Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Originales M. D. Pérez Moreno M. J. González Valenzuela1 Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 Copyright 2004 AELFA y Grupo Ars XXI de Comunicación, S.A. ISSN: 0214-4603 Desarrollo del conocimiento fonológico, experiencia lectora y dificultad de la tarea 1Universidad de Málaga. Facultad de Psicología. Dpto. Psicología Evolutiva y de la Educación El objetivo principal de este trabajo consiste en analizar el desarrollo del Conocimiento Fonológico en función de la experiencia lectora y el índice de dificultad de las tareas utilizadas. La muestra esta compuesta por cuatro grupos, dos grupos formados por alumnos de 4 y 5 años, no iniciados en el aprendizaje lector, y dos grupos de 5 y 6 años, iniciados en dicho aprendizaje. Las variables de estudio son conocimiento fonológico (conocimiento silábico y fonémico), conocimiento silábico (identificación, recuento, omisión, adición, aislar, comparar y reconocer sílabas) y conocimiento fonémico (recuento, identificación, omisión, adición, síntesis, aislar y segmentar fonemas). Se presentan los análisis de varianza y los porcentajes de respuestas correctas en cada tarea. Los resultados demuestran, por una parte, una evolución en las distintas variables según la edad con independencia de la experiencia lectora, siendo las puntuaciones mayores en el conocimiento silábico que en el conocimiento fonémico, tanto antes como después de tener experiencia lectora. Por otra parte, las tareas más fáciles han sido, en general, las de conocimiento silábico, aunque antes del aprendizaje lector se han encontrado porcentajes moderados en algunas tareas de conocimiento fonémico. Estos resultados aportan información con respecto a la explicación, evaluación e intervención de las dificultades lectoras. Palabras clave: Conocimiento fonológico, dificultad de la tarea, experiencia lectora. Development of phonological awareness, reading experience and task difficulty The main objective of this work consists in analyzing the development of the phonological awareness in function of the experience reader and to analyze the index of difficulty of the used tasks. The sample is established for four groups, two groups formed by students of 4 and 5 years, that have not begun reading, and two groups of 5 and 6 years, that have begun reading. The study variables are phonological awareness (syllabic and fonetic awareness), syllabic awareness (identification, recount, omission, addition, to isolate, to compare and to recognize syllables) and fonetic awareness (recount, identification, omission, addition, synthesis, to isolate and to segment phonemes). The variance analyses and the percentages of correct answers are presented in each task. The results demonstrate, on one hand, an evolution in the different variables according to the age with independence of the reading experience, being the biggest punctuations in syllabic awareness that in awareness fonetic, so much before as after having reading experience. On the other hand, the easiest tasks have been those of syllabic awareness, although before the learning to read they have been percentages moderated in some tasks of fonetic awareness. These results contribute information to the explanation, evaluation and intervention of the reading difficulty. Key words: Phonological awareness, difficulty of the task, reading experience. Correspondecia: M. J. González Valenzuela Universidad de Málaga. Dpto de Psicología Evolutiva y de la Educación. Campus de Teatinos, s/n 29071 Málaga Correo electrónico: [email protected] 2 Introducción Cuando se efectúa una revisión de los estudios sobre conocimiento fonológico (CF), los autores 12 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA encuentran que se utilizan indistintamente expresiones como sensibilidad fonológica, conciencia fonológica, conocimiento fonémico o conocimiento segmental. En este trabajo se utilizará el término conocimiento fonológico, ya que se trata del que recoge con mayor precisión el proceso de adquisición y comprensión de las habilidades fonológicas. Esta expresión proviene del inglés phonological awareness, traduciéndose como conocimiento fonológico y/o como una forma de metacognición. Por lo tanto, el CF se define como la capacidad que tiene una persona para operar explícitamente con los segmentos de la palabra. Supone la conciencia de que las palabras se pueden manipular y que están formadas por unidades lingüísticas más básicas. Algunos de sus componentes reconocidos son el conocimiento de la rima y aliteración, el conocimiento silábico, el conocimiento intrasilábico, el conocimiento fónico y el conocimiento fonémico; estos dos últimos se agrupan formando el conocimiento segmental (Rueda, 1995). Un asunto de gran interés sobre el estudio del conocimiento fonológico es su relación con el aprendizaje de la lengua escrita. La relación existente entre el CF y la Lectura se describe en numerosas investigaciones, pero hay diferencias entre los autores a la hora de definir el sentido de esa relación, siendo importante establecerla con miras a la intervención de las dificultades lectoras, ya que éste juega un papel fundamental en la explicación de las dificultades que encuentran los niños durante el aprendizaje, en su evaluación, prevención e intervención (Jiménez, 1996; González, 1996; Rueda y Sánchez, 1996). En este sentido, existen distintas hipótesis acerca de la relación entre el CF y la experiencia lectora. Con respecto a una de las primeras hipótesis planteadas, esta relación se explica de la siguiente forma: el CF es la causa y prerrequisito del aprendizaje lector, produciendo el CF efectos beneficiosos sobre la Lectura. Numerosas investigaciones ponen de manifiesto la importancia de la conciencia fonológica de los prelectores en la adquisición de la habilidad lectora. En estos estudios se resalta la necesidad del CF para desarrollar el sistema de reglas que requiere la estrategia de descodificación fonológica y confirman el alto poder predictivo del CF con respecto al aprendizaje de la lectoescritura, con notable diferencia en cuanto a otras variables, incluso con respecto a los factores de estructuración visomotriz y a la memoria reproductiva (Jiménez, Rodrigo, Ortiz y Guzmán 1999; Carrillo, 1994; Jiménez y Ortiz, 1995; Gimeno, 13 Clemente, López y Castro, 1994; Lencher, Gerber, y Routh, 1990; Jiménez y Artiles 1990). Además, cuando se tienen en cuenta las habilidades perceptivo-visuales, dominancia ocular, velocidad de procesamiento