Del campo a la ducha unidad vista

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O.J.D.: 35737
E.G.M.: 172000
Miércoles 06.10.10
LAS PROVINCIAS
NIÓN Tarifa (€): 2123
DITORIALES
Del campo
a la ducha
punidad
havista
REYES MATE
INVESTIGADOR Y PROFESOR DE CSIC
eja del Gobierno afianza el
go de Venezuela con ETA
de que los presuntos miembros de ETA,
entemente detenidos, habrían recibido
nto en territorio venezolano durante los
e 2008 a cargo de una persona, Arturo Cuhace siete meses pesa una orden internaga al Gobierno español no solo a continuar
al respecto, sino sobre todo a exigir que la
e Venezuela deje de servir, por activa o por
a para el terrorismo etarra. Resulta sarcásembajador de Venezuela en España, Julián
estase ayer dudas sobre el carácter «totals declaraciones de los mencionados deteu presidente, Hugo Chávez, desacreditara
«criminales sanguinarios» por estar «desana y moral». Se trata de un juego cínico y
autoridades venezolanas eluden toda resancia de un grupo más o menos activo de
ionados con ETA en su país, convirtiéndoen baza de eventual trueque con España.
errorismo etarra no precisaría de tales desar prácticas de tiro si al otro lado del Atlántorno seguro y atrayente. Algo a lo que concio intermedio que se extiende entre la acolano y la actividad que desarrollan las bamo. Se trata de un problema que el Ejecude inmediato, aun a sabiendas de que el réapurando las posibilidades de su descarado
ego que, lejos de atenuarse, tiende a afianbierno español opta por evitar la denune ocurre con la reserva etarra en Venezueucto que, por sí mismo, pueda asegurar la
aza terrorista. Pero todo parece indicar que
ente importante como para alentar el inas de los huidos de la Justicia y para proen la operatividad del terror.
para el Gobierno
de España, Miguel Ángel Fernández Orortodoxia, compareció ayer en la Comisión
greso y advirtió al Gobierno de que el objePIB para 2011 es «sagrado» si no se quiere
n exorbitante de los mercados sobre nuesmoquiera que el crecimiento previsto por el
riesgadamente elevado en comparación
n diversos organismos internacionales –el
anuncia un 0,6%–, ha recomendado al Ejeado un ‘plan B’ para reforzar el ajuste si los
se confirmaran. Advirtió también Fernáne que España no cumpla sus objetivos por
munidades autónomas. A su juicio, solo alenvergadura del reto, por lo que el Gobierellas habida cuenta de que «la soberanía fisne recordar que el gobernador marcó el caucho antes de que el Ejecutivo lo hiciera
atender sus sensatas recomendaciones.
RIO DE LA COMUNITAT VALENCIANA
A. Director General Fidel Pila Rivero
munitat Jesús Trelis Sempere
ACTOR JEFE), Vicente Luis Agudo
e y Francisco Moreno Marín
portes Antonio Badillo Guijarro
ACTOR JEFE) y Andoni Torres Morales
tica Juan Carlos Ferriol Moya
turas Mikel Fernández de Labastida
ña
ción Francisco Romero Pérez
ografía Juan José Monzó Ramírez
egado en Alicante
o Fernández López
egado en Castellón
id Guardiola Claramonte
Director Comercial
Daniel Zurriaga Clavel
Director Financiero
Miguel Iparraguirre
Ovejero
Director Marketing
Carlos Rial Castañeda
Director Técnico
Ricardo Sánchez
Navarro
Puede que Viviane Reding exagerara al relacionar la expulsión
francesa de gitanos con la de los nazis pero acertó al poner en
relación las dos deportaciones
P
arece que la señora Viviane Reding, la comisaria europea de Justicia, se ha pasado al comparar la
expulsión de los gitanos rumanos
de Francia con las deportaciones
de judíos, gitanos u homosexuales durante la Segunda Guerra Mundial. «Quizá
fue demasiado lejos», dice un ya relajado Javier
Solana mirando con distancia lo que ahora ocurre en la Unión Europea. La decisión de Sarkozy
ha encontrado algunos aplausos y muchos pitos
pero hasta quienes más le critican admiten que
la señora comisaria luxemburguesa se ha pasado
con su tímida alusión al pasado. Digo «tímida»
porque lo que en realidad dijo fue: «pensaba que
una situación así no volvería a darse tras la II Guerra Mundial».
