Así, como hemos declarado en otras ocasiones (Sentencias de la Sala de 29 de diciembre de 1995, 7 de octubre de 1996, 6 de julio de 1998 [AS 1998, 3457], 29 de septiembre de 1999, citadas en la de 21 de septiembre de 2000 [JUR 2000, 309120]), “frente a una doctrina restrictiva que entendía que toda actuación laboral en situación de baja era merecedora de despido por transgredir la buena fe contractual y romper el deber de lealtad del trabajador para con la empresa, se ha ido imponiendo un criterio menos rígido (según el cual) “no toda actividad desarrollada durante la situación de incapacidad temporal es sancionable con el despido sino aquélla que a la vista de las circunstancias concurrentes” es susceptible de perturbar la curación del trabajador o evidencie la aptitud laboral de éste con la consiguiente simulación en perjuicio de la empresa” (y en tal sentido se pronuncian las sentencias del Tribunal Supremo de 24 de julio de 1990 [RJ 1990, 6465] y de 14 de mayo del mismo año [RJ 1990, 4318] que por esta Sala se cita en la de 15 de febrero de 1994 [AS 1994, 574]). En precisión de la referida doctrina debe recordarse, no obstante, lo señalado por el Tribunal en su sentencia de 28 de enero de 1994 en la que se afirma como “la realización de trabajos en situación de baja por enfermedad o accidente, sean para terceros o por cuenta propia, retribuidos o no, son constitutivos de la infracción contractual tipificada (en el artículo 54-2-d) del Estatuto de los Trabajadores)” salvo en supuestos concretos en los que se trate de una terapia 184. AS 2007\2162. 128 DespidoDisciplinario.indd 128 28/07/2008 11:56:12 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez ocupacional compatible con las dolencias determinantes de la baja, si bien, añade, que acreditada “la realidad de un desempeño de funciones, es al actor al que incumbe la carga de acreditar aquella naturaleza de posible terapia ocupacional”. Se refleja en dichas resoluciones la reiterada doctrina del Tribunal Supremo, contenida entre otras en sentencias de 31 de mayo de 1986 (RJ 1986, 2763), 7 de julio de 1987 (RJ 1987, 5103), 3 y 12 de febrero de 1988 y 1 de julio de 1990, en las que se declara que ha de estimarse falta muy grave y culpable el quehacer del trabajador fuera de la empresa en situación de Incapacidad temporal”. Podemos citar algunos supuestos en los que se declaró la existencia de trasgresión de buena fe contractual: contusión en la muñeca y realización de tareas propias de su categoría en el bar de un amigo, a pesar de que no conste si hubo remuneración o no185; repartir publicidad y realizar visitas para otra entidad con actividad coincidente con su empleador durante período de baja por dolencia coronaria186; realizar visitas ofreciendo seguros de su propia agencia de seguros187; realizar actividades de desbrozado en altura de tres metros188; psicólogo que durante baja médica recibe pacientes en su consulta privada189; actuar como Director de su propia empresa durante baja por depresión190; 185. STSJ Valencia de 18 de Octubre de 2005 (JUR 2006\136757). 186. STSJ País Vasco de 25 de Octubre de 2005 (JUR 2006\81054). 187. STSJ de Cataluña de 13 de Febrero de 2007 (AS 2007\2162). 188. STSJ Cantabria de 30 de Octubre de 2006 (AS 2006\3527). 189. STSJ Galicia de 29 de Septiembre de 2005 (AS 2006\815). 190. STSJ Cataluña de 23 de Octubre de 2006 (AS 2007\1398). 129 DespidoDisciplinario.indd 129 28/07/2008 11:56:12 El despido disciplinario Se trasgrediría la buena fe contractual, aunque el trabajo realizado no fuese remunerado191. - Competencia desleal. El artículo 5.d) ET establece como deber del trabajador, el no concurrir con la actividad de la empresa en los términos fijados en la Ley. Por su parte, el artículo 21.1 ET establece que no podrá efectuarse la prestación laboral de un trabajador para diversos empresarios cuando se estime concurrencia desleal, o cuando exista un pacto de plena dedicación, percibiendo el trabajador compensación económica por dicho pacto. Para determinar el concepto de competencia desleal, debemos acudir a la interpretación judicial. Así, podemos indicar la STSJ de Madrid de 9 de Enero de 2007192, que determina que “Se entiende que constituye competencia desleal la actividad consistente en realizar tareas laborales de la misma naturaleza o rama de producción de las que está ejecutando en virtud del contrato de trabajo sin consentimiento del empresario (STS de 26 de enero de 1988 [RJ 1988, 54]). En la STS de 22-10-1990, recurso núm. 495/90 (RJ 1990, 7707)), se señala que “la concurrencia se da sin duda, cuando se despliega una actividad 191. STSJ Galicia de 29 de Septiembre de 2005 (AS 2006\815). 192. JUR 2007\160712. 130 DespidoDisciplinario.indd 130 28/07/2008 11:56:12 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez productiva en empresa distinta y que tiene el mismo objeto que la que padece la competencia, pues en una economía de mercado libre concurren y compiten todas las empresas que se dedican a un mismo objeto de un mismo ámbito” requiriéndose que “la concurrencia sea desleal para que signifique el quebranto de un deber básico del trabajador, art. 21.1, en relación con el art. 5.d) ET (RCL 1995, 997) ambos. La prohibición de concurrencia, cuando no media pacto de plena dedicación, no permite entender que proscriba situaciones de pluriempleo, pues éstas, en principio, han de ser consideradas lícitas, como también lo es la realización de otras actividades por cuenta propia (STS de 29 de marzo de 1990 [RJ 1990, 2367]). No toda actividad adicional es concurrencia desleal, pero sí lo es aquella en la que el trabajador puede desviar clientela, o aprovechar conocimientos adquiridos en la empresa a la que hace competencia, o prevalerse de la información que ha podido proporcionar o proporciona la presencia en el interior de ésta (STS 21 de marzo de 1990 [RJ 1990, 2203])”. También la STSJ Valencia de 18 de Octubre de 2005193 “Por tanto la excesiva amplitud del termino de competencia desleal viene delimitada por la relevancia de las circunstancias concurrentes y la ocultación o falta de consentimiento del empleador, como circunstancias individualizadas que deben analizarse en cada caso, según puso de relieve el Tribunal Supremo en sentencias, entre otras, de 7 marzo de 1990 y 22 de marzo de 1991. En una mayor concreción de la conducta la 193. AS 2006\842. 131 DespidoDisciplinario.indd 131 28/07/2008 11:56:12 El despido disciplinario sentencia de 8 de marzo de 1991 ( RJ 1991, 1840) señala que «la concurrencia implica una actividad económica o profesional en satisfacción de un interés privado, por parte del trabajador, que entra en competencia económica con el empresario por incidir en un mismo ámbito de mercado en el que se disputa un mismo potencial de clientes»”. En el mismo sentido, la STSJ Valencia de 28 de Marzo de 2006194, que establece que “Como ha señalado esta Sala en la sentencia núm. 1088/04 de 7 de abril (AS 2004, 3820): «...el art. 5. d) del ET (RCL 1995, 997) señala como uno de los deberes básicos del trabajador no concurrir en la actividad de la empresa en los términos fijados en esta Ley, determinación que hace el art. 21.1 al establecer que no podrá efectuarse la prestación laboral de un trabajador para diversos empresarios, cuando se estime concurrencia desleal, entendiéndose por tal la actividad del trabajador, encaminada a realizar tareas de la misma naturaleza o rama de producción de las que está ejecutando en virtud del contrato de trabajo, sin consentimiento de su empresario y siempre que se le cause un perjuicio real o potencial, por lo que dicha prohibición de no concurrencia, está subordinada a los límites que establece el referido precepto, ya que no basta con que exista concurrencia en la misma actividad sino que además es necesario que la misma sea desleal, para cuya determinación, es preciso atender a los elementos objetivos del relato histórico, ya que lo que se juzga es si la actividad en la otra empresa, del 194. JUR 2007\160712. 