1 1. INTRODUCCIÓN La obesidad es una enfermedad crónica y

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1. INTRODUCCIÓN
La obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, caracterizada por la acumulación
de un exceso de grasa en un grado que provoca alteraciones a la salud. Los cambios de
estilo de vida principalmente los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo son las
principales causas.
El incremento de la obesidad infantil va acompañado de complicaciones que implican
riesgos futuros en la salud y calidad de vida tanto en la infancia como en la edad adulta.
Esta se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y
discapacidad en la edad adulta. Además de estos riesgos futuros, los niños obesos
sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y presentan
marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos
psicológicos. Los problemas de peso se inician cada vez a edades más tempranas por lo
que las complicaciones de salud también lo hacen.
En países desarrollados el sobrepeso y la obesidad infantil es uno de los principales
problemas de salud pública a los que se tiene que enfrentar. En los países en desarrollo
la desnutrición infantil y las enfermedades infecciosas han sido una problemática de salud
durante muchos años; actualmente los gobiernos tienen que enfrentarse a una doble
carga, ya que a la vez están sufriendo el rápido aumento de obesidad y sobrepeso y por
ende aumento de los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles.
Durante la infancia es importante seguir normas dietéticas sencillas que ayuden a
prevenir y a tratar la obesidad. Una dieta equilibrada, suficiente y adecuada, acompañada
de actividad física son las pautas principales para el tratamiento; se debe tener
precaución con dietas hipocalóricas o desequilibradas que pueden poner en riesgo la
integridad, crecimiento y desarrollo del niño.
1
2. OBJETIVOS
2.1 Objetivo General

Elaborar una guía educativa para el manejo dietético nutricional de la obesidad
infantil.
2.2 Objetivos específicos

