1. INTRODUCCIÓN La obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, caracterizada por la acumulación de un exceso de grasa en un grado que provoca alteraciones a la salud. Los cambios de estilo de vida principalmente los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo son las principales causas. El incremento de la obesidad infantil va acompañado de complicaciones que implican riesgos futuros en la salud y calidad de vida tanto en la infancia como en la edad adulta. Esta se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos. Los problemas de peso se inician cada vez a edades más tempranas por lo que las complicaciones de salud también lo hacen. En países desarrollados el sobrepeso y la obesidad infantil es uno de los principales problemas de salud pública a los que se tiene que enfrentar. En los países en desarrollo la desnutrición infantil y las enfermedades infecciosas han sido una problemática de salud durante muchos años; actualmente los gobiernos tienen que enfrentarse a una doble carga, ya que a la vez están sufriendo el rápido aumento de obesidad y sobrepeso y por ende aumento de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles. Durante la infancia es importante seguir normas dietéticas sencillas que ayuden a prevenir y a tratar la obesidad. Una dieta equilibrada, suficiente y adecuada, acompañada de actividad física son las pautas principales para el tratamiento; se debe tener precaución con dietas hipocalóricas o desequilibradas que pueden poner en riesgo la integridad, crecimiento y desarrollo del niño. 1 2. OBJETIVOS 2.1 Objetivo General Elaborar una guía educativa para el manejo dietético nutricional de la obesidad infantil. 2.2 Objetivos específicos Identificar las principales causas y consecuencias de la obesidad infantil Analizar el procedimiento para la evaluación y diagnóstico de la patología Determinar las pautas dietético nutricionales más adecuadas para su tratamiento 2 3. JUSTIFICACIÓN La prevalencia y desarrollo de obesidad infantil ha aumentado de forma alarmante en los últimos años. La obesidad infantil es una enfermedad crónica que constituye un gran riesgo para la salud de los infantes por lo que la OMS la ha calificado como la epidemia del siglo XXI. Es uno de los problemas de salud actuales que afecta a niños de todo el mundo sin importar su etnia, raza o clase social; en países desarrollados como en vías de desarrollo; la OMS calcula que en el 2010 hubo aproximadamente 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo. El incremento de la obesidad infantil va acompañado de complicaciones cada vez más evidentes que implican riesgos futuros en la salud y calidad de vida tanto en la infancia como en la edad adulta. Esta se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos. Los problemas de peso se inician cada vez a edades más tempranas por lo que las complicaciones de salud también lo hacen. Una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la infancia, seguida de una exposición a alimentos ricos en calorías, grasas, sales, azúcares y pobres en micronutrientes, y la tendencia a la disminución de actividad física a medida que el niño va creciendo; es decir a un desbalance energético son las principales causas de la obesidad infantil. Debido a lo expuesto anteriormente, radica la importancia de tratar la obesidad infantil y la única manera de hacerlo es a través del tratamiento dietético nutricional, por ello me he planteado elaborar un material didáctico que pueda servir como una herramienta educativa para padres y personas a cargo de la alimentación de los niños, ya que 3 cumplen un rol muy importante en los resultados del tratamiento a corto y largo plazo. La adquisición de hábitos alimentarios saludables tanto en el niño como en su familia y la actividad física habitual deben formar parte de su estilo de vida para disminuir los riesgos de enfermedad cardiovascular y complicaciones, mantener una buena salud y mejorar la calidad de vida. 4 4. ANTECEDENTES En los últimos años el incremento de la obesidad infantil ha aumentado notablemente tanto en países desarrollados como en los de vías de desarrollo. El aumento de la prevalencia y severidad de la obesidad en niños aparece cada vez en edades más tempranas y esto resulta en el aumento de comorbilidades. La OMS indica que la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil ha aumentado a un ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 hubo 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo. A continuación se muestran algunas publicaciones que se han realizado, referentes a obesidad infantil. Los cuales demuestran que la obesidad infantil es un tema de suma importancia en la actualidad. Una de las principales amenazas que actualmente afecta la salud de la población es la obesidad en niños. Un tercio de los niños y adolescentes americanos tienen sobrepeso u obesidad y está directamente relacionado con enfermedad cardiovascular (Stephen et al., 2009) La Revista de Pediatría de Atención primaria en su publicación “Experiencias de tratamiento integral de la obesidad infantil en pediatría de Atención Primaria” en el año 2005, explica que la obesidad en niños y adolescentes es una de las enfermedades mas frustrantes y difíciles de tratar ya que ésta conlleva complicaciones tanto médicas como psicológicas. El British Medical Journal en su publicación “Manejo de la obesidad infantil basado en la evidencia” del año 2001, confirma que la obesidad persistente en la infancia se asocia con un estilo de vida que favorece el desarrollo de otras enfermedades: enfermedades cardiovasculares, DBT II, osteoartritis, cánceres de mama y digestivos, desórdenes de la 5 piel, agravamiento de las enfermedades reumáticas, asma y otros problemas respiratorios. También aumenta el riesgo de desarrollar hiperinsulinismo, hipertensión y dislipidemias en la infancia. La Asociación Española de Pediatría en al apartado “Obesidad Infantil” del año 2007, definió a la obesidad como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, determinada por la interacción de factores genéticos, biológicos, socioeconómicos, conductuales y ambientales actuando a través de mediadores fisiológicos de ingesta y gasto de energía. Ha identificado la participación de 600 genes, marcadores y regiones cromosómicas asociados o ligados a fenotipos de obesidad. La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos (OMS 2003). 6 5. METODOLOGÍA Se realizó una revisión bibliográfica y la creación de una guía educativa, para las que se tomó como fuentes de consulta revistas científicas y textos. En las bases de datos consultadas se incluyeron Pubmed/MedLine y Pediatrics. Las búsquedas fueron limitadas a niños de 0 a 18 años, se incluyeron revisiones bibliográficas, guías de manejo y tratamiento de obesidad, metanálisis; publicados en los últimos diez años en inglés y español. 7 6. DESARROLLO CAPÍTULO 1 GENERALIDADES 1.1 Historia y Antropología de la Alimentación Infantil Hasta finales del siglo XIX no existía información específica sobre pautas de alimentación infantil ya que en aquel tiempo el niño era parte de un ámbito estrictamente familiar, fue a finales de este siglo cuando empieza a adquirir importancia como individuo y sujeto de una especialidad médica, la Pediatría (Tur, 2008: pág 11). Antiguamente las diosas de la abundancia y de la fertilidad eran a las que se les presentaba como aquellas preparadas para la lactancia; la cual era la forma habitual de alimentación de los niños durante los 3 primeros años de vida. Durante miles de años la lactancia materna fue el único alimento a disposición de los niños, la aparición de formas alternativas se inició con la introducción a la agricultura y al pastoreo. En la edad media la lactancia materna era la forma habitual de alimentación infantil. El destete ocurría durante el primer o tercer año especialmente en las clases bajas, cuando la lactancia natural no era posible se acudía a la leche de mamíferos domésticos. Las clases acomodadas delegaban el papel de la lactancia materna a las nodrizas, que eran las encargadas de criar y cuidar a los hijos de nobles y reyes; pero también se las tomaba en cuenta en los casos en los que la lactancia materna no era posible. En el antiguo Egipto, la figura de la madre reflejaba consideración y se creía que la lactancia establecía un fuerte vínculo materno-filial (Tur, 2008: pág 12). La lactancia se practicaba solo por 8 los 6 primeros meses y después se continuaba con leche de vaca, se ha descubierto utensillos de alimentación infantil complementaria. En Roma era habitual ceder el amamantamiento a las nodrizas, especialmente en las clases altas. Los médicos romanos establecieron las normas de la cría de los bebés y estas se mantuvieron en Europa occidental hasta mediados del siglo XVIII; entre las normas se recomendaba la lactancia materna hasta los 3 años. En la edad moderna se seguía recomendando la lactancia materna, pero lo períodos se acortaron a 12 meses. En esta etapa aumento el número de madres que se rehusaban a amamantar, lo hacían mayormente las clases bajas; pues se empezó a creer que el amamantamiento hacía que los pechos se caigan e incluso que retrasaba la fertilidad. En esta época se inició la alimentación mixta, se empezó a dar pan remojado a partir de los tres meses de edad. En el siglo XVI en Inglaterra la lactancia artificial ya fue incorporada y en la mayor parte de Europa las mujeres confiaban en ésta. aunque en el siglo XVII se recuperó el interés por la lactancia materna (Tur, 2008: pág 13). Desde que con la revolución industrial se inició el progreso tecnológico a finales del siglo XIX y las mujeres empezaron a incorporarse a las fábricas; la lactancia materna comenzó a tener un desinterés progresivo y por ende el destete cada vez era más rápido. En esta época se empezó a utilizar lactancia artificial no industrializada por lo que la mortalidad infantil aumentó debido a la contaminación y malos hábitos de higiene. En 1850 comenzó el desarrollo de la lactancia artificial a nivel industrial cuyo objetivo fue encontrar un envase higiénico y un contenido libre de contaminación; el desarrollo de las leches artificiales liberó a la mujer de su rol nutricional y la integro al mundo laboral (González, 2009:pág 11). Este siglo se caracterizó por estribar en el control de los impulsos naturales de los niños por parte de los adultos. 9 En siglo XX se empezó a introducir la alimentación complementaria, la introducción de nuevos alimentos se hacía a partir de la salida de los dientes, es decir entre los 6 y 12 meses de vida. La revolución tecnológica de este siglo permitió la clarificación de las recomendaciones nutricionales para los niños y el desarrollo de sustitutos de leche natural. Se describió el beneficio del consumo de aceite de hígado de bacalao y su efecto de prevención contra el raquitismo (Tur, 2008: pág 13). La revolución tecnológica, industrial, los avances científicos, los cambios sociales, económicos y estéticos contribuyeron al abandono de la lactancia materna. En los años 80 por motivo de preocupación ante esta actitud, la FAO, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF empezaron a promover el fomento a favor de la lactancia materna y la mantienen hasta la actualidad. En el siglo XXI se cuenta con aportaciones científicas y recomendaciones nutricionales específicas para los niños. En la actualidad la disponibilidad de alimentos ha ido aumentando rápidamente. Es posible acceder a cualquier tipo de alimento gracias al desarrollo de la transportación y técnicas de conservación. El crecimiento y evolución de la industria alimentaria, los cambios en los estilos de vida y la falta de tiempo, ha hecho que los consumidores vayan cambiando a través del tiempo sus gustos y hábitos alimentarios; especialmente el de los niños (Tur, 2008: pág 15). Se puede encontrar diversidad de productos de fácil y rápido consumo, atractivos para la vista y gusto de los infantes, el aumento del tamaño de las porciones, productos de distintos colores, olores, sabores y texturas; pero la mayoría de ellos ricos en aditivos, azúcares simples, grasas saturadas, grasas trans y colesterol; sustancias que consumidas en exceso y unidas a otros factores como sedentarismo aumentan el sobrepeso y obesidad en niños. 10 1.2 Prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, según sus cálculos, en el mundo hay más de 1000 millones de personas con sobrepeso y que esta cifra aumentará a 1500 millones en 2015 si se mantiene la tendencia actual. El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Además, el 44% de la carga de diabetes, el 23% de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7% y el 41% de la carga de algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad. La obesidad constituye un factor de riesgo importante de las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la primera causa de muerte, con más de 17 millones de defunciones anuales. La OMS calcula que en 2010, alrededor de 43 millones de niños menores de cinco años de edad tenían sobrepeso en países desarrollados y en vías de desarrollo, en particular en los entornos urbanos. En los países en desarrollo están viviendo cerca de 35 millones de niños con sobrepeso, mientras que en los países desarrollados esa cifra es de 8 millones. 11 1.3 Prevalencia de sobrepeso y obesidad en el mundo Gráfico Nº 1 Porcentaje de obesidad infantil en el mundo Fuente: IASO Se estima que en promedio existe un 10% de obesidad infantil en el mundo en niños de 5 a 17 años. La mayor parte de ellos se encuentran en el continente americano, seguido del continente europeo (Ver Gráfico N. 2). La obesidad infantil se encuentra influenciada no solo por el nivel de industrialización de un país, sino también por la velocidad de desarrollo de la misma; es por esto que en la actualidad la prevalencia de obesidad infantil tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo presentan porcentajes de obesidad similares (Meléndez, 2008). 12 Gráfico Nº 2 Prevalencia de obesidad y sobrepeso en el mundo 2008 Fuente: James y Leach 1.3.1 Obesidad en América La prevalencia de sobrepeso y obesidad en los Estados Unidos ha aumentado dramáticamente en niños, adolescentes y adultos (USDA, 2010). La prevalencia de obesidad se ha duplicado y en algunos casos triplicado desde el año 1970 hasta el 2008 (Ver tabla Nº 1). Tabla N° 1 Evolución de la Obesidad en América A inicios de 1970 la prevalencia de obesidad era de 5% en niños de 2 – 5 años, 4% en niños de 6 – 11 años y 6% adolescentes de 12 a 18 años. A finales de 1970 15% de los adultos eran obesos. A inicios de 1970 en ningún estado Existía prevalencia de obesidad de más de un 25%. En el año 2007-2008, la prevalencia de obesidad alcanzó el 10% en niños de 2-5 años, 20% en niños de 6-11años y el 18% en adolescentes de 12 a 18 años. En el 2008, 34% de adultos presentaron obesidad. En el 2008, 32 estados presentaron Prevalencia de obesidad mayor a 25%. Fuente: USDA 13 1.3.2 Obesidad en España En España según la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad), en los últimos 20 años la obesidad en bebés ha crecido un 60%, debido especialmente a los malos hábitos dietéticos de las mujeres en gestación. También influyen otros factores como la edad gestacional del pequeño en el momento del parto y factores genéticos en madres que padecen sobrepeso durante el embarazo. El estudio ENKID evidenció una prevalencia de sobrepeso del 12.4 % y de obesidad del 13.9%. La prevalencia de obesidad en España es del 13,9% según el percentil 97 (p97) de las tablas de Hernández et al. La prevalencia de sobrepeso y de obesidad (p85) es del 26,3% y la de sólo sobrepeso del 12,4%. La prevalencia de obesidad es mayor en varones (15,6%) que en mujeres (12,0%) y también el sobrepeso (Ver Tabla Nº 2). Por edades, la obesidad es superior en edades más jóvenes entre los 6 a 13 años. Tabla Nº 2 Prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población infantil y juvenil española. Estudio EnKid 1998-2000 . Fuente: Estudio EnKid 14 1.3.3 Obesidad en Ecuador En Ecuador, el 17% de los niños tiene sobrepeso u obesidad, según un estudio realizado por el Ministerio de Salud en noviembre del 2004 en las ciudades de Guayaquil, Quito y Cuenca; el 10% de ecuatorianos mayores de 20 años tiene obesidad y el 40% pre obesidad. La OMS estima que para el 2015 en el Ecuador exista un 58.3% de sobrepeso y un 21,7% de obesidad en las mujeres y un 46,5 y 8,9 % en los hombres correspondientemente. A partir del año 2.000 se realizaron en el país los primeros estudios de carácter nacional, para establecer específicamente la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en escolares. El estudio en escolares, del año 2001, se demostró que la prevalencia de exceso de peso fue del 14%: 8% con sobrepeso y 6% con obesidad. El exceso de peso fue más común en los niños de las escuelas privadas (20,6%) que en los de las escuelas públicas (10,4%) y también fue más frecuente en las mujeres (15,4%) que en los varones (12,2%). En dicho estudio con escolares, los problemas de malnutrición por exceso se acercaron en magnitud a los de deficiencia nutricional: 16% en los niños de la muestra (Yépez et al., 2006: pág 74). En el año 2006 la SECIAN (Sociedad Ecuatoriana de Ciencias de la Alimentación y Nutrición) realizó un nuevo estudio en escuelas fiscales y privadas de zonas urbanas de seis ciudades de la Costa y seis de la Sierra, en el que se obtuvo que la prevalencia y obesidad es de 21.2%, de los cuales 13.7% presenta sobrepeso y 7.5% obesidad (Ver Tabla Nº3). Es menor en los varones que en las mujeres, afecta más a los hombres, se da en mayor porcentaje en la Costa y escuelas y colegios particulares. 