132 DespidoDisciplinario.indd 132 28/07/2008 11:56:12 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez trabajador, revela una infidelidad en el servicio que presta al demandado o si la base de su actuación son los conocimientos obtenidos en su trabajo en éste último; si esto no es así, no se produce quebranto del principio de la buena fe, elemento básico de la contratación y necesario para que pueda prosperar el despido decretado, siendo doctrina del Tribunal Supremo que en caso de pluriempleo, figura admitida, salvo en concurrencia desleal o el pacto de plena dedicación, ha de acreditarse, la falta de fidelidad ya dicha en el cumplimiento de las obligaciones impuestas, para que se estime un ejercicio abusivo de aquél, STS de 22 octubre 1990 (RJ 1990, 7707); la misma Sala 4ª, al valorar la concurrencia desleal como quebranto de la buena fe contractual, exige que la concurrencia, aunque no haya originado un perjuicio objetivado, sí que la actividad del trabajador incida en el ámbito de mercado de la empresa, significando una auténtica competencia, y ésta se valora como desleal, porque la perfección profesional que el trabajador adquirió en su relación laboral, es utilizada en contra de su principal. […] Por otro lado, la excesiva amplitud del término de “competencia desleal” viene delimitada por la relevancia de las circunstancias concurrentes y la ocultación o falta de consentimiento del empleador, como circunstancias individualizadas que deben analizarse en cada caso, según puso de relieve el Tribunal Supremo en sentencias, entre otras, de 7 marzo de 1990 (RJ 1990, 1773) y 22 de marzo de 1991 (RJ 1991, 1889). En una mayor concreción de la conducta, la sentencia de 8 de marzo de 1991 (RJ 1991, 1840) señala que “la concurrencia implica una actividad económica o profesional en satisfacción de un interés privado, por parte del trabajador, que entra en competencia económica con el empresario por incidir en un mismo 133 DespidoDisciplinario.indd 133 28/07/2008 11:56:12 El despido disciplinario ámbito de mercado en el que se disputa un mismo potencial de clientes”. Y así como afirma la STS de 22-10-90 (RJ 1990, 7707) no basta que la concurrencia se produzca en la misma actividad, siendo necesario que la misma además sea desleal, y que se produzca perjuicio para el empresario (STS 19-10-88 [RJ 1988, 8117]). Resumiendo las ideas y principios existentes en estos pronunciamientos, para la existencia de competencia desleal es necesario que concurran tres elementos materiales195: 1°) la existencia por parte del trabajador de una actividad económica en satisfacción de su propio interés y en competencia con la de la empresa por desarrollarse ambas dentro del mismo ámbito mercantil. 2°) la utilización de la experiencia y perfeccionamiento profesional adquiridos en la empresa en beneficio propio. 3°) que tal utilización redunde en demérito o perjuicio para los intereses de dicha empresa. Asimismo, junto a esta actuación material a la que hemos hecho referencia, también exigirá un elemento subjetivo, consistente, como determina la STSJ Aragón de 22 de Febrero de 2006196, 195. STSJ Canarias de 21 de Octubre de 2005 (AS 2005\2814). 196. AS 2006\1594. También la STSJ Baleares de 16 de Noviembre de 2006 (JUR 2007\14555), 134 DespidoDisciplinario.indd 134 28/07/2008 11:56:12 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez “la plena conciencia de que la conducta afecta al elemento espiritual del contrato y a los deberes éticos, rompiendo, su práctica, las reglas éticas y hombría de bien al postergar el interés de la empresa a la que está ligado -en el caso litigioso percibe de la misma no sólo la comisión, sino el salario correspondiente a la categoría laboral ordinaria de vendedor- por el afán personal de obtener beneficios ampliando y traspasando, unilateralmente, la órbita de su debida actuación profesional. Elemento intencional de la acción desleal respecto de la empresa -que remunera su trabajo y le facilita medios, que luego utiliza en propio provecho y en perjuicio del empleador que, igualmente resalta, entre otras, la citada sentencia de 15 de julio de 1987 ( RJ 1987, 5389)”. En idéntica posición la STSJ País Vasco de 20 de Mayo de 2005197, “El elemento esencial de ese incumplimiento no está en el daño efectivamente producido, sino en la actitud intencional del trabajador realizando una conducta que, en la búsqueda del beneficio propio, no le importa lesionar los intereses del empresario. Repárese en que la clave de la trasgresión no radica en el hecho mismo de trabajar para la competencia directa, sino en hacerlo sin consentimiento del empresario. Fácil es advertir la razón de ser de ese deber: se trata de evitar que el trabajador ayude al competidor adversario de su empresario sin el beneplácito de éste o compita directamente con él. Ayuda que objetivamente se da por el simple hecho de la prestación de sus servicios a aquél, 197. AS 2005\2610. 135 DespidoDisciplinario.indd 135 28/07/2008 11:56:12 El despido disciplinario aunque se haga trabajando impecablemente para su empresario y respetando el deber de confidencialidad que también tiene con éste; además, de esa forma se reducen las posibilidades de que éste último se quebrante en una situación que, desde luego, se revela proclive a su vulneración, o que se presten los servicios en forma interesada para beneficio del competidor”. Estimando la existencia de competencia desleal en supuestos concretos de actuación por parte del trabajador, podemos señalar, entre otros, la prestación de servicios en sociedad familiar realizando la misma actividad que en su empresa198; la realización de tareas de intermediación para otra empresa de actividad similar a la empleadora199; la constitución de una sociedad mercantil con el mismo objeto social que aquella para la que presta servicios200; la desviación de clientes a una sociedad ajena para la que prestaba servicios, con el mismo objeto social que la empleadora201; la realización de actividad similar mediante un negocio por cuenta propia202; la realización de actividad similar a la de la empresa, y en ocasiones, para la misma clientela203, etc. 198. STSJ Madrid de 26 de Septiembre de 2006 (AS 2006\3166), STSJ País Vasco de 20 de Mayo de 2005 (AS 2005\2610), STSJ Asturias de 11 de Marzo de 2005 (JUR 2005\217879), 199. STSJ Aragón de 26 de Febrero de 2006 (AS 2006\1594), STSJ Canarias de 2 de Mayo de 2006 (JUR 2006\195894), 200. STSJ Cataluña de 4 de Abril de 2006 (AS 2006\2703), STSJ País Vasco de 20 de Mayo de 2005 (AS 2005\2610), 201. STSJ Baleares de 6 de Marzo de 2006 (AS 2006\1882), 202. STSJ Canarias de 21 de Octubre de 2005 (AS 2005\2814), STSJ Valencia de 29 de Septiembre de 2005 (AS 2005\3219), 203. STSJ Extremadura de 4 de Noviembre de 2005 (AS 2005\2986), STSJ Andalu- 136 DespidoDisciplinario.indd 136 28/07/2008 11:56:12 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez En sentido negativo, esto es, considerando que no existiría un supuesto de competencia desleal, podemos citar, la realización de una actividad similar con conocimiento de la empresa204; la realización de actividades del mismo sector, pero no coincidentes con las efectuadas para la empresa205; la inexistencia de perjuicio para la empresa empleadora206; Señalar que la competencia desleal existiría sólo desde que esta se lleva a cabo, no pudiendo serle equiparadas las actuaciones de los trabajadores previas a dicha concurrencia con la empresa. En este sentido, la STSJ de Madrid de 9 de Enero de 2007207, que establece que no existe competencia desleal en la actividad de estudio y preparación de una sociedad formada por los trabajadores para realizar una actividad similar a la realizada en la anterior empresa. Así, cía de 30 de Enero de 2004 (AS 2004\1316), STSJ Murcia de 11 de Julio de 2005 (JUR 2005\221003), 204. STSJ Canarias de 21 de Diciembre de 2006 (JUR 2006\55967), STSJ Valencia de 29 de Mayo de 2003 (AS 2004\1258), STSJ Aragón de 5 de Febrero de 2003 (JUR 2003\72601). 205. STSJ Baleares de 16 de Noviembre de 2006 (JUR 2007\14555), STSJ Madrid de 23 de Mayo de 2007 (JUR 2007\252848), 206. STSJ Castilla y Leon de 28 de Febrero de 2005 (JUR 2005\90779), 207. JUR 2007\160712. Sin embargo, tal actuación sería ilícita, según la STSJ Aragón de 22 de Febrero de 2006 (AS 2006\1594), que cita diversas Sentencias del Tribunal Supremo, indicando que “como sienta la sentencia de esta Sala de 12 de junio de 1988 ( RJ 1988, 5806) , la conducta desleal -que configura la trasgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza del art. 54.2d) del Estatutario- “no requiere la existencia de un perjuicio real, bastando que sea potencia”, llegando incluso a “adelantarse” su consumación por los meros actos de preparación, en la sentencia de esta Sala de 7 de octubre de 1987 ( RJ 1987, 6855) , que afirma existir “un principio de ejecución”, dotado de intencionalidad suficiente, a efectos de establecer una acción contraria a la prohibición del art. 21.1 del Estatuto... con lo que queda patente la realización de actos “preparatorios” de una competencia desleal».” También contrario a la misma, la STSJ Andalucía de 2 de Febrero de 2004 (JUR 2005\74950). 