la carta de derechos y deberes económicos de

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LA CARTA DE DERECHOS Y DEBERES
ECONÓMICOS DE LOS ESTADOS:
LA CUESTIÓN DE SU APLICACIÓN*
VÍCTOR L. URQUIDI
1. E n su discurso a l a T e r c e r a Conferencia de las Naciones U n i d a s sobre
C o m e r c i o y Desarrollo (UNCTAD III), el presidente de M é x i c o , L i c . L u i s
E c h e v e r r í a , después de examinar los temas de l a cooperación e c o n ó m i c a i n ternacional, los varios aspectos injustos de las relaciones económicas entre
los p a í s e s en desarrollo y los países desarrollados, y el poco éxito logrado,
bajo auspicios de l a UNCTAD, así como e n otros organismos, en obtener el
c a m b i o de las políticas, a f i r m ó lo siguiente: "Debemos fortalecer los precarios fundamentos legales de l a e c o n o m í a internacional. N o es posible u n
o r d e n justo y u n m u n d o estable en tanto n o se creen obligaciones y derechos q u e protejan a los Estados débiles. Desprendamos l a cooperación econ ó m i c a del á m b i t o de l a buena v o l u n t a d p a r a cristalizarla en el c a m p o d e l
d e r e c h o " . Proyectó el presidente de M é x i c o l a conveniencia de u n a C a r t a
de los Deberes y Derechos E c o n ó m i c o s de los Estados, complementaria de l a
D e c l a r a c i ó n U n i v e r s a l de los Derechos d e l hombre.
2. A u n q u e n o se presentó u n proyecto de C a r t a , el presidente E c h e v e r r í a
esbozó e n su discurso algunos de los principios que consideraba conveniente
i n c l u i r , a saber:
— libre disposición de los recursos naturales.
* Este trabajo fue escrito en 1975 y se presentó a la reunión especial del Club de
Roma celebrada en Guanajuato, México, del 23 al 27 de Julio de ese año, "Solidaridad para la Paz y el Desarrollo". En virtud de que la Carta de Derechos y Deberes
Económicos de los Estados está cada día más lejos de implementarse en la forma en
que fue aprobada en 1974 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, se estima de interés la publicación de este trabajo hasta ahora inédito. Son de señalar también los escasos o casi nulos progresos en el Diálogo Norte-Sur de París en 1976, el
estancamiento de los códigos sobre transferencia de tecnología y sobre empresas transnacionales, el fracaso de la U N C T A D V en Manila en mayo de 1979, y el resultado
sumamente limitado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Viena, agosto de 1979). Tal vez en materia de Derecho
del Mar pueda anotarse un ligero avance. La situación de crisis de la economía y las
finanzas mundiales está, por supuesto, condicionando toda medida en pro de un
Nuevo Orden Económico Internacional.
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— el derecho de cada p a í s a adoptar la estructura e c o n ó m i c a que conviniera y a regular l a empresa p r i v a d a
— abstención del uso de presiones económicas sobre otros Estados
— supeditación de las inversiones extranjeras a las leyes nacionales
— prohibición a las empresas transnacionales de intervenir en los asuntos
internos de las naciones
— abolición de las p r á c t i c a s discriminatorias del comercio de e x p o r t a c i ó n
de los países en desarrollo
— ventajas e c o n ó m i c a s proporcionales según los niveles de desarrollo
— acuerdos que garanticen l a estabilidad y el precio justo de los productos básicos
— a m p l i a y adecuada transmisión de l a ciencia y la tecnología, a menor
costo, a los países atrasados.
— mayores recursos p a r a el financiamiento del desarrollo, a largo plazo,
bajo tipo de interés y sin ataduras.
H i z o t a m b i é n u n llamado en pro de u n a mayor p a r t i c i p a c i ó n de las naciones en desarrollo en l a solución de los problemas económicos y financieros
internacionales. C o n s i d e r ó su propuesta dentro de u n a perspectiva futura
a largo plazo.
