Digamos que usted como pastor o maestro ha pasado

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La predicación expositiva
Parte 11
Artículo escrito por: Fran Schmidt
ObreroFiel usa este artículo con permiso
Digamos que usted como pastor o maestro ha pasado mucho tiempo estudiado un
pasaje que piensa predicar o enseñar el próximo domingo. Tiene una idea clara de
su significado, su estructura y la idea central.
Pero, ¿qué hace ahora para aplicar el texto a su audiencia?
Hasta un cierto punto, la aplicación requiere un toque de “intuición”; sin embargo, en
esta continuación de nuestra serie de artículos sobre la predicación expositiva,
vamos a ver unas herramientas útiles para demostrar la relevancia de la Palabra de
Dios a la gente que está bajo nuestro ministerio.
Por supuesto, lo más fundamental es comparar el mensaje del texto con lo que
sabemos de las personas que están en las bancas o las sillas, y así predicar desde la
perspectiva de un pastor que conoce bien a sus ovejas.
Pastor y escritor Keith Willhite, en su libro Predicar con relevancia (Preaching with
Relevance), cita las palabras perceptivas de otro pastor: “Todos tienen su historia
que podrían contar, aún los que siempre andan sonriendo. Esta es una de las
primeras lecciones que aprende un pastor joven al graduarse del seminario y
comenzar su ministerio. Hay personas que parecen tan equilibradas y felices que
piensas que no tienen preocupación alguna. Pero sí las tienen. Y si trabajas lo
suficiente con estas personas, te das cuenta que aún las personas <perfectas>
conocen bien el dolor y la pena.”
El mismo autor propone mejorar la aplicación y la relevancia de nuestros mensajes a
través de analizar la audiencia. El desglosa esta análisis en términos de un análisis
general, teológico, sicológico y demográfico.
Análisis general. Aunque un pastor o maestro que ministra en su propio contexto
piensa que seguramente conoce bien su propia área y su propia cultura, siempre se
puede seguir aprendiendo.
 Es bueno leer artículos o libros sobre la cultura del país donde está sirviendo al
Señor. Si los miembros de su iglesia pertenecen mayormente a un grupo
culturalmente distinto a la mayoría de la población (por ejemplo, una iglesia de
chinos de la segunda generación en Panamá) sería bueno procurar aprender
todo lo posible sobre este grupo.
 A veces, el municipio o el gobierno central tienen estadísticas sociales sobre el
área donde está su ministerio. A veces es sorprendente la información que
tienen: detalles sobre la economía, los grupos étnicos, el porcentaje de madres
solteras, de divorciados, las denuncias de violencia doméstica en cada año y el
índice del alcoholismo, entre otra información.
 Pero la mejor fuente de información es tener contacto personal con las
personas que Dios ha puesto bajo su ministerio de predicación o enseñanza.
Hable mucho con ellos. Pase mucho tiempo escuchándolos.
 El hermano Wilhite tiene una muy buena recomendación: mantener una lista
de las personas que normalmente están en su audiencia y orar por ellos
regularmente. El recomienda a los pastores ir a la iglesia entre semana, subir
al púlpito y allí orar, visualizando a los miembros y a los que visitan con
frecuencia. Ore por su mensaje, pensando en ellos. Aparte de ayudarle al
pastor pensar en aplicaciones, esta práctica va a infundir el mensaje con poder
divino y va a fomentar el crecimiento espiritual de los hermanos.
Análisis teológico. La idea del análisis teológico no es tanto evaluar si la audiencia
tiende al Calvinismo o a otro sistema de teología; más bien, la idea es evaluar el
estado espiritual de la audiencia. Por ejemplo, ¿cuántas personas no creyentes a lo
mejor van a estar? Y de éstas, ¿qué tan abiertas están a la cosas del Señor? Hay
todo un rango, desde “tiene muy poco interés” a “casi está al punto de convertirse”.
Si sabe que varios no creyentes van a estar bajo su predicación, va a afectar las
ilustraciones y aplicaciones que escoge. Por lo menos, va a buscar incluir una
explicación del evangelio y un llamado a creer.
De los creyentes, ¿qué tan maduros están en el Señor? Puede ser que algunos están
inmaduros y francamente carnales, otros inmaduros pero en crecimiento, otros con
historia de cierta madurez pero actualmente estancados y todavía otros maduros y
todavía creciendo.
Análisis sicólogo. El análisis sicológico trata de evaluar cómo las personas en la
audiencia piensan. Esto incluye sus actitudes acerca de diferentes temas (como el
tema que usted va a estar predicando), sus creencias y sus valores. Incluye también
cómo ellos toman decisiones. ¿Toman decisiones lógicamente, después de analizar
el problema y considerar las opciones? O ¿toman decisiones de otras maneras, quizá
por autoridad, por tradición o por emoción?
Esto afectará los materiales de apoyo que el predicar escogerá. Si los hermanos no
toman decisiones de manera lógica, mejor no tratar de convencerles con
estadísticas, datos, lógica y mucho razonamiento.
Análisis demográfico. El análisis demográfico incluye muchos detalles, como por
ejemplo:
 los porcentajes de las mujeres y de los varones en la audiencia
 el porcentaje según rangos de edades
 el porcentaje según su estado civil (solteros/solteras, divorciados/divorciadas,
casados/casadas, casados o casadas pero que han pasado divorcio, y
viudos/viudas)
 las profesiones o trabajos representados en la congregación
 el porcentaje que lleva menos de 1 año de ser cristianos, más de 3 años, más
de 5 años, más de 10, más de 20 y los que todavía no son creyentes.
Aunque estos análisis tienen un sabor algo sociológico, son nada más que
herramientas para ayudarnos ser más como Jesús, quien dijo: “Yo soy el buen
pastor; y conozco a mis ovejas.” Entre más conozcamos a nuestras ovejas, más
podemos mostrarles cómo el mensaje bíblico se aplica a sus vidas cotidianas.
Seamos buenos pastores. Conozcamos bien a la gente que está bajo nuestro
ministerio de la Palabra.
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