137 DespidoDisciplinario.indd 137 28/07/2008 11:56:13 El despido disciplinario “La STS de 17 de mayo de 1991, recurso núm. 1219/90 (RJ 1991, 3916)), no apreció infracción del deber de buena fe contractual en la conducta de un trabajador que proyectaba crear una empresa junto con otros compañeros de trabajo, porque los hechos probados indicaban únicamente que “ideó e inició negociaciones” con otros trabajadores de la empresa para “instalarse por su cuenta”, y para “formar una nueva sociedad”, si bien tales proyectos “no tuvieron materialización real alguna”. La concurrencia desleal cae de su peso porque el establecimiento por cuenta propia no llegó a concretarse. En cuanto a la deslealtad hacía la empresa en la que trabajaba por la concepción e iniciación de gestiones para la creación de otra empresa, tampoco cabe apreciarla en las circunstancias del caso. La lealtad a la empresa obliga al empleado, entre otras cosas, a no aprovecharse indebidamente de su reputación o esfuerzo; a no beneficiarse de forma ilícita con la información sobre productos, procesos y clientes que pueda proporcionar la pertenencia a la misma; y a mantenerla informada de manera puntual de las propias actividades profesionales que puedan afectar a sus intereses. Pero ese deber de lealtad no puede inhibir la propia libertad profesional y de trabajo del trabajador, ni puede exigir una noticia inmediata y detallada de lo que es un mero proyecto, cuya viabilidad o realización están en estudio”. - Deslealtad. Es una variante de la trasgresión de la buena fe contractual, e implica siempre una conducta totalmente contraria a la que habitualmente ha de observar el trabajador 138 DespidoDisciplinario.indd 138 28/07/2008 11:56:13 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez respecto de la empresa como consecuencia del postulado de fidelidad208. Para que exista deslealtad, es requisito básico que el trabajador cometa el acto con plena conciencia de que su conducta afecta al elemento espiritual del contrato, consistiendo dicha deslealtad en la eliminación voluntaria de los valores éticos que deben inspirar al trabajador en el cumplimiento de los deberes básicos que el nexo laboral le impone. También consiste en usar con exceso el empleado de la confianza que ha recibido de la empresa, en razón del cargo que desempeña, rebasando los límites que el cargo ostentado tiene por su propia naturaleza y ello en provecho propio o en el de un tercero, que no sea, naturalmente, acreedor directo de las prestaciones empresariales. En este sentido, dichos deberes de fidelidad y lealtad, si deben ser cumplidos por cualquier trabajador lo deben ser con mayor escrupulosidad y rigor por quienes ejercen cargos de suma confianza, dada su categoría profesional en la empresa a que pertenecen, máxime cuando se trata de persona que desempeña en la empresa cargos de confianza y relevante categoría, con intervención decisiva en las operaciones de la misma209. La deslealtad se entiende cometida aunque no se acredite la existencia de lucro personal, ni haber causado daños a la 208. STS de 26 de enero de 1987 (RJ 1987\130). 209. STS de 25 de febrero de 1984 (RJ 1984\921). 139 DespidoDisciplinario.indd 139 28/07/2008 11:56:13 El despido disciplinario empresa y con independencia de la mayor o menor cuantía de lo defraudado, pues basta para ello el quebrantamiento de los deberes de fidelidad y lealtad implícitos en toda relación laboral, porque el daño o perjuicio patrimonial causado a la empresa es uno de los factores considerables en la ponderación del requisito de gravedad de la misma, requisito exigible en la aplicación del artículo 54.2.d) del Estatuto de los Trabajadores, por el juego de la interpretación sistemática, que obliga a tener en cuenta en esta causa de despido la cláusula general del artículo 54.1 pero no es el único elemento a tener en cuenta para establecer el alcance disciplinario del incumplimiento del trabajador, pues pueden jugar otros criterios, como la situación de riesgo creada, la concurrencia de abuso de confianza en el desempeño del trabajo o el efecto pernicioso para la organización productiva210. Como supuestos de existencia de deslealtad, podemos señalar la STSJ Asturias de 19 de Marzo de 2004211, que analiza el supuesto de un trabajador que se queda en prenda informes y documentos internos porque se le adeudan salarios; la STSJ Valencia de 15 de Mayo de 2003212, referente a un contable que va a ser despedido y que retiene documentos de la contabilidad de la empresa. 6. Disminución continuada y voluntaria del rendimiento normal o pactado 210. SSTS de 30 de octubre de 1989 (RJ 1989\7462) y 26 de febrero de 1991 (RJ 1991\875). 211. JUR 2004\127828. 212. JUR 2004\115408. 140 DespidoDisciplinario.indd 140 28/07/2008 11:56:13 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez A) Introducción Otra de las causas del despido disciplinario es la disminución continuada y voluntaria del rendimiento debido. Se trata de una causa que se justifica fundamentalmente en el hecho de que el contrato de trabajo implica no sólo un mero intercambio de trabajo por salario, sino que además, esa prestación de trabajo debe ser productiva para el empresario, o dicho de otra manera, debe generar una utilidad para el empresario, obteniendo un resultado de esa prestación de trabajo. Esto supone que el trabajador no sólo debe prestar su trabajo, sino que a través del mismo ha de alcanzar un determinado rendimiento. En este sentido se manifiesta la propia jurisprudencia laboral: “En efecto el trabajador no debe -o no sólo- un tiempo de trabajo, sino un trabajo prestado en un cierto tiempo, en una determinada cantidad o a un determinado nivel de rendimiento -bien el acostumbrado, o normal, bien el pactado si las partes expresamente lo hubieran fijado-”213. Por lo tanto, el rendimiento es una obligación del trabajador que forma parte de la relación contractual, de manera que su incumplimiento, si es voluntario y tiene la intensidad suficiente, puede justificar la extinción del contrato de trabajo: 213. STSJ del País Vasco, de 4 de abril de 2006, AS 2006\1782. 141 DespidoDisciplinario.indd 141 28/07/2008 11:56:13 El despido disciplinario “La obligación y el compromiso prestacional del trabajador, es su normal actividad en los quehaceres que le están encomendados; la disminución voluntaria en los mismos, para que sea sancionada disciplinariamente con la grave sanción de la resolución contractual, ha de ser continuada, no incardinándose comportamiento aislado; y los parámetros a valorar son los referidos a la tarea normal o pactada, equilibrio que se debe tener esencialmente por comparación con los resultados obtenidos por los compañeros de trabajo de similar cualificación y clasificación profesional”214. Desde este punto de vista, la obtención del rendimiento formaría parte de la exigencia de diligencia que recae sobre el trabajador, pues la primera expresión del deber de diligencia del trabajador es, justamente, la obtención de un resultado derivado de la prestación de trabajo, para que obtenga así el empresario la rentabilidad del trabajo215. A tenor del art. 54.2 ET esta causa de despido se configura como la extinción por un incumplimiento del trabajador que consiste en la disminución continuada y voluntaria del rendimiento normal o pactado. Desde este punto de vista es necesario que concurran diferentes requisitos para que pueda 214. STSJ de Murcia, de 9 de septiembre de 2003, JUR 2003\269404. 215. En este sentido podemos citar a AGUILERA IZQUIERDO, R.: “Las causas de despido disciplinario y su valoración por la jurisprudencia”, Aranzadi, Pamplona 1997, página 276; o BIDON VIGIL DE QUIÑONES, I.: “El despido disciplinario y sus causas. Análisis de la jurisprudencia”, Comares, Granada 2001, página 356; ORTIZ LALLANA, M.C.: “Causa, forma y efectos del despido disciplinario (en torno a los artículos 54 y 55)”, Revista Española de Derecho del Trabajo nº 100, página 1136; y PEÑA OBIOL, S. y ALFONSO MELLADO, C.L.: “La disminución del rendimiento como causa de despido disciplinario”, Tribuna Social nº 80-81, página 30. 142 DespidoDisciplinario.indd 142 28/07/2008 11:56:13 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez producirse el despido: es necesario que haya una disminución en el rendimiento del trabajador, esto supone que el empresario debe comparar el rendimiento actual del trabajador con el anterior, y de dicha comparación debe deducirse que se ha producido una disminución en el rendimiento del trabajador. Pero, además, ese rendimiento ha de tener cierta entidad, pues no toda disminución supone un incumplimiento grave de las obligaciones asumidas por el trabajador; esto supone que la disminución del rendimiento ha de ser grave. De otro lado ha de ser una disminución culpable, culpabilidad que se plasma fundamentalmente en la voluntariedad en la conducta de disminuir el rendimiento. Una advertencia debemos hacer antes de seguir adelante: el rendimiento al que hace referencia el Estatuto de los Trabajadores puede plasmarse tanto cuantitativo como cualitativo. Es decir, la disminución del rendimiento que puede ser sancionada por el empresario puede referirse tanto a situaciones en las que el trabajador mantenga un rendimiento cuantitativamente inferior al normal o pactado con el empresario (esta sería la situación ordinaria), como a supuestos en los que la disminución se refiere a aspectos de carácter cualitativo en el resultado de la prestación de trabajo. No en vano, tal como señala MONTOYA MELGAR, “la diligencia comprende tanto un aspecto cuantitativo como otro de carácter cualitativo”216. En este sentido podemos mencionar lo dispuesto por la STSJ de Andalucía de 19 de febrero de 1999217: 216. “Derecho del Trabajo”, Tecnos, Madrid 2002, página 322. 