3. L a propuesta fue adoptada por el llamado G r u p o de los 77 y se presentó u n proyecto de resolución. E n l a discusión de C o m i t é que siguió, el
representante mexicano subrayó l a necesidad de traducir estos principios en
disposiciones j u r í d i c a s . L a Conferencia a p r o b ó l a resolución 45 (ni) por medio de l a c u a l se decidió constituir u n G r u p o de T r a b a j o especial de representantes gubernamentales para elaborar u n proyecto de C a r t a , teniendo en
cuenta principios y a aceptados en l a UNCTAD I, propuestas y sugestiones hechas durante la Conferencia misma, y otros documentos internacionales y
de las Naciones U n i d a s . E l informe del G r u p o de T r a b a j o se p r e s e n t a r í a *
junto c o n comentarios de los gobiernos, a l a J u n t a de C o m e r c i o y Desarrollo
de las Naciones U n i d a s .
4. L o s grupos de trabajo se reunieron en varias sesiones en 1973 y 1974, y
se s o m e t i ó u n texto f i n a l a l a J u n t a de l a UNCTAD a finales del segundo de
estos años y por ú l t i m o , a l a A s a m b l e a G e n e r a l de las Naciones U n i d a s en
su x x r x periodo de sesiones. C o m o es bien sabido, l a A s a m b l e a G e n e r a l , después de debatir l a cuestión en l a C o m i s i ó n Segunda, a p r o b ó l a C a r t a por
medio de v o t a c i ó n n o m i n a l de 120 a favor, 6 en contra y 10 abstenciones.
Los votos en contra fueron emitidos por la R e p ú b l i c a Federal de A l e m a n i a ,
Bélgica, D i n a m a r c a , los Estados U n i d o s , el R e i n o U n i d o y L u x e m b u r g o . Los
países que se abstuvieron fueron A u s t r i a , C a n a d á , E s p a ñ a , F r a n c i a , los Paí¬
ses Bajos, I r l a n d a , Israel, I t a l i a , J a p ó n y N o r u e g a .
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5. L a C a r t a si bien no h a sido aceptada p o r todos los países, constituye
sin embargo u n instrumento válido de las Naciones Unidas y será n o r m a
que s e v i r á indudablemente para orientar las discusiones internacionales en
el c a m p o de l a c o o p e r a c i ó n e c o n ó m i c a y en materias afines.
6. D e s d e hace m u c h o tiempo, se h a considerado que l a cooperación econ ó m i c a internacional, si bien organizada inicialmente bajo los auspicios de
las N a c i o n e s U n i d a s en 1945, h a fracasado en muchos aspectos. Esto se debe
al h e c h o de que todas las resoluciones de Naciones U n i d a s quedan sujetas
en ú l t i m o análisis a la soberanía nacional y a l a v o l u n t a d de los gobiernos
p a r a llevar a l a p r á c t i c a las recomendaciones. Desde l a segunda guerra
m u n d i a l , las relaciones económicas internacionales se h a n guiado p r i n c i p a l mente p o r los esfuerzos de los países altamente industrializados de occidente
por i m p o n e r ciertos tipos de conducta, principalmente el desarrollo del libre
c o m e r c i o , l a p r o m o c i ó n de l a inversión p r i v a d a internacional, el mantenim i e n t o de mercados libres para los productos básicos e, implícitamente, u n
c o n j u n t o de ideas que emanan del sistema de libre empresa del siglo x r x ,
m o d i f i c a d o en algunos aspectos por acontecimientos ocurridos y políticas
practicadas entre l a p r i m e r a y l a segunda guerras mundiales. U n complemento importante fue l a doctrina de l a estabilidad monetaria bajo u n sist e m a m o d i f i c a d o de patrón-oro establecido en Bretton Woods. S i n embargo,
se r e c o n o c i ó que en el periodo de l a posguerra, dadas las dificultades p a r a
l o g r a r u n flujo irrestricto de capital entre las naciones y sobre todo hacia los
p a í s e s de menor desarrollo, h a b í a necesidad de crear u n organismo financiero internacional p a r a p r é s t a m o s a largo plazo destinados a la reconstrucción inicialmente, y t a m b i é n a l desarrollo. P a r a este f i n se creó el Banco
M u n d i a l , después adicionado c o n l a A s o c i a c i ó n Internacional de Desarrollo
y l a C o r p o r a c i ó n F i n a n c i e r a Internacional.
