la evolucion general del derecho en el transito de la baja edad

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LA EVOLUCION GENERAL DEL DERECHO EN EL TRANSITO DE
LA BAJA EDAD MEDIA A LA EDAD MODERNA
SUMARIO:
I.Pluralidad de ordenamientos jurídicos en la Baja Edad Media y florecimiento
del Derecho antiguo.
II.Lucha por un Derecho nuevo.
III.Caraterísticas del Derecho nuevo y expansión de los Derechos hispánicos.
IV.Contexto histórico de la Edad Moderna.
V.Colonización de América.
VI.Ordenamientos vigentes y evolución jurídica.
VII.Derecho indiano
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I. PLURALIDAD DE ORDENAMIENTOS JURIDICOS EN LA BAJA EDAD MEDIA Y
FLORECIMIENTO DEL DERECHO ANTIGUO.
Durante los siglos XII al XV continúa la coexistencia de diversos
ordenamientos en el solor ibérico. La diferencia entre la Alta y la Baja Edad Media puede
cifrarse en que, mientras en la primera se da una dispersión normativa, en la segunda etapa lo
central es la integración normativa y la recepción textual y científica del Derecho común.
Así, entre los cristianos hay separación entre el Derecho secular, que varía
según las diversas áreas jurídicas y evoluciona notablemente, y el Derecho canónico, que es
común a todas ellas, salvando algunas diferencias regionales que se irán limando con la
formación del Derecho canónico clásico.
Por lo que se refiere a los musulmanes y judíos, se rigen por sus respectivos
Derechos (musulmán y hebreo), de carácter personal y que prácticamente no evolucionan.
Con la Reconquista asistimos a la expansión territorial de los Derechos
antiguos correspondientes a los diversos Reinos cristianos, a costa del Derecho musulmán,
principalmente.
El Derecho antiguo es consuetudinario, de creación popular y fijado por
juristas prácticos. Su formulación varía dependiendo de las diferentes áreas jurídicas; aunque
comienza a fraguarse cierta unificación gracias a la legislación real y por imitación entre las
ciudades.
Con la recepción del Derecho común se fomenta, paradójicamente, el Derecho
antiguo al ser escrituradas las costumbres y recopiladas las leyes y sentencias. La tendencia
natural del Derecho común es lograr un ordenamiento territorial, inspirando la legislación real
-que tiene carácter territorial y refuerza el poder del soberano- y convirtiéndose el propio
Derecho común en fuente territorial supletoria.
El Derecho antiguo obedece a una mentalidad jurídica distinta, expresada a
través de la pervivencia de ordenamientos locales, el propio orden territorial y los
ordenamientos subsidiarios de los Derechos locales (Fuero Real-Liber Iudiciorum, costumbre,
fuero de albedrío).
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II. LUCHA POR UN DERECHO NUEVO.
El Derecho común va ejerciendo progresivamente su influencia, aunque
dependiendo de las áreas jurídicas: en Cataluña es mayor, aunque en el resto siempre debemos
contar con los letrados, formados en este Derecho, que cada vez en superior número son
protegidos y sirven al rey. El Derecho común influye de forma diversa en los ordenamientos,
según la resistencia sea total, parcial (adaptación) o nula (por imperfección y debilidad de la
regulación antecedente).
El resultado de la pugna entre el Derecho antiguo y el común difiere según los
territorios, como vemos; pero acabará por imponerse un Derecho nuevo, síntesis de ambos.
Además del Derecho común, influyen en la formación del Derecho nuevo: un proceso de
"selección natural" e "imitación" (que implica la reducción de la dispersión jurídica local), la
aparición y refuerzo de normas comarcales, la tendencia a formarse ordenamientos
universalistas (ámbitos mercantil y marítimo, principalmente), la evolución del Derecho
judicial supralocal (iuditia, fazañas, colecciones), y, por último, la elaboración de las primeras
normas generales del poder público.
La cuestión se suele zanjar por decisión conjunta del rey y las Cortes,
afectando a todo el Reino. Así desaparecen las áreas jurídicas de la Alta Edad Media,
formándose ahora otras nuevas coincidentes con los Reinos.
