Buenos Aires, 2 de enero de 2006.- 1204/03

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Buenos Aires, 2 de enero de 2006.-
VISTO:
La actuación nº 1204/03 iniciada por la señora E. M. G., D.N.I. nº ,
quien manifiesta sentirse damnificada por el Instituto de Enseñanza Atrica, dado
que los títulos obtenidos en los diferentes cursos realizados no le son reconocidos
en el mercado laboral tal como se le aseguró al momento de egresar.
La actuación nº 5114/05 iniciada por la señora A. M. con D.N.I. nº, en
relación a la validez de los títulos que expide el Instituto de Enseñanza Atrica.
Y CONSIDERANDO QUE:
Existen dos actuaciones en las que se trata similar
cuestión, con fundamento en razones de economía procedimental se procede al
dictado de la presente:
Análisis de la actuación nº 1204/03:
La denunciante refiere que cursó en la sede del Instituto
Atrica, sito en Junín nº 328 de la Ciudad de Buenos Aires, tres cursos
relacionados con las ciencias de la salud por los cuales obtuvo, entre los años
1998 y 2001, los títulos de: “Técnica en Electrocardiografía Holter y Ergometría”,
“Técnica en Laboratorio” y “Técnica Extraccionista”, cuyas copias obran a fs. 3/5.
Señala que en el Instituto se le informó que con los
títulos a obtener y la capacitación alcanzada podría insertarse rápidamente en el
mercado laboral, situación que no se registró debido a que en los establecimientos
de salud a los que se presentó le advirtieron que tanto el Instituto, los cursos
realizados, como los títulos que le fueron entregados, carecen de reconocimiento
oficial por parte de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires y del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, en consecuencia
no se adecuarían a las exigencias establecidas en la Ley nº 17.132 que regula las
profesiones vinculadas a la salud y establece los requisitos para ser reconocidas
oficialmente y así poder intervenir legalmente en el arte de curar.
Los títulos entregados a la denunciante resultan por
demás llamativos en cuanto al último aspecto señalado, cuando consigna: “...de
acuerdo a lo dispuesto en las normas vigentes en este Instituto, se le expide el
presente diploma”, sin hacer referencia alguna al reconocimiento otorgado por el
Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. El único aval vinculado a la salud
que exhiben los diplomas es la firma del “Dr. Oscar Daniel Gyukits médico (ex
docente de la Universidad de Bs. As. Cátedra de Patología Hospital Muñiz)”, lo
cual se condice con la publicidad realizada por el Instituto que señala: “...Títulos
firmados por médicos de la U.B.A.”.
Los diplomas también lucen la inscripción “Inscripto en
el Ministerio de Educación y Justicia Superintendencia Nacional de la Enseñanza
Privada. Registro Nº 344 (Art. 2 Inc. C-Ley 13047) Junín 328 Te: 4953-6900)”. La
existencia de dicha referencia tendría por objeto aparentar un reconocimiento
oficial del Instituto y los cursos que dicta, que en realidad, como se verá, es
inexistente.
A fin de obtener precisiones sobre el Instituto Atrica y
las carreras que ofrece, la Adjuntía a cargo del profesor Gustavo Lesbegueris
solicitó informes a la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la
Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a la
Dirección de Registro, Fiscalización de Establecimientos y Sanidad de Fronteras
del entonces Ministerio de Salud de la Nación y al propio Instituto.
La respuesta de la Secretaría de Educación obra a fs.
35/48, en donde la Dirección General consultada informa mediante el Registro nº
4616-MGESyA-2003 (fs. 46) que: no existe en sus registros ningún instituto con la
denominación del establecimiento denunciado, ni ningún otro que tenga domicilio
en Junín 328. Asimismo señala en el punto d. de su respuesta que: “Por
Disposición nº 441 del 30.12.96 fue incorporado a la enseñanza oficial el
INSTITUTO FACUMEDICAL con la característica A-1196, con domicilio en la calle
Junín 719/21 de esta Ciudad, cuya entidad propietaria era ATRICA S.A. Por
disposición nº 1041 del 06.12.2000 el establecimiento fue cancelado. La única
carrera autorizada para el INSTITUTO FACUMEDICAL fue Auxiliar en Enfermería
(R.M. 35/96)”.
