CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA DE CASACIÓN CIVIL
Magistrado Ponente
PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA
Bogotá, D. C., trece (13) de mayo de dos mil nueve (2009).
Ref.- 05001 3110 010 2003 00501 01
Decídese sobre la admisibilidad de la demanda
contentiva de la sustentación del recurso de casación interpuesto
por la parte demandada contra la sentencia proferida el 12 de
diciembre de 2007, por la Sala de Familia del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Medellín, dentro del proceso ordinario
promovido por MARÍA ADELAIDA ALZATE LONDOÑO frente a
LUIS FERNANDO OLAYA ROJAS y otros, en su condición de
herederos indeterminados del causante Nevardo Antonio Olaya
Rojas y los indeterminados.
ANTECEDENTES
1. La actora demandó que se declarara que entre ella
y el demandado existió una unión marital de hecho, desde el 31
de diciembre de 1999 hasta el 8 de abril de 2003, fecha en que
falleció este último y, en consecuencia, se conformó la sociedad
patrimonial prevista en la Ley 54 de 1990, cuya disolución y
liquidación debe ordenarse.
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2.
El referido asunto fue fallado en primera instancia,
mediante sentencia de 23 de junio de 2006, en la que se negaron
las pretensiones, por cuanto el juzgador encontró probada la
inexistencia de la unión marital de hecho, alegada por la parte
opositora en la excepción de mérito formulada.
3. La reseñada providencia fue revocada por el
tribunal al desatar la alzada interpuesta por la demandante y, en
su lugar, acogió las súplicas de la demanda.
Para adoptar esa decisión reparó en el material
probatorio recaudado y, en primer lugar, advirtió que habían dos
grupos de testimonios, unos aseguran que entre las partes existió
una relación de pareja permanente y singular, mientras que los
otros refieren que únicannente los unía el licor y la parranda, pues
sólo se reunían los fines de semana con ese propósito, amén que
María Aleida ni siquiera le preparaba los alimentos a Nevardo
Antonio, ni lo atendía en lo más mínimo. Y ante esa disparidad
estimó que la prueba testimonial era subjetiva y parcializada.
Así mismo, encontró que todos los integrantes de la
parte opositora se allanaron a las súplicas de la demanda en la
audiencia celebrada el 26 de julio de 2005, en cuanto aceptaron
que la pareja convivió de manera estable y permanente,
confirmando la situación fáctica alegada en el citado escrito
introductor.
Sostuvo, entonces, que las afirmaciones de los
declarantes no desvirtuaban la aceptación de los hechos que
entrañaba el allanamiento; además, la Connpañía Colombiana de
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Tabaco S.A. certificó que en los documentos de actualización de
datos de Nevardo Antonio Olaya figuraba conno personas a
cargo María Aleida Alzate Londoño y Tatiana Arango Alzate, y el
Seguro Social informó que la primera tenía la calidad de
beneficiaria directa de aquel desde el 1° de agosto de 2000.
Concluyó que "de lo manifestado por los deponentes
de la parte actora y del aludido allanamiento" emergía, "en forma
plena y fehaciente, la convivencia con las características que
orientan la filosofía de la Ley 54 de 1990 (...)".
4. La parte demandada recurrió en casación la anterior
decisión, y en la demanda contentiva de la sustentación de dicho
recurso formula un solo cargo, en el que denuncia la violación
indirecta de los artículos 177, 180, 183, 184, 187 del Código de P.
Civil y el artículo 29 -inciso 1° y final- de la Constitución Política, a
causa de haber incurrido en error de hecho en la apreciación del
allanamiento a la demanda, porque, de un lado, éste no provenía
de todos los integrantes de la parte demandada, ya que ni los
herederos indeterminados del señor Olaya Rojas, ni algunos de
los determinados lo hicieron; y del otro, ese allanamiento parcial
fue totalmente desvirtuado por los demás medios de prueba
decretados y practicados.
CONSIDERACIONES
1.
La naturaleza extraordinaria del recurso de
casación y su carácter eminentemente dispositivo imponen que la
demanda, a través de la cual se sustente, esté sujeta al
cumplimiento de ciertas formalidades legales, a fin de que la
censura delimite el ámbito en el que ha de discurrir la Corte para
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determinar si la sentencia opugnada se ajusta o no a la ley, por
cuanto ésta en el cumplimiento de esa labor sólo puede moverse
dentro de la órbita trazada por el censor y, por ende, no puede
extender su campo de acción más allá de la frontera por él
demarcada.