7. N o obstante, al mismo tiempo, con l a presión ejercida por los países
menos privilegiados, con frecuencia apoyada por el bloque socialista, a través de las Naciones U n i d a s , se logró por lo menos gradualmente l a a d o p c i ó n
de principios modificados de c o o p e r a c i ó n e c o n ó m i c a internacional, p r i n c i palmente el reconocimiento de las desigualdades, l a dificultad para alcanzar
ajustes a u t o m á t i c o s , l a necesidad de l a r e g u l a c i ó n en materias monetaria y
de comercio, y sobre todo l a necesidad de llevar a cabo grandes transferencias de recursos de los países ricos a los países en desarrollo. Se r e c o r d a r á
que e n los años cincuenta surgió u n a propuesta p a r a crear u n fondo de las
N a c i o n e s U n i d a s p a r a el Desarrollo, conforme a diversas alternativas. Este
fondo n o fue creado, pero en la esfera regional se establecieron varios bancos
de desarrollo, sobre todo en A m é r i c a L a t i n a , A s i a , Á f r i c a y finalmente en
el C a r i b e . L a s políticas del F o n d o M o n e t a r i o Internacional y del GATT fuer o n ajustadas con éxito para tomar en cuenta m á s ampliamente los intereses
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de los países en desarrollo, para reconocer parcialmente así l a a s i m e t r í a de
las relaciones e c o n ó m i c a s internacionales. Las propuestas para celebrar acuerdos sobre productos básicos formuladas por los países en desarrollo h a n sido
realizadas sólo en parte, en el caso de unos cuantos productos, y no se h a
hecho n i n g ú n esfuerzo real en l a UNCTAD para adoptar u n sistema m u n d i a l
de regulación de m e r c a n c í a s . E l trabajo de l a UNCTAD, a través de sus tres
periodos de sesiones, se h a extendido m á s allá d e l comercio a l campo de la
tecnología, con el resultado de que se h a hecho mayor conciencia d e l papel
central que d e s e m p e ñ a l a tecnología en el desarrollo de los países menos desarrollados, lo que h a conducido a cierta r e g u l a c i ó n por países individuales,
y a las discusiones relativas al c ó d i g o internacional de conducta para l a
transferencia de tecnología.
8. Se h a n hecho muchas otras propuestas y f o r m u l a d o ideas por parte de
los países en desarrollo, y a sea a través de las organizaciones de las Naciones
U n i d a s , incluidas las comisiones económicas regionales, el ECOSOC, la UNCTAD,
l a ONUDI, l a FAO, l a A s a m b l e a G e n e r a l , etc., y t a m b i é n en f o r m a independiente. H a surgido u n cuerpo a m p l i o de opinión que h a puesto en d u d a los
patrones de desarrollo tal como se h a n entendido durante los últimos veinte
años, especialmente en lo que hace a l a relación de d o m i n i o de los países i n dustriales sobre los países en desarrollo, y que m á s recientemente h a d a d o l u gar al planteamiento de l a necesidad de u n nuevo orden económico internacional. E n consecuencia, no debe e x t r a ñ a r que l a propuesta hecha por el
presidente de M é x i c o en l a UNCTAD ra en Santiago de C h i l e en 1972, haya
sido bien recibida, y a que llevó a las Naciones U n i d a s , a nivel formal y a
través del instrumento de u n c ó d i g o o carta, m u c h o de l o que se h a b í a estado discutiendo en f o r m a menos organizada a través de los años.
9. L a C a r t a de los Derechos y Deberes E c o n ó m i c o s de los Estados, en su
p r e á m b u l o , hace abundante referencia a l a necesidad de que el sistema de
las Naciones U n i d a s emprenda el fortalecimiento de l a cooperación económ i c a internacional y del orden internacional, sobre l a base de mayor equidad, c o n pleno respeto a l a s o b e r a n í a de las naciones. N o se pretende que la
C a r t a genere confrontaciones entre distintos grupos de países, esto es, entre
países desarrollados y países en desarrollo, o bien cualesquiera otros sistemas
en particular. Se a f i r m a claramente que su propósito es fortalecer la cooperación internacional en u n contexto de interdependencia. D e b e r á haber "examen en c o m ú n de los problemas económicos internacionales" como asunto
esencial p a r a " c u m p l i r el deseo de toda l a c o m u n i d a d internacional de lograr u n desarrollo justo y racional a nivel m u n d i a l " .
