UNIVERSIDAD ARGENTINA JOHN F. KENNEDY MAG. MARIA ALEJANDRA PORRAS (Prof. Adjunta del departamento de psicoanálisis de la Universidad Kennedy) ENTRE DESTINO Y AZAR: EL PERJUICIO Resumen Pensar en el malestar sobre la escena social, nos muestra a un sujeto acomodado en “ser el perjudicado.” Desde esta idea se plantearan las nociones de trauma para el psicoanálisis y se situará también al trauma en lo social. Diferentes denominaciones que serán de interés para los psicoanalistas, para entender los efectos que producen en la subjetividad. Escuchamos el lugar de ciertos momentos traumáticos desde la idea que muestra al sujeto a merced de una realidad invasiva. ¿Dónde encontrar la articulación entre el discurso de lo social y el discurso del síntoma? ¿Cómo dar lugar en el análisis a estos fenómenos que podríamos llamar traumáticos, sin caer en desresponabilizar al sujeto? Allí los analistas pensamos el proceso que va desde el “mal encuentro” originario hasta la asunción del perjuicio entre destino y azar. Para Freud el acontecimiento externo traumático no puede ser representado en el aparato psíquico. Pero está ligado al mismo, una variable de cantidad que por su exceso de excitación fracasa en la inscripción psíquica bajo las leyes del proceso primario, y repite. Una pregunta que no podemos entonces dejar de hacernos como analistas es que lugar damos a eso real, sin perder la singularidad. Las determinaciones (tanto psíquicas como sociales) no le quitan espacio para que el sujeto pueda responder por ellas, acompañar al analizante a construir una respuesta singular sobre estos determinismos es nuestra responsabilidad como analistas. EL DESTINO Actualmente observamos que los sujetos quedan librados a una realidad invasora, que no se puede enlazar a la subjetividad. Donde se marca la base de un perjuicio irreparable y trágico. El psicoanálisis va contra la figura del destino que toma a la neurosis, como Freud ejemplificó en el capítulo III del texto “Más allá del principio de placer” bajo el concepto de neurosis de destino (1920 - 1993). En el sentido que los analistas saben que es en el inconsciente que se escucha como se ha escrito la posición trágica del destino. Pero el deseo es uno de los productos resultantes de la tragedia edipiana por la que atraviesa el niño, no es sólo el superyó su consecuencia. El análisis al apostar al deseo, pone el peso y sostiene la posibilidad de la salida no trágica destinal. El deseo del analista como el articulador en la cura, será el que permite el movimiento que va del destino como superyó al deseo como destino. (PORRAS 2008) El concepto de destino tiene dos opuestos por un lado, estatuto de lo determinado, -se cumplirá la sentencia del oráculo- y en el otro extremo, el azar. No se pude sostener un todo sin grietas, ni suturar la hiancia entre azar y determinación. El sujeto humano es en esa grieta. Es la invención freudiana plantear la idea de sobredeterminación como un modo distinto de abordar la determinación. Lacan, (1964 - 1997) ejemplifica la relación que se produce entre la determinación y la libertad sobre los momentos donde tiene lugar la constitución del sujeto. Es el significante primordial puro sin sentido, que incluye la infinitización del valor del sujeto. Este valor, no por ser infinito está abierto a todos los sentidos, sino que provocará dicha opresión, la cancelación de todos los sentidos posibles para el sujeto. Así Lacan ubicará el estatuto y la función de la libertad para el sujeto, mostrando que ese significante que mata todos los sentidos, la establece (a la libertad) en el sinsentido y sentido primordial. Esta afirmación permite entender que no es que en el inconciente el significante esté abierto a todos los sentidos. El significante primordial constituye al sujeto en su libertad respecto de todos los sentidos, pero allí este significante está determinado. Lacan para explicar este recorrido lo ejemplifica desde el concepto matemático de la fracción. Así cuando el denominador es cero, el valor de la fracción pierde el sentido, pero los matemáticos, plantean que cobra otro tipo de valor que por convención ellos llaman infinito. Entonces volviendo a la constitución del sujeto se puede comparar que en el lugar del cero, se han inscripto significaciones anudadas al deseo del Otro, que son las responsables de instaurar con el inconciente un valor determinado. (p.259260). Es esencial revisar a la luz del psicoanálisis las nociones de causa diferenciadoras de determinismo. Ya que pensar la causación de la neurosis como resultado de un determinismo absoluto no deja espacio para plantear la idea freudiana de responsabilidad subjetiva. En el sentido que si no se fundamenta cierta libertad en el sujeto, este no puede ser responsable. Así, responsabilidad subjetiva y determinismo a ultranza se excluyen mutuamente. EL TRAUMA Para el psicoanálisis toda intrusión de la violencia, sea terrorismo, violencia sexual, riesgo social, puede ordenarse por la categoría de trauma; en tanto el trauma tiene lugar cuando algo del mundo exterior se liga con la pulsión, es un encuentro entre fantasía y acontecimiento externo. El encuentro tiene que estar signado por un despertar de lo real, es decir, un real que el fantasma no logra velar. Aparece el efecto de sorpresa en el sujeto pues precipita el efecto de lo real sin velo. Para Freud el acontecimiento externo traumático no puede ser representado en el aparato psíquico. Pero está ligado al mismo, una variable de cantidad que por su exceso de excitación fracasa en la inscripción psíquica bajo las leyes del proceso primario, y repite. (PORRAS 2008) Una pregunta que no puede entonces dejar de plantearse desde el