El entonces Ministerio de Salud de la Nación responde
a fs. 13/26 y 29/34. En la primera de las respuestas la Coordinación de
Planificación y Evaluación informa mediante su Nota nº 87 del día 15 de abril de
2003 (fs. 26) que 1) en dicha área no constan antecedentes del Instituto ATRICA;
2) las instituciones educativas privadas del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires,
para ser oficiales deben estar autorizadas y sus carreras aprobadas por la
Dirección General de Educación de Gestión Privada del Gobierno de la Ciudad. 3)
Los perfiles de recursos humanos de salud autorizados a sacar matrícula
habilitante son los encuadrados en la Ley nº 17.132 y es competencia de la
Dirección de Registro, Fiscalización y Sanidad de Fronteras. Finalmente, en el
punto 5) expresa que: “Para ingresar al mercado laboral en Salud los perfiles
profesionales, técnicos o auxiliares incorporados a la Ley 17.132 deben tener
matrícula habilitante”.
Se puede apreciar claramente la diferencia que existe
entre la situación del Instituto ATRICA y sus egresados con las normas que rigen
las actividades vinculadas a la salud.
En lo que respecta a los pedidos de informes girados a
ATRICA a fin de poner en su conocimiento la denuncia recibida y solicitarle que
brindara las explicaciones del caso, en el marco de la presente actuación no han
sido respondidos.
Análisis de la actuación nº 5114/05:
A fs. 1 la reclamante manifiesta que finalizó un curso de
Asistente Geriátrico y Auxiliar de Enfermería, y que los cursos no estarían
avalados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Por lo expuesto personal de la Adjuntía a cargo del
profesor Gustavo Lesbegueris solicitó informes en relación al tema al Instituto
Atrica y a la Dirección General de Educación de Gestión Privada, a fs. 3 y 4
respectivamente.
La respuesta del Instituto Atrica obra a fs. 5/31 y
expresa lo siguiente: "Nos dirigimos a Usted en relación a la información que se
solicita respecto de la oferta de cursos que realiza la institución, competencia de
los mismos y reconocimiento a nivel Nacional, Provincial y/o Local.
A lo que informamos, que conforme lo acreditamos con copia simple de
presentación efectuada en el Ministerio de Educación y Justicia de fecha 6/2/1990,
registrada bajo el Nro. 344 hemos denunciado oportunamente nuestra actividad
ante dicho Ministerio, asimismo acompañamos copia del certificado de habilitación
del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para ejercer dicha actividad.
En relación a la oferta de cursos, se adjunta cuadernillo con detalle de
cursos y jornadas, así como publicidad efectuada en el Diario Clarín, en donde se
aclara que los títulos que emite el Instituto Atrica son "no oficiales".
Dicha información, que los títulos son "no oficiales" también se aclara a los
alumnos no sólo verbalmente al momento de inscribirse en los cursos respectivos,
sino que tal como lo acreditamos con ficha de ingreso al curso de Auxiliar de
Enfermería Alicia Morales, suscrita de su puño y letra, surge destacado
(subrayado y en mayúscula) en la parte superior de la ficha la leyenda "TITULOS
NO OFICIALES".
Como una prueba más de la seriedad y responsabilidad con que se brindan
los cursos en nuestro instituto adjuntamos a la presente copia de la póliza de
seguro que contratamos para nuestros alumnos, para el supuesto de realizar
visitas hospitalarias, como es el caso de curso de Auxiliar de Enfermería.
Destacamos asimismo, que los cursos del área médica son brindados por
profesionales universitarios, que inclusive dictan jornadas en el exterior (Cuba,
Chile, etc.).
...Dra. María Daniela Llanos. Apoderada-Legal. Atrica S.A. ...".
A fs. 32/38 obra la respuesta de la Dirección General de
Educación de Gestión Privada que informa lo siguiente: "Visto: Los presentes
actuados, se informa que bajo la denominación Instituto Atrica, no se encuentra
incorporado a la Enseñanza Oficial, ningún Instituto, ni activo ni cancelado.
Cumplido. Mercedes Susana Boratto. Certificaciones, Legalizaciones y Registro.
D.G.E.G.P.".
En relación a lo informado por la apoderada legal de
Atrica S.A. cabe indicar lo siguiente:
I.
I.