217. AS 5720. 143 DespidoDisciplinario.indd 143 28/07/2008 11:56:13 El despido disciplinario “(…) se desprende que la conducta del demandante –consistente en observar desde su incorporación al centro de trabajo del polideportivo La Paz una disminución tanto de la cantidad, como de la calidad en el trabajo, fijado en aquélla por el encargado de la obra en un porcentaje del 55 ó 65%, al cifrar el trabajo de los demás trabajadores en un 95% y el del actor en un 30 ó 40% y, respecto a la calidad, al tener que ser rehecho el trabajo en ocasiones por otros trabajadores, por no reunir el del actor los mínimos requisitos de aceptabilidad”. B) Disminución del rendimiento del trabajador: la necesidad de comparación homogénea del rendimiento La base de esta causa de despido es, evidentemente, que exista una disminución del rendimiento del trabajador. Ni que decir tiene que esa disminución ha de ser real, y para que así sea, es imprescindible que el rendimiento actual presente una reducción respecto del rendimiento anterior, sólo así habrá una efectiva disminución del rendimiento. Esto supone que es necesario que podamos constatar que con anterioridad el trabajador había mantenido un rendimiento X, que en estos momentos no se alcanza siendo inferior a dicho rendimiento. Dicho de otra manera, para que esta causa de despido funcione realmente, es imprescindible que el empresario demuestre que el trabajador, respecto del rendimiento anterior (o respecto del rendimiento fijado por acuerdo, o el normal de otros trabajadores), presenta uno inferior en la actualidad. Para ello es absolutamente imprescindible que el empresario realice una comparación entre ambos rendimientos (pasado y presente); como es lógico, ello requiere que el empresario conozca o pue- 144 DespidoDisciplinario.indd 144 28/07/2008 11:56:13 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez da conocer ambos elementos o términos de la comparación, (el rendimiento actual del trabajador y el rendimiento normal o pactado). En este sentido se viene exigiendo por parte de la jurisprudencia, la necesidad de que el empresario acuda a esta comparación, de manera que si se elude, no cabe más remedio que entender que no existe justa causa de extinción del contrato de trabajo, así la STS de 21 de febrero de 1990218, a tenor de la cual es “muy difícil hablar de bajo rendimiento, o de disminución del rendimiento si falta el aludido elemento comparativo, dado que la jurisprudencia, muy casuística sobre este particular, ha utilizado a veces un criterio objetivo, basado en la costumbre, o en el rendimiento logrado por los trabajadores que realizan la misma actividad, o, en otros términos, el rendimiento del trabajador medio de la profesión, o un criterio subjetivo, que atendería al rendimiento anterior del propio trabajador, cualquiera de cuyos criterios exige en definitiva ese término comparativo”. A partir de aquí se plantean una serie de consecuencias que tienen bastante importancia desde la posición empresarial. Así, en primer lugar, ha de ser el empresario el que pruebe cuál es el rendimiento normal o pactado, para, a continuación, compararlo con el rendimiento actual del trabajador; es decir, es evidente que la carga de la prueba de los términos de esta 218. RJ 1128. 145 DespidoDisciplinario.indd 145 28/07/2008 11:56:13 El despido disciplinario comparación corresponden ineludiblemente al empresario, siendo una consecuencia lógica del lo dispuesto por el art. 105 LPL219. De otro lado, hemos de tener en cuenta que la comparación ha de realizarse entre el rendimiento actual del trabajador y el rendimiento normal o pactado. A continuación analizaremos el significado de ambos elementos, lo que nos interesa poner ahora de manifiesto es que la comparación que con ellos ha de hacerse del rendimiento actual del trabajador, ha de realizarse en términos homogéneos; es decir, los rendimientos (el actual del trabajador y el normal o pactado) han de haberse producido bajo circunstancias y situaciones suficientemente homogéneas para que puedan ser realmente comparables: el hecho de que las circunstancias en que se producen estos rendimientos sean totalmente dispares invalida absolutamente la comparación, haciéndola inviable y, por tanto, no habiendo justa causa de despido. En este sentido podemos citar, por ejemplo la STSJ de Madrid de 27 de marzo de 2006220, en la que se planteaba la comparación entre rendimientos no homogéneos, pues se trata de comparar el rendimiento actual, con una jornada reducida, con rendimientos anteriores del mismo trabajador o rendimiento de otros trabajadores con jornada a tiempo completo: 219. En este sentido, GORELLI HERNÁNDEZ, J.: “Disminución continuada y voluntaria en el rendimiento normal o pactado”, en AA.VV., “El despido. Análisis y aplicación práctica”, Tecnos, Madrid 2004, página 117. 220. AS 2006\1334. 146 DespidoDisciplinario.indd 146 28/07/2008 11:56:14 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez “A mayor abundamiento, interesa a la Sala significar que para la valoración de una eventual disminución continuada y voluntaria en el rendimiento de trabajo normal, tal y como el que es objeto de imputación en la notificación extintiva de fecha 18/04/05, en los términos, que al efecto se reproducen en el Hecho Probado Décimo, se han de ofrecer unos parámetros de comparación, que permitan valorar adecuadamente el elemento objetivo en la disminución del rendimiento que se le imputa al trabajador, lo que no acontece en las presentes actuaciones, por cuanto no se ha aportado por la mercantil Randstad Empleo Empresa de Trabajo Temporal, y le incumbe su prueba «ex» artículo 217.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, ningún término de comparación, no siendo válido el rendimiento del trabajador anterior al efectivo disfrute del trabajador de un reducción de jornada por cuidado de hijos, ni el rendimiento de su compañero de departamento, el Sr. Lázaro, pues este realizaba una jornada ordinaria de ocho hora diarias”. En idéntico sentido a la anterior la STSJ de Madrid de 5 de octubre de 2005221, donde se compara el rendimiento de una trabajadora a tiempo completo, cuando la reducción se produce en períodos en los que la trabajadora ha estado de baja por incapacidad temporal y con reducción de jornada por cuidado de hijos. También la STSJ de Castilla y León de 4 de abril de 2003222, que menciona expresamente la necesidad de que, 221. AS 2005\2776. 222. AS 2003\1111. 147 DespidoDisciplinario.indd 147 28/07/2008 11:56:14 El despido disciplinario “La disminución del rendimiento constatada a través de un elemento de comparación, dentro de condiciones homogéneas (…)” De otro lado, debemos tener en cuenta que la disminución de rendimiento como causa de despido presenta un problema derivado de esa necesidad de comparar los rendimientos normal o pactado con el rendimiento actual del trabajador: la necesidad de que el rendimiento se pueda medir, o al menos haya parámetros objetivos que permitan mensurar dichos rendimientos. Lógicamente el problema se va a producir en aquellos casos en los que el rendimiento resulta difícil de determinar. En otros casos el problema se plantea por el hecho de que el rendimiento del trabajador presenta importantes problemas para individualizarse, pues la organización de trabajo implica la participación de diferentes trabajadores, de manera que es complejo determinar cuando la disminución del rendimiento se debe a una actuación culpable del trabajador. En estos casos es evidente la dificultad que tiene el empresario para poder acudir a esta causa de despido. Normalmente ante este tipo de situaciones lo más aconsejable es acudir al despido por falta de buena fe para sancionar conductas del trabajador que pueden resultar evidentes para el empresario, pero que difícilmente pueden objetivarse por no existir mecanismos de medición, o por depender el rendimiento final de la intervención de distintos trabajadores223. 223. En este sentido AGUILERA IZQUIERDO, R.: Op. cit., página 280. 