Buenos Aires, 21 de febrero de 2007.- VISTO: La actuación nº 6430/04, iniciada por la señora F. T. T. M., con relación a la validez de los títulos de Asistente Geriátrico y Auxiliar de Enfermería otorgados por el Instituto de Enseñanza Atrica. Y CONSIDERANDO QUE: A fs. 1, la presentante refiere ser “...una ex alumna del Instituto Atrica, que con engaño hizo el curso de Auxiliar de Enfermería y Asistente Geriátrica desde octubre del 2003 hasta marzo del 2004, guiándome por un aviso que salió en el diario, que decía que estaba inscripto en el Ministerio de Educación y que el título me servía para entidades privadas y provincia, cosa que no es así, es totalmente mentira porque no sirve para nada el título que te dan, por lo cual al enterarme me ocasionó un daño moral y a la vez económico, al haber perdido tiempo y dinero. Pido que me indemnicen por el tiempo perdido ya que tengo que estudiar de nuevo y también pido que no engañen a la gente que con buena fe quiere estudiar y ser mejor persona con estudios terciarios...”. A fs. 1 vta., continúa diciendo que “...Además, en el transcurso del curso me hicieron pagar un seguro médico para las prácticas, que nunca me dijeron cuál era el seguro ni qué cubría, a su vez una compañera se pinchó y no le hicieron ninguno de los estudios, y al final de las prácticas no nos quisieron dar ninguna constancia en el hospital como para presentar en un futuro trabajo, alegando que el abogado de la persona que nos supervisaba le había dicho que no podía dar nada, solamente una libreta firmada por ella que dice las horas hechas, nada más. En fin, todo es un engaño total”. A fs. 2/3 se agregan copias de los títulos otorgados, donde se destaca en su margen superior derecho que el Instituto de Enseñanza Atrica se encuentra “Inscripto en el ministerio de Educación y Justicia Superintendencia Nacional de la Enseñanza Privada Registro Nº 344 (art. 2 inc. C - Ley 13.047) Junín 328 Cap. Tel. 4953-6900 www.cursosatrica.com.ar E-mail: [email protected]”. 1 A fs. 4/6 se agrega copia del documento nacional de identidad de la presentante. A fs. 7 obra cédula de notificación de fecha 30 de noviembre de 2004 acompañando oficio dirigido al Instituto de Enseñanza Atrica, solicitando información, recibiendo como respuesta que “1.- El Instituto Atrica otorga certificados de cursos de capacitación laboral (no oficiales). Cada alumno que se inscribe es debidamente notificado y firma la planilla de inscripción donde se aclara que los cursos no son oficiales. 2.- No son carreras, son cursos de capacitación y fueron aprobados en el año 1990 por el Ministerio de Educación”, según constancia de fs. 8, de fecha 9 de diciembre de 2004. A fs. 10 se agrega oficio de fecha 22 de diciembre de 2004 dirigido al Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación solicitando tener a bien informar si el citado Instituto se encuentra autorizado por ese Ministerio para funcionar, señalándose que los títulos que expide llevan la siguiente leyenda: “Inscripto en el Ministerio de Educación y Justicia Superintendencia Nacional de la Enseñanza Privada Registro NC 344 (Art. 2 Inc. C - Ley 13047)”. En este punto, cabe señalar que se han iniciado en esta Defensoría del Pueblo varias actuaciones en las cuales se trata similar cuestión, siendo las últimas tramitadas las nros. 1204/03 y 5114/05, en las cuales ha recaído la Resolución nº 0013/06, con fecha 2 de enero de 2006, por lo cual, con fundamento en razones de economía procesal, corresponde remitirse a los informes obtenidos de ambas denuncias. En la actuación nº 1204/03, la Adjuntía a cargo del profesor Gustavo Lesbegueris solicitó informes a la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la ex Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a la Dirección de Registro, Fiscalización de Establecimientos y Sanidad de Fronteras del Ministerio de Salud de la Nación y al propio Instituto, con el objeto de obtener precisiones sobre el Instituto Atrica y las carreras que ofrece. La respuesta de la ex Secretaría de Educación obra a fs. 35/48, en donde la Dirección General consultada informa mediante el Registro nº 4616-MGESyA-2003 (fs. 46) que no existe en sus registros ningún instituto con la denominación