tras no se decida si las mismas fuerzas de atracción y de repulsión

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ANALES
tras no se decida si las mismas fuerzas de atracción y
de repulsión, que vemos obrar en el dia en el universo , obraron ó no en el mundo primitivo, no debemos
crearnos materias nuevas, cuyo empleo sin duda alguna es tan cómodo como las causas hiperfísicas. Un
fuego que hace entrar en fusión mezclas de tierras
apenas fusibles, y que al mismo tiempo (como en la
pizarra porfirina) conserva sin la mas leve alteración
Jas impresiones de plantas tiernas, la idea de un fuego
semejante nos lleva á países desconocidos. Mas vale
confesarnos ignorantes al ver fenómenos cuya explicación excede nuestras fuerzas, que explicar causas que
no se hallan en el círculo de nuestros conocimientos
empíricos.
Pero si en las indagaciones cosmogónicas (por con*
siguiente en la parte histórica de la Geognosia) llegamos á admitir una hipótesis fortificada por la analogía
de efectos que aun en el dia se pueden observar en la
naturaleza, entonces adquiere nueva fuerza toda la
serie de otras causas íntimamente enlazada con aquella. Quanto menos seguro es el camino escogido , con
tanta mayor precaución se debe formar la serie sucecesiva de las conclusiones. L a s fantasías cosmogónicas,
como las del inmortal Franklin, no solamente son
susceptibles del aparato estético, sino también instruyen y proporcionan nuevas luces; pero en quanto á su naturaleza no entran en el territorio de lat
Geognosia. Es ridículo fingir excavaciones en lo interior del globo terrestre, y llenarlas con fluidos elásticos , puesto que las observaciones del péndulo por
Maskeline demuestran lo contrario. L a s fantasías engañan, y son peligrosas quando se presentan como he>
chos, y se revisten del trage serio de indagaciones científicas , como por desgracia ha sucedido tantas veces, t
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