Soplan vientos nuevos en la diplomacia colombiana

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Soplan vientos nuevos en la diplomacia colombiana
Por: Ernoko Adiwasito*
En las primeras cuatro semanas de posicionarse el presidente Santos y su
canciller Holguín, varios importantes temas de la agenda de relaciones
internacionales de Colombia han sido abordados con rapidez y sus iniciales
resultados mostraron muy prometedores. La prioridad para el nuevo gobierno
ha sido la reanudación de las relaciones con Venezuela y Ecuador, bastante
deterioradas por cierto, en los últimos años. Si bien es cierto que la plena
normalización de las relaciones, no depende, totalmente, del gobierno de
Colombia, también lo es que, hasta ahora, los tres países han dado muestra de
voluntad extraordinaria y empeño para solucionar los escollos del problema. El
primer gesto importante y concreto de Caracas, después de la cumbre de los
dos mandatarios en San Pedro Alejandrino y, de la reunión de los cancilleres
en Caracas, fue la orden de cancelar en forma casi inmediata los primeros
doscientos millones de dólares que adeuda dicho país desde varios años a los
exportadores de Colombia, del total estimado en los ochocientos millones. El
paso siguiente fue la iniciación de los trabajos de las comisiones binacionales
que se encargarán de llevar acabo los proyectos conjuntos que interesan a
ambos países y solucionar los problemas existentes. Se espera todavía un
camino largo, así como se requiere habilidad y paciencia para negociar con el
país vecino para lograr la completa normalización de las relaciones bilaterales
que, de lo posible, lleguen al nivel parecido a las de antes de la lamentable
ruptura. La mejor opción sería, la de poder lograr una relación óptima bajo el
principio de mutuo respeto y de la coexistencia pacífica entre los dos diferentes
sistemas político y económico que rigen en ambos países.
Por el lado de la frontera del sur, la decisión del presidente Santos de entregar
sin mayor demora el disco duro del P.C. del extinto alias Raúl Reyes a Ecuador
significó que se ha respondido positivamente a una de las más importantes
solicitudes formuladas por Quito para normalizar las relaciones con Bogotá. Lo
anterior ocurrió después de la asistencia del presidente Correa en el acto de
posesión del 7 de Agosto. Pocos días después, se realizó una reunión de
cancilleres en la ciudad de Ipiales, durante la cual la canciller Holguín y su
homologo ecuatoriano Patiño, anunciaron futuros proyectos conjuntos de
cooperación. Para lograr el pleno restablecimiento de la relación diplomática,
queda aún pendiente la respuesta colombiana frente a otra solicitud del
gobierno ecuatoriano, no menos delicada que la primera, la cual consiste en la
entrega de la documentación sobre la ejecución de la operación “Fenix”. La
restauración definitiva de las relaciones de ambos países va depender en el
corto plazo, del manejo de real politik de canciller Holguín, similar al manejo
político, en su época, del entonces Canciller alemán occidental Willy Brand
frente a los países del este, especialmente frente a su vecino socialista Erich
Hönnecker. A largo plazo, tendrá que ver también con cambio de actitud de la
élite política del país hacia el país hermano del sur.
*
Profesor e investigador Facultad de Ciencia Política y Gobierno y de Relaciones internacionales,
Universidad del Rosario. –Centro de Estudios de Política Internacional (CEPI)-
Por otra parte, desde otra perspectiva más amplia, es de anotar que, los viajes
del presidente a los países importantes del viejo continente y de América latina,
antes de su posesión, han sido cuidadosamente planeado y realizado por el
mandatario y su canciller, inmediatamente después de su elección. Así mismo,
la escogencia del primer destino de la visita del Estado del nuevo mandatario
acompañado por los empresarios colombianos a Brasil. Ambos eventos,
marcan una nueva orientación en la política exterior del país. Si bien que las
mencionadas visitas no significan un alejamiento de EU, por cuanto existe
compromiso estratégico entre ambas naciones en diferentes frentes, no deja de
ser llamativo que su primer viaje como presidente no fuera a Washington, como
tradicionalmente hacían sus predecesores. Todo parece indicar que el nuevo
mandatario quiere posicionarse en la región como actor importante en las
decisiones políticas; para lo cual, es necesario reafirmar buenas relaciones con
los países claves de la región y, así mismo, exponer su agenda, para obtener
apoyo de los aliados más cercanos en Europa a la intención de Colombia de
ingresar a la OECD.
No es en vano que antes de su primer viaje oficial, el presidente constató que,
en este momento, estamos viviendo la “década de América Latina” por la
importancia que está desempeñando la economía de países emergentes en la
región. Según la proyección de la CEPAL del Julio de este año, los países del
Sur América tendrán en 2010 alta tasa del crecimiento económico,
encabezados por Brasil con el 7.6%, seguido por Uruguay de 7%, Argentina de
6.8% y Perú de 6.7%. Colombia en este momento está quedada frente a sus
pares del sur. Para poder cumplir con la intención del presidente, de jugar un
papel relevante en la región, les queda la ardua tarea al ministro de hacienda y
a sus colegas del equipo económico, para hacer crecer la economía muy por
encima del promedio de los últimos años. Por ahora, nos quedaría por muy
bien servido si la economía pudiera crecer a una tasa cercana alrededor del
4.0% en este año.
Finalmente, y no menos importante, también se ha planteado que Colombia
debe tener un papel de relevancia en el nuevo grupo de los países de
economía emergente cuya condición macroeconómica es estable, con tasa
anual dinámica de crecimiento, y poseen población joven, parecidos a los de
BRIC (Brasil, Rusia, India, China) que estaba en boga desde la década pasada.
Según los bancos importantes del mundo, en los próximos 10 años, el
desarrollo mundial se va a desbordar del BRIC y la fuente de la nueva riqueza
se va a generar en el grupo de países denominado CIVETS, nombre que fue
acuñado por el Banco HSBC, el cual corresponde a Colombia, Indonesia,
Vietnam, Egipto, Turquía y Sud África.
El gobierno actuó rápidamente de acuerdo con la nueva realidad económica
mundial. La canciller ya hizo el anunció sobre la próxima reapertura de la
misión diplomática de Colombia en Indonesia cuya población es de 243
millones con PIB de 589 mil millones de dólares. Dicha misión estuvo cerrada
entre 2002 y 2010 y su reapertura es oportuna y conveniente para los intereses
de ambos países. Así mismo, facilitará mucho a la relación de Colombia con los
diez países miembros de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático,
ASEAN, cuya sede es en Jakarta. El mencionado organismo, está extendiendo
su sistema de la integración económica hacia la formula ASEAN+3 con la
inclusión de las grandes economías de Japón, China y Corea del Sur, lo cual
representaría la integración económica más grande del mundo. Así mismo se
ha anunciado la apertura de la misión diplomática en Turquía.
De la rápida acción en la agenda exterior del gobierno, se deriva la llegada de
los vientos de cambio en la diplomacia colombiana, tendiente a fortalecer las
relaciones con todos los países de la región y a insertarse con más decisión en
las economías más dinámicas de Asia, en sintonía con la acción iniciada desde
hace varios años, por los gobiernos latinoamericanos que, gracias a la
intensificación de los nexos económicos con el Oriente, el crecimiento de sus
economías se ha acelerado.
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