148 DespidoDisciplinario.indd 148 28/07/2008 11:56:14 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez C) Criterios de determinación del rendimiento Una vez que hemos señalado la necesidad de realizar una comparación entre diferentes rendimientos, debemos tener en cuenta que hay una cuestión de especial importancia: la relativa a los criterios de determinación del rendimiento. Dicho de otra manera, debemos señalar cuales son los criterios que debemos utilizar para constatar que se ha producido una disminución del rendimiento por parte del trabajador. Al respecto hemos de señalar que es el ordenamiento quien de manera directa establece estos criterios: el propio art. 54.2 e) ET señala que ha de ser una disminución respecto del rendimiento normal o pactado. Se plantean así dos alternativas diferentes, el rendimiento normal y el rendimiento pactado. Analicemos ambas posibilidades. En cuanto al rendimiento normal, es evidente que, tal como hemos señalado, es el propio legislador quien ha establecido este criterio; ahora bien, no ha delimitado qué debemos entender por ese rendimiento normal. Al respecto la propia jurisprudencia ha venido señalando que caben dos interpretaciones posibles a ese rendimiento normal. En primer lugar, entenderlo desde una perspectiva subjetiva; es decir, el rendimiento del propio trabajador. Como debemos comparar el rendimiento normal con el rendimiento actual del trabajador, es evidente que ese rendimiento normal interpretado en base al criterio subjetivo, se refiere al rendimiento anterior del propio trabajador. De otro lado, también cabe interpretar ese rendimiento normal desde un punto de vista de carácter objetivo. En 149 DespidoDisciplinario.indd 149 28/07/2008 11:56:14 El despido disciplinario este caso nos estamos refiriendo a comparar el rendimiento actual del trabajador con el rendimiento de otros trabajadores en puestos de trabajo de similares características que las del trabajador y, lógicamente, cuando la prestación de trabajo (tal como hemos señalado antes) sea homogénea. En definitiva, se trata de comparar el rendimiento del trabajador con el rendimiento medio de trabajadores que desarrollen sus mismas funciones. Respecto de estos dos criterios de fijación del rendimiento normal es posible detectar distintas resoluciones judiciales; sirva, a modo de ejemplo, la referencia a alguna de ellas. Así, las SSTSJ de Valencia de 21 de abril de 2005, 15 de mayo de 2004, AS 2004\1428, o de 28 de mayo de 2004, JUR 2004\115593, cuya literalidad establece: “A este respecto existen dos criterios para su determinación: el subjetivo y el objetivo, y que mientras el primero aprecia el concreto rendimiento personal alcanzado en un momento dado, el segundo permite la comparación con parámetros prefijados o con el trabajo desarrollado por otros trabajadores siempre que se trate de operarios de la misma empresa en iguales circunstancias y condiciones de trabajo”. Se trata de resoluciones que no hacen sino reiterar lo dispuesto en este mismo sentido por el Tribunal Supremo que ha establecido que la jurisprudencia, “ha utilizado a veces un criterio objetivo, basado en la costumbre, o en el rendimiento logrado por los trabaja- 150 DespidoDisciplinario.indd 150 28/07/2008 11:56:14 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez dores que realizan la misma actividad, o, en otros términos, el rendimiento del trabajador medio de la profesión, o un criterio subjetivo, que atendería al rendimiento anterior del propio trabajador”. Si hay dos interpretaciones distintas de lo que debemos entender por rendimiento normal, surge una cuestión de interés: ¿cuál de los dos criterios debe ser utilizado?; o dicho de otra manera, ¿hay alguna preferencia para la utilización de uno de los dos criterios? La pregunta es importante, pues ambos términos de comparación (el subjetivo y el objetivo) no tienen que coincidir necesariamente, lo cual puede plantear problemas bastante importantes: pensemos simplemente en aquella situación en la que el trabajador ha sufrido una disminución de su propio rendimiento, pero este sigue siendo netamente superior al resto del rendimiento de otros trabajadores que desarrollen la misma función. Desde luego la jurisprudencia no ha resuelto la cuestión de manera alguna, por lo que la duda está bien presente. Desde nuestro punto de vista hay situaciones en las que optar por uno u otro criterio de comparación es simple: por ejemplo, en aquellos casos en los que no haya datos sobre el rendimiento anterior del propio trabajador, o desde el inicio de la relación laboral mantiene un nivel bajo de rendimiento. En estos casos es evidente que ha de acudirse al criterio objetivo. Desde nuestro punto de vista, excepto en estos casos en los que no es posible acudir al rendimiento del propio trabajador en momentos anteriores, entiendo que la disminución del rendimiento del trabajador debe referirse a su propio rendimiento 151 DespidoDisciplinario.indd 151 28/07/2008 11:56:14 El despido disciplinario (desde luego, teniendo en cuenta que, tal como hemos señalado antes, la comparación ha de realizarse en términos de situaciones homogéneas, comparar el rendimiento del trabajador antes y después es la situación más homogénea posible); es decir, creo que el criterio que debe utilizarse es el subjetivo, utilizándose el criterio objetivo de manera supletoria. No obstante, hemos de insistir en el hecho de que la jurisprudencia laboral no se ha enfrentado, que conozcamos a esta cuestión, sin que esté resuelta en la actualidad. En todo caso, pudiendo utilizarse ambos criterios, es evidente que el empresario, que es quien tiene un más fácil acceso a los datos de rendimiento, utilizará aquellos que le sean más convenientes a los efectos de proceder a la extinción del contrato de trabajo. De otro lado, también ha de tenerse en cuenta que el trabajador que tenga una disminución de su rendimiento, pero aún así siga siendo éste parejo al de otros trabajadores con idénticas o similares funciones, tendrá un sólido argumento para defender que el despido no tiene justa causa. La otra posibilidad es que se trate del rendimiento pactado. De entrada hemos de señalar que el rendimiento ha de ser, en estos casos, pactado; es decir, ha de haber un acuerdo entre trabajador (o sus representantes) y empresario, lo cual significa que no es admisible que sea el empresario el que, de manera unilateral establezca cuál puede ser el rendimiento exigido al trabajador, para a continuación entender que el trabajador desarrolla una prestación por debajo del fijado en el “pacto”. Así la STSJ de Valencia de 21 de marzo de 2006224, para la cual, del material aportado por la empresa 224. AS 2006\2404. 152 DespidoDisciplinario.indd 152 28/07/2008 11:56:14 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez “no se extrae la existencia de dicho pacto sino la imposición unilateral de la empresa al actor de unos determinados rendimientos”. Al respecto de los pactos o acuerdos en materia de rendimiento cabe señalar que es perfectamente posible el establecimiento de pactos de rendimiento. Tales pactos se establecen a través del propio contrato de trabajo, o bien mediante la fijación en convenio colectivo de umbrales de rendimiento. Si la cláusula de rendimiento se establece a través del contrato individual de trabajo se plantea un importante problema teórico con importantes consecuencias de carácter práctico: la colisión entre el art. 54.2 e) ET y el art. 49.1 b) ET; es decir, el problema de la delimitación entre el despido disciplinario por disminución de rendimiento y la extinción por causas válidamente consignadas en el contrato de trabajo. Es posible que en el contrato de trabajo se establezca una cláusula de rendimiento que venga acompañada de condición resolutoria, de manera que si el trabajador no alcanza dicho rendimiento, el empresario pueda dar por extinguido el contrato de trabajo. Al acudir el empresario a esta vía de extinción, basta la denuncia del contrato de trabajo, sin que sea de aplicación lo establecido en el art. 54.2 e) ET; es decir, sin necesidad de carta de despido, sin necesidad de que la disminución del rendimiento sea grave y culpable. Visto desde este punto de vista se comprende como este problema teórico tiene tanta repercusión práctica (vid. al respecto la STS de 23 de febrero de 1990225). Desde mi punto de vista, estimo que si bien el art. 225. RJ 1990\1215. 153 DespidoDisciplinario.indd 153 28/07/2008 11:56:14 El despido disciplinario 49.1 b) ET permite la existencia de pactos que fijen condiciones resolutorias, estas no pueden ocupar el papel de otros mecanismos de extinción del contrato de trabajo, de manera que en caso de pactarse un rendimiento mínimo siempre sea de aplicación el art. 54.2 e) ET. Sin embargo, la posición más difundida entre la jurisprudencia pasa por admitir la aplicación del art. 49.1 b) ET en caso de pactarse un rendimiento mínimo, sin que sea imprescindible acudir al despido disciplinario por disminución de rendimiento normal o pactado226; aunque podemos encontrar alguna resolución que admitiendo el funcionamiento autónomo del art. 49.1 b) ET, sin embargo, acaban aplicando la lógica del art. 54.2 e) ET, exigiendo gravedad y culpabilidad227. Pero junto al problema que se plantea en materia de rendimiento pactado, hemos de tener en cuenta otra cuestión: si el rendimiento pactado ha de ser normal o no. La cuestión estriba en determinar si a través de los pactos de rendimiento se puede establecer cualquier rendimiento, incluso rendimientos muy superiores a lo que se considere como normal u homologable dentro de la actividad productiva concreta. Al respecto creo que tanto desde la perspectiva de la obligación recíproca de buena fe, así como de la prohibición del abuso de derecho, podríamos llegar perfectamente a la conclusión de que no sería admisible un pacto de rendimiento que superase ampliamente el rendimiento normal o medio del resto de trabajadores en 226. Vid. Las SS.TSJ de La Rioja de 30 de diciembre de 2005, AS 2005\3777; Madrid de 16 de febrero de 2004, JUR 2004\272477; Extremadura de 23 de septiembre de 2003, JUR 2004\55968. 