Identificar las principales causas y consecuencias de la obesidad infantil

Analizar el procedimiento para la evaluación y diagnóstico de la patología

Determinar las pautas dietético nutricionales más adecuadas para su tratamiento
2
3. JUSTIFICACIÓN
La prevalencia y desarrollo de obesidad infantil ha aumentado de forma alarmante en los
últimos años. La obesidad infantil es una enfermedad crónica que constituye un gran
riesgo para la salud de los infantes por lo que la OMS la ha calificado como la epidemia
del siglo XXI. Es uno de los problemas de salud actuales que afecta a niños de todo el
mundo sin importar su etnia, raza o clase social; en países desarrollados como en vías de
desarrollo; la OMS calcula que en el 2010 hubo aproximadamente 42 millones de niños
con sobrepeso en todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en
desarrollo.
El incremento de la obesidad infantil va acompañado de complicaciones cada vez más
evidentes que implican riesgos futuros en la salud y calidad de vida tanto en la infancia
como en la edad adulta. Esta se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte
prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos riesgos futuros, los niños
obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y
presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina
y efectos psicológicos. Los problemas de peso se inician cada vez a edades más
tempranas por lo que las complicaciones de salud también lo hacen.
Una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la infancia, seguida
de una exposición a alimentos ricos en calorías, grasas, sales, azúcares y pobres en
micronutrientes, y la tendencia a la disminución de actividad física a medida que el niño
va creciendo; es decir a un desbalance energético son las principales causas de la
obesidad infantil.
Debido a lo expuesto anteriormente, radica la importancia de tratar la obesidad infantil y
la única manera de hacerlo es a través del tratamiento dietético nutricional, por ello me he
planteado elaborar un material didáctico que pueda servir como una herramienta
educativa para padres y personas a cargo de la alimentación de los niños, ya que
3
cumplen un rol muy importante en los resultados del tratamiento a corto y largo plazo. La
adquisición de hábitos alimentarios saludables tanto en el niño como en su familia y la
actividad física habitual deben formar parte de su estilo de vida para disminuir los riesgos
de enfermedad cardiovascular y complicaciones, mantener una buena salud y mejorar la
calidad de vida.
4
4. ANTECEDENTES
En los últimos años el incremento de la obesidad infantil ha aumentado notablemente
tanto en países desarrollados como en los de vías de desarrollo. El aumento de la
prevalencia y severidad de la obesidad en niños aparece cada vez en edades más
tempranas y esto resulta en el aumento de comorbilidades.
La OMS indica que la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil ha aumentado a un
ritmo alarmante. Se calcula que en 2010 hubo 42 millones de niños con sobrepeso en
todo el mundo, de los que cerca de 35 millones viven en países en desarrollo.
A continuación se muestran algunas publicaciones que se han realizado, referentes
a obesidad infantil. Los cuales demuestran que la obesidad infantil es un tema de suma
importancia en la actualidad.
Una de las principales amenazas que actualmente afecta la salud de la población es la
obesidad en niños. Un tercio de los niños y adolescentes americanos tienen sobrepeso u
obesidad y está directamente relacionado con enfermedad cardiovascular (Stephen et al.,
2009)
La Revista de Pediatría de Atención primaria en su publicación “Experiencias de
tratamiento integral de la obesidad infantil en pediatría de Atención Primaria” en el año
2005, explica que la obesidad en niños y adolescentes es una de las enfermedades mas
frustrantes y difíciles de tratar ya que ésta conlleva complicaciones tanto médicas como
psicológicas.
El British Medical Journal en su publicación “Manejo de la obesidad infantil basado en la
evidencia” del año 2001, confirma que la obesidad persistente en la infancia se asocia
con un estilo de vida que favorece el desarrollo de otras enfermedades: enfermedades
cardiovasculares, DBT II, osteoartritis, cánceres de mama y digestivos, desórdenes de la
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piel, agravamiento de las enfermedades reumáticas, asma y otros problemas
respiratorios. También aumenta el riesgo de desarrollar hiperinsulinismo, hipertensión y
dislipidemias en la infancia.
La Asociación Española de Pediatría en al apartado “Obesidad Infantil” del año 2007,
definió a la obesidad como una
enfermedad
crónica, compleja y multifactorial,
determinada por la interacción de factores genéticos, biológicos, socioeconómicos,
conductuales y ambientales actuando a través de mediadores fisiológicos de ingesta y
gasto de energía. Ha identificado la participación de 600 genes, marcadores y regiones
cromosómicas asociados o ligados a fenotipos de obesidad.
La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte
prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos mayores riesgos
futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e
hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular,
resistencia a la insulina y efectos psicológicos (OMS 2003).
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5. METODOLOGÍA
Se realizó una revisión bibliográfica y la creación de una guía educativa, para las que se
tomó como fuentes de consulta revistas científicas y textos. En las bases de datos
consultadas se incluyeron Pubmed/MedLine y Pediatrics.
Las búsquedas fueron limitadas a niños de 0 a 18 años, se incluyeron revisiones
bibliográficas, guías de manejo y tratamiento de obesidad, metanálisis; publicados en los
últimos diez años en inglés y español.
7
6. DESARROLLO
CAPÍTULO 1
GENERALIDADES
1.1 Historia y Antropología de la Alimentación Infantil
Hasta finales del siglo XIX no existía información específica sobre pautas de alimentación
infantil ya que en aquel tiempo el niño era parte de un ámbito estrictamente familiar, fue a
finales de este siglo cuando empieza a adquirir importancia como individuo y sujeto de
una especialidad médica, la Pediatría (Tur, 2008: pág 11).
Antiguamente las diosas de la abundancia y de la fertilidad eran a las que se les
presentaba como aquellas preparadas para la lactancia; la cual era la forma habitual de
alimentación de los niños durante los 3 primeros años de vida.
Durante miles de años la lactancia materna fue el único alimento a disposición de los
niños, la aparición de formas alternativas se inició con la introducción a la agricultura y al
pastoreo.
En la edad media la lactancia materna era la forma habitual de alimentación infantil. El
destete ocurría durante el primer o tercer año especialmente en las clases bajas, cuando
la lactancia natural no era posible se acudía a la leche de mamíferos domésticos. Las
clases acomodadas delegaban el papel de la lactancia materna a las nodrizas, que eran
las encargadas de criar y cuidar a los hijos de nobles y reyes; pero también se las tomaba
en cuenta en los casos en los que la lactancia materna no era posible. En el antiguo
Egipto, la figura de la madre reflejaba consideración y se creía que la lactancia establecía
un fuerte vínculo materno-filial (Tur, 2008: pág 12). La lactancia se practicaba solo por
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los 6 primeros meses y después se continuaba con leche de vaca, se ha descubierto
utensillos de alimentación infantil complementaria.
En Roma era habitual ceder el amamantamiento a las nodrizas, especialmente en las
clases altas. Los médicos romanos establecieron las normas de la cría de los bebés y
estas se mantuvieron en Europa occidental hasta mediados del siglo XVIII; entre las
normas se recomendaba la lactancia materna hasta los 3 años.
En la edad moderna se seguía recomendando la lactancia materna, pero lo períodos se
acortaron a 12 meses. En esta etapa aumento el número de madres que se rehusaban a
amamantar, lo hacían mayormente las clases bajas; pues se empezó a creer que el
amamantamiento hacía que los pechos se caigan e incluso que retrasaba la fertilidad. En
esta época se inició la alimentación mixta, se empezó a dar pan remojado a partir de los
tres meses de edad. En el siglo XVI en Inglaterra la lactancia artificial ya fue incorporada
y en la mayor parte de Europa las mujeres confiaban en ésta. aunque en el siglo XVII se
recuperó el interés por la lactancia materna (Tur, 2008: pág 13).
Desde que con la revolución industrial se inició el progreso tecnológico a finales del siglo
XIX y las mujeres empezaron a incorporarse a las fábricas; la lactancia materna comenzó
a tener un desinterés progresivo y por ende el destete cada vez era más rápido. En esta
época se empezó a utilizar lactancia artificial no industrializada por lo que la mortalidad
infantil aumentó debido a la contaminación y malos hábitos de higiene.
En 1850 comenzó el desarrollo de la lactancia artificial a nivel industrial cuyo objetivo fue
encontrar un envase higiénico y un contenido libre de contaminación; el desarrollo de las
leches artificiales liberó a la mujer de su rol nutricional y la integro al mundo laboral
(González, 2009:pág 11). Este siglo se caracterizó por estribar en el control de los
impulsos naturales de los niños por parte de los adultos.
9
En siglo XX se empezó a introducir la alimentación complementaria, la introducción de
nuevos alimentos se hacía a partir de la salida de los dientes, es decir entre los 6 y 12
meses de vida. La revolución tecnológica de este siglo permitió la clarificación de las
recomendaciones nutricionales para los niños y el desarrollo de sustitutos de leche
natural. Se describió el beneficio del consumo de aceite de hígado de bacalao y su efecto
de prevención contra el raquitismo
(Tur, 2008: pág 13). La revolución tecnológica,
industrial, los avances científicos, los cambios sociales, económicos y estéticos
contribuyeron al abandono de la lactancia materna. En
los años 80 por motivo de
preocupación ante esta actitud, la FAO, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF
empezaron a promover el fomento a favor de la lactancia materna y la mantienen hasta la
actualidad.
En el siglo XXI se cuenta con aportaciones científicas y recomendaciones nutricionales
específicas para los niños. En la actualidad la disponibilidad de alimentos ha ido
aumentando rápidamente. Es posible acceder a cualquier tipo de alimento gracias al
desarrollo de la transportación y técnicas de conservación. El crecimiento y evolución de
la industria alimentaria, los cambios en los estilos de vida y la falta de tiempo, ha hecho
que los consumidores vayan cambiando a través del tiempo sus gustos y hábitos
alimentarios; especialmente el de los niños (Tur, 2008: pág 15).
Se puede encontrar diversidad de productos de fácil y rápido consumo, atractivos para la
vista y gusto de los infantes, el aumento del tamaño de las porciones, productos de
distintos colores, olores, sabores y texturas; pero la mayoría de ellos ricos en aditivos,
azúcares simples, grasas saturadas, grasas trans y colesterol; sustancias que
consumidas en exceso y unidas a otros factores como sedentarismo aumentan el
sobrepeso y obesidad en niños.
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1.2 Prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que, según sus cálculos, en el
mundo hay más de 1000 millones de personas con sobrepeso y que esta cifra aumentará
a 1500 millones en 2015 si se mantiene la tendencia actual.
El sobrepeso y la obesidad son el quinto factor principal de riesgo de defunción en el
mundo. Cada año fallecen por lo menos 2,8 millones de personas adultas como
consecuencia del sobrepeso o la obesidad. Además, el 44% de la carga de diabetes, el
23% de la carga de cardiopatías isquémicas y entre el 7% y el 41% de la carga de
algunos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad. La obesidad constituye un
factor de riesgo importante de las enfermedades cardiovasculares, que constituyen la
primera causa de muerte, con más de 17 millones de defunciones anuales.
La OMS calcula que en 2010, alrededor de 43 millones de niños menores de cinco años
de edad tenían sobrepeso en países desarrollados y en vías de desarrollo, en particular
en los entornos urbanos. En los países en desarrollo están viviendo cerca de 35 millones
de niños con sobrepeso, mientras que en los países desarrollados esa cifra es de 8
millones.
11
1.3 Prevalencia de sobrepeso y obesidad en el mundo
Gráfico Nº 1
Porcentaje de obesidad infantil en el mundo
Fuente: IASO
Se estima que en promedio existe un 10% de obesidad infantil en el mundo en niños de 5
a 17 años. La mayor parte de ellos se encuentran en el continente americano, seguido
del continente europeo (Ver Gráfico N. 2). La obesidad infantil se encuentra influenciada
no solo por el nivel de industrialización de un país, sino también por la velocidad de
desarrollo de la misma; es por esto que en la actualidad la prevalencia de obesidad
infantil tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo presentan porcentajes
de obesidad similares (Meléndez, 2008).
12
Gráfico Nº 2
Prevalencia de obesidad y sobrepeso en el mundo 2008
Fuente: James y Leach
1.3.1 Obesidad en América
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en los Estados Unidos ha aumentado
dramáticamente en niños, adolescentes y adultos (USDA, 2010). La prevalencia de
obesidad se ha duplicado y en algunos casos triplicado desde el año 1970 hasta el 2008
(Ver tabla Nº 1).
Tabla N° 1
Evolución de la Obesidad en América
A inicios de 1970 la prevalencia de
obesidad era de 5% en niños de 2 – 5
años, 4% en niños de 6 – 11 años y 6%
adolescentes de 12 a 18 años.
A finales de 1970 15% de los adultos
eran obesos.
A inicios de 1970 en ningún estado
Existía prevalencia de obesidad de más
de un 25%.
En el año 2007-2008, la prevalencia de
obesidad alcanzó el 10% en niños de 2-5
años, 20% en niños de 6-11años y el
18% en adolescentes de 12 a 18 años.
En el 2008, 34% de adultos presentaron
obesidad.
En el 2008, 32 estados presentaron
Prevalencia de obesidad mayor a 25%.
Fuente: USDA
13
1.3.2 Obesidad en España
En España según la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad), en los
últimos 20 años la obesidad en bebés ha crecido un 60%, debido especialmente a los
malos hábitos dietéticos de las mujeres en gestación. También influyen otros factores
como la edad gestacional del pequeño en el momento del parto y factores genéticos en
madres que padecen sobrepeso durante el embarazo.
El estudio ENKID evidenció una prevalencia de sobrepeso del 12.4 % y de obesidad del
13.9%. La prevalencia de obesidad en España es del 13,9% según el percentil 97 (p97)
de las tablas de Hernández et al. La prevalencia de sobrepeso y de obesidad (p85) es del
26,3% y la de sólo sobrepeso del 12,4%. La prevalencia de obesidad es mayor en
varones (15,6%) que en mujeres (12,0%) y también el sobrepeso (Ver Tabla Nº 2). Por
edades, la obesidad es superior en edades más jóvenes entre los 6 a 13 años.
Tabla Nº 2
Prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población infantil y juvenil española.
Estudio EnKid 1998-2000
.
Fuente: Estudio EnKid
14
1.3.3 Obesidad en Ecuador
En Ecuador, el 17% de los niños tiene sobrepeso u obesidad, según un estudio realizado
por el Ministerio de Salud en noviembre del 2004 en las ciudades de Guayaquil, Quito y
Cuenca; el 10% de ecuatorianos mayores de 20 años tiene obesidad y el 40% pre
obesidad.
La OMS estima que para el 2015 en el Ecuador exista un 58.3% de sobrepeso y un
21,7% de obesidad en las mujeres y un 46,5 y 8,9 % en los hombres
correspondientemente.
A partir del año 2.000 se realizaron en el país los primeros estudios de carácter nacional,
para establecer específicamente la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en escolares.
El estudio en escolares, del año 2001, se demostró que la prevalencia de exceso de peso
fue del 14%: 8% con sobrepeso y 6% con obesidad. El exceso de peso fue más común
en los niños de las escuelas privadas (20,6%) que en los de las escuelas públicas
(10,4%) y también fue más frecuente en las mujeres (15,4%) que en los varones (12,2%).
En dicho estudio con escolares, los problemas de malnutrición por exceso se acercaron
en magnitud a los de deficiencia nutricional: 16% en los niños de la muestra (Yépez et al.,
2006: pág 74).
En el año 2006 la SECIAN (Sociedad Ecuatoriana de Ciencias de la Alimentación y
Nutrición) realizó un nuevo estudio en escuelas fiscales y privadas de zonas urbanas de
seis ciudades de la Costa y seis de la Sierra, en el que se obtuvo que la prevalencia y
obesidad es de 21.2%, de los cuales 13.7% presenta sobrepeso y 7.5% obesidad (Ver
Tabla Nº3). Es menor en los varones que en las mujeres, afecta más a los hombres, se
da en mayor porcentaje en la Costa y escuelas y colegios particulares.
15
Tabla Nº 3
Estado Nutricional de los adolescentes ecuatorianos de 12 – 19 años, habitantes de
área urbana. Ecuador 2006.
Fuente: SECIAN., 2006
1.4 Definición de sobrepeso y obesidad infantil
La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial debido a una
interacción genética y ambiental. Si bien no son conocidos todos los factores influyentes
en la presentación de obesidad, podemos establecer que los factores ambientales y los
estilos de vida contribuyen a su aparición a partir de un sustrato de predisposición
genética previamente existente (Quiles et al. ,2008).
La obesidad es una enfermedad crónica, que se caracteriza por un exceso de grasa, que
a su vez se traduce en un aumento de peso. La obesidad es el trastorno metabólico más
frecuente de las sociedades desarrolladas (SEEDO).
La Asociación Española de Pediatría en al apartado “Obesidad Infantil” del año 2007,
definió a la obesidad infantil como una enfermedad crónica, compleja y multifactorial,
determinada por la interacción de factores genéticos, biológicos, socioeconómicos,
conductuales y ambientales actuando a través de mediadores fisiológicos de ingesta y
gasto de energía. Ha identificado la participación de 600 genes, marcadores y regiones
cromosómicas asociados o ligados a fenotipos de obesidad (Morea et al., 2007).
16
La determinación de obesidad infantil se realiza a través de la utilización de normogramas
para el Índice de Masa Corporal, los cuales toman en cuenta la edad y sexo del niño; se
mide en percentiles.
No existe un consenso acerca del punto de corte de exceso de grasa en sobrepeso u
obesidad en niños (Dehghan et al.,2005). El centro de control y prevención de la
enfermedad define como obesidad a aquellos niños que se encuentran en el percentil 95
o sobre éste en cuanto al IMC – edad; en riesgo de sobrepeso a los niños que están
entre el percentil 85 – 95 del IMC para la edad. Los investigadores europeos clasifican al
sobrepeso sobre el percentil 85 y a la obesidad sobre el percentil 95 respecto al IMC.
La obesidad en niños (Weiss et al.,2004) se puede dividir en obesidad moderada (IMC
puntaje z de 2-2.5, que corresponde del percentil 97 al 99.5), obesidad severa (IMC
puntaje z 2.5 que corresponde al percentil 99.5).
A continuación se presenta un resumen de la definición para sobrepeso y obesidad (Ver
Tabla Nº4) según IMC, de acuerdo a diversos estudios y autores.
Tabla Nº 4
Definición de sobrepeso y obesidad según IMC
Percentil
85-95
95-97
97-99.5
99.5
Estado Nutricional
Sobrepeso o riesgo de obesidad
Obesidad
Obesidad moderada
Obesidad severa
Fuente: Weiss et al., 2004.
17
1.5 Causas y consecuencias de obesidad infantil
1.5.1 Causas
La obesidad infantil presenta etiología multifactorial; la interacción entre factores
genéticos, neuroendócrinos, ambientales o exógenos, familiares y socioculturales tienen
relación directa con la obesidad en niños (Morgan et al., 2008). También puede
presentarse obesidad secundaria como resultado de acción de ciertos medicamentos.
Tabla Nº 5
Causas de Obesidad Infantil
Causas
Componentes
Hipotiroidismo e hipopituitarismo
Síndrome de Cushing
Factores Neuroendocrinos
Insulinoma
Lesiones hipotalámicas
Síndromes de Prader- Willi y Laurence-Moon
Biedl
Factores Genéticos
Acción sobre el metabolismo
Acción sobre la ingestión de alimentos
Factores Ambientales o Exógenos
Factores Dietéticos
Factores sociales, psicosociales y familiares
Sedentarismo
Disminución de las horas de sueño
Fuente: Morgan et al., 2008.
1.5.1.1 Factores Neuroendócrinos
Las anomalías neuroendocrinas provocan obesidad en menos del 1% de los casos, y
aquellas que tienen una mayor probabilidad (hipotiroidismo, síndrome de Cushing y
18
síndrome de ovario poliquístico pueden causar obesidad y en muy pocos casos provocan
obesidad mórbida (Morgan et al., 2008).
Menos del 5% de la obesidad infantil es causada por un desequilibrio hormonal, como el
hipotiroidismo o el Síndrome de Cushing.
Tabla Nº 6
Causas Neuroendocrinas de obesidad
Hipotiroidismo e hipopituitarismo
Pueden causar obesidad moderada, el
contribuyente principal al exceso de peso
es el líquido, no el tejido adiposo.
Síndrome de Cushing
Raramente causa obesidad, tiene una
distribución troncal.
Ovario poliquístico (Stein- Leventhal)
Puede causar una combinación de
obesidad hipotalámica y endocrina.
Insulinoma
Puede
predisponer
de
obesidad
generalizada.
Lesiones hipotalámicas
Se producen por resultados de tumores
malignos, traumatismos o infección.
Afectan el control del apetito, puede
producirse obesidad mórbida.
Síndromes de Prader- Willi y Laurence- Se asocian con obesidad en la niñez,
Moon Biedl
retraso mental y ausencia de desarrollo
sexual.
Fuente: Morgan S. y Weinsier R.
1.5.1.2 Factores Genéticos
La obesidad infantil demuestra claramente una tendencia familiar; el riesgo de obesidad
infantil aumenta según el padre, la madre o ambos presenten obesidad. Los niños de
padres obesos presentan un 50% de probabilidad de serlo en la adultez, mientras que los
hijos de padres con normopeso presentan apenas un 20% de este riesgo (Raj et al.,
2010).
Los estudios de familias obesas han suministrado datos muy importantes. Si un niño
cuenta con ambos padres obesos tiene 3 veces más riesgo de ser obeso que siendo hijo
de padres delgados. Cuando sólo es obeso uno de los padres, el niño tiene de un 40 a un
19
50% de probabilidades de serlo también. Cuando ambos padres lo son, el riesgo de
obesidad del hijo se eleva al 80% (Dally y Goméz., 1980).
Otra investigación puso de manifiesto la elevada correlación existente entre el sobrepeso
de los padres y el sobrepeso del hijo evaluado tanto en el momento del nacimiento como
a los cinco años de edad ( Locard et al., 1992)
La determinación genética parece producirse a través de dos vías distintas (Apfeldorfer.,
1991), una de ellas actuaría sobre el metabolismo, de modo que algunos niños desde el
nacimiento tienen un gasto energético inferior al promedio por lo que necesitarían menor
cantidad de alimentos. Otra vía ejercería su acción sobre la regulación de la ingestión
alimentaria, es decir, sobre la apetencia de alimentos, las sensaciones subjetivas del
hambre y saciedad, es decir la velocidad con la que la experimentan.
1.5.1.3 Factores ambientales o exógenos
La mayor parte de la obesidad infantil es debida a factores relacionados con los estilos de
vida que son el reflejo combinado de factores genéticos, hábitos aprendidos en la familia
y las potentes influencias ambientales mediadas por el colegio y el entorno social.; las
cuales influyen en 30-80% al desarrollo de la obesidad. La ganancia de peso y que es
definido como un balance energético positivo debido a una ingesta mayor que la
consumida (Morgan et al., 2008).
1.5.1.3.1 Factores dietéticos
La dieta y los malos hábitos dietéticos se encuentran entre las principales causas de la
obesidad. Entre los factores dietéticos que favorecen a la obesidad se incluye:
1. Omisión del desayuno
2. Consumo de Fast Food
20
3. Consumo de alimentos con Indice Glicémico Alto
4. Disminución del consumo de fibra dietética
5. Disminución de la ingesta de frutas, hortalizas y verduras
6. Incremento del consumo de grasas saturadas y trans
Omisión del desayuno
El tiempo transcurrido entre la cena y el desayuno de la mañana siguiente es el período
más largo de ayuno de energía y nutrientes. Extender el episodio de ayuno omitiendo el
desayuno puede resultar en cambios metabólicos que interfieren en aspectos del
funcionamiento cognitivo y el rendimiento escolar. No desayunar impide promover
energía (glucosa) y algunos nutrientes necesarios para la síntesis de neurotransmisores,
necesarios para el correcto funcionamiento del sistema nervioso central (Widenhorn et
al., 2008).
El ayuno prolongado de la noche, más la falta o la insuficiencia del desayuno, generan en
el organismo el llamado “estrés metabólico”. Éste consiste en una serie de mecanismos
homeostáticos que se desencadenan y trabajan para sostener la concentración normal de
glucosa en la sangre (Roncal., 2007).
Consumo de Fast Food
Varios factores dietéticos se relacionan con el aumento de peso y consumo de fast food.
Este tipo de alimentos incluyen el aumento del tamaño de las porciones, densidad
energética alta, palatabilidad (atribuido al alto contenido de azúcares, grasa
y sal),
contenido elevado de grasas saturadas y trans, alto índice glicémico y bajo contenido de
fibra.
Los consumidores de fast food consumen mayor cantidad de grasa, mayor cantidad de
carbohidratos simples, mayor cantidad azúcar añadida, menos cantidad de frutas y
vegetales y mayor consumo de bebidas azucaradas.
21
El consumo de fast food compromete directamente la calidad de la dieta de niños y
adolescentes, dificultando la elección de opciones saludables. Los niños que consumen
fast food hacen elecciones poco saludables en comparación de los niños q no lo
consumen (Ludwig et al., 2004).
Consumo de alimentos con Índice Glicémico Alto
El índice glicémico es una propiedad del contenido de carbohidratos en los alimentos, el
cual describe el incremento de glucosa en sangre después de una comida. Los alimentos
que son digeridos y absorbidos rápidamente, como los cereales refinados y las papas,
presentan un alto índice glicémico. Las respuestas psicológicas a la glucosa oral sugieren
un mecanismo que asocian el índice glicémico a la ganancia de peso. La administración
oral de alimentos de alto índice glicémico produce elevaciones rápidas de glucosa en
sangre, los cuales han sido estudiados en individuos en un período de hipoglicemia