visual, control oculomotor, las diferencias entre niños con dificultades de aprendizaje y niños normales no son tan consistentes (Escoriza, 1986; González, 1984). En cuanto a otras de las hipótesis sobre la relación entre CF y Lectura, se defiende que el CF es consecuencia del aprendizaje lector. Se entiende que la experiencia lectora favorece la adquisición y el desarrollo del CF, es decir, la lectura influye en la adquisición del CF y éste emerge durante su aprendizaje, aunque no es la única variable que contribuye a que los niños presenten conocimiento fonológico (González, 1993). Desde esta perspectiva, un factor que debe tenerse en cuenta es la lengua en la que se aprende a leer. Cuanto más transparente sea la lengua mayor influencia tendrá. En el caso del castellano, la regularidad en las correspondencias ortográficas es muy alta, siendo el contexto silábico el que determina su pronunciación y el aprendizaje de la decodificación grafema–fonema no entraña la complejidad que existen en otras lenguas de ortografía profunda (p. ej. inglés). Finalmente, la tercera hipótesis plantea que la relación entre CF y Lectura podría ser considerada como bidireccional (Jiménez, 1996; González, 1996). Se ha demostrado que la intervención en la segmentación fonológica tiene efectos sobre el aprendizaje de las reglas de conversión grafema-fonema, al mismo tiempo que la intervención sobre estrategias alfabéticas mejoran la segmentación en niños disléxicos (Sánchez y Rueda, 1991). En este sentido, antes de iniciar el aprendizaje de la lectura, los niños alcanzan un nivel mínimo del CF para adquirir habilidades lectoras básicas que proporcionaría la base para rendir en tareas fonológicas más complejas. A su vez, esta habilidad fonológica facilitará el progreso del aprendizaje lector. El CF es, por lo tanto, causa y consecuencia de las habilidades lectoras (Morais, 1991; Morais, Alegría y Content, 1987; Stanovich, 1986; Wagner, Torgesen y Rashotte, 1994). Pero, ¿qué niveles de CF influyen más antes del aprendizaje de la lectura y cuáles influyen más después?, ¿en qué niveles de CF influye más la experiencia lectora antes y después de éste?. En esta línea, otra cuestión polémica es la distinción de distintos niveles de conocimiento fonológico Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ 3 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ 4 DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA y distintos modos de evaluación. Según el criterio utilizado, los resultados o análisis realizados sobre la influencia de esta variable en el aprendizaje y dificultades lectoescritoras varían (Rueda, 1993; Rueda 1995; Jiménez y Ortiz, 1995). Podemos encontrar distintos niveles de CF (silábico, fonémico, intrasilábico, etc.) y distintas tareas de evaluación (identificación, recuento, aislar, omisión, adición, inversión, etc. de sílabas y fonemas en palabras). Pero, ¿cuáles son más representativas, cuáles miden mejor, miden todas lo mismo, entrañan la misma dificultad?. Son cuestiones importantes y relevantes para poder detectar a tiempo y de forma adecuada las dificultades de aprendizaje de la lengua escrita y poder establecer un plan de intervención adecuado y eficaz, así como para determinar qué niveles de CF influyen antes o después en el aprendizaje lector y viceversa. Algo en lo que se coincide en distintas investigaciones (Calero y Pérez, 1993; Defior, 1994; Domínguez y Clemente, 1993; Rueda, 1993, 1995; Jiménez, 1992, 1996) es en considerar que el CF no constituye una entidad homogénea, sino que existen diferentes niveles de conciencia fonológica y que estos niveles se pueden abordar de diferente forma. En un estudio realizado por Jiménez (1996), se exponen diferentes formas de evaluar los distintos niveles de CF. En primer lugar, se puede abordar en función de la dificultad de la tarea, según las demandas lingüísticas, analíticas y de memoria requeridas. Se diferencian hasta cinco niveles de dificultad en las tareas que miden la conciencia fonológica. De menor a mayor los niveles serían los siguientes: 1) recordar rimas familiares, 2) reconocer y clasificar patrones de rima y aliteración en palabras, 3) tareas de recomposición de sílabas en palabras, o de separación de algún componente de la sílaba, 4) segmentación de la palabra en fonemas y, 5) añadir, omitir o invertir fonemas y producir la palabra o seudopalabra resultante. Por otra parte, se puede abordar en función de la unidad lingüística objeto de reflexión y manipulación por parte del sujeto, distinguiéndose: 1) conciencia silábica, 2) conciencia intrasilábica y, 3) conciencia fonémica. Por otra parte, Rueda (1993, 1995) recoge la clasificación realizada por Content (1985), que agrupa cinco grandes categorías: segmentación forzada, segmentación libre, contar segmentos de palabras, manipulación de segmentos de palabras y categorización. Los procedimientos y tareas que existen para poder medir el conocimiento fonológico son, por lo tanto, numerosos y variados. Las tareas más utilizadas son: detección de rimas, aislar fonemas en posición inicial, medial o final, segmentar las palabras en sílabas o fonemas, omitir fonemas en palabras, invertir los fonemas que contiene una palabra, recomponer palabras a partir de fonemas o sílabas aisladas y omitir sílabas o fonemas que se han especificado previamente (Tunmer y Nesdale, 1985; Yopp, 1988; Jiménez y Ortiz, 1995). Según todo lo expuesto, es obvio que el CF juega un papel importante en la explicación de la adquisición lectora y viceversa, siendo necesario estudiar la influencia de los distintos niveles de CF antes y después de la adquisición lectora. El conocimiento silábico y fonémico influye decisivamente en la lectura desde los 4-5 años hasta los 8 años, pero algunos niveles de CF se adquieren antes de la adquisición de la lectoescritura y otras son posteriores (Defior, 1994). En este sentido, se defiende que antes de los 6 años, la influencia es más relevante por parte del conocimiento silábico, mientras que a los 7-8 años, el porcentaje de explicación es mayor por parte del conocimiento fonémico, ya que éste es el que se adquiere en contacto con la instrucción de las lenguas alfabéticas (González, 1996). Según las cuestiones planteadas anteriormente, en esta investigación se pretende analizar el desarrollo evolutivo del conocimiento fonológico, antes y después de la enseñanza-aprendizaje de la lectura. Por otro lado, se analizará la ejecución en las distintas tareas sobre CF utilizadas, con el fin de ver cuáles presentan más dificultad y