Valencia es un Reino conquistado, sin tradición jurídica regional-cristiana,
donde es fácil el triunfo del Derecho nuevo. Así, por las Costums de Jaime I (1240) se
combinan el Derecho romano con principios del Derecho catalán y aragonés. Posteriormente,
la recepción del Derecho común se acrecentará con la legislación real y de Cortes. Se trata de
un caso de resistencia parcial y, por tanto, de adaptación del Derecho común.
Lo mismo sucede con Castilla y León, donde siempre se ha notado la
progresiva influencia del Derecho común a través del Fuero Juzgo, Fuero Real y Partidas. La
reacción de los nobles y ciudades supuso la declaración de vigencia del Derecho "viejo"
(1272); pero con las Partidas asistiremos al triunfo práctico del Derecho común, hecho
reconocido en una pragmática de Juan II en 1427.
Cataluña es la región más influida por el Derecho romano, donde no hay
apenas resistencia y donde, en sentido estricto, puede hablarse de una auténtica recepción.
Aunque ello no quiere decir que la oposición no existiera, ya que se relegó a fuente supletoria
del Derecho catalán. Pero éste, por continuar sin escriturarse, numerosas veces dejó paso al
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romano, de más fácil aplicación práctica ( con mejor sistemática y más completo). En 1409 se
produce la declaración del Derecho común como fuente supletoria.
En Mallorca ocurre algo parecido a lo que en Valencia: no existe tradición
jurídica, por ser Reino recién conquistado. El Derecho nuevo será el catalán. Y de este modo,
al igual que en Cataluña, el Deecho romano se convierte en supletorio, por insuficiencia y
debilidad del catalán. Hay, por tanto, recepción en Mallorca.
En Navarra la costumbre general (escriturada en el Fuero General) y los fueros
locales dificultaron mucho la recepción, pudiendo hablarse de una oposición total. Sin
embargo, a la larga, también acabaría por ser el Derecho romano fuente supletoria, dada su
mayor consistencia jurídica.
Sucede otro tanto en Aragón, donde la costumbre general, las decisiones
judiciales y las leyes reales son redactadas y recopiladas en los conocidos Fueros de Aragón
(1247), en los cuales sólo se tiene como fuente supletoria el seny natural. A través de él será
cómo penetre el Derecho común (Observancias).
En los señoríos vascongados el Derecho supletorio es el castellano (en Alava
llegará a aplicarse directamente el Fuero Real). Por ello, indirectamente, también penetra el
Derecho común, a través del castellano.
III. CARACTERISTICAS DEL DERECHO NUEVO Y EXPANSION DE LOS DERECHOS
HISPANICOS.
Refiriéndonos fundamentalmente a Castilla, se puede decir que el Derecho
nuevo, resultado de la pugna entre el antiguo y el común, es un Derecho original y arraigado,
tendente a la territorialidad y transformador de las instituciones.
Se dice que es un Derecho original porque, a diferencia del Derecho antiguo, el
nuevo es obra principal de los juristas y progresa en interés de los reyes y de la incipiente
burguesía, nacido por el desenvolvimiento de la ciencia jurídica, aunque sin adhesión popular.
Sin embargo, también se trata de un Derecho arraigado, puesto que el Derecho común viene a
completar el Derecho "viejo", no a desplazarlo. De hecho, continuará estando vigente el
antiguo, de mayor arraigo, prevaleciendo el Derecho común únicamente en la igualdad.
Al afirmar que el Derecho nuevo tiende a la territorialidad, se ha de entender
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que la recepción del Derecho común supuso un fondo de identidad jurídica igual para todos
los Reinos peninsulares. A la vez, el Derecho local, de las ciudades, fue sucumbiendo ante la
legislación real, inspirada en el Derecho romano, y por la mayor riqueza del Derecho recibido.
Pero hubo pugna, no lo olvidemos, y, por ello, los resultados fueron diversos, colaborando contrariamente a esa tendencia territorialista- a la acentuación y consolidación de Derechos
distintos, coincidentes con los Reinos.