15 Tabla Nº 3 Estado Nutricional de los adolescentes ecuatorianos de 12 – 19 años, habitantes de área urbana. Ecuador 2006. Fuente: SECIAN., 2006 1.4 Definición de sobrepeso y obesidad infantil La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial debido a una interacción genética y ambiental. Si bien no son conocidos todos los factores influyentes en la presentación de obesidad, podemos establecer que los factores ambientales y los estilos de vida contribuyen a su aparición a partir de un sustrato de predisposición genética previamente existente (Quiles et al. ,2008). La obesidad es una enfermedad crónica, que se caracteriza por un exceso de grasa, que a su vez se traduce en un aumento de peso. La obesidad es el trastorno metabólico más frecuente de las sociedades desarrolladas (SEEDO). La Asociación Española de Pediatría en al apartado “Obesidad Infantil” del año 2007, definió a la obesidad infantil como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial, determinada por la interacción de factores genéticos, biológicos, socioeconómicos, conductuales y ambientales actuando a través de mediadores fisiológicos de ingesta y gasto de energía. Ha identificado la participación de 600 genes, marcadores y regiones cromosómicas asociados o ligados a fenotipos de obesidad (Morea et al., 2007). 16 La determinación de obesidad infantil se realiza a través de la utilización de normogramas para el Índice de Masa Corporal, los cuales toman en cuenta la edad y sexo del niño; se mide en percentiles. No existe un consenso acerca del punto de corte de exceso de grasa en sobrepeso u obesidad en niños (Dehghan et al.,2005). El centro de control y prevención de la enfermedad define como obesidad a aquellos niños que se encuentran en el percentil 95 o sobre éste en cuanto al IMC – edad; en riesgo de sobrepeso a los niños que están entre el percentil 85 – 95 del IMC para la edad. Los investigadores europeos clasifican al sobrepeso sobre el percentil 85 y a la obesidad sobre el percentil 95 respecto al IMC. La obesidad en niños (Weiss et al.,2004) se puede dividir en obesidad moderada (IMC puntaje z de 2-2.5, que corresponde del percentil 97 al 99.5), obesidad severa (IMC puntaje z 2.5 que corresponde al percentil 99.5). A continuación se presenta un resumen de la definición para sobrepeso y obesidad (Ver Tabla Nº4) según IMC, de acuerdo a diversos estudios y autores. Tabla Nº 4 Definición de sobrepeso y obesidad según IMC Percentil 85-95 95-97 97-99.5 99.5 Estado Nutricional Sobrepeso o riesgo de obesidad Obesidad Obesidad moderada Obesidad severa Fuente: Weiss et al., 2004. 17 1.5 Causas y consecuencias de obesidad infantil 1.5.1 Causas La obesidad infantil presenta etiología multifactorial; la interacción entre factores genéticos, neuroendócrinos, ambientales o exógenos, familiares y socioculturales tienen relación directa con la obesidad en niños (Morgan et al., 2008). También puede presentarse obesidad secundaria como resultado de acción de ciertos medicamentos. Tabla Nº 5 Causas de Obesidad Infantil Causas Componentes Hipotiroidismo e hipopituitarismo Síndrome de Cushing Factores Neuroendocrinos Insulinoma Lesiones hipotalámicas Síndromes de Prader- Willi y Laurence-Moon Biedl Factores Genéticos Acción sobre el metabolismo Acción sobre la ingestión de alimentos Factores Ambientales o Exógenos Factores Dietéticos Factores sociales, psicosociales y familiares Sedentarismo Disminución de las horas de sueño Fuente: Morgan et al., 2008. 1.5.1.1 Factores Neuroendócrinos Las anomalías neuroendocrinas provocan obesidad en menos del 1% de los casos, y aquellas que tienen una mayor probabilidad (hipotiroidismo, síndrome de Cushing y 18 síndrome de ovario poliquístico pueden causar obesidad y en muy pocos casos provocan obesidad mórbida (Morgan et al., 2008). Menos del 5% de la obesidad infantil es causada por un desequilibrio hormonal, como el hipotiroidismo o el Síndrome de Cushing. Tabla Nº 6 Causas Neuroendocrinas de obesidad Hipotiroidismo e hipopituitarismo Pueden causar obesidad moderada, el contribuyente principal al exceso de peso es el líquido, no el tejido adiposo. Síndrome de Cushing Raramente causa obesidad, tiene una distribución troncal. Ovario poliquístico (Stein- Leventhal) Puede causar una combinación de obesidad hipotalámica y endocrina. Insulinoma Puede predisponer de obesidad generalizada. Lesiones hipotalámicas Se producen por resultados de tumores malignos, traumatismos o infección. Afectan el control del apetito, puede producirse obesidad mórbida. Síndromes de Prader- Willi y Laurence- Se asocian con obesidad en la niñez, Moon Biedl retraso mental y ausencia de desarrollo sexual. Fuente: Morgan S. y Weinsier R. 1.5.1.2 Factores Genéticos La obesidad infantil demuestra claramente una tendencia familiar; el riesgo de obesidad infantil aumenta según el padre, la madre o ambos presenten obesidad. Los niños de padres obesos presentan un 50% de probabilidad de serlo en la adultez, mientras que los hijos de padres con normopeso presentan apenas un 20% de este riesgo (Raj et al., 2010). Los estudios de familias obesas han suministrado datos muy importantes. Si un niño cuenta con ambos padres obesos tiene 3 veces más riesgo de ser obeso que siendo hijo de padres delgados. Cuando sólo es obeso uno de los padres, el niño tiene de un 40 a un 19 50% de probabilidades de serlo también. Cuando ambos padres lo son, el riesgo de obesidad del hijo se eleva al 80% (Dally y Goméz., 1980). Otra investigación puso de manifiesto la elevada correlación existente entre el sobrepeso de los padres y el sobrepeso del hijo evaluado tanto en el momento del nacimiento como a los cinco años de edad ( Locard et al., 1992) La determinación genética parece producirse a través de dos vías distintas (Apfeldorfer., 1991), una de ellas actuaría sobre el metabolismo, de modo que algunos niños desde el nacimiento tienen un gasto energético inferior al promedio por lo que necesitarían menor cantidad de alimentos. Otra vía ejercería su acción sobre la regulación de la ingestión alimentaria, es decir, sobre la apetencia de alimentos, las sensaciones subjetivas del hambre y saciedad, es decir la velocidad con la que la experimentan. 1.5.1.3 Factores ambientales o exógenos La mayor parte de la obesidad infantil es debida a factores relacionados con los estilos de vida que son el reflejo combinado de factores genéticos, hábitos aprendidos en la familia y las potentes influencias ambientales mediadas por el colegio y el entorno social.; las cuales influyen en 30-80% al desarrollo de la obesidad. La ganancia de peso y que es definido como un balance energético positivo debido a una ingesta mayor que la consumida (Morgan et al., 2008). 1.5.1.3.1 Factores dietéticos La dieta y los malos hábitos dietéticos se encuentran entre las principales causas de la obesidad. Entre los factores dietéticos que favorecen a la obesidad se incluye: 1. Omisión del desayuno 2. Consumo de Fast Food 20 3. Consumo de alimentos con Indice Glicémico Alto 4. Disminución del consumo de fibra dietética 5. Disminución de la ingesta de frutas, hortalizas y verduras 6. Incremento del consumo de grasas saturadas y trans Omisión del desayuno El tiempo transcurrido entre la cena y el desayuno de la mañana siguiente es el período más largo de ayuno de energía y nutrientes. Extender el episodio de ayuno omitiendo el desayuno puede resultar en cambios metabólicos que interfieren en aspectos del funcionamiento cognitivo y el rendimiento escolar. No desayunar impide promover energía (glucosa) y algunos nutrientes necesarios para la síntesis de neurotransmisores, necesarios para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central (Widenhorn et al., 2008). El ayuno prolongado de la noche, más la falta o la insuficiencia del desayuno, generan en el organismo el llamado “estrés metabólico”. Éste consiste en una serie de mecanismos homeostáticos que se desencadenan y trabajan para sostener la concentración normal de glucosa en la sangre (Roncal., 2007). Consumo de Fast Food Varios factores dietéticos se relacionan con el aumento de peso y consumo de fast food. Este tipo de alimentos incluyen el aumento del tamaño de las porciones, densidad energética alta, palatabilidad (atribuido al alto contenido de azúcares, grasa y sal), contenido elevado de grasas saturadas y trans, alto índice glicémico y bajo contenido de fibra. Los consumidores de fast food consumen mayor cantidad de grasa, mayor cantidad de carbohidratos simples, mayor cantidad azúcar añadida, menos cantidad de frutas y vegetales y mayor consumo de bebidas azucaradas. 21 El consumo de fast food compromete directamente la calidad de la dieta de niños y adolescentes, dificultando la elección de opciones saludables. Los niños que consumen fast food hacen elecciones poco saludables en comparación de los niños q no lo consumen (Ludwig et al., 2004). Consumo de alimentos con Índice Glicémico Alto El índice glicémico es una propiedad del contenido de carbohidratos en los alimentos, el cual describe el incremento de glucosa en sangre después de una comida. Los alimentos que son digeridos y absorbidos rápidamente, como los cereales refinados y las papas, presentan un alto índice glicémico. Las respuestas psicológicas a la glucosa oral sugieren un mecanismo que asocian el índice glicémico a la ganancia de peso. La administración oral de alimentos de alto índice glicémico produce elevaciones rápidas de glucosa en sangre, los cuales han sido estudiados en individuos en un período de hipoglicemia reactiva con una subida modesta de los niveles de insulina. Esta situación resulta en hambre y en el incremento del consumo de alimentos, provocando ciclos de hipoglicemia e hiperfagia. La hiperinsulinemia relativa también puede provocar la acumulación de grasa corporal (Field et al., 2003). Disminución del consumo de fibra dietética El sobrepeso y obesidad tienen relación con el bajo consumo de fibra. Una dieta baja en fibra se ve reflejado en un consumo pobre en frutas, verduras y carbohidratos complejos; lo cual lleva al consumo de una mayor cantidad de azúcares simples y grasas, causantes del estreñimiento aumento de peso y riesgo de enfermedades cardiovasculares. En Estados Unidos en el estudio Nacional de Salud y Nutrición (NHANES III) y el Estudio Continuando de la Ingesta Individual de Alimentos (CFS II-1995), si se compara la ingesta de fibra real con las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría, se puede observar que la ingesta de fibra es menor a partir de los 8 años (Redondo., 2000). 22 Disminución de la ingesta de frutas, hortalizas y verduras El consumo de frutas y vegetales tiene varios beneficios para la salud, las dietas que excluyen a éstos pueden prevenir el sobrepeso y la obesidad debido a que reemplazan el consumo de alimentos calóricos. Los niños que no consumen las 5 porciones recomendadas de frutas y verduras diarias tienden al consumo de comidas altamente calóricas con alimentos de gran densidad energética (galletas, pasteles, dulces, helados) y con disminución en el consumo de fibra, lo que conlleva al sobrepeso y obesidad (Field et al.,2003). Incremento del consumo de grasas saturadas y grasas trans El exceso de peso aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad por cardiopatía isquémica, la cual aumenta con la presencia de hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia. El incremento del consumo de fast food, bollería y snacks incrementa el perfil lípidico y el riesgo de cardiopatía isquémica. El consumo elevado de grasas saturadas se ve reflejado sobre los niveles de colesterol en sangre, más que el efecto que tiene el consumo de alimentos ricos en colesterol. Está demostrado que las grasas saturadas son el componente dietético que más influye en los niveles de colesterol total en sangre y de colesterol LDL, pero no todos los ácidos grasos tienen la misma influencia en el incremento de colesterol. La principal fuente son los alimentos de origen animal (Astrup et al., 2011). El perfil dietético de la grasa tiene un impacto significante en la salud. Varios estudios han demostrado que el consumo de grasas trans puede afectar adversamente los niveles de LDL y HDL colesterol. Se ha demostrado que mientras se reemplazan carbohidratos con grasas mono o poiinsaturadas, las fracciones del colesterol HDL y LDL totales, disminuyen; pero cuando los carbohidratos son reemplazados por ácidos grasos trans, la fracción total de colesterol HDL y LDL aumentan; el riesgo de enfermedad coronaria se 23 ha asociado con el consumo de grasas trans. Las grasas trans también se han asociado con biomarcadores inflamatorios y diabetes (Eckel et al., 2007). 1.5.1.3.2 Factores sociales, psicosociales y familiares El entorno y los riesgos de sobrepeso y obesidad están fuertemente relacionados. La baja estimulación cognitiva en casa y el estatus socio económico influyen en la obesidad infantil. Las elecciones en cuanto a comida por parte de los padres modifica significativamente las preferencias alimentarias de los niños. Los niños empiezan a adquirir hábitos y conductas alimentarias desde la infancia y partir de la adolescencia se hacen más resistentes al cambio. Los hábitos dietéticos de la familia pueden derivar en costumbres alimentarias incorrectas. El nivel sociocultural también está relacionado a la obesidad, mientras menos nivel cultural y adquisición económica mayor es el riesgo de obesidad (González., 2009:pg 16). En cuanto al aspecto psicosocial hay niños que comen porque tienen problemas o comen para poder compensar sus emociones (estrés, aburrimiento, ansiedad). Estas pueden ser conductas practicadas también por parte de los padres (González., 2009: pág 17). 1.5.1.3.3 Sedentarismo La disminución de la actividad física o sedentarismo tiende a disminuir la tasa del metabolismo basal, la misma que se define como la fracción del gasto energético utilizada para mantener las funciones vitales de una persona en reposo físico y mental, tras 13 horas de ayuno y en condiciones de neutralidad térmica (Escobar et al., 2010). El consumo de la tecnología ha sido identificado en la contribución de la obesidad infantil, no solo por promover una conducta sedentaria, sino también por el incremento de la densidad energética al comer frente al televisor y la influencia de la publicidad en la elección del tipo de alimento. 24 La falta de tiempo o la comodidad por parte de los padres o encargados del cuidado de los niños promueven que el niño pase frente al televisor muchas horas al día en vez de incentivarlo a la actividad física. Los niños sedentarios ganan más peso que los que no lo son debido al gasto energético. Las últimas encuestas revelan que en España los menores de ochos años pasan una media diaria de dos horas frente al televisor y los mayores de ocho años alrededor de cuatro horas y media, considerando el ordenador y los videojuegos (Lowry et al., 2002). Ver televisión puede promover al desarrollo de la obesidad, ya sea por el desplazamiento de la actividad física que ayuda a gastar la energía o por el aumento de la ingesta provocada por los mensajes publicitarios. Ver televisión representa un recurso sencillo de inactividad física, se relaciona inversamente a medidas de aptitud y participación en la actividad física. Estudios han demostrado la relación entre aumento de horas de televisión con aumento de la adiposidad corporal. 1.5.1.3.4 Disminución de las horas de sueño La obesidad predispone a mayor riesgo de diabetes tipo 2, estudios recientes indican que períodos cortos de sueño incrementan el riesgo de diabetes independientemente de los cambios en el IMC. La restricción de las horas de sueño pude afectar el balance energético y resultar en ganancia de peso debido a un aumento del apetito, más tiempo para comer y menos para el gasto energético. Los estudios sugieren que la disminución de las horas de sueño pueden incrementar el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 por múltiples vías, incluyendo el efecto adverso en parámetros de la regulación de glucosa la cual implica resistencia a la insulina, una desregularización del control neuroendócrino del apetito unido a un consumo excesivo de alimentos y una disminución del gasto energético (Knutson et al., 2007). 25 1.6 Consecuencias Las repercusiones de la obesidad en la edad infantil son diversas y todas interfieren en su desarrollo y crecimiento normal, implican consecuencias futuras en su estado de salud y en su calidad de vida. El aumento de la prevalencia y severidad de la obesidad en niños ha resultado en el aumento de comorbilidades, las cuales incluyen presión sanguínea elevada, desarrollo temprano de ateroesclerosis, diabetes mellitus tipo 2, hígado graso, ovario poliquístico y problemas respiratorios al dormir (Stephen et al., 2009). Estas complicaciones pueden ocurrir a corto o largo plazo; antes la aparición de diabetes mellitus 2 aparecía en la adultez, actualmente se ha visto que ésta aparece en la niñez y adolescencia. Esto ha consternado en como la epidemia de la obesidad puede acortar la probabilidad de vida de numerosos niños. La pérdida de la salud en los niños obesos también se asocia a la disminución en la calidad de vida ya que existe menor satisfacción corporal. Esto va acompañado de problemas psicológicos y de autoestima. En la adolescencia el sobrepeso y la obesidad implican complicaciones hormonales, causadas por el incremento de adiposidad corporal (Ver Gráfico Nº3) 26 Gráfico Nº 3 Consecuencias de la obesidad en la adolescencia Fuente: Burt et al.,2011 27 1.7 Patologías asociadas a obesidad infantil Las principales patologías que se asocian con obesidad son los trastornos metabólicos y las complicaciones que los acompañan como hiperinsulinemia, dislipidemia, atereosclerosis, hipertensión. 1.7.1 Síndrome Metabólico El síndrome metabólico se define en general como el conjunto de anormalidades metabólicas entre las que se incluyen la resistencia a la insulina, hiperinsulinemia, intolerancia a la glucosa, dislipidemia e hipertensión; las cuales significan riesgos para el desarrollo de diabetes tipo 2, atereosclerosis y enfermedad cardiovascular. El síndrome metabólico afecta al 30% de niños y jóvenes obesos americanos (IMC > percentil 95). La obesidad abdominal medida a través de la circunferencia de la cintura es un predictor individual de síndrome metabólico (Lee et al., 2008). No existe una definición estandarizada para síndrome metabólico infantil por lo que a través del estudio que se describirá a continuación se describieron 4 criterios de autores diferentes y se definió al síndrome metabólico pediátrico a aquel en el que el sujeto presenta 3 o más de los criterios descritos en la tabla Nº 7. Similar a la definición de síndrome Metabólico en adultos según la ATP III. 28 Tabla N º 7 Componentes del síndrome metabólico en niños Fuente: Lee et al., 2008. En un estudio realizado en 251 niños y adolescentes con y sin sobrepeso (122 africanos americanos 129 caucásicos) en el que se aplicó y comparo 4 diferentes criterios pediátricos para definir síndrome metabólico demostraron a través de sus resultados que (Lee et al., 2008): 1. La obesidad es la fuerza que conduce al síndrome metabólico; la prevalencia de síndrome metabólico es substancialmente menor en niños y jóvenes sin sobrepeso (1-3%) comparados con los niños y jóvenes con sobrepeso (24-51%). 