10. L a C a r t a enumera varios "principios fundamentales" de las relaciones
e c o n ó m i c a s internacionales, entre los cuales están los siguientes: soberanía,
igualdad soberana de los Estados, no agresión, no intervención, coexistencia
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p a c í f i c a , i g u a l d a d de derechos y libre d e t e r m i n a c i ó n de los pueblos, arreglo
p a c í f i c o de controversias, respeto de los derechos humanos v de las libertades fundamentales, cooperación internacional, y otros.
11. E l a r t í c u l o l o . declara que todo Estado tiene el derecho soberano e
inalienable de elegir su sistema económico, así como su "sistema político y
social, y c u l t u r a l " , y el artículo 2o. especifica que " t o d o Estado tiene y ejerce
libremente s o b e r a n í a plena y permanente, incluso posesión, uso y disposición
sobre t o d a su riqueza, recursos naturales y actividades e c o n ó m i c a s " . E n consecuencia de esto, todo Estado tiene derecho a regular y a ejercer autoridad
sobre las inversiones extranjeras, de acuerdo a sus leyes y reglamentos, y a regular y supervisar las actividades de las empresas transnacionales dentro de
su j u r i s d i c c i ó n n a c i o n a l ; y a d e m á s , a "nacionalizar, expropiar y transferir
l a p r o p i e d a d de bienes extranjeros, en cuyo caso el Estado que adopte esas
medidas d e b e r á pagar u n a c o m p e n s a c i ó n apropiada, teniendo en cuenta sus
leyes y reglamentos aplicables, y todas las circunstancias que el Estado considere pertinentes". L a c l á u s u l a correspondiente sigue d i c i e n d o : " e n cualq u i e r caso en que la cuestión de l a c o m p e n s a c i ó n sea m o t i v o de controversia, é s t a s e r á resuelta conforme a la ley nacional del Estado que nacionaliza
y p o r sus tribunales, a menos que todos los Estados interesados acuerden l i bre y mutuamente que se recurra a otros medios pacíficos sobre la base de
l a i g u a l d a d soberana de los Estados y de acuerdo c o n el p r i n c i p i o de libre
elección de los medios". Es obvio que el a r t í c u l o 2o. que se comenta brevemente, es uno de los principales obstáculos p a r a que algunas de las naciones
industrializadas acepten l a C a r t a , debido a que algunas de ellas n u n c a h a n
aceptado plenamente el derecho a l a e x p r o p i a c i ó n de propiedades extranjeras y a l arreglo de las controversias conforme a l a ley y los tribunales nacionales. E s evidente que s e r á n necesarias nuevas negociaciones y tal vez
instrumentaciones a través de resoluciones de las Naciones U n i d a s ' p a r a log r a r nuevos acuerdos, a f i n de alcanzar el consenso final en cuanto a l a
p o s i c i ó n de los países en desarrollo que a su vez p e r m i t a llegar a la a d o p c i ó n
p l e n a de l a C a r t a por todos los Estados.
12. E n materia de comercio y r e g l a m e n t a c i ó n de m e r c a n c í a s , l a C a r t a establece en p r i m e r lugar, en el artículo 4" que no d e b e r á haber discriminac i ó n e n e l comercio sobre l a base de cualquier criterio de sistema político,
e c o n ó m i c o o social. Especifica t a m b i é n , e n el artículo 5 ' el derecho de los
Estados de "asociarse en organizaciones de productores de materias p r i m a s " ,
y en el artículo 6o. el deber de los Estados de " c o n t r i b u i r a l desarrollo d e l
c o m e r c i o internacional de m e r c a n c í a s , en especial a t r a v é s de arreglos y mediante l a conclusión de acuerdos multilaterales a largo plazo sobre los productos básicos s e g ú n corresponda". P a r a muchos países estos dos artículos
desde luego plantean problemas, q u i z á m á s los artículos 5o. y 6o. que el 4o.