227. STSJ de Canarias de 3 de mayo de 2004, AS 2004\2030. 154 DespidoDisciplinario.indd 154 28/07/2008 11:56:15 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez similar puesto de trabajo, pues se estaría exigiendo al trabajador en concreto un rendimiento excesivo y de difícil cumplimiento. De otro lado, queda acudir también al expediente de la analogía a través de del art. 49.1 b) ET. En definitiva, no parece posible que puedan pactarse rendimientos superiores al normal, entendido como el rendimiento medio de trabajadores en circunstancias normales en similar o el mismo puesto de trabajo. Otra cuestión de interés se refiere a aquellos supuestos en los que se haya fijado un rendimiento a través de acuerdo entre empresario y trabajador, el trabajador cumpla satisfactoriamente con dicho pacto, pero disminuya su rendimiento personal. ¿Cabe la posibilidad en estos casos de acudir al despido por disminución de rendimiento? Entiendo que si se ha establecido un pacto que fija el rendimiento del trabajador, habrá que estar al acuerdo al que se haya llegado, sin que sea posible en estos casos acudir al rendimiento normal del trabajador; por lo tanto, aún cuando haya una disminución del rendimiento normal, siempre que se alcance el rendimiento pactado no habrá justa causa de extinción del contrato de trabajo. En definitiva, habiéndose pactado el rendimiento, no cabe acudir al rendimiento normal; por lo tanto, el rendimiento normal sólo es de aplicación ante la falta de pacto de rendimiento. D) Gravedad y culpabilidad en el incumplimiento del trabajador Como consecuencia de lo establecido con carácter general por el art. 54.1 ET, las causas de despido disciplinarias de- 155 DespidoDisciplinario.indd 155 28/07/2008 11:56:15 El despido disciplinario ben ser necesariamente un incumplimiento contractual grave y culpable del trabajador. Como es lógico tales exigencias también se proyectan en el supuesto de despido por disminución de rendimiento. Por lo tanto, debemos analizar la exigencia de que la disminución de rendimiento que se imputa al trabajador ha de ser grave y culpable, requisitos que, tal como hemos señalado anteriormente, caracterizan a las diferentes causas de despido disciplinario. De entrada la disminución de rendimiento ha de ser grave. Esto supone que dicha disminución de rendimiento ha de tener entidad suficiente como para que se aplique una sanción de tanta entidad como es el despido disciplinario. Debemos recordar cómo la jurisprudencia social alude de manera constante a la teoría gradualista en materia de despido disciplinario, que se encuentra íntimamente ligada con la exigencia de gravedad en el incumplimiento del trabajador, pues tal como afirma la STSJ de Valencia de 1 de julio de 2005228, “en numerosas sentencias del Tribunal Supremo se ha entendido que el enjuiciamiento del despido debe abordarse de forma gradualista, buscando la necesaria proporción entre la infracción cometida por el trabajador y la sanción impuesta por el empresario, y aplicando un criterio individualizador que valore las peculiaridades de cada caso concreto (SSTS 28 febrero [RJ 1990, 1248] y 6 abril 1990 [RJ 1990, 3121] y 16 mayo 1991 [RJ 1991, 4171]). Esta teoría gradualista debe ser apli- 228. AS 2005\2415. 156 DespidoDisciplinario.indd 156 28/07/2008 11:56:15 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez cada atendiendo y valorando circunstancias concretas como, antigüedad del trabajador en la empresa, perjuicio sufrido por la misma derivado de la actuación del trabajador, existencia o inexistencia de otras sanciones anteriores, etc. Teoría que encuentra amparo legal en el artículo 58.1 del Estatuto de los Trabajadores, que exige la presencia de incumplimientos graves para producir el despido disciplinario, de acuerdo con el art. 54.1 de la misma Ley, con un razonable criterio de proporcionalidad”. También la STSJ de Castilla-La Mancha de 31 de julio de 2006, para la que es ineludible “que concurra graduación entre la conducta que ha sido imputada al trabajador y la gravedad de la decisión sancionadora adoptada, al constituir la de despido la máxima sanción. Exigencia que deriva del artículo 54.1 ET, que alude a la necesaria gravedad de la conducta sancionada (STS de 24-5-89), en evitación además de decisiones arbitrarias e injustificadas, pues concedido al empleador un poder sancionador, este debe ser ejercitado de modo adecuado a derecho”. Esta teoría también es de aplicación a esta concreta causa de despido, por lo que es necesario el análisis de cada supuesto en concreto, estudiando todas aquellas circunstancias que de una u otra manera pueden incidir en la conducta del trabajador, de manera que el despido sea utilizado única y exclusivamente como una sanción proporcionada al incumplimiento del trabajo. En este sentido la STSJ de Cataluña de 22 157 DespidoDisciplinario.indd 157 28/07/2008 11:56:15 El despido disciplinario de septiembre de 2003229 que especifica que para la causa de extinción se estime justa requiere que “se ponderen todos los aspectos objetivos y subjetivos teniendo presentes los antecedentes, de haberlos, y circunstancias coetáneas ya que la máxima sanción es que el despido consiste sólo puede imponerse al trabajador si ha realizado el o los actos imputables con plena conciencia de que su conducta afecta al elemento espiritual del contrato, dado que los elementales principios de justicia exigen en todo caso una perfecta proporcionalidad y adecuación entre el hecho, la persona y la sanción que han de procurar en su conjunción la auténtica realidad jurídica que de ella nace a través de un análisis específico e individualizado en cada caso concreto de los hechos realizados por el trabajador y los efectos producidos en el ámbito de la empresa, con plena y esencial valoración del factor humano”. O también la STSJ de Cataluña de 12 de junio de 2003230, para la cual las exigencias de gravedad y culpabilidad suponen que se “excluye su aplicación con criterios objetivos, exigiendo por el contrario análisis individualizado de cada conducta, tomando en consideración las circunstancias que configuran el hecho, así como las de su autor, pues sólo desde esa perspectiva cabe apreciar la proporcionalidad en la sanción (…), consagrando 229. AS 2003\3522. 230. AS 2003\2442. 158 DespidoDisciplinario.indd 158 28/07/2008 11:56:15 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez una teoría gradualista en la valoración y enjuiciamiento de aquéllas”. Así, suele tenerse en cuenta en esta causa de despido el hecho de que la empresa, una vez que ha detectado la disminución del rendimiento, haya advertido dicha disminución al trabajador, de modo que si no lo hace se entiende en ocasiones que la conducta debe ser graduada y ser conforme a un criterio proporcional entre el incumplimiento del trabajador y la propia actuación de la empresa que ha consentido el comportamiento del trabajador. En este sentido la STS de 18 de abril de 1991231, para la que tienen gran importancia “los antecedentes en que se observa una falta de advertencia o indicación que pudiera hacer sugerir al trabajador el riesgo de seguir con una conducta dudosamente aceptable en cuanto a la labor realizada”. Más recientemente podemos señalar a la STSJ de Valencia de 16 de mayo de 2006232, a tenor de la cual se manifiesta que “la Sala comparte el criterio de la razonada sentencia de instancia en orden a entender que el transcurso de dos años sin realizar más requerimientos en orden a los reportes de actividad que los indicados en el apartado 2 de este fundamento jurídico implica una actitud tolerante por parte de la empresa 231. RJ 1991\3375. 232. JUR 2006\260214. 