2. Los niños y jóvenes con síndrome metabólico se caracterizan por un incremento de la circunferencia de la cintura, de adiposidad visceral, de la presión sanguínea, de la resistencia a la insulina, hiperinsulinemia, hipoadipoanictidemia independiente de la raza. 3. En lon niños y jóvenes caucásicos la IL-6 y los biomarcadores endoteliales (ICAM y E-selectina) se encuentran elevados con el síndrome metabólico. 4. La insulina en ayunas y la adinopectina pueden ser utilizadas como marcadores de síndrome metabólico 29 La presencia de síndrome metabólico en los padres del niño, o en uno de ellos, aumenta significativamente las probabilidades de que el niño adquiera obesidad abdominal durante su infancia, de tener los triglicéridos altos y de cumplir con criterios pediátricos para presentar síndrome metabólico. La prevalencia de síndrome metabólico es mayor en niños obesidad severa pero el riesgo también se manifiesta en obesidad moderada. Los niños que se encuentran en percentiles mayores a 90 para la edad y sexo presentan mayor prevalencia de anormalidades bioquímicas asociadas a síndrome metabólico y tienen altas probabilidades de presentar un IMC de 35 en la adultez. 1.7.2 Alteraciones Metabólicas La obesidad está directamente ligada a alteraciones metabólicas entre las que se encuentran la hiperglicemia, la intolerancia a la glucosa, la resistencia a la insulina, la diabetes, la hipercolesterolemia, la hipertrigliceridemia y la hiperuricemia. Las manifestaciones clínicas tempranas relacionadas con obesidad infantil, atribuyen que ésta es la principal conductora de la Resistencia a la insulina en la que se ve implicado el metabolismo de glucosa y el hígado graso no alcohólico. La resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia son complicaciones comunes en la obesidad infantil. Las alteraciones tempranas en el metabolismo de la glucosa pueden desencadenar diabetes tipo 2 en niños. Se presenta un proceso aterogénico en el que las manifestaciones clínicas de enfermedad cardiovascular no aparecen durante la edad pediátrica. La problemática del diagnóstico y la asistencia, radica en que la tolerancia a la glucosa (prediabetes) y la patología de hígado graso no alcohólico están ambos condicionados 30 sin manifestaciones clínicas y su diagnóstico depende únicamente de la elección correcta de screening y de pruebas diagnósticas. La dislipidemia se relaciona con la resistencia a la insulina, ésta se caracteriza por la disminución de la fracción HDL colesterol y el aumento de las concentraciones de triglicéridos; lo cual aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular. El HDL bajo y la y la hipertrigliceridemia son las las anormalidades metabólicas más prevalentes en obesidad infantil. Los niños con resistencia severa a la insulina se caracterizan por incrementar la deposición de lípidos en las visceras y en los compartimentos intramiocelulares. El aumento de deposición de los lípidos intramiocelulares ocurre en la obesidad infantil y se asocia directamente con sensibilidad periférica a la insulina (Weiss et al., 2008). La adiposidad visceral incrementada se ha relacionado con un perfil aterogénico en la niñez. La grasa visceral está relacionada con la resistencia a la secreción de insulina y con menor respuesta secretoria. Los niveles de adiponectina (hormona sintetizada por el tejido adiposo y que participa en el metabolismo de glucosa y ácidos grasos) se encuentran disminuidos en niños obesos con incremento de deposición de grasa. En niños nacidos antes de la edad gestacional se ha visto riesgo independiente de resistencia a la insulina y síndrome metabólico en la adultez. Los recién nacidos pequeños debido al período de edad gestacional pasan por una etapa de limitación nutricional y/o de estrés durante el período intrauterino. El período limitado de exposición de recursos energéticos va seguido de un período postnatal de alcance de crecimiento, resultado de un suministro limitado de calorías. El crecimiento intrauterino y postnatal son posiblemente los patrones que causan la programación de genes específicos en varios 31 tejidos que promueven el almacenamiento eficiente de energía, el cual en el contexto de energía sobrealmacenada puede desencadenar el desarrollo temprano de resistencia a la insulina. No todos los niños pretermino desarrollan esta resistencia, depende de una interacción compleja con genética específica, susceptibilidad y varios factores ambientales (Weiss et al., 2004). En niños con mayores grados de obesidad, niños con sobrepeso u obesidad que la aumentan rápidamente; acompañados de una tolerancia a la glucosa alterada deriva en diabetes tipo 2. La mayoría de niños con prevalencia de intolerancia a la glucosa (IGT) y con diabetes tipo 2 silenciosa, presentan niveles normales de glucosa en ayunas. Esto se debe a que éstos han marcado la resistencia periférica a la insulina, que se encuentra principalmente a nivel muscular; la sensibilidad del hígado a la insulina se mantiene en esta etapa. La Asociación Americana de Diabetes recomienda en su guía para diabetes tipo 2 en niños y adolescentes la realización de una glucosa en ayunas en individuos que presentan criterios de obesidad y de factores de riesgo inmediatos (historia familiar positiva, origen étnico específico, hipertensión, dislipidemia o síndrome de ovario poliquístico). Los niños que se encuentran en el percentil 99, categorizados en obesidad severa, son un grupo que se encuentra en un riesgo extremadamente alto debido a la presencia de los componentes del síndrome metabólico, marcadores bioquímicos adversos, presencia de obesidad grado 2 y 3 en la adultez y progresión a la diabetes. 32 CAPÍTULO 2 PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD INFANTIL 2.1 Aprendizaje de hábitos saludables y necesidades energéticas El proceso de aprendizaje de hábitos alimentarios es especialmente importante durante los primeros años de vida, ya que a más de garantizar un buen estado nutricional y un crecimiento óptimo, ayuda a consolidar la adquisición de hábitos saludables para la edad adulta. La infancia se caracteriza por ser la etapa de mayor crecimiento físico y desarrollo psicomotor, los alimentos no solo deben aportar energía para mantener las funciones vitales, sino también debe cubrir necesidades mayores relacionadas al crecimiento y desarrollo del niño. La prevención de la obesidad infantil debe iniciarse desde el primer año de vida, valorando el crecimiento y peso del niño conjuntamente para detectar riesgos tempranos (Ver Tabla Nº 8). En los niños una alimentación correcta es imprescindible ya que es una etapa de crecimiento rápido, el primer año triplican su peso y aumentan la mitad de su talla (Lama et al.,2006). 33 Tabla Nº 8 Detección temprana de la obesidad infantil Profesional de salud debe registrar Lactante Factores familiares Factores individuales Obesidad materna antes o durante embarazo Peso al nacer Tipo de lactancia Ganancia ponderal Diversificación dieta Ganancia ponderal durante el embarazo Diabetes Gestacional Tabaquismo Preescolares y escolares IMC de los padres Estilos de vida IMC de los padres Estilos de vida IMC de los padres Estilos de vida Adolescentes IMC de los padres Estilos de vida 1-3 años Monitorizar el IMC Rebote adiposo Monitorizar el IMC Distribución troncular de grasa Monitorizar el IMC Valorar el grado de obesidad Distribución troncular de grasa Fuente: Lama et al. El estado nutricional del niño dependerá de los aportes cuantitativos y cualitativos, pero además estos influirán en su salud en etapas posteriores de la vida. Existe evidencia de que las características de la alimentación y el estado nutricional y metabólico en las primeras etapas de la vida condicionan las bases para la aparición de factores de riesgo de enfermedades crónicas que se manifestarán en la edad adulta. Cada período del desarrollo tiene características específicas en cuanto al ritmo del crecimiento somático y también desde el punto de vista de la maduración psicológico y la socialización. Todos estos aspectos influyen en la configuración de los hábitos alimentarios y la actividad física (Aranceta et al., 2008). Es importante tener en cuenta pequeños detalles para potenciar un desarrollo óptimo y favorecer la adquisición de hábitos alimentarios y de actividad física saludable que son los que perdurarán en el 34 tiempo e influirán sobre la salud, no solo en la infancia y adolescencia sino que también en la edad adulta en el marco de la prevención temprana de enfermedades crónicas. 2.2 Importancia de la lactancia materna La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. La leche materna promueve todos los nutrientes que el niño necesita y además crea un vínculo físico y psicológico madrehijo. La OMS recomienda el calostro (la leche amarillenta y espesa que se produce al final del embarazo) como el alimento perfecto para el recién nacido, y su administración debe comenzar en la primera hora de vida. Se recomienda la lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida. Después debe complementarse con otros alimentos hasta los dos años. 2.1.1 Ventajas de la lactancia Materna Las ventajas de la lactancia respecto a la alimentación con biberón y los motivos por los que se recomienda, se resumen a continuación: 35 Beneficios para la madre •Ayuda a la recuperación del útero después del parto disminuyendo el sangrado. •Ayuda a la recuperación física. •Reduce riesgo de cáncer de mama y ovario. •Reduce riesgo de anemia y osteoporosis. •Prolonga período de anaovulación postparto , ayudando a espaciar embarazos. •Crea vínculo físico y emocional madre-hijo. •Ahorro económico al no utilizar leche de fórmula. Beneficios para el niño •Aporta un balance y cantidad adecuada de nutrientes, ideales para el recién nacido. •El calostro ayuda a la formación de inmunoglobulinas y aumenta las defensas del recién nacido. •Promueve la maduración de la mucosa gastrointestinal y modifica la microflora intestinal. •Mayor vínculo y relación madre e hijo. •Disminuye riesgo de alergias e infecciones. •Disminuye el riesgo de malnutrición (obesidad y desnutrición). •Reduce el riesgo de anemia. 2.1.2 Beneficio de la lactancia materna en la prevención de la obesidad Existe evidencia que sugiere que la lactancia materna tiene un efecto protector ante la obesidad infantil. La lactancia materna produce beneficios sobre la salud de los niños, cuando ésta es prolongada se la asocia con una reducción de riesgo de sobrepeso y de protección contra la desnutrición Varios investigadores han observado un mayor riesgo de sobrepeso en niños y adolescentes que no recibieron lactancia materna en comparación con los que si lo hicieron. Se han observado beneficios cuando la lactancia es mínimo de tres meses aunque estos se manifiestan de mejor manera si la lactancia se produce por más de seis meses. La prolongación de la lactancia materna no muestra efectos en la reducción del 36 IMC, sino más bien en la estabilidad del mismo; actúa reduciendo su variabilidad. Los efectos varían según el tipo de etnia y raza del niño (Grummer et al., 2004). Los niños amamantados pueden aprender la autorregulación de la ingesta calórica de una mejor manera que los niños no amamantados y se adaptan de una mejor manera a nuevos alimentos como vegetales, que influyen subsecuentemente en la densidad calórica de su dieta. 2.1.3 Pasos para una lactancia exitosa La declaración conjunta OMS/UNICEF Protección, promoción y apoyo de la lactancia: función especial de los servicios de maternidad (OMS/UNICEF, 1989) estableció las prácticas siguientes que se denominan: «Diez pasos para una lactancia exitosa», las cuales deberían ser tomadas en cuenta por todos los hospitales y servicios de maternidad y cuidados del recién nacido, por ser considerados favorables para el bebé. 1. Tener una política escrita sobre la lactancia, que se comunique de rutina a todo el personal responsable del cuidado de la salud. 2. Capacitar a todo el personal de salud en las técnicas necesarias para llevar a cabo esta política. 3. Informar a todas las mujeres embarazadas sobre los beneficios y sobre el manejo de la lactancia. 4. Ayudar a las madres a iniciar a amamantar a la media hora del nacimiento. 5. Mostrar a las madres cómo se amamanta y cómo se mantiene la lactación aunque estén separadas de sus niños. 37 6. No suministrar a los recién nacidos alimentos o bebidas diferentes a la leche materna, a menos que los indique el médico. 7. Practicar alojamiento conjunto - permitir que las madres y los niños permanezcan en la misma habitación - durante 24 horas al día. 8. Alentar a que se practique la lactancia de acuerdo con la demanda. 9. No suministrar tetas artificiales o chupetes (también llamados chupetes o tranquilizadores) a aquellos niños que se están amamantando. 10. Promover la conformación de grupos de apoyo a la lactancia y referirles a las madres cuando salgan del hospital o servicio de salud. 2.2 Alimentación del niño de 6 a 12 meses La alimentación complementaria es el proceso que comienza cuando la leche materna sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los lactantes y por ende, otros alimentos y líquidos son necesarios además de la leche materna. El rango de edad óptimo para dar alimentación complementaria está habitualmente entre los 6 y 24 meses de edad, si bien la lactancia materna puede continuar hasta los dos años (Mataix Verdu., 2000:pg 856). La introducción de alimentos distintos a la leche materna se debe a razones nutricionales y alimentarias: Nutricionales: los requerimientos nutricionales a determinada edad (6 meses) no pueden mantenerse con leche sola. Así, por ejemplo, las reservas hepáticas de hierro se van perdiendo y la leche materna no tiene suficiente hierro para cubrir necesidades. Por otra parte, el volumen de 38 leche necesaria para cubrir las necesidades energéticas es demasiado grande en relación con la capacidad digestiva del lactante. Alimentarias: el niño alcanza una edad en que es conveniente el desarrollo de hábitos alimentarios que requieren la introducción de diversos alimentos. La energía necesaria proveniente de los alimentos complementarios para niños con ingestas “promedio” de leche materna en países en vías de desarrollo es de aproximadamente 200 kcal al día para niños entre los 6 y 8 meses de edad, 300 kcal al día para niños entre los 9 y 11 meses, y 550 kcal al día para niños entre los 12 y 23 meses de edad. En países desarrollados se estima que las necesidades son algo diferentes (130, 310 y 580 kcal al día para niños entre los 6 y 8, 9 y 11 y 12 y 23 meses, respectivamente) debido a las diferencias en la ingesta de leche materna (OMS/UNICEF 1998). Durante el inicio de la alimentación complementaria se debe aumentar la consistencia y la variedad de los alimentos gradualmente conforme crece el niño, adaptándose a los requisitos y habilidades de los niños (Ver Tabla Nº9). Los lactantes pueden comer papillas, purés y alimentos semisólidos a partir de los 6 meses de edad. A los 8 meses, la mayoría de niños también pueden consumir alimentos que se pueden comer con los dedos (meriendas que pueden servirse los niños por si solos). A los 12 meses, la mayoría de los niños puede comer el mismo tipo de alimentos que el resto de la familia (OPS 2003). A continuación se muestra un calendario de incorporación de alimentos según la edad del niño. 39 Tabla Nº 9 Calendario orientativo de incorporación de alimentos Alimentos Edad en meses 1 2 3 4 5 Leche y derivados Leche materna Leche de inicio Leche de continuación Leche de vaca Yogur Queso fresco Frutas Frutas en general Compotas y zumos de frutas Frutas cítricas Mermeladas Verduras y Hortalizas Verduras flatulentas Resto de verduras y hortalizas Legumbres y frutos secos Guisantes Garbanzos,lentejas Soya frutos secos Cereales Harinas sin gluten Harinas con gluten Carnes y derivados Carnes magras Embutidos Vísceras Pescados Magros (blancos) Grasos (azules) Huevos Huevo entero Yema Clara Aceites y grasas Aceite de oliva 40 6 7 8 9 10 11 12 13 La leche de inicio (fórmula) solo se debe dar si se indica por el pediatra o si no es posible dar de lactar. El consumo de yogurt antes de los 8 meses puede producir acidosis láctica Verduras flatulentas: lechuga, acelga, espinaca, col, coliflor, brócoli Harinas sin gluten: maíz, arroz y tapioca. Harinas con gluten: trigo, avena, cebada y centeno El aceite de oliva , de preferencia virgen, se debe usar en la preparación de papillas. Fuente: Mataix Verdú 2.2.1 Recomendaciones nutricionales para la alimentación complementaria: Cualquier alimento que se suministre inicialmente debe hacerse con una frecuencia de una vez al día y en pequeña cantidad (una o dos cucharaditas), aumentando progresivamente la misma en días sucesivos hasta alcanzar la cantidad deseada. No se deben introducir cereales ni derivados que contengan gluten antes de los cuatro meses y preferiblemente no antes de los seis. Los alimentos que se deben introducir en primer lugar son cereales sin gluten, frutas y verduras. Excluir verduras flatulentas, especialmente la acelga hasta pasado los nueve meses de vida por su alto contenido en nitratos. Educar el sabor del lactante con una ingesta baja en sal, evitando su adición en las preparaciones. Limitar la introducción de alimentos dulces o el endulzar las preparaciones, con el fin de no establecer hábitos de alimentación desequilibrados y cariogénicos. Ofrecer agua pura frecuentemente al lactante para asegurar su hidratación 41 2.3 Alimentación del niño de 1 a 3 años Esta etapa se caracteriza por ser un período de transición entre la fase de crecimiento acelerado durante el primer año de vida y la etapa de crecimiento estable que se inicia a los 3 años y se prolonga hasta la pubertad. Existe un crecimiento continuado, aunque es más lento en el primer año de vida. Durante esta etapa suele aparecer preferencias selectivas lo que puede hacer a la dieta muy monótona .Las necesidades nutricionales de los niños dependen de su ritmo de crecimiento individual (Aranceta et al., 2008: pág.3 ). La etapa de 2 a 3 años se ha definido como la etapa de riesgo nutricional. Los factores que influyen son un elevado requerimiento energético, capacidad gástrica limitada y exigencias que derivan de su incorporación al ámbito social. Se espera que durante esta edad el niño(a) se integre a la dieta familiar, lo cual implica incorporar nuevos alimentos con sabores y texturas desconocidas. Los infantes a estas edades constituyen un grupo de población especialmente vulnerables, puesto que su sistema inmunitario es inmaduro, su capacidad para combatir infecciones o intoxicaciones alimentarias es muy bajo; la ingesta de pequeñas cantidades de alimentos alterados pueden causar trastornos importantes en su sistema de salud; por todo lo mencionado se debe prestar especial atención en la higiene y manipulación de alimentos. 