del establecimiento denunciado, ni ningún otro que tenga domicilio en la calle Junín 328. Asimismo señala en el punto d. de su respuesta que: “Por Disposición nº 441 del 30.12.96 fue incorporado a la enseñanza oficial el INSTITUTO FACUMEDICAL con la característica A-1196, con domicilio en la calle Junín 719/21 de esta Ciudad, cuya entidad propietaria era ATRICA S.A. Por disposición nº 1041 del 06.12.2000 el 2 establecimiento fue cancelado. La única carrera autorizada para el INSTITUTO FACUMEDICAL fue Auxiliar en Enfermería (R.M. 35/96)”. El Ministerio de Salud de la Nación responde a fs. 13/26 y 29/34. En la primera de las respuestas, la Coordinación de Planificación y Evaluación informa mediante su Nota nº 87 del 15 de abril de 2003 (fs. 26) que: 1) en dicha área no constan antecedentes del Instituto ATRICA; 2) las instituciones educativas privadas del ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, para ser oficiales deben estar autorizadas y sus carreras aprobadas por la Dirección General de Educación de Gestión Privada del Gobierno de la Ciudad; 3) los perfiles de recursos humanos de salud autorizados a sacar matrícula habilitante son los encuadrados en la Ley nº 17.132 y es competencia de la Dirección de Registro, Fiscalización y Sanidad de Fronteras. Finalmente, en el punto 5) expresa que: “Para ingresar al mercado laboral en Salud los perfiles profesionales, técnicos o auxiliares incorporados a la Ley 17.132 deben tener matrícula habilitante”. Se puede apreciar claramente la diferencia que existe entre la situación del Instituto ATRICA y sus egresados con las normas que rigen las actividades vinculadas a la salud. En lo que respecta a los pedidos de informes girados al Instituto ATRICA a fin de poner en su conocimiento la denuncia recibida y solicitarle que brindara las explicaciones del caso, en el marco de la presente actuación no han sido respondidos. Respecto de la actuación nº 5114/05, personal de la Adjuntía a cargo del profesor Gustavo Lesbegueris solicitó informes en relación al tema, al Instituto Atrica y a la Dirección General de Educación de Gestión Privada, a fs. 3 y 4 respectivamente. La respuesta del Instituto Atrica obra a fs. 5/31 y expresa lo siguiente: “Nos dirigimos a Usted en relación a la información que se solicita respecto de la oferta de cursos que realiza la institución, competencia de los mismos y reconocimiento a nivel Nacional, Provincial y/o Local. A lo que informamos, que conforme lo acreditamos con copia simple de presentación efectuada en el Ministerio de Educación y Justicia de fecha 6/2/1990, registrada bajo el Nro. 344 hemos denunciado oportunamente nuestra actividad ante dicho Ministerio, asimismo acompañamos copia del certificado de habilitación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para ejercer dicha actividad. En relación a la oferta de cursos, se adjunta cuadernillo con detalle de cursos y jornadas, así como publicidad efectuada en el Diario Clarín, en donde se aclara que los títulos que emite el Instituto Atrica son “no oficiales”. Dicha información, que los títulos son “no oficiales” también se aclara a los alumnos no sólo verbalmente al momento de inscribirse en los cursos respectivos, sino que tal como lo acreditamos con ficha de 3 ingreso al curso de Auxiliar de Enfermería Alicia Morales, suscrita de su puño y letra, surge destacado (subrayado y en mayúscula) en la parte superior de la ficha la leyenda “TITULOS NO OFICIALES”. Como una prueba más de la seriedad y responsabilidad con que se brindan los cursos en nuestro instituto adjuntamos a la presente copia de la póliza de seguro que contratamos para nuestros alumnos, para el supuesto de realizar visitas hospitalarias, como es el caso de curso de Auxiliar de Enfermería. Destacamos asimismo, que los cursos del área médica son brindados por profesionales universitarios, que inclusive dictan jornadas en el exterior (Cuba, Chile, etc.). ...Dra. María Daniela Llanos. Apoderada-Legal. Atrica S.A...”. A fs. 32/38 obra la respuesta de la Dirección General de Educación de Gestión Privada que informa lo siguiente: “Visto: Los presentes actuados, se informa que bajo la denominación Instituto Atrica, no se encuentra incorporado a la Enseñanza Oficial, ningún Instituto, ni activo ni cancelado. Cumplido. Mercedes Susana Boratto. Certificaciones, Legalizaciones y Registro. D.G.E.G.P.”