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Raúl Domínguez Palestino
Aplicaciones de la genómica II
¡Que nervios!
“Aquel que no puede ya, detenerse y quedarse inmóvil de asombro, está
prácticamente muerto” . Esta es una cita de uno de los más grandes genios
que la humanidad ha producido, Albert Einstein. El le atribuía su genialidad a
su incesante capacidad de asombrarse. Algunos científicos sostienen que la
capacidad de asombro, innata de todo ser humano, es una ventaja evolutiva
que ha sido seleccionada en el transcurso de la historia de la vida.
Maravillarnos de nuestra propia existencia nos ha dotado de motivación para
preservar nuestra especie.
¿A que le atribuimos esta increíble capacidad? Para poder asombrarnos es
necesario poder percibir aquellas señales nuestro ambiente nos ofrece, y al
mismo tiempo poder interpretar las mismas. Como bien sabemos nuestros
cinco sentidos son la puerta inmediata a nosotros. Para que estas señales
puedan ser recibidas por ellos y posteriormente sean interpretadas, existe
toda una compleja y fantástica red de cables biológicos, que convergen
todos en la más sublime y misteriosa máquina que el universo ha concebido:
el cerebro. En su conjunto estos cables a los que conocemos como nervios y
el cerebro forman el sistema nervioso, cuya unidad básica es la neurona,
una de las tantas variedades de células que disponemos.
Los conocimientos que se han construido con el tiempo por el trabajo
numerosos científicos ambiciosos, que han buscado develar todos los
secretos de este intrincado sistema son bastos mas no suficientes. Hoy en
día conocemos mucho sobre las reglas básicas sobre la comunicación entre
las neuronas así como de los procesos que dan origen a este sistema. En
este sentido conocemos que la formación el sistema nervioso, por lo menos
para el caso de los seres humanos, es un proceso que inicia en las primeras
semanas posteriores al evento de fecundación.
Posteriormente a la concepción se inician una serie de divisiones celulares
del cigoto (la célula resultante de la unión del espermatozoide y el óvulo)
hasta llegar a un determinado tamaño en el que se le llama gástrula. En esta
fase del desarrollo se puede distinguir que existen tres capas de células que
darán origen a todos los tipos de células de los que un organismo está
compuesto. El endodermo del cual se originara el sistema digestivo,
respiratorio y otras glándulas. El mesodermo, la capa intermedia de la cual
derivan los tejidos cartilaginoso, óseo y
muscular, la dermis de la piel, el corazón, los vasos y las células sanguíneas,
los riñones y el sistema reproductor. Y finalmente la capa más externa de
donde se derivan la epidermis de la piel y el SN, el ectodermo.
El proceso que desencadena los pasos adyacentes para la formación del
sistema nervioso se le conoce como neurulación. Para que esto ocurra se
requiere de la participación de una estructura celular propia del mesodermo,
la notocorda. Esta es una prolongación precursora de la columna vertebral ,
la cual establece con el ectodermo una estrecha relación fundamental para el
proceso de la neurulación. Los datos apuntan a que la notocorda envía unas
señales químicas que provocan en el ectodermo el desencadenamiento
necesario para su diferenciación.
Como nos podemos imaginar, para el correcto desarrollo de un ser
humano, se requiere una coordinación exquisita entre los diversos tipos
celulares para dar origen a cada uno de los órganos y sistemas que lo
componen. El caso del origen del sistema nervioso es excepcional, pues
estudiarlo nos permite entender lo importante que es para las células esta
especie de toma de decisiones que se tienen que realizar en momentos
precisos.
En este sentido los esfuerzos actuales por seguir desencriptando aquellos
mensajes que son transmitidos entre estas células son constantes. Por citar
algunos ejemplos sobre estos estudios de vanguardia prestemos atención al
trabajo realizado por el Dr. Alfredo Varela, del Instituto de Neurobiología de
la UNAM. En conjunto con su equipo de trabajo están realizando enormes
esfuerzos para ayudar a acrecentar nuestro saber sobre este entusiasmante
campo de estudio.
En uno de sus trabajos están buscando entender el diálogo molecular que
tiene que ocurrir para la estimulación del crecimiento de los axones
neuronales. En otras palabras los axones, unos de los componentes de las
neuronas, pueden crecer para comunicarse con otras neuronas pero para
ello se necesitan ciertos estímulos en forma de moléculas para que este
proceso pueda ser orquestado. En otro de sus trabajos se esta tratando de
entender un fenómeno muy singular: el movimiento de neuronas en algunas
partes del cerebro. Para que las neuronas puedan movilizarse dentro de este
ambiente son necesarias múltiples señales para coordinar el movimiento, y
este equipo de investigación revelara cuales son esas señales. Finalmente un
último estudio en el que están trabajando trata sobre entender que hace que
los cerebros entre diferentes especies sean distintos. Para resolver este
dilema se están analizando los genes responsables de la formación del
mismo.
Como muchos el Dr. Alfredo Varela esta esforzandose arduamente por
entender estos procesos del sistema nervioso. Sus esfuerzos a pesar de ser
significativos
sólo
representan
una
pequeña
pieza
del
gigantesco
rompecabezas que resulta ser el sistema nervioso. La atención prestada a
este tipo de estudios no es despreciable. Diversos proyectos liderados por la
Unión Europea y los E.U.A arrancaron en años recientes, con la ambiciosa
meta de descifrar todos, o por lo menos muchos de los secretos residentes
en el cerebro humano. Con estos estudios que se están realizando no cabe
duda de que nos sorprenderemos y nos quedaremos perplejos en los años
venideros, y con ello reforzaremos la vitalidad de nuestra esencia humana.
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