La recepción, pues, actúa como elemento aproximador del Derecho de los
diferentes territorios peninsulares. Pero también fomenta, y se produce en esta época, la
expansión de algunos de tales Derechos en otras regiones. El Fuero Real es exportado a
Portugal, mientras que las Partidas se difunden por, además del Reino lusitano, Galicia,
Cataluña y Aragón (donde afecta a los feudos). El Derecho catalán se extiende por Tortosa,
Mallorca y Cerdeña. El aragonés se introduce en Valencia, zona sur de Cataluña, Sicilia y
algunas regiones italianas. El Derecho marítimo barcelonés despliega su influencia por todo el
Mediterráneo.
También, por último, el Derecho nuevo resulta transformador de las
instituciones. El desarrollo económico y social-burgués, junto al fortalecimiento de un aparato
burocrático en torno a la persona del rey (primeros pasos en la formación de los Estados), que
se inician en la Baja Edad Media y se consolidarán en los siglos XVI y XVII, suponen el
desenvolvimiento de una cierta libertad frente al decadente poder señorial y familiar, a la vez
que en lo político asistimos a las uniones de reinos y a una incipiente centraliación de corte
burocrático. Todo ello se plasma en ese nuevo Derecho que transformará las instituciones
según la nueva realidad.
IV. CONTEXTO HISTORICO DE LA EDAD MODERNA.
En lo que hace a la sociedad y a la cultura, los siglos XV al XVII suponen el
renacimiento de la cultura clásica, cuyo último período coincidirá con el Siglo de Oro
español. En este período se vive un proceso de secularización de las ciencias, que, unido a
aspectos religiosos, podemos situar en la disyuntiva humanismo-reformismo protestante. En
la península el renacimiento cultural va íntimamente ligado a una síntesis humanista y
escolástica (Trento 1545-1563). Los Austrias mantienen una actitud defensiva que salve a sus
súbditos y posesiones de la contaminación cultural europea. Esto se traducirá en un
aislamiento científico-cultura, a la vez que potenciara un desarrollo muy particular de la
cultura hispánica-católica. Sin embargo, con la paz de Westfalia de 1648, se sentirá el fracaso
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y la debilidad de la Monarquía hispánica, originándose una auténtica psicosis de crisis.
La coyuntura política pasa en los dos siglos desde la máxima expansión
territorial (unión personal de todos los Reinos peninsulares, descubrimiento y colonización de
América, dominio del Mediterráneo, etc.) a la postración y decadencia progresiva iniciada con
el reinado de Felipe IV y evidente ya con su sucesor Carlos II.
La política proteccionista de los Reyes Católicos permitió un desarrollo
generalizado de la economía, incrementándose el volumen de las exportaciones
(principalmente tejidos) y desarrollándose una burguesía comercial en torno a las ciudades (en
perjuicio de la nobleza), a la vez que se fomenta la agricultura autoabastecedora. El
monopolio comercial con América no se tradujo en un desarrollo inusitado del comercio,
puesto que, al menos hasta el siglo XVIII no hay mercancías comerciables o, desde otra
perspectiva, no interesa la relación comercial con América. El principal y primer interés
americano lo constituyen los metales preciosos, por lo que se fomenta el autoabastecimiento
indiano (separación económica absoluta de América con la metropoli). Pero los beneficios
"metálicos" no fueron invertidos, al utilizarse como susutento de guerras interminables en el
continente europeo. La oferta y la demanda se desequilibraban y la inflacción era
incontenible. Así en el siglo XVII es atribuída la escasez de mercancías en la península a la
exportación, por lo que se restringe ésta. Los favorecidos de este cambio de rumbo
económico, contrario al mercantilismo exportador en boga en la Europa del Norte, fueron los
capitalistas y mercaderes extranjeros, que vieron aumentar sus ganancias de una manera
inusitada. Las bancarrotas se suceden y sólo se piensa en la obtención de numerario, a costa
de aumentar la presión fiscal sobre los Reinos, que se rebelararán en numerosas ocasiones.