Tales requerimientos están consagrados en los
artículos 374 del Código de P. Civil y 51 del Decreto 2651 de
1991, adoptado este último como legislación permanente por el
artículo 162 de la Ley 446 de 1998, y ellos disponen que,
tratándose de la causal primera de casación, incumbe al censor
señalar las normas de derecho sustancial que estime infringidas;
por supuesto, que si ese motivo de impugnación está fundado en
la violación de un mandato de esa naturaleza, por la vía directa o
indirecta, necesariamente debe citarse el mismo, pues la tarea
que asume el recurrente es la de demostrar que los derechos allí
consagrados fueron desconocidos por la sentencia impugnada.
Si la transgresión de la norma sustancial acontece
cuando se aplica a casos no subsumidos en ella, o estándolo
omite hacerla obrar o la aplica dándole un sentido o alcance
distinto del que tiene, es necesario que el cargo propuesto con
sustento en ella la identifique, esto es, señale cuál es la
disposición vulnerada, pues no de otra manera puede el juez de
casación apreciar el alcance, naturaleza y fundamento de la
acusación. En verdad, sería imposible velar por el recto
cumplimiento y aplicación de las normas jurídicas, como también
deshacer el agravio que en su interpretación haya podido
perpetrarse, si el impugnante se abstiene de indicar el precepto
que, a su juicio, infringió la sentencia recurrida.
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Claro está que esa exigencia no se cumple citando
cualquier disposición sustancial, sino que debe denunciarse por lo
menos una de las que hubieren sido la base esencial del fallo
combatido, o habiendo debido serlo, a juicio del recurrente, fue
infringida, sin que sobre él gravite la carga de integrar una
proposición jurídica completa. Empero, si desacierta en esa tarea,
a la Corte no le es dable enmendar dicha deficiencia para
acomodar el estudio de la acusación a los preceptos que rigen el
caso.
Como puede apreciarse, el actual régimen libera al
censor de la referida carga de integrar una proposición jurídica
completa, pero no lo exonera de indicar la norma sustancial que
gobierna el caso en su entender fue quebrantada por el fallo
opugnado.
De otro lado, conviene memorar que, según lo ha
repetido
insistentemente
esta
Corporación,
sólo
puede
catalogarse como sustancial aquella norma que contiene una
prescripción enderezada a declarar, crear, modificar o extinguir
relaciones jurídicas concretas (G.J. CLI, pág.254). En otros
términos, un precepto es de estirpe sustancial cuando crea,
declara, modifica o extingue derechos sujetivos
y potestades de las personas.
2. Pues bien, el único cargo contenido en la demanda
objeto de estudio, formulado al amparo de la causal primera de
casación (artículo 368, num. 1° lbídem), no se aviene al
requerimiento referido en las reflexiones precedentes, habida
cuenta que las normas que allí se denuncian como infringidas no
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tienen el carácter de norma sustancial que el motivo de casación
alegado puntualmente exige.
En efecto, los artículos 174, 177, 180, 183, 184 y 187
del estatuto procesal no son de linaje sustancial, pues
simplemente están destinadas a regir la actividad del juez en el
proceso, concretamente, en materia probatoria. Así, la primera
norma relacionada sienta el principio de que toda decisión debe
fundarse en las pruebas regular y oportunamente aportadas al
proceso; la segunda de ellas, alude a la carga de la prueba; la
tercera, regula lo atinente al decreto y práctica de pruebas de
oficio; la cuarta, refiere las oportunidades probatorias ratificando
con algunas precisiones el primer precepto reseñado; la quinta,
admite la ampliación del término probatorio en los precisos
eventos que señala; y la última de aquellas fija las pautas a
seguir en la apreciación de los medios probatorios.
Sobre el particular, esta Corporación ha expresado
que "no son sustanciales disposiciones
reguladoras
de
la
actividad probatoria y, en general, todas las que disciplinan la
actividad in procedendo' (Cas. de abril 19 de 1978, entre otras),
puntualizando por demás que las normas de tal estirpe 'tampoco
por sí solas pueden dar base para casar una sentencia, sino que
es preciso que de la infracción de una de esas disposiciones
resulte infringida otra norma sustantiva (Auto de 23 de
septiembre de 1997, Exp. No.6670, reiterado en proveído de
febrero 16 de 2007, Exp.2001 00405 01).