cuáles menos, para establecer la relación entre conocimiento fonológico y lectura teniendo en cuenta la dificultad de las mismas y su repercusión en el aprendizaje de la lectura y en la detección e intervención de sus dificultades. Material y método Objetivos e hipótesis El objetivo de esta investigación es analizar el desarrollo del conocimiento fonológico, medido en términos de conocimiento silábico y fonémico, tanto con alumnos que no se han iniciado en el aprendizaje de la lectura como con alumnos que sí se han iniciado en este aprendizaje. Se pretende, además, analizar el nivel de dificultad de distintos tipos de pruebas y/o actividades que se utilizan para la eva14 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA luación del conocimiento fonológico (silábico y fonémico), con sujetos que se han iniciado en el aprendizaje de la lectura y con sujetos que no se han iniciado en dicho aprendizaje. Las hipótesis que se pretenden comprobar, de acuerdo con el planteamiento teórico y los objetivos planteados en este estudio, son las siguientes: En primer lugar, se espera encontrar diferencias significativas en el conocimiento fonológico entre los alumnos de 4-5 años, que aún no se han iniciado en el aprendizaje lector, y los alumnos de 5 y 6 años, que sí se han iniciado en dicho aprendizaje, mejorando las puntuaciones de los 4 a los 6 años de edad. En segundo lugar, se espera encontrar diferencias significativas en conocimiento silábico entre los alumnos de 4 y 5 años, que aún no se han iniciado en el aprendizaje lector, y los alumnos de 5 y 6 años, que sí se han iniciado en dicho aprendizaje, mejorando las puntuaciones de los 4 a los 6 años de edad. En tercer lugar, se espera encontrar diferencias significativas en conocimiento fonémico entre los alumnos de 4-5 años, que aún no se han iniciado en el aprendizaje lector, y los alumnos de 5 y 6 años, que sí se han iniciado en dicho aprendizaje, mejorando las puntuaciones de los 4 a los 6 años de edad. En cuarto lugar, se espera encontrar diferentes niveles de dificultad en las tareas que miden el conocimiento fonológico (silábico y fonémico) antes (4-5 años) y después (5-6 años) del aprendizaje de la lectura. Muestra La muestra de este estudio está compuesta por 74 sujetos, de edades comprendidas entre 4 y 6 años, procedentes de la localidad de Fuengirola, provincia de Tabla 1 Málaga. El nivel sociocultural de los sujetos es mediobajo y pertenecen a una zona urbana. Todos los sujetos son de habla castellana, con niveles intelectuales normales, sin deficiencias físicas, psíquicas o sensoriales. El total de la muestra está compuesta por cuatro grupos de sujetos. Dos grupos de sujetos no se han iniciado en el aprendizaje de la lectura y pertenecen a Educación Infantil de cuatro (n = 18) y cinco años (n = 16) cada uno (grupo 1 y 2, respectivamente). Los otros dos grupos (grupo 3 y 4) sí se han iniciado en dicho aprendizaje y pertenecen a Educación Infantil de 5 años (n = 20) y a Primero de Educación Primaria de 6 años (n = 20), respectivamente (tabla 1). Variables e instrumentos de medida En función de las hipótesis planteadas, las variables de estudio son el conocimiento fonológico (CONOFONO), conocimiento silábico (CONOSI) y el conocimiento fonémico (CONOFO). El conocimiento fonológico se consideró como el sumatorio del conocimiento silábico y fonémico. Se utilizó la prueba de segmentación fonológica PSEFA (González, 1993), parte de la forma A de la prueba de segmentación lingüística PSL (Jiménez y Ortiz, 1995) y la prueba de conciencia fonémica PCF (Jiménez y Ortiz, 1995). Con la prueba de segmentación fonológica PSEFA (González, 1993) se evaluó el conocimiento silábico y fonémico, en términos de identificación, recuento, omisión y adición de sílabas y fonemas, respectivamente. Esta prueba evalúa la habilidad de los sujetos para descomponer y reconocer una palabra a través de las sílabas y los fonemas que la forman. Los criterios para la elección de los ítems fueron la frecuencia Distribución de la muestra Nivel escolar Infantil 4 años Infantil 5 años Infantil 5 años 1º Primaria 6 años Experiencia en lectura Grupos N No No Sí Sí Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 18 16 20 20 74 15 Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ TOTAL 5 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ 6 DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA de los fonemas en nuestra lengua, la posición fonética y la longitud de la palabra. Las subpruebas de identificación tienen como objetivo que el sujeto busque entre un par de palabras aquéllas que contengan las sílabas (IDESI) o fonemas (IDEFO) elegidos. Las subpruebas de recuento pretenden que el sujeto parta o divida una palabra y cuente sus sílabas (RECUSI) o fonemas (RECUFO). Las subpruebas de omisión tienen como objetivo que el sujeto elimine una parte de la palabra, una sílaba (OMISI) o un fonema (OMIFO) para que la palabra resultante sea otra concreta y previamente determinada. Las subpruebas de adición permiten al sujeto añadir a una palabra, una sílaba (ADISI) o un fonema (ADIFO) para que resulte otra palabra determinada, estando los ítems ordenados de menor a mayor dificultad. Las subpruebas IDESI, RECUSI, OMISI, ADISI miden conocimiento silábico (CONOSI), mientras que las subpruebas de IDEFO, RECUFO, OMIFO, ADIFO miden conocimiento fonémico (CONOFON). Con la prueba de segmentación lingüística PSL (Jiménez y Ortiz, 1995) se evaluó el conocimiento silábico, en términos de aislar sílabas en posición inicial y/o final en las palabras (AISLSI), reconocer si la sílaba inicial y/o final coincide con la de otra palabra (RECOSI) y, por último, reconocer y pronunciar la palabra descompuesta en una secuencia 2de sílabas (SECUESI). La prueba PSL mide la conciencia fonológica (conocimiento silábico y fonémico) e incluye fundamentalmente tareas de manipulación de unidades silabico fonéticas y tareas de segmentación léxica. Esta prueba está compuesta por siete tareas, pero únicamente se utilizaron las tareas indicadas anteriormente. La tarea de aislar sílabas en las palabras (AISLSI) consiste en buscar en series de dibujos aquéllos cuyos nombres contienen la unidad lingüística emitida por el examinador en posición inicial y final. La tarea de reconocer si la sílaba inicial y/o final coincide con la de otra palabra (RECOSI) consiste en la representación de pares de palabras a nivel oral, debiendo identificar en pares de palabras bisílabas o trisílabas si éstas empiezan o terminan con la misma sílaba. La prueba de reconocer