psicoanálisis es ¿Qué lugar se le da a “eso” real, sin perder la singularidad? Es necesario pensar la cuestión del trauma como aquello que anuda las dimensiones de interiorexterior. Dice Freud que el trauma es algo que no puede ser representado en el aparato, es un agujero en lo simbólico. Así se constituye lo real para el psicoanálisis como una exclusión interna al entramado simbólico. Precipita e insiste una interrogación: ¿Dónde descubrir el nudo entre el discurso social del trauma y el discurso del síntoma? Una lectura del síntoma como ese punto de real que queda exterior a una representación, posibilita pensar la figura de lo real en “exclusión interna” al armado simbólico. El psicoanálisis desde esta perspectiva es que entiende que el síntoma es una posible respuesta que da el sujeto a lo traumático – real. EL PERJUICIO En las coordenadas sociales se entrama un individuo que se percibe expuesto, desprotegido, y vulnerable. La práctica clínica permite ver un fenómeno que el psicoanalista francés Paul Laurent Assoun, denomina “subjetividad perjudicada”. Resalta la figura del perjuicio en el centro de la enfermedad de la civilización actual sin dejar de sostener que más allá de la diversidad sintomática -de acuerdo a la época-, este concepto da cuenta del trauma originario. Existe una nueva clasificación que define el trauma y las neurosis actuales. La Organización mundial de la Salud le dio especial énfasis al “Estrés postraumático”. Situación que lleva a pensar al trauma desde una vertiente diferente a la expuesta anteriormente pues aparece una categoría del trauma que se apoya en lo social por la espera de reparación y garantía del bienestar. Pensar en el malestar sobre la escena social, nos muestra a un sujeto acomodado en “ser el perjudicado.” Situación que encubre la lógica de sostener al Otro como culpable de su padecimiento. Es decir se hace a partir del perjuicio (alusión a un trauma) existir a un Otro consistente. La culpa originaria, como consecuencia del asesinato al padre, lleva a plantear la deuda que queda pendiente con el Otro. Desde estas lecturas se puede pensar como el individuo perjudicado, no solo, no cree que le debe nada al Otro, sino que es el Otro, quien le debe a él. Posición que se observa en la demanda de resarcimiento, el lugar de excepcionalidad y la reivindicación. En ello está involucrado un mecanismo que da cuenta de la lógica de la idealización del perjuicio. Movimiento social que lleva el slogan “el que pierde gana”, dejando de manifiesto la cara perversa del dispositivo social. Queda socializado el perjuicio, que desde la posición del sujeto, los analistas lo piensan en relación al goce que le permite dicho perjuicio. (ASSOUN 2001) Allí, el sujeto, cumple con el Otro social, a quién los perjudicados le hacen mucha falta. El psicoanálisis trabaja sobre esta subjetividad perjudicada, no para dar garantía de reparación sino como propone Freud: “…el análisis,… no está destinado a imposibilitar las reacciones patológicas, sino a procurar al yo del enfermo la libertad de decidir en un sentido o en otro.”(FREUD 1923-1993 p. 51) Es ciertamente Freud quien llevó el planteo de la elección a un terreno insospechado. Freud llevó esta cuestión al extremo, cuando se pregunta si es responsable el sujeto por el contenido de sus sueños. (FREUD 1925 -1993) Pensar el lugar de la responsabilidad del sujeto en el trauma, lleva al sostén de dos factores en juego, ya que el trauma, como se pudo teorizar, nunca es efecto sencillo de lo real. Es necesaria cierta participación subjetiva. Uno de estos factores puede pensarse como el golpe con lo real; y por otro lado no se puede evadir el estudio de la “secuelas”. Con respecto al golpe con lo real se piensa allí un sujeto, sin responsabilidad en ese acto. Pero las “secuelas” pueden ubicarse como las repercusiones subjetivas de ese encuentro. Donde el sujeto sostiene la existencia del Otro para apañarse, en que la causa de su infelicidad está tramada por el Otro. (SOLER 2007 p.151-152) No es simple para el sujeto ubicar al accidente como contingencia absoluta, justamente por esa necesidad de las neurosis de sostener al Otro – así sea el Otro que se esconde en la instancia superyoica- para que dé una respuesta al real sinsentido. “En un análisis el sujeto se enfrenta a su estructura perjudicada, para que puedan caer los efectos de la idealización del perjuicio -que perpetúan la servidumbre imaginaria y sostienen la alienación social-. Reintroducir en la miseria del perjuicio y el goce mórbido del ideal, ese sujeto que se da el trabajo y la perturbación de desear… a su cuenta.”(ASOOUN 2001 p.237) BIBLIOGRAFÍA ASSOUN, Paul-Lorent, El perjuicio y el ideal Hacia una clínica social del trauma. Nueva visión, Buenos Aires, 2001. LACAN, J. El Seminario, Libro 11 “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” (1964) Paidós, Buenos Aires, 1984. FREUD, Sigmund. “Más allá del principio de placer” (1920), En: Obras completas, vol. XVIII, Buenos Aires: Amorrortu editores, 1993. FREUD, Sigmund. “El yo y el ello” (1923), En: Obras completas, vol. XIX, Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1993. Pág. 51, Nota al pie n° 2. FREUD, Sigmund. Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto (1925) Punto B La responsabilidad moral por el contenido de los sueños., En: Obras completas, vol. XIX, Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1993. PORRAS, María Alejandra “ Azar y destino en psicoanálisis. Su incidencia en la constitución de la neurosis y en la dirección de la cura”, Buenos Aires: Letra viva, 2008. SOLER, Colette. “¿Qué se espera del psicoanálisis y del psicoanalista?”, Buenos Aires: Letra viva, 2007.