42 Gráfico Nº 4 Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas para niños de 1 – 3 años EDAD INFANTIL (1-3 años) Etapa de transición Avance psicomotor Lenguaje Socialización Preferencias de alimentos Inapetencia Textura adecuada, dieta variada. Probar sabores, texturas. No forzar. Leche y yogur adapatados Fuente: Aranceta J, Pérez C. 2.3.1 Recomendaciones nutricionales en niños de 1 a 3 años Proporcionar una alimentación de calidad desde el punto de vista nutricional, higiénico, sensoriales y educativos. Promover hábitos higiénicos, alimentarios y conductuales. En este período también aprenden sobre la socialización y convivencia. Potenciar la variedad e identidad gastronómica de la zona. Fomentar la identificación, el descubrimiento y la aceptación progresiva de diferentes alimentos y preparaciones, haciendo que el niño aprenda el placer de la comida pero también de la saciedad. Las técnicas y preparaciones más adecuadas a esta edad son sopas, cremas, purés, menestras. 43 A partir de los 18 meses se puede dar algún frito pero no de forma regular. Es importante dar una fruta al natural como postre después de las comidas principales. 2.4 Alimentación preescolares (4-6 años) La etapa preescolar se caracteriza por un crecimiento continuado, a un ritmo estable. No se evidencian diferencias en la ganancia ponderal entre niños y niñas. Cada niño presenta un patrón de crecimiento propio, que puede ser variable, experimentando pequeños brotes de crecimiento a los que siguen períodos de latencia. La sucesión de etapas coincide con modificaciones en el apetito y en el patrón de ingesta del niño. La alternancia de períodos de inapetencia es normal en la edad preescolar (Aranceta et al., 2008: pág.4 ). Los hábitos alimentarios del niño a estas edades están influidos por el desarrollo psicomotor y social. Desarrolla habilidades manipuladoras y debe favorecerse su autonomía para que pueda comer solo. La familia es la principal fuente de educación nutricional para el niño en esta etapa. 44 Gráfico Nº 5 Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas para niños de 4 – 6 años EDAD PREESCOLAR (4 - 6 años) Crecimiento estable Ritmo desigual No hay diferencias sexo Desarrollo psicomotor Conducta caprichosa, inapetencia. Preferencias/aversiones Textura adecuada, dieta variada. Ritmo regualr. Flexibilidad Raciones pequeñas. No forzar. Fuente: Aranceta J y Pérez C. 2.4.1 Recomendaciones nutricionales en edad preescolar Dar una educación nutricional participativa desde el ámbito familiar. Establecer horarios fijos de comida y dar mucha importancia al desayuno. Dar pequeñas tomas entre horas. Brindar al niño preparaciones sencillas, con sabores suaves. Dar alimentos con poco contenido de azúcar, sal y grasas. Dar preparaciones culinarias al vapor sin cocción excesiva y con cortes que el niño pueda manipular. Hacer preparaciones atractivas para la vista del niño. Dar verduras en distintas formas de preparación y presentación. 45 Utilizar cubiertos y vajillas adecuados para la edad del niño. Cuchara y tenedor anchos con el mango corto. Platos, vasos, tazas con buena base y de material irrompible. Promover un ambiente familiar, tranquilo y adecuado en los momentos de las ingestas. Establecer límites y referencias sobre la comida y la alimentación desde edades tempranas. Tabla Nº 10 Guía de alimentación diaria para niños de 4 a 6 años Fuente: Ministerio de Salud Chile,2005. 46 2.5 Alimentación escolares (6-12 años) La edad escolar es un período estable, de crecimiento continuado. En general en este período las niñas presentan ligeramente mayor ganancia media en peso y talla al año que los niños. Se observan diferencias en el tejido adiposo, las niñas presentan un 25% más que los niños a la misma edad. En esta etapa se producen modificaciones corporales, hay mayor crecimiento en las extremidades inferiores que en el tronco. Suelen desaparecer las apetencias caprichosas y los conflictos con el alimento, aunque pueden persistir preferencias o aversiones por ciertos alimentos. Uno de los principales problemas a esta edad suele ser la omisión al desayuno y la preferencia por bebidas azucaradas y bollería; existe mayor influencia de amigos, publicidad, televisión, etc. El niño adquiere cierta independencia en la selección de alimentos, por lo que se debe enseñar al niño sobre alimentación saludable (Rodriguez et al., 2008: pág.3-4 ). 47 Gráfico Nº 6 Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas para niños de 6 – 12 años EDAD ESCOLAR (6 - 12 años) Crecimiento estable Proporciones corporales Escolarización Inluencia familiar, colegio, amigos, publicidad Aumento de apetito Aporte de energía y nutrientes suficientes. Fraccionamieto ingesta a lo largo del día. Frutas y verduras. Actividad física. Limitar dulces, bolleria , refrescos. Higiene bucodental Fuente: Aranceta J, Pérez C. 2.5.1 Recomendaciones nutricionales niños 6 – 12 años Equilibrar la dieta de manera adecuada para favorecer el brote puberal. Distribuir la ingesta calórica en varias raciones al día, da mucha importancia al desayuno. Evitar el aporte de calorías vacías entre horas. Preferir el consumo de lácteos bajos en grasa. Incrementar el consumo de verduras y leguminosas. Utilizar preparaciones culinarias sencillas que no necesiten de la adición excesiva de aceite, crema o salsas altamente calóricas. 48 Limitar el consumo de productos de bollería, pastelería, productos ricos en azúcares refinados, sal y grasas. Fomentar la realización de actividad física como complemento indispensable a la alimentación sana. Aportar la grasa suficiente en forma de monoinsaturados y poliinsaturados. Establecer límites y normas en relación al consumo de bebidas y alimentos, especialmente en casa y a los horarios de comidas. Incentivar al consumo de agua pura y de cereales integrales. Tabla Nº 10 Guía de alimentación diaria para niños de 6 a 12 años Fuente: Ministerio de Salud Chile, 2005. 49 2.6 Alimentación en niños 13 – 18 años Durante esta etapa ocurren grandes cambios fisiológicos y psicológicos y los requerimientos nutricionales serán influenciados por los eventos normales de la pubertad y por un marcado crecimiento. La pubertad es un período intensamente anabólico, con aumento del peso y talla, y variaciones de la composición corporal que resultan en un aumento de la masa magra y cambios en la cantidad y distribución de la grasa de acuerdo al sexo. Los cambios puberales en los hombres resultan en más masa magra, más masa ósea y menos masa adiposa que las mujeres. La masa magra es metabólicamente más activa en función del tejido adiposo, las diferencias por sexo en la composición corporal producen diferencias por sexo en los requerimientos nutricionales de los adolescentes. Durante esta etapa no solo aumentan las necesidades de energía y proteínas, sino que también aumentan los requerimientos de vitaminas y minerales. En la adolescencia la crisis de maduración y de cambios morfológicos repercuten en la conducta alimentaria (Rodriguez et al., 2008:pág 8-9). En esta etapa, existe mayor influencia en los hábitos alimentarios por parte de amigos y de la publicidad, se rompe el esquema regular de la comida, hay un mayor consumo de fast food, una disminución de la diversificación de la dieta y consumo de alcohol. La influencia del prototipo de imagen ideal y la aparición de dietas no saludables pueden poner en riesgo la salud de los adolescentes, desencadenado conductas inadecuadas que pueden favorecer el desarrollo de trastornos alimentarios. Todo esto repercute de manera directa en el estado nutricional, por lo que resulta imprescindible y necesario reforzar e inculcar hábitos saludables en la edad puberal que permitan mantener una buena salud que garantice su desarrollo óptimo. 50 Gráfico Nº 7 Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas para niños de 13 – 18 años Adolescencia (13 - 18 años) Estirón crecimiento puberal Diferencias acusadas niño/a > masa magra en chicos >masa grasa en chicas >contenido calcio en chicos Maduración sexual Búsqueda identidad Rebeldía, rechazo hábitos familiares. Importancia del grupo de amigos. Influencia televisión, publicidad. Hábitos irregulares Reconocimiento imagen corporal Cuidar los aportes necesarios. Dieta variada. No saltar comidas. Evitar abuso de dulces, golosinas. Evitar abuso de cómidas rápidas. Evitar consumo de alcohol. Aceptar imagen corporal Fuente: Aranceta J, Pérez C. 2.6.1 Recomendaciones nutricionales en niños de 13 -18 años Reforzar los hábitos alimentarios familiares y tradicionales. Fraccionar la dieta a varias tomas al día. Preferir lácteos desnatados y bajos en grasa. Incluir el consumo de pescado mínimo 2 veces a la semana. Limitar el consumo de snacks, azúcares refinados, grasa saturada y trans, bollería y pastelería. Evitar el consumo de alcohol. Establecer horarios fijos de comida. 51 Evitar el consumo de alimentos preparados, fast food y comidas fuera de casa. Incrementar el consumo de cereales integrales, legumbres y hortalizas. Consumir agua pura para una hidratación óptima. Evitar el consumo de gaseosas, jugos y bebidas industrializados. Incluir a la actividad física como un hábito cotidiano. Limitar las horas de televisión, videojuegos, etc. Tabla Nº 12 Guía de alimentación diaria para niños de 13 a 18 años Fuente: Ministerio de Salud Chile, 2005. 2.7 Actividad Física en la infancia El término actividad física, hace referencia a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos y que tiene como resultado un gasto energético que se añade al metabolismo basal. 52 En los últimos años se ha profundizado cada vez más en el estudio de la actividad física, se ha visto los efectos saludables de su práctica habitual y la relación que su ausencia mantiene con el desarrollo, mantenimiento y complicaciones de enfermedades crónicas. La actividad física inicia en la infancia cuando el niño gatea, camina, da vueltas y luego con actividades más complejas como es el desarrollo del control neuromuscular. Los patrones de movimiento se desarrollan durante la edad preescolar y son el origen de varios tipos de actividad física en edades posteriores. Es importante considerar que la actividad física en niños y adolescentes va relacionada con su crecimiento, maduración biológica y desarrollo conductual. La actividad física y tipo de ejercicio varía según la edad y contexto en el que se encuentra el niño. La instrucción de la actividad física debe ser guiada y la práctica supervisada ya que éstas influyen sobre las habilidades de movimiento en los niños. Las actividades en niños de 6 a 9 años son generalmente anaeróbicas lo que ayuda al aprendizaje básico y más especializado de las habilidades motoras. En niños de 10 a 14 años cuando entran al transcurso de la pubertad y en esta etapa es cuando las habilidades adquiridas se manifiestan en deportes individuales, grupales y organizados. En adolescentes de 15 a 18 años se observan estructuras más maduras por lo que la actividad física ya puede ser más estructurada (Strong et al., 2005). La prioridad y las recomendaciones que se den para la actividad física durante la niñez y la adolescencia muestran beneficios ilustrados esquemáticamente en el desarrollo de habilidades, comportamiento, aptitud y salud en el futuro (Ver Gráfico Nº8). 53 Gráfico Nº 8 Variabilidad del énfasis de la actividad física durante la niñez y la adolescencia Fuente: Strong W, et al. 2.7.1 Duración y frecuencia de la actividad física El ejercicio físico vigoroso realizado diariamente por más de 60 minutos promueve una reducción de riesgos cardiovasculares. El diseño de programas deportivos en las escuelas y la supervisión de los adultos influyen directamente en la actividad física que realiza el niño durante su tiempo libre. El rol que juegan los padres y la familia es indispensable en la prevención de la obesidad infantil; ya que son los que deben involucrarse en los programas escolares o de la comunidad (USDA., 2008). La cantidad de actividad física necesaria para mantener adecuadamente un peso corporal saludable depende de la ingesta calórica. La guía de actividad física americana no hace recomendaciones específicas para niños de 2 a 5 niños, pero menciona que deben ser activos diariamente y a diferentes horas del día; recomienda que los niños a partir de los 6 años y los adolescentes deben realizar mínimo 60 minutos de actividad física o más al día (August et al., 2008). Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, la OMS recomienda: 54 Los niños y jóvenes de 5 a 17 años inviertan como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud. La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos. En el caso de los niños y jóvenes inactivos, se recomienda un aumento progresivo de la actividad hasta alcanzar el tiempo recomendado. Es conveniente empezar con una actividad ligera y aumentar gradualmente con el tiempo la duración, la frecuencia y la intensidad. Gráfico Nº 9 Pirámide de la actividad física para niños Fuente: Serra J, Aranceta J, Kellogs 55 2.7.2 Beneficios de la actividad física La realización de actividad física adecuada implica la reducción de conductas sedentarias, facilita el mantenimiento del peso en los niños y disminuye el riesgo de enfermedades. Aporta beneficios cardiovasculares, psicológicos y además estimula la función cognitiva y la concentración. Contribuye al desarrollo social de los jóvenes, fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración. También se ha visto que los jóvenes activos pueden adoptar con más facilidad otros comportamientos saludables, como evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas, y tienen mejor rendimiento escolar (Varo et al., 2003). La actividad física permite ayuda en varias aspectos como: desarrollar un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) sano; desarrollar un sistema cardiovascular (corazón y pulmones) sano; aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los movimientos); mantener un peso corporal saludable. Aumentar la elasticidad y agilidad Aumentar la autoestima Control de ansiedad y depresión La actividad física es un protector de enfermedades como: Obesidad Riesgo de cardiopatía isquémica, hipertensión arterial y accidentes cerebro vasculares. Diabetes Mellitus Osteoporosis, caídas y fracturas 56 Depresión y ansiedad Cáncer de colón, mama y pulmón. Demencia 2.8 Programas gubernamentales de prevención de obesidad infantil 2.8.1 Programas gubernamentales en España 2.8.1.1 Estrategia Naos Es una estrategia multisectorial e intersectorial de salud pública para la Nutrición, la Actividad Física y la Prevención de la Obesidad (NAOS), formulada en el año 2005 por el Ministerio de Sanidad y Consumo. La Estrategia NAOS está coordinada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), y propicia la participación de representantes de diferentes ámbitos: administración local y autonómica, sectores públicos y privados. Establece que la prevención de la obesidad debe iniciarse en la infancia, a través de la promoción de hábitos saludables en la Atención Primaria, involucrando en ella a pediatras, personal de enfermería, madres, padres, y educadores (AESAN., 2005). Su objetivo es sensibilizar a la población del problema que la obesidad representa para la salud y pretende servir de plataforma de todas las acciones que ayuden a la consecución de la meta final de invertir la tendencia de la obesidad, fomentando una alimentación saludable y actividad física para, reducir la morbilidad y mortalidad atribuible a las enfermedades crónicas. Algunas de las medidas planificadas son la reducción progresiva de la concentración de grasas y sodio en los alimentos, la prohibición de la instalación de máquinas para la venta de alimentos en lugares fácilmente accesibles para niños y un código de autorregulación 57 referente a la publicidad de alimentos y bebidas (Código PAOS), y la intervención en el ámbito escolar (Programa PERSEO) entre otros. 2.8.1.2 Programa 5 al día 5 al día es una asociación sin ánimo de lucro cuyo fin consiste en fomentar el consumo diario de frutas y hortalizas frescas. Su nombre se basa en la ración mínima de consumo diario de frutas y hortalizas frescas recomendada por la comunidad científica y médica en una dieta saludable. Entre los objetivos del programa está: informar sobre los beneficios para la salud del consumo diario de al menos 5 raciones de frutas y hortalizas frescas, influir en la mejora de los hábitos alimenticios, incrementar el consumo per cápita de frutas y hortalizas frescas de la población española hasta alcanzar el nivel recomendable (5 al día). El programa explica que consumir diariamente frutas y hortalizas frescas ayuda a prevenir enfermedades, trastornos digestivos, algunos tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas, además de ayudar a la lucha contra el sobrepeso y la obesidad; ya que proporcionan pocas calorías y grasas saturadas, ayudan a disminuir la ingestión de otros alimentos debido a la sensación de saciedad que proporcionan. Las frutas y hortalizas son imprescindibles para la formación de buenos hábitos alimentarios en la infancia y adolescencia. 