Comentario de la encuesta N 103 Un alto porcentaje de participantes

Anuncio
Comentario de la encuesta N 103
Un alto porcentaje de participantes (82,6 %) ha respondió ejemplar adulto de Dioctophyma
renale. Este es conocido como “gusano gigante o rojo del riñón”, y afecta principalmente a los
perros, visón, lobo, zorro, chacal, nutria, puma, gato, comadreja y otros mamíferos ictiófagos
tanto domésticos como salvajes. El hombre es un huésped definitivo accidental y su infección es
poco frecuente.
Los vermes adultos de D. renale son de gran tamaño, de color rojo intenso. La hembra mide 20 a
100 cm de largo por 5 a 12 mm de diámetro y el macho, entre 14 a 45 cm por 4 a 6 mm,
dependiendo estos valores de la especie del hospedador que alberga al parásito. La boca es
simple, carece de labios. El esófago es largo, angosto, levemente engrosado en la parte posterior y
sin bulbo terminal. El extremo posterior del macho posee una bolsa copulatriz sin rayos. La
hembra presenta una cola roma, con ano terminal, tiene un solo ovario. Son ovíparos.
Los huevos son de color marrón amarillento, miden 60 -84por 38-52tienen forma de barril,
cáscara gruesa con la superficie cubierta por abolladuras, excepto en los polos. (Foto 1)
Foto 1. Huevos de D. renale con diferentes aumentos (400X a la izquierda y 100X a la derecha)
El parásito es de ciclo heteroxénico o sea requiere de más de un hospedador. Para completar su
evolución necesita de un hospedador definitivo vertebrado que alberga al verme adulto y de un
hospedador intermediario invertebrado en el que se desarrollan las formas larvarias.
En los mamíferos, los parásitos se localizan principalmente en la pelvis renal y con menor
frecuencia en la cavidad abdominal, hígado, uréteres, vejiga, uretra, ovarios, útero, glándula
mamaria, cavidad torácica, tejido subcutáneo y pericardio.
En el hombre, la localización observada en los casos registrados, es renal, perirrenal y en tejido
subcutáneo.
Los huevos no embrionados salen al ambiente con la orina del hospedador definitivo y
evolucionan en el agua dulce formándose las larvas del primer estadío o L1 en 15 a 102 días a
temperaturas de 14 a 30ºC. El huevo larvado debe ser ingerido por los hospedadores
intermediarios, anélidos oligoquetos de agua dulce como Lumbriculus variegatus (lombriz de agua)
que viven en ríos, arroyos y zonas anegadizas. En el intestino de la lombriz se libera la L1 que
migra hacia el celoma para mudar a L2 y luego a L3 infectiva. El período de desarrollo a este
último estadío es de 70 a 120 días a 20-30ºC.
El anélido con la L3 infectiva puede ser ingerido por un hospedador definitivo o por
hospedadores paraténicos o de transporte, como ranas y peces, en los cuales la larva no sigue
evolucionando y queda enquistada en los tejidos (pared estomacal, mesenterio, hígado y músculos
abdominales). Los hospedadores definitivos pueden infectarse también ingiriendo los
hospedadores paraténicos.
En el hospedador definitivo las larvas infectantes se liberan en el estómago, penetran en la
submucosa gástrica, permaneciendo allí durante 5 días. Luego llegan al hígado, para migrar
posteriormente por la cavidad abdominal hasta el riñón, donde se transforman en adultos, siendo
su vida media de 1 a 3 años.
En el perro, los nematodos parasitan el riñón derecho con mayor frecuencia que el izquierdo,
siendo rara la infección de ambos riñones. Generalmente se encuentra un solo verme en el riñón y
excepcionalmente más de uno.
Algunos parásitos efectúan migraciones erráticas, llegando a adultos en las cavidades abdominal y
torácica, por lo que los huevos no pueden eliminarse al exterior para continuar con el ciclo
evolutivo.
El período prepotente oscila entre 107 y 180 días.
Patogenia:
D. renale efectúa primeramente una acción traumática al migrar a través de diferentes tejidos y
órganos. Destruye el parénquima renal mediante la acción de enzimas líticas secretadas por las
glándulas esofágicas. En algunos casos queda la cápsula renal solamente como un saco
conteniendo los vermes adultos y un líquido hemorrágico.
Pueden bloquear el uréter o descender hasta la vejiga y obstruir la uretra o salir por ella.
A todo esto debe agregarse la acción tóxica de los metabolitos del parásito y la reacción defensiva
del hospedador.
La lesión renal se presenta como un quiste de paredes fibrosas tapizadas por una reacción
inflamatoria granulomatosa crónica contra los huevos y vermes adultos.
Cuadro clínico:
Las manifestaciones dependen de la cantidad de parásitos y de su localización en el hospedador.
Tanto en el hombre como en el perro, se encuentra generalmente afectado un solo riñón por un
solo parásito. La infección puede cursar en forma asintomática debido a que el riñón no infectado
se hipertrofia y compensa funcionalmente al otro. Las formas sintomáticas pueden presentar
cólico renal, hematuria y si hay bloqueo de las vías urinarias se produce anuria y uremia. Otras
manifestaciones pueden incluir fiebre, pérdida de peso, anorexia, convulsiones y marcada
eosinofilia.
En las infecciones erráticas y/o múltiples, los cuadros varían según los órganos o tejidos afectados.
Diagnóstico:
Se base fundamentalmente en la observación de huevos en el sedimento urinario en los casos de
parasitación renal por ejemplares hembras. En los casos de infecciones por machos
exclusivamente o en las formas erráticas, se debe recurrir a diagnóstico por imágenes o técnicas
exploratorias.
Epidemiología:
La dioctofimosis es una zoonosis de distribución mundial. Ha sido descripta en todo el continente
americano. En Canadá y Estados Unidos, el visón es el principal hospedador definitivo. En la
Argentina el perro presenta infecciones muy frecuentes en las regiones endémicas como en la del
noreste y en la zona costera del Río de la Plata. Los casos humanos son poco frecuentes.
Los huevos del parásito pueden permanecer viables en el agua hasta 5 años.
En la naturaleza, la probabilidad de adquirir la infección se amplía por la existencia de los
hospedadores paraténicos como ranas y peces de agua dulce.
Los hospedadores definitivos, incluido el hombre se contagian al beber agua conteniendo los
pequeños anélidos (3 a 10mm) y/o al comer ranas o pescados crudos o poco cocidos.
Como prevención debe evitarse tomar agua de arroyos y ríos sin hervirla previamente, así como la
ingesta de pescado y ranas sin adecuada cocción.
Algunos participantes (6,4%) han respondido Diphyllobothrium latum. Si bien el contagio de este
verme es a través de la ingesta de pescados crudos o mal cocidos, estos deben ser salmónidos
lacustres y el verme es un cestade y no un nematode.
En cuanto a los anisákidos que han respondido algunos participantes (2,2%), si bien el contagio es
por la ingesta de pescados crudos o mal cocidos, éstos deben ser de agua salada y el hombre no
desarrolla el parásito adulto, sino solo la forma larvaria.
En cuanto a los que han respondido Ascaris lumbricoides (3,4%) , debemos recordar que el verme
adulto es más pequeño, que si bien en ocasiones se observa de color rosado, su ubicación habitual
es el intestino delgado y no el riñón, aunque puede presentar algunas localizaciones ectópicas,
estas están vinculadas de alguna manera con el trato digestivo o respiratorio.
Descargar