. En relación a lo informado por la apoderada legal de Atrica S.A. cabe indicar lo siguiente: I. El instrumento público constitutivo acompañado y que obra agregado a fs. 12/16, en el artículo tercero establece en relación al objeto de la sociedad anónima: “La sociedad tiene por objeto realizar por cuenta propia, de terceros o asociada a terceros al dictado de cursos, conferencias, seminarios, clases, simposios, congresos relacionados con la enfermería y primeros auxilios, kinesiología, oftalmología, y la promoción de la cultura en general. A tales fines la sociedad tiene plena capacidad jurídica para adquirir derechos y contraer obligaciones y ejercer los actos que no sean prohibidos por las leyes o por este estatuto”. II. El cuadernillo que acompaña titulado “Boletín Informativo”, agregado a fs. 23/29, indica en la portada: “*CURSOS”; “*JORNADAS” y “PROMOCIONES”; luego establece diversas “Areas” (Médica; de Rehabilitación; de Terapias Alternativas; Estética; de Actividad Física; Educativa; Psicología; Contable; Jurídica; Mascotas; Relaciones Públicas; Manualidades; y Artes Plásticas); y dentro de cada área los diversos cursos. III. Merece especial atención que alguno de los cursos son nominados como: “Técnico en...”; y en el “Area de Actividad Física” ofrece “Profesorado de Yoga”; en el caso del “Area Educativa” ofrece: “Maestra Jardinera + Asistente Materno infantil” y en el “Area Psicología” el de “Acompañante Terapéutico”. IV. En la hoja titulada “Promociones y Becas” se refiere a los “cursos” en general y establece que “Realizando un curso usted tiene derecho a 1/2 beca para otro curso. Los siguientes cursos no pueden realizarse con la 1/2 beca...”. 4 Luego indica lo siguiente: “Para los alumnos que realicen el curso de: ...recibe al finalizar el curso dos diplomas”, siendo destacables los casos denominados como “Técnico”: “Técnico en Laboratorio: recibe al finalizar el curso dos diplomas 1) Técnico en Laboratorio 2) Técnico Extraccionista”. y el siguiente: “Maestra Jardinera: recibe al finalizar el curso dos diplomas 1) Maestra Jardinera. 2) Asistente Materno Infantil...”. Accediendo vía internet a la dirección www.cursosatrica.com.ar pudimos comprobar los ofrecimientos (copias agregadas a la actuación nº 5114/05 fs. 39/51), y la publicidad de “Nuevos cursos año 2006” que incluye lo siguiente: “Area Manualidades Profesorado de Manualidades Profesorado de Dibujo y Pintura”. Las carreras docentes y las tecnicaturas son dictadas por instituciones educativas de gestión pública o de gestión privada con reconocimiento oficial, no existiendo otro modo de acceso a una titulación docente en sus diversos niveles y modalidades con carácter oficial. Resulta según lo informado por la Dirección General de Educación de Gestión Privada que el Instituto Atrica no posee reconocimiento oficial de la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la entonces Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; por lo que ni los cursos que dicta ni los títulos que otorga poseen reconocimiento oficial. A criterio de esta Defensoría del Pueblo, el funcionamiento del Instituto ATRICA se realiza al margen de las normas que regulan la actividad y generaría un grave perjuicio a sus alumnos y egresados, quienes podrían ser víctimas del delito de estafa, previsto en el Código Penal. Atrica S.A. publica habitualmente la publicidad de sus cursos en periódicos de amplia difusión (fs. 6 de la actuación nº 1204/03 y fs. 30/31 de la actuación nº 5114/05) y por la página de Internet: www.cursosatrica.com.ar (fs. 7/10 de la actuación nº 1204/03 y fs. 39/51 de la actuación nº 5114/05) promociona distintos cursos relacionados con la medicina y otras profesiones. 