58 2.8.2 Programas gubernamentales en Ecuador 2.8.2.1 Programa de nutrición y alimentación “Aliméntate Ecuador” Administrado por el Ministerio de Inclusión Económica y Social. El propósito es contribuir a promover, proteger y restituir el derecho de la población al acceso y consumo de una alimentación saludable y culturalmente aceptada en calidad y cantidad, según el siguiente esquema de beneficios: Las niñas y niños reciben trimestralmente raciones alimenticias Las niñas/os entre 6 y 50 meses con alta desnutrición reciben el suplemento nutricional “Chispaz”. Personas con capacidades especiales (discapacidades) reciben trimestralmente raciones alimenticias Adultas/os mayores reciben trimestralmente raciones alimenticias y el producto fortificado “Vilcabamba.” 2.8.2.2 Programa de alimentación escolar (PAE) Administrado por el Ministerio de Educación, es considerado como eje central de la política de mejoramiento educativo. Sirve a niñas/os mayores de 5 años de las escuelas públicas fiscales, fisco-misionales, municipales, urbano-marginales y rurales. Desde diciembre de 1995 proporciona desayunos y desde mayo de 1999 almuerzos, preparados en la escuela por grupos de madres y padres voluntarios. El objetivo general es contribuir al mejoramiento de la calidad y eficiencia de la Educación Básica mediante la entrega de un complemento alimenticio en zonas de pobreza con mayor nivel de vulnerabilidad social. Superar las condiciones de inequidad educativa mediante la contribución a la construcción de capital humano. 59 CAPÍTULO 3 EVALUACIÓN NUTRICIONAL Y TRATAMIENTO DEL NIÑO OBESO 3.1 Valoración del estado nutricional La evaluación de la obesidad infantil se inicia con el cálculo del IMC, el cual tiene una validez clínica debido a que hace referencia a la adiposidad, adiposidad en la adultez, factores de riesgo cardiovascular y mortalidad a largo plazo. En niños el uso del IMC por si solo resulta inespecífico, éste difiere con la edad y el sexo del niño/a; por lo que se debe analizar mediante tablas de percentiles específicas según el caso. Es muy importante integrar los datos obtenidos a los datos clínicos como son el riesgo médico, la ingesta alimentaria diaria y los comportamientos y actitudes frente a la actividad física del niño/a (Stephen et al., 2009). El estado nutricional de una persona es el resultado de la interrelación entre el aporte nutricional que recibe y las demandas nutritivas del mismo, necesarias para permitir la utilización de nutrientes , mantener las reservas y compensar las pérdidas. La evaluación del estado nutricional consta principalmente de 4 apartados: 1. Determinación de la ingesta de nutrientes 2. Determinación de la estructura y la composición corporal 3. Evaluación bioquímica del estado nutricional 4. Evaluación clínica del estado nutricional. 3.1.1 Determinación de la ingesta de nutrientes Varios factores relacionados con la alimentación, influyen en la aparición de una gran variedad de enfermedades crónicas relacionadas con estilos de vida no saludables que se inician desde la infancia; por lo que la determinación de la ingesta de nutrientes es uno de los indicadores más valiosos, no sólo para evaluar el estado nutricional de los niños, 60 sino también para planear y evaluar programas de prevención e intervenciones nutricionales que procuren mejorar la calidad de vida. El estudio de la dieta busca determinar no solo la ingesta, tipo y frecuencia de alimentos, tamaño de las raciones, etc., sino también procura identificar grupos de riesgo, comportamientos, actitudes y prácticas con respecto a la alimentación y a la nutrición, para mantener las condiciones de salud adecuadas y un plan de intervención oportuna. La cantidad de alimentos consumidos se estima en un período de tiempo determinado o bien la ingesta media habitual, a partir de la cual es posible calcular el aporte de energía y nutrientes mediante tablas de composición de alimentos o análisis químico de modelo virtual medio (estudio dieta total), en la actualidad se disponen de programas informáticos. El estudio dietético se puede realizar mediante la aplicación de distintos tipos de encuestas dietéticas (Ver Anexo Nº1), entre las más comunes se encuentran: Cuestionario de recuerdo de 24 horas Cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos Encuesta dietética Cuestionario de Recuerdo de 24 horas Es un método cuantitativo y es una de las técnicas más utilizadas por su sencillez. El método consiste en preguntar al individuo entrevistado sobre los alimentos consumidos (incluyendo agua) tanto cualitativa como cuantitativamente, durante un período de 24 horas, que corresponde concretamente al día precedente (Mataix Verdú., 2000: pág 778). Las cantidades consumidas se estiman en medidas caseras o mediante el empleo de colecciones de fotografías que representan diferentes raciones de un mismo alimento o plato. En personas o grupos que tengan dietas muy heterogéneas, pueden realizarse 61 periódicamente varios recuerdos de 24 horas, por ejemplo, 3 recuerdos a lo largo de un mes. En este tipo de encuesta se debe incluir el nombre del alimento o preparación, la cantidad de alimento (gr, ml o medidas caseras). El recordatorio de 24 horas que se realiza a los niños en edad escolar o a estudiantes, debe incluir preguntas sobre los alimentos consumidos en la escuela o en la calle. Los datos del recordatorio se obtendrán con ayuda de la madre o persona encargada de la alimentación del niño. Frecuencia de consumo de alimentos Constituye un método directo cualitativo de estimación de la ingesta de un individuo a través de un formato estructurado. El objeto de este método consiste en obtener, a partir de la sistematización de un conjunto o listado de alimentos, la frecuencia habitual de ingesta de un alimento o grupos de alimentos (y paralelamente sus correspondientes nutrientes) durante un período de tiempo determinado. El encuestado responderá el número de veces que coma como promedio un alimento que ha sido ingerido durante un período de tiempo en el pasado (Mataix Verdú.,2000:Pág 777). Se anota la frecuencia de consumo de alimentos (diaria, semanal, mensual, etc.) referida al último mes, en un listado perfectamente estructurado y organizado según el modelo de consumo: desayuno, comida (primer plato, segundo, postre). La cantidad consumida se estima empleando medidas caseras o colecciones de fotografías. Se aplicará a la madre o a la persona responsable de la alimentación (en caso de ser menor de 12 años), explicándole que se le hará una encuesta de hábitos de consumo de alimentos. Para tal fin, la persona entrevistada o la persona encargada de los cuidados del niño deberá recordar el patrón de consumo de alimentos, generalmente se hace 62 referencia a los siete días anteriores al día en que se elabora la entrevista. Es decir, si consumió o no los alimentos que se refieren en el cuestionario, cuántos días o veces al día los consumió y el número de veces que los consumió. Historia dietética Se utiliza para estimar la dieta habitual del pasado durante un período de tiempo definido, en estudios de crecimiento y desarrollo. Permite conocer la dieta habitual de una persona, utilizando generalmente como periodo de referencia de recuerdo el último mes. La recogida de dato puede durar entre 60 y 90 minutos, debe ser realizada por un especialista (Kellogg´s., 2011). Resulta de la combinación de registro de alimentos, recordatorio 24 horas y frecuencia de consumo de alimentos. También se incluyen preguntas que puedan estar relacionadas con el motivo del estudio. Es una de las herramientas más completas que permite obtener una historia nutricional completa sobre la alimentación del niño. La evaluación dietética debe incluir la historia dietética de la familia, hábitos alimentarios normales, estimación aproximada de la proporción de macronutrientes y consumo de fibra en la dieta y alimentos preferidos (Hendricks., 2005). En la evaluación dietética en niños y en especial con sobrepeso u obesidad es importante cubrir cinco áreas que están relacionadas con el aumento de peso corporal y éstas son: consumo de bebidas azucaradas, consumo de snacks y postres, comidas fuera de casa y tiempo expedido en televisión o videojuegos (Schwartz et al., 2007). La información obtenida por pedíatras, padres de familia y nutricionistas sobre la alimentación infantil y sus modificaciones, sugieren cambios importantes en el futuro. 63 3.1.2 Determinación de la estructura y composición corporal Antropometría La OPS la define como el componente primordial en la vigilancia de salud y nutrición de los escolares. Proporciona indicadores que miden una determinada situación y a su vez son un reflejo de las condiciones socioeconómicas de una comunidad. Los indicadores antropométricos son instrumentos de utilidad para el diagnóstico de la desnutrición, sobrepeso y obesidad. Estos dos últimos son considerados factores de riesgo para las enfermedades crónicas no transmisibles, por lo cual se hace necesaria su vigilancia . La evaluación antropométrica tiene por objeto determinar las modificaciones en la constitución y composición corporal (porción magra y grasa), a través de medidas físicas de longitud y peso. Está ligado principalmente a factores ambientales, entre ellos la alimentación, en especial en las fases de crecimiento rápido. Los principales objetivos de la antropometría son: Evaluación del estado nutricional actual Control del crecimiento y desarrollo en niños y adolescentes Evaluación del efecto de las intervenciones nutricionales Las mediciones antropométricas mínimas en niños son: peso, talla, perímetro craneal y del brazo y pliegues cutáneos tricipital y subescapular. Con estas simples mediciones y algunas relaciones entre ellas, se pueden diagnosticar y cuantificar las desviaciones nutricionales e incluso diferenciar los cuadros agudos de los crónicos. 64 Gráfico Nº 10 Componentes de la antropometría en niños Indíces básicos Perímetros corporales Antropometría niños Pliegues cutáneos Relación peso/talla Fuente: Mataix Verdú Relación peso/talla Indice Nutricional IN = ((Peso Actual/Talla Actual) x 100)/ (peso medio/talla media) El grado o no de subnutrición o de hipernutrición viene dado por los porcentajes siguientes: Indice Nutricional Estado Nutricional <90 Mal nutrición 90-110 Normalidad 110-120 Sobrepeso >120 Obesidad 65 Curvas peso/talla Es útil desde los 2 años al término de la pubertad, que es cuando la distribución del peso para la talla es independiente de la edad. Se indica según los percentiles: Percentiles 10-90: Normalidad, por debajo de los cuales hay delgadez, por encima obesidad. Indice de Masa Corporal La relación peso/talla2 o Indice de Quetelet, al igual que en los adultos, se relaciona bien con la grasa corporal de los dépositos. Se usan gráficas percentiladas para la evaluación del IMC. En la edad pediátrica el IMC no es estable a lo largo del tiempo, éste va cambiando con la edad; aumenta mucho durante los primeros 18 meses de vida, después comienza a disminuir hasta los 6 años en que vuelve a aumentar de nuevo (Redondo et al., 2011). El IMC es el estándar internacional reconocido para definir el sobrepeso y la obesidad infantil y existen curvas estandarizadas para niños para evaluarla. Aunque un IMC normal no siempre excluye la presencia de grasa corporal o el incremento de riesgo de obesidad asociada a comorbilidades. Entre las más conocidas se encuentran: las curvas de Hernández, las Curvas IOTF (Internacional Obesity Task Force), Curvas del CDC (Centres for Disease Control and Prevention) y Curvas de la OMS. 66 Gráfico Nº 11 Curvas percentilares para la clasificación del IMC según M. Hernández (1988). Fuente: Hernández Tabla Nº 13 Estado Nutricional según IMC Percentil según IMC 25-75 <25 >75 >90 Estado Nutricional Normal Delgadez Sobrepeso Obesidad Fuente: Mataix Verdú Este índice no refleja la localización de la adiposidad de modo preciso, como lo hacen los pliegues cutáneos, pero si indica muy bien las fases de desarrollo de tejido adiposo en el niño; hay un incremento rápido durante el primer año de vida, seguido de una disminución desde el primero al sexto año, con un nuevo incremento a partir de esa edad. Este último incremento, denominado “rebote adiposo”, se presenta normalmente a los 6 67 años, aunque puede hacerlo antes o después, siendo esos límites de cinco años y medio y siete, y tiene valor predictivo de obesidad, ya que cuanto más se adelante la aparición del rebote adiposo, más probable es que el niño acumule grasa y sea un adolescente obeso. Gráfico Nº 12 Determinación de Factores de Riesgo en obesidad infantil Fuente: OPS/OMS 2009 El IMC, la circunferencia de la cintura y la masa grasa total evaluada en niños de 9 a 12 años, están positivamente asociadas a factores de riesgo cardiovascular a edades de 1516 años. Las magnitudes de estas asociaciones son similares en todas las mediciones de adiposidad. Las niñas que alteran favorablemente su estado de sobrepeso entre la niñez y la adolescencia tienen un perfil cardiovascular muy similar a aquellas que tuvieron normopeso en ambos momento; los niños que cambiaron su sobrepeso a peso normal 68 muestran un perfil de factor de riesgo entre lo normal en ambas edades y sobrepeso en ambas edades (Lawlor et al, 2010). Índices Básicos A partir del uso de Gráficos o Tablas de referencia, se obtienen los índices básicos en niños que son: peso para la edad, talla para la edad, peso para la talla, índice de masa corporal para la edad y perímetro cefálico para la edad (OPS/OMS 2009). Existen referencias de acuerdo a la edad y sexo del niño que permiten detallar su análisis y evaluación (Ver Anexo ). Peso/edad: refleja la masa corporal alcanzada en relación con la edad cronológica. Es un índice compuesto, influenciado por la estatura y por el peso relativo. Talla/edad: refleja el crecimiento lineal alcanzado en relación con la edad cronológica y sus déficits se relacionan con alteraciones acumulativas de largo plazo en el estado de salud y nutrición. Peso/talla: refleja el peso relativo para una talla dada y define la proporcionalidad de la masa corporal. Un bajo peso/talla es indicador de emaciación o desnutrición aguda. Un alto peso/talla es indicador de sobrepeso. Índice de masa corporal/edad: es el peso relativo al cuadrado de la talla (peso/talla2) el cual, en el caso de niños y adolescentes, debe ser relacionado con la edad. Su interpretación es similar a la mencionada para el peso/talla. 69 Pliegues cutáneos La medición de pliegues cutáneos es un método no invasivo predictor de grasa subcutánea. Existen comités de expertos que recomiendan la medición de pliegues cutáneos en obesidad infantil solo para tratamientos o estudios médicos profundos que permitan distinguir entre sobrepeso y obesidad. La medición de pliegues cutáneos permite predecir la grasa corporal total en niños y adolescentes; sin embargo no se recomienda en la práctica clínica ni el control del tratamiento de obesidad en niños si no se cuenta con el entrenamiento y la práctica suficiente para hacerlo (Krebs et al., 2007). El pliegue tricipital (PCT), estima la obesidad generalizada o periférica, mientras que el pliegue subescapular (PCS) la troncular, que puede servir como predictivo de la obesidad en la edad adulta. Así mismo, la relación PCS/PCT es una aceptable indicador de la distribución adiposa, y para algunos autores se correlaciona con las fracciones lípidas asociadas al riesgo cardiovascula (Barlow et al., 1998). A pesar de que la medición del espesor de los pliegues cutáneos pueden ser inexactos. Un pliegue de tríceps tomado con precisión y que sea superior a un 95%, proporciona evidencia de que el niño tiene un exceso de masa grasa ( Ver Tabla Nº 13). 70 Tabla Nº 14 Valor del pliegue tricipital de niños y niñas en el percentil 95, NHANES Fuente: Must et al. Perímetros corporales Los más destacables en el niño son: perímetro del brazo y el perímetro craneal Perímetro del brazo La medición del perímetro braquial que permite conocer la situación proteica muscular, indica el grado de desnutrición: <75%: mal nutrición grave 75-80%: mal nutrición moderada 80-85%: mal nutrición leve >85%:normalidad La combinación del perímetro del brazo y los pliegues cutáneos, permite calcular otros índices como área muscular y grasa del brazo e índice adiposo muscular. 71 Perímetro craneal Constituye un indicador inespecífico de mal nutrición intrauterina, afectándose solo en las mal nutriciones graves. Todavía puede considerarse un parámetro nutricional hasta los 610 meses de vida. Por el contrario, a partir de esta edad puede servir como elemento comparativo, con otro tipo de parámetros que reflejan mejor el estado nutricional (OPS/OMS 2009). Se utiliza en la práctica clínica como parte del tamizaje para detectar potenciales alteraciones del desarrollo neurológico (hidrocefalia, etc.). Suele usarse junto con otras medidas para detectar condiciones patológicas unidas a un crecimiento inapropiado. Otros perímetros Otras medidas como los perímetros cintura, cadera, muslo y las relaciones perímetro cintura/perímetro de cadera, y perímetro de cintura/perímetro de muslo, de interés en la catalogación nutricional del adulto e incluso del adolescente, tienen menos utilidad en el período preescolar y escolar. Perímetro de la circunferencia de la cintura La circunferencia de la cintura está más frecuentemente asociada a riesgo de comorbilidades en obesidad y riesgos para la salud en niños y adultos. Estudios realizados vinculan este perímetro como indicador de grasa visceral; en comparación con el IMC la circunferencia de la cintura en niños ofrece una mejor estimación de tejido adiposo visceral medido con resonancia magnética a nivel de la cuarta vértebra lumbar , mientras que el IMC es mejor en estimación de tejido adiposo subcutáneo (Styne et al., 2007). La circunferencia de la cintura es más eficaz en relación al IMC en la predicción de comorbilidades como resistencia a la insulina, presión sanguínea, colesterol sérico, 72 niveles de triglicéridos; pero simplemente sugieren estimaciones predictivas especialmente en adolescentes. Es un factor que se lo puede considerar en la evaluación del niño obeso. Tabla Nº15 Definiciones de obesidad y obesidad severa según parámetros antropométricos Fuente: Williams et al. 3.1.3 Evaluación clínica del estado nutricional La realización de una historia clínica y exploración física completa en niños debe ir dirigida a la detección de obesidad secundaria, a patologías o síndromes malformativos subyacentes, así como a la exclusión de comorbilidades asociadas. 