Jesús Rodríguez Gómez (Jerez, 1954), ha sido Decano del Colegio de Abogados desde 1997 hasta 2003. Nos recibe en su despacho de la calle Santo Domingo, compartido con otros letrados, porque, según reconoce, es “vocación” la necesidad de comentar con otros compañeros para obtener así una visión “más amplia” de los asuntos. La de abogado no tiene que ser una profesión solitaria. En la mesa llama la atención una breve colección de libros antiguos, notablemente antiguos. Curiosamente a Rodríguez no se le puede aplicar este calificativo en absoluto. Llegó al Colegio, nos cuenta, con la clara intención de insuflar aire fresco y abrir las puertas de la institución colegial a la ciudad, de poner en marcha una modernización del Colegio, adaptándolo a los nuevos tiempos. Rodríguez, pulcramente vestido, es otro señor de la abogacía, de los que defienden a capa y espada los principios y valores de una profesión que, según nos cuenta en esta entrevista, corre el peligro de parecerse cada vez más a “un tipo de comercio” y el abogado en un “comerciante con ánimo de lucro”. No duda en disparar andanadas contra nuevos fenómenos de amplia resonancia publicitaria que endulzan los oídos de los consumidores con precios tremendamente modestos con los que prometen un paraíso de servicios jurídicos. “Competencia desleal” es la definición clara para el ex decano, que considera que los colegios de abogados deben estar ojo avizor contra estas intrusiones. Rodríguez estuvo un sólo mandato al frente del Colegio de Abogados pero lo da por muy aprovechado. Ahora, asegura que no está más tranquilo, ya que el tiempo que le ocupaba el Decanato lo revierte en la participación en asociaciones, en tertulias literarias y taurinas, en disfrutar del arte (Pérez Villalta, los italianos del Cinquecento) y la literatura (José Saramago, Pedro Salinas). Rodríguez no es de los que dice que sólo podría haber sido abogado. No hubiera tenido problema en ser por “El abogado no puede convertirse en un comerciante y debe guiarse en última instancia por el interés del cliente” ejemplo arquitecto, otra de sus grandes vocaciones, o escritor (se reconoce apasionado aficionado y practicante), según nos confiesa. - ¿Qué aportó Jesús Rodríguez como decano del Colegio de Abogados de Jerez? - Cuando me presenté sabía el tiempo de dedicación que el Colegio me iba a requerir como Decano porque llevaba ya cinco años en la Junta de Gobierno. Me presenté porque tenía una consideración sobre lo que debía ser el Colegio y creía que la mejor forma de llevarla a cabo era ejerciendo como Decano. El Colegio tenía entonces muy poca intervención en la vida social de la ciudad, pese a ser la corporación más antigua de Jerez. Abordé ese tema y creo que conseguimos abrir el Colegio a Jerez: concertamos diversos convenios con instituciones como la Junta o el Ayuntamiento, alguno de ellos pionero en España, como el que rubricamos contra la violencia de género. Así como firmamos un convenio con la UCA para que los alumnos de la Facultad de Derecho hicieran prácticas en los despachos de FORUM ASTENSE 39