El instrumento público constitutivo acompañado y que obra
agregado a fs. 12/16, en el artículo tercero establece en relación al objeto de la
sociedad anónima: "La sociedad tiene por objeto realizar por cuenta propia, de
terceros o asociada a terceros al dictado de cursos, conferencias, seminarios,
clases, simposios, congresos relacionados con la enfermería y primeros auxilios,
kinesiología, oftalmología, y la promoción de la cultura en general. A tales fines la
sociedad tiene plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer
obligaciones y ejercer los actos que no sean prohibidos por las leyes o por este
estatuto”.
II.
II.
El cuadernillo que acompaña titulado "Boletín Informativo",
agregado a fs. 23/29, indica en la portada: "*CURSOS"; "*JORNADAS” y
"*PROMOCIONES"; luego establece diversas "Areas" (Médica; de Rehabilitación;
de Terapias Alternativas; Estética; de Actividad Física; Educativa; Psicología;
Contable; Jurídica; Mascotas; Relaciones Públicas; Manualidades; y Artes
Plásticas); y dentro de cada área los diversos cursos.
III.
III.
Merece especial atención que alguno de los cursos son
nominados como: "Técnico en..."; y en el "Area de Actividad Física" ofrece
"Profesorado de Yoga"; en el caso del "Area Educativa" ofrece: "Maestra Jardinera
+ Asistente Materno infantil" y en el "Area Psicología" el de "Acompañante
Terapéutico".
IV.
En la hoja titulada "Promociones y Becas" se refiere a los "cursos" en
general y establece que "Realizando un curso usted tiene derecho a 1/2 beca para
otro curso. Los siguientes cursos no pueden realizarse con la 1/2 beca...".
Luego indica lo siguiente: "Para los alumnos que realicen el curso de:
...recibe al finalizar el curso dos diplomas", siendo destacables los casos
denominados como "Técnico":
"Técnico en Laboratorio: recibe al finalizar el curso dos diplomas
1)
1)
Técnico en Laboratorio
2)
2)
Técnico Extraccionista”.
y el siguiente:
"Maestra Jardinera: recibe al finalizar el curso dos diplomas
1)
1)
Maestra Jardinera.
2)
Asistente Materno Infantil...".
Accediendo
vía
internet
a
la
dirección
www.cursosatrica.com.ar pudimos comprobar los ofrecimientos (copias agregadas
a la actuación nº 5114/05 fs. 39/51), y la publicidad de "Nuevos cursos año 2006"
que incluye lo siguiente: "Area Manualidades
Profesorado de Manualidades
Profesorado de Dibujo y Pintura".
Las carreras docentes y las tecnicaturas son dictadas
por instituciones educativas de gestión pública o de gestión privada con
reconocimiento oficial, no existiendo otro modo de acceso a una titulación docente
en sus diversos niveles y modalidades con carácter oficial.
Resulta según lo informado por la Dirección General de
Educación de Gestión Privada que el Instituto Atrica no posee reconocimiento
oficial de la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Secretaría
de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; por lo que ni los cursos
que dicta ni los títulos que otorga poseen reconocimiento oficial.
A criterio de esta Defensoría del Pueblo, el
funcionamiento del Instituto ATRICA se realiza al margen de las normas que
regulan la actividad y generaría un grave perjuicio a sus alumnos y egresados,
quienes podrían ser víctimas del delito de estafa, previsto en el Código Penal.
Atrica S.A. publica habitualmente la publicidad de sus
cursos en periódicos de amplia difusión (fs. 6 de la actuación nº 1204/03 y fs.
30/31 de la actuación nº 5114/05) y por la página de Internet:
www.cursosatrica.com.ar (fs. 7/10 de la actuación nº 1204/03 y fs. 39/51 de la
actuación nº 5114/05) promociona distintos cursos relacionados con la medicina y
otras profesiones.
El Instituto informa en su publicidad y diplomas
otorgados, que desarrolla sus actividades dentro del marco de lo establecido por la
Ley nº 13.047 (art. 2º, inc. c).
La referida ley, de antigua data, regula el
funcionamiento de establecimientos educativos de gestión privada que funcionen
en el país, en el art. 2º establece que el Poder Ejecutivo llevará el registro de
todos los establecimientos de enseñanza privada y su personal y los clasificará en
los tres tipos allí contemplados. El inc. c) prevé el caso de las Academias que
dictan educación no incorporada a la enseñanza oficial, por consiguiente el propio
instituto está reconociendo que no está incorporado a la enseñanza oficial.