5 El Instituto informa en su publicidad y diplomas otorgados, que desarrolla sus actividades dentro del marco de lo establecido por la Ley nº 13.047 (art. 2º, inc. c). La referida ley, de antigua data, regula el funcionamiento de establecimientos educativos de gestión privada que funcionen en el país; en el art. 2º establece que el Poder Ejecutivo llevará el registro de todos los establecimientos de enseñanza privada y su personal y los clasificará en los tres tipos allí contemplados. El inc. c) prevé el caso de las Academias que dictan educación no incorporada a la enseñanza oficial, por consiguiente el propio instituto está reconociendo que no está incorporado a la enseñanza oficial. En cuanto a la referencia efectuada en los diplomas entregados a las denunciantes (en sellos e inscripciones preimpresas agregados en copias en la actuación nº 1204/03 fs. 2/5), sobre la supuesta inscripción ante la Superintendencia Nacional de la Enseñanza Privada -S.N.E.P.-, corresponde recordar que la Ley nº 24.049 sancionada en el año 1992, suprimió dicha Superintendencia, para reemplazarla por la Dirección General de Educación de Gestión Privada, la cual, además informa que “no registra academias”. En los títulos entregados se habría buscado reunir características gráficas suficientes como para aparentar un carácter oficial del cual carecen, y sorprende la referencia en un diploma del año 2001 a un organismo que desapareció con tal denominación 10 años antes de la confección del supuesto título. Con la información suministrada, puede concluirse que los títulos entregados, no sólo carecen de todo reconocimiento oficial e incumbencias laborales, sino que parecieran estar destinados a defraudar la confianza de sus alumnos y estafarlos económicamente, hechos que llevan a presumir que la conducta de los responsables del Instituto denunciado encuadraría en la figura prevista en el art. 172º del Código Penal, el cual castiga con pena de prisión: “...al que defraudare a otro con... calidad simulada, títulos falsos, influencia mentida, abuso de confianza... o valiéndose de cualquier otro ardid o engaño”. La Ley nº 17.132, establece cuáles son los requisitos que deben cumplir las personas que ejercen la medicina y las diferentes profesiones de colaboración con la misma, a fin de poder ejercer legalmente su profesión. Así la referida norma establece: “Artículo 42.- A los fines de esta ley se consideran actividades de colaboración de la medicina y odontología las que ejercen: Obstétricas. Kinesiólogos y terapistas físicos. Enfermeras. Terapistas ocupacionales. Opticos técnicos. Mecánicos para dentistas. Dietistas. Auxiliares de radiología. Auxiliares de psiquiatría. Auxiliares de laboratorio. Auxiliares de anestesia. Fonoaudiólogos. Ortópticos. 6 Visitadoras de higiene. Técnicos en órtesis y prótesis. Técnicos en calzado ortopédico. Artículo 43.- El Poder Ejecutivo Nacional podrá reconocer e incorporar nuevas actividades de colaboración cuando lo propicie la Secretaría de Estado de Salud Pública, previo informe favorable de las universidades. Artículo 44.- Podrán ejercer las actividades a que se refiere el artículo 42: a) Los que tengan título otorgado por universidad nacional o universidad privada y habilitado por el Estado nacional; b) Los que tengan título otorgado por universidad extranjera y hayan revalidado en una universidad nacional; c) Los argentinos nativos, diplomados en universidades extranjeras, que hayan cumplido los requisitos exigidos por las universidades nacionales para dar validez a sus títulos; d) Los que posean título otorgado por escuelas reconocidas por la Secretaría de Estado de Salud Pública, en las condiciones que se reglamenten”. El texto trascripto resulta sumamente claro por sí mismo, y cabe recordar que la misma norma establece: “Artículo 4.- Queda prohibido a toda persona que no esté comprendida en la presente ley participar en las actividades o realizar las acciones que en la misma se reglamentan. Sin perjuicio de las penalidades impuestas por esta ley, los que actuaren fuera de los límites en que deben ser desarrolladas sus actividades, serán denunciados por infracción al artículo 208 del Código Penal” (ejercicio ilegal de la medicina y el arte de curar). El problema de la existencia de institutos que funcionan sin la autorización de la Dirección General de Educación de Gestión Privada ya ha merecido numerosas intervenciones por parte de esta Defensoría del Pueblo, oportunidades en las que se expidió, entre otras, mediante las Resoluciones nros. 1845/02 y 5692/02. En las Resoluciones de este organismo se recomendó al entonces Director General de Educación de Gestión Privada de la entonces Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, profesor doctor Gerardo Suárez, que interviniera a fin de evitar el funcionamiento de los institutos de gestión privada que actúan al margen de la ley estafando y/o engañando alumnos, no obstante el funcionario se ha excusado aduciendo que su función se limita a controlar sólo a los institutos que se encuentran registrados oficialmente ante dicha Dirección General. Rechazamos enérgicamente tal postura, al respecto piénsese si la Administración Federal de Ingresos Públicos A.F.I.P.