y pronunciar la palabra descompuesta en una secuencia de sílabas (SECUESI) consiste en presentar palabras bisílabas y trisílabas descompuestas en sílabas y, manteniendo un intervalo de separación constante entre ellas, ha de reconocerse y pronunciarse las palabras que se forman con ellas. Con la prueba de conciencia fonémica PCF (Jiménez y Ortiz, 1995) se evaluó el conocimiento foné- mico, en términos de síntesis de fonemas (SINTEFO), aislar fonemas (AISLFO) y segmentar fonemas (SEGMEFO). La prueba PCF evalúa el conocimiento fonémico y está compuesta por cuatro tareas, aunque únicamente se utilizaron las que se han descrito previamente. Cada tarea se resuelve en función de la estructura lingüística de las palabras y teniendo en cuenta su familiaridad. La tarea de síntesis de fonemas (SINTEFO) consiste en que el sujeto adivine la palabra formada por los fonemas emitidos por el examinador. La tarea de aislar (AISLFO) requiere que el sujeto pronuncie por separado el primer segmento consonántico de las palabras. En la tarea de segmentación (SEGMEFO), el sujeto tiene que separar las palabras en cada uno de los sonidos que las componen. Cada una de estas tareas incluye la misma proporción de palabras con diferentes estructuras lingüísticas (p. ej. CVC, CVCV, CCVCV), lo que nos permite analizar el rendimiento de los sujetos tanto en función del tipo de tarea como de la estructura lingüística implicada. En definitiva, en este estudio se evaluaron distintas variables con distintas tareas y/o distintas pruebas: a. Conocimiento silábico (con las pruebas PSEFA y PSL): identificación de sílabas (IDESI), recuento de sílabas (RECUSI), omisión de sílabas (OMISI), adición de sílabas (ADISI), aislar sílabas (AISLSI), reconocer o comparar sílabas (RECOSI), reconocer y pronunciar palabras descompuestas en sílabas (SECUESI). b. Conocimiento fonémico (con las pruebas PSEFA y la PCF): identificación de fonemas (IDEFO), recuento de fonemas (RECUFO), omisión de fonemas (OMIFO), adición de fonemas (ADIFO), síntesis de fonemas (SINTEFO), aislar fonemas (AISLFO), segmentación de fonemas (SEGMEFO). c. Conocimiento fonológico (con las pruebas PSEFA, PSL y PCF): conocimiento silábico y sonocimiento fonémico. Procedimiento Para la formación de los grupos, se analizó el currículum de esos cursos y se realizaron entrevistas con los maestros, con el fin de conocer si los sujetos padecían alguna deficiencia física, psíquica y/o sensorial, si presentaban algunas dificultades de aprendizaje, si eran intelectualmente normales, si se habían iniciado o no en el aprendizaje de la lectura y con qué método de enseñanza. 16 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA En función de la información recogida, se organizó la muestra en 4 grupos: grupos 1 y 2, los cuales estaban formados por sujetos que no se habían iniciado en el aprendizaje lectura y que tenían 4 y 5 años, respectivamente; y los grupos 3 y 4, que se habían iniciado en dicho aprendizaje mediante un método sintético con 5 y 6 años, respectivamente. No se tuvieron en cuenta a aquellos sujetos que padecían las deficiencias anteriormente indicadas y que no supieran leer, en el caso de los dos últimos grupos. Los sujetos se evaluaron de forma individual, tras la formación de los grupos. La administración de las pruebas se realizó siguiendo para todos los niños el mismo orden: primero la PSEFA, luego la PSL y, finalmente, la PCF. Diseño y tratamiento estadístico El diseño es un transversal con una sola recopilación de datos, realizada durante el curso académico 2001/02. Para el análisis de los datos se utilizaron diferentes pruebas estadísticas, en función de las hipótesis, con el programa SPSS/PC+ 9.0. En la primera, segunda y tercera hipótesis, se realizaron análisis de varianza. En la cuarta hipótesis, se calculó el porcentaje de respuestas correctas en cada una de las tareas planteadas, dividiendo previamente las puntuaciones medias obtenidas en cada prueba por el número de ítems que las componen, ya que son diferentes en cada una de ellas y no podrían compararse entre sí. La puntuación en el conocimiento silábico se obtiene a partir de la suma de todas aquellas pruebas que miden el conocimiento silábico, del mismo modo que la puntuación en el conocimiento foné- Tabla 2 Resultados Análisis evolutivo del conocimiento fonológico según la experiencia lectora En la tabla 2 se recogen los estadísticos descriptivos por grupos en el conocimiento fonológico (CONOFONO). Se puede observar el incrementos de las puntuaciones medias desde el grupo 1, de cuatro años, al grupo 4, de seis años (figura 1). Las puntuaciones son mayores en el grupo 4 (M = 102,10, DT = 29,15), seguido del grupo 3 (M = 47,40, DT = 10,36), a continuación, el grupo 2 (M = 35,31, DT = 13,71) y, en último lugar, el grupo 1 (M = 29,33, DT = 14,44). Por otra parte, tras el análisis de la varianza, se puede comprobar que existen diferencias entre las puntuaciones obtenidas en el conocimiento fonológico según los grupos de sujetos. En la variable conocimiento fonológico, con (F = 60,42 y p < 0,001), se encontraron diferencias significativas entre los grupos (tabla 2). Si comparamos específicamente los grupos entre ellos (tabla 3), encontramos diferencias significativas entre el grupo 1 con los grupos 3 y 4 (F = -18,07 y F = -72,77, p < 0,00), respectivamente. También encontramos diferencias significativas, con F = -66,79 y p < 0,00, entre el grupo 2 y el grupo 4, y entre los grupos 3 y 4 (F = -54,70 y p < 0,00). Estadísticos descriptivos principales y an álisis de varianza según los grupos y las variables de estudio (*) p < 0,01 Conocimiento fonológico 17 mico se obtiene a partir de la suma de todas las tareas que miden el conocimiento fonémico. Por último, el conocimiento fonológico es el resultado de la suma del conocimiento silábico y conocimiento fonémico. Grupo Media DT Grupo 1 Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 29,33 35,31 47,40 102,10 14,44 13,71 10,36 29,15 Conocimiento silábico F Media DT 60,42 (*) 21,44 37,44 37,80 56,57 10,88 10,53 9,36 12,98 Conocimiento fonémico F Media DT F 37,72 (*) 7,89 7,88 9,60 46,00 4,19 3,69 3,00 19,88 58,56 (*) Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ 7 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ Y GONZÁLEZ DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA Por lo tanto, se encuentran diferencias en el conocimiento fonológico entre los distintos grupos, según la experiencia lectora, siendo estas diferencias significativas entre los sujetos de 4 años que no han tenido experiencia en lectura con los de 5 y 6 años que han tenido esta experiencia. Igualmente ocurre entre los sujetos de 5 años sin esta experiencia y los de 6 años, y entre los sujetos con experiencia lectora de 5 y 6 años, siendo el grupo de mayor nivel educativo el que presenta medias mayores. Sin embargo, no se encuentran diferencias entre los grupos de 5 años con y sin experiencia en lectura, ni entre los de 4 y 5 años sin experiencia lectora. Análisis evolutivo del conocimiento silábico según la experiencia lectora En la tabla 2 se recogen los estadísticos descriptivos por grupos en el conocimiento silábico (CONOSI). Las puntuaciones medias van incrementando desde el grupo 1 al grupo 4 (figura 1). Las puntuaciones son mayores en el grupo 4 (M = 56,57, DT = 12,98), seguido del grupo 3 (M = 37,80, DT = 9,36), a continuación, el grupo 2 (M = 27,44, DT = 10,53) y, en último lugar, el grupo 1 (M = 21,44, DT = 10,88). Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 Tabla 3 Curso (I) 1 2 3 4 8 Por otra parte, tras el análisis de la varianza realizado, se puede comprobar que existen diferencias entre las puntuaciones obtenidas en el conocimiento silábico, según los grupos de sujetos. En la variable conocimiento silábico, con (F = 37,72 y p < 0,001), se encontraron diferencias significativas entre los grupos (tabla 2). Concretamente, como se resume en la tabla 3, encontramos diferencias significativas entre el grupo 1 con los grupos 3 y 4 (F = -5,99, F = -16,36 y p < 0,00), respectivamente. También encontramos diferencias significativas entre el grupo 2 con el grupo 3 y 4 (F = -10,36, F = -29,13 y p < 0,05) y, con F = -18,77 y p < 0,00, entre el grupo 3 y el grupo 4. Por lo tanto, se encuentran diferencias en el conocimiento silábico entre los distintos grupos según la experiencia en la lectura, siendo estas diferencias significativas entre los sujetos de 4 y 5 años que no han tenido experiencia lectora con los de 5 y 6 años que sí han tenido esta experiencia. A su vez, también existen diferencias entre los grupos de 5 y 6 años que tienen experiencia en la lectura. En los grupos de sujetos en los que no se encuentran diferencias significativas es entre aquéllos que no tienen dicha experiencia. Finalmente, cabe destacar que el grupo de mayor nivel educativo presenta medias mayores, observándose un incremento de las medias de menor a mayor nivel. Comparaciones múltiples entre grupos en el conocimiento fonológico, conocimiento silábico y fonémico mediante la prueba de Scheffé (*) p < 0,01 Conocimiento fonológico Conocimiento silábico Conocimiento fonémico F F F Curso (J) 2 3 4 1 3 4 1 2 4 1 2 3 -5,98 -18,07 -72,77 5,98 -12,09 -66,79 18,07 12,09 -54,70 72,77 66,79 54,70 (*) (*) (*) (*) (*) (*) (*) (*) -5,99 -16,36 -35,13 5,99 -10,36 -29,13 16,36 10,36 -18,77 35,13 29,13 18,77 (*) (*) (*) (*) (*) (*) (*) (*) (*) (*) 0,00 -1,71 -38,11 -0,01 -1,73 -38,13 1,71 1,73 -36,40 38,11 38,13 36,40 (*) (*) (*) (*) (*) (*) 18 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ Y GONZÁLEZ DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA Análisis evolutivo del conocimiento fonémico según la experiencia lectora Análisis de la dificultad de las tareas de conocimiento fonológico según la experiencia en lectura En la tabla 2, se recogen los estadísticos descriptivos por grupos en conocimiento fonémico (CONOFON). Se puede observar como las medias en el conocimiento fonémico va incrementando desde el grupo de 4 años hasta llegar al grupo de 6 años (figura 1). Las puntuaciones son considerablemente mayores en el grupo 4 (M = 46,00, DT = 19,88), seguido del grupo 3 (M = 9,60, DT = 3,00), a continuación, el grupo 1 (M = 7,89, DT = 4,19) y, por último, el grupo 2 (M = 7,88, DT = 3,69). Por otra parte, tras el análisis de la varianza, se puede comprobar que existen diferencias entre los grupos de sujetos en el conocimiento fonémico, (F = 58,56 y p < 0,001), tal como se observa en la tabla 2. En cuanto a las diferencias entre grupos, en la tabla 3, se encuentran diferencias significativas entre el grupo 1 y el 4 (F = -38,11 y p < 0,00). También encontramos diferencias significativas, con F = -38,12 y p < 0,00, entre el grupo 2 y el 4, y por último, encontramos diferencias significativas, con F = -36,40 y p < 0,00, entre el grupo 3 y el grupo 4. Por lo tanto, se observan diferencias significativas en el conocimiento fonémico entre los distintos grupos, según la experiencia lectora, siendo estas diferencias entre los sujetos de cuatro y cinco años sin experiencia en lectura con el de seis con experiencia, y entre el de cinco años con experiencia lectora con el de seis años que tiene dicha experiencia. En este apartado se ofrecen los resultados relativos a la dificultad que entraña cada tarea del conocimiento fonológico, silábico y fonémico. Se presentan las puntuaciones obtenidas medias en cada una de ellas, antes y después del contacto con la enseñanza de la lectura, el número de ítems de cada prueba y los porcentajes de aciertos obtenidos. Los porcentajes de aciertos se consideran como un índice de dificultad de las tareas, en el sentido de que cuanto más elevado es el porcentaje de aciertos más fácil se considera la realización de la tarea y, viceversa. Resultados sobre la dificultad de las tareas antes de la enseñanza de la lectura Si ordenamos las tareas de menor a mayor dificultad, en el grupo 1 (sujetos de cuatro años sin experiencia lectora) obtenemos la siguiente secuenciación en el conocimiento silábico (tabla 4): recuento (66,11 %), identificación (62,39 %), aislar (50,83 %), reconocer y pronunciar palabras descompuestas (50 %) y reconocer o comparar (7,85 %), en cambio, en el resto de las tareas, los porcentajes son cero. En el conocimiento fonémico las tareas realizadas con éxito por los sujetos corresponden a la identificación (58,46 %) y síntesis (1,86 %), en cambio, en el resto de las tareas, el porcentaje de aciertos es cero (tabla 4). Hay que destacar 100 80 CONOFONO 60 CONOSI CONOFO 40 20 0 GRUPO 1 Figura 1 19 GRUPO 2 GRUPO 3 GRUPO 4 Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 120 Representación gráfica de las medias en conocimiento fonológico, silábico y fonémico en los distintos grupos 9 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ Y GONZÁLEZ Tabla 4 DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA Índice de dificultad de las distintas tareas antes del aprendizaje lector Grupo 1 TAREAS Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 RECUSI IDESI IDEFO AISLSI SECUESI RECOSI SINTEFO AISLFO OMISI ADISI