En cuanto a la referencia efectuada en los diplomas
entregados a las denunciantes (en sellos e inscripciones preimpresas agregados
en copias en la actuación nº 1204/03 fs. 2/5), sobre la supuesta inscripción ante la
Superintendencia Nacional de la Enseñanza Privada -SNEP-, corresponde
recordar que la Ley nº 24.049 sancionada en el año 1992, suprimió dicha
Superintendencia, para reemplazarla por la Dirección General de Educación de
Gestión Privada, la cual, además informa que “no registra academias”.
En los títulos entregados se habría buscado reunir
características gráficas suficientes como para aparentar un carácter oficial del cual
carecen, y sorprende la referencia en un diploma del año 2001 a un organismo
que desapareció con tal denominación 10 años antes de la confección del
supuesto título.
Con la información suministrada, puede concluirse que
los títulos entregados, no sólo carecen de todo reconocimiento oficial e
incumbencias laborales, sino que parecieran estar destinados a defraudar la
confianza de sus alumnos y estafarlos económicamente, hechos que llevan a
presumir que la conducta de los responsables del Instituto denunciado
encuadraría en la figura prevista en el art. 172º del Código Penal, el cual castiga
con pena de prisión: “...al que defraudare a otro con... calidad simulada, títulos
falsos, influencia mentida, abuso de confianza... o valiéndose de cualquier otro
ardid o engaño”.
La Ley nº 17.132, establece cuáles son los requisitos
que deben cumplir las personas que ejercen la medicina y las diferentes
profesiones de colaboración con la misma, a fin de poder ejercer legalmente su
profesión. Así la referida norma establece:
“Artículo 42.- A los fines de esta ley se consideran actividades de
colaboración de la medicina y odontología las que ejercen: Obstétricas.
Kinesiólogos y terapistas físicos. Enfermeras. Terapistas ocupacionales. Opticos
técnicos. Mecánicos para dentistas. Dietistas. Auxiliares de radiología. Auxiliares
de psiquiatría. Auxiliares de laboratorio. Auxiliares de anestesia. Fonoaudiólogos.
Ortópticos. Visitadoras de higiene. Técnicos en órtesis y prótesis. Técnicos en
calzado ortopédico.
Artículo 43.- El Poder Ejecutivo Nacional podrá reconocer e incorporar
nuevas actividades de colaboración cuando lo propicie la Secretaría de Estado de
Salud Pública, previo informe favorable de las universidades.
Artículo 44.- Podrán ejercer las actividades a que se refiere el artículo 42: a)
Los que tengan título otorgado por universidad nacional o universidad privada y
habilitado por el Estado nacional; b) Los que tengan título otorgado por
universidad extranjera y hayan revalidado en una universidad nacional; c) Los
argentinos nativos, diplomados en universidades extranjeras, que hayan cumplido
los requisitos exigidos por las universidades nacionales para dar validez a sus
títulos; d) Los que posean título otorgado por escuelas reconocidas por la
Secretaría de Estado de Salud Pública, en las condiciones que se reglamenten”.
El texto transcripto resulta sumamente claro por sí
mismo, y cabe recordar que la misma norma establece:
“Artículo 4.- Queda prohibido a toda persona que no esté comprendida en la
presente ley participar en las actividades o realizar las acciones que en la misma
se reglamentan. Sin perjuicio de las penalidades impuestas por esta ley, los que
actuaren fuera de los límites en que deben ser desarrolladas sus actividades,
serán denunciados por infracción al artículo 208 del Código Penal” (ejercicio ilegal
de la medicina y el arte de curar).
En función de lo expuesto corresponde dar intervención
a la Secretaría de Políticas, Regulación y Relaciones Sanitarias del Ministerio de
Salud y Ambiente de la Nación a los efectos de que en su carácter de autoridad de
aplicación de la Ley nº 17.132 y sus normas vinculadas, tome la intervención que
le corresponda respecto del funcionamiento del referido Instituto ATRICA y la
oferta de carreras que no contarían con los requisitos necesarios para
desempeñarse en el campo de la salud.