73 La historia clínica para niños con obesidad infantil debe incluir en su evaluación: Datos personales: Nombre Fecha de nacimiento Edad Sexo Antecedentes familiares: Peso y talla actual y pasada de familiares que convivan con el paciente. Características de la alimentación de la familia. Hábitos lúdicos y práctica de deporte. Nivel socioeconómico y cultural. Vivencia familiar de la obesidad del niño. Ganancia del peso de la madre durante la gestación. Exploración física: Estudio auxológico completo. Valoración de la intensidad de la obesidad. Distribución de la grasa. Fenotipo y proporciones corporales. Exploración física completa. Estadio puberal. Antecedentes personales: Peso, longitud y semanas de gestación al nacimiento. Evolución de peso y talla desde el nacimiento hasta el momento actual. Enfermedades, operaciones previas. Tratamientos recibidos. Conducta del paciente (casa, colegio, amigos). Existencia de condiciones psicopatológicas (ansiedad, depresión, conducta bulímica) Rendimiento escolar. Vivencia del niño frente a su obesidad. Encuesta dietética completa. Horas de televisión al día. Práctica de ejercicio habitual (tipo y duración). Medio de transporte para ir al colegio. Uso de ascensores en el domicilio. Fuente: Vela A et al. 3.1.4 Valoración bioquímica En general las pruebas bioquímicas informan de aspectos especiales y parciales del estado nutricional, no suponiendo en la mayoría de las ocasiones, ninguna ventaja frente 74 a la simple antropometría debido al alto costo que estas pruebas implican. Lo más habitual es situación férrica o protéica. Posibilidades analíticas q se tengan. En niños hay indicadores específicos para valorar el crecimiento y relacionarlo con la nutrición, en este sentido se puede hablar de la determinación de los “factores tisulares de crecimiento” (IGFs), especialmente (IGF I) y de su proteína transportadora (IGFBP-I) (también se determina IGFBP-III). Se usa estos parámetros puesto que en situaciones de malnutrición, se crea una situación de resistencia de las células a la hormona de crecimiento, ya que aunque ésta se encuentre en niveles séricos elevados, es incapaz de inducir la síntesis de los distintos IGFs y sus proteínas transportadoras. La media de los citados compuestos permite una valoración mas precisa, no solo para detecciones tempranas e iniciales, sino también para seguir la evolución de alteraciones del crecimiento de origen nutricional (August et al., 2008). En la obesidad infantil es necesario un examen de laboratorio rutinario para descartar causas endocrinas a ésta. Los niños que se encuentran entre el percentil 85 y 95 se encuentran en riesgo de comorbilidades por lo que es recomendable realizar pruebas de detección que puedan identificarlas precozmente y tratarlas ( Ver Tabla Nº 16 ). 75 Tabla Nº 16 Pruebas de detección de comorbilidades más comunes a la obesidad Comorbilidad Pruebas de detección de casos (valores anormales) Prediabetes Glucosa plasmática en ayunas (verificar estado de ayuno) >100 mg/dl Intolerancia a la glucosa (si se uso prueba de tolerancia oral a la glucosa 2-h glucosa >140 y <200 mg/dl Diabetes Mellitus Dislipidemia Glucosa en ayunas >126 mg/dl ó valor aleatorio >200 mg/dl (si se uso prueba de tolerancia oral a la glucosa, 2h glucosa >200) Si es asintomático debe repetir los valores anormales en otra ocasión Ayuno (12-14horas) lípidos Triglicéridos >110 mg/dl (percentil 75) >160 mg/dl (percentil 90) LDL Colesterol >110 mg/dl (percentil 75) >130 mg/dl (percentil 90) Colesterol Total >180 (percentil 75) >200 (percentil 90) HDL Colesterol <35 mg/dl (percentile 10) <40 mg/dl (percentile 25) Hipertensión Presión sanguínea >percentil 90 (estandarizado según sexo, edad y talla en percentiles) Hígado graso no alcoholic Alanina aminotransferrasa >2 DE sobre el límite del laboratorio Fuente: August G, et al 76 Las niñas que alteran favorablemente su estado de sobrepeso entre la niñez y la adolescencia tienen un perfil cardiovascular muy similar a aquellas que tuvieron normopeso en ambos momento; los niños que cambiaron su sobrepeso a peso normal muestran un perfil de factor de riesgo entre lo normal en ambas edades y sobrepeso en ambas edades (Lawlor et al., 2010). 77 3.2 Tratamiento de la obesidad infantil El tratamiento en edades tempranas de la obesidad, debe tener como objetivo principal evitar que el niño en el futuro sea un adulto obeso. Este propósito se debe conseguir con una alimentación adecuada, ejercicio físico y terapia conductual. El tratamiento de la obesidad infantil es muy diferente al tratamiento en el adulto obeso, puesto que éste depende principalmente de que los padres y la familia del niño entiendan la base a seguir para conseguir el éxito (SEEDO). Los niños tienden a identificarse con sus padres por ende imitan su comportamiento, estilo de vida y conductas alimentarias. La intervención en la obesidad infantil muestra mejores resultados mientras más precozmente se la inicie, se deben tratar varios aspectos de forma integral y con un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud. Es importante tomar en cuenta que el objetivo en el tratamiento de la obesidad infantil no es necesariamente la pérdida de peso puesto que los niños se encuentran en crecimiento y desarrollo; la meta del tratamiento es controlarlo y a futuro tener un adolescente y adulto con normopeso y con hábitos de vida y alimentarios correctos. El tratamiento de la obesidad infantil debe abordar tres puntos principales: 1. Tratamiento psicológico y abordaje familiar 2. Actividad Física 3. Tratamiento dietético Nutricional 3.2.1 Tratamiento psicológico y abordaje familiar Los factores del pretratamiento que están asociados con el tratamiento de la obesidad infantil incluyen el género, el estado de peso inicial y síntomas de preocupación psiquiátrica del niño. Se debe tomar en cuenta también los problemas psicológicos, motivación baja, y pérdida de peso en los padres del niño a tratar para predecir el resultado del tratamiento. 78 En el tratamiento de la obesidad infantil basada en la familia, se requiere la participación activa de los padres junto con los niños. Aunque la participación de los niños es muy importante, los padres son también recomendaciones del tratamiento. responsables del seguimiento de las Las características que presentan los padres, especialmente su motivación para participar en el proceso de tratamiento y tomar responsabilidades recíprocas con sus hijos influye de manera directa. La motivación es un requisito indispensable que permite abordar el problema de la obesidad infantil (Valero et al., 2011). La motivación es aquella que se refiere a un cambio de comportamiento, se ha conceptualizado en términos de preparación del individuo para cambiar un comportamiento específico, que ha sido definida como el grado para que una persona sienta que un cambio es importante y para que el nivel de confianza de esa persona le dé la capacidad de hacer el cambio. Los tres componentes de la motivación (importancia, confianza y preparación) influyen en los resultados del tratamiento de obesidad; en el tratamiento inicial, tratamiento de terminación, post tratamiento en la pérdida de peso y en la pérdida de peso al año de tratamiento. 79 Gráfico Nº 13 Variables relacionadas con la Motivación Fuente: Valero y Latorre La motivación en el tratamiento de la obesidad infantil se enfoca como un proceso para satisfacer necesidades, lo cual incluye un ciclo motivacional, cuyas etapas son las siguientes (Sarabia., 2011): Homeostasis: Cuando el organismo humano permanece en estado de equilibrio. Estímulo: Es cuando aparece un estímulo y genera una necesidad. Necesidad: Esta necesidad (insatisfacción), provoca un estado de tensión. Estado de tensión: La tensión produce un impulso que da lugar a un comportamiento acción. Comportamiento: El comportamiento, al activarse, se dirige a satisfacer dicha necesidad. Satisfacción: Si se satisface la necesidad, el organismo retorna a su estado de equilibrio, hasta que otro estimulo se presente. Toda satisfacción es básicamente una liberación de tensión que permite el retorno al equilibrio homeostático anterior. 80 Gráfico Nº 14 Ciclo de la Motivación Homeostasis Satisfacción Estímulo Ciclo de la Motivación Necesidad Comportamiento Estado de tensión Fuente: Sarabia 2011 A lo largo del tratamiento de la obesidad infantil, la evaluación de los padres, preocupaciones y los informes de las barreras que se presentan y una retroalimentación positiva de los pequeños cambios mejora las habilidades de los padres, así como su sentido de autoeficacia. La adhesión (autocontrol) de los padres se ha asociado con la confianza por parte de los padres, lo que se ha visto reflejado en la respuesta al tratamiento temprano del niño (pérdida de peso en las primeras 5 semanas), así como la respuesta de los padres al tratamiento (pérdida de peso en el post tratamiento). Estas variables son las que mejor respuesta tienen en el cambio del peso del niño durante el post tratamiento. Factores relacionados con los niños son importantes para el mantenimiento del peso durante el tratamiento antes que en la pérdida de peso. La pérdida de peso que en el adulto es un objetivo principal, en el niño pasa a un segundo plano. El abordaje hacia el cambio va dirigido a motivarle en la adquisición y mantenimiento de hábitos de vida saludables. 81 Los hallazgos sugieren que la confianza de los padres puede predecir el abandono prematuro de la familia basada en el tratamiento conductual. La investigación del rol que desempeña la confianza de los padres es clínicamente útil, ya que permite identificar tempranamente las familias en riesgo de mala evolución y sugiere posibles focos de intervención, como adyuvante al tratamiento. Fortalecer la confianza de los padres al comienzo del tratamiento, abordando cogniciones negativas y dando apoyo a los padres puede mejorar y reducir el fracaso del tratamiento (Gunnarsdottir et al.,2011). 3.2.2 Actividad Física En niños con obesidad, el ejercicio constante resulta en beneficios metabólicos y psicológicos a través de la pérdida de peso por incremento de gasto energético y disminución de la ingesta. Es muy importante tomar en cuenta recomendaciones específicas de intensidad, duración, frecuencia, modalidad del ejercicio para el manejo de la obesidad pediátrica. Para obtener resultados positivos es indispensable que el niño se sienta a gusto con el tipo de deporte para que de esta manera pueda cumplir con éste a largo plazo; los niños obesos pueden experimentar experiencias negativas si se los pone a realizar actividades físicas destinadas a niños con normopeso. La estructuración de un programa de actividad física llevará al éxito inicial en esta etapa del tratamiento. El ejercicio físico vigoroso y constante disminuye grasa abdominal y el entrenamiento de fuerza disminuye la resistencia a la insulina (Stephen et al., 2009). Una dosis diaria de mínimo 40 minutos al día de actividad aeróbica adicional a los programas escolares, ha demostrado una disminución de aparición de síntomas depresivos y aumento de la autoestima en niños con sobrepeso y obesidad. Los efectos del ejercicio físico ante signos de depresión resulta importante para la prevención de la aparición de depresión clínica durante la infancia y la adolescencia (Petty et al., 2009). La termogénesis por actividad física que realmente tiene mayor peso en el gasto energético total sería la AFE, porque además de suponer un mayor gasto energético, 82 eleva el gasto basal durante todo el día. Lo más importante es educar en una vida activa en la que se practiquen habitualmente una serie de movimientos cotidianos como andar, pasear, subir escaleras, participar en tareas del hogar, disminuir el uso del transporte público y el ascensor. Los niños deben acostumbrarse a incorporar el ejercicio a las actividades de ocio, a programar actividades para el fin de semana, y evitar el sedentarismo (Lama et al., 2006). Es necesario controlar el mal uso o abuso de las TIC (televisión, internet, videojuegos, telefonía móvil), desaconsejando la existencia de estos aparatos en la habitación y reduciendo el número de ellos en el hogar. Diariamente los niños y adolescentes deben realizar 1 hora diaria o más de actividad física. Las recomendaciones referentes al tipo de ejercicio incluyen tanto ejercicios aeróbicos como de resistencia o de flexibilidad. Los niños obesos suelen necesitar un inicio de baja intensidad para paulatinamente ir incrementando el tiempo y la intensidad de la actividad (ACSM., 2011). Tanto en la escuela como fuera de ella, incrementar la frecuencia o la intensidad de la actividad física permite reducir las actividades sedentarias, lo que puede traducirse como un balance energético negativo, y un cambio en la composición corporal que permite disponer de un organismo mejor adaptado y con menores riesgos de enfermar; y consecuentemente en una mejora calidad de vida para el niño y para el futuro adulto. 3.2.2.1 Recomendaciones de Actividad Física El niño no debe estar sentado mucho tiempo Debe subir las escaleras Llevarle caminando al colegio o bien que camine algún tramo Enseñarle a usar el transporte público Disminuir al máximo el transporte motorizado Máximo tiempo de televisión, ordenador, etc.: 2 h/día 83 Todos los días después del colegio algún tiempo de actividad física Programa actividades al aire libre para el fin de semana: bicicleta y caminar Programa actividad física extra 3-4 veces por semana Reforzar la actividad física mediante la compañía de la familia 3.2.3 Tratamiento Dietético Nutricional Es necesario que todos los profesionales que forman parte del equipo que trata al niño obeso y su familia difundan de manera constante mensajes positivos acerca de alimentación saludable y ejercicio físico. Para la efectividad de las intervenciones de consejo dietético es necesaria la adaptación del consejo a las barreras y circunstancias concretas en cada caso: gustos, costes, accesibilidad, puntos de vista de los miembros de la familia o el tiempo. En el diseño de intervenciones dietéticas en obesidad es necesario tener en cuenta el estilo de vida y los factores de desarrollo de los niños y adolescentes. Se debe considerar los horarios y actividades de la escuela, responsabilidades familiares, actividades extracurriculares, etapa de desarrollo y crecimiento en la que se encuentran, diferencias culturales y comportamientos respecto a los alimentos, influencia de la familia sobre el comportamiento alimentario; lo cual permitirá obtener su atención y participación en el tratamiento dietético (Neumark et al., 2008). El enfoque del tratamiento dietético debe ir encaminado a cambios de comportamiento sostenibles, es decir de hábitos alimentarios saludables. Entre los principales para el tratamiento se debe incluir: 1. Ingesta de desayuno saludable 2. Consumo de cinco comidas al día 3. Tamaño de las porciones y control de la densidad energética 84 4. Reemplazo de bebidas calóricas por agua 5. Consumo de fibra dietética 6. Incremento de la ingesta de frutas y verduras 7. Control del uso de Televisión, Internet, Videojuegos y Telefonía móvil (TICS) Ingesta de desayuno saludable Desayunar bien es recomendable a cualquier edad y principalmente durante la infancia y adolescencia porque mejoran la atención, concentración y ayudan a mantener un peso adecuado. Ayuda a mantener un peso saludable, evita picar entre horas y por ende evita la elección de alimentos poco saludables. Un desayuno completo incluye fruta, lácteo y cereales (García et al., 2007). El desayuno, considerado como el primer alimento del día que interrumpe el periodo más largo de ayuno, correspondiente al descanso nocturno de 8 a 10 horas, se constituye en la alimentación más importante de la jornada, principalmente para los niños y las niñas que están en pleno crecimiento y desarrollo. Por ello, la omisión o la insuficiencia de ese aporte tienen una particular repercusión entre los 6 y los 12 años de edad, etapa en la que el desayuno debería cubrir la tercera parte de la energía requerida por día: alrededor de 600 kilocalorías (Roncal., 2007). El consumo del desayuno ha mostrado tener efectos positivos en evaluaciones del rendimiento académico a través de resultados de exámenes, calificaciones escolares e incrementos en la asistencia a la escuela (Lozano et al., 2006). Se ha relacionado el consumo del desayuno con algunos parámetros cognitivos como: la concentración, el razonamiento, creatividad o generación de ideas, resolución de problemas y vocabulario (Benton et al., 2007). 85 Consumo de cinco comidas al día Una alimentación saludable está compuesta de 5 comidas repartidas a lo largo del día. Es importante mantener horarios fijos de comidas, adecuados a las actividades de los niños con el fin de evitar picoteos, ansiedad y que lleguen con más hambre a las comidas principales. La frecuencia de consumo normal se compone de tres comidas principales, pero el patrón alimentario ha ido cambiando con el tiempo debido a la influencia de factores ambientales; en la actualidad los patrones alimentarios son más irregulares e incluyen el consumo de snacks y comida chatarra a lo largo del día. Los patrones de frecuencia de consumo de comidas diarias se ha asociado con una disminución de grasa corporal en niños y adultos. Se ha visto que las personas que con IMC normales consumen típicamente 5 comidas al día (Kinunkan y Kravitz., 2005). Uno de los componentes del gasto energético diario es el efecto térmico de la comida, termogénesis que acompaña a la digestión, absorción, distribución y almacenamiento de los nutrientes; regulado por el sistema parasimpático, representa el 10% del gasto energético diario (230 kcal/día) y tiene un componente adaptativo (35%) que depende de la dieta y está regulado por el sistema simpático. El efecto térmico de la comida está disminuido en situaciones de resistencia a la insulina y de obesidad (Obregón., 2007). El consumo de varias comidas al día se relaciona con beneficios metabólicos para la pérdida de peso. El efecto térmico de los nutrientes es muy diferente para los distintos alimentos, siendo mayor con la ingesta de hidratos de carbono y proteínas que con la de grasas. Por todo lo mencionado anteriormente es recomendable realizar cinco comidas al día (tres principales y dos colaciones) en presencia de sobrepeso y obesidad, además ayuda a evitar el picoteo, ansiedad y la elección de comida no saludable. 