Puede que hasta la insinuación fuera exagerada ya que aquellas deportaciones tenían por destino el campo de concentración o el de exterminio, mientras que ahora les mandan a su país de
origen. Tampoco les meten en vagones de ganado, apilados, para un viaje que duraba días o
semanas, sin agua ni comida, teniendo que convivir con los muertos que iban cayendo. Ahora
van en avión y bien tratados.
Pero no todo acaba ahí. Algo tienen en común.
A unos y otros se les deporta no por lo que puedan hacer sino por lo
que son. Se les expulsa por ser gitanos
como antaño. Nadie
criticaría al presidente francés si expulsara
a quien no cumple la
ley o por que negara la
residencia a ciudadanos extranjeros. Pero
los expulsados no lo
son por ser delincuentes sino por ser diferentes.
Sarkozy ha tomado
esa decisión, según dicen los analistas franceses, tras el batacazo del
Gobierno en las últimas elecciones regionales.
Es decir, Francia, el país de la cultura republicana que tanto ha fecundado a la cultura democrática, se arriesga a contravenir unos de los principios fundamentales de los derechos humanos –el
respeto que merece el origen y la cultura de un
pueblo– por un plato de lentejas o por un puñado de votos.
Algo grave debe de estar pasando para que esto
ocurra. Naturalmente que la masa de inmigrantes que se introducen en países ricos huyendo
del hambre o de la violencia representan un problema. Pero la gravedad está dentro de nosotros
mismos, en el modo y manera de abordar un problema que es grave. Porque resulta que no hemos
descubierto, después de un siglo de experiencias,
otra forma de resolver el problema de las minorías etnicas que recurriendo al campo de concentración que no fue un invento de los nazis. Tras
la desaparición del Imperio Austro-Húngaro, con
la derrota alemana de la Primera Guerra Mun-
dial, nacen en Centroeuropa múltiples y pequeños Estados conformados por la etnia dominante. A las minorías no les quedaba otro remedio
que vagar de territorio en territorio buscando a
los suyos. Si no les encontraban su destino era la
concentración en campos donde no había más
ley que la voluntad del que mandara. No había
país que se preciara que no contara con su campo de concentración.
Por muy chocante que parezca, seguimos recurriendo a la misma solución para el mismo problema. De vez en cuando nos enseñan en televisión espacios cerrados en los que concentran a
los hispanos ilegales que se han colado en los Estados Unidos. Son lugares en los que, como en los
antiguos campos de concentración, se suspende
la ley. Mientras están en esos recintos, sus habitantes no tienen derechos a los que acogerse, ni
tribunal al que acudir. Están a merced de los carceleros. Otro tanto ocurre en Europa con muchos
de los «centros de acogida».
Puede que Viviane Reding exagerara al relacionar la deportación francesa de gitanos con la
que llevaron a cabo los nazis con la misma etnia,
pero acertó al poner en relación las dos deportaciones. En ambas se perseguía a un grupo humano por su etnia y también ahora el campo sería
su destino si los gitanos se empeñan en quedarse en Francia. Las migraciones son un problema, pero resolverlas mediante la deportación es inaugurar un
camino de xenofobias
y exaltaciones identitarias de consecuencias imprevisibles. Un
político democrático
no puede permitirse lo
más fácil, a saber, buscar popularidad avivando los instintos
más elementales de
:: JOSÉ IBARROLA sus votantes. Nada
más fácil, en efecto, que echar la culpa de los problemas que tienen los de casa a los de fuera. El
recurso al chivo expiatorio siempre funciona.
El camino es la integración respetuosa con las
diferencias. Se ha señalado el relativo éxito de la
estrategia española respecto a los gitanos. Recuerdo que cuando el primer gobierno de Felipe González echó a andar, hubo un movimiento de hostilidad contra los gitanos cuyo epicentro eran los centros escolares. Había rechazo en
los centros públicos a su escolarización (a los privados, salvo excepciones, no se acercaban) porque, según los padres, iban sucios y robaban material. El Ministerio de Educación se gastó un dinero en colocar duchas, ofrecer ropa y material
escolar. El conflicto se desinfló y el problema se
deshizo. Una ducha y rompa limpia es preferible
al rigor del campo o de la deportación. Claro que
las cosas son más complejas. Hay prejuicios inveterados en la población y también costumbres
nada recomendables entre los gitanos. Pero ese
es el camino.
Fecha:
06/10/2010
Sección: VALENCIA
Páginas: 28
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