LOS PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA BIOÉTICA

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LOS PRINCIPIOS BÁSICOS
DE LA BIOÉTICA
Ramon ALCOBERRO
En la filosofía moral se pueden distinguir dos corrientes: de un lado los
‘consecuencialistas’ para quienes ‘la correcta acción moral está determinada por la
producción de buenas consecuencias’ (Hume, Bentham/Mill: el criterio moral del mayor
bien para el mayor número). Por otro lado encontramos a los ‘deontologistas’ para
quienes los conceptos de obligación y de justicia son independientes de la felicidad o
del bien que se logre y toda la acción moral depende de la buena voluntad
(mparcialidad y universalidad del principio desde el cual se juzga. El principal defensor
de esta tesis es Kant.
Los 4 principios básicos de la bioética pueden ser defendidos tanto desde posiciones
‘consecuencialistas’ como ‘deontologistas’, pero hay que tener en cuenta que la
apelación a los cuatro principios no incluye una ‘teoría’ moral, sino un esquema de
análisis que nos permite seleccionar, ante una situación concreta, los elementos más
pertinentes para encontrar un criterio o resolver una dificultad práctica.
1- Principio de autonomía: Dos filósofos muy distintos han defendido el concepto
moderno de ‘autonomía’: Kant (deontologista) y Stuart Mill (utilitarista). Es dudoso que
en la práctica el seguidor de una autonomía de tipo kantiano o de una autonomía
milliana hagan cosas substancialmente distintas. El núcleo de la diferencia reside en
que Mill por una parte entiende la autonomía como ‘no interferencia’ mientras que en
Kant domina la idea del ‘respeto’ hacia la persona.
El principio de autonomía se puede formular negativamente como: ‘las acciones
autónomas no pueden ser sometidas a la limitación o al permiso de otro’. Y
positivamente como: ‘yo soy el único sujeto de mis actos y de mi responsabilidad’.
Una concreción bioética de la autonomía es el consentimiento informado del paciente.
2.- Principio de beneficencia: (‘Hacer el bien’). Tanto los utilitaristas como Kant
derivan la beneficencia de la utilidad y los kantianos reconocen, además, que hacer el
bien es una exigencia a priori de la acción. Pero el principio de beneficencia depende la
autonomía (hacer el bien que el individuo solicita). La beneficencia no se confunde con
la piedad, la gentileza o la caridad, porque incluye toda forma de acción en beneficio
de individuos que tienen derecho a decidir. Se origina en el juramento hipocrático,
pero va más allá de la filantropía en tanto que reconoce al paciente como sujeto de
derechos (no de caridad).
3.- Principio de no-maleficencia: (‘Primum non nocere’) No es fácil distinguirlo del
anterior pero es básico en el caso de evaluación de tratamientos. Tiene un fuerte
componente realista y antiutópico (no siempre se sabe, ni se puede hacer el bien) y
actúa preventivamente. No está en el ‘Corpus’ hipocrático a la letra, pero deriva de él.
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4.- Principio de justicia: La justicia es una exigencia difícil de definir, pero
fundamental. En principio (según la tradición aristotélica) exige tratar igual lo que es
igual y desigualmente lo que es desigual. Así se habla de ‘equidad’. Se puede entender
también como un principio de imparcialidad pero la dificultad de la justicia se halla en
el reparto de recursos escasos. Sin un criterio de justicia imparcial se derrumba la
confianza en el sistema.
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