- se limitara a ejercer control únicamente a personas físicas y jurídicas inscriptas en sus registros, nunca podría así investigar y controlar casos de evasión y a empresas que contratan personal en la modalidad popularmente conocida como “trabajadores en negro” por ejemplo. 7 A modo ilustrativo se transcribe a continuación la parte pertinente de la Resolución nº 5692/02, en donde se exponen los fundamentos de derecho que hacen exigible la intervención del Ministerio de Educación en procura de evitar el funcionamiento ilegal e inescrupuloso de institutos educativos no autorizados: “CONTROL DE LOS INSTITUTOS.- En cuanto a este último punto cabe señalar que la competencia para autorizar y controlar el funcionamiento acorde a derecho de los institutos privados en la Ciudad de Buenos Aires, corresponde a la Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Secretaría de Educación, como continuadora del ex-Servicio Nacional de Enseñanza Privada, tal como lo dispuso el Decreto Nacional nº 371/64 y demás normas aplicables. Según establece el art. 1º del mencionado Decreto, “La incorporación es el medio por el cual el Estado reconoce la enseñanza que imparten los institutos privados de nivel medio y superior, de acuerdo con planes aprobados oficialmente”. Asimismo, de acuerdo al Decreto 2055-GCBA-2001, Anexo II/13, la citada Dirección General tiene como Responsabilidad Primaria: “Administrar y supervisar el Subsistema de Educación de Gestión Privada de la jurisdicción, conforme con las políticas de la Secretaría de Educación”. Tal investidura legal obliga a sus autoridades a cumplir cabalmente con su responsabilidad de resguardar los intereses de aquellas personas que desean inscribirse en los institutos privados que funcionan en el ámbito de la Ciudad, lo cual resulta extensivo a evitar que engañen a los alumnos respecto de las cualidades o posibilidades de los títulos ofrecidos. Esta obligación se hace extensiva a impedir el funcionamiento de aquellos institutos no incorporados a la enseñanza oficial que ofrezcan títulos supuestamente con dicho tipo de reconocimiento. Resulta claro entonces que el Estado debe ejercer el Poder de Policía a fin de proteger a los ciudadanos respecto de la existencia de Institutos creados para engañar a los potenciales alumnos. El persistente incumplimiento de esta obligación de la Dirección General de Educación de Gestión Privada ha facilitado el accionar inescrupuloso de decenas de institutos privados que ofrecen diversas carreras y atraen a desprevenidos estudiantes que, confiando en el supuesto reconocimiento oficial, que según la publicidad, obtendrían, se inscriben, abonan cuotas y destinan mucho tiempo y esfuerzo a un Instituto que los está estafando impunemente, gracias a la desidia de los funcionarios de la Secretaría de Educación encargados de resguardar a los ciudadanos del accionar de estos institutos. Resulta llamativo que la Secretaría de Educación no haya tomado cartas en el asunto de los institutos que funcionan en la Ciudad sin autorización, cuando se puede advertir con el sólo hecho de hojear los periódicos de mayor tirada que existe publicidad ofreciendo desde títulos secundarios hasta supuestas carreras terciarias, todas afirmando contar con un supuesto aval oficial, al 8 consignar aprobaciones por resoluciones de las que no se menciona la autoridad emisora. Es justamente a raíz de las denuncias recibidas y de advertir la existencia de numerosos avisos publicitarios con mensajes engañosos, que esta Defensoría del Pueblo decidió iniciar una amplia y exhaustiva investigación sobre el