LLEVAR A REPARAR UN OBJETO Lo que debe saber El frigorífico, la plancha, el móvil, la televisión, el ordenador, el coche… cuando se estropean hay que repararlos. Aunque en todos los casos el problema es el mismo y hay que solucionarlo, dependiendo del tipo de aparato y de sí está o no en garantía, los derechos del consumidor varían. Para explicarle con claridad hasta dónde alcanzan sus derechos, le presentamos el tema con unos ejemplos y su correspondiente solución. También le damos algunos consejos prácticos para que, en caso de conflicto, tenga los menos problemas posibles. Problemas de todos los días Son muchas las situaciones que pueden derivar en un conflicto; si el consumidor quiere hacer valer sus derechos debe estar bien informado. Veamos unos ejemplos. Pilar se ha comprado un coche nuevo. En los tres primeros meses, el coche ha tenido que pasar tres veces por el taller porque no logran averiguar cuál es el problema que provoca que el coche consuma mucho aceite. En este caso, como se trata de un vehículo recién comprado, está en garantía. 22 DINERO Y DERECHOS Nº 82 MAYO-JUNIO 2004 ¿Qué dice la ley? La vigente Ley de Garantías en la Venta de Bienes de Consumo otorga al consumidor, en este caso a Pilar, una serie de derechos: – Los bienes muebles nuevos tienen una garantía de dos años; aunque sólo los defectos que se manifiesten en los seis primeros meses se presuponen que existían cuando se entregó el bien. No obstante, es frecuente que esta garantía legal se amplíe con la garantía comercial, que es la que adicionalmente ofrece el garante. En el documento de garantía o en la publicidad del producto se establecen las condiciones de ésta. – El consumidor tiene que informar al vendedor del problema en el plazo de dos meses desde que tuvo conocimiento de él. – El comprador tendrá la opción de elegir entre la reparación (que será gratuita) o la sustitución del objeto por otro, salvo que la opción que elija sea imposible o desproporcionada y la opción alternativa se pueda realizar sin inconvenientes mayores para el consumidor; y, si esto no es posible o no puede realizarse en un plazo razonable y sin inconvenientes, podrá optar por una rebaja del precio o por la resolución del contrato. – Las reclamaciones tendrá que hacerlas directamente al vendedor. Sin embargo, cuando al consumidor le resulte imposible o suponga una carga excesiva reclamar al vendedor, podrá dirigirse directamente al fabricante para que le sustituyan o reparen el bien y, además, éste deber responder en los mismos plazos y condiciones que el vendedor cuando la falta de conformidad se refiera al origen o idoneidad del bien. – Durante la reparación del objeto el plazo de garantía se interrumpe. Por último, recuerde que los bienes comprados antes del 11 de septiembre de 2003 tienen una garantía legal de seis meses, que puede verse ampliada por la garantía comercial. Si quiere más información sobre la garantía, consulte el artículo publicado en DyD nº 79, noviembre-diciembre 2003. Celia tiene la lavadora estropeada y ha llamado al servicio técnico que utiliza habitualmente (por proximidad a su domicilio) porque el aparato hace tiempo que no está en garantía. Cuando ha transcurrido el plazo de garantía, como ocurre con la lavadora de Celia, el consumidor es libre de dirigirse al servicio técnico que desee a realizar la reparación del objeto. Estos establecimientos pueden estar o no vinculados con el fabricante, pero tienen que cumplir una serie de obligaciones. ¿Qué dice la ley? Cuando se contrata la prestación de un servicio, éste debe tener una garantía de calidad y prestarse correctamente. Si no fuera así, y la reparación no se realizara de forma satisfactoria para el usuario, éste tiene derecho a que se realice adecuadamente o, en su defecto, a que le devuelvan el dinero que ha pagado. También, puede pedir una indemnización por los daños y perjuicios ocasionados. Aunque la ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios es poco clara en lo que respecta a la garantía de los servicios, se ha desarrollado específicamente la regulación de los servicios de reparación de vehículos y de aparatos de uso doméstico (aquí estaría incluida la lavadora de Celia): así, establece un plazo de garantía de como mínimo tres meses (o 2.000 kilómetros, si se trata de un coche). Si se reproduce la avería mientras está vigente la garantía, deberían repararla de forma gratuita. Por supuesto, debe acudir al mismo servicio técnico. Si no se pudiera realizar, tendrían que devolverle el importe cobrado al consumidor. Antonio se compró un teléfono móvil hace tres años, ahora se le ha estropeado y tiene que llevarlo a reparar; claro está, ya no tiene garantía. Aunque se trata de un aparato cuyos servicios técnicos de reparación no tienen una regulación específica, esto no quiere decir que el consumidor, en este caso Antonio, carezca de derechos. ¿Qué dice la ley? En estos casos se aplica la ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y el Código Civil. – Si está vigente la garantía de compra, los derechos del consumidor son los mismos que los que hemos explicado en el primer ejemplo (el de Pilar). – Si la garantía de compra ya no está vigente, el consumidor puede acudir al servicio técnico que desee a realizar la reparación del objeto. Es muy importante que solicite que en la