reactiva con una subida modesta de los niveles de insulina. Esta situación resulta en
hambre y en el incremento del consumo de alimentos, provocando ciclos de hipoglicemia
e hiperfagia. La hiperinsulinemia relativa también puede provocar la acumulación de
grasa corporal (Field et al., 2003).
Disminución del consumo de fibra dietética
El sobrepeso y obesidad tienen relación con el bajo consumo de fibra. Una dieta baja en
fibra se ve reflejado en un consumo pobre en frutas, verduras y carbohidratos complejos;
lo cual lleva al consumo de una mayor cantidad de azúcares simples y grasas, causantes
del estreñimiento aumento de peso y riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En Estados Unidos en el estudio Nacional de Salud y Nutrición (NHANES III) y el Estudio
Continuando de la Ingesta Individual de Alimentos (CFS II-1995), si se compara la ingesta
de fibra real con las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría, se puede
observar que la ingesta de fibra es menor a partir de los 8 años (Redondo., 2000).
22
Disminución de la ingesta de frutas, hortalizas y verduras
El consumo de frutas y vegetales tiene varios beneficios para la salud, las dietas que
excluyen a éstos pueden prevenir el sobrepeso y la obesidad debido a que reemplazan el
consumo de alimentos calóricos. Los niños que no consumen las 5 porciones
recomendadas de frutas y verduras diarias tienden al consumo de comidas altamente
calóricas con alimentos de gran densidad energética (galletas, pasteles, dulces, helados)
y con disminución en el consumo de fibra, lo que conlleva al sobrepeso y obesidad (Field
et al.,2003).
Incremento del consumo de grasas saturadas y grasas trans
El exceso de peso aumenta el riesgo de morbilidad y mortalidad por cardiopatía
isquémica, la cual aumenta con la presencia de hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia.
El incremento del consumo de fast food, bollería y snacks incrementa el perfil lípidico y el
riesgo de cardiopatía isquémica.
El consumo elevado de grasas saturadas se ve reflejado sobre los niveles de colesterol
en sangre, más que el efecto que tiene el consumo de alimentos ricos en colesterol. Está
demostrado que las grasas saturadas son el componente dietético que más influye en los
niveles de colesterol total en sangre y de colesterol LDL, pero no todos los ácidos grasos
tienen la misma influencia en el incremento de colesterol. La principal fuente son los
alimentos de origen animal (Astrup et al., 2011).
El perfil dietético de la grasa tiene un impacto significante en la salud. Varios estudios han
demostrado que el consumo de grasas trans puede afectar adversamente los niveles de
LDL y HDL colesterol. Se ha demostrado que mientras se reemplazan carbohidratos con
grasas mono o poiinsaturadas, las fracciones del colesterol HDL y LDL totales,
disminuyen; pero cuando los carbohidratos son reemplazados por ácidos grasos trans, la
fracción total de colesterol HDL y LDL aumentan; el riesgo de enfermedad coronaria se
23
ha asociado con el consumo de grasas trans. Las grasas trans también se han asociado
con biomarcadores inflamatorios y diabetes (Eckel et al., 2007).
1.5.1.3.2 Factores sociales, psicosociales y familiares
El entorno y los riesgos de sobrepeso y obesidad están fuertemente relacionados. La
baja estimulación cognitiva en casa y el estatus socio económico influyen en la obesidad
infantil. Las elecciones en cuanto a comida por parte de los padres modifica
significativamente las preferencias alimentarias de los niños.
Los niños empiezan a adquirir hábitos y conductas alimentarias desde la infancia y partir
de la adolescencia se hacen más resistentes al cambio. Los hábitos dietéticos de la
familia pueden derivar en costumbres alimentarias incorrectas. El nivel sociocultural
también está relacionado a la obesidad, mientras menos nivel cultural y adquisición
económica mayor es el riesgo de obesidad (González., 2009:pg 16).
En cuanto al aspecto psicosocial hay niños que comen porque tienen problemas
o
comen para poder compensar sus emociones (estrés, aburrimiento, ansiedad). Estas
pueden ser conductas practicadas también por parte de los padres (González., 2009: pág
17).
1.5.1.3.3 Sedentarismo
La disminución de la actividad física o sedentarismo tiende a disminuir la tasa del
metabolismo basal, la misma que se define como la fracción del gasto energético
utilizada para mantener las funciones vitales de una persona en reposo físico y mental,
tras 13 horas de ayuno y en condiciones de neutralidad térmica (Escobar et al., 2010).
El consumo de la tecnología ha sido identificado
en la contribución de la obesidad
infantil, no solo por promover una conducta sedentaria, sino también por el incremento de
la densidad energética
al comer frente al televisor y la influencia de la publicidad en la
elección del tipo de alimento.
24
La falta de tiempo o la comodidad por parte de los padres o encargados del cuidado de
los niños promueven que el niño pase frente al televisor muchas horas al día en vez de
incentivarlo a la actividad física. Los niños sedentarios ganan más peso que los que no lo
son debido al gasto energético. Las últimas encuestas revelan que en España los
menores de ochos años pasan una media diaria de dos horas frente al televisor y los
mayores de ocho años alrededor de cuatro horas y media, considerando el ordenador y
los videojuegos (Lowry et al., 2002).
Ver televisión puede promover al desarrollo de la obesidad, ya sea por el desplazamiento
de la actividad física que ayuda a gastar la energía o por el aumento de la ingesta
provocada por los mensajes publicitarios. Ver televisión representa un recurso sencillo de
inactividad física, se relaciona inversamente a medidas de aptitud y participación en la
actividad física. Estudios han demostrado la relación entre aumento de horas de
televisión con aumento de la adiposidad corporal.
1.5.1.3.4 Disminución de las horas de sueño
La obesidad predispone a mayor riesgo de diabetes tipo 2, estudios recientes indican que
períodos cortos de sueño incrementan el riesgo de diabetes independientemente de los
cambios en el IMC. La restricción de las horas de sueño pude afectar el balance
energético y resultar en ganancia de peso debido a un aumento del apetito, más tiempo
para comer y menos para el gasto energético.
Los estudios sugieren que la disminución de las horas de sueño pueden incrementar el
riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 por múltiples vías, incluyendo el efecto adverso en
parámetros de la regulación de glucosa la cual implica resistencia a la insulina, una
desregularización del control neuroendócrino del apetito unido a un consumo excesivo de
alimentos y una disminución del gasto energético (Knutson et al., 2007).
25
1.6 Consecuencias
Las repercusiones de la obesidad en la edad infantil son diversas y todas interfieren en su
desarrollo y crecimiento normal, implican consecuencias futuras en su estado de salud y
en su calidad de vida.
El aumento de la prevalencia y severidad de la obesidad en niños ha resultado en el
aumento de comorbilidades, las cuales incluyen presión sanguínea elevada, desarrollo
temprano de ateroesclerosis, diabetes mellitus tipo 2, hígado graso, ovario poliquístico y
problemas respiratorios al dormir (Stephen et al., 2009). Estas complicaciones pueden
ocurrir a corto o largo plazo; antes la aparición de diabetes mellitus 2 aparecía en la
adultez, actualmente se ha visto que ésta aparece en la niñez y adolescencia. Esto ha
consternado en como la epidemia de la obesidad puede acortar la probabilidad de vida
de numerosos niños.
La pérdida de la salud en los niños obesos también se asocia a la disminución en la
calidad de vida ya que existe menor satisfacción corporal. Esto va acompañado de
problemas psicológicos y de autoestima.
En la adolescencia el sobrepeso y la obesidad implican complicaciones hormonales,
causadas por el incremento de adiposidad corporal (Ver Gráfico Nº3)
26
Gráfico Nº 3
Consecuencias de la obesidad en la adolescencia
Fuente: Burt et al.,2011
27
1.7 Patologías asociadas a obesidad infantil
Las principales patologías que se asocian con obesidad son los trastornos metabólicos y
las
complicaciones
que
los
acompañan
como
hiperinsulinemia,
dislipidemia,
atereosclerosis, hipertensión.
1.7.1 Síndrome Metabólico
El síndrome metabólico se define en general como el conjunto de anormalidades
metabólicas entre las que se incluyen la resistencia a la insulina, hiperinsulinemia,
intolerancia a la glucosa, dislipidemia e hipertensión; las cuales significan riesgos para el
desarrollo de diabetes tipo 2, atereosclerosis y enfermedad cardiovascular. El síndrome
metabólico afecta al 30% de niños y jóvenes obesos americanos (IMC > percentil 95). La
obesidad abdominal medida a través de la circunferencia de la cintura es un predictor
individual de síndrome metabólico (Lee et al., 2008).
No existe una definición estandarizada para síndrome metabólico infantil por lo que a
través del estudio que se describirá a continuación se describieron 4 criterios de autores
diferentes y se definió al síndrome metabólico pediátrico a aquel en el que el sujeto
presenta 3 o más de los criterios descritos en la tabla Nº 7. Similar a la definición de
síndrome Metabólico en adultos según la ATP III.
28
Tabla N º 7
Componentes del síndrome metabólico en niños
Fuente: Lee et al., 2008.
En un estudio realizado en 251 niños y adolescentes con y sin sobrepeso (122 africanos
americanos 129 caucásicos) en el que se aplicó y comparo 4 diferentes criterios
pediátricos para definir síndrome metabólico demostraron a través de sus resultados que
(Lee et al., 2008):
1. La obesidad es la fuerza que conduce al síndrome metabólico; la prevalencia de
síndrome metabólico es substancialmente menor en niños y jóvenes sin
sobrepeso (1-3%) comparados con los niños y jóvenes con sobrepeso (24-51%).
2. Los niños y jóvenes con síndrome metabólico se caracterizan por un incremento
de la circunferencia de la cintura, de adiposidad visceral, de la presión sanguínea,
de
la
resistencia
a
la
insulina,
hiperinsulinemia,
hipoadipoanictidemia
independiente de la raza.
3. En lon niños y jóvenes caucásicos la IL-6 y los biomarcadores endoteliales (ICAM
y E-selectina) se encuentran elevados con el síndrome metabólico.
4. La insulina en ayunas y la adinopectina pueden ser utilizadas como marcadores
de síndrome metabólico
29
La presencia de síndrome metabólico en los padres del niño, o en uno de ellos, aumenta
significativamente las probabilidades de que el niño adquiera obesidad abdominal durante
su infancia, de tener los triglicéridos altos y de cumplir con criterios pediátricos para
presentar síndrome metabólico.
La prevalencia de síndrome metabólico es mayor en niños obesidad severa pero el riesgo
también se manifiesta en obesidad moderada. Los niños que se encuentran en
percentiles mayores a 90 para la edad y sexo presentan mayor prevalencia de
anormalidades
bioquímicas
asociadas
a
síndrome
metabólico
y
tienen
altas
probabilidades de presentar un IMC de 35 en la adultez.
1.7.2 Alteraciones Metabólicas
La obesidad está directamente ligada a alteraciones metabólicas entre las que se
encuentran la hiperglicemia, la intolerancia a la glucosa, la resistencia a la insulina, la
diabetes, la hipercolesterolemia, la hipertrigliceridemia y la hiperuricemia.
Las manifestaciones clínicas tempranas relacionadas con obesidad infantil, atribuyen que
ésta es la principal conductora de la Resistencia a la insulina en la que se ve implicado el
metabolismo de glucosa y el hígado graso no alcohólico.
La resistencia a la insulina y la hiperinsulinemia son complicaciones comunes en la
obesidad infantil. Las alteraciones tempranas en el metabolismo de la glucosa pueden
desencadenar diabetes tipo 2 en niños. Se presenta un proceso aterogénico en el que
las manifestaciones clínicas de enfermedad cardiovascular no aparecen durante la edad
pediátrica.
La problemática del diagnóstico y la asistencia, radica en que la tolerancia a la glucosa
(prediabetes) y la patología de hígado graso no alcohólico están ambos condicionados
30
sin manifestaciones clínicas y su diagnóstico depende únicamente de la elección correcta
de screening y de pruebas diagnósticas.
La dislipidemia se relaciona con la resistencia a la insulina, ésta se caracteriza por la
disminución de la fracción HDL colesterol y el aumento de las concentraciones de
triglicéridos; lo cual aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular. El HDL bajo y la y
la hipertrigliceridemia son las las anormalidades metabólicas más prevalentes en
obesidad infantil.
Los niños con resistencia severa a la insulina se caracterizan por incrementar la
deposición de lípidos en las visceras y en los compartimentos intramiocelulares. El
aumento de deposición de los lípidos intramiocelulares ocurre en la obesidad infantil y se
asocia directamente con sensibilidad periférica a la insulina (Weiss et al., 2008).
La adiposidad visceral incrementada se ha relacionado con un perfil aterogénico en la
niñez. La grasa visceral está relacionada con la resistencia a la secreción de insulina y
con menor respuesta secretoria. Los niveles de adiponectina (hormona sintetizada por el
tejido adiposo y que participa en el metabolismo de glucosa y ácidos grasos) se
encuentran disminuidos en niños obesos con incremento de deposición de grasa.
En niños nacidos antes de la edad gestacional se ha visto riesgo independiente de
resistencia a la insulina y síndrome metabólico en la adultez. Los recién nacidos
pequeños debido al período de edad gestacional pasan por una etapa de limitación
nutricional y/o de estrés durante el período intrauterino. El período limitado de exposición
de recursos energéticos va seguido de un período postnatal de alcance de crecimiento,
resultado de un suministro limitado de calorías. El crecimiento intrauterino y postnatal son
posiblemente los patrones que causan la programación de genes específicos en varios
31
tejidos que promueven el almacenamiento eficiente de energía, el cual en el contexto de
energía sobrealmacenada puede desencadenar el desarrollo temprano de resistencia a la
insulina. No todos los niños pretermino desarrollan esta resistencia, depende de una
interacción compleja con genética específica, susceptibilidad y varios factores
ambientales (Weiss et al., 2004).
En niños con mayores grados de obesidad, niños con sobrepeso u obesidad que la
aumentan rápidamente; acompañados de una tolerancia a la glucosa alterada deriva en
diabetes tipo 2.
La mayoría de niños con prevalencia de intolerancia a la glucosa (IGT) y con diabetes
tipo 2 silenciosa, presentan niveles normales de glucosa en ayunas. Esto se debe a que
éstos han marcado la resistencia periférica a la insulina, que se encuentra principalmente
a nivel muscular; la sensibilidad del hígado a la insulina se mantiene en esta etapa. La
Asociación Americana de Diabetes recomienda en su guía para diabetes tipo 2 en niños y
adolescentes la realización de una glucosa en ayunas en individuos que presentan
criterios de obesidad y de factores de riesgo inmediatos (historia familiar positiva, origen
étnico específico, hipertensión, dislipidemia o síndrome de ovario poliquístico).
Los niños que se encuentran en el percentil 99, categorizados en obesidad severa, son
un grupo que se encuentra en un riesgo extremadamente alto debido a la presencia de
los componentes del síndrome metabólico, marcadores bioquímicos adversos, presencia
de obesidad grado 2 y 3 en la adultez y progresión a la diabetes.
32
CAPÍTULO 2
PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD INFANTIL
2.1 Aprendizaje de hábitos saludables y necesidades energéticas
El proceso de aprendizaje de hábitos alimentarios es especialmente importante durante
los primeros años de vida, ya que a más de garantizar un buen estado nutricional y un
crecimiento óptimo, ayuda a consolidar la adquisición de hábitos saludables para la edad
adulta.
La infancia se caracteriza por ser la etapa de mayor crecimiento físico y desarrollo
psicomotor, los alimentos no solo deben aportar energía para mantener las funciones
vitales, sino también debe cubrir necesidades mayores relacionadas al crecimiento y
desarrollo del niño.
La prevención de la obesidad infantil debe iniciarse desde el primer año de vida,
valorando el crecimiento y peso del niño conjuntamente para detectar riesgos tempranos
(Ver Tabla Nº 8). En los niños una alimentación correcta es imprescindible ya que es una
etapa de crecimiento rápido, el primer año triplican su peso y aumentan la mitad de su
talla (Lama et al.,2006).
33
Tabla Nº 8
Detección temprana de la obesidad infantil
Profesional de salud
debe registrar
Lactante
Factores familiares
Factores individuales
Obesidad materna antes o
durante embarazo
Peso al nacer
Tipo de lactancia
Ganancia ponderal
Diversificación dieta
Ganancia ponderal durante
el embarazo
Diabetes Gestacional
Tabaquismo
Preescolares y
escolares
IMC de los padres
Estilos de vida
IMC de los padres
Estilos de vida
IMC de los padres
Estilos de vida
Adolescentes
IMC de los padres
Estilos de vida
1-3 años
Monitorizar el IMC
Rebote adiposo
Monitorizar el IMC
Distribución troncular de
grasa
Monitorizar el IMC
Valorar el grado de
obesidad
Distribución troncular de
grasa
Fuente: Lama et al.
El estado nutricional del niño dependerá de los aportes cuantitativos y cualitativos, pero
además estos influirán en su salud en etapas posteriores de la vida. Existe evidencia de
que las características de la alimentación y el estado nutricional y metabólico en las
primeras etapas de la vida condicionan las bases para la aparición de factores de riesgo
de enfermedades crónicas que se manifestarán en la edad adulta.
Cada período del desarrollo tiene características específicas en cuanto al ritmo del
crecimiento somático y también desde el punto de vista de la maduración psicológico y la
socialización. Todos estos aspectos influyen en la configuración de los hábitos
alimentarios y la actividad física (Aranceta et al., 2008). Es importante tener en cuenta
pequeños detalles para potenciar un desarrollo óptimo y favorecer la adquisición de
hábitos alimentarios y de actividad física saludable que son los que perdurarán en el
34
tiempo e influirán sobre la salud, no solo en la infancia y adolescencia sino que también
en la edad adulta en el marco de la prevención temprana de enfermedades crónicas.
2.2 Importancia de la lactancia materna
La lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que
necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. La leche materna promueve todos
los nutrientes que el niño necesita y además crea un vínculo físico y psicológico madrehijo.
La OMS recomienda el calostro (la leche amarillenta y espesa que se produce al final del
embarazo) como el alimento perfecto para el recién nacido, y su administración debe
comenzar en la primera hora de vida. Se recomienda la lactancia exclusivamente
materna durante los primeros 6 meses de vida. Después debe complementarse con otros
alimentos hasta los dos años.
2.1.1 Ventajas de la lactancia Materna
Las ventajas de la lactancia respecto a la alimentación con biberón y los motivos por los
que se recomienda, se resumen a continuación:
35
Beneficios para la madre
•Ayuda a la recuperación del útero después del parto disminuyendo el sangrado.
•Ayuda a la recuperación física.
•Reduce riesgo de cáncer de mama y ovario.
•Reduce riesgo de anemia y osteoporosis.
•Prolonga período de anaovulación postparto , ayudando a espaciar embarazos.
•Crea vínculo físico y emocional madre-hijo.
•Ahorro económico al no utilizar leche de fórmula.
Beneficios para el niño
•Aporta un balance y cantidad adecuada de nutrientes, ideales para el recién
nacido.
•El calostro ayuda a la formación de inmunoglobulinas y aumenta las defensas del
recién nacido.
•Promueve la maduración de la mucosa gastrointestinal y modifica la microflora
intestinal.
•Mayor vínculo y relación madre e hijo.
•Disminuye riesgo de alergias e infecciones.
•Disminuye el riesgo de malnutrición (obesidad y desnutrición).
•Reduce el riesgo de anemia.
2.1.2 Beneficio de la lactancia materna en la prevención de la obesidad
Existe evidencia que sugiere que la lactancia materna tiene un efecto protector ante la
obesidad infantil. La lactancia materna produce beneficios sobre la salud de los niños,
cuando ésta es prolongada se la asocia con una reducción de riesgo de sobrepeso y de
protección contra la desnutrición
Varios investigadores han observado un mayor riesgo de sobrepeso en niños y
adolescentes que no recibieron lactancia materna en comparación con los que si lo
hicieron. Se han observado beneficios cuando la lactancia es mínimo de tres meses
aunque estos se manifiestan de mejor manera si la lactancia se produce por más de seis
meses. La prolongación de la lactancia materna no muestra efectos en la reducción del
36
IMC, sino más bien en la estabilidad del mismo; actúa reduciendo su variabilidad. Los
efectos varían según el tipo de etnia y raza del niño (Grummer et al., 2004).
Los niños amamantados pueden aprender la autorregulación de la ingesta calórica de
una mejor manera que los niños no amamantados y se adaptan de una mejor manera a
nuevos alimentos como vegetales, que influyen subsecuentemente en la densidad
calórica de su dieta.
2.1.3 Pasos para una lactancia exitosa
La declaración conjunta OMS/UNICEF Protección, promoción y apoyo de la lactancia:
función especial de los servicios de maternidad (OMS/UNICEF, 1989) estableció las
prácticas siguientes que se denominan: «Diez pasos para una lactancia exitosa», las
cuales deberían ser tomadas en cuenta por todos los hospitales y servicios de
maternidad y cuidados del recién nacido, por ser considerados favorables para el bebé.
1. Tener una política escrita sobre la lactancia, que se comunique de rutina a todo el
personal responsable del cuidado de la salud.
2. Capacitar a todo el personal de salud en las técnicas necesarias para llevar a cabo
esta política.
3. Informar a todas las mujeres embarazadas sobre los beneficios y sobre el manejo de la
lactancia.
4. Ayudar a las madres a iniciar a amamantar a la media hora del nacimiento.
5. Mostrar a las madres cómo se amamanta y cómo se mantiene la lactación aunque
estén separadas de sus niños.
37
6. No suministrar a los recién nacidos alimentos o bebidas diferentes a la leche materna,
a menos que los indique el médico.
7. Practicar alojamiento conjunto - permitir que las madres y los niños permanezcan en la
misma habitación - durante 24 horas al día.
8. Alentar a que se practique la lactancia de acuerdo con la demanda.
9. No suministrar tetas artificiales o chupetes (también llamados chupetes o
tranquilizadores) a aquellos niños que se están amamantando.
10. Promover la conformación de grupos de apoyo a la lactancia y referirles a las madres
cuando salgan del hospital o servicio de salud.
2.2 Alimentación del niño de 6 a 12 meses
La alimentación complementaria es el proceso que comienza cuando la leche materna
sola ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los lactantes y por
ende, otros alimentos y líquidos son necesarios además de la leche materna. El rango de
edad óptimo para dar alimentación complementaria está habitualmente entre los 6 y 24
meses de edad, si bien la lactancia materna puede continuar hasta los dos años (Mataix
Verdu., 2000:pg 856).
La introducción de alimentos distintos a la leche materna se debe a razones nutricionales
y alimentarias:
 Nutricionales: los requerimientos nutricionales a determinada edad (6
meses) no pueden mantenerse con leche sola. Así, por ejemplo, las
reservas hepáticas de hierro se van perdiendo y la leche materna no tiene
suficiente hierro para cubrir necesidades. Por otra parte, el volumen de
38
leche necesaria para cubrir las necesidades energéticas es demasiado
grande en relación con la capacidad digestiva del lactante.
 Alimentarias: el niño alcanza una edad en que es conveniente el
desarrollo de hábitos alimentarios que requieren la introducción de
diversos alimentos.
La energía necesaria proveniente de los alimentos complementarios para niños con
ingestas “promedio” de leche materna en países en vías de desarrollo es de
aproximadamente 200 kcal al día para niños entre los 6 y 8 meses de edad, 300 kcal al
día para niños entre los 9 y 11 meses, y 550 kcal al día para niños entre los 12 y 23
meses de edad. En países desarrollados se estima que las necesidades son algo
diferentes (130, 310 y 580 kcal al día para niños entre los 6 y 8, 9 y 11 y 12 y 23 meses,
respectivamente) debido a las diferencias en la ingesta de leche materna (OMS/UNICEF
1998).
Durante el inicio de la alimentación complementaria se debe aumentar la consistencia y la
variedad de los alimentos gradualmente conforme crece el niño, adaptándose a los
requisitos y habilidades de los niños (Ver Tabla Nº9).
Los lactantes pueden comer papillas, purés y alimentos semisólidos a partir de los 6
meses de edad. A los 8 meses, la mayoría de niños también pueden consumir alimentos
que se pueden comer con los dedos (meriendas que pueden servirse los niños por si
solos). A los 12 meses, la mayoría de los niños puede comer el mismo tipo de alimentos
que el resto de la familia (OPS 2003). A continuación se muestra un calendario de
incorporación de alimentos según la edad del niño.
39
Tabla Nº 9
Calendario orientativo de incorporación de alimentos
Alimentos
Edad en meses
1
2
3
4
5
Leche y derivados
Leche materna
Leche de inicio
Leche de continuación
Leche de vaca
Yogur
Queso fresco
Frutas
Frutas en general
Compotas y zumos de frutas
Frutas cítricas
Mermeladas
Verduras y Hortalizas
Verduras flatulentas
Resto de verduras y hortalizas
Legumbres y frutos secos
Guisantes
Garbanzos,lentejas
Soya
frutos secos
Cereales
Harinas sin gluten
Harinas con gluten
Carnes y derivados
Carnes magras
Embutidos
Vísceras
Pescados
Magros (blancos)
Grasos (azules)
Huevos
Huevo entero
Yema
Clara
Aceites y grasas
Aceite de oliva
40
6
7
8
9
10
11
12 13
La leche de inicio (fórmula) solo se debe dar si se indica por el pediatra o si no es
posible dar de lactar.
El consumo de yogurt antes de los 8 meses puede producir acidosis láctica
Verduras flatulentas: lechuga, acelga, espinaca, col, coliflor, brócoli
Harinas sin gluten: maíz, arroz y tapioca.
Harinas con gluten: trigo, avena, cebada y centeno
El aceite de oliva , de preferencia virgen, se debe usar en la preparación de
papillas.
Fuente: Mataix Verdú
2.2.1 Recomendaciones nutricionales para la alimentación complementaria:

Cualquier alimento que se suministre inicialmente debe hacerse con una
frecuencia de una vez al día y en pequeña cantidad (una o dos cucharaditas),
aumentando progresivamente la misma en días sucesivos hasta alcanzar la
cantidad deseada.

No se deben introducir cereales ni derivados que contengan gluten antes de los
cuatro meses y preferiblemente no antes de los seis.

Los alimentos que se deben introducir en primer lugar son cereales sin gluten,
frutas y verduras.

Excluir verduras flatulentas, especialmente la acelga hasta pasado los nueve
meses de vida por su alto contenido en nitratos.

Educar el sabor del lactante con una ingesta baja en sal, evitando su adición en
las preparaciones.

Limitar la introducción de alimentos dulces o el endulzar las preparaciones, con
el fin de no establecer hábitos de alimentación desequilibrados y cariogénicos.

Ofrecer agua pura frecuentemente al lactante para asegurar su hidratación
41
2.3 Alimentación del niño de 1 a 3 años
Esta etapa se caracteriza por ser un período de transición entre la fase de crecimiento
acelerado durante el primer año de vida y la etapa de crecimiento estable que se inicia a
los 3 años y se prolonga hasta la pubertad. Existe un crecimiento continuado, aunque es
más lento en el primer año de vida. Durante esta etapa suele aparecer preferencias
selectivas lo que puede hacer a la dieta muy monótona .Las necesidades nutricionales de
los niños dependen de su ritmo de crecimiento individual (Aranceta et al., 2008: pág.3 ).
La etapa de 2 a 3 años se ha definido como la etapa de riesgo nutricional. Los factores
que influyen son un elevado requerimiento energético, capacidad gástrica limitada y
exigencias que derivan de su incorporación al ámbito social. Se espera que durante esta
edad el niño(a) se integre a la dieta familiar, lo cual implica incorporar nuevos alimentos
con sabores y texturas desconocidas.
Los infantes
a estas edades constituyen un grupo de población especialmente
vulnerables, puesto que su sistema inmunitario es inmaduro, su capacidad para combatir
infecciones o intoxicaciones alimentarias es muy bajo; la ingesta de pequeñas cantidades
de alimentos alterados pueden causar trastornos importantes en su sistema de salud; por
todo lo mencionado se debe prestar especial atención en la higiene y manipulación de
alimentos.
42
Gráfico Nº 4
Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas
para niños de 1 – 3 años
EDAD INFANTIL
(1-3 años)
Etapa de transición
Avance psicomotor
Lenguaje
Socialización
Preferencias de alimentos
Inapetencia
Textura adecuada, dieta
variada.
Probar sabores, texturas.
No forzar.
Leche y yogur adapatados
Fuente: Aranceta J, Pérez C.
2.3.1 Recomendaciones nutricionales en niños de 1 a 3 años

Proporcionar una alimentación de calidad desde el punto de vista nutricional,
higiénico, sensoriales y educativos.

Promover hábitos higiénicos, alimentarios y conductuales. En este período
también aprenden sobre la socialización y convivencia.

Potenciar la variedad e identidad gastronómica de la zona.

Fomentar la identificación, el descubrimiento y la aceptación progresiva de
diferentes alimentos y preparaciones, haciendo que el niño aprenda el placer de la
comida pero también de la saciedad.

Las técnicas y preparaciones más adecuadas a esta edad son sopas, cremas,
purés, menestras.
43

A partir de los 18 meses se puede dar algún frito pero no de forma regular.

Es importante dar una fruta al natural como postre después de las comidas
principales.
2.4 Alimentación preescolares (4-6 años)
La etapa preescolar se caracteriza por un crecimiento continuado, a un ritmo estable. No
se evidencian diferencias en la ganancia ponderal entre niños y niñas. Cada niño
presenta un patrón de crecimiento propio, que puede ser variable, experimentando
pequeños brotes de crecimiento a los que siguen períodos de latencia. La sucesión de
etapas coincide con modificaciones en el apetito y en el patrón de ingesta del niño. La
alternancia de períodos de inapetencia es normal en la edad preescolar (Aranceta et al.,
2008: pág.4 ).
Los hábitos alimentarios del niño a estas edades están influidos por el desarrollo
psicomotor y social. Desarrolla habilidades manipuladoras
y debe favorecerse su
autonomía para que pueda comer solo. La familia es la principal fuente de educación
nutricional para el niño en esta etapa.
44
Gráfico Nº 5
Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas
para niños de 4 – 6 años
EDAD PREESCOLAR
(4 - 6 años)
Crecimiento estable
Ritmo desigual
No hay diferencias sexo
Desarrollo psicomotor
Conducta caprichosa,
inapetencia.
Preferencias/aversiones
Textura adecuada, dieta variada.
Ritmo regualr. Flexibilidad
Raciones pequeñas.
No forzar.
Fuente: Aranceta J y Pérez C.
2.4.1 Recomendaciones nutricionales en edad preescolar

Dar una educación nutricional participativa desde el ámbito familiar.

Establecer horarios fijos de comida y dar mucha importancia al desayuno.

Dar pequeñas tomas entre horas.

Brindar al niño preparaciones sencillas, con sabores suaves.

Dar alimentos con poco contenido de azúcar, sal y grasas.

Dar preparaciones culinarias al vapor sin cocción excesiva y con cortes que el
niño pueda manipular.

Hacer preparaciones atractivas para la vista del niño.

Dar verduras en distintas formas de preparación y presentación.
45

Utilizar cubiertos y vajillas adecuados para la edad del niño. Cuchara y tenedor
anchos con el mango corto. Platos, vasos, tazas con buena base y de material
irrompible.

Promover un ambiente familiar, tranquilo y adecuado en los momentos de las
ingestas.

Establecer límites y referencias sobre la comida y la alimentación desde edades
tempranas.
Tabla Nº 10
Guía de alimentación diaria para niños de 4 a 6 años
Fuente: Ministerio de Salud Chile,2005.
46
2.5 Alimentación escolares (6-12 años)
La edad escolar es un período estable, de crecimiento continuado. En general en este
período las niñas presentan ligeramente mayor ganancia media en peso y talla al año que
los niños. Se observan diferencias en el tejido adiposo, las niñas presentan un 25% más
que los niños a la misma edad.
En esta etapa se producen modificaciones corporales, hay mayor crecimiento en las
extremidades inferiores que en el tronco. Suelen desaparecer las apetencias caprichosas
y los conflictos con el alimento, aunque pueden persistir preferencias o aversiones por
ciertos alimentos. Uno de los principales problemas a esta edad suele ser la omisión al
desayuno y la preferencia por bebidas azucaradas y bollería; existe mayor influencia de
amigos, publicidad, televisión, etc. El niño adquiere cierta independencia en la selección
de alimentos,
por lo que se debe enseñar al niño sobre alimentación saludable
(Rodriguez et al., 2008: pág.3-4 ).
47
Gráfico Nº 6
Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas
para niños de 6 – 12 años
EDAD ESCOLAR
(6 - 12 años)
Crecimiento estable
Proporciones
corporales
Escolarización
Inluencia familiar, colegio,
amigos, publicidad
Aumento de apetito
Aporte de energía
y nutrientes suficientes.
Fraccionamieto ingesta a lo
largo del día.
Frutas y verduras.
Actividad física.
Limitar dulces, bolleria ,
refrescos.
Higiene bucodental
Fuente: Aranceta J, Pérez C.
2.5.1 Recomendaciones nutricionales niños 6 – 12 años

Equilibrar la dieta de manera adecuada para favorecer el brote puberal.

Distribuir la ingesta calórica en varias raciones al día, da mucha importancia al
desayuno.

Evitar el aporte de calorías vacías entre horas.

Preferir el consumo de lácteos bajos en grasa.

Incrementar el consumo de verduras y leguminosas.

Utilizar preparaciones culinarias sencillas que no necesiten de la adición excesiva
de aceite, crema o salsas altamente calóricas.
48

Limitar el consumo de productos de bollería, pastelería, productos ricos en
azúcares refinados, sal y grasas.

Fomentar la realización de actividad física como complemento indispensable a la
alimentación sana.

Aportar la grasa suficiente en forma de monoinsaturados y poliinsaturados.

Establecer límites y normas en relación al consumo de bebidas y alimentos,
especialmente en casa y a los horarios de comidas.

Incentivar al consumo de agua pura y de cereales integrales.
Tabla Nº 10
Guía de alimentación diaria para niños de 6 a 12 años
Fuente: Ministerio de Salud Chile, 2005.
49
2.6 Alimentación en niños 13 – 18 años
Durante esta etapa ocurren grandes cambios fisiológicos y psicológicos y los
requerimientos nutricionales serán influenciados por los eventos normales de la pubertad
y por un marcado crecimiento. La pubertad es un período intensamente anabólico, con
aumento del peso y talla, y variaciones de la composición corporal que resultan en un
aumento de la masa magra y cambios en la cantidad y distribución de la grasa de
acuerdo al sexo.
Los cambios puberales en los hombres resultan en más masa magra, más masa ósea y
menos masa adiposa que las mujeres. La masa magra es metabólicamente más activa
en función del tejido adiposo, las diferencias por sexo en la composición corporal
producen diferencias por sexo en los requerimientos nutricionales de los adolescentes.
Durante esta etapa no solo aumentan las necesidades de energía y proteínas, sino que
también aumentan los requerimientos de vitaminas y minerales. En la adolescencia la
crisis de maduración y de cambios morfológicos repercuten en la conducta alimentaria
(Rodriguez et al., 2008:pág 8-9).
En esta etapa, existe mayor influencia en los hábitos alimentarios por parte de amigos y
de la publicidad, se rompe el esquema regular de la comida, hay un mayor consumo de
fast food, una disminución de la diversificación de la dieta y consumo de alcohol.
La influencia del prototipo de imagen ideal y la aparición de dietas no saludables pueden
poner en riesgo la salud de los adolescentes, desencadenado conductas inadecuadas
que pueden favorecer el desarrollo de trastornos alimentarios. Todo esto repercute de
manera directa en el estado nutricional, por lo que resulta imprescindible y necesario
reforzar e inculcar hábitos saludables en la edad puberal que permitan mantener una
buena salud que garantice su desarrollo óptimo.
50
Gráfico Nº 7
Cambios somáticos y psicosociales característicos y recomendaciones dietéticas
para niños de 13 – 18 años
Adolescencia
(13 - 18 años)
Estirón crecimiento puberal
Diferencias acusadas niño/a
> masa magra en chicos
>masa grasa en chicas
>contenido calcio en chicos
Maduración sexual
Búsqueda identidad
Rebeldía, rechazo hábitos familiares.
Importancia del grupo de amigos.
Influencia televisión, publicidad.
Hábitos irregulares
Reconocimiento imagen corporal
Cuidar los aportes necesarios.
Dieta variada.
No saltar comidas.
Evitar abuso de dulces, golosinas.
Evitar abuso de cómidas rápidas.
Evitar consumo de alcohol.
Aceptar imagen corporal
Fuente: Aranceta J, Pérez C.
2.6.1 Recomendaciones nutricionales en niños de 13 -18 años

Reforzar los hábitos alimentarios familiares y tradicionales.

Fraccionar la dieta a varias tomas al día.

Preferir lácteos desnatados y bajos en grasa.

Incluir el consumo de pescado mínimo 2 veces a la semana.

Limitar el consumo de snacks, azúcares refinados, grasa saturada y trans, bollería
y pastelería.

Evitar el consumo de alcohol.

Establecer horarios fijos de comida.
51

Evitar el consumo de alimentos preparados, fast food y comidas fuera de casa.

Incrementar el consumo de cereales integrales, legumbres y hortalizas.

Consumir agua pura para una hidratación óptima.

Evitar el consumo de gaseosas, jugos y bebidas industrializados.

Incluir a la actividad física como un hábito cotidiano.

Limitar las horas de televisión, videojuegos, etc.
Tabla Nº 12
Guía de alimentación diaria para niños de 13 a 18 años
Fuente: Ministerio de Salud Chile, 2005.
2.7 Actividad Física en la infancia
El término actividad física, hace referencia a cualquier movimiento corporal producido por
los músculos esqueléticos y que tiene como resultado un gasto energético que se
añade al metabolismo basal.
52
En los últimos años se ha profundizado cada vez más en el estudio de la actividad física,
se ha visto los efectos saludables de su práctica habitual y la relación que su ausencia
mantiene con el desarrollo, mantenimiento y complicaciones de enfermedades crónicas.
La actividad física inicia en la infancia cuando el niño gatea, camina, da vueltas y luego
con actividades más complejas como es el desarrollo del control neuromuscular. Los
patrones de movimiento se desarrollan durante la edad preescolar y son el origen de
varios tipos de actividad física en edades posteriores.
Es importante considerar que la actividad física en niños y adolescentes va relacionada
con su crecimiento, maduración biológica y desarrollo conductual. La actividad física y
tipo de ejercicio varía según la edad y contexto en el que se encuentra el niño.
La instrucción de la actividad física debe ser guiada y la práctica supervisada ya que
éstas influyen sobre las habilidades de movimiento en los niños. Las actividades en niños
de 6 a 9 años son generalmente anaeróbicas lo que ayuda al aprendizaje básico y más
especializado de las habilidades motoras. En niños de 10 a 14 años cuando entran al
transcurso de la pubertad y en esta etapa es cuando las habilidades adquiridas se
manifiestan en deportes individuales, grupales y organizados. En adolescentes de 15 a
18 años se observan estructuras más maduras por lo que la actividad física ya puede ser
más estructurada (Strong et al., 2005).
La prioridad y las recomendaciones que se den para la actividad física durante la niñez y
la adolescencia muestran beneficios ilustrados esquemáticamente en el desarrollo de
habilidades, comportamiento, aptitud y salud en el futuro (Ver Gráfico Nº8).
53
Gráfico Nº 8
Variabilidad del énfasis de la actividad física durante la niñez y la adolescencia
Fuente: Strong W, et al.
2.7.1 Duración y frecuencia de la actividad física
El ejercicio físico vigoroso realizado diariamente por más de 60 minutos promueve una
reducción de riesgos cardiovasculares. El diseño de programas deportivos en las
escuelas y la supervisión de los adultos influyen directamente en la actividad física que
realiza el niño durante su tiempo libre. El rol que juegan los padres y la familia es
indispensable en la prevención de la obesidad infantil; ya que son los que deben
involucrarse en los programas escolares o de la comunidad (USDA., 2008).
La cantidad de actividad física necesaria para mantener adecuadamente un peso
corporal saludable depende de la ingesta calórica. La guía de actividad física americana
no hace recomendaciones específicas para niños de 2 a 5 niños, pero menciona que
deben ser activos diariamente y a diferentes horas del día; recomienda que los niños a
partir de los 6 años y los adolescentes deben realizar mínimo 60 minutos de actividad
física o más al día (August et al., 2008).
Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de
reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles, la OMS recomienda:
54

Los niños y jóvenes de 5 a 17 años inviertan como mínimo 60 minutos diarios en
actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. La actividad física por un
tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún mayor para la
salud.

La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría
incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que
refuercen, en particular, los músculos y huesos.
En el caso de los niños y jóvenes inactivos, se recomienda un aumento progresivo de la
actividad hasta alcanzar el tiempo recomendado. Es conveniente empezar con una
actividad ligera y aumentar gradualmente con el tiempo la duración, la frecuencia y la
intensidad.
Gráfico Nº 9
Pirámide de la actividad física para niños
Fuente: Serra J, Aranceta J, Kellogs
55
2.7.2 Beneficios de la actividad física
La realización de actividad física adecuada implica la reducción de conductas
sedentarias, facilita el mantenimiento del peso en los niños y disminuye el riesgo de
enfermedades. Aporta beneficios cardiovasculares, psicológicos y además estimula la
función cognitiva y la concentración. Contribuye
al desarrollo social de los jóvenes,
fomentando la autoconfianza, la interacción social y la integración. También se ha visto
que los jóvenes activos pueden adoptar con más facilidad otros comportamientos
saludables, como evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas, y tienen mejor
rendimiento escolar (Varo et al., 2003).
La actividad física permite ayuda en varias aspectos como:

desarrollar un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones) sano;

desarrollar un sistema cardiovascular (corazón y pulmones) sano;

aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de los
movimientos);

mantener un peso corporal saludable.

Aumentar la elasticidad y agilidad

Aumentar la autoestima

Control de ansiedad y depresión
La actividad física es un protector de enfermedades como:

Obesidad

Riesgo de cardiopatía isquémica, hipertensión arterial y accidentes cerebro
vasculares.

Diabetes Mellitus

Osteoporosis, caídas y fracturas
56

Depresión y ansiedad

Cáncer de colón, mama y pulmón.

Demencia
2.8 Programas gubernamentales de prevención de obesidad infantil
2.8.1 Programas gubernamentales en España
2.8.1.1 Estrategia Naos
Es una estrategia multisectorial e intersectorial de salud pública para la Nutrición, la
Actividad Física y la Prevención de la Obesidad (NAOS), formulada en el año 2005 por el
Ministerio de Sanidad y Consumo. La Estrategia NAOS está coordinada por la Agencia
Española
de
Seguridad
Alimentaria
(AESAN),
y
propicia
la
participación
de
representantes de diferentes ámbitos: administración local y autonómica, sectores
públicos y privados. Establece que la prevención de la obesidad debe iniciarse en la
infancia, a través de la promoción de hábitos saludables en la Atención Primaria,
involucrando en ella a pediatras, personal de enfermería, madres, padres, y educadores
(AESAN., 2005).
Su objetivo es sensibilizar a la población del problema que la obesidad representa
para la salud y pretende servir de plataforma de todas las acciones que ayuden a la
consecución de la meta final de invertir la tendencia de la obesidad, fomentando una
alimentación saludable y
actividad física para, reducir
la morbilidad y mortalidad
atribuible a las enfermedades crónicas.
Algunas de las medidas planificadas son la reducción progresiva de la concentración de
grasas y sodio en los alimentos, la prohibición de la instalación de máquinas para la venta
de alimentos en lugares fácilmente accesibles para niños y un código de autorregulación
57
referente a la publicidad de alimentos y bebidas (Código PAOS), y la intervención en el
ámbito escolar (Programa PERSEO) entre otros.
2.8.1.2 Programa 5 al día
5 al día es una asociación sin ánimo de lucro cuyo fin consiste en fomentar el consumo
diario de frutas y hortalizas frescas. Su nombre se basa en la ración mínima de consumo
diario de frutas y hortalizas frescas recomendada por la comunidad científica y médica en
una dieta saludable.
Entre los objetivos del programa está: informar sobre los beneficios para la salud del
consumo
diario
de
al
menos
5
raciones
de
frutas
y
hortalizas
frescas,
influir en la mejora de los hábitos alimenticios, incrementar el consumo per cápita de
frutas y hortalizas frescas de la población española hasta alcanzar el nivel recomendable
(5 al día).
El programa explica que consumir diariamente frutas y hortalizas frescas ayuda a
prevenir enfermedades, trastornos digestivos, algunos tipos de cáncer y enfermedades
neurodegenerativas, además de ayudar a la lucha contra el sobrepeso y la obesidad; ya
que proporcionan pocas calorías y grasas saturadas, ayudan a disminuir la ingestión de
otros alimentos debido a la sensación de saciedad que proporcionan. Las frutas y
hortalizas son imprescindibles para la formación de buenos hábitos alimentarios en la
infancia y adolescencia.
58
2.8.2 Programas gubernamentales en Ecuador
2.8.2.1 Programa de nutrición y alimentación “Aliméntate Ecuador”
Administrado por el Ministerio de Inclusión Económica y Social. El propósito es contribuir
a promover, proteger y restituir el derecho de la población al acceso y consumo de una
alimentación saludable y culturalmente aceptada en calidad y cantidad, según el siguiente
esquema de beneficios:

Las niñas y niños reciben trimestralmente raciones alimenticias

Las niñas/os entre 6 y 50 meses con alta desnutrición reciben el suplemento
nutricional “Chispaz”.