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E n l a realidad n u n c a ha habido comercio no discriminatorio. E n las distintas
legislaciones nacionales existen disposiciones o leyes que d i s c r i m i n a n el comercio con base en diferencias de sistemas políticos y económicos. Este es
u n asunto a resolver principalmente mediante negociación bilateral entre los
Estados mismos. S i n embargo, l a cuestión de los convenios sobre productos
básicos es u n asunto internacional. N o h a sido m u y satisfactorio el progreso
hecho en l a r e g l a m e n t a c i ó n del comercio i n t e r n a c i o n a l de productos básicos
en los últimos veinte a treinta años, si bien se h a n hecho algunos esfuerzos
con algunos cuantos productos. Este es u n asunto v i t a l para los países que
descansan grandemente en l a e x p o r t a c i ó n de productos primarios, ya que las
fluctuaciones en los precios y la especulación —de lo c u a l se h a n visto a l gunos ejemplos notables en los últimos tres a ñ o s — son m u y perjudiciales
p a r a el curso n o r m a l del desarrollo, p a r a las finanzas públicas y p a r a l a obtención de divisas. L a posición adoptada por los países industriales es que
los convenios sobre los productos pueden convertirse en cárteles, tal como el
de l a OPEP sobre e l petróleo, pero es evidente que m e d i a n d o u n a actitud
positiva se pueden llevar a cabo negociaciones sobre u n n ú m e r o importante
de productos en f o r m a que satisfagan los intereses tanto de los consumidores
como de los productores. A u n en el caso d e l petróleo, h a habido discusiones
en los últimos dos a ñ o s sobre estos lineamientos. Parece necesario que organizaciones como l a UNCTAD y l a FAO emprendan activamente l a negociación
de convenios sobre productos básicos. Esta sería u n a g a r a n t í a de estabilidad
en mercados y precios, tanto p a r a los países productores como para los consumidores. Es u n asunto en el c u a l las Naciones U n i d a s ciertamente debieran
tomar l a i n i c i a t i v a .
13. E n el a r t í c u l o 9 se especifica que todos los Estados tienen l a "responsabilidad de cooperar e n las esferas e c o n ó m i c a , social, cultural, científica y
tecnológica p a r a promover el progreso e c o n ó m i c o y social en todo el m u n d o ,
especialmente en los países en desarrollo". Este artículo no hace m á s que
resumir l o que ya se h a dicho muchas veces en las resoluciones de las N a ciones U n i d a s , y no d e b e r í a ofrecer n i n g u n a d i f i c u l t a d en principio. E l prob l e m a está en l a a p l i c a c i ó n , a pesar de l a buena v o l u n t a d de las Naciones
U n i d a s y de todas las resoluciones aprobadas, inclusive l a Estrategia para el
Segundo D e c e n i o del Desarrollo y el P r o g r a m a de A c c i ó n de l a Sexta A s a m blea G e n e r a l Especial. Es evidente que estos objetivos sólo pueden alcanzarse
mediante decisiones nacionales de cooperar. L a ú n i c a v í a es traducir las
recomendaciones de las Naciones U n i d a s y los programas de acción en asuntos específicos a negociar y a instrumentar en cada u n o de los campos mencionados.
14. E l a r t í c u l o 10 se refiere a l derecho de los Estados a participar " p l e n a
y efectivamente en el proceso internacional de a d o p c i ó n de decisiones para
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l a solución de los problemas económicos, financieros y monetarios mundiales". E s t e es u n asunto que h a molestado m u c h o a los países en desarrollo.
P a r a t o m a r u n solo ejemplo: en los últimos dos años, l a p a r t i c i p a c i ó n de los
países en desarrollo en las discusiones sobre el orden monetario internacional
h a sido aceptada sólo a regañadientes por el C o m i t é de los D i e z , establecido
originalmente, y después por el F o n d o M o n e t a r i o Internacional. S i l a interdependencia h a de aceptarse y si los recientes acontecimientos d r a m á t i c o s
y sus repercusiones a través del m u n d o en el c a m p o e c o n ó m i c o h a n de admitirse plenamente, entonces d e b e r á n buscarse mecanismos a través del sistema
de las Naciones U n i d a s p a r a hacer posible que todos los países tengan voz
y p a r t i c i p a c i ó n activa en las principales decisiones que afectan l a moneda,
el comercio y otros asuntos.