Y la deficiencia antes comentada tampoco la subsana
el censor al citar como vulnerado el artículo 29 de la Constitución
Política, cuyo carácter normativo no se niega, pero ciertamente,
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no es la regla conforme a la cual concretamente se resolvió el
litigio o ha debido hacerse, pues el tema en él debatido fue la
existencia de una unión marital de hecho y, la consecuente,
formación de la sociedad patrimonial entre los compañeros
permanentes, asunto regulado en la Ley 54 de 1990.
La Corte no desconoce que la Constitución es "norma
de normas", conforme lo prescribe su artículo 4°, denotando de
esa manera todo su vigor normativo, lo cual significa que ella, más
que un conjunto de principios y valores que nutren el
ordenamiento, es un conjunto de reglas jurídicas que obliga por
igual a sus destinatarios y a los encargados de aplicar el
ordenamiento jurídico. Ni mucho menos, la Sala olvida que dicha
Carta por su carácter normativo admite, en principio, ser aplicada
derechamente, sin requerir leyes que la desarrollen, pues basta
que el precepto sea suficientemente concreto o específico en la
descripción de la conducta que se va adoptar, tal como acontece
con las libertades públicas y los derechos fundamentales allí
reconocidos, los cuales bien pueden alegarse directamente ante
los juzgadores.
Sobre el particular, la Corte precisó que el carácter
normativo
de
la
Carta
Política
"apareja,
entre
otras
consecuencias, que el fallador deba aquilatar a la luz de los
preceptos constitucionales, las normas que pretenda aplicar para
dirimir un conflicto; así mismo, que está comprometido a
interpretar todo el ordenamiento conforme a la Constitución; y,
finalmente, en que algunos asuntos deberán ser decididos
aplicando directamente sus preceptos. Empero, debe subrayarse
seguidamente, que sí bien las disposiciones de la Constitución
enuncian verdaderas normas jurídicas, no todos tienen el mismo
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alcance y significación normativa, de modo que muchas de ellas
por
su
indeterminación
o
su
contenido
supremamente
concentrado, no constituyan regla jurídica conforme a la cual
pueda decidirse directamente un determinado asunto o litigio"
(auto de 10 de abril de 2000, Exp.No.0484).
Lo que aquí acontece es que el litigio giró en torno a
la existencia de una unión marital de hecho y sus consecuencias
patrimoniales, asunto abordado en la sentencia impugnada y al
cual ninguna referencia concreta hace el citado artículo 29, el
que en los incisos denunciados como infringidos por el fallador
consagra el debido proceso y la nulidad de pleno derecho de la
prueba obtenida con violación de ese derecho fundamental,
garantías que aunque deben obligatoriamente respetarse en
cualquier providencia judicial no guardan una relación directa con
el tema controvertido y su decisión; de suerte, que no es la
disposición sustancial que gobierna el caso.
En esas condiciones, el cargo examinado no se allana
a las exigencias formales del recurso extraordinario de casación
y, por ende, no procede su admisión.
Por lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Civil,
RESUELVE
Primero.- INADMITIR la demanda contentiva de la
sustentación del recurso de casación interpuesto por la parte
demandada contra la sentencia proferida el 12 de diciembre de
2007, por la Sala de Familia del Tribunal Superior del Distrito
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Judicial de Medellín, dentro del proceso ordinario promovido por
MARÍA
ADELAIDA
ALZATE
LONDOÑO
frente
a
LUIS
FERNANDO OLAYA ROJAS y otros, en su condición de
herederos indeterminados del causante Nevardo Antonio Olaya
Rojas y los indeterminados.
Segundo.-
Consecuencialmente,
DECLARAR
desierto el recurso de casación en referencia.
Tercero.- ORDENAR devolver el expediente al
Tribunal de origen.
NOTIFÍQUESE.
ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ
JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR
RUTH MARINA DÍAZ RUEDA
PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA
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WILLIAM NAMÉN VARGAS
CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE
EDGARDO VILLAMIL PORTILLA
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