Personas con capacidades especiales (discapacidades) reciben trimestralmente
raciones alimenticias

Adultas/os mayores reciben trimestralmente raciones alimenticias y el producto
fortificado “Vilcabamba.”
2.8.2.2 Programa de alimentación escolar (PAE)
Administrado por el Ministerio de Educación, es considerado como eje central de la
política de mejoramiento educativo. Sirve a niñas/os mayores de 5 años de las escuelas
públicas fiscales, fisco-misionales, municipales, urbano-marginales y rurales. Desde
diciembre de 1995 proporciona desayunos y desde mayo de 1999 almuerzos, preparados
en la escuela por grupos de madres y padres voluntarios.
El objetivo general es contribuir al mejoramiento de la calidad y eficiencia de la Educación
Básica mediante la entrega de un complemento alimenticio en zonas de pobreza con
mayor nivel de vulnerabilidad social. Superar las condiciones de inequidad educativa
mediante la contribución a la construcción de capital humano.
59
CAPÍTULO 3
EVALUACIÓN NUTRICIONAL Y TRATAMIENTO DEL NIÑO OBESO
3.1 Valoración del estado nutricional
La evaluación de la obesidad infantil se inicia con el cálculo del IMC, el cual tiene una
validez clínica debido a que hace referencia a la adiposidad, adiposidad en la adultez,
factores de riesgo cardiovascular y mortalidad a largo plazo. En niños el uso del IMC por
si solo resulta inespecífico, éste difiere con la edad y el sexo del niño/a; por lo que se
debe analizar mediante tablas de percentiles específicas según el caso. Es muy
importante integrar los datos obtenidos a los datos clínicos como son el riesgo médico, la
ingesta alimentaria diaria y los comportamientos y actitudes frente a la actividad física del
niño/a (Stephen et al., 2009).
El estado nutricional de una persona es el resultado de la interrelación entre el aporte
nutricional que recibe y las demandas nutritivas del mismo, necesarias para permitir la
utilización de nutrientes , mantener las reservas y compensar las pérdidas.
La evaluación del estado nutricional consta principalmente de 4 apartados:
1. Determinación de la ingesta de nutrientes
2. Determinación de la estructura y la composición corporal
3. Evaluación bioquímica del estado nutricional
4. Evaluación clínica del estado nutricional.
3.1.1 Determinación de la ingesta de nutrientes
Varios factores relacionados con la alimentación, influyen en la aparición de una gran
variedad de enfermedades crónicas relacionadas con estilos de vida no saludables que
se inician desde la infancia; por lo que la determinación de la ingesta de nutrientes es uno
de los indicadores más valiosos, no sólo para evaluar el estado nutricional de los niños,
60
sino también para planear y evaluar programas de prevención e intervenciones
nutricionales que procuren mejorar la calidad de vida.
El estudio de la dieta busca determinar no solo la ingesta, tipo y frecuencia de alimentos,
tamaño de las raciones, etc., sino también
procura identificar
grupos de riesgo,
comportamientos, actitudes y prácticas con respecto a la alimentación y a la nutrición,
para mantener las condiciones de salud adecuadas y un plan de intervención oportuna.
La cantidad de alimentos consumidos se estima en un período de tiempo determinado o
bien la ingesta media habitual, a partir de la cual es posible calcular el aporte de energía
y nutrientes mediante tablas de composición de alimentos o análisis químico de modelo
virtual medio (estudio dieta total), en la actualidad se disponen de programas
informáticos.
El estudio dietético se puede realizar mediante la aplicación de distintos tipos de
encuestas dietéticas (Ver Anexo Nº1), entre las más comunes se encuentran:

Cuestionario de recuerdo de 24 horas

Cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos

Encuesta dietética
Cuestionario de Recuerdo de 24 horas
Es un método cuantitativo y es una de las técnicas más utilizadas por su sencillez. El
método consiste en preguntar al individuo entrevistado sobre los alimentos consumidos
(incluyendo agua) tanto cualitativa como cuantitativamente, durante un período de 24
horas, que corresponde concretamente al día precedente (Mataix Verdú., 2000: pág 778).
Las cantidades consumidas se estiman en medidas caseras o mediante el empleo de
colecciones de fotografías que representan diferentes raciones de un mismo alimento o
plato. En personas o grupos que tengan dietas muy heterogéneas, pueden realizarse
61
periódicamente varios recuerdos de 24 horas, por ejemplo, 3 recuerdos a lo largo de un
mes. En este tipo de encuesta se debe incluir el nombre del alimento o preparación, la
cantidad de alimento (gr, ml o medidas caseras).
El recordatorio de 24 horas que se realiza a los niños en edad escolar o a estudiantes,
debe incluir preguntas sobre los alimentos consumidos en la escuela o en la calle. Los
datos del recordatorio se obtendrán con ayuda de la madre o persona encargada de la
alimentación del niño.
Frecuencia de consumo de alimentos
Constituye un método directo cualitativo de estimación de la ingesta de un individuo a
través de un formato estructurado. El objeto de este método consiste en obtener, a partir
de la sistematización de un conjunto o listado de alimentos, la frecuencia habitual de
ingesta de un alimento o grupos de alimentos (y paralelamente sus correspondientes
nutrientes) durante un período de tiempo determinado. El encuestado responderá el
número de veces que coma como promedio un alimento que ha sido ingerido durante un
período de tiempo en el pasado (Mataix Verdú.,2000:Pág 777).
Se anota la frecuencia de consumo de alimentos (diaria, semanal, mensual, etc.) referida
al último mes, en un listado perfectamente estructurado y organizado según el modelo de
consumo: desayuno, comida (primer plato, segundo, postre). La cantidad consumida se
estima empleando medidas caseras o colecciones de fotografías.
Se aplicará a la madre o a la persona responsable de la alimentación (en caso de ser
menor de 12 años), explicándole que se le hará una encuesta de hábitos de consumo de
alimentos. Para tal fin, la persona entrevistada o la persona encargada de los cuidados
del niño deberá recordar el patrón de consumo de alimentos, generalmente se hace
62
referencia a los siete días anteriores al día en que se elabora la entrevista. Es decir, si
consumió o no los alimentos que se refieren en el cuestionario, cuántos días o
veces al día los consumió y el número de veces que los consumió.
Historia dietética
Se utiliza para estimar la dieta habitual del pasado durante un período de tiempo definido,
en estudios de crecimiento y desarrollo. Permite conocer la dieta habitual de una
persona, utilizando generalmente como periodo de referencia de recuerdo el último mes.
La recogida de dato puede durar entre 60 y 90 minutos, debe ser realizada por un
especialista (Kellogg´s., 2011).
Resulta de la combinación de registro de alimentos, recordatorio 24 horas y frecuencia
de consumo de alimentos. También se incluyen preguntas que puedan estar relacionadas
con el motivo del estudio.
Es una de las herramientas más completas que permite obtener una historia nutricional
completa sobre la alimentación del niño. La evaluación dietética debe incluir la historia
dietética de la familia, hábitos alimentarios normales, estimación aproximada de la
proporción de macronutrientes y consumo de fibra en la dieta y alimentos preferidos
(Hendricks., 2005).
En la evaluación dietética en niños y en especial con sobrepeso u obesidad es importante
cubrir cinco áreas que están relacionadas con el aumento de peso corporal y éstas son:
consumo de bebidas azucaradas, consumo de snacks y postres, comidas fuera de casa
y tiempo expedido en televisión o videojuegos (Schwartz et al., 2007). La información
obtenida por pedíatras, padres de familia y nutricionistas sobre la alimentación infantil y
sus modificaciones, sugieren cambios importantes en el futuro.
63
3.1.2 Determinación de la estructura y composición corporal
Antropometría
La OPS la define como el componente primordial en la vigilancia de salud y nutrición de
los escolares. Proporciona indicadores que miden una determinada situación y a su vez
son un reflejo de las condiciones socioeconómicas de una comunidad. Los indicadores
antropométricos son instrumentos de utilidad para el diagnóstico de la desnutrición,
sobrepeso y obesidad. Estos dos últimos son considerados factores de riesgo para las
enfermedades crónicas no transmisibles, por lo cual se hace necesaria su vigilancia .
La evaluación antropométrica tiene por objeto determinar las modificaciones en la
constitución y composición corporal (porción magra y grasa), a través de medidas
físicas de longitud y peso. Está ligado principalmente a factores ambientales,
entre ellos la alimentación, en especial en las fases de crecimiento rápido.
Los principales objetivos de la antropometría son:

Evaluación del estado nutricional actual

Control del crecimiento y desarrollo en niños y adolescentes

Evaluación del efecto de las intervenciones nutricionales
Las mediciones antropométricas mínimas en niños son: peso, talla, perímetro craneal y
del brazo y pliegues cutáneos tricipital y subescapular. Con estas simples mediciones y
algunas relaciones entre ellas, se pueden diagnosticar y cuantificar las desviaciones
nutricionales e incluso diferenciar los cuadros agudos de los crónicos.
64
Gráfico Nº 10
Componentes de la antropometría en niños
Indíces básicos
Perímetros
corporales
Antropometría
niños
Pliegues
cutáneos
Relación
peso/talla
Fuente: Mataix Verdú
Relación peso/talla
Indice Nutricional
IN = ((Peso Actual/Talla Actual) x 100)/ (peso medio/talla media)
El grado o no de subnutrición o de hipernutrición viene dado por los porcentajes
siguientes:
Indice Nutricional
Estado Nutricional
<90
Mal nutrición
90-110
Normalidad
110-120
Sobrepeso
>120
Obesidad
65
Curvas peso/talla
Es útil desde los 2 años al término de la pubertad, que es cuando la distribución del peso
para la talla es independiente de la edad.
Se indica según los percentiles:
Percentiles 10-90: Normalidad, por debajo de los cuales hay delgadez, por encima
obesidad.
Indice de Masa Corporal
La relación peso/talla2 o Indice de Quetelet, al igual que en los adultos, se relaciona bien
con la grasa corporal de los dépositos. Se usan gráficas percentiladas para la evaluación
del IMC. En la edad pediátrica el IMC no es estable a lo largo del tiempo, éste va
cambiando con la edad; aumenta mucho durante los primeros 18 meses de vida, después
comienza a disminuir hasta los 6 años en que vuelve a aumentar de nuevo (Redondo et
al., 2011).
El IMC es el estándar internacional reconocido para definir el sobrepeso y la obesidad
infantil y existen curvas estandarizadas
para niños para evaluarla. Aunque un IMC
normal no siempre excluye la presencia de grasa corporal o el incremento de riesgo de
obesidad asociada a comorbilidades. Entre las más conocidas se encuentran: las curvas
de Hernández, las Curvas IOTF (Internacional Obesity Task Force), Curvas del CDC
(Centres for Disease Control and Prevention) y Curvas de la OMS.
66
Gráfico Nº 11
Curvas percentilares para la clasificación del IMC según M. Hernández (1988).
Fuente: Hernández
Tabla Nº 13
Estado Nutricional según IMC
Percentil según IMC
25-75
<25
>75
>90
Estado Nutricional
Normal
Delgadez
Sobrepeso
Obesidad
Fuente: Mataix Verdú
Este índice no refleja la localización de la adiposidad de modo preciso, como lo hacen los
pliegues cutáneos, pero si indica muy bien las fases de desarrollo de tejido adiposo en el
niño; hay un incremento rápido durante el primer año de vida, seguido de una
disminución desde el primero al sexto año, con un nuevo incremento a partir de esa edad.
Este último incremento, denominado “rebote adiposo”, se presenta normalmente a los 6
67
años, aunque puede hacerlo antes o después, siendo esos límites de cinco años y medio
y siete, y tiene valor predictivo de obesidad, ya que cuanto más se adelante la aparición
del rebote adiposo, más probable es que el niño acumule grasa y sea un adolescente
obeso.
Gráfico Nº 12
Determinación de Factores de Riesgo en obesidad infantil
Fuente: OPS/OMS 2009
El IMC, la circunferencia de la cintura y la masa grasa total evaluada en niños de 9 a 12
años, están positivamente asociadas a factores de riesgo cardiovascular a edades de 1516 años. Las magnitudes de estas asociaciones son similares en todas las mediciones de
adiposidad.
Las niñas que alteran favorablemente su estado de sobrepeso entre la niñez y la
adolescencia tienen un perfil cardiovascular muy similar a aquellas que tuvieron
normopeso en ambos momento; los niños que cambiaron su sobrepeso a peso normal
68
muestran un perfil de factor de riesgo entre lo normal en ambas edades y sobrepeso en
ambas edades (Lawlor et al, 2010).
Índices Básicos
A partir del uso de Gráficos o Tablas de referencia, se obtienen los índices básicos en
niños que son: peso para la edad, talla para la edad, peso para la talla, índice de masa
corporal para la edad y perímetro cefálico para la edad (OPS/OMS 2009). Existen
referencias de acuerdo a la edad y sexo del niño que permiten detallar su análisis y
evaluación (Ver Anexo ).
Peso/edad: refleja la masa corporal alcanzada en relación con la edad cronológica. Es un
índice compuesto, influenciado por la estatura y por el peso relativo.
Talla/edad: refleja el crecimiento lineal alcanzado en relación con la edad cronológica y
sus déficits se relacionan con alteraciones acumulativas de largo plazo en el estado de
salud y nutrición.
Peso/talla: refleja el peso relativo para una talla dada y define la proporcionalidad de la
masa corporal. Un bajo peso/talla es indicador de emaciación o desnutrición aguda. Un
alto peso/talla es indicador de sobrepeso.
Índice de masa corporal/edad: es el peso relativo al cuadrado de la talla (peso/talla2) el
cual, en el caso de niños y adolescentes, debe ser relacionado con la edad. Su
interpretación es similar a la mencionada para el peso/talla.
69
Pliegues cutáneos
La medición de pliegues cutáneos es un método no invasivo predictor de grasa
subcutánea. Existen comités de expertos
que recomiendan la medición de pliegues
cutáneos en obesidad infantil solo para tratamientos o estudios médicos profundos que
permitan distinguir entre sobrepeso y obesidad.
La medición de pliegues cutáneos
permite predecir la grasa corporal total en niños y adolescentes; sin embargo no se
recomienda en la práctica clínica ni el control del tratamiento de obesidad en niños si no
se cuenta con el entrenamiento y la práctica suficiente para hacerlo (Krebs et al., 2007).
El pliegue tricipital (PCT), estima la obesidad generalizada o periférica, mientras que el
pliegue subescapular (PCS) la troncular, que puede servir como predictivo de la obesidad
en la edad adulta. Así mismo, la relación PCS/PCT es una aceptable indicador de la
distribución adiposa, y para algunos autores se correlaciona con las fracciones lípidas
asociadas al riesgo cardiovascula (Barlow et al., 1998).
A pesar de que la medición del espesor de los pliegues cutáneos pueden ser inexactos.
Un pliegue de tríceps tomado con precisión y que sea superior a un 95%, proporciona
evidencia de que el niño tiene un exceso de masa grasa ( Ver Tabla Nº 13).
70
Tabla Nº 14
Valor del pliegue tricipital de niños y niñas en el percentil 95, NHANES
Fuente: Must et al.
Perímetros corporales
Los más destacables en el niño son: perímetro del brazo y el perímetro craneal
Perímetro del brazo
La medición del perímetro braquial que permite conocer la situación proteica muscular,
indica el grado de desnutrición:
<75%: mal nutrición grave
75-80%: mal nutrición moderada
80-85%: mal nutrición leve
>85%:normalidad
La combinación del perímetro del brazo y los pliegues cutáneos, permite calcular otros
índices como área muscular y grasa del brazo e índice adiposo muscular.
71
Perímetro craneal
Constituye un indicador inespecífico de mal nutrición intrauterina, afectándose solo en las
mal nutriciones graves. Todavía puede considerarse un parámetro nutricional hasta los 610 meses de vida. Por el contrario, a partir de esta edad puede servir como elemento
comparativo, con otro tipo de parámetros que reflejan mejor el estado nutricional
(OPS/OMS 2009).
Se utiliza en la práctica clínica como parte del tamizaje para detectar potenciales
alteraciones del desarrollo neurológico (hidrocefalia, etc.). Suele usarse junto con otras
medidas para detectar condiciones patológicas unidas a un crecimiento inapropiado.
Otros perímetros
Otras medidas como los perímetros cintura, cadera, muslo y las relaciones perímetro
cintura/perímetro de cadera, y perímetro de cintura/perímetro de muslo, de interés en la
catalogación nutricional del adulto e incluso del adolescente, tienen menos utilidad en el
período preescolar y escolar.
Perímetro de la circunferencia de la cintura
La circunferencia de la cintura está más frecuentemente asociada a riesgo de
comorbilidades en obesidad y riesgos para la salud en niños y adultos. Estudios
realizados vinculan este perímetro como indicador de grasa visceral; en comparación con
el IMC la circunferencia de la cintura en niños ofrece una mejor estimación de tejido
adiposo visceral medido con resonancia magnética a nivel de la cuarta vértebra lumbar ,
mientras que el IMC es mejor en estimación de tejido adiposo subcutáneo (Styne et al.,
2007).
La circunferencia de la cintura es más eficaz en relación al IMC en la predicción de
comorbilidades como resistencia
a la insulina, presión sanguínea, colesterol sérico,
72
niveles
de
triglicéridos;
pero
simplemente
sugieren
estimaciones
predictivas
especialmente en adolescentes. Es un factor que se lo puede considerar en la evaluación
del niño obeso.
Tabla Nº15
Definiciones de obesidad y obesidad severa según parámetros antropométricos
Fuente: Williams et al.
3.1.3 Evaluación clínica del estado nutricional
La realización de una historia clínica y exploración física completa en niños debe ir
dirigida a la detección de obesidad secundaria, a patologías o síndromes malformativos
subyacentes, así como a la exclusión de comorbilidades asociadas.
73
La historia clínica para niños con obesidad infantil debe incluir en su evaluación:
Datos personales:
Nombre
Fecha de nacimiento
Edad
Sexo
Antecedentes familiares:
Peso y talla actual y pasada de familiares que convivan con el paciente.
Características de la alimentación de la familia.
Hábitos lúdicos y práctica de deporte.
Nivel socioeconómico y cultural.
Vivencia familiar de la obesidad del niño.
Ganancia del peso de la madre durante la gestación.
Exploración física:
Estudio auxológico completo.
Valoración de la intensidad de la obesidad.
Distribución de la grasa.
Fenotipo y proporciones corporales.
Exploración física completa.
Estadio puberal.
Antecedentes personales:
Peso, longitud y semanas de gestación al nacimiento.
Evolución de peso y talla desde el nacimiento hasta el momento actual.
Enfermedades, operaciones previas.
Tratamientos recibidos.
Conducta del paciente (casa, colegio, amigos).
Existencia de condiciones psicopatológicas (ansiedad, depresión, conducta bulímica)
Rendimiento escolar.
Vivencia del niño frente a su obesidad.
Encuesta dietética completa.
Horas de televisión al día.
Práctica de ejercicio habitual (tipo y duración).
Medio de transporte para ir al colegio.
Uso de ascensores en el domicilio.
Fuente: Vela A et al.
3.1.4 Valoración bioquímica
En general las pruebas bioquímicas informan de aspectos especiales y parciales del
estado nutricional, no suponiendo en la mayoría de las ocasiones, ninguna ventaja frente
74
a la simple antropometría debido al alto costo que estas pruebas implican. Lo más
habitual es situación férrica o protéica. Posibilidades analíticas q se tengan.
En niños hay indicadores específicos para valorar el crecimiento y relacionarlo con la
nutrición, en este sentido se puede hablar de la determinación de los “factores tisulares
de crecimiento” (IGFs), especialmente (IGF I) y de su proteína transportadora (IGFBP-I)
(también se determina IGFBP-III). Se usa estos parámetros puesto que en situaciones de
malnutrición, se crea una situación de resistencia de las células a la hormona de
crecimiento, ya que aunque ésta se encuentre en niveles séricos elevados, es incapaz de
inducir la síntesis de los distintos IGFs y sus proteínas transportadoras. La media de los
citados compuestos permite una valoración mas precisa, no
solo para detecciones
tempranas e iniciales, sino también para seguir la evolución de alteraciones del
crecimiento de origen nutricional (August et al., 2008).
En la obesidad infantil es necesario un examen de laboratorio rutinario para descartar
causas endocrinas a ésta. Los niños que se encuentran entre el percentil 85 y 95 se
encuentran en riesgo de comorbilidades por lo que es recomendable realizar pruebas de
detección que puedan identificarlas precozmente y tratarlas ( Ver Tabla Nº 16 ).
75
Tabla Nº 16
Pruebas de detección de comorbilidades más comunes a la obesidad
Comorbilidad
Pruebas de detección de casos
(valores anormales)
Prediabetes
Glucosa plasmática en ayunas (verificar
estado de ayuno)
>100 mg/dl
Intolerancia a la glucosa (si se uso
prueba de tolerancia oral a la glucosa
2-h glucosa >140 y <200 mg/dl
Diabetes Mellitus
Dislipidemia
Glucosa en ayunas >126 mg/dl ó valor
aleatorio >200 mg/dl (si se uso prueba de
tolerancia oral a la glucosa, 2h glucosa
>200)
Si es asintomático debe repetir los
valores anormales en otra ocasión
Ayuno (12-14horas) lípidos
Triglicéridos
>110 mg/dl (percentil 75)
>160 mg/dl (percentil 90)
LDL Colesterol
>110 mg/dl (percentil 75)
>130 mg/dl (percentil 90)
Colesterol Total
>180 (percentil 75)
>200 (percentil 90)
HDL Colesterol
<35 mg/dl (percentile 10)
<40 mg/dl (percentile 25)
Hipertensión
Presión sanguínea >percentil 90
(estandarizado según sexo, edad y talla
en percentiles)
Hígado graso no alcoholic
Alanina aminotransferrasa >2 DE sobre
el límite del laboratorio
Fuente: August G, et al
76
Las niñas que alteran favorablemente su estado de sobrepeso entre la niñez y la
adolescencia tienen un perfil cardiovascular muy similar a aquellas que tuvieron
normopeso en ambos momento; los niños que cambiaron su sobrepeso a peso normal
muestran un perfil de factor de riesgo entre lo normal en ambas edades y sobrepeso en
ambas edades (Lawlor et al., 2010).
77
3.2 Tratamiento de la obesidad infantil
El tratamiento en edades tempranas de la obesidad, debe tener como objetivo principal
evitar que el niño en el futuro sea un adulto obeso. Este propósito se debe conseguir con
una alimentación adecuada, ejercicio físico y terapia conductual.
El tratamiento de la obesidad infantil es muy diferente al tratamiento en el adulto obeso,
puesto que éste depende principalmente de que los padres y la familia del niño entiendan
la base a seguir para conseguir el éxito (SEEDO). Los niños tienden a identificarse con
sus padres por ende imitan su comportamiento, estilo de vida y conductas alimentarias.
La intervención en la obesidad infantil muestra mejores resultados
mientras más
precozmente se la inicie, se deben tratar varios aspectos de forma integral y con un
equipo multidisciplinario de profesionales de la salud.
Es importante tomar en cuenta que el objetivo en el tratamiento de la obesidad infantil no
es necesariamente la pérdida de peso puesto que los niños se encuentran en crecimiento
y desarrollo; la meta del tratamiento es controlarlo y a futuro tener un adolescente y
adulto con normopeso y con hábitos de vida y alimentarios correctos.
El tratamiento de la obesidad infantil debe abordar tres puntos principales:
1. Tratamiento psicológico y abordaje familiar
2. Actividad Física
3. Tratamiento dietético Nutricional
3.2.1 Tratamiento psicológico y abordaje familiar
Los factores del pretratamiento que están asociados con el tratamiento de la obesidad
infantil
incluyen el género, el estado de peso inicial y síntomas de preocupación
psiquiátrica del niño. Se debe tomar en cuenta también los problemas psicológicos,
motivación baja, y pérdida de peso en los padres del niño a tratar para predecir el
resultado del tratamiento.
78
En el tratamiento de la obesidad infantil basada en la familia, se requiere la participación
activa de los padres junto con los niños. Aunque la participación de los niños es muy
importante,
los
padres
son
también
recomendaciones del tratamiento.
responsables
del
seguimiento
de
las
Las características que presentan los padres,
especialmente su motivación para participar en el proceso de tratamiento y tomar
responsabilidades recíprocas con sus hijos influye de manera directa. La motivación es
un requisito indispensable que permite abordar el problema de la obesidad infantil (Valero
et al., 2011).
La motivación es aquella que se refiere a un cambio de comportamiento, se ha
conceptualizado
en
términos
de
preparación
del
individuo
para
cambiar
un
comportamiento específico, que ha sido definida como el grado para que una persona
sienta que un cambio es importante y para que el nivel de confianza de esa persona le
dé la capacidad de hacer el cambio.
Los tres componentes de la motivación (importancia, confianza y preparación) influyen en
los resultados del tratamiento de obesidad; en el tratamiento inicial, tratamiento de
terminación, post tratamiento en la pérdida de peso y en la pérdida de peso al año de
tratamiento.
79
Gráfico Nº 13
Variables relacionadas con la Motivación
Fuente: Valero y Latorre
La motivación en el tratamiento de la obesidad infantil se enfoca como un proceso para
satisfacer necesidades, lo cual incluye un
ciclo motivacional, cuyas etapas son las
siguientes (Sarabia., 2011):
Homeostasis: Cuando el organismo humano permanece en estado de equilibrio.
Estímulo: Es cuando aparece un estímulo y genera una necesidad.
Necesidad: Esta necesidad (insatisfacción), provoca un estado de tensión.
Estado de tensión: La tensión produce un impulso que da lugar a un comportamiento
acción.
Comportamiento: El comportamiento, al activarse, se dirige a satisfacer dicha
necesidad.
Satisfacción: Si se satisface la necesidad, el organismo retorna a su estado de
equilibrio, hasta que otro estimulo se presente. Toda satisfacción es básicamente una
liberación de tensión que permite el retorno al equilibrio homeostático anterior.
80
Gráfico Nº 14
Ciclo de la Motivación
Homeostasis
Satisfacción
Estímulo
Ciclo de la
Motivación
Necesidad
Comportamiento
Estado de
tensión
Fuente: Sarabia 2011
A lo largo del tratamiento de la obesidad infantil, la evaluación de los padres,
preocupaciones y los informes de las barreras que se presentan y una retroalimentación
positiva de los pequeños cambios mejora las habilidades de los padres, así como su
sentido de autoeficacia. La adhesión (autocontrol) de los padres se ha asociado con la
confianza por parte de los padres, lo que se ha visto reflejado en la respuesta al
tratamiento temprano del niño (pérdida de peso en las primeras 5 semanas), así como la
respuesta de los padres al tratamiento (pérdida de peso en el post tratamiento). Estas
variables son las que mejor respuesta tienen en el cambio del peso del niño durante el
post tratamiento.
Factores relacionados con los niños son importantes para el mantenimiento del peso
durante el tratamiento antes que en la pérdida de peso. La pérdida de peso que
en el adulto es un objetivo principal, en el niño pasa a un segundo plano. El abordaje
hacia el cambio va dirigido a motivarle en la adquisición y mantenimiento de hábitos de
vida saludables.
81
Los hallazgos sugieren que la confianza de los padres puede predecir el abandono
prematuro de la familia basada en el tratamiento conductual. La investigación del rol que
desempeña la confianza de los padres es clínicamente útil, ya que permite identificar
tempranamente las familias en riesgo de mala evolución y sugiere posibles focos de
intervención, como adyuvante al tratamiento. Fortalecer la confianza de los padres al
comienzo del tratamiento, abordando cogniciones negativas y dando apoyo a los padres
puede mejorar y reducir el fracaso del tratamiento (Gunnarsdottir et al.,2011).
3.2.2 Actividad Física
En niños con obesidad, el ejercicio constante resulta en beneficios metabólicos y
psicológicos a través de la pérdida de peso por incremento de gasto energético y
disminución de la ingesta. Es muy importante tomar en cuenta recomendaciones
específicas de intensidad, duración, frecuencia, modalidad del ejercicio para el manejo de
la obesidad pediátrica. Para obtener resultados positivos es indispensable que el niño se
sienta a gusto con el tipo de deporte para que de esta manera pueda cumplir con éste a
largo plazo; los niños obesos pueden experimentar experiencias negativas si se los pone
a realizar actividades físicas destinadas a niños con normopeso. La estructuración de un
programa de actividad física llevará al éxito inicial en esta etapa del tratamiento. El
ejercicio físico vigoroso y constante disminuye grasa abdominal y el entrenamiento de
fuerza disminuye la resistencia a la insulina (Stephen et al., 2009).
Una dosis diaria de mínimo 40 minutos al día de actividad aeróbica adicional a los
programas escolares, ha demostrado una disminución de aparición de síntomas
depresivos y aumento de la autoestima en niños con sobrepeso y obesidad. Los efectos
del ejercicio físico ante signos de depresión resulta importante para la prevención de la
aparición de depresión clínica durante la infancia y la adolescencia (Petty et al., 2009).
La termogénesis por actividad física que realmente tiene mayor peso en el gasto
energético total sería la AFE, porque además de suponer un mayor gasto energético,
82
eleva el gasto basal durante todo el día. Lo más importante es educar en una vida activa
en la que se practiquen habitualmente una serie de movimientos cotidianos como andar,
pasear, subir escaleras, participar en tareas del hogar, disminuir el uso del transporte
público y el ascensor. Los niños deben acostumbrarse a incorporar el ejercicio a las
actividades de ocio, a programar actividades para el fin de semana, y evitar el
sedentarismo (Lama et al., 2006).
Es necesario controlar el mal uso o abuso de las TIC (televisión, internet, videojuegos,
telefonía móvil), desaconsejando la existencia de estos aparatos en la habitación y
reduciendo el número de ellos en el hogar.
Diariamente los niños y adolescentes deben realizar 1 hora diaria o más de actividad
física. Las recomendaciones referentes al tipo de ejercicio incluyen tanto ejercicios
aeróbicos como de resistencia o de flexibilidad. Los niños obesos suelen necesitar un
inicio de baja intensidad para paulatinamente ir incrementando el tiempo y la intensidad
de la actividad (ACSM., 2011).
Tanto en la escuela como fuera de ella, incrementar la frecuencia o la intensidad de la
actividad física permite reducir las actividades sedentarias, lo que puede traducirse como
un balance energético negativo, y un cambio en la composición corporal que permite
disponer de un organismo mejor adaptado y con menores riesgos de enfermar; y
consecuentemente en una mejora calidad de vida para el niño y para el futuro adulto.
3.2.2.1 Recomendaciones de Actividad Física
 El niño no debe estar sentado mucho tiempo
 Debe subir las escaleras
 Llevarle caminando al colegio o bien que camine algún tramo
 Enseñarle a usar el transporte público
 Disminuir al máximo el transporte motorizado
 Máximo tiempo de televisión, ordenador, etc.: 2 h/día
83
 Todos los días después del colegio algún tiempo de actividad física
 Programa actividades al aire libre para el fin de semana: bicicleta y caminar
 Programa actividad física extra 3-4 veces por semana
 Reforzar la actividad física mediante la compañía de la familia
3.2.3 Tratamiento Dietético Nutricional
Es necesario que todos los profesionales que forman parte del equipo que trata al niño
obeso y su familia difundan de manera constante mensajes positivos acerca de
alimentación saludable y ejercicio físico.
Para la efectividad de las intervenciones de consejo dietético es necesaria la adaptación
del consejo a las barreras y circunstancias concretas en cada caso: gustos, costes,
accesibilidad, puntos de vista de los miembros de la familia o el tiempo.
En el diseño de intervenciones dietéticas en obesidad es necesario tener en cuenta el
estilo de vida y los factores de desarrollo de los niños y adolescentes. Se debe considerar
los horarios y actividades de la escuela, responsabilidades familiares, actividades
extracurriculares, etapa de desarrollo y crecimiento en la que se encuentran, diferencias
culturales y comportamientos respecto a los alimentos, influencia de la familia sobre el
comportamiento alimentario; lo cual permitirá obtener su atención y participación en el
tratamiento dietético (Neumark et al., 2008).
El enfoque del tratamiento dietético debe ir encaminado a cambios de comportamiento
sostenibles, es decir de hábitos alimentarios saludables. Entre los principales para el
tratamiento se debe incluir:
1. Ingesta de desayuno saludable
2. Consumo de cinco comidas al día
3. Tamaño de las porciones y control de la densidad energética
84
4. Reemplazo de bebidas calóricas por agua
5. Consumo de fibra dietética
6. Incremento de la ingesta de frutas y verduras
7. Control del uso de Televisión, Internet, Videojuegos y Telefonía móvil (TICS)
Ingesta de desayuno saludable
Desayunar bien es recomendable a cualquier edad y principalmente durante la infancia y
adolescencia porque mejoran la atención, concentración y ayudan a mantener un peso
adecuado. Ayuda a mantener un peso saludable, evita picar entre horas y por ende evita
la elección de alimentos poco saludables. Un desayuno completo incluye fruta, lácteo y
cereales (García et al., 2007).
El desayuno, considerado como el primer alimento del día que interrumpe el periodo más
largo de ayuno, correspondiente al descanso nocturno de 8 a 10 horas, se constituye en
la alimentación más importante de la jornada, principalmente para los niños y las niñas
que están en pleno crecimiento y desarrollo. Por ello, la omisión o la insuficiencia de ese
aporte tienen una particular repercusión entre los 6 y los 12 años de edad, etapa en la
que el desayuno debería cubrir la tercera parte de la energía requerida por día: alrededor
de 600 kilocalorías (Roncal., 2007).
El consumo del desayuno ha mostrado tener efectos positivos en evaluaciones del
rendimiento académico a través de resultados de exámenes, calificaciones escolares e
incrementos en la asistencia a la escuela (Lozano et al., 2006).
Se ha relacionado el consumo del desayuno con algunos parámetros cognitivos como: la
concentración, el razonamiento, creatividad o generación de ideas, resolución de
problemas y vocabulario (Benton et al., 2007).
85
Consumo de cinco comidas al día
Una alimentación saludable está compuesta de 5 comidas repartidas a lo largo del día.
Es importante mantener horarios fijos de comidas, adecuados a las actividades de los
niños con el fin de evitar picoteos, ansiedad y que lleguen con más hambre a las comidas
principales.
La frecuencia de consumo normal se compone de tres comidas principales, pero el patrón
alimentario ha ido cambiando con el tiempo debido a la influencia de factores
ambientales; en la actualidad los patrones alimentarios son más irregulares e incluyen el
consumo de snacks y comida chatarra a lo largo del día.
Los patrones de frecuencia de consumo de comidas diarias se ha asociado con una
disminución de grasa corporal en niños y adultos. Se ha visto que las personas que con
IMC normales consumen típicamente 5 comidas al día (Kinunkan y Kravitz., 2005).
Uno de los componentes del gasto energético diario es el efecto térmico de la comida,
termogénesis que acompaña a la digestión, absorción, distribución y almacenamiento de
los nutrientes; regulado por el sistema parasimpático, representa el 10% del gasto
energético diario (230 kcal/día) y tiene un componente adaptativo (35%) que depende de
la dieta y está regulado por el sistema simpático. El efecto térmico de la comida está
disminuido en situaciones de resistencia a la insulina y de obesidad (Obregón., 2007).
El consumo de varias comidas al día se relaciona con beneficios metabólicos para la
pérdida de peso. El efecto térmico de los nutrientes es muy diferente para los distintos
alimentos, siendo mayor con la ingesta de hidratos de carbono y proteínas que con la de
grasas. Por todo lo mencionado anteriormente es recomendable realizar cinco comidas al
día (tres principales y dos colaciones) en presencia de sobrepeso y obesidad, además
ayuda a evitar el picoteo, ansiedad y la elección de comida no saludable.
86
Tamaño de las porciones y control de la densidad energética
En niños pequeños
la ingesta de alimentos relativamente no se ve afectada por el
tamaño de la porción. Existen evidencias que muestran que la cantidad de la porción
consumida por niños de 2 años se mantiene estable por un período de 20 años. Lo que
sugiere que los niños pequeños en lugar de responder a las señales de los alimentos
tales como el tamaño de las porciones, son capaces de auto regular su ingesta mediante
respuestas fisiológicas de hambre y saciedad. Sin embargo a medida que el niño va
creciendo, las señales internas empiezan a tener un menor efecto sobre la ingesta de
alimentos y los factores externos como el tamaño de las porciones, tienen mayor
influencia (Ello-Martin et al., 2005).
Los niños que aumentan su ingesta y el tamaño de sus porciones son aquellos que
empiezan a comer en ausencia de hambre, mientras que a los niños que se les enseña a
concentrarse en las señales de saciedad, indicadas por la plenitud del estómago, comen
una cantidad adecuada de alimentos.
La respuesta al aumento del tamaño de las porciones en casa, en la escuela,
restaurantes y supermercados; es una conducta aprendida por el niño, que desplaza la
atención de las señales internas de hambre y saciedad hacia las señales de comida en el
medio ambiente. La falta de señales de saciedad puede predispone a los niños a comer
más en un entorno en el que las grandes porciones de alimentos de sabores agradables
y poco nutritivos están disponibles.
Por todo lo mencionado es muy importante el rol de los padres y cuidadores o
encargados de la alimentación del niño ayuden a los niños a comer porciones adecuadas
de alimentos variados y nutritivos
y permitan a los niños determinar cuánto quieren
servirse a si mismos. Los adultos deben alentar a los niños a reconocer las señales de
hambre y saciedad y contar con estas señales al inicio y al final de cada comida, los
87
niños no deben ser obligados a limpiar sus platos, ni se deben dar premios o
recompensas por ello.
En el tratamiento de la obesidad infantil es indispensable ayudar a los niños a recuperar
su capacidad de reconocer y responder apropiadamente a las señales internas y a
resistir a las influencias ambientales sobre el consumo, como el tamaño de las porciones
y su densidad energética.
El tamaño de las porciones y su densidad energética trabajan juntas para influir en la
ingesta de energía y en la saciedad.
Para la reducción de peso en los niños es
importante reducir la densidad energética, no siempre es necesaria la reducción del
tamaño de las porciones.
Reemplazo de bebidas calóricas por agua
Dentro de una alimentación saludable son tan importantes los alimentos que la
conforman, con sus raciones diarias recomendadas, como las bebidas a incluir. El agua
es la bebida que deben consumir los niños tanto en las comidas como fuera de ellas
como una estrategia de hábito de vida saludable, que ayudará a prevenir el sobrepeso.
De este modo, su consumo como bebida de referencia en la mesa ha de
extenderse también a la escuela (SEDCA., 2009).
Se pueden obtener muchas ventajas en el abordaje de la conducta de bebidas a elegir
en niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad. El consumo de bebidas azucaradas
está directamente relacionado con el aumento de peso y obesidad en niños y
adolescentes.
El agua natural no contiene calorías y puede ayudar a mantener un peso saludable si
ésta reemplaza el consumo de bebidas que contienen azúcar. El consumo de agua tiene
88
un efecto regulador sobre el peso corporal cuando va a acompañado de una menor
ingesta de calorías, ya que favorece la termogénesis corporal.
Se ha visto que al combinar intervenciones educativas y ambientales, con un pequeño
enfoque en la promoción y provisión del consumo de agua, puede reducir efectivamente
el riesgo de sobrepeso en niños (Reinehr et al., 2009). La disminución del consumo de
bebidas carbonatadas unido a un programa de educación nutricional como el consumo de
agua y bebidas acalóricas, resulta en la disminución de la prevalencia de obesidad a lo
largo de un año. Tanto el entorno familiar como la colaboración de los maestros en el
entorno educativo, son indispensables para la obtención de una modificación sostenible.
El Agua Corporal Total (ACT) representa aproximadamente el 60% del peso corporal total
(Ver Gráfico) de una persona. Este volumen de agua corporal, como porcentaje de masa
libre de grasa o masa magra, es mayor en los niños y va declinando con la edad. Cuando
el contenido graso, como ocurre en la obesidad, la fracción acuosa del tejido adiposo
disminuye.
Gráfico Nº 15
Agua Corporal Total como % del peso total corporal en diferentes edades
Fuente: SEDCA
89
Los niños tienen mayor agua corporal que los adultos y son más susceptibles a la
deshidratación, por lo que requieren de mayor consumo de agua (Ver tabla Nº16).
Tabla Nº 17
Ingesta adecuada de agua durante la infancia y adolescencia
Fuente: SEDCA
Consumo de fibra dietética
El consumo de fibra dietética es eficaz para el control del peso corporal y el tratamiento
de la obesidad.
La fibra dietética participa en el metabolismo energético y en la
disminución del peso corporal; entre otros:

Su elevada capacidad para retener agua junto con su bajo poder energético,
contribuyen a disminuir la densidad calórica de la dieta.

Se necesita una mayor masticación y , por tanto, un mayor tiempo para la
ingestión de los alimentos. Esta mayor masticación, a la vez, estimula la secreción
de saliva y de jugo gástrico, que distienden el estómago y favorecen la sensación
de saciedad.
90

Reduce la velocidad del vaciamiento gástrico, disminuyendo como consecuencia
el hambre, prolongando la sensación de saciedad.

Disminuye la absorción de ácidos grasos y de sales biliares en el intestino
delgado.

La dieta rica en fibra es más voluminosa.

La fibra perjudica la habilidad del intestino delgado para absorber nutrientes.

La dieta rica en fibra retrasa la aparición del apetito por su efecto saciante, como
consecuencia de su mayor volumen en estómago y los cambios que provoca en
las
concentraciones
de
diversas
hormonas
(insulina
y
glucagón)
y
neurotransmisores (serotonina y noradrenalina).
Educar a los niños a un adecuado consumo de fibra es de gran importancia ya que marca
los hábitos alimenticios que mantendrán en la vida adulta y previenen o ayudan a
controlar enfermedades relacionadas con la baja ingesta de fibra entre las que se incluye
la obesidad.
El consumo de fibra debe incrementarse en los niños, incluso al doble del consumo
actual, su consumo no afecta los niveles de vitaminas y minerales en niños con una
alimentación adecuada y aporta con beneficios importantes para su salud. La fibra al
tener un efecto saciante no solo disminuye la sensación de hambre, sino la cantidad de
alimentos ingerida, y además corrige el etreñimiento al aumentar el volumen fecal.
Las recomendaciones de consumo de fibra más utilizadas
son las de la Academia
Americana de Pediatría (APP) y de Williams et al (Ver Tabla Nº17).
91
Tabla Nº 18
Recomendaciones de Ingesta de fibra para niños
Edad
APP
Williams et al
Recomendaciones de
ingesta fibra
0,5 g/kg de peso corporal
Edad del niño + 5g día
Fuente: Redondo., 2000.
Incremento del consumo de frutas y verduras
El incremento del consumo de frutas y verduras combinado con cereales, ayudan en el
tratamiento del control de peso debido a la saciedad que éstos producen. Las frutas y
verduras reducen el riesgo de cáncer y de enfermedades crónicas ya que aportan
vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra; todos indispensables para mantener una
buena salud (CDC).
El uso de frutas y verduras ayuda a la creación de platos saludables, reemplazando
ingredientes altamente calóricos y dando una mayor saciedad, debido a su gran
contenido en fibra y agua. Las frutas y verduras permiten mantener el volumen de las
comidas reduciendo la densidad energética, ya que la mayoría de frutas y verduras son
bajas en grasa y aportan con muy pocas calorías.
En el año 2004, la Organización Mundial de la Salud declara que el consumo de frutas y
verduras en cantidad suficiente puede salvar cada año hasta 2,7 millones de vidas.
Es esta una de las razones por las que se recomienda consumir al menos 5 porciones de
frutas y verduras todos los días, lo que corresponde a 400 gramos. Estas ayudan a
reducir
el
riesgo
de
algunos
tipos
de
cáncer
y
las
enfermedades
cardiovasculares (hipertensión arterial, diabetes mellitus, colesterol elevado, entre otras).
92
Control del uso de Televisión, Internet, Videojuegos y Telefonía móvil (TICS)
La Sociedad Americana de Pediatría recomienda que los padres deben limitar el tiempo
dedicada a la media a menos de dos horas al día (televisión, computador,
videojuegos,etc.).
La intervención para la reducción de horas dedicados a la media debe estar enfocada en
objetivos conductuales que incluyen:

reducir el tiempo frente al televisor

apagar el televisor cuando nadie lo esté viendo

no ingerir alimentos frente al televisor

no tener televisor en el dormitorio de los niños

tener momentos de diversión que no estén relacionados con la media

comer siempre sentados en el comedor

no tener televisión en el comedor
Los objetivos en la rutina diaria entre padres e hijos debe incluir: discutir moralejas acerca
del programa de televisión que se ha visto, momentos para compartir las experiencias
individuales de los miembros de la familia, aprender sobre formas inteligentes de mirar la
televisión, escoger alternativas que reemplacen la televisión y el uso de videojuegos
(Escobar et al., 2010).
El compromiso por parte de los padres en la intervención de la promoción de la salud de
los niños se requiere para poder lograr el éxito. Incentivar a los padres con estrategias
específicas para la reducción del uso de la media ayuda positivamente a mejorar la salud
de sus hijos y a la creación de hábitos y estilo de vida saludable.
93
CAPÍTULO 4
GUÍA EDUCATIVA PARA EL MANEJO DIETÉTICO NUTRICIONAL DE SOBREPESO
Y OBESIDAD INFANTIL
4.1 Objetivos
Objetivo General

Ofrecer una herramienta útil que facilite tratamiento de la obesidad infantil en el
aspecto dietético nutricional.
Objetivos Específicos

Educar a los padres de familia y encargados de la alimentación de los niños,
facilitando información y consejos básicos para el control de sobrepeso y
obesidad infantil.

Emitir nuevos conocimientos sobre alimentación sana y hábitos de vida
saludables.
94
4.2 Metodología
Esta guía ha sido elaborada como una herramienta (Ver Anexo 3) que facilita la
educación nutricional de padres y cuidadores de niños con problemas de sobrepeso
u obesidad, ya que son los principales implicados en el tratamiento de los niños para
lograr cambios en el estilo y hábitos de vida saludables. Es una herramienta a ser
usada por nutricionistas, pediatras y personal de salud implicados en el tratamiento
integral de la obesidad infantil.
La guía contiene los principales hábitos dietéticos saludables que deberían ser
modificados tanto en los niños como en sus familias, por lo que lo ideal es trabajar
con
los
conocimientos
de
alimentación
y
nutrición
de
forma
progresiva,
retroalimentando cada aspecto en las diferentes sesiones que incluirá el tratamiento.
Los resultados deberán ser evaluados y controlados por el profesional de salud, a
través de encuestas dietéticas y toma de medidas antropométricas básicas (peso y
talla) de manera regular, quincenal o mensualmente según las necesidades de cada
paciente. Es importante mencionar que en el tratamiento de la obesidad infantil más
que lograr una pérdida de peso, se busca mantener un IMC estable y cambios en el
estilo de vida, por lo que es necesaria la retroalimentación de éstos en las diferentes
sesiones.
95
4.3 Introducción
La prevalencia y desarrollo de obesidad infantil ha aumentado de forma alarmante en los
últimos años. La obesidad infantil es una enfermedad crónica que constituye un gran
riesgo para la salud de los infantes, por lo que la OMS la ha calificado como la epidemia
del siglo XXI. El incremento de la obesidad infantil va acompañado de complicaciones
que implican riesgos futuros en la salud y calidad de vida tanto en la infancia como en la
edad adulta.
Una nutrición inadecuada durante el periodo prenatal, la lactancia y la infancia, seguida
de una exposición a alimentos ricos en calorías, grasas, sales, azúcares y pobres en
micronutrientes, y la tendencia a la disminución de actividad física a medida que el niño
va creciendo; es decir a un desbalance energético son las principales causas de la
obesidad infantil.
Esta guía ha sido elaborada como una herramienta de educación nutricional, está dirigida
a padres de familia y a personas a cargo de la alimentación de niños y adolescentes con
problemas de sobrepeso y obesidad con el fin de facilitar su tratamiento en esta área. El
rol que cumplen los padres, especialmente su motivación para participar en el proceso de
tratamiento dietético nutricional, influye de manera directa en los resultados
que se
obtendrán del mismo.
Lo más importante es prevenir y tratar la obesidad infantil, la mejor manera de hacerlo es
a través de la educación nutricional siempre asociada a la actividad física. La adquisición
de hábitos alimentarios y estilos de vida saludables tanto en el niño como en su familia
son indispensables
para disminuir los riesgos de enfermedad cardiovascular, evitar
complicaciones, mantener una buena salud y un peso saludable.
96
4.4 ¿Qué es una dieta equilibrada?
Es aquella que aporta con la energía y nutrientes necesarios en cantidad y calidad, para
cubrir los requerimientos nutricionales del niño que garanticen una buena salud,
crecimiento y desarrollo.
4.4.1 ¿Qué debe contener una dieta equilibrada?
Una dieta equilibrada debe incluir todos los grupos de alimentos de la pirámide
alimenticia: cereales, frutas, verduras, aceites, lácteos, carnes y pescados; de una forma
variada, suficiente y adecuada a la edad, sexo, peso y actividad de cada niño.
Pirámide de Alimentación Sana
Fuente: US Dept. of Agriculture, USDA
97
Cereales, tubérculos y derivados: constituyen la mayor parte de la pirámide alimenticia
y aportan principalmente energía; son el combustible del cuerpo humano, por lo que se
las debe incluir diariamente.
Se debe preferir los cereales integrales ya que estos aportan fibra y vitaminas del grupo
B.
Verduras y Frutas: son ricas en vitaminas, minerales, fibra y agua. Ayudan al proceso
digestivo, absorción de nutrientes y a su eliminación. Su consumo habitual previene
enfermedades y deben estar presentes en la mayor parte de comidas a lo largo del día.
Lácteos y derivados: son la principal fuente de calcio por lo que su consumo es
fundamental para el crecimiento y desarrollo de la estructura ósea y para la salud de los
dientes.
98
Los lácteos y sus derivados son alimentos muy completos, aportan proteínas, grasas,
hidratos de carbono, vitaminas y minerales. Se recomienda el consumo de lácteos
desnatados por su bajo aporte en grasa.
Carnes, pescados, huevos y leguminosas: proporcionan principalmente proteínas de alto
valor nutritivo, esenciales para la formación y crecimiento de los tejidos. Aportan también
con hierro y zinc. Se debe preferir las carnes magras.
Grasas: tienen una función energética y formadora. Su aporte es fundamental para la
reserva de energía y para el transporte de vitaminas liposolubles, entre otras. Se debe
elegir las grasas de origen vegetal por su alto aporte de grasas poliinsaturadas y
monoinsaturadas. No se debe abusar de su consumo.
Los frutos secos, aguacate, semillas, se pueden incluir en este grupo.
Azúcares: debido a su riqueza en calorías vacías se las debe consumir en muy poca
cantidad, su función es aportar energía pero muy pocas vitaminas y minerales.
Junto con el grupo de azúcares se incluyen los productos de bollería, dulces, embutidos,
colas, snacks; ya que al ser alimentos ricos en grasas y azúcares se los debe consumir
ocasionalmente.
99
4.5 Plan de alimentación saludable
Plan de alimentación de 2 a 5 años
100
Plan de alimentación de 6 a 9 años
Plan de alimentación de 10 a 18 años
101
4.6 Hábitos alimentarios y recomendaciones saludables para el control de peso
Importancia del desayuno
Desayunar bien es recomendable a cualquier edad y principalmente durante la infancia y
adolescencia porque mejoran la atención, concentración y ayudan a mantener un peso
adecuado.
Ayuda a mantener un buen nivel de sustratos energéticos hasta la hora del receso
escolar, asegurando un buen funcionamiento cognitivo y rendimiento en sus actividades
diarias.
¿Qué debe contener un desayuno completo?
Un desayuno debe estar compuesto por un lácteo, una fruta o zumo de fruta fresca y
cereales.
Un desayuno completo disminuye el riesgo del consumo de bollería, comida chatarra o de
una sobreingesta. Ayuda a mantener el equilibrio nutricional de la dieta diaria.
Lácteo
Fruta
Cereales
Yogur
½
Leche descremada
naranja natural
Cereales para desayuno
Queso
1 manzana pequeña
Galletas
2 mandarinas
Granola
1 kiwi
Avena
1 pera
Tostadas
vaso
de
1 taza papaya
102
jugo
de Pan
Ejemplos de desayunos completos
Ejemplo 1
1 taza de papaya picada
240 ml de yogurt de fresa desnatado y edulcorado
20 gr de pan con jamón de pavo
Ejemplo 2
1 kiwi
¾ taza de cereales integrales de desayuno
1 vaso de leche desnatada
Ejemplo 3
½ vaso de zumo de naranja natural sin azúcar
1/3 taza de granola
Yogurt natural o de sabor desnatado
Ejemplo 4
1 vaso de batido de leche desnatada con melón (edulcorante)
Sánduche de queso bajo en grasa
Ejemplo 5
1 rodaja de sandía
1 vaso de leche desnatada con 2 cucharaditas de cacao en polvo
4 galletas María
103
Recuerda

El lácteo debe ser descremado, los cereales preferiblemente integrales y bajos en
azúcar y la fruta o zumos deben ser naturales y sin azúcar añadida.

El desayuno es indispensable para cortar el largo ayuno de energía y nutrientes
producido durante las horas de sueño.