86 Tamaño de las porciones y control de la densidad energética En niños pequeños la ingesta de alimentos relativamente no se ve afectada por el tamaño de la porción. Existen evidencias que muestran que la cantidad de la porción consumida por niños de 2 años se mantiene estable por un período de 20 años. Lo que sugiere que los niños pequeños en lugar de responder a las señales de los alimentos tales como el tamaño de las porciones, son capaces de auto regular su ingesta mediante respuestas fisiológicas de hambre y saciedad. Sin embargo a medida que el niño va creciendo, las señales internas empiezan a tener un menor efecto sobre la ingesta de alimentos y los factores externos como el tamaño de las porciones, tienen mayor influencia (Ello-Martin et al., 2005). Los niños que aumentan su ingesta y el tamaño de sus porciones son aquellos que empiezan a comer en ausencia de hambre, mientras que a los niños que se les enseña a concentrarse en las señales de saciedad, indicadas por la plenitud del estómago, comen una cantidad adecuada de alimentos. La respuesta al aumento del tamaño de las porciones en casa, en la escuela, restaurantes y supermercados; es una conducta aprendida por el niño, que desplaza la atención de las señales internas de hambre y saciedad hacia las señales de comida en el medio ambiente. La falta de señales de saciedad puede predispone a los niños a comer más en un entorno en el que las grandes porciones de alimentos de sabores agradables y poco nutritivos están disponibles. Por todo lo mencionado es muy importante el rol de los padres y cuidadores o encargados de la alimentación del niño ayuden a los niños a comer porciones adecuadas de alimentos variados y nutritivos y permitan a los niños determinar cuánto quieren servirse a si mismos. Los adultos deben alentar a los niños a reconocer las señales de hambre y saciedad y contar con estas señales al inicio y al final de cada comida, los 87 niños no deben ser obligados a limpiar sus platos, ni se deben dar premios o recompensas por ello. En el tratamiento de la obesidad infantil es indispensable ayudar a los niños a recuperar su capacidad de reconocer y responder apropiadamente a las señales internas y a resistir a las influencias ambientales sobre el consumo, como el tamaño de las porciones y su densidad energética. El tamaño de las porciones y su densidad energética trabajan juntas para influir en la ingesta de energía y en la saciedad. Para la reducción de peso en los niños es importante reducir la densidad energética, no siempre es necesaria la reducción del tamaño de las porciones. Reemplazo de bebidas calóricas por agua Dentro de una alimentación saludable son tan importantes los alimentos que la conforman, con sus raciones diarias recomendadas, como las bebidas a incluir. El agua es la bebida que deben consumir los niños tanto en las comidas como fuera de ellas como una estrategia de hábito de vida saludable, que ayudará a prevenir el sobrepeso. De este modo, su consumo como bebida de referencia en la mesa ha de extenderse también a la escuela (SEDCA., 2009). Se pueden obtener muchas ventajas en el abordaje de la conducta de bebidas a elegir en niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad. El consumo de bebidas azucaradas está directamente relacionado con el aumento de peso y obesidad en niños y adolescentes. El agua natural no contiene calorías y puede ayudar a mantener un peso saludable si ésta reemplaza el consumo de bebidas que contienen azúcar. El consumo de agua tiene 88 un efecto regulador sobre el peso corporal cuando va a acompañado de una menor ingesta de calorías, ya que favorece la termogénesis corporal. Se ha visto que al combinar intervenciones educativas y ambientales, con un pequeño enfoque en la promoción y provisión del consumo de agua, puede reducir efectivamente el riesgo de sobrepeso en niños (Reinehr et al., 2009). La disminución del consumo de bebidas carbonatadas unido a un programa de educación nutricional como el consumo de agua y bebidas acalóricas, resulta en la disminución de la prevalencia de obesidad a lo largo de un año. Tanto el entorno familiar como la colaboración de los maestros en el entorno educativo, son indispensables para la obtención de una modificación sostenible. El Agua Corporal Total (ACT) representa aproximadamente el 60% del peso corporal total (Ver Gráfico) de una persona. Este volumen de agua corporal, como porcentaje de masa libre de grasa o masa magra, es mayor en los niños y va declinando con la edad. Cuando el contenido graso, como ocurre en la obesidad, la fracción acuosa del tejido adiposo disminuye. Gráfico Nº 15 Agua Corporal Total como % del peso total corporal en diferentes edades Fuente: SEDCA 89 Los niños tienen mayor agua corporal que los adultos y son más susceptibles a la deshidratación, por lo que requieren de mayor consumo de agua (Ver tabla Nº16). Tabla Nº 17 Ingesta adecuada de agua durante la infancia y adolescencia Fuente: SEDCA Consumo de fibra dietética El consumo de fibra dietética es eficaz para el control del peso corporal y el tratamiento de la obesidad. La fibra dietética participa en el metabolismo energético y en la disminución del peso corporal; entre otros: Su elevada capacidad para retener agua junto con su bajo poder energético, contribuyen a disminuir la densidad calórica de la dieta. Se necesita una mayor masticación y , por tanto, un mayor tiempo para la ingestión de los alimentos. Esta mayor masticación, a la vez, estimula la secreción de saliva y de jugo gástrico, que distienden el estómago y favorecen la sensación de saciedad. 90 Reduce la velocidad del vaciamiento gástrico, disminuyendo como consecuencia el hambre, prolongando la sensación de saciedad. Disminuye la absorción de ácidos grasos y de sales biliares en el intestino delgado. La dieta rica en fibra es más voluminosa. La fibra perjudica la habilidad del intestino delgado para absorber nutrientes. La dieta rica en fibra retrasa la aparición del apetito por su efecto saciante, como consecuencia de su mayor volumen en estómago y los cambios que provoca en las concentraciones de diversas hormonas (insulina y glucagón) y neurotransmisores (serotonina y noradrenalina). Educar a los niños a un adecuado consumo de fibra es de gran importancia ya que marca los hábitos alimenticios que mantendrán en la vida adulta y previenen o ayudan a controlar enfermedades relacionadas con la baja ingesta de fibra entre las que se incluye la obesidad. El consumo de fibra debe incrementarse en los niños, incluso al doble del consumo actual, su consumo no afecta los niveles de vitaminas y minerales en niños con una alimentación adecuada y aporta con beneficios importantes para su salud. La fibra al tener un efecto saciante no solo disminuye la sensación de hambre, sino la cantidad de alimentos ingerida, y además corrige el etreñimiento al aumentar el volumen fecal. Las recomendaciones de consumo de fibra más utilizadas son las de la Academia Americana de Pediatría (APP) y de Williams et al (Ver Tabla Nº17). 91 Tabla Nº 18 Recomendaciones de Ingesta de fibra para niños Edad APP Williams et al Recomendaciones de ingesta fibra 0,5 g/kg de peso corporal Edad del niño + 5g día Fuente: Redondo., 2000. Incremento del consumo de frutas y verduras El incremento del consumo de frutas y verduras combinado con cereales, ayudan en el tratamiento del control de peso debido a la saciedad que éstos producen. Las frutas y verduras reducen el riesgo de cáncer y de enfermedades crónicas ya que aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra; todos indispensables para mantener una buena salud (CDC). El uso de frutas y verduras ayuda a la creación de platos saludables, reemplazando ingredientes altamente calóricos y dando una mayor saciedad, debido a su gran contenido en fibra y agua. Las frutas y verduras permiten mantener el volumen de las comidas reduciendo la densidad energética, ya que la mayoría de frutas y verduras son bajas en grasa y aportan con muy pocas calorías. En el año 2004, la Organización Mundial de la Salud declara que el consumo de frutas y verduras en cantidad suficiente puede salvar cada año hasta 2,7 millones de vidas. Es esta una de las razones por las que se recomienda consumir al menos 5 porciones de frutas y verduras todos los días, lo que corresponde a 400 gramos. Estas ayudan a reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer y las enfermedades cardiovasculares (hipertensión arterial, diabetes mellitus, colesterol elevado, entre otras). 92 Control del uso de Televisión, Internet, Videojuegos y Telefonía móvil (TICS) La Sociedad Americana de Pediatría recomienda que los padres deben limitar el tiempo dedicada a la media a menos de dos horas al día (televisión, computador, videojuegos,etc.). La intervención para la reducción de horas dedicados a la media debe estar enfocada en objetivos conductuales que incluyen: reducir el tiempo frente al televisor apagar el televisor cuando nadie lo esté viendo no ingerir alimentos frente al televisor no tener televisor en el dormitorio de los niños tener momentos de diversión que no estén relacionados con la media comer siempre sentados en el comedor no tener televisión en el comedor Los objetivos en la rutina diaria entre padres e hijos debe incluir: discutir moralejas acerca del programa de televisión que se ha visto, momentos para compartir las experiencias individuales de los miembros de la familia, aprender sobre formas inteligentes de mirar la televisión, escoger alternativas que reemplacen la televisión y el uso de videojuegos (Escobar et al., 2010). El compromiso por parte de los padres en la intervención de la promoción de la salud de los niños se requiere para poder lograr el éxito. Incentivar a los padres con estrategias específicas para la reducción del uso de la media ayuda positivamente a mejorar la salud de sus hijos y a la creación de hábitos y estilo de vida saludable. 93 CAPÍTULO 4 GUÍA EDUCATIVA PARA EL MANEJO DIETÉTICO NUTRICIONAL DE SOBREPESO Y OBESIDAD INFANTIL 4.1 Objetivos Objetivo General Ofrecer una herramienta útil que facilite tratamiento de la obesidad infantil en el aspecto dietético nutricional. Objetivos Específicos Educar a los padres de familia y encargados de la alimentación de los niños, facilitando información y consejos básicos para el control de sobrepeso y obesidad infantil. Emitir nuevos conocimientos sobre alimentación sana y hábitos de vida saludables. 94 4.2 Metodología Esta guía ha sido elaborada como una herramienta (Ver Anexo 3) que facilita la educación nutricional de padres y cuidadores de niños con problemas de sobrepeso u obesidad, ya que son los principales implicados en el tratamiento de los niños para lograr cambios en el estilo y hábitos de vida saludables. Es una herramienta a ser usada por nutricionistas, pediatras y personal de salud implicados en el tratamiento integral de la obesidad infantil. La guía contiene los principales hábitos dietéticos saludables que deberían ser modificados tanto en los niños como en sus familias, por lo que lo ideal es trabajar con los conocimientos de alimentación y nutrición de forma progresiva, retroalimentando cada aspecto en las diferentes sesiones que incluirá el tratamiento. Los resultados deberán ser evaluados y controlados por el profesional de salud, a través de encuestas dietéticas y toma de medidas antropométricas básicas (peso y talla) de manera regular, quincenal o mensualmente según las necesidades de cada paciente. Es importante mencionar que en el tratamiento de la obesidad infantil más que lograr una pérdida de peso, se busca mantener un IMC estable y cambios en el estilo de vida, por lo que es necesaria la retroalimentación de éstos en las diferentes sesiones. 95 4.3 Introducción La prevalencia y desarrollo de obesidad infantil ha aumentado de forma alarmante en los últimos años. La obesidad infantil es una enfermedad crónica que constituye un gran riesgo para la salud de los infantes, por lo que la OMS la ha calificado como la epidemia del siglo XXI. El incremento de la obesidad infantil va acompañado de complicaciones que implican riesgos futuros en la salud y calidad de vida tanto en la infancia como en la edad adulta. Una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la infancia, seguida de una exposición a alimentos ricos en calorías, grasas, sales, azúcares y pobres en micronutrientes, y la tendencia a la disminución de actividad física a medida que el niño va creciendo; es decir a un desbalance energético son las principales causas de la obesidad infantil. Esta guía ha sido elaborada como una herramienta de educación nutricional, está dirigida a padres de familia y a personas a cargo de la alimentación de niños y adolescentes con problemas de sobrepeso y obesidad con el fin de facilitar su tratamiento en esta área. El rol que cumplen los padres, especialmente su motivación para participar en el proceso de tratamiento dietético nutricional, influye de manera directa en los resultados que se obtendrán del mismo. Lo más importante es prevenir y tratar la obesidad infantil, la mejor manera de hacerlo es a través de la educación nutricional siempre asociada a la actividad física. La adquisición de hábitos alimentarios y estilos de vida saludables tanto en el niño como en su familia son indispensables para disminuir los riesgos de enfermedad cardiovascular, evitar complicaciones, mantener una buena salud y un peso saludable. 96 4.4 ¿Qué es una dieta equilibrada? Es aquella que aporta con la energía y nutrientes necesarios en cantidad y calidad, para cubrir los requerimientos nutricionales del niño que garanticen una buena salud, crecimiento y desarrollo. 4.4.1 ¿Qué debe contener una dieta equilibrada? Una dieta equilibrada debe incluir todos los grupos de alimentos de la pirámide alimenticia: cereales, frutas, verduras, aceites, lácteos, carnes y pescados; de una forma variada, suficiente y adecuada a la edad, sexo, peso y actividad de cada niño. Pirámide de Alimentación Sana Fuente: US Dept. of Agriculture, USDA 97 Cereales, tubérculos y derivados: constituyen la mayor parte de la pirámide alimenticia y aportan principalmente energía; son el combustible del cuerpo humano, por lo que se las debe incluir diariamente. Se debe preferir los cereales integrales ya que estos aportan fibra y vitaminas del grupo B. Verduras y Frutas: son ricas en vitaminas, minerales, fibra y agua. Ayudan al proceso digestivo, absorción de nutrientes y a su eliminación. Su consumo habitual previene enfermedades y deben estar presentes en la mayor parte de comidas a lo largo del día. Lácteos y derivados: son la principal fuente de calcio por lo que su consumo es fundamental para el crecimiento y desarrollo de la estructura ósea y para la salud de los dientes. 98 Los lácteos y sus derivados son alimentos muy completos, aportan proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Se recomienda el consumo de lácteos desnatados por su bajo aporte en grasa. Carnes, pescados, huevos y leguminosas: proporcionan principalmente proteínas de alto valor nutritivo, esenciales para la formación y crecimiento de los tejidos. Aportan también con hierro y zinc. Se debe preferir las carnes magras. Grasas: tienen una función energética y formadora. Su aporte es fundamental para la reserva de energía y para el transporte de vitaminas liposolubles, entre otras. Se debe elegir las grasas de origen vegetal por su alto aporte de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas. No se debe abusar de su consumo. Los frutos secos, aguacate, semillas, se pueden incluir en este grupo. Azúcares: debido a su riqueza en calorías vacías se las debe consumir en muy poca cantidad, su función es aportar energía pero muy pocas vitaminas y minerales. Junto con el grupo de azúcares se incluyen los productos de bollería, dulces, embutidos, colas, snacks; ya que al ser alimentos ricos en grasas y azúcares se los debe consumir ocasionalmente. 99 4.5 Plan de alimentación saludable Plan de alimentación de 2 a 5 años 100 Plan de alimentación de 6 a 9 años Plan de alimentación de 10 a 18 años 101 4.6 Hábitos alimentarios y recomendaciones saludables para el control de peso Importancia del desayuno Desayunar bien es recomendable a cualquier edad y principalmente durante la infancia y adolescencia porque mejoran la atención, concentración y ayudan a mantener un peso adecuado. Ayuda a mantener un buen nivel de sustratos energéticos hasta la hora del receso escolar, asegurando un buen funcionamiento cognitivo y rendimiento en sus actividades diarias. ¿Qué debe contener un desayuno completo? Un desayuno debe estar compuesto por un lácteo, una fruta o zumo de fruta fresca y cereales. Un desayuno completo disminuye el riesgo del consumo de bollería, comida chatarra o de una sobreingesta. Ayuda a mantener el equilibrio nutricional de la dieta diaria. Lácteo Fruta Cereales Yogur ½ Leche descremada naranja natural Cereales para desayuno Queso 1 manzana pequeña Galletas 2 mandarinas Granola 1 kiwi Avena 1 pera Tostadas vaso de 1 taza papaya 102 jugo de Pan Ejemplos de desayunos completos Ejemplo 1 1 taza de papaya picada 240 ml de yogurt de fresa desnatado y edulcorado 20 gr de pan con jamón de pavo Ejemplo 2 1 kiwi ¾ taza de cereales integrales de desayuno 1 vaso de leche desnatada Ejemplo 3 ½ vaso de zumo de naranja natural sin azúcar 1/3 taza de granola Yogurt natural o de sabor desnatado Ejemplo 4 1 vaso de batido de leche desnatada con melón (edulcorante) Sánduche de queso bajo en grasa Ejemplo 5 1 rodaja de sandía 1 vaso de leche desnatada con 2 cucharaditas de cacao en polvo 4 galletas María 103 Recuerda El lácteo debe ser descremado, los cereales preferiblemente integrales y bajos en azúcar y la fruta o zumos deben ser naturales y sin azúcar añadida. El desayuno es indispensable para cortar el largo ayuno de energía y nutrientes producido durante las horas de sueño. Dar el tiempo necesario para la preparación y consumo del desayuno sin omitirlo es muy importante. 