El problema de la existencia de institutos que funcionan
sin la autorización de la Dirección General de Educación de Gestión Privada ya ha
merecido numerosas intervenciones por parte de esta Defensoría del Pueblo,
oportunidades en las que se expidió, entre otras, mediante las Resoluciones nros.
1845/02 y 5692/02.
En las Resoluciones de este organismo se recomendó
al Director General de Educación de Gestión Privada de la Secretaría de
Educación del Gobierno de la Ciudad, profesor doctor Gerardo Suárez, que
interviniera a fin de evitar el funcionamiento de los institutos de gestión privada
que actúan al margen de la ley estafando y/o engañando alumnos, no obstante el
funcionario se ha excusado aduciendo que su función se limita a controlar sólo a
los institutos que se encuentran registrados oficialmente ante dicha Dirección
General.
Rechazamos enérgicamente tal postura, al respecto
piénsese si la Administración Federal de Ingresos Públicos -AFIP- se limitara a
ejercer control únicamente a personas físicas y jurídicas inscriptas en sus
registros, nunca podría así investigar y controlar casos de evasión y a empresas
que contratan personal en la modalidad popularmente conocida como
“trabajadores en negro” por ejemplo.
A modo ilustrativo se transcribe a continuación la parte
pertinente de la Resolución nº 5692/02, en donde se exponen los fundamentos de
derecho que hacen exigible la intervención de la Secretaría de Educación en
procura de evitar el funcionamiento ilegal e inescrupuloso de institutos educativos
no autorizados:
“CONTROL DE LOS INSTITUTOS.- En cuanto a este último punto cabe
señalar que la competencia para autorizar y controlar el funcionamiento acorde a
derecho de los institutos privados en la Ciudad de Buenos Aires, corresponde a la
Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Secretaría de
Educación, como continuadora del ex-Servicio Nacional de Enseñanza Privada, tal
como lo dispuso el Decreto Nacional nº 371/64 y demás normas aplicables.
Según establece el art. 1º del mencionado Decreto, “La incorporación es el
medio por el cual el Estado reconoce la enseñanza que imparten los institutos
privados de nivel medio y superior, de acuerdo con planes aprobados
oficialmente”.
Asimismo, de acuerdo al Decreto 2055-GCBA-2001, Anexo II/13, la citada
Dirección General tiene como Responsabilidad Primaria: “Administrar y
supervisar el Subsistema de Educación de Gestión Privada de la
jurisdicción, conforme con las políticas de la Secretaría de Educación”. Tal
investidura legal obliga a sus autoridades a cumplir cabalmente con su
responsabilidad de resguardar los intereses de aquellas personas que desean
inscribirse en los institutos privados que funcionan en el ámbito de la Ciudad, lo
cual resulta extensivo a evitar que engañen a los alumnos respecto de las
cualidades o posibilidades de los títulos ofrecidos.
Esta obligación se hace extensiva a impedir el funcionamiento de aquellos
institutos no incorporados a la enseñanza oficial que ofrezcan títulos
supuestamente con dicho tipo de reconocimiento. Resulta claro entonces que el
Estado debe ejercer el Poder de Policía a fin de proteger a los ciudadanos
respecto de la existencia de Institutos creados para engañar a los potenciales
alumnos.
El persistente incumplimiento de esta obligación de la Dirección
General de Educación de Gestión Privada ha facilitado el accionar
inescrupuloso de decenas de institutos privados que ofrecen diversas carreras
y atraen a desprevenidos estudiantes que, confiando en el supuesto
reconocimiento oficial, que según la publicidad, obtendrían, se inscriben, abonan
cuotas y destinan mucho tiempo y esfuerzo a un Instituto que los está estafando
impunemente, gracias a la desidia de los funcionarios de la Secretaría de
Educación encargados de resguardar a los ciudadanos del accionar de estos
institutos.
Resulta llamativo que la Secretaría de Educación no haya tomado cartas en
el asunto de los institutos que funcionan en la Ciudad sin autorización, cuando se
puede advertir con el sólo hecho de hojear los periódicos de mayor tirada que
existe publicidad ofreciendo desde títulos secundarios hasta supuestas carreras
terciarias, todas afirmando contar con un supuesto aval oficial, al consignar
aprobaciones por resoluciones de las que no se menciona la autoridad emisora.