159 DespidoDisciplinario.indd 159 28/07/2008 11:56:15 El despido disciplinario por lo que basar el despido en ese incumplimiento continuado y consentido no parece que se ajuste a las reglas de la buena fe. En definitiva el despido por esa causa debe entenderse sorpresivo, y por ende la conducta del trabajador con ser infractora de un deber laboral, carece de la gravedad y culpabilidad necesarias para justificar el despido, dadas las circunstancias concurrentes”. Una vez afirmada la necesidad de que a la hora de analizar cada caso concreto, el Juez debe estudiar las distintas circunstancias que rodean a la extinción del contrato de trabajo por despido, hemos de centrarnos en otra cuestión: ¿cómo se califica la gravedad de conducta consistente en una disminución de rendimiento? La cuestión aquí es la relativa a cómo puede considerarse que esa disminución es de suficiente trascendencia, ¿cuáles son los criterios que podemos utilizar para determinar que una disminución en el rendimiento del trabajo es tan grave como para justificar la extinción del contrato de trabajo? Al respecto podemos señalar que hay dos criterios fundamentales: de entrada, la disminución de rendimiento debe ser cuantitativa o cualitativamente relevante; es decir, que objetivamente podamos ver como se ha producido una reducción importante o trascendente en el rendimiento del trabajador, respecto del exigido con carácter normal o pactado. En realidad este criterio no se establece de manera expresa en el art. 54.2 e) ET, pero se deduce tanto de la regla general del art. 54.1 ET (incumplimiento grave), cuando esa exigencia general gravedad se conecta con la causa en concreto, la disminución 160 DespidoDisciplinario.indd 160 28/07/2008 11:56:15 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez de rendimiento: no cabe sino afirmar que cuantitativamente debe haber una reducción de entidad suficiente, de modo que no pueda considerarse como grave una simple disminución que porcentualmente sea muy pequeña, o que cualitativamente el resultado del trabajo sea inaceptable de manera que deba ser rehecho o que no pueda ser aprovechado. En este sentido la STS de 7 de mayo de 1990233, donde se recoge un supuesto en el que se reconoce como admisible, por los propios informes internos de la empresa, que haya un desfase respecto del rendimiento exigido de más o menos 5% del rendimiento fijado. Dado que el trabajador se encontraba dentro de un rendimiento inferior, pero en el margen de ese 5%, se consideró que no había justa causa de extinción, declarándose que el despido era improcedente por falta de gravedad. En otros casos la jurisprudencia resalta como puede haber actividades en las que hay una cierta aleatoriedad en el desarrollo de la actividad productiva (un buen ejemplo sería el de los vendedores, sector en el que las circunstancias del mercado o la misma calidad del producto o la publicidad que se haga del mismo puede implicar ciertas variaciones, lo cual repercute lógicamente sobre el rendimiento del trabajador, ello provoca que se exija que en estos casos la disminución del rendimiento sea notable; así el caso de la STSJ de Cataluña de 11 de mayo de 2006234, para la que una disminución del rendimiento equivalente al 30% respecto de otros compañeros no se considera como justa causa de extinción del contrato de trabajo. Se trata de una resolución que, en todo caso, no compartimos, pues una reducción 233. RJ 1990\3971. 234. JUR 2006\271612. 161 DespidoDisciplinario.indd 161 28/07/2008 11:56:15 El despido disciplinario de tales características supone una evidente reducción en el rendimiento normal; en todo caso podría cuestionarse la culpabilidad, pero no la gravedad del mismo. De otro lado, estas circunstancias afectarían a todos los trabajadores que ocupen un similar puesto de trabajo, por lo que si la comparación se realiza con el rendimiento de terceros, es evidente que se refuerza la conclusión de que una disminución del rendimiento de tales características justificaría el despido disciplinario. Así, la STSJ de Cataluña de 18 de enero de 2005235, que afirma algo tan lógico como que “Los avatares por los que atraviesa la empresa y la pérdida de facturación global sufrida por la misma podrían justificar que todos los comerciales hayan visto disminuir sus ventas, pero en modo alguna justifican el hecho de que el actor haya quedado en niveles que se acercan a la mitad de lo alcanzado por sus compañeros, cuando en todos ellos incide en igual medida la situación global de la empresa y el mercado”. En este sentido es posible encontrar resoluciones contrarias a este planteamiento y que consideramos más adecuadas, como la STSJ del País Vasco de 2 de mayo de 2006236, para la que una reducción en las ventas del 33% respecto del promedio del resto de trabajadores, situación que se agrava en momentos puntuales incluso hasta el 62%, es más que suficiente para justificar la extinción del contrato de trabajo. 235. AS 2005\266. 236. JUR 2007\72706. 162 DespidoDisciplinario.indd 162 28/07/2008 11:56:15 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez Pero junto a este primer criterio, hemos de señalar como el legislador si ha utilizado de manera expresa otro criterio que sirve para valorar la gravedad del incumplimiento: literalmente el art. 54.2 e) ET habla de disminución “continuada” en el rendimiento del trabajador. Esto supone que para valorar si hay o no un incumplimiento grave por parte del trabajador, no es suficiente con que se haya producido una disminución puntual en el rendimiento: ciertamente esto puede llegar a suponer un incumplimiento, pero un incumplimiento contractual que no puede considerarse como grave o con suficiente entidad; de ahí que el legislador exija que esa reducción se prolongue en el tiempo de manera continuada. En este sentido la STSJ de Castilla y León de 26 de enero de 2004237 en la que la reducción se produce exclusivamente durante un concreto mes. Ciertamente la continuidad es un criterio muy importante, habiéndose establecido de manera expresa por el legislador, pero hemos de observar que se ha incluido dentro de la norma sin especificar de manera precisa cuanto tiempo ha de prolongarse esa disminución para que se considere grave o con suficiente entidad como para justificar el despido. Al respecto cabe señalar que ello se debe a la necesidad de que la norma pueda ser aplicada con comodidad a las diferentes actividades productivas, de ahí que no pueda establecerse una determinación previa de esta cuestión y habrá que estar a la naturaleza y características de la actividad productiva que desarrolle el trabajador en cuestión. Por ejemplo, en las activi- 237. JUR 2004\70605. 163 DespidoDisciplinario.indd 163 28/07/2008 11:56:15 El despido disciplinario dades que consistan en la elaboración de ciertos productos, el control puede ser diario; sin embargo, en actividades que consistan en la venta de bienes o actividades comerciales lo normal será medir el rendimiento a lo largo de períodos de tiempo más largos. Esto supone que el empresario deberá tener controlado el rendimiento del trabajador durante un período prudencialmente suficiente en función de las circunstancias que concurran en cada supuesto. De esta manera es posible que haya una concreción en la disminución del rendimiento a través del propio pacto sobre rendimiento mínimo, o más frecuentemente en convenio colectivo, cuando éste regula las infracciones laborales y las sanciones a imponer; sería el caso, por ejemplo, de la STSJ de Aragón de 15 de junio de 2005238, para la cual “El bajo rendimiento imputado por la empresa, y demostrado en el juicio, se ha mantenido por tiempo superior a tres semanas, considerando el Convenio Colectivo del sector (…), en su art. 95: «Sin perjuicio de aquellos otros casos en que procede el despido sin indemnización, con arreglo a la legislación vigente, la empresa podrá acordarlo sin que venga obligada a imponer otra sanción, en los casos que a continuación se detallan: d) La disminución voluntaria del rendimiento normal en el trabajo durante tres semanas seguidas o seis alternas en un período de seis meses». En todo caso, es evidente que la intención del legislador es la de no considerar como incumplimiento grave aquel que 238. JUR 2005\186808. 164 DespidoDisciplinario.indd 164 28/07/2008 11:56:16 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez es aislado o puntual, sino que debe haber un comportamiento a través del cual se evidencia una permanencia en la reducción del rendimiento por parte del trabajador. Pero junto a la gravedad del comportamiento está la voluntariedad como segundo requisito que debe cumplirse para entender que el despido está justificado. La culpabilidad implica un incumplimiento doloso o negligente por parte del trabajador, y en el despido por disminución del rendimiento se expresa en el hecho de que el art. 54.2 e) ET establece que la disminución no sólo debe ser continuada, sino también “voluntaria”: “Tanto la doctrina como la jurisprudencia viene entendiendo la voluntariedad como comportamiento del trabajador destinado a originar un perjuicio a la empresa; entendiendo en todo caso que es necesario que se deba a un comportamiento doloso o culposo o negligente del trabajador” (STSJ Canarias de 12 de diciembre de 2005239). Lógicamente el hecho de que se exija como requisito la voluntariedad en el incumplimiento, y que en materia de despido la carga probatoria pese en buena medida sobre el empresario, genera un problema: demostrar que un hecho (la disminución de rendimiento) ha sucedido, es posible; pero demostrar la intención del autor de ese hecho, es mucho más complejo y difícil. 239. JUR 2006\65298. 