V. COLONIZACION DE AMERICA.
Hay que partir de la idea de que entre los pueblos precolombinos existe un
primitivismo generalizado. Sin embargo, según el distinto nivel de desarrollo cultural, pueden
distiguirse tres grandes áreas culturales en la América descubierta en 1492.
Los pueblos más primitivos suelen ubicarse en la periferia (Patagonia, Pampa,
California, Sur de los actuales Estados Unidos). Se trata de pueblos por lo general nómadas,
entre los que encontramos recolectores, cazadores y pescadores. La organización que
presentan es familiar o por bandas, de marcado carácter patriarcal (sólo se detectan
influencias matriarcales al Norte de Méjico).
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Las áreas culturales medias surgen de la fusión entre los pueblos primitivos y
las sociedades matriarcales (Amazonas, Orinoco, Chaco, alto Paraná, Antillas, Sudeste
estadounidense). Son pueblos sedentarios que practican la agricultura (por ejemplo, los
semínolas reciben esta denominación por cultivar la sémola), asentándose en poblados
tribales, propios de sociedades marcadamente matriarcales; aunque presentan entre sí
múltiples diferencias.
Los poblaciones más desarrolladas se agrupan en el área de las altas culturas,
principalmente la mejicana y la andina, que se desarrollan independientemente. En ellas
existen ciudades, regadíos, algodón, metalurgia y una amplia organización política. El área de
los Andes coincide con el imperio de los incas, que poseen una poderosa organización política
y dominan las artes mecánicas. En el área mejicana conviven, entre otros, los mayas y los
aztecas, que poseen una organización política más débil, debido a su gran progreso intelectual
(escritura, matemáticas, astronomía, medicina). También pueden señalarse dos zonas
contiguas a las anteriores que, por la influencia de ellas, tienen cierto desarrollo de nivel
medio: el área chibcha (Colombia) y el área de los indios pueblos (Norte de Méjico).
La principal característica que distingue a la colonización castellana de las
Indias en la Edad Moderna es que no únicamente se trasplantó la cultura hispánica en su más
alto nivel a los peninsulares emigrados y sus descendientes, sino que trató de ser
expresamente transmitida a los indígenas. Esto obedecía al fin evangelizador que los reyes
castellanos se atribuyeron en la colonización americana, ya que el indio debía ser hombre
civilizado antes de poder ser convertido al cristianismo.
Esta pretensión cultural-evangelizadora topó con numerosas dificultades, entre
otras: diversidad cultural, arcaísmo de muchos pueblos y enormes distancias entre unos
lugares y otros. En definitiva hubo una incomprensión recíproca. Explicable, al menos, por
ser pueblos que por primera vez en la Historia se descubrían mutuamente.
La tarea civilizadora fue encomendada a los misioneros encargados de la
evangelización, que se asientan en poblados y adoptan un régimen tutelar respecto a los
indios.
Como se puede apreciar, existe una radical diferencia entre la colonización -si
se puede llamar así- castellana y la emprendida por otros países europeos. Una prueba más es
el mestizaje racial y cultural que existe en las Indias.
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VI. ORDENAMIENTOS VIGENTES Y EVOLUCION JURIDICA.
El tránsito de la Edad Media a la Moderna, en el ámbito jurídico, se hace casi
imperceptible. La Edad Moderna, desde esta perspectiva, constituye el desarrollo normal de
los sistemas jurídicos medievales, sin actuación de agentes externos que supongan una
innovación.
En primer lugar, destaca el hecho de que, pese a la unidad política peninsular
lograda en la persona del monarca, coexisten los mismas áreas jurídicas, coincidentes con los
Reinos, consolidadas durante la Baja Edad Media. Sólo la expulsión de los judíos y la
conversión inicial y posterior expulsión de los moriscos suponen un cambio sustancial
respecto a la época anterior, ya que conllevan la desaparición de los Derechos personales,
distintos del canónico, vigentes hasta entonces para los de la nación hebrea y musulmanes.