Es justamente a raíz de las denuncias recibidas y de advertir la existencia de
numerosos avisos publicitarios con mensajes engañosos, que esta Defensoría del
Pueblo decidió iniciar una amplia y exhaustiva investigación sobre el
funcionamiento de estos institutos y la supervisión oficial de los mismos, sobre la
cual ya se ha expedido en similares términos en distintas Resoluciones (nros.
1845/02; 2788/02) en las que recomendó a la Secretaría de Educación que
cumpla con sus obligaciones, sin que hasta la fecha se tenga constancia de que
ello ha sucedido...
De lo expuesto surge que la Secretaría de Educación de la Ciudad de
Buenos Aires, por intermedio de su Dirección General de Educación de Gestión
Privada incumple con sus obligaciones de velar por el correcto
funcionamiento de la educación privada y ejercer el correspondiente Poder de
Policía, lo que permite el funcionamiento de distintos institutos privados que
estafan a sus alumnos, lo cual ha motivado la presente intervención de esta
Defensoría del Pueblo, en resguardo del correcto funcionamiento de la
Administración del servicio educativo y de los intereses de los ciudadanos real y
potencialmente afectados.
Como corolario, corresponde requerir la intervención de los organismos del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con competencia en materia de defensa
de los consumidores de servicios educativos.
...RESPONSABILIDAD POR OMISION DEL ESTADO Y SUS
FUNCIONARIOS.- No resulta justificativo para no controlar a los institutos que
ofrecen enseñanza de Nivel Secundario en la Ciudad de Buenos Aires, el hecho
de que no hayan sido autorizados para funcionar por parte de las autoridades
educativas o de verificación de locales. Con más razón, es en estos
establecimientos en donde se debe poner más énfasis, dado que muchas veces
ofrecen títulos o carreras para las que no están autorizados, facilitándose de esta
manera diversas estafas y defraudaciones que se ven facilitadas por la abstención
estatal para cumplir con sus responsabilidades.
Resulta necesario recordar cuál es la responsabilidad que le cabe al Estado
y particularmente a los funcionarios involucrados, por la omisión en el
cumplimiento de sus deberes, en este caso es el de controlar y asegurar que
establecimientos como los mencionados no puedan funcionar en el ámbito de la
Ciudad de Buenos Aires para evitar así la comisión de estafas a los ciudadanos
que buscan los servicios ofrecidos.
La Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Secretaría
de Educación tiene la competencia para autorizar y controlar el funcionamiento
acorde a derecho de los institutos privados en la Ciudad de Buenos Aires, como
continuadora del ex Servicio Nacional de Enseñanza Privada, tal como lo dispuso
el Decreto Nacional nº 371/64 y demás normas aplicables.
Según establece el artículo 1º del mencionado Decreto: “La incorporación
es el medio por el cual el Estado reconoce la enseñanza que imparten los
institutos privados de nivel medio y superior, de acuerdo con planes aprobados
oficialmente”.
Asimismo, de acuerdo al Decreto nº 2055-GCBA-2001, Anexo II/13, la
citada Dirección General tiene como Responsabilidad Primaria: “Administrar y
supervisar el Subsistema de Educación de Gestión Privada de la
jurisdicción, conforme con las políticas de la Secretaría de Educación”. Tal
investidura legal obliga a sus autoridades a cumplir cabalmente con su
responsabilidad de resguardar los intereses de aquellas personas que desean
inscribirse en los institutos privados que funcionan en el ámbito de la Ciudad, lo
cual comprende la obligación de evitar que engañen a los alumnos respecto de las
cualidades o posibilidades de los títulos ofrecidos.
Esta obligación se hace extensiva a impedir el funcionamiento de aquellos
institutos no incorporados a la enseñanza oficial que ofrezcan títulos
supuestamente con dicho tipo de reconocimiento. Resulta claro entonces que el
Estado debe ejercer el Poder de Policía a fin de proteger a los ciudadanos
respecto de la existencia de Institutos creados para engañar a los potenciales
alumnos.