104 4.7 Cinco comidas al día para mantener buena energía Una alimentación saludable está compuesta de 5 comidas repartidas a lo largo del día. Es importante mantener horarios fijos de comidas, adecuados a las actividades de los niños con el fin de evitar picoteos, ansiedad y que lleguen con más hambre a las comidas principales. Los días festivos, vacaciones o fines de semana se pueden realizar 4 comidas al día. Desayuno Media Almuerzo Media tarde Merienda mañana 1 lácteo Fruta + cereal un 1 fruta o verdura 1 ración cereales de Cereal + lácteo plato de Lácteo + cereal un o carne, pollo, Cereal + fruta pescado, huevo plato de verdura carne, pollo, pescado, o huevo leguminosa leguminosa cereal cereal fruta o lácteo fruta o lácteo 105 o Ejemplo de las 5 comidas Desayuno Horario de comidas Ejemplo de Menú 7:00 1 naranja 1 vaso de yogur de sabor desnatado ¾ taza de cereales para desayuno ½ 10:00 mañana Sánduche de jamón de pavo con tomate 1 manzana Agua Almuerzo 13:00 1 plato de ensalada tomate con pepinillo Un trozo pollo al jugo con champiñones 2 tortillas de papa 1 taza de frutillas ½ tarde 16:00 Un yogur natural desnatado 1/3 taza granola Merienda 19:00 1 plato de verduras salteadas Un trozo de carne a la plancha Arroz Fruta o lácteo Recuerda Se debe planificar junto con los niños los menús semanales, sobre todo las colaciones escolares, para ir creando conciencia sobre la importancia de la elección de alimentos saludables. Si el niño recibe alimentación en la escuela o colegio, se deben cumplir las pautas alimentarias saludables en casa. Se debe cumplir horarios fijos de comidas y no se debe omitir ninguna comida. 106 4.8 Incremento del consumo de frutas y verduras 5 al día El consumo de 5 porciones al día entre frutas y verduras resulta en la reducción de enfermedades crónicas y contribuye a la reducción de algunos tipos de cáncer La mayoría de frutas y verduras son naturalmente bajas en grasa, sodio y calorías. Se debe preferir la fruta al natural en vez de zumo, de esta manera se aprovecha su fibra natural. Lo ideal es consumir 2 platos de verduras y 3 frutas de diferentes colores todos los días, cada color aporta un componente y una función saludable específico. Vitamina C: kiwi, naranja, limón, melón, frutilla, pepino dulce; brócoli, pimentón, col, coliflor. Favorece la absorción de hierro , fortalece sistema inmunológico. Vitamina A: Caqui, damasco, níspero, papaya, zanahoria, acelga. Esencial para el crecimiento normal para la salud piel, ojos, dientes, encías y cabello. Vitamina E: Durazno, cerezas, damasco, ciruela. Aguacate, espárragos, espinacas, acelgas, brócoli. Actúa como antioxidante contra los radicales libres. Vitamina B1 (tiamina): naranja, uva, pepino, chirimoya, piña, sandía, espinaca, zapallo, zanahoria, espárrago, betarraga, brócoli, tomate, lechuga. Mejora el apetito , buen funcionamiento del sistema nervioso. Vitamina B2 (riboflavina): Remolacha, champiñones, lechuga, espárrago. 107 Piel sana, liberación de energía de los alimentos para el normal funcionamiento del organismo. Vitamina B3 (niacina): Durazno, cerezas, kiwi, chirimoya, pepino dulce, vainita, champiñones, espárragos, alcachofas, arveja, tomate. Ayuda a aprovechar la energía de los alimentos. Vitamina B6: plátano, aguacate, zanahoria, coliflor, espinaca, pimentón. Ayuda a la formación de proteínas y de los glóbulos rojos; favorece funcionamiento del sistema nervioso. Ácido fólico: mora, naranja, frambuesa, kiwi, espinaca, espinaca, achicoria, espárragos, alcachofa, brócoli, vainita. Contribuye al crecimiento normal del feto, ayuda a funciones del tracto intestinal, previene algunos tipos de anemia. Potasio: plátano, naranjas, kiwi, damasco, melón, aguacate, remolacha, espinaca, acelga. Ayuda a regular el balance de agua del organismo y a mantener la presión sanguínea normal. Magnesio: kiwi, plátano, choclo, habas, frutos secos y hortalizas verdes. Participa en la actividad neuromuscular y en el metabolismo de los carbohidratos, gran parte forma parte de los huesos. 108 ¿Cómo incentivar el consumo de frutas y verduras en la alimentación diaria del niño? Mantener un recipiente de frutas variadas y coloridas en la cocina para incentivar su consumo. Se debe incluir las frutas y verduras diariamente en diferentes tipos de preparación y de cocción. Incluir la fruta en el desayuno, como postre y en la lonchera escolar. Incluir verduras como tomate, lechuga y pepino en sánduches para el desayuno y refrigerios. Incluir frutas en mezclas con yogur bajo en grasa o cereales integrales. Incluir frutas variadas durante el día y preferir las de temporada por su bajo costo. Comenzar cada día con una fruta natural o jugo de fruta sin azúcar. Aumentar el tamaño de la porción de verduras de lo que se come habitualmente. Siempre agregar una porción de diferentes verduras a las comidas habituales Al sentir hambre, consumir una fruta o verdura. Cada semana incluir una nueva fruta o verdura. Planificar algunas comidas con un plato principal de verduras. Si se come fuera de casa incluir siempre un plato de ensalada y reemplazarlo por guarniciones fritas o ricas en grasa como las papas fritas. Recuerda No se debe abusar del consumo de frutas, a pesar de ser saludables aportan con azúcares simples. No elegir frutas enlatadas, confitadas o en almíbar ya que contienen grandes cantidades de azúcares añadidos. 109 Si se consume frutos secos tomar en cuenta que la porción es un puñado, ya que son ricos en calorías. Aderezar la ensalada con poca sal, 1 cucharita de aceite de semillas y limón. No se recomienda el uso de aderezos comerciales y mayonesa. Consumir cinco porciones diarias entre frutas y verduras. 4.9 Una vida activa cambiará tu vida La realización de actividad física adecuada implica la reducción de conductas sedentarias, facilita el mantenimiento del peso en los niños y disminuye el riesgo de enfermedades. Mantener una vida activa con ejercicio físico resulta en beneficios metabólicos y psicológicos a través de la pérdida de peso por incremento de gasto energético y disminución de la ingesta. Aumentar la actividad física en la vida cotidiana reduce conductas sedentarias, el niño reduce el tiempo dedicado a la televisión, computador y videojuegos. Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deben invertir como mínimo 60 minutos diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. La actividad física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la salud. La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que refuercen, en particular, los músculos y huesos. 110 Pirámide de la Actividad física Beneficios de la actividad física Ayuda al desarrollo de un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) cardiovascular (corazón y pulmones) sanos. Permite aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los movimientos). Ayuda a mantener un peso corporal saludable. Efecto positivo en la distribución y reducción de grasa corporal Aumenta la elasticidad y agilidad Aumenta la autoestima Control de apetito, ansiedad y depresión. Aporta beneficios cardiovasculares, psicológicos y además estimula la función cognitiva y la concentración. Contribuye al desarrollo social de los jóvenes, fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración. 111 Facilita otros comportamientos saludables en la adolescencia; los jóvenes tienden a evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas. Recomendaciones de Actividad Física El niño no debe estar sentado mucho tiempo Debe subir las escaleras Llevarle caminando al colegio o bien que camine algún tramo Enseñarle a usar el transporte público Disminuir al máximo el transporte motorizado Iniciar con ejercicios de baja intensidad para paulatinamente ir incrementando el tiempo y la intensidad de la actividad. Máximo tiempo de televisión, ordenador, videojuegos, etc.: 2 h/día Todos los días después del colegio algún tiempo de actividad física Programa actividades al aire libre para el fin de semana: bicicleta y caminar Programa actividad física extra 3-4 veces por semana Reforzar la actividad física mediante la compañía de la familia Recuerda Se debe educar a los niños en una vida activa en la que se practiquen habitualmente una serie de movimientos cotidianos como andar, pasear, subir escaleras, participar en tareas del hogar, disminuir el uso del transporte público y el ascensor. Los niños deben acostumbrarse a incorporar el ejercicio a las actividades de ocio, a programar actividades para el fin de semana, y evitar el sedentarismo. Las horas de televisión y videojuegos deben limitarse a máximo 2 horas al día. 112 Ver televisión favorece el picoteo y la elección de alimentos poco nutritivos debido a los mensajes que emiten los anuncios publicitarios 4.10 Agua la bebida por excelencia: Hidratate El agua es la bebida por excelencia y la que deben consumir los niños tanto en las comidas como fuera de ellas como una estrategia de hábito de vida saludable, que ayudará a prevenir el sobrepeso y a mantener un peso saludable. El consumo de bebidas azucaradas o carbonatadas está directamente relacionado con el aumento de peso y obesidad en niños y adolescentes, por lo que es indispensable limitar su consumo. El agua es el único líquido indispensable para el cuerpo humano, ayuda a los órganos y tejidos a realizar sus funciones con normalidad. Cumple funciones de disolución, de transporte, estructurales, regulación de la temperatura y lubricantes. Se debe consumir entre 6-8 vasos al día de agua aunque el niño no tenga sed. La sed es un indicador de deshidratación. 113 ¿Cómo incentivar el consumo de agua en los niños? Tener siempre una jarra de agua sobre la mesa del comedor. Acompañar todas las comidas con agua y no con colas o jugos artificiales. Incluir una botella de agua en la lonchera escolar de los niños. Limitar el consumo de bebidas azucaradas a una al día, si no se las consume será más beneficioso. Recuerda Las bebidas refrescantes como colas o jugos artificiales hay que tratar de eliminarlas de la dieta del niño porque son muy calóricas y tienen un exceso de azúcares añadidos. No se debe abusar del consumo de fruta natural porque igual aporta azúcares simples. No incluir bebidas refrescantes en la lista de compras; si el niño tiene a la vista estas bebidas se incentiva su consumo. 114 Fuera de casa preferir bebidas light pero no abusar de su consumo; contienen colorantes , gas y saborizantes artificiales. 4.11 Tamaño de las porciones y densidad energética La respuesta al aumento del tamaño de las porciones en casa, en la escuela, restaurantes y supermercados; es una conducta aprendida por el niño, que desplaza la atención de las señales internas de hambre y saciedad hacia las señales de comida en el medio ambiente. El tamaño de las porciones y su densidad energética trabajan juntas para influir en la ingesta de energía y en la saciedad. Para el control de peso en los niños es importante reducir la densidad energética y consumir la porción adecuada según la edad. Se debe omitir la elección de porciones agrandadas en establecimientos de comida y supermercados. Incentiva a un consumo calórico innecesario. ¿Cómo disminuir la densidad energética de las preparaciones? Reemplazar ingredientes muy calóricos por ingredientes saludables. Elaborar salsas caseras, como salsa de yogur natural con especias para añadir a las ensaladas y sánduches reemplazando la mayonesa. Incluir preparaciones al horno, al vapor, a la plancha, estofado y evitar las frituras y rebosados. Incluir verduras y hortaliza en la mitad del plato, por la saciedad que brindan y su bajo aporte calórico. 115 El uso de frutas y verduras ayuda a la creación de platos saludables, reemplazando ingredientes altamente calóricos y dando una mayor saciedad, debido a su gran contenido en fibra y agua Sacar la grasa visible de las carnes antes de cocinarlas. Sustituir ingredientes calóricos por aquellos bajos en calorías: Sustituir leche entera por leche desnatada Sustituir la nata o crema de leche por yogurt desnatado Sustituir el queso por queso fresco o bajo en grasa Sustituir la mayonesa o margarina por una versión "light" Sustituir un huevo entero por una clara de huevo Sustituir salchichas de cerdo por las del pollo o pavo. Sustituir la carne picada habitual por la carne más tierna seleccionada y picada individualmente (de pollo, ternera). Sustituir embutidos grasos por las clases más magros (jamón, de pollo, pavo). Ejemplos de salsas bajas en calorías Salsa de tomate y champiñones Cocer un tomate y un poco de cebolla picada a fuego lento. Añadir champiñones cortadas en láminas finas. Añadir sal, pimienta y orégano a gusto. Salsa de yogurt 116 Mezclar una cucharada sopera de yogurt natural desnatado con un poco de mostaza, sal, pimienta y una rodaja de limón. Se puede perfumar con cebolleta, finas hierbas, alcaparras picadas, curry, etc. Vinagreta de régimen Mezclar bien una cucharadita de aceite de oliva, de mostaza, zumo de limón, vinagre, sal y pimienta. Salsa americana modificada Mezclar un tomate, un puerro, una cebolla, zumo de limón, dos dientes de ajo, una cucharadita de aceite de oliva, una cucharadita de pan rallado, sal y pimienta. Salsa de verduras Mezclar una cucharadita de aceite de oliva, una de vinagre, un pimiento rojo, uno de verde, un puerro, una cebolla y un ajo picado. Añadir sal, pimiento u otras especies a gusto. Recuerda Se debe ayudar a los niños a reconocer las señales de hambre y saciedad y contar con estas señales al inicio y al final de cada comida. Los niños no deben ser obligados a limpiar sus platos, ni se deben dar premios o recompensas por ello. No se debe someter a los niños a dietas hipocalóricas ya que afectaría su crecimiento y desarrollo óptimo. 117 4.12 Aumenta el consumo de fibra en tus niños El consumo de fibra dietética es eficaz para el control del peso corporal y el tratamiento de la obesidad. La fibra dietética participa en el metabolismo energético y en la disminución del peso corporal. Su consumo no afecta los niveles de vitaminas y minerales en niños con una alimentación adecuada y aporta con beneficios importantes para su salud. La principal fuente de fibra dietética se encuentra en los cereales integrales, frutas y verduras. Los niños deben consumir 0,5 gr de fibra por kg de peso. Beneficios del consumo fibra Su elevada capacidad para retener agua junto con su bajo poder energético, contribuyen a disminuir la densidad calórica de la dieta. Se necesita una mayor masticación y , por tanto, un mayor tiempo para la ingestión de los alimentos por lo que aumentan la sensación de saciedad. Reduce la velocidad del vaciamiento gástrico, disminuyendo como consecuencia el hambre. Disminuye la absorción de ácidos grasos y colesterol. La dieta rica en fibra es más voluminosa. Mejora y previene el estreñimiento. Recuerda: Un bajo consumo de fibra dietética se asocia con obesidad y otras enfermedades crónicas y algunos tipos de cáncer. Las frutas, verduras y cereales integrales aportan con fibra a la dieta. 118 Si el niño no está acostumbrado al consumo de fibra se debe incrementar su consumo poco a poco. 4.2 Resumen La prevención y tratamiento de la obesidad infantil se logra a través de cambios en el estilo de vida. La adquisición de hábitos saludables (alimentación equilibrada y actividad física) desde la infancia, previene comorbilidades que acompañan al sobrepeso y evita la formación de adultos obesos en el futuro. 1. Desayunar diariamente brinda la energía necesaria para iniciar bien el día y mantener un peso saludable. 2. Cinco comidas al día con horarios estables permiten controlar el apetito y ayuda a la elección de alimentos saludables. 3. El consumo de 5 porciones de frutas y verduras al día aporta las vitaminas, minerales y fibra indispensables para una buena salud. 4. La actividad física ayuda a controlar el apetito, mejora el estado de ánimo, mejora la agilidad corporal disminuye las conductas sedentarias. 5. El consumo de agua pura permite el funcionamiento adecuado de órganos y tejidos y permite mantener una hidratación adecuada. 6. La disminución de la densidad energética es punto clave para el control del sobrepeso y la obesidad infantil. LOS NIÑOS IMITAN EL COMPORTAMIENTO DE LOS ADULTOS, EMPIEZA POR TI MISMO Y VERAS REFLEJADO HABITOS SALUDABLES DE VIDA EN TU NIÑO, AYUDALO A EVITAR QUE SEA UN ADULTO OBESO. 119 7. CONCLUSIONES Se elaboró una guía educativa para el tratamiento de obesidad infantil, la cual es una herramienta útil de educación nutricional que facilita a los padres y personas a cargo de la alimentación de los niños su actuación en el tratamiento dietético nutricional a través de la asesoría de los profesionales de salud, ya que esta contiene las pautas dietéticas principales que deberían formar parte del nuevo estilo de vida de los niños y sus familias. La obesidad infantil presenta etiología multifactorial; la interacción entre factores genéticos, neuroendocrinos, ambientales o exógenos, familiares y socioculturales tienen relación directa con la obesidad; pero las causas principales son los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo. El diagnóstico de sobrepeso y obesidad se realiza mediante el uso de curvas y tablas de crecimiento según la edad y sexo del niño. Para el diagnóstico de sobrepeso, el IMC se encuentra entre el percentil 85-95; mientras que para el diagnóstico de obesidad el IMC se sitúa en percentil 95 o sobre éste. La evaluación y diagnóstico de la obesidad infantil incluye una historia clínica y exploración física completas y valoración bioquímica con el fin de detectar comorbilidades asociadas, que puedan ser tratadas a tiempo. El tratamiento de la obesidad infantil tiene como objetivos principales evitar que el niño en el futuro sea un adulto obeso y evitar la aparición de comorbilidades, a través de intervención dietética, la cual debe ir unida a un cambio en el estilo de vida, que incluya ejercicio físico, tratamiento conductual y abordaje familiar. 120 8. BIBLIOGRAFÍA REFERENCIAS DE INTERNET CDC. Fruits and vegetables to help manage your weight.. [en línea], Disponible: < www.cdc.gov/nccdphp/dnpahttp://www.cdc.gov/nccdphp/dnpa/nutrition/pdf/CDC_5-ADay.pdf> [Fecha de consulta: 8 agosto 2011] FAO. 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