funcionamiento de estos institutos y la supervisión oficial de los mismos, sobre la cual ya se ha expedido en similares términos en distintas Resoluciones (nros. 1845/02; 2788/02) en las que recomendó a la Secretaría de Educación que cumpla con sus obligaciones, sin que hasta la fecha se tenga constancia de que ello ha sucedido... De lo expuesto surge que la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, por intermedio de su Dirección General de Educación de Gestión Privada incumple con sus obligaciones de velar por el correcto funcionamiento de la educación privada y ejercer el correspondiente Poder de Policía, lo que permite el funcionamiento de distintos institutos privados que estafan a sus alumnos, lo cual ha motivado la presente intervención de esta Defensoría del Pueblo, en resguardo del correcto funcionamiento de la Administración del servicio educativo y de los intereses de los ciudadanos real y potencialmente afectados. Como corolario, corresponde requerir la intervención de los organismos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires con competencia en materia de defensa de los consumidores de servicios educativos. ...RESPONSABILIDAD POR OMISION DEL ESTADO Y SUS FUNCIONARIOS.- No resulta justificativo para no controlar a los institutos que ofrecen enseñanza de Nivel Secundario en la Ciudad de Buenos Aires, el hecho de que no hayan sido autorizados para funcionar por parte de las autoridades educativas o de verificación de locales. Con más razón, es en estos establecimientos en donde se debe poner más énfasis, dado que muchas veces ofrecen títulos o carreras para las que no están autorizados, facilitándose de esta manera diversas estafas y defraudaciones que se ven facilitadas por la abstención estatal para cumplir con sus responsabilidades. Resulta necesario recordar cuál es la responsabilidad que le cabe al Estado y particularmente a los funcionarios involucrados, por la omisión en el cumplimiento de sus deberes, en este caso es el de controlar y asegurar que establecimientos como los mencionados no puedan funcionar en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires para evitar así la comisión de estafas a los ciudadanos que buscan los servicios ofrecidos. La Dirección General de Educación de Gestión Privada de la Secretaría de Educación tiene la competencia para autorizar y controlar el funcionamiento acorde a derecho de los institutos privados en la Ciudad de Buenos Aires, como continuadora del ex Servicio Nacional de Enseñanza Privada, tal como lo dispuso el Decreto Nacional nº 371/64 y demás normas aplicables. Según establece el artículo 1º del mencionado Decreto: “La incorporación es el medio por el cual el Estado reconoce la enseñanza 9 que imparten los institutos privados de nivel medio y superior, de acuerdo con planes aprobados oficialmente”. Asimismo, de acuerdo al Decreto nº 2055-GCBA-2001, Anexo II/13, la citada Dirección General tiene como Responsabilidad Primaria: “Administrar y supervisar el Subsistema de Educación de Gestión Privada de la jurisdicción, conforme con las políticas de la Secretaría de Educación”. Tal investidura legal obliga a sus autoridades a cumplir cabalmente con su responsabilidad de resguardar los intereses de aquellas personas que desean inscribirse en los institutos privados que funcionan en el ámbito de la Ciudad, lo cual comprende la obligación de evitar que engañen a los alumnos respecto de las cualidades o posibilidades de los títulos ofrecidos. Esta obligación se hace extensiva a impedir el funcionamiento de aquellos institutos no incorporados a la enseñanza oficial que ofrezcan títulos supuestamente con dicho tipo de reconocimiento. Resulta claro entonces que el Estado debe ejercer el Poder de Policía a fin de proteger a los ciudadanos respecto de la existencia de Institutos creados para engañar a los potenciales alumnos. La Responsabilidad del Estado por Omisión “existe a raíz de no haberse adoptado ciertas decisiones en ejercicio de la policía administrativa de naturaleza preventiva o de fiscalización, susceptibles de evitar la producción de un evento dañoso”1. Es así que la omisión de actuar por parte del Estado se transforma en una omisión antijurídica cuando “sea