Dar el tiempo necesario para la preparación y consumo del desayuno sin omitirlo
es muy importante.
104
4.7 Cinco comidas al día para mantener buena energía
Una alimentación saludable está compuesta de 5 comidas repartidas a lo largo del día.
Es importante mantener horarios fijos de comidas, adecuados a las actividades de los
niños con el fin de evitar picoteos, ansiedad y que lleguen con más hambre a las comidas
principales.
Los días festivos, vacaciones o fines de semana se pueden realizar 4 comidas al día.
Desayuno
Media
Almuerzo
Media tarde
Merienda
mañana
1 lácteo
Fruta + cereal
un
1 fruta
o
verdura
1
ración
cereales
de Cereal + lácteo
plato
de Lácteo + cereal un
o
carne,
pollo, Cereal + fruta
pescado,
huevo
plato
de
verdura
carne,
pollo,
pescado,
o
huevo
leguminosa
leguminosa
cereal
cereal
fruta o lácteo
fruta o lácteo
105
o
Ejemplo de las 5 comidas
Desayuno
Horario de comidas
Ejemplo de Menú
7:00
1 naranja
1 vaso de yogur de sabor desnatado
¾ taza de cereales para desayuno
½
10:00
mañana
Sánduche de jamón de pavo con tomate
1 manzana
Agua
Almuerzo
13:00
1 plato de ensalada tomate con pepinillo
Un trozo pollo al jugo con champiñones
2 tortillas de papa
1 taza de frutillas
½ tarde
16:00
Un yogur natural desnatado
1/3 taza granola
Merienda
19:00
1 plato de verduras salteadas
Un trozo de carne a la plancha
Arroz
Fruta o lácteo
Recuerda

Se debe planificar junto con los niños los menús semanales, sobre todo las
colaciones escolares, para ir creando conciencia sobre la importancia de la
elección de alimentos saludables.

Si el niño recibe alimentación en la escuela o colegio, se deben cumplir las pautas
alimentarias saludables en casa.

Se debe cumplir horarios fijos de comidas y no se debe omitir ninguna comida.
106
4.8 Incremento del consumo de frutas y verduras
5 al día
El consumo de 5 porciones al día entre frutas y verduras resulta en la reducción de
enfermedades crónicas y contribuye a la reducción de algunos tipos de cáncer
La mayoría de frutas y verduras son naturalmente bajas en grasa, sodio y calorías. Se
debe preferir la fruta al natural en vez de zumo, de esta manera se aprovecha su fibra
natural.
Lo ideal es consumir 2 platos de verduras y 3 frutas de diferentes colores todos los días,
cada color aporta un componente y una función saludable específico.
Vitamina C: kiwi, naranja, limón, melón, frutilla, pepino dulce; brócoli, pimentón, col,
coliflor.
Favorece la absorción de hierro , fortalece sistema inmunológico.
Vitamina A: Caqui, damasco, níspero, papaya, zanahoria, acelga.
Esencial para el crecimiento normal para la salud piel, ojos, dientes, encías y cabello.
Vitamina E: Durazno, cerezas, damasco, ciruela. Aguacate, espárragos, espinacas,
acelgas, brócoli.
Actúa como antioxidante contra los radicales libres.
Vitamina B1 (tiamina): naranja, uva, pepino, chirimoya, piña, sandía, espinaca, zapallo,
zanahoria, espárrago, betarraga, brócoli, tomate, lechuga.
Mejora el apetito , buen funcionamiento del sistema nervioso.
Vitamina B2 (riboflavina): Remolacha, champiñones, lechuga, espárrago.
107
Piel sana, liberación de energía de los alimentos para el normal funcionamiento del
organismo.
Vitamina B3 (niacina): Durazno, cerezas, kiwi, chirimoya, pepino dulce, vainita,
champiñones, espárragos, alcachofas, arveja, tomate.
Ayuda a aprovechar la energía de los alimentos.
Vitamina B6: plátano, aguacate, zanahoria, coliflor, espinaca, pimentón.
Ayuda a la formación de proteínas y de los glóbulos rojos; favorece funcionamiento del
sistema nervioso.
Ácido fólico: mora, naranja, frambuesa, kiwi, espinaca, espinaca, achicoria, espárragos,
alcachofa, brócoli, vainita.
Contribuye al crecimiento normal del feto, ayuda a funciones del tracto intestinal, previene
algunos tipos de anemia.
Potasio: plátano, naranjas, kiwi, damasco, melón, aguacate, remolacha, espinaca,
acelga.
Ayuda a regular el balance de agua del organismo y a mantener la presión sanguínea
normal.
Magnesio: kiwi, plátano, choclo, habas, frutos secos y hortalizas verdes.
Participa en la actividad neuromuscular y en el metabolismo de los carbohidratos, gran
parte forma parte de los huesos.
108
¿Cómo incentivar el consumo de frutas y verduras en la alimentación diaria del
niño?

Mantener un recipiente de frutas variadas y coloridas en la cocina para incentivar
su consumo.

Se debe incluir las frutas y verduras diariamente en diferentes tipos de
preparación y de cocción.

Incluir la fruta en el desayuno, como postre y en la lonchera escolar.

Incluir verduras como tomate, lechuga y pepino en sánduches para el desayuno y
refrigerios.

Incluir frutas en mezclas con yogur bajo en grasa o cereales integrales.
 Incluir frutas variadas durante el día y preferir las de temporada por su bajo
costo.

Comenzar cada día con una fruta natural o jugo de fruta sin azúcar.

Aumentar el tamaño de la porción de verduras de lo que se come habitualmente.

Siempre agregar una porción de diferentes verduras a las comidas habituales

Al sentir hambre, consumir una fruta o verdura.

Cada semana incluir una nueva fruta o verdura.

Planificar algunas comidas con un plato principal de verduras.

Si se come fuera de casa incluir siempre un plato de ensalada y reemplazarlo por
guarniciones fritas o ricas en grasa como las papas fritas.
Recuerda
No se debe abusar del consumo de frutas, a pesar de ser saludables aportan con
azúcares simples.
No elegir frutas enlatadas, confitadas o en almíbar ya que contienen grandes cantidades
de azúcares añadidos.
109
Si se consume frutos secos tomar en cuenta que la porción es un puñado, ya que son
ricos en calorías.
Aderezar la ensalada con poca sal, 1 cucharita de aceite de semillas y limón. No se
recomienda el uso de aderezos comerciales y mayonesa.
Consumir cinco porciones diarias entre frutas y verduras.
4.9 Una vida activa cambiará tu vida
La realización de actividad física adecuada implica la reducción de conductas
sedentarias, facilita el mantenimiento del peso en los niños y disminuye el riesgo de
enfermedades.
Mantener una vida activa con ejercicio físico resulta en beneficios metabólicos y
psicológicos a través de la pérdida de peso por incremento de gasto energético y
disminución de la ingesta.
Aumentar la actividad física en la vida cotidiana reduce conductas sedentarias, el niño
reduce el tiempo dedicado a la televisión, computador y videojuegos.

Los niños y jóvenes de 5 a 17 años deben invertir como mínimo 60 minutos
diarios en actividades físicas de intensidad moderada a vigorosa. La actividad
física por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportará un beneficio aún
mayor para la salud.

La actividad física diaria debería ser, en su mayor parte, aeróbica. Convendría
incorporar, como mínimo tres veces por semana, actividades vigorosas que
refuercen, en particular, los músculos y huesos.
110
Pirámide de la Actividad física
Beneficios de la actividad física

Ayuda al desarrollo de un aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones)
cardiovascular (corazón y pulmones) sanos.

Permite aprender a controlar el sistema neuromuscular (coordinación y control de
los movimientos).

Ayuda a mantener un peso corporal saludable.

Efecto positivo en la distribución y reducción de grasa corporal

Aumenta la elasticidad y agilidad

Aumenta la autoestima

Control de apetito, ansiedad y depresión.

Aporta beneficios cardiovasculares, psicológicos y además estimula la función
cognitiva y la concentración.

Contribuye al desarrollo social de los jóvenes, fomentando la autoconfianza, la
interacción social y la integración.
111

Facilita otros comportamientos saludables en la adolescencia; los jóvenes tienden
a evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas.
Recomendaciones de Actividad Física
 El niño no debe estar sentado mucho tiempo
 Debe subir las escaleras
 Llevarle caminando al colegio o bien que camine algún tramo
 Enseñarle a usar el transporte público
 Disminuir al máximo el transporte motorizado
 Iniciar con ejercicios de baja intensidad para paulatinamente ir incrementando el
tiempo y la intensidad de la actividad.
 Máximo tiempo de televisión, ordenador, videojuegos, etc.: 2 h/día
 Todos los días después del colegio algún tiempo de actividad física
 Programa actividades al aire libre para el fin de semana: bicicleta y caminar
 Programa actividad física extra 3-4 veces por semana
 Reforzar la actividad física mediante la compañía de la familia
Recuerda

Se debe educar a los niños en una vida activa en la que se practiquen
habitualmente una serie de movimientos cotidianos como andar, pasear, subir
escaleras, participar en tareas del hogar, disminuir el uso del transporte público y
el ascensor.

Los niños deben acostumbrarse a incorporar el ejercicio a las actividades de ocio,
a programar actividades para el fin de semana, y evitar el sedentarismo.

Las horas de televisión y videojuegos deben limitarse a máximo 2 horas al día.
112

Ver televisión favorece el picoteo y la elección de alimentos poco nutritivos debido
a los mensajes que emiten los anuncios publicitarios
4.10 Agua la bebida por excelencia: Hidratate
El agua es la bebida por excelencia y la que deben consumir los niños tanto en las
comidas como fuera de ellas como una estrategia de hábito de vida saludable, que
ayudará a prevenir el sobrepeso y a mantener un peso saludable.
El consumo de bebidas azucaradas o carbonatadas está directamente relacionado con el
aumento de peso y obesidad en niños y adolescentes, por lo que es indispensable limitar
su consumo.
El agua es el único líquido indispensable para el cuerpo humano, ayuda a los órganos y
tejidos a realizar sus funciones con normalidad. Cumple funciones de disolución, de
transporte, estructurales, regulación de la temperatura y lubricantes.
Se debe consumir entre 6-8 vasos al día de agua aunque el niño no tenga sed. La sed es
un indicador de deshidratación.
113
¿Cómo incentivar el consumo de agua en los niños?

Tener siempre una jarra de agua sobre la mesa del comedor.

Acompañar todas las comidas con agua y no con colas o jugos artificiales.

Incluir una botella de agua en la lonchera escolar de los niños.

Limitar el consumo de bebidas azucaradas a una al día, si no se las consume será
más beneficioso.
Recuerda

Las bebidas refrescantes como colas o jugos artificiales hay que tratar de
eliminarlas de la dieta del niño porque son muy calóricas y tienen un exceso de
azúcares añadidos.

No se debe abusar del consumo de fruta natural porque igual aporta azúcares
simples.

No incluir bebidas refrescantes en la lista de compras; si el niño tiene a la vista
estas bebidas se incentiva su consumo.
114

Fuera de casa preferir bebidas light pero no abusar de su consumo; contienen
colorantes , gas y saborizantes artificiales.
4.11 Tamaño de las porciones y densidad energética
La respuesta al aumento del tamaño de las porciones en casa, en la escuela,
restaurantes y supermercados; es una conducta aprendida por el niño, que desplaza la
atención de las señales internas de hambre y saciedad hacia las señales de comida en el
medio ambiente.
El tamaño de las porciones y su densidad energética trabajan juntas para influir en la
ingesta de energía y en la saciedad.
Para el control de peso en los niños es importante reducir la densidad energética y
consumir la porción adecuada según la edad.
Se debe omitir la elección de porciones agrandadas en establecimientos de comida y
supermercados. Incentiva a un consumo calórico innecesario.
¿Cómo disminuir la densidad energética de las preparaciones?

Reemplazar ingredientes muy calóricos por ingredientes saludables.

Elaborar salsas caseras, como salsa de yogur natural con especias para añadir a
las ensaladas y sánduches reemplazando la mayonesa.

Incluir preparaciones al horno, al vapor, a la plancha, estofado y evitar las frituras
y rebosados.

Incluir verduras y hortaliza en la mitad del plato, por la saciedad que brindan y su
bajo aporte calórico.
115

El uso de frutas y verduras ayuda a la creación de platos saludables,
reemplazando ingredientes altamente calóricos y dando una mayor saciedad,
debido a su gran contenido en fibra y agua

Sacar la grasa visible de las carnes antes de cocinarlas.

Sustituir ingredientes calóricos por aquellos bajos en calorías:
Sustituir leche entera por leche desnatada
Sustituir la nata o crema de leche por yogurt desnatado
Sustituir el queso por queso fresco o bajo en grasa
Sustituir la mayonesa o margarina por una versión "light"
Sustituir un huevo entero por una clara de huevo
Sustituir salchichas de cerdo por las del pollo o pavo.
Sustituir la carne picada habitual por la carne más tierna seleccionada y picada
individualmente (de pollo, ternera).
Sustituir embutidos grasos por las clases más magros (jamón, de pollo, pavo).
Ejemplos de salsas bajas en calorías

Salsa de tomate y champiñones
Cocer un tomate y un poco de cebolla picada a fuego lento. Añadir champiñones
cortadas en láminas finas. Añadir sal, pimienta y orégano a gusto.

Salsa de yogurt
116
Mezclar una cucharada sopera de yogurt natural desnatado con un poco de mostaza, sal,
pimienta
y una rodaja de limón. Se puede perfumar con cebolleta, finas hierbas,
alcaparras picadas, curry, etc.

Vinagreta de régimen
Mezclar bien una cucharadita de aceite de oliva, de mostaza, zumo de limón, vinagre, sal
y pimienta.

Salsa americana modificada
Mezclar un tomate, un puerro, una cebolla, zumo de limón, dos dientes de ajo, una
cucharadita de aceite de oliva, una cucharadita de pan rallado, sal y pimienta.

Salsa de verduras
Mezclar una cucharadita de aceite de oliva, una de vinagre, un pimiento rojo, uno de
verde, un puerro, una cebolla y un ajo picado. Añadir sal, pimiento u otras especies a
gusto.
Recuerda

Se debe ayudar a los niños
a reconocer las señales de hambre y saciedad y
contar con estas señales al inicio y al final de cada comida.

Los niños no deben ser obligados a limpiar sus platos, ni se deben dar premios o
recompensas por ello.

No se debe someter a los niños a dietas hipocalóricas ya que afectaría su
crecimiento y desarrollo óptimo.
117
4.12 Aumenta el consumo de fibra en tus niños
El consumo de fibra dietética es eficaz para el control del peso corporal y el tratamiento
de la obesidad.
La fibra dietética participa en el metabolismo energético y en la disminución del peso
corporal.
Su consumo no afecta los niveles de vitaminas y minerales en niños con una
alimentación adecuada y aporta con beneficios importantes para su salud.
La principal fuente de fibra dietética se encuentra en los cereales integrales, frutas y
verduras.
Los niños deben consumir 0,5 gr de fibra por kg de peso.
Beneficios del consumo fibra

Su elevada capacidad para retener agua junto con su bajo poder energético,
contribuyen a disminuir la densidad calórica de la dieta.

Se necesita una mayor masticación y , por tanto, un mayor tiempo para la
ingestión de los alimentos por lo que aumentan la sensación de saciedad.

Reduce la velocidad del vaciamiento gástrico, disminuyendo como consecuencia
el hambre.

Disminuye la absorción de ácidos grasos y colesterol.

La dieta rica en fibra es más voluminosa.

Mejora y previene el estreñimiento.
Recuerda:

Un bajo consumo de fibra dietética se asocia con obesidad y otras enfermedades
crónicas y algunos tipos de cáncer.

Las frutas, verduras y cereales integrales aportan con fibra a la dieta.
118

Si el niño no está acostumbrado al consumo de fibra se debe incrementar su
consumo poco a poco.
4.2 Resumen
La prevención y tratamiento de la obesidad infantil se logra a través de cambios en el
estilo de vida. La adquisición de hábitos saludables (alimentación equilibrada y actividad
física) desde la infancia, previene comorbilidades que acompañan al sobrepeso y evita la
formación de adultos obesos en el futuro.
1. Desayunar diariamente brinda la energía necesaria para iniciar bien el día y
mantener un peso saludable.
2. Cinco comidas al día con horarios estables permiten controlar el apetito y ayuda a
la elección de alimentos saludables.
3. El consumo de 5 porciones de frutas y verduras al día aporta las vitaminas,
minerales y fibra indispensables para una buena salud.
4. La actividad física ayuda a controlar el apetito, mejora el estado de ánimo, mejora
la agilidad corporal disminuye las conductas sedentarias.
5. El consumo de agua pura permite el funcionamiento adecuado de órganos y
tejidos y permite mantener una hidratación adecuada.
6. La disminución de la densidad energética es punto clave para el control del
sobrepeso y la obesidad infantil.
LOS NIÑOS IMITAN EL COMPORTAMIENTO DE LOS ADULTOS, EMPIEZA POR TI
MISMO Y VERAS REFLEJADO HABITOS SALUDABLES DE VIDA EN TU NIÑO,
AYUDALO A EVITAR QUE SEA UN ADULTO OBESO.
119
7. CONCLUSIONES

Se elaboró una guía educativa para el tratamiento de obesidad infantil, la cual es
una herramienta útil de educación nutricional que facilita a los padres y personas
a cargo de la alimentación de los niños su actuación en el tratamiento dietético
nutricional a través de la asesoría de los profesionales de salud, ya que esta
contiene las pautas dietéticas principales que deberían formar parte del nuevo
estilo de vida de los niños y sus familias.

La obesidad infantil presenta etiología multifactorial; la interacción entre factores
genéticos, neuroendocrinos, ambientales o exógenos, familiares y socioculturales
tienen relación directa con la obesidad; pero las causas principales son los malos
hábitos alimentarios y el sedentarismo.

El diagnóstico de sobrepeso y obesidad se realiza mediante el uso de curvas y
tablas de crecimiento según la edad y sexo del niño. Para el diagnóstico de
sobrepeso, el IMC se encuentra entre el percentil 85-95; mientras que para el
diagnóstico de obesidad el IMC se sitúa en percentil 95 o sobre éste.

La evaluación y diagnóstico de la obesidad infantil incluye una historia clínica y
exploración física completas y valoración bioquímica
con el fin de detectar
comorbilidades asociadas, que puedan ser tratadas a tiempo.

El tratamiento de la obesidad infantil tiene como objetivos principales evitar que el
niño en el futuro sea un adulto obeso y evitar la aparición de comorbilidades, a
través de intervención dietética, la cual debe ir unida a un cambio en el estilo de
vida, que incluya ejercicio físico, tratamiento conductual y abordaje familiar.
120
8. BIBLIOGRAFÍA
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ANEXOS
126
ANEXO 1
ENCUESTAS DIETÉTICAS
127
ANEXO 2
CURVAS IMC DEL CDC
(CENTRES FOR DISEASE CONTROL AND PREVENTION)
128
ANEXO 3
GUÍA EDUCATIVA PARA EL MANEJO DE SOBREPESO Y OBESIDAD
129
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