RECUFO OMIFO ADIFO SEGMEFO 10 Grupo 2 Puntuación media obtenida Número ítems % Respuestas correctas Puntuación media obtenida Número ítems % Respuestas correctas 6,61 8,11 7,6 3,05 2,50 1,17 0,28 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 10 13 13 6 5 20 15 15 6 6 10 6 6 15 66,11 62,39 58,46 50,83 50,00 7,85 1,86 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 8,62 8,50 7,37 3,62 3,93 2,81 0,18 0,31 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 10 13 13 6 5 20 15 15 6 6 10 6 6 15 86,25 65,38 56,69 54,33 78,60 14,05 1,2 2,06 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 que la tarea de identificación de fonemas resulta ser la tercera tarea más fácil para estas edades, estando incluso por encima de otras tareas que miden conocimiento silábico, como por ejemplo la tarea de aislar sílabas y la de reconocer y pronunciar palabras descompuestas en sílabas. En el grupo 2 (cinco años sin experiencia lectoescritora), las tareas ordenadas de menor a mayor dificultad en el conocimiento silábico son las siguientes (tabla 4): recuento (86,25 %), reconocer y pronunciar palabras descompuestas (78,60 %), identificación (65,38 %), aislar (54,33 %) y, por último, la tarea de reconocer o comparar (14,05 %). En el conocimiento fonémico, nuevamente, la tarea que presenta el mayor porcentaje de aciertos es la de identificación (56,69 %), seguidas de las de aislar (2,06 %) y síntesis (1,2 %); en cambio, en el resto de las pruebas el porcentaje es cero. Se observa también que el índice de dificultad de la tarea identificación de fonemas es más alto incluso que el de las tareas de conocimiento silábico, como reconocer o comparar sílabas. Finalmente, cabe destacar que el porcentaje de aciertos y, por lo tanto, el índice de dificultad de las tareas, en general, es mayor en el grupo 2 que en el grupo 1. Resultados sobre la dificultad de las tareas después de la enseñanza de la lectura Las tareas realizadas por el grupo 3 (sujetos de cinco años con experiencia en lectura) en conocimiento silábico, ordenadas de menor a mayor dificultad, son las siguientes (tabla 5): recuento (84%), identificación (81,92%), reconocer y pronunciar palabras descompuestas (79 %), aislar (69,17 %), y en último lugar, la tarea de reconocer o comparar sílabas (45,25%). En conocimiento fonémico, la tarea con mayor porcentaje es la identificación de fonemas (69,23%), seguida de la tarea aislar (2,33%) y síntesis (1,67 %), en cambio en el resto de las tareas es cero (tabla 5). La tarea de identificación de fonemas también es la más fácil de realizar para estos sujetos con respecto a las de conocimiento silábico, como aislar o comparar sílabas. Si ordenamos los resultados obtenidos por el grupo 4 (sujetos de seis años con experiencia lectora) de menor a mayor dificultad en el conocimiento silábico, obtenemos la siguiente secuenciación (tabla 5): reconocer y pronunciar palabras descompuestas (98 %), aislar (96 %), identificación (95,24 %), recuento (90 %), reconocer o comparar (80,24 %), omisión (61,83 %), adición (55,56 %). En conocimiento fonémico, el orden de menor a mayor dificultad es el siguiente (tabla 5): identificación 20 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. PÉREZ Y GONZÁLEZ Índice de dificultad de las distintas tareas después del aprendizaje lector Grupo 3 TAREAS RECUSI IDESI SECUESI IDEFO AISLSI RECOSI AISLFO SINTEFO OMISI OMIFO ADISI SEGMEFO RECUFO AIFO Grupo 4 Puntuación media obtenida Número ítems % Respuestas correctas Puntuación media obtenida Número ítems % Respuestas correctas 8,40 10,65 3,95 9,00 4,15 9,05 0,35 0,25 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 10 13 5 13 6 20 15 15 6 6 6 15 10 6 84,00 81,92 79,00 69,23 69,17 45,25 2,33 1,67 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 9,00 12,38 4,90 11,90 5,76 16,04 10,65 6,80 3,71 3,52 3,33 8,05 3,61 2,09 10 13 5 13 6 20 15 15 6 6 6 15 10 6 90,00 95,24 98,00 91,54 96,00 80,24 71,00 45,33 61,83 58,66 55,56 53,67 36,10 34,83 (91,54 %), aislar (71 %), omisión (58,66 %), segmentación (53,67 %), síntesis (45,33 %), recuento (36,10 %), adición (34,83 %). Se observa también en este grupo de sujetos que los porcentajes de aciertos en la tarea de identificación de fonemas es mayor que el de algunas de las tareas de conocimiento silábico, como recuento, comparar, omisión y adición de sílabas. Finalmente, cabe destacar que los porcentajes de aciertos en las distintas pruebas, y, por lo tanto, los índices de dificultad, son mayores en el grupo 4 con respecto al grupo 3. En definitiva, los resultados confirman que existen diferentes niveles de dificultad en las tareas que miden el conocimiento fonológico (silábico y fonémico) antes (cuatro y cinco años) y después (cinco y seis años) del aprendizaje de la lectura, encontrándose algunas similitudes entre los grupos en algunas tareas y niveles del conocimiento fonológico. Discusión y conclusiones 21 Para realizar un análisis evolutivo del conocimiento fonológico, (conocimiento silábico y foné- mico) y analizar el nivel de dificultad de distintas pruebas y/o actividades que se utilizan para su evaluación, tanto con alumnos que no se han iniciado en el aprendizaje de la lectura (cuatro-cinco años) como con alumnos que sí se han iniciado (cinco-seis años), se han planteado distintas hipótesis, que según los análisis realizados, se corroboran con los resultados obtenidos. En cuanto a la primera hipótesis, se esperaba encontrar diferencias en el conocimiento fonológico entre los sujetos que aún no se habían iniciado en el aprendizaje de la lectura (grupos 1 y 2) y los que sí se habían iniciado (grupos 3 y 4) y que mejorarían las puntuaciones desde los cuatro hasta los seis años. Los resultados obtenidos demuestran que las puntuaciones obtenidas son mayores a medida que aumenta el nivel educativo y, también, la experiencia en Lectura. Se han encontrado diferencias significativas entre los sujetos de cuatro años sin experiencia lectora (grupo1) con los de cinco y seis años con esta experiencia (grupos 3 y 4), entre los sujetos de cinco años sin experiencia en lectura (grupo 2) y los de seis años con experiencia (grupo 4), y entre los de cinco y seis años con experiencia en aprendizaje lector (grupos 3 y 4). Entre los grupos de cinco años con y sin Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 Tabla 5 DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA 11 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ 12 DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA experiencia (grupos 2 y 3) y entre los de cuatro