165 DespidoDisciplinario.indd 165 28/07/2008 11:56:16 El despido disciplinario Para resolver este problema la jurisprudencia acude a un procedimiento que facilita la actuación del empresario, distribuyendo la carga de la prueba entre empresario y trabajador. Al empresario le corresponde demostrar que se ha producido una disminución de rendimiento, a partir de ahí le va a corresponder al trabajador demostrar que dicha disminución no se debe a su voluntad, sino a la existencia de causas ajenas a la misma. Si el trabajador no consigue demostrar la existencia de hechos ajenos a su voluntad, que sean determinantes en la disminución de rendimiento, se va a presumir la voluntariedad en la disminución del rendimiento. En este sentido la STS de 28 de mayo de 1987240, que sostiene como “se evidencia un proceder voluntario, deliberado y además grave al no existir justificación alguna para tal disminución en el rendimiento, y nota esencial y característica requerida para la procedencia de tal causa de despido es la voluntad e intención de trabajar con un ritmo inferior al normal”. También la STS de 31 de enero de 1986241: “presumiéndose la voluntariedad de la conducta en cuanto no conste motivo impediente ajeno al trabajador”. Esta línea jurisprudencial ha sido ampliamente seguida por los Tribunales Superiores de Justicia, de manera que podemos afirmar que, una vez demostrado por el empresario 240. RJ 1987\3911. 241. RJ 1986\307. 166 DespidoDisciplinario.indd 166 28/07/2008 11:56:16 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez la reducción del rendimiento, si el trabajador no demuestra la existencia de causas que justifiquen esa disminución, se presume que la misma es voluntaria. En este sentido podemos señalar entre las resoluciones más recientes a la STSJ de Valencia de 1 de julio de 2005242, a tenor de la cual la jurisprudencia actual “establece que la voluntariedad en el rendimiento, se presume concurrente cuando no hay impedimento ajeno al trabajador que justifique de alguna forma la baja del rendimiento, comparado este con el que obtienen sus compañeros”. O también la STSJ de Castilla-La Mancha de 3 de noviembre de 2005243, para la que “habiéndose puesto de relieve en el incombatido e inalterado relato fáctico de la sentencia ese incremento del tiempo empleado por el demandante respecto de sus compañeros, con la conclusión obligada, al no quedar justificados los porcentajes de incremento del tiempo empleado en el trabajo, de que existió una disminución voluntaria y continuada del rendimiento debido a una falta de diligencia, no pudiendo considerarse, como pretende el recurrente, que no se haya acreditado la voluntariedad o culpabilidad, dado que no aparece a la vista de la relación fáctica justificación alguna para ese descenso del rendimiento, con lo que sí se daría el requisito mencionado”. 242. AS 2005\2415. 243. AS 2005\3329. 167 DespidoDisciplinario.indd 167 28/07/2008 11:56:16 El despido disciplinario Por lo tanto, si el empresario demuestra la disminución de rendimiento y el trabajador no es capaz de demostrar la existencia de circunstancias que lo justifican, se entenderá que hay incumplimiento culpable por parte del trabajador 244. Dado que la jurisprudencia opera esta distribución de la carga probatoria, es necesario señalar cuales son las causas a las que puede acudir el trabajador para justificar la disminución en el rendimiento. Fundamentalmente entiendo que estas causas que justifican la disminución del rendimiento pueden clasificarse en tres grandes grupos245: en primer lugar, causas de justificación que recaen sobre el empresario, de modo que la disminución del rendimiento del trabajador en realidad se debe a la actuación del propio empresario: mal funcionamiento de la maquinaria, falta de medios de trabajo o deficiencias en las materias primas utilizadas, cambios en los sistemas productivos que inicialmente limitan el rendimiento hasta que el trabajador se adapta a esas nuevas circunstancias productivas, cambios de puesto de trabajo que requieren un período de adaptación del trabajador, introducción de novedades tecnológicas, etc. Con carácter general podemos afirmar que una disminución del rendimiento debida a causas “del mercado o deficiencias de la propia empresa, si bien podrá justificar en su caso la adopción por la misma de determina- 244. STSJ de Valencia de 28 de octubre de 2004, JUR 2005\31190; o la de Castilla y León de 13 de enero de 2005, JUR 2005\71503. 245. Vid. GORELLI HERNANDEZ, J.: Op. cit., páginas 130 y ss. 168 DespidoDisciplinario.indd 168 28/07/2008 11:56:16 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez das medidas tendentes a paliar la situación, no permiten sin embargo utilizar esa eventual disminución de la actividad empresarial para sancionar a los trabajadores a su servicio achacándoles una falta consistente en disminución voluntaria y continuada en el rendimiento del trabajo normal o pactado”. Sobre mal funcionamiento de la empresa podemos citar a la STSJ de Madrid de 26 de septiembre de 2006246, en la que se afirma que debe tenerse “en cuenta los antecedentes que se han declarado probados, relativos a las reivindicaciones de los trabajadores aduciendo el creciente descontento de los clientes por el mal funcionamiento del almacén, con demores injustificadas en los suministros, por lo que, en fin, no puede considerarse la voluntariedad en la disminución del rendimiento” En cuanto al cambio de puesto de trabajo, podemos recordar lo señalado por la STSJ de 5 de abril de 2005247: “no puede exigirse a un trabajador, tras más de 18 años de desempeñar la misma actividad como conductor de máquinas automóviles, que en un plazo mínimo de dos meses esté plenamente adaptado al desempeño de otra radicalmente distinta cual es la de producción en una cadena de montaje, realizando una función completamente ajena a la anterior, y exigírsele igual responsabilidad que a sus compañeros”. 246. AS 2006\3166. 247. AS 2005\754. 169 DespidoDisciplinario.indd 169 28/07/2008 11:56:16 El despido disciplinario En segundo lugar, podemos señalar a las causas que se refieren a circunstancias del mercado: reducción generalizada de la demanda que afecta a la actividad productiva de los trabajadores, normalmente comerciales. Podemos citar en este sentido a la STSJ de Valencia de 16 de mayo de 2006248 en la que se demuestra un supuesto en el que ante un despido de un concreto trabajador por disminución de rendimiento, se constata que esa reducción en las ventas era generalizada en la empresa: “Como quiera que la disminución de ventas era la tendencia general en la empresa demandada, extendiendo el actor su actividad exclusivamente en la zona de Valencia, Castellón, Alicante y Murcia, deberemos concluir, con la sentencia de instancia, que la disminución del rendimiento del actor carece de voluntariedad necesaria para esa causa de despido, pues esa disminución no consta tuviera lugar por causa de su actividad personal sino por la tendencia general de la empresa, lo que evoca motivos ajenos al trabajador y pertenecientes a la estructura productiva de la empresa”. Por último, circunstancias que recaen sobre el trabajador, dando lugar a disminución del rendimiento, pero que no se deben a su voluntad, como sería el caso en que los trabajadores sufran alteraciones de la salud que no originan una baja médica, pero que repercuten negativamente sobre su rendimiento. En este sentido la STSJ de Madrid de 29 de noviem- 248. JUR 2006\260214. 170 DespidoDisciplinario.indd 170 28/07/2008 11:56:16 Juan Gorelli Hernández y Tomás Gómez Álvarez bre de 2005249, que estima la inexistencia de culpabilidad del trabajador, pues éste “ha acreditado que está afectado por la patología que se describe en el hecho probado quinto, estando en tratamiento ene. Clínica del Dolor del Hospital Severo Ochoa de Leganés, con fármacos que ocasionan los efectos secundarios que igualmente constan en dicho ordinal, y, si bien es cierto que tales padecimiento no le impiden prestar sus servicios como lo demuestra el hecho de que viene realizándose en su puesto de trabajo, bien pudieran justificar que los mismos no puedan concluirse con la misma diligencia que lo hacia antes el actor o lo hagan sus compañeros, sin que todo menoscabo físico tenga que dar lugar necesariamente a la baja por enfermedad, pudiendo ocasionar exclusivamente limitaciones para el desempeño de las funciones (…) por lo que no se cumplen los requisitos exigidos en el artículo 54.2.e) del Estatuto de los Trabajadores”. También podríamos incluir aquí la falta de aptitud del trabajador, o la falta de adaptación a las novedades tecnológicas introducidas por el empresario, que serían causas de despido objetivo, pero no de despido disciplinario. En este sentido la STSJ de Canarias de 12 de diciembre de 2005250, en la que la disminución de rendimiento se origina por una lesión en un hombro del trabajador debido a un accidente, teniendo planteado el trabajador una demanda en la que se reclama la declaración de invalidez. 249. JUR 2006\13854. 250. JUR 2006\65298. 171 DespidoDisciplinario.indd 171 28/07/2008 11:56:16