15. E l artículo 13 se refiere al uso de l a ciencia y l a tecnología para acelerar el desarrollo e c o n ó m i c o y social, inclusive l a transferencia de tecnología,
el desarrollo de investigación y tecnología autóctonos p a r a el beneficio de
los p a í s e s en desarrollo y, en general, l a c o o p e r a c i ó n p a r a fortalecer la i n fraestructura científica y tecnológica. Este es u n asunto que h a estado en
discusión en los últimos años en las Naciones U n i d a s , en l a OCDE y en los
organismos regionales. Las Naciones U n i d a s tomaron l a i n i c i a t i v a al recom e n d a r , sobre l a base de propuestas hechas por u n comité asesor (ACAST) ,
l a a d o p c i ó n de planes mundiales y regionales de acción p a r a l a aplicación
de l a ciencia y l a tecnología al desarrollo. Debe recordarse, lamentablemente,
que n i las agencias de las Naciones U n i d a s mismas , n i l a m a y o r í a de los
gobiernos h a n prestado suficiente atención a los planes m u n d i a l y regionales,
y que n o se h a emprendido ninguna acción nueva p a r a intensificar ya sea
l a transferencia de tecnología o el desarrollo de l a investigación en beneficio
de los países en desarrollo, no obstante numerosas iniciativas aisladas y va¬
liosas tanto p ú b l i c a s como internacionales y privadas E n l a actualidad está
en p i é u n a propuesta para convocar en 1978 u n a conferencia de las N a c i o nes U n i d a s sobre ciencia y tecnología que se enfocaría específicamente en
estas cuestiones que se mencionan en l a C a r t a y en muchos otros documentos. Nuevamente es cuestión de toma de decisiones por parte de los países
que,' en v i r t u d de su nivel rnuy avanzado de tecnología y de actividad científica están en nosibilidad de poner a l a disposición de los d e m á s a través
de diversos medios y no sólo por el intermedio oneroso de las empresas,
transnacionales el vasto c ú m u l o de conocimientos técnicos Que se h a n o b t e - ,
n i d o en todas las ¿ r e a s : l a agricultura, l a industria, el transporte, etcétera.
16. A c e r c a del r é g i m e n general del comercio m u n d i a l , el artículo 14 de l a
C a r t a l l a m a l a a t e n c i ó n n o solamente sobre l a necesidad de cooperar p a r a
promover u n a e x p a n s i ó n y liberalización crecientes del comercio, sino en part i c u l a r sobre la de tomar medidas que aseguren "beneficios adicionales para
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el comercio internacional de los países en desarrollo". Esto e n t r a ñ a acceso a
los mercados de los países m á s desarrollados en m u c h a mayor m e d i d a que
hasta l a fecha, y t a m b i é n por supuesto se refiere a l a cuestión de l a estabilización de los mercados de materias primas va mencionada. E l artículo 18
es m á s específico, puesto que s e ñ a l a que "los países desarrollados deben a p l i car, m e j o r a r y a m p l i a r el sistema de preferencias arancelarias generalizadas,
n o r e c í p r o c a s y no discriminatorias, a los países en desarrollo", y debieran
"estudiar seriamente l a posibilidad de adoptar otras medidas diferenciales,
en las esferas en que ello sea factible y apropiado y de manera que se d é
a los p a í s e s en desarrollo u n trato especial y m á s favorable a f i n de satisfacer
sus necesidades en materia de comercio y desarrollo". E l artículo 19 es u n
tanto reiterativo, puesto que especifica que "los países desarrollados d e b e r á n
conceder u n trato preferencial generalizado sin reciprocidad n i discriminación
a los países en desarrollo en aquellas esferas de l a cooperación internacional
en que sea factible". T o d a esta cuestión de las preferencias no discriminatorias y n o recíprocas de comercio h a estado en l a discusión internacional desde
UNCTAD II. S i n embargo, es m u y poco lo que se h a logrado. L a s preferencias
no r e c í p r o c a s concedidas p o r l a C o m u n i d a d E c o n ó m i c a E u r o p e a y el J a p ó n
son de alcance l i m i t a d o , relativas a unos cuantos productos, y están sujetas
a u n a serie de restricciones en su a p l i c a c i ó n . L o s Estados U n i d o s t o d a v í a no
h a n llevado a l a p r á c t i c a las recomendaciones. S i n embargo, si se reconoce
que existe asimetría en el comercio internacional y en las políticas arancelarias, y t a m b i é n que los países en desarrollo tienen ventajas en la exportac i ó n de productos en que sus dotaciones naturales sean especialmente favorables, y a d e m á s , si se admite que l a industrialización de los países en desarrollo debiera ser no sólo para el mercado interno, sino para permitirles
competir equitativamente en el comercio internacional, en los mercados de
los p a í s e s c o n altos niveles de ingreso, entonces queda claro que existe l a
necesidad de u n a i m p l e m e n t a c i ó n m u c h o m á s vigorosa de las recomendaciones de l a UNCTAD. Esto puede lograrse mediante negociación directa c o n
ciertos p a í s e s o de preferencia a través del GATT y de l a UNCTAD de m a n e r a
concertada. Se h a demostrado que el i m p a c t o sobre los países industrializados de u n mayor v o l u m e n de exportaciones de los países de menor desarrol l o a t r a v é s del tratamiento preferencial, es m u y p e q u e ñ o si se compara c o n
el c o m e r c i o total de los países desarrollados entre sí o en relación c o n sus
productos nacionales.