y cinco años sin experiencia en lectura (grupos 1 y 2) no se han encontrado diferencias significativas. Por lo tanto, cabe destacar las diferencias entre los grupos en el conocimiento fonológico en función de la experiencia lectora aumentando las puntuaciones de aquél en función de esta última y del nivel educativo, tal como se defiende en numerosos estudios (Jiménez, Rodrigo, Ortiz y Guzmán 1999; Carrillo, 1994; Gimeno, Clemente, López y Castro, 1994; Lencher, Gerber, y Routh, 1990). Se podría concluir que el conocimiento fonológico se va desarrollando espontáneamente, debido a la influencia de las características de nuestra lengua, y es en contacto con la enseñanza de la lectura cuando éste mejora considerablemente (González, 1996). En relación con la segunda hipótesis, se esperaba encontrar diferencias en el conocimiento silábico, entre los alumnos de cuatro-cinco años (no iniciados en el aprendizaje lectoescritor) y los de cinco-seis (iniciados en el aprendizaje lectoescritor) y un incremento en las puntuaciones desde los cuatro a los seis años. Los resultados obtenidos demuestran en este caso que las puntuaciones obtenidas son mayores a medida que aumenta la experiencia con la lectura y, también, el nivel educativo. Se han encontrado diferencias significativas entre los sujetos de cuatro y cinco años sin experiencia lectora (grupos 1 y 2) con los de cinco y seis años con esta experiencia (grupos 3 y 4), y entre los sujetos de cinco y seis años con experiencia lectora (grupos 3 y 4). Únicamente entre los sujetos de cuatro y cinco años sin experiencia en Lectura (grupos 1 y 2) es donde no se han encontrado diferencias significativas. Por lo tanto, cabe destacar el aumento en las puntuaciones y las diferencias entre los grupos en el conocimiento silábico en función de la experiencia en Lectura y del nivel educativo (Jiménez, Rodrigo, Ortiz y Guzmán 1999; Carrillo, 1994; Gimeno, Clemente, López y Castro, 1994; Lencher, Gerber, y Routh, 1990). Se podría concluir que el conocimiento silábico se va desarrollando espontáneamente, debido a la influencia de las características de nuestra lengua, y es en contacto con la enseñanza de la lengua escrita cuando éste mejora considerablemente (González, 1996). El contacto con la lectoescritura y las características de nuestra lengua oral hace que los niveles en el conocimiento silábico sean mayores, ya que nuestra lengua escrita es transparente y silábica, las correspondencias ortográficas son muy altas y el contexto silábico determina su pronunciación (De Vega, Carreiras, Gutierrez-Calvo, Alonso-Quecuty, 1990). En relación con la tercera hipótesis, en la que se esperaba encontrar diferencias en conocimiento fonémico entre los alumnos no iniciados en el aprendizaje lector (grupos 1 y 2) y los iniciados en dicho aprendizaje (grupos 3 y 4) mejorando las puntuaciones desde los cuatro hasta los seis años, los resultados obtenidos demuestran de nuevo que las puntuaciones obtenidas son mayores a medida que aumenta la experiencia con la lengua escrita y el nivel educativo. Se han encontrado diferencias significativas entre los sujetos de cuatro y cinco años sin experiencia lectora (grupos 1 y 2) con los sujetos de seis años con experiencia (grupo 4) y entre el de cinco años con experiencia en lectura (grupo 3) con el de seis años que también tiene esta experiencia (grupo 4); es decir, sólo hay diferencias significativas entre todos los grupos con el grupo de seis años con experiencia lectora. Entre los sujetos de cuatro y cinco años sin experiencia en la enseñanza de la lectura (grupos 1 y 2), entre los sujetos de cuatro años (grupo 1) y los de cinco con experiencia (grupo 3), y entre los grupos de cinco años con y sin experiencia (grupos 2 y 3) no se han encontrado diferencias significativas. Por lo tanto, cabe destacar el aumento en las puntuaciones y las diferencias entre los grupos en conocimiento fonémico según el nivel educativo y, fundamentalmente, la experiencia con la lengua escrita (Jiménez, Rodrigo, Ortiz y Guzmán 1999; Carrillo, 1994; Gimeno, Clemente, López y Castro, 1994; Lencher, Gerber, y Routh, 1990). Se podría concluir que el conocimiento fonémico se va desarrollando paulatinamente y a los seis años se produce un incremento considerable cualitativo y cuantitativo (mayor número de tareas realizadas correctamente). No parece que el conocimiento fonémico se desarrolle de forma tan espontánea como el conocimiento silábico, si no que mediante el contacto con la enseñanza de la lengua escrita es cuando el conocimiento fonémico mejora (Defior, 1994). En general, con respecto a las tres primeras hipótesis, podríamos decir que las diferencias entre los grupos no son las mismas en todas las variables que miden el conocimiento fonológico. Según el tipo de medida o nivel de conocimiento fonológico podemos encontrar diferentes resultados, tanto entre los sujetos con experiencia en el aprendizaje de la lectura como entre los que no la tienen. Es conveniente diferenciar conocimiento silábico y/o fonémico a la hora de hablar de la relación entre conocimiento fonoló22 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA gico y lectura. De esta forma, no parece que todos los componentes del conocimiento fonológico tengan que considerarse un prerrequisito del aprendizaje lector y que, sin embargo, existan otros que sean una consecuencia de él (González, 1996; Jiménez, 1996; Sánchez y Rueda, 1991). Mientras algunos, como el conocimiento silábico, podrían evolucionar incluso antes del aprendizaje de la lectura, ya que existe una regularidad en la correspondencia entre las formas habladas y escritas (Bradley, 1988; Maldonado y Sebastián, 1987; Carrillo y Sánchez; 1991), otros pueden verse mejorados por estos aprendizajes, ya que con el aprendizaje de las reglas de conversión grafema-fonema, que requiere el aprendizaje de la lengua escrita, el conocimiento fonémico evoluciona de forma más favorable. De esta forma, se establece la relación bidireccional entre ambos constructos que defienden numerosos investigadores (Morais, 1991; Morais, Alegría y Content, 1987; Stanovich, 1986; Wagner, Torgesen y Rashotte, 1994). En relación con la cuarta hipótesis en la que se espera encontrar diferentes niveles de dificultad en las tareas que miden el conocimiento fonológico (silábico y fonémico) antes (4-5 años) y después (5-6 años) del aprendizaje lector, los resultados obtenidos demuestran que la dificultad de la tarea depende de los requerimientos cognitivos que el niño tiene que realizar para conseguir el objetivo