razonable esperar que el Estado actúe en determinado sentido para evitar los daños en la persona o los bienes de los particulares. Ahora bien, la configuración de dicha omisión antijurídica requiere que el Estado o sus entidades incumplan una obligación legal expresa o implícita, tal como son las vinculadas con el ejercicio de la policía administrativa”2. Resulta a todas luces indudable que tanto la Dirección General de Educación de Gestión Privada, como la Dirección General de Habilitaciones y Verificaciones, son las dependencias administrativas facultadas y obligadas a controlar la regularidad del funcionamiento de Institutos y locales dedicados a impartir educación en la Ciudad. El incumplimiento estatal se extiende también a los propios funcionarios públicos responsables, tal como lo disponen los artículos 1074 y 1112 del Código Civil. Es imprescindible que las dos Direcciones Generales precedentemente mencionadas cumplan debidamente sus funciones y eviten de esa forma que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deba responder judicial y pecuniariamente por los daños causados a particulares a causa de sus omisiones en el cumplimiento de sus obligaciones”. Como consecuencia de la Resolución nº 5692/02 de este Organismo de la Constitución, la Procuración General de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dictó la Resolución nº 1885P.G.-2002 disponiendo la instrucción de un sumario, en cuyos 1 Cassagne Juan Carlos, Derecho Administrativo T. I. Ed. Abeledo Perrot, 1991, pág. 245. Cassagne Juan Carlos, citado por Aída Kemelmajer de Carlucci. “La Responsabilidad del Estado por Omisión en la Experiencia Jurisprudencial” en La Responsabilidad por Daños en el Tercer Milenio. Ed. Abeledo-Perrot, 1997, pág. 495. 2 10 considerandos expresó en relación a los institutos sin reconocimiento oficial: “Que si bien todo ello parece constituir una actividad defraudatoria en perjuicio del público, imputable en principio a individuos ajenos a los cuadros de la Administración, no puede soslayarse el control que el art. 24 de la Constitución impone al Gobierno de la Ciudad respecto de los institutos educativos con capacidad de otorgar títulos académicos y habilitantes en todos los niveles. Que es atribución de la Dirección General de Educación Privada el registro, autorización y control de los institutos privados, conllevando la obligación de impedir el funcionamiento de entes no incorporados a la enseñanza oficial que ofrezcan supuestos títulos, con el consiguiente engaño a alumnos”. Corresponde considerar también lo referente a los incumplimientos y transgresiones en que estaría incurriendo respecto de la Ley nº 24.240. En el caso se estarían violando entre otras disposiciones de la ley el deber de información que impone el art. 4º en cuanto a que la información a brindar a usuarios y consumidores debe darse en forma cierta y objetiva, ser veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características esenciales de los mismos. Lo manifestado por la apoderada legal de Atrica S.A. (actuación nº 5114/05 fs. 5) en el sentido que: “En relación a la oferta de cursos, se adjunta cuadernillo con detalle de cursos y jornadas, así como de publicidad efectuada en el Diario Clarín, en donde se aclara que los títulos que emite el Instituto Atrica son “no oficiales...”; y que: “...en la parte superior de la ficha la leyenda “TITULOS NO OFICIALES”; no resulta suficiente ya que en lo que respecta a los avisos del diario que obran en los presentes actuados (actuación nº 5114/05 fs. 30/31) la leyenda a que se refiere la apoderada de Atrica S.A. se encuentra inserta de modo vertical sobre el margen derecho del aviso y en una tipografía que apenas permite su visualización, pasando inadvertida al lector, y reza lo siguiente: “Tit. No of.”