17. E s lógico, en consecuencia, que no debieran restringirse las concesiones que los países en desarrollo se hagan entre sí, concediéndose tratamiento
preferencial a través de acuerdos regionales, a f i n de aumentar el comercio
en productos primarios y semielaborados, así como del creciente v o l u m e n
de manufacturas que están produciendo. D e hecho, existen varios acuerdos
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comerciales regionales y preferenciales en A m é r i c a L a t i n a , así como en África, y d e b e r í a n hacerse mayores esfuerzos en esa dirección. Se plantea a menudo el problema de si estos convenios son incompatibles c o n l a liberalización general del comercio m u n d i a l . N o tiene objeto discutir esto sobre l a
base d e doctrinas; el único camino fructífero a seguir es l a negociación para
obtener beneficios mutuos entre todos los grupos de países. E l artículo 27
trata t a m b i é n sobre comercio invisible, el c u a l puede ser m u y útil a ciertos
países en desarrollo. E n esta materia, l a cuestión de los fletes m a r í t i m o s es
l a m á s difícil de negociar, pero se h a hecho a l g ú n progreso bajo los auspicios de l a UNCTAD y d e b e r í a n hacerse mayores esfuerzos.
18. L a C a r t a trata t a m b i é n de l a cuestión de l a transferencia neta de recursos reales de los países desarrollados a los países en desarrollo. Este asunto
h a estado en discusión intenacional desde las primeras etapas de las N a c i o nes U n i d a s ; sin embargo, a u n en fecha reciente el total de los programas
de c o o p e r a c i ó n multilaterales y bilaterales sumaba no m á s de 10 m i l millones de dólares al a ñ o , y se concentraba bastante en algunos de los países de
m a y o r desarrollo entre los menos desarrollados. A u n q u e el concepto de l a
" a y u d a " es muy difícil de precisar y los métodos e instrumentos para imple¬
mentar los programas h a n sido objeto de m u c h a crítica, es evidente que existe necesidad de u n enfoque m u c h o m á s racional h a c i a u n programa sobre
bases multilaterales a través del sistema de las Naciones U n i d a s , y que este
asunto no debiera dejarse enteramente en manos del B a n c o M u n d i a l y de
los bancos regionales de desarrollo. L a tendencia a favor de l a ayuda " c o n c e s i o n a l " debería estimularse. L a mayor parte de los economistas reconoce
que e l volumen de l a ayuda internacional debería ser m a y o r para p e r m i t i r
a los países en desarrollo lograr sus objetivos de desarrollo, en el supuesto
desde luego que t a m b i é n alcancen los niveles necesarios de ahorro e inversión. E l volumen de l a ayuda, en p r o p o r c i ó n a los recursos financieros disponibles de los países ricos, h a estado declinando en los últimos a ñ o s , así como
en relación con el producto nacional de dichos países. Existe n o sólo u n
argumento m o r a l a favor de l a asistencia al desarrollo a los países no desarrollados, sino que t a m b i é n es cuestión de favorecer los intereses de los desarrollados. E n los ú l t i m o s dos a ñ o s se está produciendo cierta d e f o r m a c i ó n debido
al c a m b i o en l a distribución de los recursos financieros entre los países exportadores de petróleo y los países industriales ricos, y se h a i n f o r m a d o de grandes volúmenes de recursos transferidos de los países petroleros a ciertos p a í ses e n desarrollo. S i n embargo, no h a sido objeto de u n m o v i m i e n t o sistem á t i c o , y existe necesidad de negociación y c o o r d i n a c i ó n p a r a alcanzar los
objetivos necesarios.