que se le propone (Tunmer y Rohl, 1991; Yopp, 1988), del nivel lingüístico que se pretende medir con esta tarea, como sílaba o fonema, (Treiman, 1992) y de la experiencia lectora (González, 1993; Morais, 1991; Wagner, Torgesen y Rashotte, 1994; Jiménez y Ortiz, 1995). En este sentido, en los grupos que no se han iniciado en la enseñanza-aprendizaje de la lectura de cuatro y cinco años, las tareas de conocimiento silábico son más fáciles que las tareas de conocimiento fonémico, ya que se alcanzan porcentajes de respuestas mayores en las primeras que en las segundas. Por otra parte, entre las tareas que miden conocimiento silábico, las tareas más fáciles son las de recuento, identificación, aislar, reconocer o comparar, reconocer y pronunciar palabras descompuestas en sílabas, y las tareas que obtienen porcentajes de respuestas adecuadas más elevados en conocimiento fonémico son las tareas de identificación, seguidas de las tareas de síntesis y aislar fonemas. Se destacan, por una parte, las altas puntuaciones obtenidas en estos grupos, en los cuales aún no existe experiencia lectora, en la tarea de identificación de fonemas que son 23 superiores incluso que las obtenidas en otras que miden conocimiento silábico. Se obtienen resultados similares en estudios realizados en otras lenguas en los cuales los alumnos sin experiencia lectoescritora eran capaces de enfrentarse a tareas con fonemas como unidades lingüísticas (Høien, Lundberg, Stanovich y Bjaalid, 1995; Liberman, Shankweiler, Fisher y Carter 1994; Lundberg y Høien, 1990). Por otra parte, también se encuentra que existen tareas de conocimiento fonémico e incluso silábico en las que no se obtienen puntuaciones, como las de omisión y adición, que requieren una mayor abstracción y razonamiento cognitivo. De la misma forma, entre los grupos con experiencia en lectura con cinco y seis años, las tareas más fáciles siguen siendo, en general, aquéllas que miden el conocimiento silábico, y la tarea de identificación de fonemas sigue resultando más fácil que las otras tareas que miden el conocimiento silábico. Se destaca que las puntuaciones obtenidas son mayores en el grupo de seis años en todas las tareas; es decir los porcentajes de aciertos son más elevados en aquellos sujetos que tienen mayor experiencia lectora. Por otra parte, las tareas que miden el conocimiento silábico y alcanzan porcentajes de respuestas mayores en los dos grupos son, en general, las de recuento, identificación, reconocer y pronunciar palabras descompuestas, aislar y reconocer o comparar sílabas; mientras que las tareas de omisión y adición solo la realizan con éxito los sujetos de seis años. Las tareas más fáciles que miden el conocimiento fonémico son diferentes para el grupo 3 y el 4, siendo para el grupo 4 las de identificación, aislar, omisión, segmentación, síntesis, recuento y adición, mientras que para el grupo 3 las de identificación, aislar y síntesis. Por último, cabe destacar que, en los grupos con experiencia lectora, los porcentajes de aciertos son mayores que los de los grupos 1 y 2, y a su vez los porcentajes son mayores en el grupo 4 con respecto al grupo 3 en todas las pruebas. La diferencia existente en estos grupos puede deberse a dos razones: una de ellas es de carácter evolutivo, obteniéndose mayor puntuación en el grupo de mayor edad y mayor desarrollo cognitivo-lingüístico, y la otra es de carácter educativa, obtiene mayor puntuación el grupo de mayor experiencia en lectura y mayor nivel educativo. Si comparamos los dos grupos de 5 años, independientemente de la experiencia lectora, se obtiene un rendimiento similar en todas las tareas, aunque el grupo con experiencia en lectura obtiene Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ 13 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rev Logop Fon Audiol 2004, Vol. 24, No. 1, 2-15 PÉREZ Y GONZÁLEZ DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO FONOLÓGICO, EXPERIENCIA LECTORA Y DIFICULTAD DE LA TAREA puntuaciones ligeramente superiores. Cabe pensar que el contacto con la lectura hace que mejore el rendimiento en las distintas tareas de conocimiento fonológico, debido en gran medida a las características de la lengua (alfabética) en la que aprenden a leer y escribir. En definitiva, según los resultados obtenidos tras la comprobación de la cuarta hipótesis podríamos establecer algunas conclusiones generales de aquellas tareas que resultan más fáciles para todos los grupos. En primer lugar, en función de la unidad lingüística, objeto de reflexión y manipulación, las tareas que miden conocimiento silábico resultan más fáciles que las que miden el conocimiento fonémico. En segundo lugar, en función de la dificultad de las tareas, debido a las demandas lingüísticas, analíticas y de memoria que se requieren, en el conocimiento silábico serían más fáciles las tareas de recuento y de identificación, seguidas de las tareas de reconocer y pronunciar palabras descompuestas en sílabas, aislar, reconocer o comparar y, por último, las de omisión y adición de sílabas; mientras que en el conocimiento fonémico se ordenarían por orden de dificultad primero las tareas de identificación y aislar, seguidas las de síntesis, segmentación, recuento y, por último, las de omisión y adición. Estos resultados ofrecen información relevante de cara a la intervención de las dificultades en el lenguaje escrito cuando se deben a déficit de procesamiento fonológico, ya que permite poder secuenciar las tareas y actividades en función de la dificultad que éstas entrañan. Finalmente, cabe señalar que los resultados obtenidos en este estudio indican que si se quiere comprobar la relación entre conocimiento fonológico y lectura es importante que se delimite bien el nivel de análisis y sobre todo el tipo de tarea que se utiliza. El conocimiento fonológico puede considerarse como un prerrequisito del aprendizaje lector (hipótesis causal), pero una vez que se ha dado dicho aprendizaje se consideraría también una consecuencia (hipótesis bidireccional). El uso de una u otra hipótesis para explicar la relación entre conocimiento fonológico y aprendizaje lector se determina por el momento en el que se encuentra el niño en dicho aprendizaje. Bibliografía Bradley, L. (1988). Making connections in learning to read to spell. Applied Cognitive Psychology, 2, 3-18. 14 Calero, A. y Pérez, R. (1993). Segmentación del habla y adquisición de la lectura. Comunicación, Lenguaje y Educación, 18, 41-5 Carrillo, M. (1994). 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