. En cuanto a las que denomina como “ficha de ingreso” si bien es cierto que debajo del membrete figura la leyenda “TITULOS NO OFICIALES”, esto no resultaría suficiente toda vez que lo que se ofrece (titulaciones docentes; tecnicaturas) carece de validez. Al respecto, el Director General de Educación de Gestión Privada dictó el día 17 de octubre de 2005 la Disposición nº 674/DGEGP/2005 en cuyos “Considerandos” expresa lo siguiente: “...Que este organismo tiene competencia para exigir el cumplimiento de lo dispuesto por la Ley Nº 24.240 y la Ley Nº 24.806 a 11 las entidades incorporadas a la enseñanza oficial como así también a quienes cuenten con autorización provisoria para matricular... Que es una falta grave la promesa de acreditación oficial de estudios que no tiene tal carácter; Que la autoridad de aplicación en la materia en cada jurisdicción debe intimar el cese de la publicidad engañosa...”. Por último, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debe ejercer control eficaz y efectivo de las instituciones que ofrecen educación no formal, registradas (al respecto la Ordenanza nº 51.204 -B.O.C.B.A. nº 273 publicada el día 4 de septiembre de 1997- establece que los establecimientos autorizados por la Dirección General de Educación de Gestión Privada para matricular alumnos “...deberán consignar, en idéntico caso, la fecha y número de expediente en el cual haya recaído dicha resolución como así también la leyenda “incorporación en Trámite”, en publicidad, sellos e impresos”) o no, de modo de brindar protecciones a quienes a ellas concurren. La presente se dicta de acuerdo a las facultades otorgadas a esta Defensoría del Pueblo por el art. 137º de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el cual reza en su parte pertinente: “...Es su misión la defensa, protección y promoción de los derechos humanos y demás derechos e intereses individuales, colectivos y difusos tutelados en la Constitución Nacional, las leyes y esta Constitución, frente a los actos, hechos u omisiones de la administración o de prestadores de servicios públicos...”, así como por el art. 36º y concordantes de la Ley nº 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. POR TODO ELLO: LA DEFENSORIA DEL PUEBLO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES RESUELVE: 1) Solicitar al señor Director General de Educación de Gestión Privada, profesor Luis Liberman, fiscalice y controle la publicidad y actividad de los institutos educativos de gestión privada, aún los que no se encuentran incorporados a la enseñanza oficial, a efectos de evitar se continúen generando situaciones que perjudiquen a quienes a ellos concurren. 2) Solicitar al señor Ministro de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, licenciado Diego Pablo Gorgal, disponga se controle si Atrica S.A., sita en la calle Junín 328 de esta Ciudad Autónoma de Buenos 12 Aires, cumple funcionamiento. con todos los requisitos exigidos para su 3) Girar copia de la presente Resolución al señor Procurador General de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, doctor Agustín Zbar, a los efectos de ser agregada como antecedente en el Sumario Administrativo iniciado por Resolución PG nº 1885/02. 4) Poner en conocimiento de la presente Resolución al señor Presidente de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, don Marcos Peña. 5) Comunicar la presente Resolución al doctor Oscar Daniel Gyukits en la sede de Atrica S.A., Junín 328 de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 6) Fijar en 10 días el plazo previsto en el art. 36 de la Ley nº 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.3 7) Notificar, registrar, reservar en la Adjuntía para su seguimiento y oportunamente archivar. Código 442 Sim/Ad2 gv/D/MLM RESOLUCION Nº 0532/07 3 Ley nº 3, art. 36º: Con motivo de sus investigaciones, el Defensor o Defensora del Pueblo puede formular advertencias, recomendaciones, recordatorios de los deberes de los funcionarios, y propuestas para la adopción de nuevas medidas. Las recomendaciones no son vinculantes, pero si dentro del plazo fijado la autoridad administrativa afectada no produce una medida adecuada, o no informa de las razones que estime para no adoptarla, el Defensor o Defensora del Pueblo puede poner en conocimiento del ministro o secretario del área, o de la máxima autoridad de la entidad involucrada, los antecedentes del asunto y las recomendaciones propuestas. Si tampoco así obtiene una justificación adecuada, debe incluir tal asunto en su informe anual o especial a la Legislatura, con mención de los nombres de las autoridades o funcionarios que hayan adoptado tal actitud. 13