factura conste el plazo de garantía de la reparación. La razón es que, aunque legalmente no hay un plazo establecido para la garantía, su existencia sí está recogida en la ley. – Si se reproduce la avería en un objeto de este tipo, mientras esté vigente la garantía de reparación, el servicio técnico debería repararla de forma gratuita o, si no lo arreglan, devolverle el precio. Si no llega a un acuerdo, presente una queja por escrito en la hoja de reclamaciones. Más vale prevenir… Además de estar informado sobre sus derechos, es conveniente evitar conflictos. Por ello, a continuación le ofrecemos una serie de recomendaciones que pueden ayudarle: – Conserve, junto al manual de instrucciones de los aparatos que compre, la tarjeta de garantía y la factura o ticket de compra; y cuando utilice un servicio de reparación conserve todos los documentos que lo acrediten (facturas, resguardos, etc.); son necesarios para exigir la garantía. En ningún caso acepte garantías verbales. – Cuando se trate de una garantía comercial, más amplia que la legal, infórmese bien de las restricciones más allá del plazo en que rija la garantía legal. Normalmente, está condicionada a que se cumplan determinados requisitos: el principal, que realice las reparaciones en establecimientos autorizados por el vendedor. – Una vez agotado el plazo de garantía de compra, si prefiere continuar con el servicio técnico oficial de la marca, consulte la documentación del aparato o diríjase a la tienda donde lo compró para que le indiquen donde debe acudir. Desconfíe de la publicidad en la que aparece un número de teléfono de tarificación adicional, es decir, más caro (los 803, 806, 807…) o un móvil y no se indica un domicilio. En caso de reclamación no dispondrá de una dirección a la que dirigirse. – Primero, sondee por teléfono si le merece o no la pena hacer la reparación, cuánto puede costarle, cuánto cobran por mano de obra y desplazamiento... ya que, si pide el presupuesto por escrito sin más y cuando lo recibe ve que no le interesa, le pueden cobrar por su elaboración. Prefiera aquellos establecimientos que hagan el presupuesto gratis. Una vez que compruebe que le interesa, pida presupuesto por escrito. – Cuando sea posible, es preferible que usted lleve el objeto a reparar; de este modo, se evitará los gastos de desplazamiento, salvo que esté en garantía (en este caso no deben cobrarle por ningún concepto). Si la reparación se realiza en casa, tiene derecho a que le informen previamente sobre los precios que cobran. – Elija mejor un establecimiento que esté adherido al sistema arbitral de consumo, ya que en caso de que se produzca un conflicto, le garantiza que éste se resolverá de manera amistosa. – Exija una factura en regla, es decir, que conste el CIF de la empresa y su domicilio, el trabajo realizado, las piezas sustituidas y los importes cobrados desglosados y el IVA. También, el plazo de garantía de la reparación debe constar en la factura. – Todas las reparaciones o intervenciones tienen una garantía. Durante ese tiempo si vuelve a surgir el problema, puede solicitar que se lo reparen gratuitamente. – Por último, si es socio de la OCU y dispone de la VISA OCU, realice sus pagos con esta tarjeta. Recuerde que le garantiza la mediación de la Asesoría en caso de conflicto. A continuación, no le quedará más remedio que pedir presupuesto en otro establecimiento y, si es posible realizar la reparación, hacerla. Claro está, después deberá reclamar al primer establecimiento la devolución de lo que le cobraron indebidamente. Francisco tenía estropeada la instalación de aire acondicionado de su casa. Como tiene contratado un seguro multirriesgo, decidió llamar a los servicios de asistencia concertados con su seguro para que se la arreglaran. El servicio técnico realizó la reparación, pero, al poco tiempo, el aparato volvió a dejar de funcionar. De nuevo, el técnico volvió a arreglar el aparato, pero a las pocas horas volvía a fallar. Cansado de que no dieran con la solución, Francisco decidió llamar a otro servicio de asistencia, que le solucionó el problema a la primera. El caso de Francisco es muy diferente a los que hemos visto hasta ahora. En casos como éste, en los que el consumidor tiene la cobertura de multiasistencia dentro del seguro de hogar, como ha acudido al servicio de reparación concertado con la aseguradora, lo que debe hacer el consumidor es dirigirse a ésta y solicitar la devolución de lo que ha pagado. Para ello debe aportar las facturas de las reparaciones del aparato que justifiquen que la reparación que realizó el servicio multiasistencia fue insatisfactoria. Cómo actuar Si se vulneran sus derechos como consumidor, comience por intentar un acuerdo. Si éste no es posible, es el momento de intentar resolverlo con la intervención de un tercero. Para ello puede acudir a los organismos públicos de información al consumidor (por ejemplo, a la Oficina de Información al Consumidor, OMIC, de su localidad), a un seguro de defensa jurídica (si lo tiene) o a la Asesoría jurídica de la OCU. Si no consiguen solucionar el problema de forma amistosa o la empresa no se somete al arbitraje de consumo, lamentablemente, no le quedará más remedio que recurrir a la vía judicial, para lo que necesitará un abogado y un procurador, si la cuantía es superior a 900 euros. D 23