La Responsabilidad del Estado por Omisión “existe a raíz de no haberse
adoptado ciertas decisiones en ejercicio de la policía administrativa de naturaleza
preventiva o de fiscalización, susceptibles de evitar la producción de un evento
dañoso”1[1]. Es así que la omisión de actuar por parte del Estado se transforma en
una omisión antijurídica cuando “sea razonable esperar que el Estado actúe en
determinado sentido para evitar los daños en la persona o los bienes de los
particulares. Ahora bien, la configuración de dicha omisión antijurídica requiere
que el Estado o sus entidades incumplan una obligación legal expresa o implícita,
tal como son las vinculadas con el ejercicio de la policía administrativa”.2[2]
Resulta a todas luces indudable que tanto la Dirección General de
Educación de Gestión Privada, como la Dirección General de Habilitaciones y
Verificaciones, son las dependencias administrativas facultadas y obligadas a
controlar la regularidad del funcionamiento de Institutos y locales dedicados a
impartir educación en la Ciudad. El incumplimiento estatal se extiende también a
los propios funcionarios públicos responsables, tal como lo disponen los artículos
1074 y 1112 del Código Civil.
Es imprescindible que las dos Direcciones Generales precedentemente
mencionadas cumplan debidamente sus funciones y eviten de esa forma que la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires deba responder judicial y pecuniariamente por
los daños causados a particulares a causa de sus omisiones en el cumplimiento
de sus obligaciones”.
En consecuencia de la Resolución nº 5692/02 de este
Organismo de la Constitución, la Procuración General dictó la Resolución nº 1885P.G.-2002 disponiendo la instrucción de un sumario, en cuyos considerandos
expresó en relación a los institutos sin reconocimiento oficial:
"Que si bien todo ello parece constituir una actividad defraudatoria en
perjuicio del público, imputable en principio a individuos ajenos a los
cuadros de la Administración, no puede soslayarse el control que el art. 24
de la Constitución impone al Gobierno de la Ciudad respecto de los
institutos educativos con capacidad de otorgar títulos académicos y
habilitantes en todos los niveles.
Que es atribución de la Dirección General de Educación Privada el
registro, autorización y control de los institutos privados, conllevando la
obligación de impedir el funcionamiento de entes no incorporados a la
1[1]
Cassagne Juan Carlos, Derecho Administrativo T. I. Ed. Abeledo Perrot, 1991, pág. 245.
Cassagne Juan Carlos, citado por Aída Kemelmajer de Carlucci. “La Responsabilidad del Estado por Omisión en la Experiencia
Jurisprudencial” en La Responsabilidad por Daños en el Tercer Milenio. Ed. Abeledo-Perrot, 1997, pág. 495.
2[2]
enseñanza oficial que ofrezcan supuestos títulos, con el consiguiente
engaño a alumnos”.
Corresponde considerar también lo referente a los
incumplimientos y transgresiones en que estaría incurriendo respecto de la Ley nº
24.240.
En el caso se estarían violando entre otras
disposiciones de la ley el deber de información que impone el art. 4º en cuanto a
que la información a brindar a usuarios y consumidores debe darse en forma cierta
y objetiva, ser veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características
esenciales de los mismos.
Lo manifestado por la apoderada legal de Atrica S.A.
(actuación nº 5114/05 fs. 5) en el sentido que: "En relación a la oferta de cursos,
se adjunta cuadernillo con detalle de cursos y jornadas, así como de publicidad
efectuada en el Diario Clarín, en donde se aclara que los títulos que emite el
Instituto Atrica son "no oficiales..."; y que: "...en la parte superior de la ficha la
leyenda "TITULOS NO OFICIALES"; no resulta suficiente ya que en lo que
respecta a los avisos del diario que obran en los presentes actuados (actuación nº
5114/05 fs. 30/31) la leyenda a que se refiere la apoderada de Atrica S.A. se
encuentra inserta de modo vertical sobre el margen derecho del aviso y en una
tipografía que apenas permite su visualización, pasando inadvertida al lector, y
reza lo siguiente: "Tit. No of.".
En cuanto a las que denomina como "ficha de ingreso"
sí bien es cierto que debajo del membrete figura la leyenda "TITULOS NO
OFICIALES", esto no resultaría suficiente toda vez que lo que se ofrece
(titulaciones docentes; tecnicaturas) carece de validez.
Al respecto, el Director General de Educación de
Gestión Privada dictó el día 17 de octubre de 2005 la Disposición nº
674/DGEGP/2005 en cuyos "Considerandos" expresa lo siguiente: "...Que este
organismo tiene competencia para exigir el cumplimiento de lo dispuesto por la
Ley Nº 24.240 y la Ley Nº 24.806 a las entidades incorporadas a la enseñanza
oficial como así también a quienes cuenten con autorización provisoria para
matricular, ...