19. V a l e l a p e n a mencionar el artículo 15 porque v i n c u l a el logro de un
desarme general y completo bajo control efectivo internacional a l a asigna-
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VÍCTOR L. URQUIDI
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ción de los recursos liberados a l desarrollo e c o n ó m i c o y social. Es m á s fácil
decir esto que hacerlo. E n p r i m e r lugar, no h a habido m u c h o progreso en
m a t e r i a de desarme y, en segundo lugar, no existe ningún mecanismo establecido para asegurar que los recursos retirados del desarrollo de los a r m a mentos, inclusive los gastos en investigación y tecnología aplicada, pudier a n reasignarse al desarrollo e c o n ó m i c o y social.
20. T a m b i é n se presta a t e n c i ó n a l a cuestión de los fondos marinos y de
los recursos del o c é a n o m á s a l l á de los límites de l a jurisdicción n a c i o n a l ,
los cuales se definen como " p a t r i m o n i o c o m ú n de l a h u m a n i d a d " . E s t a es
u n á r e a en l a que se h a logrado p o r lo menos a l g ú n progreso en l a i m p l e m e n t a c i ó n f o r m a l de los requisitos de la C a r t a , como lo demuestra l a reciente ,
conferencia sobre el D e r e c h o d e l M a r celebrada en G i n e b r a . N o corresponde discutir a q u í los detalles de esta reunión.
21. E l medio ambiente se considera t a m b i é n en l a C a r t a como u n a responsabilidad c o m ú n de las naciones. E l P r o g r a m a de las Naciones U n i d a s
p a r a el M e d i o A m b i e n t e constituye por ahora el mejor mecanismo disponible p a r a l a i m p l e m e n t a c i ó n de las muchas recomendaciones de la conferenc i a de Estocolmo de 1972. S i n embargo, debiera advertirse que se h a n a m i norado los esfuerzos tanto nacionales como internacionales en conexión con
el m e d i o ambiente.
22. S i bien l a C a r t a omite mencionar ciertos temas importantes — p o r
ejemplo, p o b l a c i ó n , energía, alimentos— y d a pocas evidencias concretas
de p r e o c u p a c i ó n por los problemas de largo plazo de supervivencia de l a
h u m a n i d a d y de las interrelaciones globales, puede decirse que constituye u n
m a r c o a m p l i o cuasi-legal que sirve para orientar, a través de la c o o p e r a c i ó n
y l a a c c i ó n concertada, las políticas de todos los miembros de las Naciones
U n i d a s h a c i a objetivos específicos. Estos objetivos son vitales en el sentido
de que representan las aspiraciones de u n gran n ú m e r o de países de l a com u n i d a d m u n d i a l que h a n encontrado que el orden internacional existente
es insatisfactorio e injusto. N o cabe d u d a que el m u n d o se e s t á moviendo
en dirección a u n a nueva constelación del poder en términos económicos.
Es evidente que las desigualdades existentes y las tendencias h a c i a mayor
desigualdad ya no pueden tolerarse política o socialmente, y a u n son perjudiciales desde el punto de vista e c o n ó m i c o , como lo h a n demostrado muchos
de los estudios y análisis globales hechos en los últimos dos o tres años. E n
consecuencia, la C a r t a es por a h o r a el único instrumento que puede ayudar
a canalizar los esfuerzos cooperativos internacionales hacia u n nuevo conj u n t o de objetivos. S i n embargo, esos objetivos no h a n sido especificados por
las naciones en el sistema de las Naciones U n i d a s , n i por n i n g ú n otro medio.
Estamos t o d a v í a en u n a etapa de análisis y consideración de diversas alternativas sin suficiente c o m p r e n s i ó n de las consecuencias últimas de los cursos
alternativos de acción.
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