Por otro lado, la unificación jurídica ya no marcha por el camino de la
expansión territorial, sino por el de la extensión generalizada de los principios y normas del
Derecho común, comenzando a cobrar sentido la distinción (fraguada en el siglo XIX) de un
Derecho español común y otros Derechos forales. El Derecho local pervive en el Sur aragonés
y en Catalupa tan sólo, salvando algunas instituciones muy particulares, a la vez que el
Derecho consuetudinario presenta grandes diferencias de unas comarcas a otras.
El Derecho canónico, en otro orden, se convierte en el único ordenamiento con
vigencia general. Formado en la Baja Edad Media se mantiene inalterado, salvo en las
aportaciones del Concilio de Trento (1564). La legislación pontificia también se aplicó a la
Monarquía, aunque necesitó de la autorización real (pase regio), lo que abría paso a una
nacionalización del Derecho canónico (también del indiano).
La evolución del sistema jurídico moderno no fue uniforme en todas sus ramas.
El renacimiento de los estudios teológicos durante el siglo XVI contribuyó a la nueva
aceptación de los postulados escolásticos, En esta época se conciben como disciplinas
autónomas la Filosofía del Derecho, la Teoría Política, el Derecho Internacional y el Derecho
Penal, con un tratamiento sistemático y con gran trascendencia práctica.
La
organización
político-administrativa
también
se
desarrolla
independientemente, concibiéndose una nueva forma de Administración, servidora de unos
nuevos fines (cercanos y anunciadores de lo que será el Estado) y que precisa de unos medios
idóneos para alcanzar satisfactoriamente dichos fines. La Teoría Política se desarrolla sobre
los principios báxicos de la escolástica y del Derecho común (Maquiavelo y Bodin no
influyeron tanto como se piensa).
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El resto de los campos jurídicos en lo fundamental no se vieron modificados.
Las Leyes de toro de 1505 solucionaron las dudas, incertidumbres y contradicciones entre los
Derechos particulares (concretamente el castellano) y el Derecho común. Este último triunfa
plenamente en la Edad Moderna sobre los Derechos considerados ahora "especiales" (forales
y locales, en general), gracias sin duda a la tarea emprendida por los juristas, las universidades
y la imprenta unos siglos antes. Todo ello contribuyó a una cierta unificación en el espíritu
(principios) y en las normas jurídicas modernas.
VII. DERECHO INDIANO.
El Derecho indiano es un nuevo sistema jurídico llevado de Europa a América.
Por decisión personal de los Reyes Católicos, tanto a lo público como a lo privado, se
trsplantó el Derecho castellano a las Indias recién descubiertas. Por tanto, también el Derecho
indiano, a través del castellano, precibe e incorpora los principios y normas del Derecho
común.
Sin embargo, el Derecho castellano llevado a América, por las circunstancias
especiales americanas, resultó pronto insuficiente y, en muchas ocasiones, inadecuado. No
existía una experiencia previa, por ello la legislación real que se comienzan a dictar para
América es más un ensayo, que se limita a resolver los problemas que se van planteando
sobre la marcha, dando normas meramente casuísticas.
Por otro lado, se planteó el problema de la legítima incorporación de las Indias
a Castilla y la libertad de los indios. La polémica abierta se zanjó recurriendo al Derecho
natural (Francisco de Vitoria y Grocio abren paso al Derecho Internacional). Así se halla un
nuevo Derecho justo para el gobierno y organización del mundo americano.
Los elementos del Derecho indiano son la legislación real dada para las Indias
(cuya fuente es la soberanía del rey), las leyes criollas (emanadas de las autoridades indianas
y receptora-consolidadora de costumbres indianas) y el Derecho castellano, como fuente
supletoria.
Para la llamada "gobernación espiritual de las Indias" también se acude a estas
fuentes, en perjuicio del Derecho canónico que se "nacionaliza" hasta extremos
insospechados, fruto del fin misional de la colonización y por la tendencia regalista iniciada
de una manera importante en el siglo XVII.
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