Que es una falta grave la promesa de acreditación oficial de estudios que
no tiene tal carácter;
Que la autoridad de aplicación en la materia en cada jurisdicción debe
intimar el cese de la publicidad engañosa...".
Por último, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
debe ejercer control eficaz y efectivo de las instituciones que ofrecen educación no
formal, registradas (al respecto la Ordenanza nº 51.204-B.O.C.B.A. 273 publicada
el día 4 de septiembre de 1997- establece que los establecimientos autorizados
por la D.G.E.G.P. para matricular alumnos “...deberán consignar, en idéntico caso,
la fecha y número de expediente en el cual haya recaído dicha resolución como
así también la leyenda “incorporación en Trámite”, en publicidad, sellos e
impresos”) o no, de modo de brindar protecciones a quienes a ellas concurren.
La presente se dicta de acuerdo a las facultades
otorgadas a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires por el art.
137º de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, el cual reza en su parte
pertinente: “Es su misión la defensa, protección y promoción de los derechos
humanos y demás derechos e intereses individuales, colectivos y difusos tutelados
en la Constitución Nacional, las leyes y esta Constitución, frente a los actos,
hechos u omisiones de la administración o de prestadores de servicios públicos”,
así como por el art. 36º y concordantes de la Ley nº 3 C.A.B.A.
POR TODO ELLO:
LA DEFENSORIA DEL PUEBLO
DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
RESUELVE:
1) Solicitar a la señora Secretaria de Educación del Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires, licenciada Roxana Perazza, disponga las acciones tendientes a
asegurar que el Director General de Educación de Gestión Privada, profesor
doctor Gerardo Suárez, fiscalice y controle a los institutos educativos de gestión
privada, aún los que no se encuentran incorporados a la enseñanza oficial, a
efectos de evitar se continúen generando situaciones que perjudiquen a quienes a
ellos concurren.
2) Exhortar a la Secretaría de Políticas, Regulación y Relaciones Sanitarias del
Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación, que ordene la iniciación de la
investigación correspondiente a fin de determinar las responsabilidades que
correspondan a los profesionales y demás personas involucradas, por el
funcionamiento del Instituto de Enseñanza ATRICA.
3) Solicitar al señor Secretario de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires,
licenciado Diego Gorgal, disponga que controle si Atrica S.A., sita en Junín 328 de
esta Ciudad de Buenos Aires cumple con todos los requisitos exigidos para su
funcionamiento.
4) Girar copia de la presente Resolución a la Procuración General de la Ciudad de
Buenos Aires, a los efectos de ser agregada como antecedente en el Sumario
Administrativo, iniciado por Resolución PG nº 1885/02.
5) Poner en conocimiento de la presente a la Comisión de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
6) Poner en conocimiento de la presente al señor Ministro de Educación, Ciencia y
Tecnología de la Nación, licenciado Daniel Filmus.
7) Notificar la presente Resolución al doctor Oscar Daniel Gyukits en la sede de
Atrica S.A., Junín 328 de la Ciudad de Buenos Aires.
8) Fijar en 15 días el plazo previsto en el art. 36 de la Ley nº 3 de la Ciudad de
Buenos Aires.3[3]
9) Notificar, registrar, reservar en la Adjuntía para su seguimiento y oportunamente
archivar.
Código 452
Fap.
mg./D/LDS
RESOLUCION Nº 0013/06
3[3]
Ley nº 3, art. 36º: Con motivo de sus investigaciones, el Defensor o Defensora del Pueblo puede formular advertencias, recomendaciones,
recordatorios de los deberes de los funcionarios, y propuestas para la adopción de nuevas medidas. Las recomendaciones no son
vinculantes, pero si dentro del plazo fijado la autoridad administrativa afectada no produce una medida adecuada, o no informa de las razones
que estime para no adoptarla, el Defensor o Defensora del Pueblo puede poner en conocimiento del ministro o secretario del área, o de la
máxima autoridad de la entidad involucrada, los antecedentes del asunto y las recomendaciones propuestas.
Si tampoco así obtiene una justificación adecuada, debe incluir tal asunto en su informe anual o especial a la Legislatura, con mención de los
nombres de las autoridades o funcionarios que hayan adoptado tal actitud.
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